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Desde Nikita, dura de matar, pasando por El profesional (León), hasta El quinto elemento, el guionista y realizador Luc Besson ha creado algunos de los papeles femeninos más duros y memorables del cine de acción. Luc Besson dirige a SCARLETT JOHANSSON (Capitán América: Soldado de invierno, Marvel Los vengadores) en LUCY

Los colaboradores habituales del director le ayudan a plasmar la historia en la pantalla, encabezados por la productora VIRGINIE BESSON-SILLA (Malavita, The Lady); el director de fotografía THIERRY ARBOGAST (El profesional/León, El quinto elemento); el diseñador de producción HUGUES TISSANDIER (Transporter, La venganza); el montador JULIEN REY (Malavita, The Lady); el diseñador de vestuario OLIVIER BERIOT (Arthur y la venganza de Maltazard, Malavita), y el compositor ERIC SERRA (El quinto elemento, Juana de Arco de Luc Besson).

La producción ejecutiva corre a cargo de MARC SHMUGER (Aquí y ahora, We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks).


Los secretos del universo: La ciencia y la ficción se unen en LUCY
Hace mucho que la mente humana y sus potencialidades empezaron a fascinar y a desconcertar a los mejores científicos. Se acepta que usamos muchos menos recursos mentales de los que disponemos, pero el porcentaje exacto no queda claro… y cambia a menudo. Esa idea sirvió de punto de partida para el guión de la nueva película del guionista y director Luc Besson. Imaginó lo que pasaría si pudiéramos acceder a los rincones más recónditos de nuestra mente y se preguntó cómo afectaría eso a nuestra comprensión de la vida… y a nuestro papel en el mundo. En otras palabras: "¿Nos permitiría un mayor control sobre nosotros y los demás?"

Le interesaba la idea de escoger a una chica "normal" para que desarrollara capacidades físicas y mentales superhumanas desde el momento en que pudiera acceder a toda su mente. "Lucy tiene problemas, como todo el mundo", dice, "no sabe qué hacer con su vida, pero ahora va a alcanzar un saber universal".

La productora Virginie Besson-Silla, que ha trabajado en tres ocasiones con el realizador en Malavita, The Lady y Adèle y el misterio de la momia, dice que a Luc Besson se le ocurrió la idea hace diez años: "Tenía la base de la historia, pero creo que Luc no estaba preparado para enfrentarse a ella. Tengo la impresión de que quiso dejarla madurar". Y añade, después de una pausa: "Le hicieron falta diez años para retomar el concepto".

Luc Besson estaba convencido de que la idea de aumentar las posibilidades mentales de la protagonista era un material de primera para un thriller de acción, y sintió la necesidad de anclar la película en el realismo, al menos en parte. "Después de hablar con unos cuantos científicos, me quedé asombrado por lo que me contaron acerca del cáncer, de las células, de que tenemos cientos de miles de millones de células que se comunican", dice. "Al parecer, cada célula manda unas mil señales por segundo. La red no es nada comparada a nuestro organismo. Tardé unos años en encontrar el equilibrio entre la realidad y la fantasía".

Al adentrarse cada vez más en la historia, Luc Besson se puso en contacto con un cierto número de científicos, entre los que se encontraba el mundialmente famoso neurólogo YVES AGIS, uno de los fundadores, con Luc Besson, del "Institut du Cerveau et de la Moëlle Épinière (ICM) (Instituto del cerebro y de la médula espinal) con sede en el Hospital Pitié-Salpétrière de París. El médico recuerda la conversación que mantuvo con el realizador acerca de una historia que 'mezclaba la realidad con la ficción'". Dice: "Luc me habló del guión y me pareció una idea extraordinaria, pero me tocó poner el freno a su creatividad con algunos hechos. No fue nada difícil, Luc lo entiende todo con extrema rapidez".

