Will Ferrell y Kevin Hart protagonizan la comedia Dale duro, en la que también intervienen Tip "T.I." Harris, Alison Brie y Craig T. Nelson.
Etan Cohen se estrena como director de la película tras una exitosa carrera como guionista en la que ha participado en títulos como Tropic Thunder, ¡una guerra muy perra! Jay Martel, Ian Roberts y Etan Cohen se han encargado del guion a partir de una historia de Adam McKay, Jay Martel e Ian Roberts. Chris Henchy, Will Ferrell y Adam McKay ejercen de productores, mientras que Ravi Mehta, Kevin Messick y Jessica Elbaum intervienen en calidad de productores ejecutivos.
El equipo creativo de cineastas incluye al director de fotografía Tim Suhrstedt (Pequeña Miss Sunshine); el diseñador de producción Maher Ahmad (R3sacón); el editor Mike Sale (Somos los Miller); y la diseñadora de vestuario Shay Cunliffe (El legado de Bourne). Christophe Beck (Frozen) se ha encargado de crear la banda sonora.
Producción
"¿Estás listo? Porque cuando empecemos, ya no habrá vuelta atrás. Si quieres hacer esto, vas a tener que darle duro. ¿Estás listo para darle duro?".
"¡Estoy listo! Te lo demostraré. Puedo ser un tipo duro".
La idea para Dale duro surgió cuando los socios de producción Will Ferrell y Adam McKay se imaginaron cómo respondería una persona normal y corriente si, de repente, pasara de tener una vida cómoda y agradable a cumplir una condena en prisión durante 10 años. Ferrell, quien interpreta al personaje que se ve inmerso en esta situación, recuerda que ambos se preguntaron qué se sentiría en el preciso momento en el que te enteras de que vas a ingresar en prisión. ¿Qué se te pasaría por la cabeza? ¿Cómo te prepararías para ello? ¿Intentarías huir del país inmediatamente?
En palabras de Ferrell: "Es como de esas pesadillas en las que te las tienes que ingeniar para sobrevivir. Te pones a pensar en cosas como 'Voy a tener que aprender a pelear o a hacer favores sexuales; puede que incluso tenga que unirme a una banda'; ese tipo de cosas que suceden en las películas con las que piensas 'Voy a morir. O voy a ser la putita de alguien'".
Kevin Hart no se lo discute. "Le doy siete minutos", bromea Hart, quien protagoniza junto a Ferrell esta divertida y satírica comedia cuya trama trata sobre la historia de dos tipos que trabajan en el mismo edificio pero viven en dos mundos muy diferentes, hasta que hacen un trato insólito que posiblemente suponga un gran cambio en sus vidas y que les obligará a dejar a un lado sus prejuicios más básicos y desternillantemente inusuales.
Todo comienza cuando al personaje de Ferrell, James, un gestor de fondos que posee una inmensa fortuna, la mansión más grande de todas y la prometida más sexy que puede comprar con su dinero, le pillan con las manos en la masa. Para colmo, además de haber sido condenado por el tipo de fraude que le costaría a una persona normal todos sus ahorros, James acude a la única persona que piensa que le puede ayudar a prepararse para entrar en chirona: Darnell, quien se encarga de limpiar el coche de James y de quien da por hecho que ha pasado un tiempo en la cárcel, desde un punto de vista estadístico, debido a su edad, su situación económica, y...
"Da por sentado que Darnell ha estado en la cárcel porque es negro", indica Hart. Pero Darnell no sabe absolutamente nada del sistema penitenciario y, como es lógico, se ofende e intenta ponerle los puntos sobre las íes a James, pero el desgraciado experto en finanzas está demasiado preso del pánico como para escuchar. Rápidamente, Darnell hace cálculos y se dice a sí mismo: ¿por qué no? Si James es lo suficientemente estúpido como para caer en ese estereotipo y está dispuesto a pagar a dejarse aconsejar por Darnell, "aceptará la oferta, inventará una especie de programa y seguirá adelante con la farsa durante unas semanas para hacerse con el dinero".
