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  I feel good  (Get on up)
  Dirigida por Tate Taylor
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Se le conoce por muchos nombres, "Mr. Dynamite", "El padrino del soul", "El hombre más trabajador del show business".

Pero ha llegado la hora de conocer al hombre detrás de la leyenda.

James Brown nació en la pobreza más absoluta en Carolina del Sur en 1933, durante la Gran Depresión. Le abandonaron siendo un niño, sobrevivió a las palizas, al reformatorio, a la cárcel. Nadie se molestó en enseñarle las reglas.

Desde el principio estaba destinado a romperlas.

Boxeador aficionado y músico callejero, aprendió a canalizar los golpes en un ritmo que resonaba energía vital. Fue uno de los cantantes más influyentes de la música popular, es el artista más sampleado de la historia y sigue inspirando a los músicos más relevantes y escuchados de la actualidad.

Después del éxito de Criadas y señoras, nominada a cuatro Oscar, TATE TAYLOR vuelve a colocarse detrás de la cámara para dirigir a CHADWICK BOSEMAN (42) como James Brown en I FEEL GOOD. Basada en la increíble vida del cantante, la película sigue su trayectoria musical desde una infancia en la más absoluta pobreza hasta que se convierte en una de las figuras más influyentes del siglo XX.

El oscarizado productor BRIAN GRAZER, que ha llevado a la pantalla historias de superación tan inolvidables como la de John Nash en Una mente maravillosa y la de Eminen en 8 millas, ha dedicado más de diez años a esta asombrosa historia. Por fin, con el equipo perfecto, el sueño se ha hecho realidad.

Cuando no está de gira con los Rolling Stones, MICK JAGGER se dedica, entre otras cosas, a producir películas, programas de televisión y documentales. Los herederos de James Brown se pusieron en contacto con él para que llevara la historia del artista a la gran pantalla, y decidió unirse a Brian Grazer como productor. Juntos encabezan el equipo que se ha esforzado en poner al alcance de los espectadores la fascinante vida de James Brown.

Con la ayuda del director y también productor Tate Taylor, pudieron llevar a la pantalla la gran historia del cantante realzada con electrizantes actuaciones.

El actor Chadwick Boseman encarna el carisma, el empuje y el genio musical de James Brown después de dedicar un gran número de horas a calcar los movimientos del cantante.

Entre las secuencias musicales de I FEEL GOOD, destacaremos el espectacular concierto en el teatro Apollo de Harlem en 1962, el rodaje de la revolucionaria película T.A.M.I Show en 1964, la histórica actuación en el Boston Garden en 1968 y el concierto marcadamente funk en el teatro Olympia de París en 1971.

El ritmo deja espacio para la reflexión. En vez de la narrativa habitual que nos lleva desde el nacimiento a la muerte, la película se desarrolla de forma no lineal y James Brown nos cuenta directamente cómo superó la adversidad contra todo pronóstico.

El director vuelve a escoger a actores con los que trabajó en Criadas y señoras para interpretar papeles secundarios de gran relevancia, como VIOLA DAVIS (La duda), nominada a un Oscar, en el papel de Susie Brown, la madre del protagonista, así como la oscarizada OCTAVIA SPENCER (Fruitvale Station) en el papel de su tía Honey. Otros actores son NELSAN ELLIS (la serie "True Blood") como Bobby Byrd, un músico de su grupo y un gran amigo; DAN AYKROYD (Paseando a Miss Daisy) en el papel de Ben Bart, su agente y manager; CRAIG ROBINSON (Juega hasta el fin) como Maceo Parker, el primer saxofonista de los Famous Flames; LENNIE JAMES (Snatch: Cerdos y diamantes) como Joe Brown, el padre de James; TIKA SUMPTER (Ride Along) como la cantante corista Yvonne Fair, y JILL SCOTT (Bagagge Claim) como Deedee, la segunda mujer del cantante. Finalmente, en su primer papel en la gran pantalla, el cantautor ALOE BLACC, con múltiples discos platino en su haber, interpreta a Nafloyd Scott de los Flames.

Para esta película, el director se ha rodeado de algunos de los miembros clave del equipo que le acompañó en Criadas y señoras, como el director de fotografía STEPHEN GOLDBLATT (la miniserie "Angels in America"); el diseñador de producción MARK RICKER (Julie y Julia); la diseñadora de vestuario SHAREN DAVIS (Django desencadenado), y el compositor THOMAS NEWMAN (Al encuentro de Mr. Banks). El montador es MICHAEL McCUSKER (En la cuerda floja), y AAKOMON JONES (Pitch Perfect) no solo se ocupa de la coreografía, sino que también da vida a Bobby Bennett, otro de los cantantes coristas de James Brown.

Brian Grazer y ERICA HUGGINS (Plan de vuelo: Desaparecida), de Imagine Entertainment, producen I FEEL GOOD con Mick Jagger y VICTORIA PEARMAN (Shine a Light), de Jagged Films, así como Tate Taylor en representación de su productora Wyolah Films.

El guión es de JEZ BUTTERWORTH (Al filo de la mañana) y JOHN-HENRY BUTTERWORTH (Caza a la espía) a partir de una historia de STEVEN BAIGELMAN (Luna sin miel), Jez Butterworth y John-Henry Butterworth. Los productores ejecutivos son PETER AFTERMAN (It Might Get Loud), TRISH HOFMANN (Notorious), Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, JOHN NORRIS (Criada y señoras) y ANNA CULP (Ángeles y demonios).


Érase una vez: Las raíces de I FEEL GOOD
Tal como puede esperarse de "El padrino del soul", el primer hogar musical de James Brown estaba lleno de gospel, pero el grupo al que se unió de adolescente no tardó en convertirse al jazz y al blues, y a tocar en los bares del circuito "Chitlin" llamándose The Famous Flames. El primer single de éxito de la banda, "Please, Please, Please", salió a la venta en 1956 como James Brown with His Famous Flames. Nadie se había molestado en advertir a los Flames de su cambio de estatus, y todos ellos dejaron el grupo.

James Brown siguió adelante, hipnotizando al público en actuaciones en directo con su peculiar música, sus movimientos y su energía sexual. Era un melódico de primer orden capaz de cantar baladas como "Try Me" o "Lost Someone" y pasar a un registro totalmente diferente, muy rítmico, con "Out of Sight" o "Night Train". Su voz ronroneaba, chillaba y gruñía, pasaba de tierno a peligroso en un abrir y cerrar de ojos. Siguió trabajando con un cuarteto de Flames (Llamas) como coristas (Bobby Byrd regresó en 1959), además de apoyarse en una amplia banda con muchos instrumentos de viento, la James Brown Orchestra.

Actuó de mediador en el Boston Garden después del asesinato de Martin Luther King en 1968 y más tarde ese mismo año dio un himno al movimiento "soul power" con el single "Say It Loud – I’m Black and I’m Proud" (Dilo bien alto: Soy negro y me enorgullezco). En febrero de 1969, la revista "Look" publicó su foto en la portada acompañada del siguiente titular: "¿Es este el hombre negro más importante de América?"

