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  9 meses... de condena!  (9 mois ferme)
  Dirigida por Albert Dupontel
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Ganadora de 2 Premios César: mejor actriz y guión original.


Entrevista a Albert Dupontel

P: Como nació la idea de 9 mois ferme?

R: Tras ver el documental de Raymond Depardon 10ème chambre, instants d’audience (10ª habitación, instantes de audiencia) que me impactó y emocionó, me vino la idea de que se encontraran una jueza y un delincuente.

Tomé muchos apuntes, pedazos de diálogos, resúmenes del sistema judicial, una mezcla de ganas y posibilidades que me esforcé en articular durante…el tiempo necesario. Ha sido largo para mi gusto, me gustaría poder escribir más rápido pero no lo consigo todavía…


P: Se ha entrevistado con muchos jueces?

R: La Jueza Bernard-Requin, heroína de 10ème chambre y que preside el juicio en la película me aconsejo técnicamente, haciéndome ver las numerosas incoherencias del guion en cuanto a la verdad del sistema. Hemos retocado todas esas inverosimilitudes chocantes para los profesionales pero eficaces para el guion.


P: Conoció usted a Raymond Depardon?

R: Me lo crucé en la Croisette en Cannes el día de la presentación de Grand Soir en 2012. Le confesé mi admiración, era lo mínimo…


P: Unas palabras sobre el palacio de justicia?

Sobre el papel es prácticamente imposible rodar allí, y en la práctica, en cuanto tuvimos todos los permisos, fueron muy acogedores y amables. Ese decorado es único en el mundo. No existe ningún palacio de justicia en un lugar tan antiguo y prestigioso. La paradoja reside en la belleza del sitio y las tragedias que allí ocurren a diario.… Es muy impresionante.


P: En todas sus películas expresa su opinión (sobre la sociedad, la creación, etc., ahora la justicia) pero siempre tratando el tema en clave de comedia. Es intencionado ligar las dos cosas?

R: Tengo más la impresión de hacer dramas “graciosos” que comedias. La solución a las crisis dramáticas es a menudo una pirueta (situaciones o diálogos cómicos), lo que le da ese aspecto cómico a las películas.


P: Cómo definiría su universo?

R: «Universo» es una palabra bien grande, prefiero hablar de jaula mental. Creo que intento hablar de los sesgos de la sociedad con una nariz roja (incluso rojo sangre a veces) y cuanto más pasa el tiempo más tengo la impresión de que es la sociedad la que va de lado. Intento reírme de esa constatación dramática y hacer partícipe al público


P: Tiene usted influencias visuales?

R: Me gusta la imagen. Te permite tomar distancia de la realidad. Todas las películas y directores que construyen sus películas con ese afán me fascinan, me inspiran y a la fuerza me influyen…En primera fila, Terry Gilliam alias Charles Meatson «famous man-eater», que me concedió el honor de interpretar (otra vez) un papelito en la película…


P: De todas maneras se siente más realismo en esta película, es intencionado?

R: Después de le Vilain y su fantasía « metafísica », quería volver a una referencia más realista y hacer lo que he dado en llamar una « comedia costumbrista desviante”. El desnivel es así menos brutal y la identificación se hace más presente.


P: Su personaje, Bob Nolan, es descrito en un momento dado por Sandrine Kiberlain en la película como un “un tarado y un lunático”. Como lo describiría usted?

R: La jueza Ariane describe a Bob así por despecho. Yo sin embargo lo describiría como un inadaptado social pero de una intuición genial. Es el único que se mantiene profundamente humano a pesar de ser apartado de la sociedad desde su infancia. Su ausencia de educación nunca le hizo perder su instinto de lo esencial. Por eso se queda tan sorprendido cuando la jueza quiere provocarse el aborto. De hecho es él quien le va a revelar su propia humanidad.


P: Explíquenos la elección de Sandrine Kiberlain.

R: Al principio buscaba una morenita agresiva, no una rubia grande y tierna…Estuve a punto de abandonar el proyecto (en Mayo 2012 exactamente) cuando a instancias de la productora le hicimos unas pruebas a ella... Eso demostró su humildad al prestarse a las pruebas. Afrontó los ataques de ira que exigía el guion de una manera muy conmovedora y justa…Como además es una de esas escasas actrices que consiguen mezclar comedia y drama, nos pusimos a trabajar enseguida.


P: Como preparó el personaje de Ariane?