Según McKay: "La historia nació de los personajes. Cuando Kevin pasó a formar parte del reparto, todo empezó a cobrar sentido. Nos partíamos de risa pensando en las posibilidades que Kevin y Will nos ofrecían a la hora de interpretar a estos tipos despistados que se preparan para los horrores de la cárcel".
Entonces, Ferrell, McKay y el productor Chris Henchy se plantearon que el famoso guionista Etan Cohen fuera quien se encargara de la dirección. Según Henchy: "Conocemos a Ethan desde hace años, pues era quien escribía el guion de los episodios de Beavis y Butt-Head mientras terminaba la universidad. Nos encantó Tropic Thunder, ¡una guerra muy perra! y además somos fans de su trabajo. Sabíamos que tenía ganas de dirigir, y pensamos que este proyecto llevaba escrito su nombre".
"Es uno de los mejores guionistas de comedia, así que estábamos seguros de que se le ocurrirían otras frases, daría rienda suelta a la improvisación y aportaría su ingenioso y divertido punto de vista", añade McKay.
Para Cohen, quien comparte los créditos del guion con Jay Martel e Ian Roberts, todo gira en torno a la química de sus dos explosivos protagonistas y su habilidad para conseguir que el público forme parte de una situación cómica. "Lo tuve claro cuando me enteré de que Will y Kevin serían los personajes principales", comenta el director. "Los dos son unos cómicos increíbles, pero son muy diferentes y transmiten distintas energías. Will es cómo un maestro zen de la comedia, pues es algo que fluye por sus venas, mientras que Kevin es como un alquimista y una máquina en funcionamiento constante que crea de la nada. Tenía claro que iban a funcionar muy bien juntos desde el principio y que sacarían lo mejor el uno del otro de una forma extraordinaria; además, sabía que iba a ser muy divertido ver cómo ridiculizan a estos personajes, no solo cuando interactúan entre ellos, también con casi todas las personas que se cruzan con ellos. Cada día, rodábamos lo que estaba planeado y luego descubríamos cosas nuevas que ell
os mismos añadían y que surgían debido a su forma de trabajar juntos".
Esa misma energía cómica es la que define su colaboración en este proyecto, en el que interpretan a dos tipos totalmente incompatibles. Para empezar, la imagen del diminuto Darnell ya resulta chistosa cuando la comparamos con la altura de James (1'95 metros, o casi 2 si tenemos en cuenta el pelo), una diferencia que resulta muy útil cuando James tiene que usar a su entrenador como si fuera una pesa humana. Son polos opuestos en todo, empezando por sus formas de ver la vida, sus gustos musicales o el estilo que tiene a la hora de vacilar, tan malo que provoca que a Darnell le sangren los oídos.
Lo único que James y Darnell parecen tener en común, además de lo absurdo de su situación, es el compromiso y la coordinación de los actores que se meten en la piel de estos personajes.
"Compartimos el mismo instinto con respecto a nuestra forma de hacer comedia", comenta Ferrell.
Hart explica: "Hay niveles diferentes. No se trata de ser la persona más divertida de la sala, y ambos somos conscientes de ello. Nuestra motivación principal era conseguir que cada escena fuera mejor y que nos pusiera en una situación que nos beneficiara a los dos. Como fanático de la comedia y de la improvisación, Will siempre ha sido uno de los mejores en este campo. El objetivo de esta película es que la gente se ría, por eso también teníamos que reírnos mientras grabábamos; así consigues mejores recursos para las bromas, y así es como Will y yo hemos trabajado desde el principio. No teníamos ninguna prisa por ir a nuestra caravana cuando terminábamos una toma, sino que nos sentábamos a charlar y nos reíamos".