El neurólogo ayudó a Besson a andar en la cuerda floja que separa la realidad teórica de la imaginación, y empezó a darse cuenta de que la creatividad del cineasta no estaba tan alejada de la verdad científica. "Es lo que más me gusta de la película, los hechos reales", dice Yves Agid. "Por ejemplo, se habla de la cantidad de células en el cerebro, del número de señales que produce una célula cada segundo. Al utilizar estas cifras, Luc imprime una dinámica fascinante a la historia. Desde luego, cuanto más avanza la película, más se ficcionaliza, y así debe ser. Pero es perfectamente creíble porque, en parte, está basada en la realidad".

Luc Besson explica cómo se desarrolla la historia: "Una combinación de factores hace posible que todo esto ocurra, y dos de esos factores son unas personas realmente malas y una nueva droga. Bueno, no es una droga propiamente, es una sustancia natural producida por las mujeres en su sexta semana de embarazo llamada CPH4. Se me ocurrió la idea y, según algunos médicos con los que hablé, no es totalmente descabellada. Supongamos que alguien consigue tener acceso al 30% de su mente, podrá acceder al 40% y así sucesivamente. Es como un efecto dominó. En cierto modo, Lucy coloniza su propio cerebro y no puede parar. No quiere seguir haciéndolo, ni siquiera sabe cómo usar ese potencial".


La primera nueva mujer del mundo: Lucy renace
Con personajes femeninos tan fuertes como la protagonista de Nikita, dura de matar; Mathilda en El profesional/León, Leeloo en El quinto elemento, Luc Besson ha creado algunas de las heroínas femeninas más duras y despiadadas de la historia del cine de acción. Para encarnar a Lucy, necesitaba a una actriz cuya vulnerabilidad fuera creíble y que, al mismo tiempo, tuviera auténticos superpoderes desde el momento en que ingiere una sustancia ilegal que le permite obtener habilidades desconocidas.

La productora Virginie Besson-Silla describe a la sorprendente heroína de la manera siguiente: "Lucy es una chica normal que se lo pasa bien en Asia y a la que le gusta mucho salir. Está descubriendo la vida, pero no sabe que va a hacerlo de la forma más dura… y que irá mucho más lejos de lo que jamás imaginó".

La productora y el director pensaron en Scarlett Johannson para el papel por haber trabajado en películas intimistas como Lost in Translation y Her, así como en éxitos de acción como Iron Man 2, Los vengadores y, recientemente, Capitán América: El soldado de invierno. Luc Besson reconoce que la profesionalidad de la actriz le dejó impresionado. "Me sorprendió su profesionalidad nada más conocernos", explica. "Había leído el guión y me gustaron los comentarios que hizo. Estaba entusiasmada con la historia. Supe inmediatamente que debía ser ella".

Scarlett Johansson explica que le interesó interpretar a Lucy sobre todo porque el personaje "se encuentra en una fase de tránsito en su vida cuando la conocemos. Intenta descubrir quién es y tiene la sensación de que ha llegado la hora de tomarse la vida más en serio". Pero no sólo le atrajo la historia en sí, sino la visión de Luc Besson: "La película plantea preguntas existenciales complejas. El guión ha seguido evolucionando gracias a la visión de Luc. Todo lo que imaginé a partir de la lectura del guión se quedó pequeño comparado a lo que Luc consiguió insuflar al proyecto durante el rodaje".


La actriz reconoce que al principio se sintió algo desorientada por la estructura no lineal del guión, pero que siempre supo que podía confiar en el director. Conocía su obra y decidió lanzarse sin más. "De hecho, es lo que me cautivó del proyecto", dice. "Debía confiar plenamente en la visión de Luc. Recuerdo que la primera vez que nos vimos, me dijo: ‘Confía en mí, sé lo que hago, aunque a veces pueda parecerte que nada está claro’. Y eso hice, tuve fe. Es un hombre formidable con una visión muy clara en la cabeza y hará lo que sea para plasmarla exactamente".