También era un hombre de negocios nato. Le daba igual si algo no se había hecho antes o, al menos, si no lo había hecho un negro.

A medida que fue refinando su música, dándole la vuelta y reinventándola, apareció el funk abriendo las puertas a una nueva época musical que se apoderó del mundo. Al llegar a la década de los setenta, The Famous Flames habían desaparecido del todo, a excepción de Bobby Byrd, que junto al bajista William "Bootsy" Collins y su hermano, el guitarrista Phelps "Catfish" Collins, formaron la nueva banda de James Brown, The J.B.’s.

Cuando el funk cedió el paso al hip-hop, James Brown siguió siendo relevante, aunque no directamente. Sus famosos ritmos sirvieron de base a numerosos músicos de hip-hop que llevan años sampleándolos. El ritmo de batería hacia el final del single "Funky Drummer" es una de las frases musicales más sampleadas de todos los tiempos.

Como muchos de su generación, el productor Brian Grazer creció escuchando a James Brown. "De joven me volvía loco su música, su ritmo, todo lo que hacía", dice, "pero nunca pensé que acabaría produciendo una película acerca de James Brown".

Reconoce que le inspiró la comunidad hip-hop. "A finales de los noventa, mientras me documentaba para hacer la película que acabaría siendo 8 millas, conocí a muchas figuras clave del mundo del hip-hop", recuerda. "Chuck D, Dr. Dre, Slick Rick, LL Cool J, todos los miembros del Wu-Tang Clan-ODB, Ghostface Killah, y todos me dijeron que les había influenciado James Brown. Sus palabras se me quedaron grabadas y al cabo del tiempo decidí encontrar una forma de hacer una película sobre la figura que había inspirado a tantos músicos".

Conseguir los derechos cinematográficos del cantante fue un proceso lento y difícil. Por fin, después de llegar a un acuerdo, Brian Grazer encargó a varios guionistas que empezaran a trabajar en una primera versión del guión. Los dramaturgos Jez Butterworth y John-Henry Butterworth, a partir de una idea suya y de Steven Baigelman, le entregaron un guión final.

El 3 de diciembre de 2006, James Brown enfermó y falleció al cabo de dos días, a los 73 años. El cortejo fúnebre atravesó Harlem hasta llegar al teatro Apollo, donde había hecho historia cuando grabó el álbum "Live at the Apollo" en 1962, disco que había financiado él mismo.

Los derechos que tanto le había costado conseguir al productor pasaron a manos de los herederos y el proyecto se paró. Con el tiempo, los herederos le pidieron a Peter Afterman que se ocupara de los derechos. Peter Afterman, que se encarga de las licencias musicales y de vídeos de los Rolling Stones desde 2009, pensó inmediatamente que Mick Jagger era la persona perfecta para volver a encender la chispa de la historia de James Brown.

Mick Jagger también ha cambiado el panorama musical en los últimos cincuenta años. Pero eso solo es la mitad de la historia. Aparte de producir largometrajes para cine y televisión, acaba de ocuparse de dos documentales, "Stones in Exiles" y "Crossfire Hurricane", y estaba más que dispuesto a emprender un nuevo proyecto con su socia Victoria Pearman, de Jagged Films.

El productor es el primero en reconocer que admiraba profundamente a James Brown y que le maravillaba su inagotable energía: "James Brown quería estar a la vanguardia de la música. Era un innovador, un creador de tendencias cuya música forma parte de la escena hip-hop. Su vida me fascina y me conmueve; me honra ser una de las personas que ha podido llevarla a la pantalla".

Peter Afterman habló con Mick Jagger sobre la posibilidad de producir un documental acerca de James Brown que dirigiría Alex Gibney y que se presentaría en el Festival de Tribeca 2014 como "work in progress" (obra en proceso). El productor estaba interesado en explorar la historia de un hombre al que admiraba y al que había conocido. "Me desperté una mañana y pensé: ‘Todo esto está muy bien, pero ¿por qué no hacemos un largometraje?", recuerda. "El documental es factible, pero ¿y una película?’"

Mick Jagger se enteró de que Brian Grazer ya tenía un guión terminado escrito por los hermanos Butterworth, que habían sido galardonados con el Premio Paul Selvin 2011 del Sindicato de Guionistas de América por Caza a la espía. Leyó el guión y se puso en contacto con Brian Grazer para saber si le interesaba producir la película con él. "Leí el guión de los dos hermanos, era muy bueno. Son dramaturgos muy respetados".

Victoria Pearman, Peter Afterman y Mick Jagger, después de numerosas conversaciones con el equipo de Brian Grazer, entendieron el cariño y el respeto con que había sido tratada la historia. Conseguir reproducir los setenta y pocos años de vida del hombre que quizá sea el intérprete más influyente del siglo pasado no era tarea fácil. "Brian y yo estudiamos todos los problemas y la forma de superarlos", dice Mick Jagger. "Para conseguirlo, se reescribió el guión y empezamos la preproducción".

Brian Grazer, al que le dolía mucho haber perdido un proyecto por el que sentía un gran afecto, se sorprendió mucho cuando Mick Jagger le llamó. "Que llame Mick Jagger, un icono mundial de la música, es un poco como si cayese un asteroide en el jardín de casa. Mick me dijo: ‘Me gustaría hacer la película contigo’"

Con dos poderosos productores decididos a ocuparse de la película, los miembros de la familia Brown valoraron si realmente querían que el mundo conociera más íntimamente al hombre al que ellos llaman James Joseph Brown. "Leyeron el guión y se convencieron de que nuestra idea era buena", explica Brian Grazer. "Saben que vamos a enseñar algunos momentos malos de la vida de James, pero que también mostraremos sus logros y que honraremos su memoria. Han colaborado mucho con nosotros".

Llegó el momento de pensar en un director, y esta vez todo fue más rápido de lo que se esperaba. "Buscábamos a la persona más naturalmente compatible con el material", explica la productora Victoria Pearman.

La productora Imagine había contactado con Tate Taylor para otro proyecto y el realizador nacido en Misisipi había ido a la oficina para hablar. "Nos gustó mucho Criadas y señoras", dice Brian Grazer. "Tate había transformado un tema difícil en una historia atractiva y maravillosa que tuvo mucho éxito".

Una vez terminada la reunión, camino del ascensor, la productora Anna Culp le habló del guión de James Brown. "Me iba ese mismo día y lo leí en el avión", recuerda el director. "Más o menos a la altura de Las Vegas, me volví hacia John Norris, mi socio productor, y le dije: ‘Sé cómo rodar esto’".

Tate Taylor reconoce que le fascinan las historias de resistencia y de valentía, algo que encajaba perfectamente con el guión que estaba leyendo. "James Brown no era de los que se duermen en los laureles", dice. "Sentía una necesidad perentoria de seguir adelante".

Las productoras Imagine y Jagged dejaron de buscar en el momento en que Taylor llamó para decir que estaba interesado. El proyecto parecía cobrar fuerza.