Su compañerismo fue tal que hizo de Dale duro una película de colegas. O como dice Cohen: "Trata sobre dos personas que tienen muchos prejuicios el uno sobre el otro y que, de no ser por la situación en la que se ven envueltos, nunca habrían cambiado esta forma de pensar. Pero para que eso suceda, ambos tienen que estar por la labor. James nunca se ha relacionado con nadie que no haya formado parte de la Liga Ivy o el mundo de las altas finanzas, así que cuando conoce a Darnell, solo puedo ver en él a un posible pandillero. Y Darnell cree que James es un imbécil racista al que siempre le ha caído todo del cielo, y en parte es cierto, pero cuando le conoce mejor, se da cuenta de que James intenta ser un buen tipo, pero a su extraña manera. Por otro lado, James comprende que Darnell no está pasándolo mal porque sea un fracasado, sino por sus circunstancias personales".
Según Hart: "La película trata los estereotipos de una forma divertida e inteligente, y nosotros nos burlamos de ellos; así conseguimos dirigir la atención a la estupidez. Es como si dijéramos: En los tiempos que corren, deberíamos jugar todos en el mismo equipo y respetarnos los unos a los otros".
El resto del reparto que interviene junto a Ferrell y Hart en esta misión por intentar que James se ponga en forma para cuando llegue el fatídico momento está formado por T.I. "Tip" Harris en el papel de Russell, un primo lejano de Darnell, un pandillero auténtico y líder de los formidables Crenshaw Kings; Alison Brie como Alissa, la novia de James, una muchacha de la alta sociedad que hará lo que sea por su "hombretón", siempre y cuando le pague las facturas; y Craig T. Nelson en el papel del padre ricachón de Alissa, Martin, de quien su hija ha heredado unos valores realmente cuestionables. Cada uno aporta su actitud y sus expectativas en esta hazaña de manera que al final consiguen que James y Darnell descubran quiénes son y cómo quieren vivir sus vidas en realidad.
Pero quien se piense que James y Darnell son blandos el uno con el otro tan solo tiene que recordar el nombre de la película, pues, según Ferrell, "es algo más que un juego de palabras. Es un término que define el proceso de preparación física y mental para una vida entre rejas. Aunque, obviamente, cuando me preguntaban en qué estaba trabajando y yo respondía que en una película llamada Dale duro, todo el mundo reaccionaba o pensaba que se trataba de una porno".
"Creo que es bueno que el título incomode a la gente. El hecho de que esta película sobrepase los límites resulta divertido y simbólico".
El programa de preparación de Darnell: O dicho de otro modo, cómo sobrevivir en prisión
¿Qué significa empetar?
Una vez James haya firmado en la línea de puntos, todo está en manos de Darnell. Darnell es un buen negociante y cree que puede tomárselo como algo metódico y crear un significativo programa de tres semanas que abarque todas las posibilidades más espantosas.
Cohen y los guionistas Martel y Roberts también se enfrentaron a una dura tarea a la hora de crear las diversas torturas que Darnell se imagina y que James deberá sufrir. En palabras de Roberts: "No teníamos ni idea de cómo era en realidad la vida en prisión, y eso nos ha servido de ayuda para hacer una película a modo de respuesta a la pregunta que la mayoría de la gente se hace en algún momento de su vida: ¿Qué haría yo si me viera en esa situación? Estábamos familiarizados con todas las terribles situaciones que hemos visto en películas y documentales, y eso nos permitió sentirnos identificados con el miedo infundido que siente James y con las referencias culturales populares de Darnell".
Ahora Darnell se lo tiene que vender muy bien.
Por suerte, no hace falta mucho para convencer a James. En palabras de Hart: "James pasa de tenerlo todo a verse entre la espada y la pared, así que está dispuesto a todo con tal de que no le quiten todo lo que tiene. Darnell le prepara un curso intensivo lleno de adornos que se ha inventado totalmente, pero James se cree todo lo que le dice y está comprometido al cien por cien porque gracias a él ahora alberga la esperanza de que podrá afrontar la situación".
Martel añade: "Al final, todo es cuestión de desesperación, y esa es la emoción más importante para hacer frente a lo cómico de la situación, ese impulso motivador que te obliga a aferrarte a cualquier cosa que pueda servir de ayuda".