Todos los que han participado en el rodaje reconocen que Lucy ha sido un papel muy exigente, pero Scarlett Johansson aportó mucho más de lo que esperaban. La productora dice: "Lo más difícil era el cambio y la forma en que se produce. Pasa de ser una chica de lo más normal a convertirse en una superheroína. Scarlett hizo el recorrido sin pestañear".

Gracias a su visión clara de la protagonista, Luc Besson inventó un método para ayudar a la protagonista a meterse en la piel de Lucy. "Creamos algo bastante divertido que colgamos en la pared del camerino de Scarlett", explica el realizador. "Le servía de guía para saber cómo debía reaccionar cuando le pedía que interpretara con el 25, 50 o 70 por cien de su potencial mental".

"Dibujamos un gráfico especificando el nivel de capacidades y conocimientos correspondientes a cada diez por ciento adicional", sigue diciendo Luc Besson. "Cada mañana, Scarlett leía el gráfico para saber a qué Lucy debía encarnar ese día. Si se compara la Lucy del principio con la del final, tienen muy poco en común. Una vez en el plató, Scarlett era excepcional. No importa lo que se le pida, siempre dice que sí, siempre está dispuesta".

La actriz reconoce que el mayor reto consistió en conseguir que Lucy fuese una mujer con la que identificarse a pesar de los cambios psicológicos y físicos que sufre: "A medida que la droga hace más efecto, Lucy pierde la posibilidad de sentir empatía y dolor por otras personas. Puede meterse en la memoria de la gente y controlar físicamente a casi todo el mundo, no tiene opiniones. No hay ideas preconcebidas, no enjuicia a nadie. Me costó conseguir que mi interpretación no resultara lineal y monótona. Era necesario comunicar su lado humano más allá de sus circunstancias".


De la evolución a la revolución: Los actores secundarios
A medida que las capacidades de Lucy siguen creciendo, decide ponerse en contacto con el profesor Samuel Norman, un experto del cerebro humano, con la intención de entender lo que le está pasando. Al poco tiempo de haber ingerido la sustancia, descubre que es capaz de aprender chino en una hora y que empieza a saber controlar el tiempo y el espacio. El realizador y la productora se sintieron muy halagados cuando el oscarizado Morgan Freeman se unió al equipo en el papel del mundialmente famoso neurólogo que ha dedicado su vida a estudiar la forma de acceder a la información que guardamos en el cerebro.

A Morgan Freeman siempre le ha interesado la ciencia y especialmente el poder de la mente, por lo que era perfecto para el papel. "Morgan Freeman es el profesor ideal por dos razones", explica Luc Besson. "En primer lugar, le fascinó la teoría que desarrollamos en la película; más aún, la conocía. Fue un placer para él hablar de eso. Y, en segundo lugar, porque es un actor genial y es imposible no creerse lo que dice".

Virginie Besson-Silla estaba encantada de que Morgan Freeman aceptara el papel. "Morgan es la única persona que podía interpretar a Dios", dice, riendo. "No cabe duda de que es el actor perfecto para encarnar al sabio de la película".

El actor reconoce que siente cariño y respeto por su personaje: "El profesor Norman lleva años escribiendo acerca de la mente", explica. "Da conferencias en el mundo entero y trabaja en La Sorbona, en París, desde hace unos cuantos años. Al ser la persona que quizá más sepa en este campo, Lucy le busca para intentar comprender lo que le pasa".

Morgan Freeman añade que el profesor siente una gran curiosidad por conocer a Lucy: "Cuando le llama, le dice: ‘He leído todo lo que ha escrito’. Y él contesta: ‘Es imposible’. Entonces Lucy empieza a citarle y él dice: ‘Debemos conocernos’".

Cuando el potencial físico y mental de Lucy aumenta, se convierte en una presa muy valiosa para los mafiosos que la secuestraron, especialmente para el jefe Jang, al que da vida el actor surcoreano Choi Min Sik. "No había conseguido tener un malo tan genial como el Sr. Jang desde el personaje de Gary Oldman en El profesional/León", dice Luc Besson. "Si Lucy alcanza la inteligencia suprema, el Sr. Jang personifica la maldad diabólica".

