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  Mr. Turner  Dirigida por Mike Leigh
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MR. TURNER explora los últimos 25 años de la vida del excéntrico pintor inglés J.M.W. Turner (1775-1851).

Profundamente afectado por la muerte de su padre y querido por un ama de llaves a quien subestima y de quien ocasionalmente se aprovecha sexualmente, Turner intima con la dueña de una casa de huéspedes junto al mar, para acabar viviendo con ella de forma secreta en Chelsea, donde acabará sus días.

Durante estos 25 años, Turner se dedica a viajar, pintar, pasar temporadas con la aristocracia en la campiña inglesa y frecuentar burdeles. En una ocasión, se hace atar al mástil de un barco para poder pintar una tormenta de nieve. Como miembro popular y anárquico de la Real Academia de las Artes es celebrado y denigrado por el público y la realeza.


Argumento (Con spoilers)
La historia de MR. TURNER transcurre durante los últimos 25 años de la vida del artista y termina con su muerte en 1851.

La película está concebida como una reflexión dramática y no como un documental. Mike Leigh quiso que la acción fluyera entre un periodo y otro, sin interrumpir la historia con etiquetas o fechas concretas

El diseño, el vestuario y el maquillaje en particular, ayudan a establecer y a definir la progresión de la historia. En el caso del ama de llaves de Turner, Hannah Danby, llegaron a la conclusión de que el deterioro de su piel se produjo a causa de la soriasis.

Turner conversa con el señor y la señora Booth sobre su infancia en Margate, aunque es en realidad la calidad de la luz en Thanet, la zona de Kent donde se sitúa Margate, la razón que le lleva a volver.

Al regresar de sus viajes, Turner se instala en casa de su padre, William Turner, un ex barbero, y su ama de llaves, Hannah Danby, que le adora. Éste sin embargo, se aprovecha de ella sexualmente. Tanto el padre de Turner como Hannah le confiesan sus sospechas de que el pintor estuviera involucrado en el atentado con bomba de Ostend, aunque éste asegura que nunca estuvo allí.

Es el padre de Turner quien organiza la compra de pinturas, lienzos y materiales para su hijo. Es él quien se preocupa por verle afeitado y quien le da de comer. También se encarga de mostrar la galería privada del pintor a clientes especiales, una actividad que Turner observa a través de un agujero secreto.

Un buen día, reciben la visita de una agresiva y resentida Sarah Danby, la ex amante de Turner acompañada por sus dos hijas adultas e ilegitimas: Evelina y Georgina. Evelina presenta a Turner a su nieta recién nacida. La Sra. Danby se queja de que Turner hace caso omiso de su familia. Sabemos que ella es tía de Hannah.

En un carruaje tirado por caballos, Turner se retira a la casa de campo del generoso Lord Egremont, donde pinta y dibuja, entabla relación con otros artistas, canta con poca gracia a Purcell, presta dinero a Haydon, un artista errático y vagabundo y ameniza las noches musicales.

Mas tarde, Turner viaja en un barco de vapor a Margate, donde encuentra un cómodo hospedaje frente al mar en casa de la señora y el señor Booth. Turner prefiere esconder su identidad asumiendo el nombre de Mallard. Tras un paseo en frente del mar, Turner comparte una velada con ellos conversando sobre sus días en el colegio de Margate y lamentando la esclavitud y la pérdida de seres queridos.

De vuelta en Londres, recibe la visita de la científica escocesa Mary Somerville. En su estudio, Mary le muestra las propiedades magnéticas de la luz ultravioleta. Ambos se sienten fascinados por el trabajo del otro.

Durante una de sus conferencias públicas - muy concurridas pero pobremente impartidas-, el padre de Turner sufre un acceso de tos muy serio.

La salud de William Turner padre se deteriora rápidamente y fallece en presencia de su hijo y el ama de llaves. Las últimas palabras dirigidas a su hijo versan sobre el estado mental de la madre del pintor, ya fallecida. Se hace aparente que ninguno de los dos llegó a sentir por ella demasiado afecto.

Dolorido, Turner se va de pesca y acaba visitando un burdel donde rompe a llorar dibujando a una joven prostituta. En su casa, pinta 'Death on a Pale Horse', y acaba tomando a Hannah por detrás, cuando la ve escogiendo un libro del estante.

Turner vaga por el campo, seguido por caballos salvajes en un lugar remoto de la costa, donde se alza una vieja capilla.

De regreso a Margate, descubre que la Sra. Booth ha enviudado y le ofrece sus condolencias. Se sorprende gratamente cuando ella le pregunta si sigue con sus "bonitos dibujos".

De regreso a Londres, Turner se muestra frío con Hannah e ignora sus preguntas acerca de su viaje. Desde que murió su padre, Hannah se ha hecho cargo del estudio y de recibir sus materiales de pintura.

Se celebra "Varnishing Day" en la Real Academia, el día en el que los pintores (todos hombres) dan el toque final a sus obras ya colgadas y preparadas para la Exposición Anual.

