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  Caminando entre las tumbas  (A walk among the tombstones)
  Dirigida por Scott Frank
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Encabezado por el realizador candidato al Óscar SCOTT FRANK (guionista y director de "The Lookout" y guionista de "Un romance muy peligroso", "Minority Report", "Lobezno inmortal"), que se ha encargado de dirigir el filme y adaptar la novela de Block para la gran pantalla, CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS cuenta con un galardonado equipo creativo que incluye al director de fotografía MIHAI MALAIMARE, JR. ("The Master", "Tetro"), el diseñador de producción DAVID BRISBIN ("The Lookout", "La Saga Crepúsculo: Luna Nueva"), la montadora JILL SAVITT ("The Lookout", "La ventana secreta"), la diseñadora de vestuario BETSY HEIMANN ("Pulp Fiction", "Casi famosos") y el compositor CARLOS RAFAEL RIVERA.

CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS está producida por DANNY DEVITO ("Erin Brockovich", "Un romance muy peligroso"), de Jersey Films, MICHAEL SHAMBERG ("Contagio", "Erin Brockovich") y STACEY SHER ("Django desencadenado", "Erin Brockovich"), de Double Feature Films, TOBIN ARMBRUST ("Begin Again", "Rush"), de Exclusive Media, y BRIAN OLIVER ("Cisne negro", "La mujer de negro"), de Cross Creek Pictures.

La película está financiada y producida por Exclusive Media, con Cross Creek Pictures.


Un largo proceso: El camino hasta las Tumbas
A principios de los 90, el novelista Lawrence Block escribió "Caminando entre tumbas", décima entrega de su serie superventas que sigue los casos del atribulado detective privado Matthew Scudder en su búsqueda de redención. El autor ganador del premio Edgar en cuatro ocasiones admite sin reparos que el ex policía sigue siendo un personaje que sencillamente no puede quitarse de la cabeza: "Empecé a escribir sobre Matthew Scudder a mediados de los 70. Ha habido momentos a lo largo de los años en los que parecía que la serie estaba acabada, pero parece que siempre hay algo más que contar sobre él".

Por suerte para los lectores que no se cansan nunca de las tenebrosas vicisitudes y terribles tribulaciones de Scudder, Block ha creado 17 novelas y una colección de relatos breves protagonizadas por él. De hecho, la serie es tan popular que lleva más de 40 años en catálogo y se ha traducido a más de 20 idiomas.

Hace más de una década, Jersey Films descubrió la novela gracias a Scott Frank, un consumado guionista con el que la productora colaboraba con frecuencia. Frank estaba convencido de que el libro característico de Block podría convertirse en un apasionante thriller de suspense, y sabía que los productores encontrarían la premisa interesante. Efectivamente, les encantó el alma torturada de la historia, que buscaba redimirse por transgresiones pasadas, así como la apasionante naturaleza de los crímenes minuciosamente documentados. La productora Stacey Sher reflexiona: "En las novelas de Lawrence siempre encontramos dos cosas: la lucha interna de Scudder y el misterio o la situación intensa en que se vea metido en cada libro. El personaje se ve sometido a una presión tremenda y las situaciones son sumamente tensas".

La fe de Sher en el proceso de desarrollo se vio sustentada por su confianza en que "las buenas historias no tienen fecha de caducidad". Lo explica con una convicción absoluta: "El universo protegió la película durante 12 años, hasta que todo acabó encajando por fin, lo que permitió a Scott escribirla y dirigirla y a Liam protagonizarla". La productora reconoce que lo que la mantuvo aferrada tanto tiempo a este guión fue la extraordinaria obra que había resultado de la colaboración de Frank y Block. "La razón por la que nos atrae a todos esta historia es que nos encantan los personajes que siguen adelante pese a tenerlo todo en contra en busca de una resolución y evolución. Es el viaje de un personaje que se encuentra en mitad de una emocionante y apasionante película de género".