Fase uno: Ponte en forma y demuestra agresividad
Darnell se pone manos a la obra de inmediato, con la carpeta en una mano y un spray de pimienta en la otra da comienzo la primera lección: mantente siempre alerta. Rápidamente, el autoproclamado experto en cárceles convierte la palaciega vivienda de James en algo parecido a una prisión de máxima seguridad que cuenta incluso con focos y vallas electrificadas, y recluta al extremadamente dispuesto personal del hogar para que le trate como si fuera una basura; todo por su propio bien, claro está. Bajo las órdenes de Darnell, el multimillonario cambia su ropa de diseño y sus menús gourmet por el tono deprimente de la prisión y por comida típica de esta institución, se traslada a una "celda" sin ventanas que solía ser su bodega de vinos y se ve obligado a hacer pis en un cubo.
Según Ferrell: "Darnell quiere que James ensaye su cara de 'perro rabioso', es decir, la cara más amenazadora que puedas poner en prisión". Convierte su campo de tenis en un patio de cárcel, le obliga a realizar varias pruebas físicas y a pelearse con gente en público, todo con el propósito de convertirle en un tipo duro.
Para ello es necesario cambiar las máquinas de entrenamiento de James por un gimnasio improvisado característico de una cárcel, en el que tendrá que hacer pesas con ruedas viejas o, incluso, con el propio Darnell. Con el objetivo de cubrir todas las posibilidades, Darnell prosigue con el entrenamiento enseñándole sutilezas como amenazas e insultos y cómo evitar problemas en las duchas; incluso simula un motín cuyos resultados no pueden ser más desastrosos e inesperados.
También asume el puesto de encargado de las dinámicas sociales del patio, y mientras explica a James cómo puede acabar convirtiéndose en un saco humano entre pandillas rivales, interpreta a distintos tipos de posibles agresores atacando tanto a James como a cualquier persona que se le cruce desde cualquier ángulo. Cohen revela: "Fue una actuación magistral, pues en el guion solamente ponía 'Kevin tenía que interpretar varias voces'. Ya sabíamos cuáles serían los personajes que interpretaría, pero en este caso le dimos total libertad para que hiciera lo que quisiera y se volvió loco; empezó a representar distintos grupos con los que James podría encontrarse en el patio de la cárcel que se le amenazaban o se peleaban entre ellos. Presenciar esta escena y ver la reacción de Will en ese momento fue algo increíble".
Fase dos: Si lo anterior no funciona, aprende a ser complaciente desde un punto de vista sexual
No hizo falta mucho tiempo para que se dieran cuenta de que James no iba a salir victorioso de una amenaza ni de una pelea y que no iba a ser capaz de defenderse de ningún modo, así que Darnell recurre a una opción que considera más realista, teniendo en cuenta la personalidad y las pocas habilidades de James, le prepara para la posibilidad de que tenga que recurrir a realizar favores sexuales a cambio de un poco de protección.
Esto requiere un poco de práctica, así que Darnell le lleva a un moderno restaurante de Los Ángeles en el que predomina la clientela masculina, elegido como "el mejor lugar para comer y flirtear durante tres años seguidos". Pero, una vez más, las cosas no salen según lo esperado.
Fase tres: Si lo anterior no funciona, intenta aliarte con alguien
Llegados a este punto, Darnell empieza a notar la presión. Lo que parecía una manera fácil de conseguir dinero, además de una satisfactoria sensación de venganza, se ha convertido en algo bastante más complicado. Le guste o no, tiene que reconocer que admira lo duro que está trabajando James, a pesar de su aplastante carencia de instinto, coordinación o habilidad, y si a esto le sumamos que quizás, y solo quizás, este tipo no sea el imbécil que Darnell pensaba que sería, le lleva a cruzar la línea entre su campo de batalla ficticio y ofrecerle a James el tipo de protección que podría mantenerle con vida en la cárcel.
