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  Dom Hemingway  Dirigida por Richard Shepard
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La película DOM HEMINGWAY está interpretada por Jude Law (EFECTOS SECUNDARIOS), Richard E. Grant (LA DAMA DE HIERRO), Demián Bichir (UNA VIDA MEJOR), Emilia Clarke ("Juego de tronos"), Kerry Condon ("Roma"), Jumayn Hunter (EL CUARTETO), Madalina Ghenea y Nathan Stewart-Jarrett ("Misfits").

El filme está escrito y dirigido por Richard Shepard (MATADOR). Ha sido producido por Jeremy Thomas (UN MÉTODO PELIGROSO) y Nick O’Hagan ha ejercido de coproductor. El equipo de realización está formado por: el director de fotografía Giles Nuttgens (WHAT MAISIE KNEW); el diseñador de producción Laurence Dorman (ME AND ORSON WELLES); la montadora Dana Congdon (DIARIO DE UN REBELDE); el compositor de la música Rolfe Kent (UP IN THE AIR) y el diseñador de vestuario Julian Day (RUSH).


"¡Escuchad, búhos y osos! ¡Chupapo**, plebeyos y moralistas cobardes!
¡Zorros, leones y pedófilos! ¡Escuchad, frikis, filisteos y nutrias!
¡Reinas, maricas y rabietas de niña! ¡Yo soy Dom Hemingway! ¡Dom Hemingway!"


Con una socarrona y excepcional interpretación llena de nervio y descaro, Jude Law nos introduce en el mundo que DOM HEMINGWAY –un duro ladrón de cajas fuertes londinense, empecinadamente hedonista, preconizador de la irreverencia y de una legendaria vitalidad – encuentra cuando pisa por primera vez la calle tras pasar doce años en prisión por mantener la boca cerrada y no delatar a su jefe. Ahora, Dom está dispuesto a desahogarse y cobrar lo que le deben. Pero cuando su tan ansiado día de paga no sale según planeaba, Dom decide intentar restablecer la relación con su hija, de la que se alejó hace tiempo; pero finalmente se ve tentado de nuevo por las tres cosas que Dom Hemingway sabe hacer mejor: abrir cajas fuertes, romper cabezas y destrozar corazones.

Law –nominado al Oscar en dos ocasiones: por COLD MOUNTAIN y EL TALENTO DE MR. RIPLEY– se sometió a una completa transformación para dar vida a este maníaco pero, paradójicamente, conmovedor personaje. Con una barriga de jugador de dardos, la nariz rota, patillas en forma de chuletas de cordero, una desagradable dentadura y una repugnante cicatriz que emerge bajo un sanguinolento ojo rojizo, es difícil creer que debajo de la desaliñada imagen y el provocador desdén de Dom se halla el mismo actor conocido mundialmente como el prototipo del galán romántico.

Law no ahorró esfuerzos para captar la particular y verdadera personalidad de Dom Hemingway. "Es un hombre explosivo, de lírico lenguaje, siniestro y, no obstante, sorprendentemente divertido", considera Law. "En el fondo, Dom es como todos nosotros, esa especie de extraña combinación del bien y del mal, pero en un grado más extremo".

La comedia de alto voltaje protagonizada por este personaje surgió de la mente del guionista y director Richard Shepard, conocido por la aclamada película, nominada al Globo de Oro, MATADOR, su ingeniosa y sorprendente vuelta de tuerca al thriller de sicarios que interpretaron Pierce Brosnan y Greg Kinnear en los principales papeles.

Una vez más, Shepard concibe una historia criminal desde un punto de vista extremadamente original: el de un delincuente audaz, violento y vengativo, con una reiteradamente escasa fortuna, que personifica, sin embargo, todos los anhelos, las contradicciones y la desesperada angustia de la vida contemporánea. En una aventura que transita bruscamente desde una cárcel británica hasta el sur de Francia e implica un envite criminal donde la hombría de Dom se halla en juego, Shepard analiza al personaje en términos de definitiva paradoja del ser humano. Por muchos profanadores estragos que genere donde quiera que vaya, el espectador no puede sino esperar que, no obstante, e increíblemente, Dom encuentre la redención.

La película se ha podido llevar a la pantalla gracias al reconocido productor independiente Jeremy Thomas, que leyó el guión durante unas vacaciones navideñas que pasó en Australia. A Thomas le encantó, y a su regreso se aseguró de adquirir los derechos. Thomas y Richard Shepard realizaron el filme en doce meses. Thomas había producido antes dos peculiares variaciones en torno al género criminal o cine negro, ambas con violentos y divertidos personajes en su eje central: SEXY BEAST, de Jonathan Glazer, y LA VENGANZA, de Stephen Frears. "Existe una gran tradición de thrillers inteligentes y poco ortodoxos, películas con un trasfondo criminal pero que, simultáneamente, giran en torno a fascinantes y muy humanos personajes", observa Shepard. "Me gusta ese tipo de cine y espero que DOM encaje en algún sitio dentro de esa categoría".