El productor Michael Shamberg, que se asoció con Sher y su compañero productor de CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS Danny DeVito en Jersey Films durante este período, comenta sobre el proceso seguido por el thriller desde el libro, al guión y finalmente a la gran pantalla: "Scott escribió dos de nuestras mejores películas, ‘Cómo conquistar Hollywood’ y ‘Un romance muy peligroso’, y además quería convertirse en director. Después de esas dos, dirigió una excelente ópera prima llamada ‘The Lookout’, así que la combinación de haber escrito él mismo el guión varios años antes, con nuestra confianza en él dada nuestra experiencia de haber trabajado juntos y el hecho de que haber dirigido ya un proyecto lo convertía en la elección perfecta".

Frank reconoce que le encantaba la idea de tomar este "misterio de la vieja escuela" y adaptarlo a una película protagonizada por un ex policía que tiene dificultades no sólo con sus ocho años de sobriedad, sino con los demonios que lo persiguen por sus últimos actos como policía. Asegura: "Parte de mí siempre había querido hacer una clásica película de detective privado, y lo que me gustaba de este libro era que tenía un elemento muy oscuro. No era únicamente un misterio; tenía algo aterrador, y el protagonista tenía tanto miedo como cualquiera".

El realizador explica en detalle el principio de la historia: "Matt Scudder es un detective privado sin licencia que trabaja de manera clandestina para gente que no puede acudir a la policía ni a nadie legal. Tal como lo pone Scudder, hace favores a la gente y a cambio le hacen regalos. Conocemos a un narcotraficante que vive en Brooklyn e intenta llevar una vida tranquila y discreta, hasta que secuestran a su mujer y la asesinan después de haber pagado el rescate. El traficante contrata a Scudder para que encuentre a los hombres responsables y se los entregue a fin de vengarse".

Para los innumerables fans de Block, era imprescindible que se tratara de una adaptación fiel. Frank explica por qué la película tardó tanto en recibir la aprobación definitiva y cómo la estrella mundial de la acción Liam Neeson se convirtió en un elemento inamovible de su lista de candidatos: "Larry estaba entusiasmado desde el principio y mantuvimos una serie de conversaciones sobre el proyecto. Estuvo involucrado desde el principio. Pasé mucho tiempo con él, me documenté con él y hablamos sobre los personajes. Luego lo único que había que hacer era esperar y cuando al fin pudimos contar con Liam, se quedó encantado, porque era la clase de hombre que siempre se había imaginado como su Matt Scudder. Mereció la pena la espera, porque acabó consiguiendo exactamente a la persona que quería para su personaje".

El prolongado proceso de desarrollo del guión, junto con las necesidades intrínsecamente únicas de cada medio, permitió a Frank retocar una serie de detalles del libro de Block. Por ejemplo, decidió trasladar la acción unos años y ambientarla en 1999, haciendo hincapié en la fobia de Scudder a todo lo que tenga que ver con la tecnología moderna. El guionista y director explica: "Es justo antes del cambio de milenio, en pleno pánico de lo que podía suceder con la llegada del año 2000. Un personaje dice: ‘La gente teme siempre a las cosas equivocadas’. Lo cierto es que lo realmente malo que iba a suceder [el 11-S] llegaría un par de años después. Siempre pensé en estos asesinos. Fueron un presagio de lo que estaba por venir y nadie prestaba atención. Solemos preocuparnos por las cosas equivocadas".

Más de una década después de que Frank descubriera la obra de Block, Cross Creek Pictures, que ha producido títulos populares y alabados por la crítica como "Cisne negro", "Los idus de marzo", "Rush" y "La mujer de negro" (estas tres últimas coproducidas junto con Exclusive Media) se juntó con Exclusive para financiar la producción. Como Cross Creek tiene un acuerdo de distribución con Universal Pictures, y Exclusive es socio financiero de Cross Creek, todas las piezas encajaron por fin para poder comenzar el rodaje de CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS en Nueva York.

El jefe de producción de Exclusive, Tobin Armbrust, que se convirtió junto a Brian Oliver, presidente de Cross Creek, en los dos últimos productores en incorporarse al proyecto, explica cómo unieron todos fuerzas para que saliera adelante. Por suerte, empieza y acaba con una buena historia. "Scott es uno de los mejores guionistas en activo, entiende lo que es la historia y los personajes mejor que nadie con quien he tenido el privilegio de tratar", afirma Armbrust. "Ha ideado toda esta colección de personajes, y ha vivido y respirado Scudder durante mucho tiempo. Esta película servirá para recordar a los espectadores cómo puede ser un buen thriller".

