Productores ejecutivos Mark Burnett, Roma Downey, Keith Clarke, John Ridley y Jason F. Brown. Producida por Sean Daniel p.g.a., Joni Levin, p.g.a., y Duncan Henderson p.g.a. Guión de Keith Clarke y John Ridley. Dirigida por Timur Bekmambetov.
Una historia intemporal
Cuando el director Timur Bekmambetov (Se Busca, Guardianes de la noche) recibió la oferta de dirigir una reinterpretación de una de las películas más apreciadas de la historia del cine, tuvo serias dudas. "El Ben-Hur de 1959 no es simplemente una película, es un fenómeno que tuvo una gran influencia en la cultura del siglo XX", explica Bekmambetov. "Por eso, cuando me ofrecieron dirigir su readaptación, mi primera intención fue no, de ninguna manera. Afortunadamente, el productor Sean Daniel me persuadió de que leyese el guión, que resultó ser esta historia tremendamente trascendental, que impresiona no solo mediante su sensacional acción, sino gracias a un plantel de personajes reales como la vida misma y unas reflexiones de enorme profundidad. Aunque la acción y las circunstancias tienen lugar hace miles de años, las emociones y las acciones de los personajes son perfectamente comprensibles desde un punto de vista actual y tienen una resonancia moderna y universal".
El escritor John Ridley tuvo similares reservas a la hora de desarrollar el guión. "Puede que los más fervientes admiradores de la película de 1959 consideren blasfemo hacer una nueva versión, sea como sea esa versión, pero se olvidan de que estos personajes ya existían 80 años antes de esa película. Normalmente la gente solo recuerda a Charlton Heston y la carrera de cuadrigas, pero Judah Ben-Hur es un personaje clásico con muchos matices. Es un hombre al que han traicionado, que quiere venganza y redención. Los personajes atractivos, como Ben-Hur y Messala son el motivo de que podamos volver a estas historias una y otra vez, así que quise que el conflicto personal entre estos antiguos amigos fuese tan tenso y memorable como la culminante carrera de cuadrigas".
"Los aspectos emotivos de la película, la contraposición de venganza y perdón, son cuestiones intemporales. Los conflictos a los que se enfrentan los personajes son tan relevantes en la actualidad como en la Roma imperial o en 1880, cuando Lew Wallace escribió la novela", explica Daniel. "Es la naturaleza humana, y la naturaleza humana no cambia".
"En muchos aspectos seguimos viviendo en el Imperio romano, seguimos viviendo de acuerdo con sus valores", comenta Bekmambetov. "El poder, la codicia y el éxito gobiernan el mundo, todo el mundo trata de conseguir todo compitiendo encarnizadamente y casi nadie se da cuenta de que los verdaderos valores humanos son la colaboración y el perdón".
Todo un gran reto
"Elegir el reparto de Ben-Hur ha sido una tarea tan imponente como la propia realización de la película", dice Daniel. "Buscamos por todo el mundo. Elegir a los intérpretes de Judah Ben-Hur y Messala fue especialmente peliagudo, porque la película únicamente funciona si entre estos dos personajes hay química. Al principio son hermanos y acaban como rivales enconados que se destrozan la vida el uno al otro. Cuando vimos a Jack y a Toby trabajando juntos, nos dimos cuenta de que teníamos algo especial".
"Encontrar al actor adecuado para interpretar el papel de Judah Ben-Hur fue un proceso arduo", recuerda Bekmambetov. "Necesitábamos a un actor inteligente que pudiese componer un personaje que combinase la ironía aristocrática con una auténtica capacidad de preocuparse de los demás. Jack nos demostró que era perfectamente capaz de hacerlo".
Huston recuerda la primera vez que habló con Bekmambetov. "Timur me pidió que le explicase qué pensaba sobre el personaje de Judah Ben-Hur. Empecé a hablar y se puso a tomar notas meticulosamente. Consideró que era una conversación, y quiso aportar toda la autenticidad que pudo. Trabajar con Timur ha sido muy interesante, porque es una colaboración".