"Tate tiene entusiasmo, sensibilidad y una gran comprensión del personaje", dice Mick Jagger. "Su forma de contar historias es muy dinámica".

Brian Grazer está totalmente de acuerdo: "Cuando Tate se enamora de un proyecto, no hay quien le detenga".


Dilo bien alto: La perspectiva de Taylor y de Brown
Al igual que los otros miembros del equipo de I FEEL GOOD, Tate Taylor empezó a disfrutar de la música de James Brown mucho antes de aprender a conducir. "En el sur, es una leyenda, forma parte de nuestras vidas", comenta el cineasta. "Era peligroso, sexy, divertido. Metió la pata, ¿pero quién no la ha metido? Siempre ha sido parte de la cultura sureña".

Este es el primer proyecto del director después del éxito de Criadas y señoras, nominada a cuatro Oscar, Mejor Película entre ellos. "He tenido la ocasión de hacer varias películas", dice, "pero quería implicarme en algo que me conmoviera".

El cantante se sentía obligado a demostrar que era capaz de tener más de un éxito. "Después de hacerse famoso y de conseguir el éxito, creo que James Brown tenía miedo de que todo se esfumara", explica el realizador. "No quería volver a lo de antes, y lo entiendo perfectamente".

Al empezar a sumergirse en el nuevo proyecto, una curiosa idea cruzó la mente del director: "Siempre se dice que James Brown lo controlaba todo, pero también es verdad que sabía cómo debían hacerse las cosas, e insistía en que se hicieran bien. Un día se me ocurrió que probablemente nos miraba desde donde está y me pregunté qué opinaría de todo esto".

A partir de ese pensamiento, Tate Taylor dio un salto hacia delante. "El guión no hacía concesiones y estaba lleno de energía", explica. "Si los productores estaban dispuestos a ir tan lejos, quizá no estarían en contra de seguir un poco más. Quería romper la cuarta pared para que él pudiera hablarnos directamente, nos dijera la verdad desde la pantalla para que el espectador juzgase por sí mismo".

La idea entusiasmó a Tate Taylor por dos razones: "Daba a James Brown la oportunidad de hablar de su vida tal como él la veía; y a mí, la libertad de romper las reglas, de pasar de 1968 a 1933 y de vuelta a 1968 en diez minutos si hacía falta".

Permitir que el protagonista se dirigiera al público también liberaba al director de las convenciones habituales de las películas biográficas, como las imágenes de archivo y las explicaciones escritas en la pantalla. Tate Taylor buscaba algo más dinámico, más personal. James Brown fue un personaje público durante décadas, como artista y como figura del Movimiento de Derechos Civiles, y el director quería hacer todo lo posible para capturar su mensaje.

"Después de salvar a Boston de los disturbios la noche del asesinato de Martin Luther King, y también por grabar "Say It Loud – I’m Black and I’m Proud", se convirtió de la noche a la mañana en la voz de la América negra", dice el director. "Fue a Vietnam y conoció a los soldados; fue a la Casa Blanca y conoció al presidente. Le hicieron un sinfín de entrevistas y le preguntaron su opinión acerca de todo. Incluso fue el copresentador de ‘The Mike Douglas Show’ durante un año",

Tate Taylor cruzó los dedos para que Brian Grazer, Mick Jagger, Victoria Pearman y Erica Huggins, de Imagine, que llevaba en el proyecto desde 2004, estuvieran de acuerdo con su idea.

Y así fue. "Fundir el trabajo de Tate con el de los Butterworth ha dado una película fuerte y muy poco ortodoxa", reconoce Erica Huggins.

Mick Jagger añade: "Tate es un visionario desarrollando los personajes, el drama y plasmando el porqué y el cuándo de los momentos de la vida de James. Su enfoque me pareció innovador. Abre la cuarta pared y nos lleva a un recorrido totalmente inesperado. Creo que James apreciaría el atrevimiento".

El equipo de I FEEL GOOD incluía a personas que conocían bien a James Brown, como su sobrino DARREN GLENN, en el departamento musical, y su nieto JASON BROWN, como ayudante de producción. Ambos se aseguraron de que todo era auténtico, además de trabajar como actores en la película. "Octavia Spencer interpreta a mi abuela", dice Darren Glenn. "Viola Davis hace de mi tía. Mi padre, Big Junior, también sale. Todos me preguntaban cosas acerca de cómo eran, y me alegró poder informarles porque queríamos que la película fuese perfecta".

El guitarrista KEITH JENKINS, miembro de la banda de James Brown desde 1994 a 2006, ha sido uno de los asesores técnicos de las interpretaciones musicales, además de hacer de sí mismo en un concierto. "Todos los que trabajamos con James Brown sentimos que sigue con nosotros", dice. "Está aquí en espíritu. Después de pasar tantos años en los escenarios tocando con él, fue bastante surrealista verle, ver cómo los focos recreaban su icónica silueta. De pronto, volvía a estar con él. Trabajando con Chadwick, al ver de nuevo la silueta, era como estar en su presencia".

Pero Tate Taylor añade que no quiere ignorar las épocas oscuras de la vida de James Brown: "No hemos intentado hacer un retrato de un hombre perfecto, sobre todo porque la gente perfecta nunca es muy entretenida. James Brown tuvo una vida muy loca y queremos que los espectadores disfruten con esta biografía".


Fíjate en mí: Boseman conoce a Brown
Entre los numerosos requisitos que debía poseer el actor que interpretara a James Brown en I FEEL GOOD, de acuerdo con las exigencias de Tate Taylor, estaba haber crecido en el campo sureño para que entendiese lo duro que era nacer en 1933 en Barnwell, Carolina del Sur. Chadwick Boseman nació en el campo sureño y posee, además, una profunda ética profesional.

"Chadwick es perfecto", dice el director. "Viene de la misma tierra rojiza de Carolina del Sur, no lejos de donde nació James Brown, y es exactamente lo que necesita el personaje. No basta con colocarle un tupé a un buen actor afroamericano".

"El papel intimida", sigue diciendo. "La forma de hablar, las diferencias de edad, las secuencias en los escenarios. Es mucho. No sé cómo lo hizo, pero Chadwick apareció en Misisipi y era James Brown. Le daba igual interpretarle un día a los 17 años y a la mañana siguiente a los 60, comprendía al personaje".

Chadwick Boseman estaba tan metido en el papel que los miembros del equipo se dirigían a él en el plató llamándole "Mr. Brown", como hacían las personas que trabajaban con el cantante. Todo empezó con un ayudante de producción y, poco a poco, el resto del equipo le siguió la corriente. Chadwick Boseman agradece el apoyo que le prestaron: "James Brown era muy especial: sus movimientos, su forma de bailar, su forma de cantar. Basta con ver grabaciones suyas hablando para darse cuenta; había musicalidad en todo lo que hacía", explica el actor. "No dispuse de mucho tiempo para asimilarlo, para meterme en la piel del personaje".