Oliver se muestra de acuerdo con la valoración de su compañero productor. Señala: "Cuando nos llegó el guión de CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS, nos quedamos todos encantados en Cross Creek, puesto que ya tenía fama de ser uno de los mejores guiones sin producir de cuantos circulaban por Hollywood. Era estupendo poder colaborar para volver a poner un proyecto bajo la dirección de Scott y ver a Liam dar vida a Scudder de forma tan visceral".


Asesinos entre nosotros: La selección del reparto
En lo referente al papel del ex agente de policía de Nueva York Matt Scudder, el equipo responsable de la película sabía que no había más que un actor que pudiera encarnarlo: Liam Neeson. Por su parte, a Neeson le atraía explorar la soledad del personaje de Scudder, ya que le pareció que el guión reflejaba la desolación de los autores escandinavos de novela negra cuya obra estaba leyendo en la época en la que se pusieron en contacto con él. Neeson apunta: "Aquí tenía un personaje similar, que se mueve por un ambiente muy sucio, húmedo y lúgubre de Nueva York que no es el que suele verse".

Le atrajo de la historia la soledad del exilio autoimpuesto en que vive Scudder, con el duro invierno de Brooklyn como telón de fondo. El intérprete explica: "Si el personaje es capaz de atraparme, la mayoría de las veces acabo interpretándolo". Por suerte para los fans del taquillero actor, Neeson reconoce: "Me atraen los personajes solitarios, que operan solos. Tienen algo misterioso, viril y estoico. Scudder es un auténtico solitario. Es un hombre destrozado en muchos aspectos, pero con todo y con eso posee una cierta fibra moral y dignidad que aún conserva de sus años de servicio con la policía de Nueva York... y también de alcohólicos anónimos".

Contar con un realizador tan estrechamente ligado a la historia y sus personajes resultó ser una ventaja extra para Neeson. Comenta riendo: "Suelo tener bastantes reservas sobre los cineastas que son a la vez guionistas y directores, pero Scott rompió el molde. Es fácil llevarse bien con él, es muy astuto técnicamente tras la cámara y se conoce sus personajes como la palma de su mano".

Frank señala que a Neeson le resultaba importante realizar un esfuerzo con este papel: "Cuando pones a Liam ante la cámara, se puede ver que hay mucho más, posee una profunda vida interior. Scudder no es exactamente oscuro, sino que es más bien un tipo muy triste, lleno de sentimiento y remordimientos. Liam supo dotarlo de peso y eso ayudó a Scudder a no convertirse simplemente en una especie de muñeco de acción o un superhéroe. Tiene miedo e incluso se siente abrumado, y eso lo convierte en un personaje mucho más interesante".

Shamberg se muestra de acuerdo en que el aspecto físico y la presencia de Neeson lo convertían en el detective solitario ideal, y proclama: "A los espectadores les va a encantar ver a Liam como un clásico personaje de detective privado, de los que pertenecen a un género que es una parte esencial del cine americano. En su papel de Matt Scudder, me recuerda a Sam Spade o Philip Marlowe".

Otro actor con muchas ganas de explorar la oscuridad de su personaje era Dan Stevens, que interpreta a Kenny Kristo, un hombre que lo pierde todo cuando encuentra a su amada esposa brutalmente asesinada. Curiosamente, Block decidió no convertir al traficante de heroína en el villano de su historia, y eso le aporta más matices a su obra... de igual manera que lo hacen los actores elegidos para incorporarse al proyecto. "Dan estaba deseando ampliar la percepción que tenía el público de él como el popular ídolo de ‘Downton Abbey’", recuerda Sher. "Es un actor de gran talento y estaba dispuesto a meterse de lleno y transformarse físicamente".