"Al principio, Jack se presentó para hacer el papel de Messala (brillantemente interpretado por Toby Kebbell). Pero después de hablar con él me di cuenta de que ¡acababa de encontrar al príncipe Judah Ben-Hur!" exclama Bekmambetov. "Era como si hubiese nacido en aquella época. Irónico, fornido, jinete avezado".
"Jack Huston nos presenta una portentosa representación del protagonista de un periplo", comenta la productora ejecutiva Roma Downey. "Durante el transcurso de la película somos testigos de su transformación física y emocional. Físicamente, vemos cómo pasa de ser un príncipe atractivo, encantador, elegante, a ser un hombre sometido, con el espíritu quebrado, postrado. Durante los años que pasa en galeras, su musculoso cuerpo adquiere un aspecto coriáceo, mientras su corazón se endurece. Sabe que solo sobrevivirá si se apoya en su ansia de venganza".
"Nos encantó Jack en el papel de Ben-Hur, porque fue absolutamente brillante a la hora de comprender e interpretar el sentido del personaje", dice Daniel. "Además, Jack es un Huston, una de las familias reales de la cinematografía. Rodamos la película en los Estudios Cinecittà de Roma, en donde John Huston dirigió "La Biblia" en 1966, así que fue muy emocionante que su nieto participase en nuestra película tantos años después".
Toby Kebbell fue seleccionado para el esencial papel de Messala, el hermano adoptado e íntimo amigo de Ben-Hur, cuyas acciones desencadenaron la sed de venganza de Ben-Hur.
"Toby aporta mucho al papel de Messala", explica el productor Duncan Henderson. "Para empezar, el personaje es muy interesante, pero Toby ha sido capaz de aportarle su sentido del humor innato, que es algo que trae al plató todos los días. Messala es un personaje muy tenebroso, pero la interpretación de Toby le dota de una cierta ligereza que no hace sino reforzar su complejidad".
"Toby tiene una presencia vibrante en la pantalla", comenta Downey. "Físicamente, lo tiene todo. Es atractivo. Tiene los pies en la tierra. Es fuerte, y está dotado con una gran inteligencia y profundidad. Pensamos que ama a Judah, y todo lo que le motiva durante la segunda parte de la película es ese amor y la sensación de decepción".
"Cuando hablé con Timur", recuerda Kebbell, "me di cuenta de que no era una película sobre una carrera de cuadrigas. Es la historia de dos hermanos, de una familia, de lo mal que en ocasiones tratamos a nuestros seres queridos y de lo necesario que es el perdón. Todos los aspectos que exploramos están presentes en el libro original".
Kebbell prosigue, "Los papeles de Ben-Hur y de Messala son simbióticos. Jugar con la relación fraternal entre estos rivales nos planteó un desafío apasionante. Había amor, y había odio, y si se exageraba mucho el uno o el otro, se desbarataba el conflicto singular que da impulso a la película".
Morgan Freeman interpreta al jeque Ilderim, un personaje que tiene una presencia mucho mayor que en las anteriores adaptaciones de Ben-Hur. Después de que Ben-Hur consiga huir de la mortífera galera, Ilderim se convierte en su mentor y benefactor y le enseña a competir en carreras de cuadrigas.
"Necesitábamos a un actor del calibre de Morgan Freeman para transmitir el honor y la dignidad del personaje de Ilderim, y para lograr que formase parte esencial de la historia", comenta Ridley. "Para mí, como persona de color, era extraordinariamente importante dar presencia a este personaje y lograr que fuese más fiel a su era y más cercano a la realidad". Daniel añade: "Trabajar con Morgan Freeman siempre ha sido uno de mis sueños. Morgan aporta un profundo compromiso a su interpretación de Ilderim. Era muy importante para todos nosotros, y ha sido la primera vez en la historia de las representaciones cinematográficas (y teatrales) de Ben-Hur en que una persona de color ha sido correctamente representada tal y como es el personaje".
"Morgan Freeman y yo trabajamos juntos en Se Busca, y esperaba ansiosamente la oportunidad de volver a trabajar con él", explica Bekmambetov. En su interpretación, Ilderim es cínico, emotivo, inteligente y astuto al mismo tiempo. Nunca muestra todas sus cartas, pero siempre tienes la impresión de que entre sus planes siempre estuvo el que los personajes pasasen del punto A al punto B.