El director quería ir algo más lejos de lo habitual con el enemigo de Lucy. "En el cine siempre tenemos reparos a la hora de imaginar a los malos", dice. "Pero basta con ver las noticias para comprender que en la realidad hay personas mucho más crueles de lo que imaginamos. Tenemos mucho margen para crear a un malo, y el Sr. Jang es un hombre de negocios de lo más malvado. Es consciente de que tiene un 50% de probabilidades de estar muerto antes del amanecer, por lo que los demás no le preocupan mucho".

La productora está de acuerdo en que el Sr. Jang es la personificación del mal. "No tiene límite", dice Virginie Besson-Silla. "Es el peor de los seres humanos. No tiene valores, no siente afecto ni compasión. Solo le interesa el dinero. Dudo que tenga emociones. Para él, todos los que le rodean son objetos".

A pesar de que el actor surcoreano Choi Min Sik, conocido sobre todo por su trabajo en Oldboy, no hablaba una palabra de inglés o de francés, Luc Besson estaba convencido de que era perfecto para el papel. El director dice, riendo: "Fue muy gracioso porque usamos el cuerpo para comunicarnos. Yo interpretaba la escena y él me enseñaba cómo la reinterpretaba. Casi nos comunicábamos como dos monos al principio". Pero el realizador solo tiene alabanzas para el actor: "Choi me fascina. Es uno de los mejores actores que conozco, aparte de ser una persona adorable".

La productora recuerda que les costó un poco convencer al actor para que se uniera al reparto. De hecho, hasta LUCY, Choi Min Sik no había aceptado un papel en una producción internacional. "Al principio no estábamos seguros de que hiciera la película", recuerda Virginie Besson-Silla. "Tuvimos que viajar a Corea a conocerle, hablarle y contarle la historia. Hasta el final de la conversión no nos dijo que le interesaba y estaba dispuesto a participar".

Choi Min Sik se sorprendió enormemente cuando supo que Luc Besson quería conocerle, pero era una oferta que no podía rechazar: "Al principio de mi carrera veía las películas de Luc", recuerda. "Y siempre me inspiraban, así que pensé: ‘Después de llevar tantos años actuando, por fin conoceré a ese gran director’. Creo que me empujó la curiosidad, quería saber cómo trabajaba en el plató con su equipo, cómo serían los decorados".

A pesar de que el Sr. Jang y sus acólitos torturan a su personaje, Scarlett Johansson habla muy bien del actor: "Fue maravilloso trabajar con Choi. No hablábamos el mismo idioma, pero fuimos perfectamente capaces de comunicarnos mediante gestos y expresiones. Muchas de nuestras escenas juntos son brutales, frías y violentas, pero tiene una presencia tan enigmática que sentí que comunicábamos espiritualmente. Aparte de eso, es muy abierto, muy simpático, siempre estaba de buen humor. Observarle es increíble por su tremenda expresividad. Aunque el Sr. Jang podía haberse limitado a ser un personaje malvado, Choi le aportó mucho más, dándole una dimensión multifacética".

Mientras Lucy huye de la mafia, se pone en contacto con Pierre Del Rio, un oficial de la policía francesa al que da una pista para que arreste a unos contrabandistas. Del Rio, al que interpreta el actor egipcio Amr Waked, no acaba de entender por qué le llama la joven y no se cree la historia que le cuenta. "Piensa que alguien le está gastando una broma, que alguien quiere burlarse de él", explica Amr Waked, conocido sobre todo por su papel en la aclamada Syriana, de Stephen Gaghan. "Acaba uniéndose a ella y entonces descubre que Lucy tiene poderes, pero no sabe por qué. Sus habilidades le asombran y la relación entre ambos se estrecha poco a poco.".