Chadwick Boseman también es muy especial y él mismo reconoce que es un perfeccionista. "Me concentré en una interpretación, no en una imitación", explica. "Me parece que las imitaciones contienen un cierto nivel de burla, mientras que la interpretación intenta capturar el espíritu, la esencia de la persona. Por eso intentaba ser James Brown durante todo el día, no solo cuando le interpretaba".

Curiosamente, el actor no fue a por el papel; es más, no quería el guión. Después de su exitosa interpretación como Jackie Robinson en la película 42, dirigida por Brian Helgeland, lo último que le apetecía hacer era otra película biográfica acerca de un icono cultural. Incluso sin haber encarnado a Jackie Robinson, la idea de que alguien pudiera hacer de James Brown en la pantalla le parecía totalmente imposible. "James Brown iba muy por delante de su época y todavía no le hemos alcanzado", dice. "Vivió mil vidas en una sola".

Pero el actor habló con el director: "Tuve una charla muy sincera con Tate. Me di cuenta de lo mucho que le apasionaba la historia y de que quería hacer algo diferente. Más o menos me dijo que dejara de tener miedo y que hiciera una prueba. Al final me decidí y fui, estaba convencido de que no llegaría a ninguna parte".

Y no fue fácil olvidar a James Brown. "Sentí curiosidad por saber cómo me quedarían las pelucas, sabía que debería llevar muchas", confiesa el actor. "Y los bailes. No sabía si podría trabajar con el coreógrafo, ni qué método seguiría".

Los productores contrataron a Aakomon Jones para que trabajara con Chadwick Boseman antes de la prueba. Después de aprenderse "Cold Sweat" y "I Can’t Stand Myself (When You Touch Me)", y de que el asesor en pelucas ROBERT STEVENSON le colocara un tupé, el actor se puso delante de la cámara. "Aun así, no estaba nada decidido, sabía que requeriría un trabajo tremendo por mi parte", explica. "Pero me gustan los retos. Contaba con Aakomon y con Robert para ayudarme; pensé que cabía la posibilidad de hacer algo especial".

Las reuniones con Brian Grazer, Mick Jagger, Victoria Pearman y Erica Huggins sirvieron para confirmar lo que ya sospechaba. "Me explicaron por qué querían hacer la película, tenían ideas geniales", dice Chadwick Boseman. "Brian Grazer ha producido muchas películas de éxito, se sabe que siempre defiende la calidad. Mick Jagger lo conoce todo del mundo de la música, es un experto contactando con el público. Los dos aportan mucho a la producción".

Después de aceptar el papel, Tate Taylor llevó a Chadwick Boseman a Georgia para que conociera a la familia de James Brown. "Estar con su familia nos permitió entender su vida cotidiana; cuando volvía de las giras se relajaba y dejaba de ser James Brown", explica el realizador. "Chadwick me confesó que le recordaban a sus tíos y a su abuelo. Todo empezó a ser más real".

Con menos de dos meses para empezar a rodar, Chadwick Boseman se sumergió en una dura rutina, dispuesto a hacer lo que fuera para estar a la altura del personaje. La musculatura que había ganado para encarnar a los deportistas de 42 y Draft Day desapareció durante los ensayos y, de pronto, el rodaje se le echó encima.


Pruébame: El reparto de I FEEL GOOD
Aunque solo comparten una escena, Viola Davis, que encarna a Susie Brown, alaba la profesionalidad de Chadwick Boseman interpretando al artista. "Creo que Chadwick sorprenderá al público, y eso me gusta", dice. "Nunca dejó de ser James Brown. Fue una actuación total, valiente, maravillosa y mágica, una transformación perfecta".

Los dos personajes se encuentran en las bambalinas del teatro Apollo después de una actuación triunfal. "Emocionalmente, era una escena difícil, pero con Viola todo fue muy realista", explica el actor. "Parecía perfectamente cómoda, se metió en el momento sin dudarlo. Y me pareció estar allí, como si yo fuera él, como si sintiese lo mismo que él".

La oscarizada Octavia Spencer tuvo la sensación de estar muy próxima a su personaje, la mujer que acogió al joven James Brown cuando se quedó sin hogar. "Interpreta a la tía Honey y me recordaba a una de mis tías", dice Chadwick Boseman. "Me gustan mucho sus escenas con los dos niños (los gemelos JORDAN SCOTT y JAMARION SCOTT) que encarnan a James Brown de niño. Sirven de base a la película".

I FEEL GOOD muestra las tempestuosas relaciones de James Brown con las mujeres. Dos de ellas están interpretadas por las actrices Tika Sumpter y Jill Scott. Su gran amigo, el músico Bobby Byrd, que le acompañó casi durante toda su vida, está interpretado por Nelsan Ellis, una de las estrellas de la serie "True Blood". "Hace tiempo que admiro el trabajo de Nelsan", reconoce Chadwick Boseman, "y fue genial poder darnos la réplica mutuamente".

James Brown y Bobby Byrd se conocieron en la cárcel de Toccoa, Georgia. Bobby convenció a su madre para que acogiera a James cuando le concedieron la libertad condicional, marcando el comienzo de una asociación musical que duraría veinte años. "Bobby Byrd era su mejor amigo y puede decirse que le descubrió", dice Nelsan Ellis. "Fue la persona que más tiempo estuvo con él hasta que James le apartó de su lado".

El realizador Tate Taylor incluso pensó en Nelsan Ellis para el papel de James Brown. Pero al finalizar la prueba, los dos, actor y director, estaban de acuerdo en que debía encarnar a Bobby. "Después de ver a Chadwick actuando durante dos meses y medio, me atrevo a decir que nadie más podía ser James Brown", dice el actor. "Es él de pies a cabeza".

Tate Taylor recuerda la conversación con el actor: "Nelsan me dijo: ‘Lo siento, no soy James Brown, soy Bobby’. Y le contesté: ‘Sí, estoy de acuerdo’. Y no se habló más. Su interpretación es estupenda, como la de Viola. Los dos son capaces de comunicar al espectador lo que sienten".

Nelsan Ellis, que tuvo un pequeño papel en Criadas y señoras, se alegró de volver a trabajar con el realizador y de tener un papel de más importancia, aunque no siempre fuera fácil. "Tate tiene mucha personalidad y hay que trabajar duro con él", dice, riendo. "Pero también nos lo pasamos muy bien, creo que ha sido mi mejor rodaje hasta la fecha".

Chadwick Boseman coincide con su compañero: "La forma de ser de Tate hace que todo el mundo quiera dar lo mejor de sí mismo, el claqueta, el jefe eléctrico, el ayudante de producción, da igual. Probablemente se deba a que él ocupó muchos de esos puestos, fue subiendo desde abajo, y ahora se merece estar en la silla del director. También es actor, sabe lo que significa, y es capaz de crear el entorno apropiado para ayudarnos".