R: Visualmente era más fácil que para le Vilain. Buscamos una silueta de mujer “psicorígida” adecuada a su función. Sandrine trabajó con la figurinista Mimi Lempicka para llegar a ese resultado.


P: Ensaya usted mucho?

R: No todo lo que me gustaría pero lo suficiente para que cada cual encuentre lo necesario de su personaje. En el caso de Sandrine, fue la escena del auto juicio sobre su vientre, le dedicamos mucho tiempo porque para mí esa era la escena fundadora de su personaje. Para Nicolas Marié (Me Trolos), los ensayos fueron todavía más importantes porque hacer de tartamudo es más difícil de lo que parece. Trabajó mucho su farsa y la eficacia de su interpretación me encanta.


P: Como explica que elija tantos actores de teatro?

R: Elijo sobre todo a buenos actores y da la casualidad de que muchos de ellos son grandes actores de teatro (como Michel Fau, alias el ecografista). Realmente es una casualidad porque voy muy poco al teatro.


P: Hay muchos cameos en la película?

Si hay muchos y lo agradezco. Yolande Moreau, la mama de Bob (que lo confunde con un trozo de leña siendo bebe), ilumino el rodaje con su genialidad durante una hora. Me quedé con ganas de más. Espero colaborar con ella en el futuro.

Gaspar Noé, Jan Kounen y yo encerrados tras las rejas, me reí mucho….Me pareció muy coherente!! Y luego la presencia de Terry Gilliam y Ray Cooper: su consideración para conmigo siempre me ha sentado muy bien y sus interpretaciones son muy eficaces.

En cuanto al «cameo-sorpresa» de la película la improvisación resultó ser muy concluyente, controlada e hilarante. Este actor promete…


P: Usted es a la vez actor, director y guionista. Cuáles son los inconvenientes y las ventajas de hacer las tres cosas en el set de rodaje?

R: La gran ventaja es la de satisfacer mi autarquía natural y el inconveniente es la sobrecarga de trabajo. Desde Bernie me asiste el excelente Philippe Uchan (El juez de Bernarden en la película) cuya presencia me es indispensable. Por otro lado el hecho de interpretar me acerca mucho a mis actores. Era parte y espectador de la estupenda interpretación de Sandrine.


P: Podría describirnos un día de rodaje?

R: Los días de rodaje son, según mi punto de vista, muy diferentes de lo que otro miembro del equipo pueda contarle. Así que personalmente, son una carrera contrarreloj para almacenar el máximo de emociones por parte de los actores y también muchos planos para el director de escena.


P: Trabaja siempre con el mismo equipo?

R: Lo más a menudo posible sobre todo el operador de cámara y la tramoya. Necesito ciertos miembros de mi equipo de manera imperativa, hasta el punto de esperar a que estén libres para poder rodar con ellos. Entre esos indispensables, podemos citar a Stéphane Martin, el cámara y François Comparot el maquinista. En el set confío mucho en ellos.


P: Algo que decir sobre la música de la película?

R: Como en Le Vilain he trabajado con Christophe Julien. Esa mezcla de tensión dramática y melodía se adapta perfectamente a nuestra historia tragicómica. La guinda del pastel la pone la canción de Camille de quien soy un gran fan desde Le fil.


P: Ve usted algún parentesco entre los personajes de Bernie, Roland, Darius, le Vilain y Bob?

R: Todos son el mismo y todos son distintos, eso me gusta creer…


P: Alguna idea para una próxima película?

R: Si 20 páginas escritas…La tarea empieza…


Entrevista con Sandrine Kiberlain

P: Háblenos de ese personaje de jueza que encarna en 9 mois ferme?

R: Ariane es una mujer de unos cuarenta, muy profesional, que cuida sobremanera su imagen de trabajadora recta, estricta. Es soltera y a mucha honra. Se intuye que ha vivido experiencias dolorosas, que está de vuelta de muy lejos y que ha hecho borrón y cuenta nueva, lo que le permite dedicarse solo a su trabajo. Como los jueces que hemos conocido durante el rodaje, a quienes les cuesta mucho conciliar un trabajo tan absorbente y su vida familiar.

Mi obsesión era que Ariane no resultara antipática por ello. Nunca se relaja, no se bebe cuatro copas con los demás, pero con Albert siempre tuvimos muy claro que no queríamos hacer de ella ni una autista ni una mujer detestable. Tenía que quedar claro que era la vida la que la había llevado a esa situación, a estar a tope en lo que hacía cuando lo hacía.