Luc Besson explica que Del Rio es la encarnación de la ingenuidad y que para un hombre como él, con una vida de lo más normal, Lucy parece una extraterrestre: "Es el Cándido de Voltaire. Se da cuenta de que los poderes de Lucy son enormes y que no puede hacer nada al respecto. Del Rio representa al público, solo puede mirar".

La productora añade que el policía es la antítesis del Sr. Jang: "Lucy no se equivoca cuando dice que Del Rio le recuerda su lado humano porque representa la bondad. Estará con ella hasta el final y, en cierto modo, la protegerá. Lucy ha perdido toda capacidad emotiva al ingerir la droga, pero cuando está con Del Rio, una pequeña chispa vuelve a brillar".

Cuando su agente le llamó y le dijo que Luc Besson quería conocerle porque estaba pensando en darle un papel en su próximo proyecto, Amr Waked no disimuló su entusiasmo. "¿Luc Besson me busca? Yo le busco a él", dice, riendo. "No, en serio, me bastaba con saber que el guión era suyo y que lo iba a dirigir para que quisiera hacer la película". Es suficiente con leer el guión para entender por qué Luc es un director, un guionista y un productor tan importante".

La productora Virginie Besson-Silla considera una ventaja que el actor egipcio no sea muy conocido en Occidente: "Me gusta que sea un gran actor, pero que no le hayamos visto en muchas películas. Me parece importante descubrir nuevas caras en la pantalla".

Una vez el reparto seleccionado, la productora comenta que Luc Besson se esforzó en que la película reflejara cómo actuamos con nuestro entorno. "Luc quería mostrar la diversidad del planeta y la mezcla de culturas", dice. "Tenemos a Scarlett Johansson, una caucasiana; a Morgan Freeman, un afroamericano; a Min Sik Choi, un surcoreano, y a Amr Waked, un egipcio".


El tiempo unificador: Los decorados de LUCY

El rodaje en Taiwán
Cuando Luc Besson escribió la primera versión de LUCY hace diez años, su intención era que se rodase en Taipéi, Taiwán. Había descubierto la ciudad en 1994 durante la promoción de El quinto elemento, y se enamoró de sus habitantes y del entorno. Al llegar el momento de las localizaciones del thriller de acción, la productora y el director barajaron unas cuantas ciudades asiáticas en las que rodar, sopesando la logística y el presupuesto. "Lo curioso es que acabamos rodando en Taipéi y escogimos el mismo hotel donde estuve hace veinte años", dice Luc Besson. "No encontré nada que superase lo que había visto hace tanto tiempo".

La productora Virginie Besson-Silla está totalmente de acuerdo en que era imposible recrear Taipéi en otra ciudad. "Desde el principio imaginamos que la acción transcurría en Taipéi sencillamente porque Luc quería una ciudad asiática donde todo transcurriese muy deprisa, y Taipéi encajaba a la perfección. Además, no se han rodado muchas películas occidentales en la ciudad".

El director disfrutó del rodaje en Taiwán y recomienda a otros cineastas que filmen allí. "Los habitantes de Taipéi son las personas más amables que jamás he conocido", dice. "La policía es muy seria y nos ayudó muchísimo. Hay una multitud de decorados, inmuebles, edificios, playas, paisajes marinos, bosques, montañas, todo en un radio de 130 kilómetros". Y después de una pausa, añade: "Además, nunca había comido raviolis chinos tan buenos".

LUCY es la primera película que Scarlett Johansson rueda en Taiwán: "Me encantó tener la ocasión de explorar la ciudad", dice. "Es un lugar muy abierto. En cierto modo, el hecho de sufrir el decalaje horario y de estar cansada añadió veracidad a la desorientación que sufre mi personaje cuando empieza a afectarle la droga".