Freeman afirma que disfrutó de la experiencia de rodar Ben-Hur. "Me di cuenta de que el director y los productores se reían mucho. Cuando la risa abunda es señal de que están satisfechos con lo que están consiguiendo".
Esther, la amiga de la niñez de Judah, que acaba convirtiéndose en su esposa, es interpretada por Nazanin Boniadi ("Homeland", "Cómo conocí a vuestra madre"). "El papel de Esther me atrajo por su complejidad. Como judía, quiere oponerse a la invasión de Roma y defiende a los desfavorecidos, aunque apoyar a los rebeldes podría poner a la casa de Hur y a su propia familia en peligro" dice Boniadi. "Posteriormente, una vez que ha perdido su hogar, su familia y al hombre que amaba, se convierte en una de las primeras seguidoras de Jesús, el carpintero profeta que enseña que la libertad puede alcanzarse mediante el perdón y la compasión".
Ayelet Zurer (El hombre de acero, Ángeles y Demonios) interpreta a Naomi Ben-Hur, la madre de Judah, orgullosa matriarca de la Casa de Hur. Zurer explica "A Naomi le desagrada la invasión romana, pero no quiere poner en peligro la situación de su familia oponiéndose abiertamente a los romanos. Es de naturaleza bondadosa y generosa, y adopta a Messala cuando era un niño, decisión que más tarde lamentará".
Sofia Black-DElia (Project Almanac, "Gossip Girl") interpreta a Tirzah, la joven hermana de Judah, de marcada personalidad, que se enamora de Messala. Black-DElia dice, "La peripecia de Tirzah resulta familiar. Al inicio de la película es un personaje inocente y protegido de las amenazas del mundo exterior. Después, en un instante, le despojan de todo lo que poseía y se ve obligada a ver la realidad. En última instancia, su única alternativa es perdonar al hombre que le ha arruinado la vida; al hombre que ama".
"Queríamos que los personajes femeninos fuesen tan complejos, fuertes e influyentes en la historia como los masculinos", afirma Sean Daniel. "Estos personajes ya existían en las versiones anteriores de la historia, pero no contaban con la profundidad o el desarrollo que estas actrices han podido aportar a sus papeles".
Rodrigo Santoro (Los 33, 300) fue seleccionado para el papel de Jesucristo, personaje que se cruza en el camino de Ben-Hur en varios puntos de la historia.
"En cuanto hablé con Rodrigo, me quedó claro que era el actor adecuado", recuerda Bekmambetov. "Tiene un talento innato; Rodrigo puede interpretar a esta figura espiritual y a la vez transmitir la misma naturalidad que si estuviese interpretando al vecino de al lado".
"Rodrigo fue la elección perfecta para interpretar a Jesús", comenta Downey. "Tiene fortaleza, amabilidad y profundidad".
Henderson coincide. "Rodrigo rebosa paz y fuerza interior. Su interpretación es una gran fuente de inspiración, gracias a la presencia serena y trascendente que aporta".
Interpretar el papel de Jesús fue todo un desafío para Santoro. "Miles de millones de personas en todo el mundo tienen una relación muy estrecha y personal con este hombre, con esta imagen, con lo que representa", comenta Santoro. "Es una responsabilidad tremenda, pero también era una oportunidad irrepetible para disfrutar de la ocasión de explorar y alcanzar un conocimiento más profundo de lo que tuvo que padecer y para tratar de poner en práctica sus enseñanzas".
"Creo que lo primero que tuve que hacer fue tratar de librarme de todas las ideas preconcebidas que tenía sobre él", dice Santoro. "Cosas que había escuchado, cosas que mi abuelita me había dicho cuando era un niño. Adopté una posición neutral, y empecé desde ahí".
Santoro se sometió a un régimen físico y mental para prepararse para el papel. Dedicó una gran cantidad de tiempo a practicar yoga, meditación y siguió una estricta dieta de depuración.