Para ello, va a necesitar ayuda de verdad. A regañadientes, decide llamar a su primo Russell, un auténtico pandillero de los que lleva cadenas de oro y líder de los Crenshaw Kings, interpretado por el artista ganador de varios premios Grammy, T.I. "Tip" Harris.
En palabras de Ferrell: "A T.I. no solo se le da bien ser gracioso, sino que también es muy bueno para dar miedo con mucha gracia, y también es una persona auténtica".
Mientras Harris se prepara para la escena, comenta: "Rusell y Darnell tienen un conflicto familiar personal, una altercado que sucedió hace mucho tiempo, y por eso a Russell no le interesa su primo. Por eso ahora que le ha pedido ayuda, Russell piensa 'Espero que sea algo bueno'. La cuestión es que Darnell se ha visto envuelto en esta situación sin tener ni idea y sin ningún tipo de experiencia. Solo quería aprovecharse de la oportunidad, y ahora su única alternativa es comprobar si su primo le puede ayudar".
A pesar de que James no se parece en nada a un miembro de una pandilla, o puede que gracias a ello, Russell y su banda acaban simpatizando con él y le ponen el apodo "Mayo", de mayonesa. Cohen sugiere: "Tienen mucho que ver en realidad, pues, al final, ambos no son más que hombres de negocios".
A los Crenshaw Kings les encantaría ayudar, pero, Russell descarta la idea, ya que las alianzas en la cárcel surgen entre personas con el mismo color de piel. Entonces, recomienda a James que le pida ayuda al líder de la Alianza de los Blancos, lo que conduce a ambos socios a un inquietante almacén de una descuidada parte de la ciudad, llena de moteros ruidosos y borrachos, en la que resuenan canciones de rockabilly.
Pero James tampoco parece encajar en la Alianza. "Sería lógico que le acogieran con los brazos abiertos, pero se dan cuenta de quién es la persona que se esconde tras un jersey de cachemir y lo único que quieren es darle una paliza de las buenas", explica Henchy.
Mientras tanto, cuanto más confía James en la protección de Darnell, menos fe tiene en las personas que cumplían esa función para él hasta ahora: concretamente en Alissa, la bellísima pero irremediablemente superficial mujer con la que está comprometido; el padre de Alissa y antiguo jefe y mentor de James, Martin, quien le hizo la promesa de que su equipo jurídico encontraría un modo de solucionarlo todo, pero, en realidad, ha estado demasiado ocupado jugando al golf y comprando islas.
Alison Brie, la actriz que interpreta a Alissa, el término cazafortunas tiene ahora una nueva definición, pues opina que "Alissa está bastante consentida, y también es una listilla. Creo que Alissa ama a James y haría cualquier cosa por el si la situación está a su favor, es decir, si James es increíblemente rico, su vida juntos es maravillosa y si se van a mudar a una nueva mansión que acaban de construir especialmente para ellos. Pero no estoy muy segura de que sienta lo mismo si las cosas no suceden como ella quiere, o si James la pone en ridículo al estar condenado a ir a prisión".
"Solo le importa el dinero. Cuando es evidente que James no va a ser capaz de ofrecerle las riquezas y la lujuria que ella le pide, le deja tirado".
Los dos actores tuvieron la suerte de llevarse muy bien desde el principio, teniendo en cuenta de que su primera escena importante no conllevaba el uso de mucha ropa. Brie recuerda: "Comenzamos el rodaje con una escena en la que yo tenía que ir caminando de un lado para otro prácticamente en lencería mientras que Will llevaba un traje de tres piezas; me parecía muy injusto. Pero después nos tomamos un descanso y empezamos a preparar otra escena en la que el director le decía a Will, 'Ahora tienes que desnudarte y empotrarte de culo contra la ventana', y, de repente, sentí como si llevara mucha ropa encima. Las tornas acaban de cambiar".
Si el comportamiento de Alissa parece despiadado, el público comprenderá por qué cuando conozcan a su padre. Craig T. Nelson interpreta a Martin, presidente de una importante sociedad de gestión de fondos de la que se enorgullece al proclamar que la construyó con sus propias manos... y un préstamo de 8 millones de dólares de su padre.