Thomas intuyó que DOM HEMINGWAY podría adentrarse efectivamente en ese territorio, y entonces decidió llevarlo al límite. "Podría decirse sencillamente que DOM HEMINGWAY es un típico filme de género sobre un hombre que sale de la cárcel, pero es mucho más que eso", señala el productor. "En mi opinión, va mucho más allá para convertirse en una historia narrada de forma muy diferente y con unos extraordinarios diálogos que no se parecen a nada que haya escuchado antes. Es una película que entretiene de forma un poco sorprendente. Ese el tipo de filmes que me atraen muy a menudo; y pensé que podía ser una película increíble".

"Aunque constantemente tira piedras sobre su propio tejado, Dom te atrapa", afirma Shepard. "Tiene su propia forma de gestionar las cosas y la mayoría de las veces son los demás quienes lo meten en problemas. Es inestable y peligroso, pero también es muy divertido. Esa combinación da lugar a un filme interesante porque, aunque Dom guste a la gente, no quiere decir que necesariamente la gente se sienta segura con él. Hay una sensación de que podría hacer cualquier cosa. Podría darle un puñetazo a alguien. Podría empezar a llorar o ser soez. Todo este tipo de cosas proporcionan una especial energía a la película. Dom es una especie de diabólico sinvergüenza, pero, en el fondo, realmente tiene un gran corazón que comienza a latir de nuevo al final de la película".


¿Quién es Dom Hemingway?
"He hecho demasiadas cosas, Dickie. He perdido demasiado tiempo. Me he jodi*** la vida.
Me va a explotar la cabeza. Los trozos de mi cerebro se van a esparcir por todas partes.
Te voy a estropear la chaqueta"
.

Dom Hemingway es pura contradicción. Adorable pero ofensivo, decidido pero peligrosamente desequilibrado, Dom es un hombre de voraces apetitos y perturbados y destructivos anhelos, pero que alberga una afectuosa alma. Tiene una boca que estalla como si fuera una granada de mano, unos "dedos mágicos" que pueden desvalijar cualquier caja fuerte, pero también tiene un corazón que busca aliviar remordimientos muy profundos. Desde el primer momento, los realizadores fueron conscientes de que todas esas contradicciones complementarias resultarían extraordinariamente atractivas para un actor dispuesto a penetrar en los inexplorados límites del excéntrico comportamiento humano, con el fin de alcanzar lo que Stanley Kubrick denominó en cierta ocasión "un estado de éxtasis cómico".

No obstante, en un principio, los realizadores no habían previsto que Jude Law –el actor inglés que ha aparecido en numerosas listas de "beautiful people" – sería ese actor.

Finalmente, Dom y Jude parecerían estar predestinados el uno al otro. Pero, al principio, Dom era un simple destello en la imaginación de Richard Shepard, cuando se sentó a escribir una escena en la que un hombre está a punto de salir de prisión tras pasar 12 años encarcelado por no incriminar a su jefe, y ya ansía disfrutar hasta la última y deliciosa gota de lo que se ha ganado. La escena se convertiría en el audaz y, literalmente, desnudo arranque del filme, y desencadenaría la puesta en marcha del personaje protagonista.

"Era una secuencia muy impactante y, espero, entretenida. Tan pronto como me surgió la idea, rápidamente me salió el resto", recuerda Shepard. "Me gustaba Dom y quería saber qué le iba a suceder".

Su historia le vino rodada sobre el papel. Hasta cierto punto, Shepard apelaba directamente al conflictivo y mafioso clima social del East End londinense, que desde el siglo XVII viene siendo considerado un refugio del crimen, la depravación sexual y los vicios humanos. Pero en el personaje de Dom había algo más: una trascendental cualidad que le hacía representativo de aquellos que, en cualquier lugar, no saben cerrar la boca o no pueden evitar su mezquindad o su tendencia a perjudicar a aquellos que más les importan.

Incluso el nombre nació de una forma orgánica. "Me gustaba el nombre de Dom. Parecía interesante", señala Shepard. "Y el apellido Hemingway tenía ciertas connotaciones de macho".

¿Pero qué actor estaría dispuesto a reflejar esa degeneración machista que requería el personaje? "Mientras lo escribía no pensaba en Jude", afirma el guionista y director. "Pero en la actualidad diría que si Jude Law no hubiera interpretado a Dom no habría película. Ahora resulta prácticamente imposible imaginar a otro actor en ese papel".

Todo llegó a cristalizarse cuando Shepard y Law se encontraron en un pub del oeste de Londres, donde mantuvieron una discusión sobre Dom y sus muchas imperfecciones, que resultaban tan fascinantes como aterradoras. "Desde que compartí con Jude esas primeras, y escasas, pintas de cerveza, supe que su visión de cómo debía ser Dom era exactamente lo que yo quería", explica Shepard. "Jude se convirtió en un colaborador más. Fue la primera vez que tuve a un actor protagonista tan implicado y que se presentara a leer en todas las audiciones; Jude tenía mucho interés en asegurase de que conseguíamos el mejor reparto posible. Y luego llegamos a un punto en el que nos leíamos la mente el uno al otro a la hora de discernir lo que tendría sentido que hiciera Dom, y resultó extraordinariamente divertido formar parte de eso".