Y de pronto un drama le cae encima. De ese drama surgen situaciones completamente diferentes las unas de las otras, lo que permite actuar en un arco muy amplio. Ariane pasa de un estado muy dramático a algo más tierno, emotivo, hasta incluso burlesco en algunas situaciones extremas.

Cuando leí el guion me pareció un personaje genial. Es algo que me suele encantar en las películas: esos personajes que son muy diferentes de lo que aparentan. Por ejemplo se conoce mejor a Ariane cuando está borracha perdida y totalmente desinhibida.

Y luego está su encuentro con Bob, interpretado por Albert Dupontel. Ariane y él son totalmente diferentes en la película y tan alejados el uno del otro. Es muy interesante ver la transformación de cada uno. Es lo que me apasiona en la vida, cuando te encuentras con alguien que parece tan distinto a ti y te acaban uniendo nuestras diferencias, lo que nos aportamos mutuamente, eso nos abre y nos transforma.


P: Lo que resulta fascinante de la película es el aspecto dramático de la situación tratado de manera tan extremadamente cómico. Se escribió así o tiene mucho que ver con lo que usted ha aportado?

R: El tema del que habla Albert es dramático, la justicia y por lo tanto la injusticia. Todo los temas que trata son bastante oscuros. Bob es víctima de una injusticia y Ariane vive una situación bastante trágica que se le viene encima. Albert desactiva cada escena para pasar de lo trágico a lo cómico. Es un poco lo que ocurre en la vida.

Ese aspecto está muy presente en el guion. En un momento dado vemos como todo oscila. Se encuentran aunque vengan de dos universos totalmente opuestos, es poco probable…Nuestra obsesión con Albert era que fuese creíble…y no era fácil! Creo que dependía mucho de lo que fuéramos capaces de crear a puerta cerrada, cuando me encuentro prisionera de ese hombre. La relación cambia en ese momento: un juez y un delincuente se encuentran cara a cara, como hacer creíble que estos dos se van a encontrar? Tenía una fe ciega en el guion y en el cerebro de Albert, que sabía exactamente donde quería llegar. La mirada de Albert, su dirección, su puesta en escena, hacen, a mi modo de ver, que el encuentro de estos dos sea creíble.


P: Conoce usted el universo judicial? Hizo indagaciones antes del rodaje?

R: No muchas. He preferido acercarme al personaje de la jueza en el aspecto personal, « duponteliano ». Hablamos mucho con Albert. Me hablaba de las películas de Depardon, como 10e chambre – Instants d’audience. Y luego hubo una jueza presente en el rodaje, Me Bernard-Requin, que me habló de su trabajo y de su vida.


P: Albert me alimentaba, me hablaba de aberraciones judiciales, de cosas que le obsesionaban...

R: Albert es un poco como Robín de los bosques en la vida: siempre quiere ser justo y defender a los oprimidos, defender a los que son o mejor dicho a los que dicen que son culpables erróneamente. Me encanta escuchar a Albert. Cuando trabajas con él, hay que dejarse llevar a su mundo.


P: Y conocía bien ese mundo antes de entrar?

R: Sí, he visto sus películas. Y este proyecto me parecía formidable. Creo que Albert es muy púdico, como pocas personas, y que se ha esforzado para hablar de él de otra manera en esta película, mostrar un lado más emotivo trabajar más la ternura y ser más accesible para la gente.

En las películas de Albert, como 9 mois ferme, hay una dimensión en la dirección y en el aspecto técnico que pertenecen solo a él, muy personal. Pero hay que tirar para adelante, aceptar las reglas, su visión del mundo. A menudo me encuadraba por debajo, a veces un primer plano de mi gran barriga y mi cara… No siempre a mi favor…Siempre me dejo llevar cuando llega el momento, pero no hay que asustarse! Y al final, sin embargo, me encuentro muy bien filmada.


P: Hay varias escenas de valentía en 9 mois ferme, especialmente su noche loca con Bob. Le gustan esas escenas de comedia pura, donde hay que interpretar a fondo y quedarse muy en el primer grado?

R: Lo gracioso es que con Albert, creo que nos hemos ido descubriendo paulatinamente durante la película aunque hayamos ensayado antes.

En cuanto al lado burlesco de la noche de borrachera, me pedía que probara cosas, golpearme contra las puertas, hacer de borracha. Y a mí me cuesta probar cosas si no son las que van a quedar luego en la película. Me asusta pensar que voy a contaminar mi actuación cuando llegue el momento de filmar.