La actriz Octavia Spencer, que también es sureña, está de acuerdo: "La personalidad de Tate llena la sala, da igual el tamaño. Le obligué a darme un papel en I FEEL GOOD y me alegro un montón de haber insistido. Es mi mejor amigo, pero también es un actor asombroso. Los actores asombrosos son grandes directores porque entienden lo que necesita un actor. Además, Tate es sureño, como James Brown, comparten ciertas sensibilidades. Sabe que una historia como esta debe tener sentimientos, humor, coraje, glamour, todo".

El actor Dan Aykroyd, que da vida al agente y manager Ben Bart, conoció a James Brown; más aún, eran amigos. Ambos trabajaron en la famosa Granujas a todo ritmo, donde aparece James Brown en una secuencia alucinante como el reverendo Cleophus James. Volvieron a colaborar en Doctor Detroit y Blues Brother 2000.

"Le había visto cantar en muchas ocasiones en el Esquire Show Bar de Montreal antes de conocerle", dice el actor. "Tuvo una vida difícil, complicada, pero quería a la gente. Creo que los productores y el director han sabido plasmar ese cariño y que él está contento con su retrato. Sobre todo con la interpretación de Chadwick, que puede describirse como una canalización espiritual".

Y sigue diciendo: "Encontró el tono correcto, también el aspecto, con ese ligero toque paranoico. Brown no tenía problemas para acercarse a la gente, pero siempre mantenía una cierta distancia. Un poco como haría la realeza. Chadwick ha sabido incorporarlo al papel".


Se nota, se siente: Cómo se movía James Brown
El actor que encarnase a James Brown debía saber moverse con una mezcla de abandono y de control. Sus movimientos vigorosos prestaban forma física al ritmo de la música, pero sus gestos también tenían otro propósito. "Era como una batuta humana", explica el productor ejecutivo Peter Afterman. "Dirigía a los músicos como si fuese un director de orquesta".

La primera vez que Mick Jagger vio actuar a James Brown fue en el famoso concierto en el teatro Apollo de Harlem. El despliegue físico y de energía le convirtió en fan para toda la vida. "En esa época, fui a ver muchas actuaciones suyas", recuerda. "En directo era realmente asombroso. La gente a la que le guste su música no querrá perderse esta película".

La presencia física y la música de James Brown le conquistaron desde el principio. "Le vi hacer cosas increíbles y no me importa reconocer que copié unos movimientos suyos. Era el que mejor se movía, y tenía una voz asombrosa y un ritmo trepidante. Te quedabas boquiabierto".

De hecho, Mick Jagger y James Brown trabajaron juntos durante el rodaje de la legendaria T.A.M.I. Show (Teen Age Music International) en Santa Mónica, California, un concierto recreado en I FEEL GOOD. La película, ahora un clásico de culto, estaba protagonizada por los Stones y James Brown, con Marvin Gaye, Chuck Berry, The Supremes, The Beach Boys, Lesley Gore y otros, apoyados por un público entregado que no dejaba de chillar, entusiasmado con la tremenda energía que despedía el escenario.

Los dieciocho minutos en que James Brown está en el escenario de T.A.M.I. Show permitieron a los adolescentes estadounidenses catar el calor de "Mr. Dynamite". La actriz Octavia Spencer, tía Honey en la película, lo describe con estas palabras: "Vaya, por fin van a aprender a bailar".

Keith Jenkins, que estuvo doce años en la banda de James Brown, ayudó a Chadwick Boseman a aprenderse los movimientos que tantos fans han intentado imitar. "Con el paso de los años, los movimientos cambiaron", cuenta el músico. "No bastaba con aprenderse un par de cosas, pero la entrega de Chadwick fue total. Seguía practicando entre tomas durante el rodaje",

Aakomon Jones opina lo mismo, aunque lo había descubierto unos meses antes, cuando preparó al actor para las pruebas. "Chadwick tiene ritmo, sabe bailar, pero necesitaba mucho más para estar a la altura", dice el coreógrafo. "Nunca he trabajado con alguien que aprendiera tan rápido. Empezamos con ensayos de dos horas, un poco como un entrenamiento básico, y no tardamos en aumentar la duración de las sesiones para intentar ganar tiempo".

Todos se quedaron impresionados con los resultados. "Lo que ha conseguido es increíble", dice Mick Jagger. "No viene de Broadway. Representa un trabajo enorme, pero logra que sea real".

La productora Erica Huggins añade: "Nosotros como productores y Tate como director sabíamos que el papel necesitaba un gran intérprete y que Chadwick estaría a la altura, pero no contábamos con que alcanzara esa soltura de movimientos. Es increíble".

El actor y el coreógrafo trabajaron un mes en Los Ángeles, antes de trasladarse a Natchez, Misisipi, donde se rodó I FEEL GOOD. A pesar de estar en forma – no olvidemos que interpretó al jugador de béisbol Jackie Robinson – Chadwick Boseman se sorprendió ante el trabajo de un bailarín. "Dije: ‘¿Cinco horas ensayando?’ Y los bailarines me contestaron: ‘Solemos trabajar ocho horas’", recuerda. "Y acabamos trabajando ocho horas. Reconozco que fue muy intenso. Pero al principio solo era capaz de bailar el ‘mashed potato’ con zapatos de suela resbaladiza. Con el tiempo, aprendí a hacerlo con zapatillas al fortalecer las piernas".

El actor interpreta a James Brown desde los 16 años hasta los 63. En este tiempo, los movimientos del artista cambiaron. El actor no tuvo más remedio que incorporar esos cambios a su interpretación.

Tuvo que aprender a hacer aperturas de piernas y volver a ponerse en pie de un salto, pero eso no fue lo más difícil. "Bailar como él es mucho más complicado de lo que parece", explica. "Hay partes del cuerpo que se mueven en diferentes direcciones y él nunca se estaba quieto cuando tenía el micro en la mano. Hay algo en la música que creó, algo que te lleva a otro lugar. Llega un momento en el que te dejas llevar".

El coreógrafo Aakomon Jones se esforzó en dar libertad a Chadwick Boseman. "No quise encajarle desde el principio totalmente en la coreografía", explica. "Quise que supiera lo suficiente para sentirse libre cuando estuviera rodando".

Hacía tiempo que se conocía de memoria todos los movimientos de James Brown: "No tuve que volver a ver grabaciones de sus actuaciones, siempre he sido un fan absoluto. Pero ahondé más en el porqué y el cómo. Para saber moverse así hay que sentirlo dentro, y también depende de dónde se ha nacido".

"Algunos verán a Chadwick moverse y pensarán que tiene algo de Prince, de Michael Jackson o de Lenny Kravitz, incluso de Mick Jagger", sigue diciendo el coreógrafo, "pero todo lo que se ve fue primero de James Brown".

Aakomon Jones no solo debía preocuparse por Chadwick Boseman. Todos los miembros de los Famous Flames debían ser impecables, así como todos los figurantes que salen en los números musicales.