Turner se entretiene en una charla animada con sus colegas. John Constable se muestra taciturno al ver que 'Opening of Waterloo Bridge', ejecutado en tonos rojos, ha sido colgado al lado de su paisaje marino titulado 'Helvoetsluys', que es predominantemente gris. Como broma, Turner pinta un pegote rojo en medio de su cuadro, provocando la ira y la huida de Constable. Delante de todos, Turner convierte el pegote en una boya roja provocando la risa general.

Haydon, que le debe dinero a Turner, está enfadado porque su cuadro (de un asno) ha sido colocado en la ante sala y se muestra resentido por no haber sido elegido para ser miembro de la Academia.

Enérgico, Turner se dispone a acabar otro de sus cuadros 'Staffa, Fingal's Cave'. Un gran grupo de artistas se reúne en torno al pintor para mirar fascinados cómo pinta, mancha, unta, escupe y sopla un extraño polvo marrón sobre el lienzo.

Una montaña, un valle, una formación rocosa, un cielo dramático. Turner anda suelto en la naturaleza.

De regreso a Margate y a la intimidad con Sra. Booth. Esta le guía con ternura hacia la cama. Turner se marcha nada mas levantarse el sol sobre el mar.

Turner pide que le aten al mástil de un barco para que poder experimentar la fuerza de una tormenta de nieve. La exposición al frio le provoca una bronquitis. Turmer permanece con la Sra. Booth y su médico de cabecera, el Doctor Price, quien prescribe, al "Sr. Mallard", las 3 CŽs: Cama, cuidado y caldo. La Sra. Booth se encargará de administrar estos remedios.

De vuelta en su estudio de Londres, Turner interrumpe la pintura de 'Snow Storm – Steam-boat off a Harbour's Mouth' para atender a dos clientes potenciales en su galería. Se trata de el joven John Ruskin y su padre, quienes consideran la compra de uno de los cuadros del pintor: 'Slavers Throwing Overboard the Dead and Dying – Typhoon coming on'.

Los años pasan. Turner y Hannah envejecen. La piel de Hannah está cada vez peor y Turner disfruta de su vida secreta con la Sra. Booth en Margate. Salen a caminar de la mano. Él dibuja y se ausenta para trabajar mientras ella hace la compra y limpia.

Un día, durante una caminata junto a la Sra. Booth, Turner se desploma.

En casa de la Sra. Booth, el Doctor Price examina a Turner. Le recomienda no trabajar tanto y le pide que le recuerde cual es su profesión. Cuando Turner le dice que es abogado, el doctor confiesa saber quien es y se siente honrado de conocerle.

Turner y la Sra. Booth se muestran nerviosos pero el doctor les garantiza discreción e informa a Turner de que sufre una dolencia del corazón por lo que le recomienda tranquilidad.

En su casa de Londres, Sarah Danby y Evelina reprochan a Turner no haber asistido al funeral de Georgina, su otra hija. Cuando les dice que ha estado fuera, Sarah se burla de él diciendo: "Como siempre, pintando tus ridículos naufragios."

Un barco de vapor lleva a Turner a Margate. Mientras se disponen a dormir, la Sra. Booth le cuenta a Turner su plan de vender la casa y alquilar otra en Londres, al lado de su querido río Támesis.

Un día, junto al rio, Turner está bebiendo cerveza en un barco de remos, junto a los pintores Clarkson Stanfield y David Roberts.

De pronto, observan cómo un viejo barco 'The Fighting Temeraire', está siendo remolcado hacia el desguace. Los pintores hablan sobre la historia y el destino de esta veterana nave, famosa por la Batalla de Trafalgar. Turner les anima a que celebren la era moderna de los barcos de vapor en lugar de lamentar el pasado. Stanfield le sugiere a Turner que pinte esa escena y éste promete considerarlo.

De vuelta en su estudio londinense, Turner se dispone a llevar a cabo el cuadro sobre el viejo barco. Comienza a trabajar en la que se convertirá en su obra más famosa.

Hannah le informa de que tiene una visita. Se trata de Haydon que dispone de £10 de los £50 que le debe. Turner descubre que el empobrecido y amargado Haydon y su esposa han sufrido la perdida de varios hijos. Turner cancela la deuda pero cuando Haydon se niega, el pintor le pide a Hannah que le acompañe hasta la puerta.

En compañía del pintor militar George Jones, Turner visita a los Ruskins, orgullosos propietarios del cuadro 'Slavers', que ocupa un lugar privilegiado en su casa. Después de la cena, Turner y Jones, junto con Stanfield y Roberts, se sientan en la sala con el anfitrión, su esposa y su joven y obstinado hijo John. La conversación gira en torno a grosellas y paisajes marinos y el hijo compara la obra de Turner con la de Claude Lorrain (1600 -1682). El Sr y la Sra. Ruskin consienten las opiniones de su hijo pero Turner sutilmente le sugiere que se retire a sus aposentos.

En el campo, Turner descubre un nuevo tren y de vuelta en su estudio de Londres, se dispone a pintar 'Rain, Steam, and Speed'. Hannah contempla la obra sin comprenderla.