Law sabía que sólo había una forma de llegar a Dom Hemingway: con una intensidad extraordinaria. "Como actor, ves a este personaje y piensas: Hay muchísimos elementos en este hombre que nunca antes había explorado, o no me lo habían permitido", explica Law. "A la hora de enfrentarse al papel, había algo que resultaba realmente escalofriante, pero también absolutamente ineludible. En el fondo, una parte de mí sabía que yo tenía que interpretar ese personaje. Dom es un personaje único y Richard Shepard lo había creado. Él lo había escrito, y yo creo que no he interpretado a otro personaje que siquiera se le pareciera en la potente variedad de matices que posee". De hecho, Law se enamoró tanto de Dom que, tras finalizar la película, decidió despedirse de su personaje de una manera definitivamente audaz. Rodeado de sus compañeros de reparto y del equipo técnico, Law organizó el entierro de la memorable prótesis dental de Dom. "Era la forma ideal de cerrar definitivamente esa bocaza", dice Law.

Para Law, la clave del personaje estaba en penetrar en la peligrosamente impertinente autoconfianza de Dom, una confianza que nunca flaquea, incluso cuando debería; revelando entonces que detrás de todo eso se halla un hombre que padece una tormenta de emociones encontradas. "En realidad, Dom es un hombre en conflicto", observa Law. "Básicamente es un tipo honesto, pero se comporta de forma ofensiva con los demás y consigo mismo. Una parte de él radica en su comportamiento agresivo y otra parte gravita en torno al alcohol y las drogas en que se sumerge para no sentir absolutamente nada. Todas esas capas de irreverencia forman parte de Dom... pero finalmente comprendes que hay mucho más de lo que se ve a simple vista. En mi opinión, no se trata tanto de una historia sobre la venganza de Dom. Se trata de una persona que es un autentico desastre, pero que entonces da un pequeño paso hacia el buen camino."

Shepard y Law trabajaron estrechamente para pulir los diálogos de Dom, que Shepard había escrito alternando un tono irreverente con otro más o menos profundo, añadiendo además vociferantes soliloquios. "Mi idea era que Dom usa el lenguaje igual que sus puños, para captar la atención", afirma Shepard.

Law y Shepard acordaron que la escena inicial sería el punto de referencia por el que se guiaría el actor para marcar el tono de Dom a lo largo de toda la película. Con su explícita pero poética ampulosidad, es un momento que capta absolutamente la elocuente, excéntrica y amenazante personalidad de Dom.

"Me dije a mí mismo, ‘Si voy a hacer este papel, voy a tener que andar desnudo por el set y hacer esa primera escena, y entonces sabré que puedo hacer toda la película’", rememora Law. "Fue un gran comienzo".

La intensa preparación física de Law nació de la idea de que tanto la pobre dieta como la falta de ejercicio a lo largo de doce años de cárcel habrían causado terribles estragos en la salud de Dom. Jude califica este proceso de Dom como "in-saludable". "Viendo el estilo de vida de Dom y todo lo que bebe, me pareció que quizás era prudente ejercitar un poco los músculos", explica sobre su decisión de añadir nueve kilos a su normalmente atlética complexión, además de alguna hinchazón real, producto del atiborramiento de cervezas. Yo practico bastante ejercicio habitualmente y no suelo comer mucho, entonces, simplemente dejé de hacerlo y me puse a comer absoluta basura y mucha, durante todo el día. Después me empezó a preocupar no haber cogido el volumen suficiente, porque yo quería tener una mezcla de músculos y michelines. El refresco de cola ayudó mucho".

Posteriormente, la metamorfosis de Law en Dom se completó con creativas prótesis capilares y maquillaje, que incluía un dispositivo especial en el interior de su nariz para que pareciera torcida y rota, así como unos aparatos dentales que oscurecen y desfiguran su boca. Asimismo, Law se dejó crecer una estilosa barba a la que tanto el equipo como él mismo daban el cariñoso apelativo de "las chuletas de Dom". Pero la auténtica transformación iba más allá de la apariencia del personaje, hasta las entrañas y recovecos de su mente, inevitablemente explosiva.

A veces, Law se metía tanto en el personaje que dejaba absolutamente pasmados al resto de actores y al equipo. "Cuando comenzamos la película, ninguno de nosotros era realmente consciente de hasta qué punto se había metido Jude en el papel. Creo que ni siquiera Richard se podía imaginar todo lo que iba a aportar Jude tanto a nivel físico como emocional", dice el director de fotografía Giles Nuttgens. "Jude no tuvo absolutamente ningún miedo".

"Jude se transformó totalmente para este papel", concluye Jeremy Thomas. "Dom es un hombre que ha estado en la cárcel doce años, un hombre que sabe arreglárselas en una pelea, es el gallo del corral, y es un personaje muy carismático. Y Jude verdaderamente se comprometió a ser Dom Hemingway para nosotros. Es genial encontrar a un actor dispuesto a llegar tan lejos para descubrir a un personaje maravilloso".


Conociendo a Dickie
"Dios, Dom, eres como un jabalí salvaje que corretea como loco por el olivar.
Tienes que controlarte"
.