Stevens agrega a lo ya aportado por su productora: "Recuerdo hablar con Scott antes de la película sobre estar preparado para sumirme en un sitio tenebroso". No obstante, se supone que Kenny no es uno de los malos de la película. En vez de eso, se supone que debe servir como vehículo a través del cual Scudder encuentra un mínimo de claridad dentro de su propia ambigüedad moral y su mundo gris. "Ahí fuera hay tipos peores que Kenny, hombres que están secuestrando y matando mujeres, lo que produce un cambio en el paradigma moral", postula Stevens. "Kenny nos ayuda a entender ese cambio de lo que significa ser un tipo de los malos que hace cosas malas".

Aunque Kenny y su hermano Peter, interpretado por Boyd Holbrook, empezaron vendiendo drogas juntos como forma de pagar sus créditos universitarios, acaban tomando derroteros muy distintos. Peter se vuelve adicto al producto que vende, mientras que Kenny convierte el narcotráfico en una carrera lucrativa. "A lo largo de la película sale a la luz una tremenda cantidad de remordimientos y arrepentimiento", aporta Stevens. "La profesión elegida por Kenny, lo sucedido a su hermano cuando se convirtió en un adicto y las consecuencias de los actos de ambos acaban por descontrolarse... hasta el punto en que a Kenny no le queda nada que perder".

Scudder está bastante acostumbrado a ver a diario la brutalidad del mundo y ha aprendido a sobrellevarlo de la mejor forma posible. Aunque Peter recluta a Scudder, su compañero adicto en recuperación, para ayudar a su hermano, los dos hermanos no mantienen una relación muy estrecha. "La relación con Kenny no es nada fácil", agrega Holbrook. "Peter es un adicto, así que no puede estar con Kenny. En la historia nos mantenemos un poco distantes entre nosotros".

La relación más significativa que tenemos ocasión de ver en la película es la que se establece entre Scudder y TJ, el artista adolescente sintecho que el ex policía conoce en la biblioteca al principio de su investigación. TJ, que lleva solo desde que su madre lo abandonó en el hospital durante otro ataque de una enfermedad debilitante, hace demasiado tiempo que tiene que valerse por sí mismo. Para disgusto de Scudder, TJ pasa de ser un compañero de investigación a convertirse en un aliado clave para localizar a los asesinos.

El papel del aspirante a detective está interpretado por el rapero Brian Bradley, alias "Astro", que saltó inicialmente a la fama como uno de los finalistas en la primera temporada del reality show "Factor X". Desde entonces, ha probado suerte en el mundo del cine. Astro comenta sobre su personaje: "Matt Scudder llega a la biblioteca y TJ está allí sentado; duerme en la biblioteca porque no tiene hogar. TJ y Matt entablan conversación y descubre que Matt es un detective privado, y TJ quiere ser como él. Así que se pasa la película entera siguiendo a Matt, hasta que al final acaba ayudándole a resolver un caso".

El joven intérprete admite que le causó una impresión tener ocasión de trabajar con un actor de calibre de Neeson. "Fue una locura cuando conseguí el papel y me dijeron que iba a trabajar con Liam Neeson", recuerda riendo. "Es el actor favorito de mi madre. Trabajar con él ha sido genial. Es un tipo guay".

Aunque parezca que TJ ayuda a Scudder en su transformación, Sher asegura que la presencia del joven no actúa como una especie de bálsamo mágico transformador para aliviar el dolor del ex policía. En vez de eso, aduce: "Son dos personas que se conocen en una coyuntura crítica de sus vidas. Están en el lugar adecuado y en el momento adecuado el uno para el otro".

Para ofrecer la obligatoria dosis de maldad imprescindible en toda historia escalofriante de cine negro, era crucial elegir a los actores adecuados para los villanos. David Harbour, que interpreta a Ray, posiblemente la personalidad dominante del dúo de asesinos, arguye que los asesinos en serie resultan inquietantemente fascinantes de estudiar para cualquier intérprete: "En determinado sentido, son figuras horribles, pero en cierto modo gozan de libertad hasta un punto".

Harbour se documentó mucho para su papel y descubrió que no todo está tan claro como se imaginaba. "Como creo que todos somos similares, siempre me ha interesado la psiquiatría y cómo clasificamos a la gente... las distintas formas que tiene de funcionar el cerebro humano", reflexiona. "Es lo que nuestros cerebros eligen hacer con la información lo que resulta tan variado y fascinante".