Según Nelson: "A Martin solo le importan la codicia y el poder, y las gigantescas cantidades de dinero que ganan para él, y esa es una de las razones por las que me ha gustado tanto mi papel. Martin es una de esas personas cuyo mundo comienza a resquebrajarse cuando se descubre que está envuelto en un caso de conspiración. Fue muy divertido interpretar este personaje".
"El público recuerda a Craig es como una figura paternal y cercana gracias a los numerosos y emblemáticos papeles que ha interpretado a lo largo de los años, y Martin es como un padre para James al principio, así que ha sido fantástico ver cómo interpretaba un papel totalmente contrario a esta idea", añade Cohen.
Entre el resto del elenco destaca Edwina Findley (famosa por la serie Treme, de la HBO), en el papel de la esposa de Darnell, Rita, una mujer cuyos instintos van incluso por delante de los de su marido cuando se trata de descubrir la verdadera motivación de las personas, quien no duda en decirle cuándo está perdiendo el rumbo. Erick Chavarria es el jardinero de James, Cecelio, quien disfruta al fingir que es el guardia de la cárcel; Greg Germann es el desleal abogado de la empresa de Martin, Peter; y Paul Ben-Victor interpreta a Gayle, el guardaespaldas de Martin. Entre los miembros de los Crenshaw Kinds destaca Ron Funches en el papel del alegre asesino JoJo, y Joshua Joseph Gillum en el papel de Rico.
El ganador de varios Grammy John Mayer también saca a relucir su lado más cómico interpretándose a sí mismo en la excesivamente desmesurada fiesta de compromiso de James y Alissa. Mayer toca la guitarra y canta en esta escena, y se vio arrastrado a improvisar una jam session junto a James en una secuencia que supone el último grito de júbilo de James antes de que los federales le saquen del escenario acusándole de fraude y malversación delante de todos sus sorprendidos amigos.
"Como tu ayudante experto en prisiones, forma parte de mi trabajo que estés preparado. Vamos a simular un motín".
En una comedia que tiene tantos momentos de acción como Dale duro resulta muy útil que sus protagonistas estén en forma. Cohen explica: "Kevin viene todos los días como si esto fuera un partido, incluso se cae varias veces, pero no le tiene miedo a nada; tiene una extraña forma física. Y Will entrena, así que puede hacer lo que haga falta. Ambos son cómicos con una excelente forma física".
Junto al coordinador de escenas de riesgo Steven Ritzi y a un grupo de increíbles dobles de cuerpo, Cohen les pone en una situación difícil: Hart está entrenando a Ferrell en el improvisado patio de la prisión, pues están a punto de simular un motín, un explosivo enfrentamiento con una pandilla, y una increíble pelea a bordo de un yate, así que durante el rodaje podremos ver balcones, lámparas de araña, muebles, pistolas y componentes electrónicos.
El simple hecho de llegar al yate ya dio lugar a numerosas posibilidades llenas de comedia. "James consigue saltar al barco por los pelos, y después le sigue Darnell, quien cae de espaldas", comenta Ritzi mientras le hace un resumen de la escena a uno de los dobles, una secuencia que se pudo generar en un plató acuático y gracias a los efectos especiales. "Está intentando agarrase a algo al mismo tiempo que cae sobre la cara de James, y este también está intentando sujetarse, pero al final acaban peleándose hasta que se caen al agua; es una escena divertidísima".
Para las secuencias en las que James está entrenando utilizando a su monitor como si fuera una pesa, o haciendo flexiones con Darnell sentado sobre sus hombros para hacer de contrapeso fue necesario que los actores utilizaran cables durante el rodaje, sobre todo cuando James tiene que darle con todas sus fuerzas. Ritzi explica: "James hace un levantamiento en dos tiempos, alzando a Darnell sobre su cabeza como un levantador de pesas Olímpico, y después le deja caer triunfalmente en el patio".