Esperando a Dom cuando éste sale de su estancia en la cárcel se halla su viejo y paciente compinche Dickie, un trasunto del clásico payaso serio de pareja cómica que interpreta Richard E. Grant, que se dio a conocer por su personaje del indignado y desempleado actor Withnail en la comedia de culto británica WITHNAIL Y YO.

Shepard escribió el papel pensando en Grant. "Siempre he sido un gran fan de Richard E. Grant", señala. "Y quería que Dom tuviera un amigo que fuera la única persona capaz de llevarle la contraria. Cuando Dom sale de la cárcel, su mujer ha muerto y su hija no le habla, por lo tanto, Dickie es su único amigo en el mundo. Siempre me ha interesado la amistad masculina, la sobreentendida forma en que se comportan los hombres unos con otros, y entre Richard y Jude se estableció una química genial".

Nada más leer el guión, Grant se sintió atraído inmediatamente, sobre todo por las personalidades tan radicalmente distintas de Dom y Dickie. "Richard había creado unos personajes muy diáfanos y potentes. Aunque Dom es un incontrolable charlatán, le proporciona a mi personaje una especie de liberación. Dickie es una versión suave y sinvergüenza de Robin del Batman representado por Dom. Es un Laurel de su Hardy. Ambos son una especie de dúo cómico", señala.

También le atrajo a Grant el desmedido lenguaje, sin censura e insolentemente poético, del guión. "Algo que me sorprendió fueron los discursos operísticamente barrocos que Dom pronuncia", comenta el actor. "No recuerdo ningún otro guionista norteamericano que haya escrito una película en la que alguien tenga la ampulosidad verbal de este tipo. Parecía la quintaesencia de la lengua vernácula de la sociedad británica. Richard, evidentemente, había investigado, y todos los personajes suenan absolutamente británicos, de modo que resultaba aún más impresionante".

Una vez elegido Law, Shepard les dejó espacio a ambos actores para que se compenetraran. "Hubo un momento en el que empezó a forjarse una auténtica amistad entre ellos", señala el director. "Eso se puede apreciar. Se siente literalmente. Ambos vinieron al set extraordinariamente bien preparados, ensayaron mucho juntos, y el resultado de todo eso dio sus frutos".

Law dice que Grant le ayudó a desarrollar aún más la despreocupada autoestima de su personaje. "Dom quiere a Dickie, y conseguir la aprobación de Dickie es un elemento muy importante en la historia. Richard aportó a su personaje un maravilloso sentimiento de compasión que ayuda al publico a comprender mejor a Dom a través de los ojos de Dickie", dice Law. "Cuando Dom aparece en escena estrepitosamente borracho y temerario, ganándose a pulso una bronca, es Dickie quien sabe reconocer el peligro".

Grant llegó a ver a Dickie no sólo como el fiel y leal amigo de Dom, sino también como un punto de referencia para su vacilante conciencia. "Dickie siempre está intentando reparar el desastre que Dom provoca por todos los sitios", dice sonriendo Grant.

"Yo creo que para Dickie Dom es una persona fascinante, frustrante y exasperante, además de una absoluta descarga de adrenalina", resume Grant. "Dom resulta irresistible para alguien que es mucho más discreto, como Dickie. Yo soy como Charlie Watts y Dom es como Mick Jagger. Así es como lo veo yo".

Al igual que Dom, Dickie tiene su propia y distintiva imagen: la de un hombre que todavía se aferra a la gloria de tiempos pasados, con una larga y enmarañada melena, gafas de los 70, un vestuario que podría recordar al del tío excéntrico de Peter Fonda…, y con un solitario guante de cuero negro.

La idea de Shepard era que Dickie pareciera una versión británica de Hunter S. Thompson, el legendario creador del periodismo Gonzo, famoso por su desentonado vestuario, que definió el término contracultura. "No llevo puesto el sombrero de Hunter Thompson y todavía no estoy calvo, pero producción encontró esas gafas amarillas que dan totalmente en el clavo", comenta Grant, jocoso. "Yo creo que para Dickie los mejores años de su vida fueron los años 70, por lo tanto, su pensamiento es: ¿por qué hay que cambiar la forma de vestir e intentar ser alguien que vive en el siglo XXI? Mantente fiel a la indumentaria de tus días mejores. Esa es su teoría".


No puedes regresar a casa
"Fui un auténtico estúpido. Te perdí. Me perdí la infancia de Evelyn por completo. Perdí las dos cosas más importantes de mi vida. Y ahora tú te has ido, mi amor. Y nuestra Evie...
Ella me odia"
.

Alrededor de Dom Hemingway, tras su salida de la cárcel, pulula un conjunto de personajes, igualmente ricos en matices y pertenecientes tanto al ámbito criminal como al familiar, que congrega a algunos de los actores más interesantes de la actualidad, tales como el actor nominado al Oscar Demián Bichir (UNA VIDA MEJOR), la estrella en alza Emilia Clarke y los actores emergentes Jumayn Hunter, Nathan Stewart-Jarrett, Madalina Ghenea y Kerry Condon.