Estamos en plena era Victoriana. Cuatro escenas cortas representan las actitudes ignorantes acerca de la obra de Turner, que cada vez, es más radical y abstracto.

La Reina Victoria hace una visita privada a la Real Academia con el príncipe Alberto. Al ver los cuadros de Turner, ambos expresan su horror y disgusto. Turner les escucha por casualidad y desaparece.

En algunas galerías de arte, esta situación se repite sin la presencia de Turner:

Tres señores se mofan al ver un cuadro de Turner y dos mujeres comparan su obra con restos de comida.

Turner acude a ver una obra de teatro donde el público se divierte con una escena sobre un marchante de arte intentando venderle a un coleccionista adinerado un lienzo lleno de pegotes de mermelada. Firmado por Turner, el coleccionista accede a pagar mil libras esterlinas por el cuadro. El público lo encuentra hilarante. Turner se marcha del teatro, mortificado.

El tiempo pasa. Turner, borracho en una cena de alta sociedad, conecta con la joven y nueva esposa de John Ruskin.

Una mañana muy temprano, en su casa de Londres, Turner duerme, completamente vestido. Hannah le despierta con una taza de te dispuesta a entablar conversación. La réplica evasiva de Turner hace evidente que no está por la labor. Turner se levanta y se marcha, dejándola sola y desamparada.

Turner y la Sra. Booth ya están felizmente instalados en su casa junto al rio en Chelsea.

Turner visita el estudio de J.J.E. Mayall, un joven fotógrafo y creador de daguerrotipos. Turner se siente fascinado por la cámara y su tecnología pero expresa su preocupación por lo que implicará este nuevo arte.

En Chelsea, Turner le enseña a la Sra. Booth su retrato hecho en daguerrotipo y le informa de que en los próximos días ha dispuesto un posado juntos para una fotografía. Horrorizada, la Sra Booth rechaza abiertamente la idea. Sin embargo, seguidamente se la ve posando junto a Turner. Mientras Mayall realiza los preparativos de la foto, les comenta que ha fotografiado las cataratas del Niágara. Turner habla con tristeza sobre cómo la fotografía reemplazará la pintura.

En la galería de Turner, el pintor rechaza una oferta de £100,000 de Joseph Gillott, millonario y fabricante de plumas estilográficas. Quiere comprarle a Turner su obra completa pero Turner ya la ha cedido al estado para que se pueda ver en su conjunto y gratis. El magnate expresa su disgusto mientras una envejecida Hannah le acompaña a la puerta.

Turner envejece. Sufre otro colapso pero no se deja ayudar por la Sra. Booth. Mientras pinta, ella le limpia los pinceles. Turner le recita un poema obsceno, escrito por él.

Turner visita la Real Academia y se mofa con desdén de los pre-rafaelitas. Un día, en su casa de Londres, se confunde a la hora de cambiarse de abrigo. En lugar de uno nuevo, se vuelve a poner el que se acababa de quitar.

En compañía de la Sra. Booth, Turner, con cierta dificultad, describe su visita a Hyde Park para ver la construcción del palacio de cristal. Repentinamente, sufre un ataque al corazón.

Mientras, Hannah descubre en el abrigo de Turner una carta dirigida a él pero con la dirección de Chelsea. Es la primera noticia que tiene Hannah sobre esta segunda residencia.

El Doctor Price viaja a Londres desde Margate en el nuevo tren. Al examinar a Turner, le informa que tiene los días contados. El paciente anima al doctor a tomarse un trago de jerez y a revaluar su diagnóstico. Cuando el doctor se niega, Turner admite que a partir de ahora se convertirá en alguien insignificante.

En la puerta de la casa de Chelsea, el doctor Price se despide de la Sra. Booth. Al alejarse ve a Hannah, que camina escondiendo su piel marcada por las cicatrices. Viene acompañada de una amiga que le ayuda a buscar la casa de Turner.

Cuando la encuentra, Hannah se muestra angustiada. El vecino confirma que un anciano enfermo vive en la casa de al lado con su buena mujer. Hannah se marcha, desconsolada.

Entre delirios, Turner, muy a pesar de la Sra. Booth, insiste en salir para dibujar el cuerpo sin vida de una joven que la policía encontró en el río. Turner se desploma. La Sra. Booth le ayuda a entrar en casa.

Turner está agonizando. La Sra. Booth y el Doctor Price se sientan a su lado. De pronto, Turner murmura algo a la Sra. Booth. "Mi damisela", el apelativo cariñoso que Turner reservaba para Hannah.

Después declara que el sol es Dios. Ríe brevemente y fallece.

El doctor le toma el pulso y cierra los ojos. La Sra. Booth entierra su cara en el brazo inerte de Turner.

Vemos una imagen de Turner de pie, dibujando, silueteado contra una impresionante puesta de sol.

La Sra. Booth limpia vigorosamente la ventana. Viste de negro. Se detiene durante unos momentos y piensa en Turner. Melancólica y triste pero entretenida y orgullosa. Vuelve a su tarea.

Hannah se muestra agitada entre la polvorienta y abarrotada galería y el estudio. Solloza entre murmullos. Está triste y sola.