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  El amor es extraño  (Love is strange)
  Dirigida por Ira Sachs
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El director estadounidense Ira Sachs (Keep the Lights On, El juego del matrimonio) y un reparto encabezado por Alfred Molina, John Lightow y Marisa Tomei, convierten una historia acerca de la homofobia en un estudio sumamente sensible de las parejas en la producción LOVE IS STRANGE, presentada en Berlín dentro de la sección Panorama de la Berlinale 2014.


Comentarios del director
El amor es extraño es una historia multigeneracional que explora las diversas maneras en que cada uno experimentamos el amor en diversos momentos de nuestra vida. La historia gira en torno a la larga relación entre Ben y George (John Lithgow y Alfred Molina), dos hombres que llevan más de treinta años juntos, que se casan en la primera escena de la película y pierden su casa en la segunda. ¿Qué representa el amor para aquellos que llevan toda la vida juntos ahora que son mayores? Para los personajes de Ben y George, ese amor cobra forma a través de su pérdida, tanto material como personal. La historia ilumina con fuerza todo lo que representó el amor de estos hombres durante tantos años.

A través de los personajes de Kate y Elliot, que pronto cumplirán cincuenta años, interpretados por Marisa Tomei y Darren Burrows, vemos el amor en plena crisis y cómo nos enfrentamos a lo que nos rodea a esa edad. Su hijo ha crecido y su cómoda y estable vida se ve bruscamente interrumpida por la llegada inesperada de su tío. De pronto, ya no están tan seguros de nada.

En su hijo encontramos la naturaleza del amor en la juventud y cómo se descubren las realidades del amor observando a los demás. Joey (al que da vida un extraordinario joven actor, Charlie Tahan), mira a sus padres, mira a Ben y a George. Dicen que no se enseña a los hijos por lo que se dice, sino por lo que se hace. En muchos aspectos, El amor es extraño es una historia de iniciación al observar el aprendizaje de un adolescente a punto de hacerse adulto y lo que aprende a través de las relaciones que le rodean.

El amor es extraño trata de cómo vivimos, de lo que nos enseñan y quién nos lo enseña. ¿Cómo nos enseña el amor la iglesia, cómo nos enseña música un profesor de música, cómo nos ayuda a ver un artista, cómo, las películas, nos enseñan quienes somos, y a qué se parece el extraño y maravilloso amor?


Entrevista con Ira Sachs y Mauricio Zacharias
Jason Gordon

El amor es extraño es la segunda colaboración entre el guionista y director Ira Sachs y el guionista Mauricio Zacharias. Su primera película conjunta, Keep the Lights On, fue nominada a cuatro Independent Spirit Awards, Mejor Guion, Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor (Thure Lindhardt).

P: El amor es extraño ha sido invitada a numerosos festivales, ¿pueden decirnos algo acerca de la película?

Mauricio: Es la historia de una pareja que lleva junta casi 40 años. Por razones ajenas a su voluntad, se ven obligados a separarse y a alojarse en casa de parientes y amigos, pero su presencia hará que la vida de esas personas cambie. La película muestra que el amor puede ser difícil a veces, pero que también florece con el tiempo.

Ira: Es una historia multigeneracional. Gira en torno a una pareja que ha llegado a la parte final de sus vidas, interpretada por John Lithgow y Alfred Molina, pero también están Marisa Tomei y Darren Burrows, que encarnan a una pareja en la mitad de su vida, y un adolescente (Charlie Tahan) que acaba de descubrir el amor. Diría que es una película sobre las estaciones de la vida. Dada la edad de Mauricio y la mía, supongo que podría describirse como una película de “mediana edad” escrita por dos personas de mediana edad convencidas de que les queda mucho tiempo, pero conscientes de que nada es eterno.


P: ¿Cómo nació la historia y cómo fue el proceso de escritura del guion?