Shepard sabía que el casting iba a suponer la mitad de la batalla en una historia tan repleta de excepcionales personajes. "Gran parte de mi labor como director consiste en juzgar ‘esto parece creíble o ‘esto encaja bien’. Los actores pueden percibir cuando hay actores buenos a su alrededor, y nadie quiere pasar inadvertido en la pantalla. Jude vino absolutamente dispuesto a bordar su interpretación, por tanto, yo creo que los demás actores pensaron, ‘¡Bueno…¡ ¡Más vale que haga un buen trabajo!’", afirma.

Cuando Dom sale de la cárcel, se dirige al campo…, concretamente a la campiña francesa y a la villa del misterioso Mr. Fontaine, también conocido como "Ivan Anatoli", el fabulosamente rico jefe del crimen organizado que ha estado disfrutando de su fortuna mientras Dom languidecía en prisión. Para interpretar a Fontaine, los realizadores necesitaban a alguien carismático a la par que amenazador, una mezcla que Shepard encontró en un actor que está experimentando un rápido ascenso en Hollywood. Nacido y criado en los barrios de Ciudad de México, Demián Bichir fue nominado recientemente al premio de la Academia por su papel protagonista en el drama sobre la inmigración UNA VIDA MEJOR, del director Chris Weitz, y actualmente protagoniza la nueva serie de FX "The Bridge".

"Conseguir para este papel a un actor del calibre de Demián fue algo absolutamente fantástico", señala Shepard. "No sólo es un actor extraordinariamente bueno, sino que también posee el carisma de Mr. Fontaine. Lo perseguimos de forma muy insistente".

Bichir se sintió atraído por el fino humor de Mr. Fontaine..., y por Shepard. "Richard es una persona muy inteligente e ingeniosa", dice el actor. "Ha escrito un guión magnífico y un maravilloso personaje: Dom. Es un guión que proporciona a los actores la oportunidad de ir en muchas direcciones, por lo tanto, es todo un placer. Y yo disponía del mejor asiento para poder observar todas esas interpretaciones".

Un tipo de personaje muy diferente es el de la hija de Dom, Evelyn, a la que, evidentemente, no le divierten en absoluto las desmandadas jaranas de su padre o que haya estado completamente ausente de su vida. Interpretando este papel se halla una de las actrices más interesantes de la actualidad, Emilia Clarke, que está experimentando un éxito fulgurante gracias a su reconocida y potente interpretación de Khaleesi en la serie más importante de HBO, "Juego de tronos".

A Clarke le sedujo tanto el guión como el personaje de Dom, confiesa la actriz. "A pesar de todos los aborrecibles y espantosos actos que Dom realiza a lo largo del filme, yo pienso que el público cree que todavía hay esperanza para él, que habrá una luz al final de su túnel", afirma. "Creo que como espectador estás absolutamente expectante para ver qué le sucede, por lo tanto, te comprometes con él desde el primer minuto. Hay muchas razones por las que Dom no debería gustarte, pero, sencillamente, no puedes evitarlo".

Para Evelyn, sin embargo, Dom tiene que derrumbar una enorme barrera: su absoluta y lógica falta de confianza en que su padre hará alguna vez lo correcto. "Ella es una chica dura", dice Clarke sobre su personaje de Evelyn. "La vida la ha endurecido y ha tenido que valerse por sí misma. Sólo cuando lo ha perdido todo, Dom decide llamar a la puerta de Evelyn, y tiene muchas cuentas que rendirle. La madre de Evelyn murió mientras Dom estaba encarcelado y Evelyn prácticamente se ha criado como una huérfana. Dom podría no haber asumido las culpas de otros y, en su lugar, haberse comportado como un padre".

Para Clarke fue un gran placer trabajar junto a Law. "Jude aportaba muchísima energía y estaba muy metido en el maravilloso personaje que había creado", observa la actriz. "Desprendía un magnetismo absoluto".

Siendo también una consumada cantante, Clarke tuvo ocasión de utilizar ese talento artístico en una evocadora escena donde Evelyn interpreta junto a su banda una versión del tema Fisherman’s Blues, de los Waterboys. "Emilia me dejó deslumbrado", dice Shepard. "Y, además, canta. ¡Guau1 Esta chica puede con todo".

Otro inusual personaje es el que compone Lestor, el joven y nuevo cabecilla del crimen organizado al que Dom se ve obligado a pedir trabajo cuando toca fondo. El papel fue adjudicado a Jumayn Hunter, un joven actor británico que cautivó a Shepard en su audición.

Shepard recuerda, "Originalmente, escribí el papel de Lestor para un actor más maduro, alguien situado en la cuarentena, y Jude me dijo, ‘¿Sabes? Deberíamos pensar en cambiarlo por el hijo de este personaje. La dinámica sería más interesante si Dom tiene que pedir trabajo a alguien significativamente más joven que él’. Entonces iniciamos las audiciones y Jumayn acudió, y era realmente extraordinario, tiene unas condiciones increíbles. Es absolutamente imposible apartar la vista de él".