En Taiwán rezan y hacen ofrendas a los espíritus antes de empezar a rodar. La productora cuenta en qué consiste. "El primer día colocaron comida y bebidas en una mesa", recuerda. "Llegué al plató y pregunté que hacía esa mesa en medio del decorado. Alguien me contestó que era para los espíritus. Fue una experiencia genial, por eso me gusta ir a otros países y explorar diferentes culturas. Estoy convencida de que rodar en un entorno diferente aporta mucho al equipo y a la película".

El director también cayó bajo el hechizo de las tradiciones del país, y hablando del primer día de rodaje, dice: "Con varas de incienso en la mano, todos nos inclinamos hacia el Norte, el Oeste, el Sur y el Este para ahuyentar a los demonios. Y funcionó, no apareció un solo demonio en todo el rodaje. Fue conmovedor observar y participar en la ceremonia. No importa la religión que se practique, la comunión que se produce nos une a todos".

En París
Cuando Lucy huye de Taiwán, acaba en París, donde se han rodado algunas de las escenas de acción más intensas. Entre los decorados más espectaculares destacaremos la famosa calle de Rivoli, cerca del Museo del Louvre y del Jardín de las Tullerías; la mundialmente famosa Universidad de la Sorbona; el Hospital Militar de Val-de-Grâce, reservado a los oficiales del ejército francés, y un rastrillo.

La productora Virginie Besson-Silla explica que decidieron rodar las persecuciones en coche a mediados de verano, cuando hay menos gente en París. "A Luc se le ocurrió una idea muy loca", dice, riendo. "Lucy debía conducir a toda velocidad por la calle de Rivoli en sentido contrario al tráfico. Pero la calle de Rivoli tiene cuatro carriles muy transitados porque une el Louvre con la plaza de la Concordia. Aun así, lo conseguimos, ahí está, en pleno día, lanzada a toda velocidad. Fue asombroso".

El director estaba decidido a rodar una de las secuencias de acción más exigentes de toda la película en uno de los rastrillos de París. "Estábamos en un rastrillo lleno de gente a las dos de la tarde con coches volando y aterrizando encima de los puestos de frutas", dice. "La seguridad fue perfecta, y al cabo de tres días conseguimos una espléndida secuencia de acción".

El actor Choi Min Sik disfrutó del rodaje parisino. "Se come de maravilla en París y me ha costado mucho resistirme a la deliciosa cocina francesa", dice. "Estoy convencido de haber engordado, ha sido muy malo para mí", añade, riendo con ganas.

La Cité du Cinéma
Además de rodar en decorados naturales en la ciudad de la luz, parte de la película se filmó en las nuevas instalaciones de la Cité du Cinéma, el estudio de Luc Besson compuesto por nueve platós a las afueras de París. El estudio de última generación, con una superficie de 9.225 metros cuadrados, ya ha sido usado por otras grandes producciones, entre ellas 3 días para matar, Malavita, Venganza: Conexión Estambul y The Hundred-Foot Journey.

La mayoría de interiores, como la suite del hotel y parte de la Universidad de la Sorbona, se recreó en estudios. La productora explica: "Es mucho más sencillo trabajar en un estudio porque se puede controlar el entorno. Con tantos efectos visuales, es más fácil organizarlo todo en un plató".

Refiriéndose al decorado de la Sorbona, el director dice: "Es una de las más universidades más antiguas del mundo y disparamos más de 2.000 balas en las paredes. El primer día de rodaje estaba impecable. Según avanzaban los días, íbamos destruyendo el decorado. Casi no se veía nada por culpa del humo. Me quedo con la imagen del primer día, cuando todo estaba limpio, y del último día, cuando ni siquiera se reconocía el edificio". Y añade: "Es curioso, la Sorbona es una sede del saber, pero yo dejé de estudiar bastante pronto para dedicarme al cine. Y ahora he hecho una película acerca del conocimiento y de la inteligencia en la que se destruye el símbolo mismo del saber".