Adam David Thompson, que interpreta a Albert, el más callado de los dos, describe a su personaje como "el que hace más bien el trabajo". Aunque Ray se encarga en su mayor parte de jugar con sus víctimas y sus seres queridos, Thompson dice que Albert "disfruta con el propio acto de matar".

Aunque Ray y Albert se dedican a jugar a un sádico juego del gato y el ratón con Scudder, llevan lo que podría describirse incluso como una aburrida vida hogareña. Thompson describe la existencia de los asesinos: "Lo que resulta tan interesante del guión es que muestra la vida diaria de Ray y Albert. Es una relación muy doméstica, y naturalmente no se pasan el día matando gente. Llevan una vida, más allá de eso".

Ese aspecto se presta a uno de los numerosos efectos escalofriantes que produce la película. El hecho de que los villanos puedan pasar tan fácilmente desapercibidos entre el resto de la sociedad como "los asesinos entre nosotros" es lo que causa tanto miedo. El productor Armbrust asegura: "Resulta desconcertante, no necesariamente por la sangre y las vísceras, sino porque Scudder se mete en la mente de los malos y muestra cómo ven el mundo. Y llevan una existencia sumamente mundana".

El reparto central de este thriller de suspense se completa con Sebastian Roché ("Beowulf"), como el traficante ruso Yuri Landau, que tendrá que recurrir a Scudder para que le ayude cuando su hija, Lucia (la novel DANIELLE ROSE RUSSELL), es secuestrada por Ray y Albert, Mark Consuelos ("American Horror Story") como el modelo, actor y traficante Reuben Quintana, que no se hace ningún favor en opinión de Scudder cuando permite sin querer que secuestren a su novia, Leila Alvarez (LAURA BIRN, de "Heart of a Lion"), y Ólafur Darri Ólafsson ("Contraband"), como Jonas Loogan, encargado de un cementerio, que resulta tener una conexión más que casual con una de las víctimas a las que Ray y Albert torturan. Él sabe mejor que nadie que estos hombres no son humanos.

Al hablar sobre su reparto principal, Frank afirma: "Particularmente en los thrillers, los papeles de reparto son especialmente importantes. Cada vez que tu detective va a ver a alguien, quieres que se encuentre con algún ser interesante que sea divertido, extraño o peligroso. Si ocupan cierto espacio en tu historia, quieres que causen impresión. Para ello, necesitas actores muy buenos, y necesitas que cada uno de ellos sea todo un personaje. Cuanto mejor sea el actor, más podrán crear".


Desvanecerse en las sombras: El diseño y el rodaje
Para Lawrence Block, la ciudad de Nueva York constituye una presencia característica de sus novelas, así que la decisión de filmar la película principalmente en Brooklyn parecía evidente. El novelista aporta: "No considero que traten sobre Nueva York, pero está sin duda claramente arraigadas allí".

El telón de fondo del crudo invierno neoyorkino era fundamental para captar la esencia de la historia y del aislamiento de Scudder... captado con brillantez por el director de fotografía Mihai Malaimare, Jr., alabado recientemente por su labor en "The Master". Como resume Sher: "Incluso en su degradación y deterioro, resulta hermosa".

Para Neeson, la ventaja de rodar en Nueva York tenía más que ver con lo fluido que marcha el rodaje cuando se realiza en un lugar tan acostumbrado a contar con equipos de rodaje trabajando. "Filmamos en varios barrios y lugares, y todo marchó sin complicaciones", recuerda. "Así que también está ese elemento: la simple ejecución del acto físico de rodar".

Desde el punto de vista de Sher, sin embargo, esa ejecución no fue siempre tan sencilla. "Estábamos rodando al aire libre, en invierno. La gente emigró a California por un motivo", observa riendo. "Tuvimos noches en las que hacía bastante frío, y estaba nevando cuando se suponía que no debía. Y luego hubo días en los que necesitábamos lluvia y tuvimos que crearla". Aun así, la belleza de Nueva York y su importancia como contexto en el que se desarrolla la historia hizo que mereciera completamente la pena.