"Traté de conectar con mis verdaderos sentimientos respecto del personaje, porque tenía que interpretar a Jesús", continúa Santoro. "¿Cómo entiendo, en lo más hondo de mí, a esta persona y a todo lo que representa? Quería crear un retrato del hombre que está detrás del mito. Quería que fuese un personaje con el que se pudiese conectar, sin sacrificar ninguna de sus enseñanzas, su aura, su espiritualidad y todo lo que hace que sea una figura singular. Ha sido el mayor desafío al que me he enfrentado en mi vida".
Taer el siglo I al siglo XXI
"El Ben-Hur de Charlton Heston es una de mis películas favoritas de todos los tiempos", dice el productor ejecutivo Mark Burnett. "Es un espectáculo verdaderamente apabullante, especialmente si se tiene en cuenta la época en la que se rodó. Y no obstante, por muy importante que fuera esa película para mí y para muchas otras personas, mis propios hijos adolescentes nunca habían oído hablar de ella. Me di cuenta de que había una enorme audiencia dispuesta a disfrutar de un nuevo enfoque de esta historia clásica, con todos los avances cinematográficos que han tenido lugar desde entonces, gracias a los cuales podemos crear un espectáculo aún más impresionante para el público moderno".
Bekmambetov ha resultado ser la clave para traer esta historia del siglo I al siglo XXI. "No queríamos que la película fuese un alarde de grandilocuencia cinematográfica más", explica Bekmambetov. "Es épica no por los cientos de caballos, las ingentes cantidades de figurantes y los escenarios de cientos de metros del Circo, sino por su idea. Esperamos que su estilo, montaje, interpretación y cinematografía serán atractivos para el público moderno".
"Timur es un director muy particular", comenta Daniel. "Su visión es absolutamente vanguardista, de primera línea, pero también es un pensador muy clásico. Realmente, es la combinación perfecta para un proyecto como este".
El director de fotografía Oliver Wood (de la saga Bourne) aporta un estilo carnal, visceral. Una de las herramientas más innovadoras utilizada fue una cámara G4. "Es un tipo de cámara que funciona como un iPhone", explica Bekmambetov. "Consigue que todas las escenas den la impresión de que estás allí, en medio de la acción".
Bekmambetov encontró inspiración visual en YouTube. Una grabación de seguridad de un accidente de autobús que tuvo lugar en la vida real en Corea del Sur ayudó al equipo técnico a crear una colisión convincente entre el barco griego y la galera romana. Las grabaciones de la NASCAR ayudaron a Bekmambetov a marcar el ritmo, la rapidez y la intensidad de la carrera de cuadrigas. "El asombroso trabajo de cámara de Oliver Wood está diseñado para que todas las escenas den al espectador la impresión de que está allí, en medio de la acción", explica Bekmambetov. "No nos ha importado sacrificar la brillantez artificiosa en beneficio de la autenticidad, para que el público llegue a tener un conocimiento real de este mundo. Todas las técnicas de cámara que hemos empleado les resultarán familiares a las audiencias modernas. Queríamos captar la acción de la misma manera que una persona cualquiera lo hace en la vida real, y para lograrlo hemos buscado inspiración no en la pintura clásica, sino en Instagram y en videos de YouTube".
Las innovaciones modernas, como las cámaras Go-Pro, permitieron a Bekmambetov y Wood rodar desde todos los ángulos posibles, incluso colocando cámaras en medio de la arena para obtener tomas de las cuadrigas pasando de estampida sobre ellas.
"Me encanta la libertad de las Go-Pro", dice Wood. "Normalmente, te ves limitado por el espacio que hace falta para colocar la cámara, la grúa y al operador; sin embargo, una Go-Pro puedes ponerla en cualquier parte".
Una épica ecuestre
La escena culminante de la película, la carrera de cuadrigas mortal de Ben-Hur contra Messala, fue rodada durante 32 días en los estudios Cinecittà de Roma. Desde el primer momento se tomó la decisión de rodar la mayor parte de la carrera de cuadrigas con cámara, lo que impuso la necesidad de que Huston y Kebbell recibiesen doce semanas de formación intensiva para conducir una cuadriga. Aunque los dos tenían experiencia como jinetes, para dirigir un tiro con cuatro caballos en una carrera de cuadrigas hacía falta un conjunto de habilidades completamente nuevas.