Scarlett Johansson no esconde su admiración por los decorados que se construyeron en la Cité du Cinéma: "Eran decorados enormes, muy detallados. Tenía realmente la impresión de estar en un piso, o en la lujosa suite de un hotel en Taipéi o donde fuera. Viajé por diferentes universos sin poner el pie fuera del estudio".

Los efectos visuales y el sonido del Presidio de San Francisco
En ninguna de las películas anteriores del realizador había tantos efectos visuales, pero Luc Besson dice que empezó incluyéndolos en sus películas a partir de El quinto elemento, hace 17 años. "Tampoco era una novedad para mí", explica, "entonces ya se utilizaban mucho las pantallas verdes". Pero en LUCY hay casi mil tomas con efectos visuales, por lo que el realizador y la productora decidieron recurrir a unos grandes expertos, Industrial Light & Magic (ILM) con sede en el Presidio de San Francisco. La responsabilidad recayó en el supervisor jefe de efectos visuales NICHOLAS BROOKS, ganador de un Oscar por su trabajo en Más allá de los sueños, y que recientemente se ha ocupado de Ahora me ves…

Luc Besson dice: "Es la meca de los efectos visuales. El Sr. Lucas es el gran maestro. Fuimos a verles, leyeron el guión y la idea les interesó. Fue un placer trabajar con ellos en esta película porque son tan amables como expertos. Además, en un proyecto como este, es muy bueno poder compartir ideas. Hay mucha gente joven trabajando en la empresa, gente que tiene ideas y está dispuesta a probarlo todo. Muchos directores quieren imponer su criterio, pero yo prefiero explicarlo, y si alguien me ofrece una solución mejor, tal vez la acepte. Fue un trabajo de colaboración en equipo".

Amr Waked habla en nombre de sus compañeros de reparto cuando cuenta lo mucho que aprendió de efectos visuales y efectos especiales en el rodaje. "Es la primera vez que trabajo tanto delante de una pantalla verde", dice. "He aprendido técnicas que me interesan mucho. En Egipto no solemos emplear muchos efectos visuales y esto ha sido un auténtico aprendizaje". Y añade: "Pero se necesita estar mucho más concentrado que cuando se rueda en un decorado real, hay que imaginarlo todo, no hay decorado. No basta con centrarse en el personaje y en el momento, sino también en el lugar donde transcurre la escena".

Los increíbles efectos visuales de LUCY se apoyan en los efectos sonoros producidos por SHANNON J. MILLS, de Skywalker Sound, que se ha encargado del diseño y montaje de sonido. Con cuatro premios Golden Reel MPSE al Mejor Montaje de Sonido por Avatar, Cars, Atlantis: El imperio perdido y Titanic, ayudó a Luc Besson a crear un sonido distintivo, en el que también participó GUILLAUME BOUCHATEAU, como supervisor de montaje y de diseño de sonido, y DAVID PARKER (El ultimátum de Bourne, El paciente inglés), con un incomparable trabajo en las mezclas.

Finalmente, el compositor Eric Serra, premiado por los César, creó la fascinante e hipnótica banda sonora de la película que incorpora el nuevo tema "Sister Rust", escrito especialmente para LUCY por el músico DAMON ALBARN, de Blur y Gorillaz. La preciosa y melódica balada cierra la película. Hablando de su trabajo con Luc Besson, Damon Albarn dice: "Luc tiene un estilo y un enfoque muy particulares que me animaron a crear algo distinto, muy cinematográfico".

Cerca del talento: El distintivo estilo de Luc Besson
Una película firmada por Luc Besson no se parece a ninguna otra. Esto se debe a que el guionista y director participa activamente en cada aspecto del rodaje. Virginie Besson-Silla recuerda que Luc Besson recorrió todos los departamentos de producción antes de empezar a dirigir. Nadie se sorprende cuando ve a Luc Besson añadir sangre falsa a unos figurantes o retocar el maquillaje de Scarlett Johannson y colocarse detrás de la cámara inmediatamente después.