El diseñador de producción David Brisbin, que ha aportado su talento a películas como "Sinister" y "El exorcismo de Emily Rose", trabajó incansablemente para asegurarse de que el diseño estuviera acorde con la visión de Frank. Frank cuenta: "David y yo pasamos mucho tiempo viendo un montón de localizaciones, intentando decidir cómo crear la imagen concreta que necesitábamos, a partir de una gama de colores muy limitada".

Brisbin se tomó a pecho el deseo de Frank de "una gama de color que estuviera relativamente condensada", ya que la historia trata sobre personajes cuyas vidas y emociones se encuentran así. Sabiendo que Washington Heights sería una localización clave del rodaje, Brisbin explica su razonamiento: "Es un paisaje dramático con arquitectura dramática. Estaba encantado de que fuéramos a rodar allí varias escenas. Scott había localizado el lugar que pensó que podría servir como nuestra calle para el tiroteo de Scudder [en el exterior de su bar favorito, al principio del filme], así que fue allí y supe al instante que este tenía que ser el lugar". El hecho de que sería logísticamente complicado no importaba. "Se repetía una y otra vez la misma pregunta: ‘¿Tenemos que estar en una calle a la que llegue el puente de George Washington?’, y la respuesta era afirmativa".

Otro escenario clave de CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS es el cementerio Green-Wood de Brooklyn, donde trabaja Jonas Loogan como encargado y tiene lugar el tiroteo culminante de la película. "Sabía que el cementerio era una zona verde especial de la ciudad y que era un lugar productivo para rodar", comenta Brisbin. "Se ve precioso con toda clase de luz. Era menos emocionante que el tiempo no dejara de cambiar mientras intentábamos rodar la escena allí. Pero era una localización estupenda".

Según el guionista y director, este lugar fue escenario de uno de los numerosos rodajes nocturnos. Frank explica: "Estábamos rodando en invierno, así que lo más importante que tuve que plantearme era la parte más aburrida: tener preparado todo lo que íbamos a rodar antes de rodarlo. Filmar en la ciudad resulta muy impredecible, si a eso le sumas un tiempo más impredecible aún, sabíamos que trabajar unos ocho días en ese cementerio (con lluvia, rayos y gélidas temperaturas) resultaría todo un reto".

Dado que no hay alumbrado en Green-Wood, el equipo de rodaje tuvo que llevar sus propias luces. Frank admite que esa oscuridad empezó a asustar a todos durante los rodajes nocturnos, al menos al principio. Recuerda: "Estábamos caminando por ese lugar centenario, entre todas esas tumbas y criptas. El primer par de horas, resultaba escalofriante, porque estás allí de noche y te estás topando con gente que murió en el siglo XIX. Pero, para el segundo día, era como rodar en un parque cualquiera".

La casa que Kenny Kristo compartía con su mujer Carrie (RAZANE JAMMAL, de "Flying Blind") resultó no ser nada fácil de encontrar. "La vivienda se hallaba en Clinton Hill, Brooklyn", recuerda Brisbin. "La escena clave que había allí es cuando está Kenny mirando por su casa, donde todo se ha venido abajo. Sabíamos que tenía que ser una casa adosada. Estaba desesperado por encontrar una que no fuera básicamente como un tubo sin ventanas a los lados. Tenía que cumplir todos los criterios arquitectónicamente y también en lo referente al personaje, y lo conseguimos".

Entre las demás localizaciones clave de Nueva York y los distritos exteriores de la ciudad que aparecen en la película se encuentran Hell’s Kitchen, Red Hook, Bushwick y el Lower East Side.


Un guiño a los 90: El vestuario de la historia
La producción de CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS conllevó otros retos para el equipo de rodaje, relacionados con el año en que se ambientaba. Aunque 1999 no parezca muy distante, hay muchas diferencias que hay que tener en cuenta y normas de la época que hay que cumplir.