"He crecido entre caballos", dice Jack Huston. "Me siento cómodo y confiado cuando estoy rodeado de caballos, pero la cosa cambia por completo cuando hay que controlar a cuatro caballos simultáneamente. Resulta difícil de creer la inmensa fuerza que tienen. Las ruedas de la cuadriga no giran al doblar una esquina, se deslizan derrapando sobre la arena. Es uno de los subidones de adrenalina más emocionantes que he tenido en toda mi vida".
"Las carreras de cuadrigas eran todo un deporte extremo en su época; aunque nos inspiremos en la NASCAR y en la Fórmula 1, conducir una cuadriga con cuatro caballos es mucho más peligroso". Bekmambetov confiesa, "Tuve la oportunidad de tratar de conducir una en el plató, y, si te digo la verdad, pasé mucho miedo... ya puedes olvidarte de la comodidad, de la suspensión o de los airbags... el conductor está muy cerca del suelo, y el único medio de hacer maniobrar la cuadriga consiste en utilizar el peso del cuerpo, balanceándose en la plataforma. Sin el increíble Steve Dent, nuestro maestro de equitación y coordinador de escenas de acción, y sin Phil Neilson, el director de nuestra segunda unidad, nada de esto habría sido posible".
"Cuando tomas la salida, hay otros siete tiros con 28 caballos que arrancan a la desesperada a la vez que tú", continúa Huston. "Tienes que interpretar para la cámara, pero a la vez, tienes que estar pendiente de la acción. Es como conducir un coche de carreras y actuar al mismo tiempo".
"La preparación me resultó fascinante", dice Kebbell. "Comenzamos con un caballo y un carro, después pasamos a dos que tiraban de una cuadriga y después a cuatro. Había una gran curva de aprendizaje. Lo que me desconcertó al principio fue que, por muchas flexiones de brazos o dominadas que hiciera, lo que tenía que reforzar eran los dedos. Es necesario que los dedos puedan dividir tu fuerza entre cuatro caballos para poder controlarlos".
"Supongo que al principio Jack y Toby pensaron '¿Será muy difícil?'", especula Henderson, "pero mantener cuatro caballos bajo control es una tarea increíblemente física. Se te pueden escapar en cualquier momento, así que tienes que estar siempre al tanto, controlando la situación. No solo es por tu seguridad, sino por la seguridad de todos los que te rodean".
"Conducir una cuadriga a 60 kilómetros por hora puede no sonar demasiado rápido, pero intenta ir en moto a 60 kilómetros por hora con la visera levantada, y ya verás la sensación de velocidad que se tiene", dice Kebbell con una sonrisa. "Doblar la curva con el sol en los ojos y el polvo golpeándote en el rostro es una sensación increíble".
"Tenemos unas tomas impresionantes de Jack y Toby conduciendo las cuadrigas a galope tendido", dice el maestro de doma Pete White. "Se ve claramente que son ellos, codo con codo en la pista".
Aunque no se han escatimado esfuerzos para usar efectos reales, algunas de las tomas más peligrosas se han creado digitalmente, por la seguridad de los caballos y de los equipos de especialistas de acción. En el Ben-Hur de 1959 se utilizó la técnica, prohibida a estas alturas, de hacer que los caballos tropezasen sobre un cable oculto, lo que generó el infame resultado de que docenas de caballos sufriesen heridas por accidente, o muriesen. La realidad virtual integrada hace posible que caballos digitales choquen y caigan, sin que ningún animal real sufra el peligro de lesionarse.
"Tenemos caballos que corren entre la multitud, o que caen, gracias a la realidad virtual y las imágenes generadas por ordenador", dice el director de la segunda unidad, Phil Neilson. "En su mayor parte, no obstante, rodamos la carrera a alta velocidad, con los actores en medio del fragor. Queríamos que el público estuviese en las cuadrigas, con Judah y Messala".
