Tres meses después de la cancelación de su programa, Buenafuente recibe un buen día el mail de un espectador que lo cambiará todo…

Ese correo hace que Andreu se plantee por qué se dedica a la comedia, por qué nunca ha pensado abandonar esta profesión después de 30 años y, lo más importante, qué tiene el provocar la risa que te atrapa y hace que no puedas dejar de hacerlo.

Todo esto será el punto de partida de un viaje que llevará a este humorista y presentador hasta lo más profundo del corazón de la comedia.


Argumento
Es septiembre del 2012 y Andreu Buenafuente lleva 3 meses sin programa.

Es la primera vez, en toda su carrera, que Andreu no tiene programa y además, curiosamente, ese mismo mes cumple 30 años dentro de la profesión. Así que ahora tiene mucho tiempo para pensar...

Piensa, por ejemplo, sobre el motivo por el cuál se dedica a la comedia; pero también piensa en Carlos Peisojovich, su primer maestro y el "culpable" de implantar la semilla de la comunicación en Andreu. O en Julián, un espectador que un buen día le envió un mail desde San Nicolás de los Arroyos, un pequeño pueblo al norte de Argentina, tan solo para decirle cuánto le echaba de menos ahora que Andreu no tenía programa.

Y también piensa en por qué se dedica a esta profesión que constantemente se confunde con su propia vida.

Un maestro involuntario, un seguidor y una profesión.

Ese es el punto de partida de este documental donde acompañaremos a Andreu a charlar con colegas, con aquellas personas que por algún motivo le han influenciado en algún momento de su vida. Con ellos trataremos de responder algunas dudas y especialmente comprenderemos porqué sigue tan enamorado de su profesión: Santiago Segura, el Gran Wyoming, Berto Romero, Sílvia Abril, Carlos Areces, Jose Corbacho, Concha Velasco…

El resultado final: una declaración de amor a la profesión en tiempos convulsos. Un documental repleto de imágenes inéditas y personales del showman, nunca vistas hasta ahora.

Como bien dice Andreu, nadie le ha pedido esta película. Así que solo tiene que rendir cuentas con sus seguidores, ante él mismo y ante la profesión.