Mauricio: Ira me contó la historia de su tío, un escultor que vivió gran parte de su vida con su compañero y que siguió activo a pesar de su avanzada edad. Su última escultura fue la de un joven mochilero que había pasado por su vida. La imagen se quedó grabada en mi mente y. de hecho, se ve en la película. También me inspiré en mis padres, que llevan más de 50 años juntos. Ira y yo creamos juntos todos los personajes, las escenas y las situaciones antes de que empezara a escribir la primera versión. Luego volvimos a reunirnos una y otra vez para reescribir el guion.

Ira: Mauricio y yo encontramos un ritmo de trabajo con Keep the Lights On y ya estamos escribiendo un tercer guion. Empezamos hablando de nuestras vidas, de otras películas, de personas a las que hemos conocido, de cosas que hemos visto o que nos han pasado. A partir de esas conversaciones, creamos una idea y unos personajes. Luego, Mauricio se ocupa de la parte más dura, de la primera versión, lo que le lleva unas seis semanas en las que convierte nuestras charlas y notas en escenas dialogadas. A continuación viene una temporada en que cada uno escribe por su lado y comparamos el resultado. Confiamos plenamente el uno en el otro.


P: ¿Por qué decidieron rodar la película en Nueva York?

Mauricio: Hace tiempo que vivimos en Nueva York y a los dos nos apasiona la ciudad. Queríamos hablar de lo que nos rodea, no imagino la historia en otra ciudad.

Ira: Crecí en Memphis, donde empecé a hacer cine porque era el lugar que mejor conocía y donde estaban las historias que quería contar. Siempre incluyo recuerdos, sonidos, experiencias visuales en mis películas porque para mí es más fácil rodar si he tenido algo que ver con el lugar. Hace 25 años que vivo en Nueva York, y ahora forma parte de mí, como antes lo formaba Memphis.


P: ¿Han vivido alguna triste historia inmobiliaria?

Mauricio: Muchos amigos han tenido que mudarse porque ya no podían permitirse el lujo de vivir en la ciudad. En la película, Ben y George están en una situación parecida, pero encuentran una solución de último momento a su problema inmobiliario. Para ellos, vivir en la ciudad es crucial, pero todos tendrán que sacrificarse.

Ira: Cualquier vida vivida en Nueva York o en cualquier ciudad puede contarse como “una historia inmobiliaria”, porque “inmobiliaria” ahora significa “casa”, y la casa siempre se define según los recursos económicos de cada uno y el lugar de cada uno en la sociedad.


P: ¿Hay alguna escena en la película que no tenga nada que ver con lo que estaba en el guion?

Mauricio: No hubo ningún cambio importante desde la página a la pantalla en El amor es extraño, pero es maravilloso ver cómo los actores pueden añadir otro nivel y, a veces, el público reaccionar de formas diferentes a las esperadas. Por ejemplo, en la escena del colegio al principio de la película, el sacerdote católico despide a George y al final de la conversación, le dice: “Oremos”. Los espectadores se ríen, les parece muy gracioso.

Ira: Me gusta el hecho de que, cuando los espectadores ven la película, se creen totalmente la relación entre Ben y George, como si fuera una pareja a la que conocen y quieren desde siempre. Creo que en parte se debe al guion, pero sobre todo a las interpretaciones de John Lithgow y Alfred Molina.


Entrevista con John Lithgow y Alfred Molina
Emma Brown

P: ¿En algún momento intercambiaron papeles durante los ensayos?

Alfred Molina: No, nunca. Hablamos mucho, bueno, más que hablar, nos reímos mucho. Somos viejos amigos y nos comprendemos, además soy un fan de John Lithgow. Pero no, no intentamos intercambiar papeles. Me ocurrió una vez en una obra de teatro y el director nos pidió que leyéramos los papeles de los demás. De pronto, oyes una voz interpretar una frase que te costaba, puede ser de gran ayuda, pero para esta película no fue necesario.