El mismo coreógrafo interpreta a Bobby Bennett, uno de los Famous Flames, bailando en el concierto del Teatro Apollo, durante los rodajes de T.A.M.I. Show y de Ski Party, y en otro concierto en que James Brown canta "It’s a Man’s Man’s Man’s World". El coreógrafo asistente CODIE WIGGINS encarnó a "Baby" Lloyd Stallworth, otro Famous Flames, en esas dos escenas, por lo que dos Flames, los actores que encarnan a James Brown y a Bobby Byrd, no eran bailarines profesionales, pero Aakomon Jones estaba decidido a que nadie notara la diferencia. "Aakomon es el auténtico héroe desconocido de esta película", dice Tate Taylor.

El coreógrafo cree que Nelsan Ellis, en el papel de Bobby Byrd, no podría ser mejor. "Bobby no se deslizaba por el escenario, no hacía las locuras de James Brown", explica. "Tenía un rollo muy particular, parecido a como es Nelsan. Era un tío elegante con gafas ahumadas y chupa de cuero estilo francés".

Aunque se parecieran, no fue nada fácil para Nelsan Ellis. "Antes tenía unos pies muy decentes, ahora tengo pies de bailarín", dice, con una sonrisa.

El actor trabajó duro con los dos coreógrafos y siempre estaba dispuesto para un último ensayo antes de rodar. También tenía un entrenador personal. "Cuando se trata de un escenario pequeño, no había problema", explica, "pero necesitaba ayuda para integrarme en las coreografías".

La mayor secuencia musical comprende tres temas, "Get Up (I Feel Like Being a) Sex Machine", "Super Bad" y "Soul Power", sacados del famoso concierto en el Olympia de París en 1971. Tate Taylor escogió este concierto por una razón muy definida. "Me parece que dice mucho de James Brown", explica. "Un hombre de Georgia y Carolina del Sur, nacido en una cabaña en medio de la nada, era capaz de llenar el Olympia de París".

Una secuencia semejante representaba un auténtico reto para Aakomon Jones, pero le resta importancia. "La sección de viento, los bailarines y el coro saben cómo deben moverse. James Brown, Bobby Byrd, los J.B.’s, el director, todos hacen lo suyo. Sabía que la secuencia era de mucha envergadura, pero no es la primera vez que tengo que coreografiar a muchas personas en un escenario. Solo se trata de indicarle a cada uno lo que debe hacer y asegurarse de que funcionan conjuntamente".

En cuanto a complacer al realizador, Aakomon Jones se alegra de haberlo conseguido: "Tate es un enamorado de la danza y sabe lo que quiere, realismo y energía".


Llega el boogie: La hora de la música
Las secuencias musicales de I FEEL GOOD ofrecen una serie de momentos trepidantes en la legendaria carrera de James Brown. El propio artista dice en la película: "Quizá no me conozcas, pero todos tus discos tienen algo de mí".

El público de I FEEL GOOD oirá la voz de James Brown y la música interpretada por su banda, entre cuyos miembros estaban músicos como Alfred "Pee Wee" Ellis, los hermanos Maceo y Melvin Parker, Fred Wesley, Clyde Stubblefield, John "Jabo" Starks, Jimmy Nolen, Bernard Odum, los hermanos Bootsy y Phelps "Catfish" Collins, así como el imprescindible Bobby Byrd, a partir de grabaciones multipista procedentes de los archivos de Universal Music.

El espectador también verá que los actores y músicos que cantan y tocan, lo hacen de verdad, en el mismo tempo que la grabación original. Un equipo de asesores y supervisores musicales trabajó con Tate Taylor, Aakomon Jones y los intérpretes para que el audio y la imagen encajaran a la perfección.

El coordinador de producción musical y supervisor de montaje de la banda sonora CURT SOBEL describe el proceso que se adoptó: "El primer paso fue escoger las canciones. El catálogo de James Brown es enorme y contiene un gran número de éxitos, pero los temas debían corresponder a la época y a la escena. En algunas escenas hay varias canciones. Después de escogerlas con Tate y de estudiar las posibilidades con Aakomon, se las pasábamos a Chadwick para que se las aprendiera antes de empezar a ensayar".

"Debía cantar y moverse al mismo ritmo que las grabaciones, además de seguir a los músicos. No es nada fácil, y más aún si también hay diálogos entre medias, pero lo consiguió".

También se oye cantar a Chadwick Boseman en varios momentos de la película, cuando no está en un escenario. Las secuencias de conciertos corresponden a diversas etapas de la carrera de James Brown en las que se ve a diferentes miembros de los Famous Flames y del coro. Los actores que interpretan a miembros de la banda son Craig Robinson como Maceo Parker; TARIQ TROTTER como el saxofonista Alfred "Pee Wee" Ellis; Aloe Blacc como Nafloyd Scott, uno de los miembros originales de los Flames, y KEITH ROBINSON como Baby Roy Scott, otro miembro original del grupo.

Keith Jenkins, Curt Sobel, los supervisores de música BUDD CARR y MARGARET YEN, así como otros miembros del equipo de música se esforzaron para que los actores se sintieran cómodos con los instrumentos. "Todos los que tocaban en una escena debían estar lo más cerca posible de la autenticidad", dice Keith Jenkins. "Los actores hicieron progresos enormes en muy poco tiempo".

Algunos de los actores llevaban ventaja. Por ejemplo, Tariq Trotter, Aloe Blacc y Craig Robinson son músicos profesionales, aunque no toquen el mismo instrumento que su personaje. Craig Robinson estaba encantado de ampliar sus conocimientos musicales. "Maceo quizá sea el personaje más interesante que he interpretado hasta ahora por tener que aprenderme sus solos de saxo", dice. "Me volví un poco más funky".

Más de ochenta músicos profesionales tocan en la película. Darren Glenn trabajó con varias agencias de casting para encontrarlos. "Debían saber tocar y bailar", explica. "Además, queríamos usar músicos locales siempre que fuera posible y ofrecerles una oportunidad única. Tuvimos suerte porque hay mucho talento en esa zona".

El principio básico era conseguir que todo pareciera real para ofrecer al público una experiencia a la altura del legado de James Brown. "Mi objetivo es que los espectadores se pongan a bailar durante estas escenas", dice Tate Taylor.

El equipo musical de I FEEL GOOD remasterizó las pistas de las grabaciones originales con el fin de crear un sonido de última generación, además de adaptar los momentos musicales a las necesidades dramáticas de la película.

"Conseguíamos voces a capella o subir el volumen de un solo instrumento", explica Margaret Yen. "Gracias a las grabaciones multipista pudimos entregarle a Tate exactamente lo que quería para las escenas".

El productor ejecutivo Peter Afterman, que promocionó un par de conciertos de James Brown en la época, uno de ellos en la cárcel de San Quentin, habla con el fervor del auténtico manager: "No os lo vais a creer, prometo que pensaréis que es en directo".

Polydor/UMe lanzó el álbum "Get On Up: The James Brown Story (Original Motion Picture Soundtrack)" el 29 de julio pasado. Comprende versiones de estudio y en directo de algunos de los grandes éxitos funk y soul de James Brown, como "Please Please Please" y "Out of Sight", del año 1956, "I Got You (I Feel Good)", "Try Me", "Papa’s Got a Brand New Bag", "It’s a Man’s Man’s Man’s World" y "Get Up (I Feel Like Being a) Sex Machine".