"No había ningún margen para la improvisación", continúa Neilson. "De forma esporádica surgía alguna imagen espectacular que no se esperaba, por el mero hecho de tener ocho cuadrigas en la pista, haciendo lo que estaban haciendo, pero todos los giros y todos los movimientos estaban coreografiados, por la seguridad de todos los participantes".
"El equipo de especialistas de acción y los aurigas eran los mejores de sus especialidades", continúa Neilson. "Pero incluso los aurigas expertos estaban trabajando con carros mucho más pequeños que los que acostumbran a usar. Era como si estuviesen en medio de la acción con un patinete. Fue una carrera bastante salvaje".
En Roma...
La autenticidad fue el principio que inspiró al equipo creativo cuando se lanzó a recrear el mundo de Ben-Hur. Bekmambetov y la diseñadora de producción Naomi Shohan acordaron que en la película parecería que Jerusalén había sido excavada en la ladera rocosa de una colina.
Matera, un pueblo italiano cuyos orígenes se remontan al siglo III, se ajustaba perfectamente a esa decisión. Muchas de las casas, hoteles y restaurantes de Matera fueron construidas en, y en torno a, las cuevas existentes.
"Estudiamos diferentes localizaciones para los exteriores", explica el productor Sean Daniel, pero nos enamoramos de Matera. Es un pueblo increíblemente singular, visualmente asombroso, que tiene casas cuevas originales, excavadas en la roca de un imponente barranco. El pueblo lleva miles de años habitado, y tienes la sensación de viajar al pasado".
Para los exteriores del Palacio de Hur se eligió una residencia local que ocupaba una posición estratégica en la ladera de la colina. Shohan explica "Necesitábamos encontrar un lugar desde el que fuese posible ver a los soldados romanos invadiendo Jerusalén, así que cribamos todo Matera hasta que encontramos la casa perfecta. Tenía una magnífica puerta principal y ofrecía una espectacular perspectiva que sobrevolando una amplísima escalinata, atravesaba el pueblo hasta el barranco.
"Había visto películas rodadas en Matera, pero ninguna como esta", dice Burnett. "Esas antiquísimas rocas, la veracidad que transpira una ciudad tan vetusta aportan un aura que se deja notar en la pantalla. Matera fue una maravillosa elección".
"Después de haber elegido definitivamente Matera, tenía sentido construir los interiores en los legendarios estudios Cinecittà", explica el productor Sean Daniel. Cinecittà es el estudio en el que se rodó el Ben-Hur de 1959, así como algunas de las mejores películas de la historia. Nos pasamos todo el rodaje impresionados por la admiración que nos producía estar donde estábamos".
El plató de mayores dimensiones y majestuosidad de Cinecittà fue empleado para reproducir el interior del Palacio de Hur. Shohan diseñó el palacio a partir de fotografías que había tomado de una casa excavada en Pompeya, e incorporó una paleta de colores oro, azul y blanco, para representar la fe hebrea de la familia Hur.
Cinecittà también albergó el plató de la galera, que generó no pocas dificultades tanto a Shohan como al supervisor de efectos especiales Andy Williams.
La galera se construyó en tres secciones: la parte principal de la galera, una parte reducida que podía girar 50 grados para simular la zozobra de la nave después de colisionar con otro barco, y la tercera sección que colgaba de grúas, para poder introducirla en el depósito exterior.
Para simular el balanceo del océano, el equipo de Williams construyó el enorme buque sobre un sistema de bolsas inflables. Producir el efecto de la embestida a la galera durante la batalla naval fue un desafío adicional. "Colocamos plataformas hidráulicas por debajo, para que se pudiese sentir la sacudida del impacto", explica Williams.
"Los remos también estaban colocados sobre dispositivos neumáticos para que pudiésemos ajustar la tensión de cada uno", continúa. "Era necesario que los remos ofreciesen resistencia a los remeros, para que pudiésemos ver sus músculos. Tenían que esforzarse, pero a un ritmo que pudiesen aguantar todo el día".