Para ello fue necesario que Hart llevara un arnés, algo que no parece gustarle mucho, pues según dice: "Me encanta llevar un arnés. Estoy deseando llevarlo todo el tiempo. Cuando recibo los horarios de rodaje siempre me fijo en los días que tengo que llevar un arnés y los señalo con un círculo. Mira, me acaba de salir otra vena que no sabía que tenía".
Antes de comprometerse a darle duro, podemos ver como James practica un estilizado arte marcial conocido como Capoeira. Según Ferrell: "Nos encantó la idea de que James practicara artes marciales y que resultara inútil, pues no las podrá utilizar como una táctica de defensa personal".
El actor estudió con el entrenador Nito Larioza, quien aparece brevemente en la película interpretando a su monitor de Capoeira durante esos preciados y tranquilos momentos en los que James todavía se podía permitir darse el capricho de tener un pasatiempo de este tipo. Ferrell aprendió varios movimientos y el movimiento de rotación básico llamado ginga, lo cual impresionó lo suficiente a Larioza como para que este pensara que podía dársele bien, pero Ferrell no opinaba lo mismo. "Es muy difícil para alguien alto, ya que todos los movimientos se realizan en flexión. Al final te arden las piernas y la espalda te está matando. Fue muy duro, así que, si puedo evitarlo, no volveré a hacer Capoeira nunca más", manifiesta el actor.
"Esta ya no es tu casa, tío. Ahora estamos en San Quentin".
El diseñador de producción, Maher Ahmad, enfatizó el tema de contrastar fortunas añadiendo imágenes de abundancia y escasez que ayudasen a contar la historia. Así, la secuencia de inicio de la película nos presenta a James y a Darnell cuando llegan a trabajar, en la misma dirección, pero tomando caminos completamente distintos que reflejan visualmente su estatus social: James sube las escaleras mecánicas hasta una soleada suite de enormes ventanales, mientras Darnell baja a un sombrío subsótano para pasarse el día lavando coches.
Más tarde, estando ambos en el sótano, James se convierte en objetivo de abuso de un conductor de un nivel superior. Ahmad nos cuenta: "Lo que he intentado hacer en diferentes lugares es captar lo que ocurre tras el gran hundimiento que sufre el personaje de Will Ferrell cuando se le detiene por fraude, de forma de súbitamente todo se da la vuelta y son los demás quienes, literalmente, le dan con la puerta en las narices".
Dale duro se rodó principalmente en Jefferson Parish y otras localizaciones de Nueva Orleans, que hacían las veces del sur de California. Para dar vida al edificio de oficinas de 30 plantas ocupado por James y su jefe, Martin, Ahmad rodó un edificio de 9 plantas de Poydras Street, al que se añadieron posteriormente envolventes vistas de Century City. Lo que resultó más complicado fue el garaje subterráneo en el que tiene lugar parte de la acción. Ahmad prosigue: "Dado que Nueva Orleans tiene una enorme capa freática, no suelen hacer garajes subterráneos, por lo que la escena tuvo que realizarse en piezas separadas. Dimos con un garaje que nos servía, y cubrimos multitud de ventanas con muros falsos de hormigón para que pareciera que era subterráneo. Rodamos a Kevin entrando con el camión en un garaje de Century City y bajando por una rampa en un edificio de Poydras Street y, luego, en otra zona de ese mismo edificio y por fin era el garaje Superdome en el que llega al final en el que está el negocio de Darnell".
Para dar vida a la lujosa casa de James, la producción combinó elementos de dos magníficos edificios ya existentes. Su primera ubicación era perfecta para la mayoría de las tomas, tanto el interior como el exterior, pero no tenía la magnífica habitación que Cohen imaginaba, por lo que Ahmad convirtió el salón de una segunda mansión de la zona en una espléndida habitación con terraza en la que a James le encantaba recibir cada día a sus amedrentados trabajadores cual espalda plateada supervisando su territorio (al natural, por supuesto). En un set, el diseñador también construyó una suntuosa bodega como símbolo de los privilegios que acaban viniéndose abajo y convirtiéndose en el pabellón 4 de la cárcel, con un catre, estufa, tendedero y barras, que Darnell fabrica a partir de los lujosos clubs de golf y palos de esquí.