Pantalones ceñidos: Vestuario, peluquería y maquillaje
La película sigue a James Brown desde que es niño y entra en la Casa Unidad de Oración del Pueblo de "Sweet Daddy" Grace, donde descubre el extático abandono del gospel, hasta sus años de éxito.

"El padrino del soul" siempre se vistió con originalidad y elegancia. Su brillante sonrisa, ropa llamativa y peinados elaborados formaban parte de su identidad. La diseñadora Sharen Davis, nominada por la Academia de Hollywood por su trabajo en Dreamgirls y Ray, se ocupó de vestir a Chadwick Boseman. La primera maquilladora JULIE HEWETT se encargó de transformarle en un chico de 16 años o en un hombre de 63 según la escena, y el asesor de pelucas Robert Stevenson diseñó los peinados.

Sharen Davis, diseñadora de vestuario de Criadas y señoras, dice: "Fue genial volver a trabajar con Tate, me dio rienda suelda. Octavia y Viola confiaban totalmente en mí. Los tres fueron fantásticos".

La diseñadora también volvía a trabajar con el director de fotografía Stephen Goldblatt y con el diseñador de producción Mark Ricker. "Hablamos el mismo idioma", dice, "y cuando se va a toda velocidad, como ocurrió en esta película, es de gran ayuda haber trabajado juntos antes".

Sharen Davis vistió a docenas de actores y a más de mil figurantes en una película que transcurre a lo largo de más de 50 años y en momentos muy diferentes. En su taller de Los Ángeles, disfrutó creando vestidos floridos para la voluptuosa tía Honey y ropa raída para la casi indigente Susie Brown.

"Viola y Octavia fueron muy generosas y aceptaron hacer las pruebas de vestuario en Los Ángeles. Me divertí mucho con los vestidos de Octavia, y ella se lo pasó bien llevándolos", recuerda la diseñadora. "La ropa raída que Viola lleva al principio de la película fue la más complicada, pero me encanta envejecer telas para que sean más realistas".

El "modus operandi" cambió para los miembros de los grupos que aparecen en I FEEL GOOD. "Gran parte de los músicos fueron escogidos en Misisipi", explica la diseñadora. "Habíamos escogido el tipo de ropa que llevarían con mucha antelación, por lo que tenía todas las tallas imaginables de trajes".

Pero el gran reto residía en la ropa de James Brown. "Fue el primero en reinventarse", dice. "Se arriesgaba mucho con sus trajes, no llevaba lo mismo que todo el mundo. La cuestión era, ¿voy a lo extravagante o bajo un poco el tono?"

Después de documentarse a fondo, se decantó por el equilibrio: "Usé la silueta de los trajes que más me gustaban y dejé que la escena decidiera si debía rebajar o subir el tono", explica la diseñadora. "Sin embargo, en los conciertos me ceñí a la más absoluta autenticidad. Se cambia de ropa nada menos que cincuenta veces en la película, la mayoría de los trajes son hechos a medida, y quería que todos fueran interesantes. También quería que sus looks favoritos tuvieran un merecido espacio en la película". Y añade que el primer actor de la película no le puso trabas: "Se vestía, se movía un poco y todo encajaba. No protestó ni una sola vez".

Pero la altura de Chadwick Boseman sí era un problema. Con sus 1,95 metros, mide 12 centímetros más que el hombre al que representa en la película. Sharen Davis encontró una solución que funciona visualmente: "James Brown llevaba pantalones muy ceñidos, pero con Chad, los pantalones ceñidos realzan su altura. Diseñamos unos pantalones un poco menos ceñidos, por lo que parecía algo menos delgado".

El pelo y la sonrisa de James Brown también eran una parte importante de su imagen, tal como dijo en su autobiografía James Brown: The Godfather of Soul: "El cabello es lo primero. Los dientes lo siguiente. El cabello y los dientes. Si un hombre tiene eso, lo tiene todo".

El cabello y los dientes eran muy importantes para la caracterización de Chadwick Boseman. En una de las primeras escenas, los Famous Flames, a punto de dejar se ser cantantes de gospel, están en la barbería de Toccoa, Georgia, para que les alisen el cabello. En la escena siguiente, dos años después, conocen a Little Richard (al que da vida BRANDON SMITH) en un bar con actuaciones en directo. Es el año 1954 y todos se quedan impresionados con el estilo del vistoso cantante en el escenario y sobre todo con su cabello. ¡El tupé entra en escena!

Robert Stevenson, otro admirador de James Brown, diseñó nueve pelucas para Chadwick Boseman y añadió unos cuantos trucos para mejorar la caracterización. "Encontramos fotos de todos los lugares y épocas que Tate quería reproducir. Duplicamos los peinados con cierta licencia artística", explica el veterano estilista. "James Brown se preocupaba mucho por su aspecto y cambiaba a menudo de peinado. Siempre quería destacar, no debían confundirle con los miembros de la banda. Incluso cuando todos se hicieron alisar el pelo, su estilo era diferente, destacaba".

Los tiempos cambiaron y sus peinados no fueron siempre "políticamente correctos", según observaron algunos comentaristas de la época. "Era negro y estaba orgulloso de serlo, pero se peinaba a su manera", explica el estilista. "Hay muy pocas fotos de él con el pelo rizado. Lo intentó, pero no iba con su imagen. Era un artista y hablaba a través de la música".

Robert Stevenson confiesa que su peinado preferido es el tupé. "Es el más complicado, pero el mejor. Añadimos postizos a las pelucas que teníamos preparadas para darles más altura y volumen".

El equipo de la maquilladora Julie Hewett se centró en un maquillaje que no llamara la atención. "Intentamos que fuera lo más natural posible para que no distrajera a nadie de la interpretación de Chadwick o del dramatismo de la historia", explica.

Pero lo más natural no siempre es lo más sencillo. "En primer lugar, James Brown es un icono y sus rasgos son conocidos por todos", sigue diciendo. "En segundo lugar, la película abarca varias décadas. Para añadirle años nos coordinamos con el departamento de peluquería y de vestuario".

La sonrisa de Chadwick Boseman tampoco es idéntica a la de James Brown, por lo que el departamento de prótesis fabricó unas fundas para su mandíbula inferior. "Cuando aparece James Brown, lo primero que se ve es la mandíbula inferior", dice el maquillador GREG FUNK. "Las hicimos con antelación para que Chadwick pudiera acostumbrarse a las fundas antes de que empezara el rodaje".

A medida que transcurría la historia y pasaban los años, los equipos de maquillaje y peluquería sumaban años a la mayoría de los personajes. Para que Chadwick Boseman se pareciese realmente a James Brown, le añadieron bolsas debajo de los ojos y una prótesis para el cuello. Sharen Davis diseñó un traje que aumentaba su cintura unos cinco centímetros. "Pasé calor, mucho calor, con el traje ‘de engordar’, las prótesis y las pelucas. Perdía peso solo con estar sentado", recuerda el actor con una sonrisa.