De ahí que a veces no nos entendimos muy bien. Yo le decía: « me voy a reservar algo para el día D », y a él le pareció un poco desahogado por mi parte, una falta de concentración y hasta una falta de buena voluntad. A mí me asustaba tener la sensación, durante el rodaje, de copiar y de perder la naturalidad, de hacer trampa.


P: Fue realmente el día del rodaje que pudo ver lo que era capaz de hacer, lo que me salía de las entrañas...

R: A la hora de rodar hay que ir a saco, Albert te lleva siempre a tus zonas oscuras. No por sadismo sino porque hasta que no consigue lo que quiere – y tiene razón – se repite, saltan chispas, Decía “Aquí podrías resultar más graciosa, podrías parecer una bailarina”.

A veces Albert me pedía que improvisara y confieso que eso me asusta. Soy una actriz más bien precisa en cuanto a lo que me dicen de hacer y a lo que tengo en mente. Estoy muy ligada al guion y si me dicen “Ahora improvisa” siempre pienso que va a quedar peor que lo que está escrito. Pero las pautas de Albert bastaban, y todo el trabajo previo me ayudada a soltarme.


P: Antes de los ensayos, ha tenido que hacer varias pruebas. Ha sido difícil, para una actriz con tanta experiencia como usted, después de 40 películas, someterse a pruebas para conseguir un papel? Es habitual en Estados-unidos pero no en Francia, no?

R: Sí, pero yo no lo veo así para nada. En Estados unidos, los actores piensan más en divertirse que en lo que podría resultar humillante para ellos...

Adoraba el papel, lo quería de verdad, y creo que el hecho de que me prestase a las pruebas era muy importante para Albert. Ver que no tenía ningún problema de ego a ese nivel. Así fue como nos conocimos: Cara a cara en un bar donde le dije « estoy entusiasmada, me encanta el guion », a lo que él contestó “ estarías dispuesta a hacer algunas pruebas?”

Y además esas pruebas me sirvieron, me daban información sobre quien era Albert.

Hicimos tres escenas de la película entre las cuales estaba la escena del salto, por ejemplo. Era una locura: en un piso, algo completamente improvisado donde pusieron un colchón, estaba el operador de cámara… Albert conocía a su equipo y yo no conocía a nadie.

Además creo que estaba un poco bloqueado con el personaje, casi abandona la película, no encontraba a la actriz. Pensó que todo dependía de nuestro encuentro, de mis pruebas. Pensé que era muy acertado por su parte, que eso me iba a ayudar también. Eso te tranquiliza para el resto del rodaje, sabes que no tienes que demostrarlo todo el primer día de rodaje, sabes que le convienes para su idea. Y eso le ha permitido reescribir el personaje en función de lo que yo le aportaba de diferente a lo que había imaginado. Visiblemente el personaje era más duro, más severo que mi propuesta.

Quería que fuera conmovedora. Si me ocurriera algo así en la vida, estaría completamente desamparada. Alguien desamparado resulta conmovedor. Alguien que se lo toma con indiferencia, rigor, nos aleja.


P: Es difícil para usted rodar con su director como compañero? Es la segunda vez después de Quadrille de Valérie Lemercier. Eso cambia su trabajo de actriz?

R: Cambia muchas cosas. Temía más por Albert que por mí, en realidad. Hubo un momento en el que caí: « ah pero es verdad que Albert actúa en la película! » Ocurrió cuando nos encontramos en vestuario en el palacio de justicia, donde no teníamos camerinos individuales. Nos cambiábamos todos en el mismo sitio y vi a Albert, que nos dirigía dos minutos antes en las escaleras, cambiarse a mi lado entre cortinas, ponerse el traje y el pendiente de delincuente. De pronto lo miré y pensé « Ostras, es verdad, como lo va a hacer ahora? »

Con Albert, se puede hablar. Podía permitirme decirle: « No parece demasiado primer grado?” “No te parece que…” Y se lo piensa, tampoco tiene problemas de ego.


P: Para terminar, impresiona rodar en un palacio de justicia? Es un mundo aparte, un teatro…

R: El vestuario, el decorado, para hacer de juez, ayuda mucho. Cuando eres actor eso supone el 50% del trabajo. En la escalinata del palacio de justicia te sientes inspirado, legitimado.

Te aporta algo, el sitio es tan simbólico: estás inmerso en su realidad y no puedes ser hermético a ello. Tienes que componer con ello y eso ayuda. Es muy impresionante... Sobre todo la abogacía, en la gran sala del palacio de justicia: La sala estaba abarrotada y eso da un plus a los actores.