Con gran diferencia, el mayor plató de Ben-Hur fue el Circus Tiberius de Cinecittà World, a 45 minutos en coche de Roma. Fueron necesarios tres meses para construirlo.
"Diseñamos el circo completo, pero solo tuvimos que construir una parte para el rodaje de las escenas reales", explica Shohan. "En nuestra imaginación, había un túnel y una espectacular escalinata rodeada por fuentes y pebeteros que conducía hasta la ciudad de Jerusalén".
Jim Rygiel, el supervisor de efectos especiales virtuales se ocupó de ampliar el plató material para dar lugar al circo definitivo. "Queríamos rodar en realidad todo lo que fuese posible, así que construyeron una sexta parte del circo, porque únicamente hacía falta ver a los caballos y las cuadrigas dando vueltas en torno a la pista. Los niveles superiores fueron creados digitalmente y rellenados con unas diez mil personas digitales".
La crucifixión, el escalofriante final de la película, fue rodada en exteriores en Matera. La escena resultó ser una experiencia desgarradora para el reparto y el equipo técnico. El día era gélido. Las cruces estaban colocadas al borde de un profundo barranco, totalmente expuestas a los elementos. Había nevado de víspera.
"Ya solo para llegar al lugar de filmación de la escena tuve problemas", recuerda Bekmambetov. "Era terrorífico ver a Rodrigo en esa cruz".
"Cuando estaba colgado en la cruz hacía tanto frío que era casi insoportable", recuerda Santoro. "Estaba en lo alto de un despeñadero, suspendido sobre toda la gente del equipo y con el pueblo de Matera al fondo, esperando. Cuando me bajaron de la cruz, todo mi cuerpo temblaba incontrolablemente. No podía parar. Probablemente ha sido la experiencia más conmovedora de mi vida".
"La única palabra que puedo emplear para describir la sensación que tuve durante la escena de la crucifixión es transubstancial", explica Nazanin Boniadi. "Es una inmersión en el horror que tuvo que ser, en su momento, ver a este buen hombre ser injusta y brutalmente asesinado".
"Las manos de Rodrigo estaban atadas a la cruz, y su cuerpo se estremecía de frío", dice Downey, temblando de aprensión. "Su coraje, el compromiso con el que interpretó este papel fue sobrecogedor. La toma duró 20 minutos, y todos los presentes la observaron con un silencio impenetrable".
El estilismo del siglo I
A la hora de diseñar el vestuario de Ben-Hur, la diseñadora de vestuarios Varya Avdyushko abordó la situación desde una perspectiva diferente a la habitual en los dramas de época clásica.
"Para Timur, lo más importante era que la historia fuese creíble", explica Avdyushko. "No quería hacer una película de época con la que nadie pudiese identificarse. Queríamos que el público estableciese una conexión con los personajes. Si llevaban ropajes extraños, esa conexión iba a ser difícil de establecer, así que empleamos algún que otro truco para que su apariencia fuese algo más contemporánea".
"Mientras trabajaba en el proyecto, de vez en cuando se me acercaban algunos maquilladores, atrezistas y dobles de acción italianos, con lágrimas en los ojos, y me decían que sus abuelos habían trabajado en el Ben-Hur de 1959", recuerda Bekmambetov. "El padre de nuestro maquillador, Luigi, se encargó del maquillaje de Charlton Heston, el abuelo de nuestro diseñador de vestuario también trabajó en la película, y durante nuestra escena de galeras, cuando Judah es azotado por el especialista de acción Giorgio, resulta que su padre era quien había azotado a Heston. Conectamos una era con otra en el rodaje".
"Habíamos realizado una investigación muy exhaustiva para averiguar qué aspecto tendrían realmente aquellas carreras de cuadrigas, hay algunos momentos verdaderamente dramáticos durante la secuencia que no eran ficticios, ocurrieron realmente hace dos mil años". Bekmambetov prosigue, "Nuestra diseñadora de vestuario, Varya Avdyushko, ha realizado un enorme trabajo, creando un asombroso vestuario para la película, que replicaba el utilizado durante el Imperio Romano. Durante la investigación descubrimos que todos los aurigas de la época llevaban tres cinchas de cuero cruzadas sobre el pecho, y aunque no pudimos imaginar cuál era su finalidad, las incluimos en nuestro vestuario. Posteriormente, durante el rodaje, un especialista de acción se cayó de la cuadriga, y las cinchas le salvaron las costillas; resultó que eran una especie de medida de seguridad empleada por los romanos".