Los barrios funk: Rodar en Misisipi
El hecho de que I FEEL GOOD sea una historia arraigada en el sur tenía mucho significado para Tate Taylor. "Fue una de las cosas que me entusiasmaron cuando leí el guión por primera vez", recuerda.

También significaba mucho para él poder rodar en su Misisipi natal. Sabía que en el estado de las magnolias, como se llama a Misisipi en Estados Unidos, dispondría de telones de fondo muy poco vistos y de instalaciones que le permitirían recrear el teatro Apollo de Harlem o Vietnam. Y también estaba el ambiente. "Un ambiente con tal cantidad de posibilidades facilita mucho el trabajo de los actores y el mío", dice. "No hay otro sitio con tantas contradicciones, paradojas, belleza y dolor como el auténtico sur. Hace calor, todo es muy verde. Hay bichos, violencia, religión y alcohol".

El rodaje tuvo lugar en noviembre y diciembre de 2013 en Natchez, una pequeña ciudad a orillas del río Misisipi. Después de las vacaciones de Navidad, todo el equipo se desplazó a unas dos horas al norte de Jackson, la capital del estado y la ciudad donde nació el director. "Natchez es una ciudad muy bonita, bien conservada y con mucha tradición", dice Victoria Pearman, "lo que nos permitió rodar una película que empieza en los cuarenta y acaba en los noventa sin apenas tener que construir decorados".

Una excepción fue la cabaña en el campo donde James Brown pasó los primeros años de su vida. El joven James, al que interpretan los gemelos Jordan y Jamarion Scott, y sus padres, encarnados por Lennie James y Viola Davis, llevaban una vida muy dura en plena soledad.

El diseñador de producción Mark Ricker y su equipo se encargaron de buscar un lugar adecuado para construirla en cuanto llegaron a Misisipi. Era agosto y quería rodar los exteriores antes de que los árboles perdieran las hojas. El diseñador y el realizador no tardaron en encontrar el sitio ideal en el condado Jefferson, a unos 48 kilómetros de Natchez, en unas tierras vecinas a la propiedad de Tate Taylor.

El director de fotografía Stephen Goldblatt decidió exactamente dónde se construiría. "La posición de la cabaña no solo dependía del entorno, sino de la luz", explica. "Para preparar ciertas escenas, como las que rodamos allí, visité el lugar unas veinte veces por la luz y para saber a qué hora debíamos rodar".

El rodaje empezó el 4 de noviembre, y durante una semana se filmaron las escenas de la turbulenta infancia de James Brown. El silencio reinaba en los bosques a pesar de la presencia del equipo. Hacía fresco y una brisa fría hacía estremecer la copa de los árboles. El humo del departamento de efectos especiales se agarraba a las ramas y flotaba en los difusos rayos de sol. Todos los miembros del equipo sabían que podía haber crótalos adamantinos y serpientes de cascabel, pero ninguna se acercó.

Los sonidos de una mujer y de su hijo pequeño corriendo y riendo llenaron los bosques silenciosos. Había arrancado el rodaje de I FEEL GOOD. "Empezaban a caerse las hojas, flotaban suavemente en el aire", recuerda el director de fotografía. "Hubo algo mágico en esos primeros días".

El actor Lennie James era consciente de la influencia de los bosques: "Los bosques son atemporales. Además, construyeron la cabaña en ‘tierra vieja’ y se notaba. En el bosque no hace falta bajar la voz, ni arreglarse para nadie. No se molesta ni espera a nadie. Joe y Susie podían ser libres".

Al cabo de unos años, Joe dejó Barnwell y se llevó a su hijo a vivir a Augusta, a unos 64 kilómetros. El equipo de I FEEL GOOD también dejó el bosque y se trasladó a Natchez.

No cabe duda de que los habitantes de Natchez reconocerán varios de sus edificios más famosos, como la plantación Dunleith, que hace las veces de un country club en Augusta. Stanton Hall, una mansión estilo Revival que se hizo famosa en 1985 por la miniserie "North and South", se convirtió en un hotel de Nueva Orleans. Un poco más lejos, en la misma calle, un edificio algo más contemporáneo, The Malt Shop, sirvió de telón de fondo para una escena entre James Brown y Little Richard.

"La ciudad no es muy grande y las distancias entre decorados era mínima", explica la productora ejecutiva Trish Hofmann. "Era casi como rodar en las instalaciones de los grandes estudios".

Una manzana sirvió para rodar dos ciudades en dos décadas diferentes en un solo día. "Dividimos la calle en dos con un badén", explica Mark Ricker. "En un lado estaba Terry, un barrio de Augusta sin asfaltar a principios de los años cuarenta, y al otro, Toccoa, Georgia, a mediados de los cincuenta".

El Centro de Teatro Margaret Martin, un antiguo e imponente colegio construido en el estilo Neogótico/Tudor en 1927, hizo las veces del teatro Apollo. El equipo artístico redecoró el auditorio, con un aforo de 660 espectadores, para duplicar los rojos y dorados del original. Allí se rodó el famoso concierto con temas con "Night Train" y "I’ll Go Crazy".

Sin embargo, a la mañana siguiente después del concierto, el teatro Apollo había desaparecido y había sido redecorado para una versión muy provocativa de "It’s a Man’s Man’s Man’s World" en un teatro sin nombre una noche sin fecha durante una de las innumerables giras del "hombre más trabajador del show business".

El Thalia Mara Hall, en el centro de Jackson, sirvió para varios decorados, y el más importante fue el de Teatro Olympia de París. Para rodar la secuencia del concierto se usaron seis cámaras y se necesitaron miles de figurantes para dar vida a los fans franceses amantes del funk. Fue la escena musical más complicada de rodar de toda la película.

El día dedicado a Martin Luther King Jr, el equipo de I FEEL GOOD recreó la grabación del himno del "soul power", "Say It Loud – I’m Black and I’m Proud". La secuencia se rodó en el histórico estudio Malaco Records, en Jackson, también conocido como "The Last Soul Company" (La última empresa de soul).

Las escenas del famoso concierto que dio James Brown en el Boston Garden el 5 de abril de 1968 se rodaron en el famoso Mississippi Coliseum de Jackson. "Había una convención de Adventistas del Séptimo Día cuando Tate y yo llegamos buscando localizaciones el año pasado", recuerda Stephen Goldblatt. "Fingimos formar parte del grupo y nos colamos, hicimos fotos y nos fuimos discretamente. No hay quien nos pare".

La frase no sorprenderá a nadie al ver lo que Tate Taylor y su equipo han conseguido hacer en solo 49 días de rodaje. Quién sabe si derribar la cuarta pared hizo que el "Soul Brother Nº 1" (Hermano nº 1 del soul) les echara una mano. El realizador acaba diciendo: "Decíamos a menudo que él producía la película".