John Lithgow: Ha preguntado si ocurrió durante los ensayos, pero no hubo ensayos. Ira tiene un método único. Fred estaba en Los Ángeles, y yo estaba trabajando en Calgary. Ira fue primero a Los Ángeles y luego a Calgary, donde estuvo dos días conmigo a solas, como había hecho con Fred. En ese tiempo leímos el guion y hablamos mucho.

Alfred Molina: Hizo lo mismo con todos los actores principales.

John Lithgow: No quería que leyéramos las escenas juntos, ni tampoco que ensayáramos. Incluso durante el rodaje, no quería que preparásemos nada, excepto el punto donde debíamos estar. Quería que descubriésemos las escenas durante el rodaje. Había trabajado con unos cuantos directores que hacían lo mismo porque no tenían ni idea, pero en el caso de Ira hay un método muy definido en la locura. Consigue exactamente lo que quiere, y creo que la sinceridad de las interpretaciones son el resultado directo de este método. Me dejó boquiabierto porque no suelo trabajar así.


P: La palabra que casi todo el mundo usa para describir la película es “intimista”.

John Lithgow: Le gusta filmar las emociones muy de cerca. Lo increíble de esta película es que, aparte de la gran crisis cuando despiden al personaje de Fred porque es gay – y eso es muy alarmante –, todas las otras crisis son pequeñas crisis domésticas sin mucha importancia que pasan en cualquier relación. La película no se pierde en las alturas, al contrario, se palpan las emociones de los personajes. El guion es impecable, maravilloso, y es lo que nos convenció a los dos para aceptar el papel.

Alfred Molina: En ningún momento pensamos: “Sí, la escena está bien, pero necesita algo más”. Siempre estaba todo. Cuando se dice de un realizador que es comedido, se implica que su trabajo carece de pasión, de tensión emocional. Pero en el caso de Ira, es todo lo contrario. Gracias a su moderación, los sentimientos que están al borde del fotograma, o incluso en segundo plano, se convierten en un golpe emocional.


P: ¿Conocían su cine cuando aceptaron los papeles?

Alfred Molina: Yo no.

John Lithgow: Ni yo. Trajo dos películas suyas cuando vino a verme a Calgary.

Alfred Molina: Sí, me dio Keep the Lights On y Forty Shades of Blue, la primera que vi y me encantó. Hay historias oscuras en Keep the Lights On y no estaba seguro de si quería hacer algo así. Pero me quedó claro que Ira era un gran director por la forma en que deja al actor y al público hacer el trabajo. Es muy generoso por parte de un director.

John Lithgow: No quiere que el público piense en la dirección, quiere desaparecer, y lo consigue.


P: ¿Y sus personajes?

John Lithgow: Me parezco mucho a Ben. Siempre quise pintar, bueno, de hecho, pinto. Como muchos artistas que conozco, soy distraído y ensimismado, nada realista. Fred tiene los pies anclados en la tierra. Creo que nuestros personajes estaban muy cerca de nosotros mismos.

Alfred Molina: Tuve que reconocer que George no me recordaba tanto a los hombres gay que conozco, sino a mí mismo. En cierto sentido, es una versión gay de mí. Le preocupa el orden, no permite que nada esté fuera de control, incluso tiene un cierto miedo a dejar que ocurran cosas. Creo que por eso los dos nos sentimos tan cómodos en nuestros papeles.

John Lithgow: No acabo de creerme que tengo 68 años, sigo sintiendo que soy joven. En la película, mi personaje tiene 71 años. Fue sorprendente verme en la pantalla y pensar: “Sí, ese soy yo”. Tuvimos suerte con esta película, sabíamos que serían dos grandes papeles.


Críticas
Una película tierna y conmovedora.
FIRSTSHOWING

Excepcionalmente bella. Una de las mejores películas del año.
PAPER MAGAZINE

Maravillosa y conmovedora.
VANITY FAIR

Un retrato de amor maravillosamente pintado.
SCREENDAILY

Un romance interpretado con maestría.
PLAYLIST

Bella, honesta y adulta.
TIME OUT ****

¿Quiere saber lo que es el amor?
ROLLING STONE ***