Hunter estaba encantado de asumir el papel. "Como un rayo, así es como Dom le cae del cielo a Lestor. Cómo se enfrenta a la situación es, cuando menos, peculiar, pero la historia entre ambos no es precisamente amistosa. Lestor no siente nada más que desprecio por Dom y todo lo que recuerda sobre él", señala Hunter. "Dom pertenece a una época donde todo se hacía cara a cara. Lestor pertenece al siglo XXI, donde todo se hace de manera electrónica. Cuando uno coincide en el espacio propio del otro, se origina efectivamente un conflicto generacional".

Al igual que sus compañeros de reparto, Hunter estaba fascinado por Dom. "Lo que sale de la boca de Dom Hemingway o es oro para la mente o destrucción para el alma, y uno obtiene ambas cosas al mismo tiempo, así que resulta muy entretenido", dice Hunter. "Dom habla no sólo a través de su mente, sino también de su subconsciente, así es cómo yo lo describiría. Tiene las habilidades sociales de una escopeta".

Dom tiene otro fatídico contratiempo en el sur de Francia con una chica de compañía norteamericana, cuya vida, para bien o para mal, salva. El risueño personaje de Melody está interpretado por la actriz irlandesa Kerry Condon, que disfrutó al tener una perspectiva distinta de Dom. "Mi personaje advierte la bondad que hay en él", señala. "Es alguien que ve la bondad en todas partes. No considera que Dom sea ese tipo patético que a los 40 todavía se va de juerga. Simplemente ve la ternura y vulnerabilidad que hay en él".

La modelo rumana y actriz en ciernes Madalina Ghenea asume el importante papel de la sensual femme fatale de la película: Paolina, la amante de Fontaine y aciaga némesis de Dom. "No es fácil ser una femme fatale", admite Ghenea. "Sin embargo, en cierto modo, me enamoré de ella. Y estoy segura de que el público se enamorará de Dom. De alguna manera te enamoras de él, ¡a pesar de que es Dom!"


El mundo de Dom
"Un hombre sin opciones de repente tiene todas las opciones del mundo".

Si Dom Hemingway es grosero, escandaloso, frenéticamente poético, salvaje, divertido y cautivadoramente devastador, Richard Shepard quería que la historia fuera igual a nivel visual. El aspecto que imaginó para el filme prácticamente era el de una película de gánsteres anti-británica: no descarnadamente realista y gris, sino salvajemente libre, con explosiones de vivos colores, pura energía y destellos de la rabia contenida que nutre a Dom.

Para lograr que visualmente el filme reflejara ese estilo de Dom, Shepard colaboró con el director de fotografía Giles Nuttgens (HIJOS DE LA MEDIANOCHE, AGUA) y el diseñador de producción Laurence Dorman (ME AND ORSON WELLES), los cuales ya habían trabajado anteriormente con el productor Jeremy Thomas en la película YOUNG ADAM.

Nuttgens se sintió inmediatamente cautivado por la visión de Shepard. "Richard había escrito un guión absolutamente único y tenía el control absoluto sobre lo que quería", observa el director de fotografía. "Enseguida vi claro que Shepard tenía un extraordinario cerebro creativo que funcionaba de forma muy distinta al de otras personas. Cuando me reúno por primera vez con un director, me interesa menos hablar del aspecto del filme que de cómo tiene que hacer sentir. ¿Cuál es el tono emocional? Y Richard eso lo sabía más profundamente que cualquier otro con el que haya colaborado".

El desafío estaba en esparcir ese tono emocional sobre la pantalla. "Era muy evidente que aunque la trama de DOM gira alrededor de un delincuente que intenta obtener su recompensa, en el fondo, lo que se cuenta es la historia de un tipo que está extraordinariamente desquiciado y que transmite esa locura al espectador de una forma muy particular y potente", prosigue Nuttgens. "Dom ha perdido completamente el juicio y se ha vuelto un ser absolutamente destructivo, tanto para los demás como para él mismo, por lo tanto, nosotros pretendíamos que esa energía se transmitiera visualmente en el filme. Lo último que queríamos para la película era un estilo visual elegantemente empobrecido y totalmente plano. Entonces, nuestra idea fue que incluso en las situaciones más banales, incluso aunque estuviéramos rodando en Londres en pleno noviembre, nosotros siempre íbamos a ir al extremo en términos de color y textura. Allí donde podíamos añadir un nivel más de color, lo hacíamos. Yo creo que todos pensábamos que los color
es del filme podían servir de constante contrapunto a lo oscuro y extremo que el personaje de Dom puede llegar a ser"
.

Este efecto se aprecia inmediatamente, nada más iniciarse el filme, con Law desnudo, en una escena carcelaria diferente a cualquier otra. "A través de un largo monólogo, que se rodó en una sola toma", señala Nuttgens, "el público es súbitamente invitado a penetrar en la extremadamente perturbada cabeza de Dom Hemingway. Incluso en esta secuencia, nosotros queríamos que el aspecto de la prisión fuera distinto al que estamos habituados, y Richard, Laurence y yo hablamos mucho sobre cómo podíamos arrebatar los sentidos desde el primer momento. Queríamos dejar claro que el tono del filme iba a ser colorido y potente, un bofetón en la cara, y que, además, la gente supiera que también contenía grandes dosis de humor".