La productora describe cómo funciona el realizador: "Luc no tiene miedo de ensuciarse las manos. Para él no existen las divisiones entre la técnica y el rodaje de una escena, por eso es capaz de conseguir tanta intensidad del trabajo de los actores. En el plató, lo más importante es centrarse en los actores y olvidar la parte técnica. Los intérpretes agradecen que esté siempre a su lado, detrás de la cámara, hablándoles mientras rueda".

Luc Besson añade que tiene una visión muy clara de la película que rueda y que por eso prefiere estar casi siempre detrás de la cámara. "Si no estoy al lado de la cámara, la llevo al hombro. Me gusta sentir la cercanía de los actores. Con el tiempo, he aprendido que cuando se pronuncia la palabra ‘Acción’, es como clavar una jeringa en el brazo del intérprete. Se queda anestesiado. Entre la palabra ‘Acción’ y ‘Corten", está bajo los efectos de la anestesia, es otra persona. No quiero romper ese momento. A veces, está en medio de una frase y digo: ‘Vale, respira, vuelve a hacerlo. Dilo de nuevo, vuelve a empezar’. No corto porque quiero sacar lo máximo posible del estado en que se encuentra. Y lo agradece porque lo más difícil para un actor es mantener la tensión esperando la palabra ‘¡Acción!’".

Para los intérpretes, el método del director es tan gratificante como exigente. Scarlett Johansson dice que le gustó mucho el estilo de Luc Besson: "Luc tiene una visión muy específica de lo que quiere en cada escena. Puede que sea más difícil para mí, pero prefiero que un director sea así. Me gusta la atención que pone en cada detalle y que no se conforme con menos. Reconozco que puede llegar a ser agotador, pero nunca he salido del plató pensando: ‘No sé si esa escena ha quedado redonda’. Deja muy claro desde el principio que no se conforma si la escena no es perfecta. Me parece genial".

Amr Waked está de acuerdo con su compañera de reparto: "Lo mejor de trabajar con Luc es que está detrás de la cámara, es el operador. Se convierte en el primer espectador. Me basta con ver su cara para saber si ha ido bien o no tan bien. Tampoco pierde tiempo porque él busca el encuadre, mueve la cámara. No se pierde tiempo entre una toma que ha salido mal y otra que ha salido bien. Como director, conoce a la perfección cada detalle del encuadre, cómo lo quiere y dónde. He aprendido mucho trabajando con él y espero ser un mejor intérprete".

Choi Min Sik habla del ambiente en el plató, y afirma que el reparto y el equipo técnico le hacían participar en las conversaciones aunque no habla inglés ni francés: "A pesar de que no compartíamos el idioma ni la cultura, todos teníamos el mismo objetivo. Son grandes profesionales y han sido muy amables conmigo. Me ha conmovido su gentileza. Nos gastábamos bromas, nos reíamos. Ha sido un rodaje maravilloso".

El profesor Agid, que ayudó a Luc Besson en el desarrollo del proyecto, está entusiasmado con la película y la experiencia que ofrece: "LUCY contribuye a los conocimientos que tenemos del cerebro. Es curioso, pero si se habla con cualquier persona en la calle, sabrá lo que es el intestino, sabrá lo que es el corazón. Algunos incluso dirán que las emociones proceden del corazón", añade, riendo. "Pero casi nadie sabe lo que es el cerebro, es increíble. Espero que esta fascinante película anime a los espectadores a interesarse por el cerebro. Lo que se ha escrito acerca del cerebro es complicado, pesado y difícil de entender, pero quien vea esta película tendrá ganas de saber más de la mente".

Han pasado más de diez años desde que Luc Besson escribió la primera versión del guión de LUCY, y por fin está a punto de mostrar la película al público: "Me gustaría que los espectadores salieran del cine y dijeran: ‘Dios mío, quiero saber más cosas acerca del cerebro, de la inteligencia’, y se fueran corriendo a sus casas para conectarse a Internet".