Una de las características clave que no tenía ninguno de los dos edificios era una pista de tenis como las que salpican el perfil de la ciudad de Los Ángeles, en multitud de vecindarios de lo más exclusivo. Según Ahmad: "Busqué pistas de tenis por la zona pero, por una u otra razón, no acababan de encajar con lo que buscaba, o estaban separadas de la casa. Además, en Nueva Orleans suele llover con frecuencia, así que necesitábamos una cubierta. La mejor solución fue construir nuestra propia cancha de tenis en un solar vacío que estaba precisamente al lado de la mansión que estábamos utilizando. Era una pista de verdad, con su hormigón y su red. Hay algunas escenas en las que parece sofisticada y bonita, con los jardineros recogiendo las hojas caídas, y luego ves el trabajo que ha hecho Darnell, llena de carteles y sacos de boxeo hecho de neumáticos viejos, con el sillón abatible de cuero de la casa arrancado y usado como banco de peso y las botellas del caro champán magnum convertidas en pesas.
Es una transformación estética que alegremente se hace eco de otro de los temas de la película: pretender que eres lo que no eres, y cómo ese intento suele complicarlo todo.
Darnell inicia su relación basada en un malentendido que amplifica hasta convertirlo en una mentira incómoda hasta que acaba comportándose más como su primo Russell que como el recto y formal padre de familia que es en realidad: cambia sus polos caqui por camisetas y gorras negras y cuenta falsas historias de vida callejera en los alrededores del Cineplex, lo que hace que su mujer e hija se mueran de la risa. Mientras, James está dispuesto a cambiar y convertirse en lo que haga falta para salvar la vida, entregándose en cuerpo y alma a todo aquel que pueda enseñarle cómo hacerlo: estrategia que ilustra perfectamente su preparación para su encuentro con los Crenshaw Kings. Esperando encajar, el aplicadísimo aprendiz James se queda despierto toda la noche investigando sobre la cultura hip-hop y aparece al día siguiente, para vergüenza de Darnell, vestido cual Lil' Wayne con zapas azul eléctrico, chaleco gigante color naranja sobre una camiseta negra y amarilla, cadenas, pantalones de camuflaje caídos, espejos y una gorra Trukfit, cortesía de la diseñadora de vestuario de Dale duro, Shay Cunliffe.
Ferrell nos destaca: "Llevaba los pantalones exactamente por la mitad del muslo. Pensaba que eran una talla 28, y yo uso más o menos la 36, así que estaban hechos, literalmente, para otro cuerpo. Iban tan apretados que apenas podía bajar las escaleras y montarme en la camioneta".
De alguna forma, al pasar por todo esto, aún logran conocerse tal como son en realidad. Según Hart: "James consigue lo que necesitaba, que es una cura de realidad, y también consigue alguien que le cuente las verdades del barquero.
Y Ferrell añade: "Ambos aprenden a compartir las cosas en que son buenos".
Cohen prosigue: "Una de los temas que se tratan en Dale duro es que la gente puede no pertenecer totalmente al mundo en el que ha nacido. Al principio, James es un tipo que cree que tiene amigos y piensa que tiene pareja, y una figura paterna, pero lo único que quiere todo el mundo de él es sacarle todo lo que puedan. El mundo en el que vive es muy superficial. Y Darnell tiene las mejores intenciones de lograr una vida mejor para su familia, pero no deja de cometer errores a corto plazo por culpa de su desesperación de seguir adelante.
Lo que más me gusta de la historia es cómo nos da la oportunidad de ser divertidos y, a la vez, hacer una especie de crítica social realista. Esas son las películas que sobreviven y de las que más orgulloso puedes estar y, personalmente, me apasiona algo así".