Tras su excarcelación, Dom se marcha a Francia para reclamarle a su jefe, Mr. Fontaine, lo que le debe. La espléndida y lujosa villa de Fontaine fue concebida por Shepard, Nuttgens y Dorman con una iluminación delirante, como una metáfora de que Dom contemplaba un mundo absolutamente nuevo tras 12 años viendo las paredes de su celda. "Iluminamos la villa en tonos rosas y verdes, algo que no suele verse habitualmente", explica Nuttgens. "La idea general era imaginar lo abrumador que resulta el mundo para Dom nada más salir de la cárcel, así como todo lo que había disfrutado Fontaine mientras Dom había estado encerrado".

Para una de las secuencias más arriesgadas del filme, en la que Dom pronuncia un fiero y amenazante discurso en el salón de Fontaine, Dorman cubrió las paredes con una serie de retratos de primates de la artista y fotógrafa Jill Greenberg. Las hiperrealistas y retocadas fotografías –tan inquietantes como cómicas y primitivas– aumentan la sensación de escalofrío a nivel visual. "Esas fotos fueron un toque de genialidad de Laurence", dice Nuttgens. "Esa escena, que tiene mucho que ver con el ego y la envidia, no es sólo una escena entre tres hombres, sino que se convierte en una escena entre tres hombres y tres monos".

Francia también fue el escenario de una secuencia de un espectacular accidente de coche, que implicaba algunos de los mayores desafíos técnicos del rodaje como lluvia, iluminación, vehículos voladores y lodazales.

Al regresar a la desabrida zona industrial del East End londinense, el equipo, no obstante, mantuvo el foco en el color y los elementos originales. "Lo maravilloso era que Richard no quería imitar nada. Simplemente quería mostrar ese mundo tal y como Dom lo ve", concluye Nuttgens. "Fue realmente increíble hasta qué punto Richard condujo la película, desde las primeras líneas de texto que escribió para la inimitable voz de Dom hasta cada uno de los detalles del rodaje y la postproducción. Sin importar los retos técnicos, Richard nos exhortó a todos a mantenernos firmes, a ser fieles al punto de vista de Dom, y eso convirtió la ejecución del filme en un proceso apasionadamente intelectual y creativo de principio a fin".

Un complemento más de la fluidez ambiental del filme es la banda sonora compuesta por Rolfe Kent, que ha escrito la música de muchas películas de Shepard, ha sido candidato a un Globo de Oro por su trabajo en la película de Alexander Payne ENTRE COPAS y al que muchos conocen, sobre todo, por su trabajo en la serie de televisión "Dexter", por el que fue nominado al Emmy.

Kent señala que la música experimentó diversas variaciones a medida que Shepard y él buscaban el contrapunto perfecto para la salvaje conducta de Dom. "En un principio, compuse para un conjunto de instrumentos de viento", recuerda. "Y un ejemplo de ese enfoque aún subsiste en la parte en que Dom consigue su dinero. No obstante, en un momento dado, le transmití a Richard, a grandes rasgos, una idea que tenía sobre utilizar extraños y evocadores tonos de forma rítmica, y él me animó a seguir por esa vía. Eso le da al filme una sustancial y sin embargo inusual ventaja, que efectivamente se evidencia en la secuencia del tren. Richard pensaba que la película funcionaría mejor si la banda sonora evitaba el tono cómico y, en su lugar, tomaba a Dom y a su vida absolutamente en serio. De modo que ese fue el camino que tomamos".

Pese a su prolongada colaboración con Shepard, Kent dice que este proyecto no se parecía a ningún otro. "He trabajado al menos en seis películas con Richard, y en cada una de ellas él adoptó un enfoque completamente distinto e inventó algo nuevo. La banda sonora de DOM HEMINGWAY evolucionó poco a poco hasta, finalmente, encontrar el punto ideal entre un tema como el de la infancia perdida para Evelyn, la hija de Dom, y el tema de la leve melancolía y arrogancia para Dom, un tema lleno de fuerza y aprensión".

Uno de los momentos más desafiantes para Kent es uno de los más emotivos de la historia para Dom: cuando va al cementerio para, por fin, hablar con la esposa a la que había abandonado. "Es una escena que requiere un delicado y variable equilibrio entre el remordimiento y la esperanza que siente Dom", señala el compositor. "Richard me hizo reescribir este fragmento musical varias veces en un intento de encontrar la manera ideal de dejar fluir la interpretación y administrar las desesperadas emociones que Jude transmitía prácticamente a flor de piel. Casi al final hay un atisbo del tema del reencuentro con Evelyn, un destello de que, después de todo, renace la esperanza y el afecto".


La imagen de Dom
"¿Qué puedo decirte? Soy un irresistible hijo de pu***"

Buena parte del aspecto visual de la película lo constituye la imagen de Dom, que fue producto de la colaboración entre Shepard, Law, el diseñador de vestuario Julian Day y la especialista en peluquería y maquillaje cinematográfico Wakana Yoshihara. "Fue un proceso largo, pero yo estaba convencido de que una vez encontráramos la imagen del personaje, Jude se dejaría llevar por su aspecto y encontraría realmente a Dom", afirma Shepard.