"Me he inspirado en las dos películas anteriores, la muda y la de 1959, que tenían una gran belleza", explica Avdyushko, "así como en referencias históricas como mosaicos, frescos y estatuas. Después comparé esas fuentes de inspiración con imágenes modernas, para tratar de establecer un vínculo entre lo que estamos acostumbrados a ver en la actualidad y el material histórico".
Prosigue, "Tomé las imágenes de los soldados romanos y las comparé con fotos modernas de las fuerzas especiales y del ejército alemán, para que resultasen más identificables al público".
El objetivo de Avdyushko consistía en crear un vestuario que complementase e informase el arco de cada personaje. "Al principio vemos a Ben-Hur en fiestas, en recepciones; es una persona alegre, luminosa. Cuando vuelve de sus años de esclavitud, es más cerrado; se cubre el rostro y sus colores son más sombríos".
"Con Messala sucede prácticamente lo mismo", dice Avdyushko. "Cuando arrancamos es un niño pequeño y después se adentra en un mundo bélico. Se hace soldado, asciende de rango y acaba alcanzando un elevado nivel jerárquico en el ejército romano. Llegamos a la conclusión de que es muy duro, pero aún así, es posible entrever al hombre vulnerable bajo la armadura".
"Los vestuarios de las mujeres también experimentan toda una transformación a lo largo de la historia", comenta Avdyushko. "La primera vez que vemos a Naomi es la reina de la casa", dice Avdyushko. "Tanto Naomi como Tirzah llevan espléndidos vestidos y hacen gala de una gran confianza en sí mismas; sin embargo, cuando volvemos a verlas viven en una cueva, y los vestidos que llevaban cuando fueron arrestadas se han convertido en harapos".
"Esther consigue eludir el destino de la familia de Judah", comenta Avdyushko, "y se hace seguidora de Jesús". A pesar de que se había unido a este movimiento, yo seguía interesada en que destacase, que fuese una mujer fuerte e independiente, no una seguidora pasiva. Se supone que las mujeres no usan pantalones en los dramas históricos, así que diseñé para ella unos pantalones camuflados como si fueran una falda".
Venganza y redención
El escritor Keith Clarke percibió una oportuna historia de perdón en la novela original, Ben-Hur, una historia de los tiempos de Cristo. Aunque Ben-Hur tiene todo el aspecto de una clásica historia épica de venganza, el aspecto del proyecto que atrajo al equipo creativo fueron los elementos de perdón.
"Una de las últimas frases pronunciadas por Cristo fue 'Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen'", explica Clarke. "Con su último aliento, perdona a los que le han quitado la vida".
"En este mundo sería posible evitar muchas tragedias si perdonásemos a nuestros enemigos", prosigue Clarke. "Soy un gran admirador de Nelson Mandela, porque pudo enfrentarse a las personas que tanto mal le hicieron, y les perdonó. En Oriente Medio los conflictos se han enconado durante generaciones por lo difícil que resulta decir 'Sé que lo que me has hecho es horroroso, pero te perdono'".
El productor Sean Daniel afirma, "Sean cuales sean tus creencias personales, es posible valorar y apreciar los temas profundos y universales que se exploran en la película".
"Si ves esta película, aunque no hayas leído nunca la Biblia, podrás disfrutar de la historia, la acción y la aventuras", dice Downey. "Si eres cristiano, la película tendrá un significado mucho mayor".
"Ben-Hur no hace proselitismo abiertamente, sino que plantea algo en lo que pensar", explica Burnett. "Es un mensaje de esperanza que ha formado parte de esta historia desde que Lew Wallace la escribió en 1880. Es una historia que ya ha sido narrada, porque es una historia que merece ser narrada una y otra vez, a esta generación y a las generaciones venideras".