La diseñadora de vestuario Betsy Heimann, cuya magnífica labor abarca desde la revolucionaria "Pulp Fiction" hasta la alabada "Casi famosos", quería mantener la mayor parte del diseño oscuro para que reflejara el tono del filme. Adaptó esa gama de colores para que reflejara los rasgos de personalidad y la lucha de cada personaje. Junto con Frank, decidió una gama de colores para la película consistente fundamentalmente en marrón, azul marino, marrón topo, verde aceituna, ladrillo y burdeos intenso... colores de sangre seca.

El reto de Heimann era diseñar una imagen inspirada en 1999 que fuera también atemporal. Para el personaje de Scudder, creó una especie de uniforme oscuro. "Scudder es un tipo que se siente mal consigo mismo", aporta la diseñadora. "No puedes verlo cambiándose constantemente de ropa, debería dar la sensación de llevar siempre lo mismo, sin estar haciendo exactamente eso. Sabía que quería hacerle un abrigo de pana. Es algo que da la sensación de resultar cómodo y de haberse usado un tiempo, pero también da cierta imagen de depresión, y quería que fuera marrón o verde aceituna. Quería que llevara un falso cuello vuelto, ese guiño a lo Sean Connery de los 90. Negro y marrón era una combinación de color frecuente, así que básicamente lleva esos dos colores".

Heimann creó tres aspectos definidos para los narcotraficantes que se presentan como legítimos profesionales. "El reto era darles un cierto aire de ambiente de drogas, pero vivían en su propio mundo, pensando que parecían personas normales", plantea Heimann.

Para el personaje ruso, Yuri, la diseñadora optó por un aspecto europeo. "El chándal estaba muy de moda a finales de los 90 como prenda exterior", observa. "Así que teníamos un chándal de Fila, zapatillas deportivas muy limpias, y un anillo y una cruz rusa de oro para que Yuri llevara cuando paseaba al perro. En otras escenas, lleva una cazadora de cuero entallada y unos pantalones lavados al ácido. Ninguna de estar personas eran traficantes importantes. Son todos de nivel muy medio, que pasan desapercibidos".

El personaje del narcotraficante Reuben Quintana es un actor en su tiempo libre. "Se cree muy a la última", asegura Heimann. "Los pantalones caqui estaban muy de moda en los 90. En esa época no se llevaban tanto los vaqueros. Era más una época de pantalones normales y todavía se llevaban las pinzas. Así que lleva sus caquis y al ir muy pijo pasa más o menos desapercibido".

En el caso de Kenny Kristo, la diseñadora decidió que llevara alguna joya. "No queríamos que dijera ‘narcotraficante’, pero luce algunos de los símbolos de su oficio", desvela Heimann. "Elegí el burdeos intenso para él y cuero negro para darle un aspecto exterior algo más duro. Me gustaba cómo le quedaban los burdeos intensos porque tampoco quieres que todo el mundo vaya de negro en tu película".

Para vestir a Peter, el hermano drogadicto de Kenny, Heimann tomó otro camino. "Scott tenía ideas muy claras de lo que quería. Sabía que quería a Peter con una cazadora militar. El personaje vista claramente al estilo grunge de los 90, con un cierto guiño a Kurt Cobain. También es un pintor que duerme con la ropa puesta y tiene un aspecto arrugado. Con Peter, pude usar un estilo un poco más años 90, con ropa muy holgada. Queríamos que pareciera que había estado drogándose y la ropa se le estaba cayendo. Se estaba quedando cada vez más delgado".

Los asesinos en serie Ray y Albert son polos opuestos. "Yo veía a Albert muy estricto y Ray algo más displicente. Albert tiene un uniforme y no se le ocurre ir a Macy’s a comprarse algo de ropa", explica. "Encarga Dickies por Internet. Ray, por otro lado, es el tipo que toma el dinero del rescate y se compra una chaqueta acolchada de Burberry".

En el caso de TJ, Heimann decidió vestir al personaje sintecho por capas. "Probablemente sólo tenga algo de ropa que o bien se la dieron o la gorroneó del Ejército de Salvación", señala Heimann. "Es más propio de los 90, en el sentido de que su ropa es muy grande y holgada. Si se quitar algunas de las capas, se podría ver que los pantalones básicamente se le van cayendo. Lo vestí con muchas capas porque nunca sabía cuándo tendría que dormir al raso o dónde iba a ir a parar".