Day, el diseñador de vestuario, que ha trabajado recientemente en LA PESCA DEL SALMÓN EN YEMEN y en el filme de estreno inminente DIANA, estaba entusiasmado ante la perspectiva de dar un nuevo giro al vestuario de un género clásico. "Tras leer el guión y reunirme con Richard, me di cuenta de su amor por el cine británico, y yo quería modernizar y dar una vuelta al look característico del género británico de gánsteres de los años 70", señala. "Richard fue un director fantástico con el que trabajar, pues tiene un conocimiento enciclopédico del cine y es un colaborador extraordinario. Se implicó absolutamente en todos los niveles del proceso de diseño del vestuario."

Para Dom, Day centró su objetivo en un hombre anclado en el pasado a nivel estilístico. "Crear el vestuario de Dom fue muy divertido", señala. "Trabajé junto a un gran sastre, Murat Ozkan, de William & George Ltd., para crear un traje que le quedaba muy bien a Jude, pero que también parecía que no se había puesto durante años. Aunque no le queda muy ajustado en algunas partes, Jude se las apañó para lucir impecable en todo momento, incluso cuando baja de una colina embarrada bajo una lluvia torrencial".

Law sintió que la ropa captó al hombre. "Los pequeños retoques que Julian aportó fueron extraordinariamente brillantes", dice Law. "Dom ha estado en una burbuja como es la prisión, apartado de la sociedad. Pero también, como persona, dada la cantidad de whisky que toma, vive en un nebuloso estado de auto-privación y escapismo, así que su vestimenta no es sólo la de un hombre doce años más joven, sino también la de un tipo que, en cualquier caso, está siempre muy desequilibrado. Julian fue realmente hábil al cortar la ropa que lleva Dom de manera que le apretara en los sitios más inadecuados. Todo eso va añadiendo capas al personaje y contribuye a contar la historia de un hombre fuera de su tiempo y absolutamente en la inopia respecto a su lugar en el mundo".

Day también se lo pasó muy bien con el atuendo de Dickie. "La indumentaria de Richard E Grant es definitivamente moda retro de los años 60 —algo así como un cruce de las películas PERFORMANCE y THE ITALIAN JOB—, pero mi principal influencia fue Hunter S. Thompson, uno de los mayores iconos de la moda", afirma. Day admite también: "Utilicé mis propias y sesenteras gafas de sol, de cristal amarillo, para rematar el impecable gusto estético de Dickie".

Day disfrutó igualmente con todo el conjunto de personajes del filme, constituyendo cada uno de ellos un trabajo de imaginativo diseño de vestuario por derecho propio. "Esta película fue uno de los trabajos más agradables en los que he trabajado", concluye, "con un reparto y un equipo fantásticos, así como unos maravillosos personajes para los que crear vestuario".

La diseñadora de peluquería y maquillaje cinematográfico Yoshihara, cuya filmografía abarca desde SKYFALL hasta EL TOPO y HARRY POTTER, alteró sustancialmente los rasgos faciales de Law. Al principio, a la diseñadora le resultaba difícil imaginar que alguien con las facciones y constitución de Law pudiera transformarse en el personaje que aparecía en el guión, pero, con el tiempo, la imagen se fue perfilando hasta cobrar vida.

Investigando acerca de varios famosos gánsteres del East londinense, Yoshihara averiguó que muchos de ellos tenían la nariz rota y cicatrices en la cara, y quiso añadirle ese misterioso toque a Dom Hemingway. "Pensé que sería genial que el público se preguntara qué le había sucedido a Dom para tener esas cicatrices y esos peculiares rasgos", explica.

Law soporta un conjunto de prótesis dentales, hechas a medida, que le proporcionan esa peculiar sonrisa a Dom, así como un incómodo dispositivo por el que se ajusta trasversalmente la nariz rota de Dom. "Le pusimos dientes de oro, pero oro manchado de nicotina. Por lo tanto, cuando Dom sonríe, se puede apreciar cuántos cigarros se ha fumado en prisión", dice Yoshihara sonriendo. "También le aplicamos mucha pigmentación para que pareciera una persona que no se ha cuidado mucho, le dimos varias capas de sombra para darle un perfecto aspecto de escasa salud".

Todos estos detalles fueron esenciales, por supuesto, para hacer que la película pareciera tan creíble como extravagante. Pero la inexplicable magia llegó realmente cuando las cámaras empezaron a rodar y Law se metió completamente bajo la incandescente piel del personaje de Dom.

Tras un trabajo de concentración tan meticuloso, Law dice que no olvidará rápidamente a Dom Hemingway ni el sorprendente resultado de sus correrías. "Interpretar a Dom fue un proceso agotador y desarrollé algunos hábitos muy nocivos que me llevó tiempo quitarme de encima", confiesa. "Pero aprendí mucho de él. Lo echaré de menos. Me encantó ser él y me encantó tenerlo en mi vida. Esto suena terriblemente sentimental, pero es que Dom posee una cualidad muy atractiva. No puede evitar ser él mismo, aunque eso implique ser extraordinariamente bullicioso y, en ocasiones, aborrecible. La mejor forma de describir a Dom Hemingway es que es indescriptible".