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  Noche en el museo 3: El secreto del faraón  (Night at the Museum: Secret of the tomb)
  Dirigida por Shawn Levy
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Noche en el Museo y Noche en el Museo 2 fueron éxitos mundiales, pero hizo falta algún tiempo antes de que Shawn Levy y Ben Stiller estuvieran seguros de que habría una tercera Noche. "Ben y yo anduvimos buscando un principio definidor: un motivo para rodar una tercera película", afirma Levy. "Sólo cuando se nos ocurrió la idea de la posible muerte de la Tablilla tuvimos la sensación de haber descubierto –¡por fin!– un tema y un motivo centrales para los personajes y para nosotros, los realizadores. En la nueva película, no nos limitamos a ir a un nuevo museo: estamos luchando por la vida de la propia magia".

Una vez que Levy fijó su atención en una línea argumental, no podía esperar a volver al prodigioso mundo cuyo principal arquitecto era él. "Hay algo en la composición de este maravilloso ‘y si…’ que es devuelto a la vida en estas películas", afirma. "La nueva película también tiene humor y una ternura que conquistan y absorben. Soy muy consciente del privilegio que supone crear estos mundos y estas aventuras".

Levy colaboró estrechamente con los guionistas David Guion y Michael Handelman para afinar el guión. Guion asegura que "Shawn es un tipo extraordinariamente entusiasta, con un agudo sentido de lo que funciona y de lo que no. Cuando funciona, se ríe, da brincos y representa al personaje". Añade Handelman: "Shawn es un colaborador de lo más asombroso. Una idea se apodera de él y sin más salta de la silla. Está asombrosamente capacitado para servir de fuente de ideas".

Guion recuerda que Levy les decía a los escritores: "Queremos que ésta sea la culminación de los temas de las dos películas anteriores. Queremos hacer que sirva de despedida y seguir adelante. El hijo de Larry, Nick (Skyler Gisondo), se va haciendo mayor, quiere nuevas libertades y Larry tiene que dejarle que se vaya. E intentamos que esta situación se hiciera sentir de principio a fin de la película".

El comportamiento recíproco entre padre e hijo también es un elemento clave, junto a la relación que existe entre otros varios personajes: Ahkmenrah (Rami Malek) actúa a través de su relación con su padre (encarnado por Ben Kingsley); entre Nick y Sir Lancelot (Dan Stevens) brota una relación que sustituye a la paterna; y el presidente Roosevelt (Robin Williams) tiene mucho de figura paterna para Larry. Incluso un nuevo personaje, el cavernícola Laaa, llama a Larry "papa".

"Eso es lo divertido: examinar esos tipos de relaciones", dice Guion. "¿Cuáles son sus partes serias, emotivas y reconfortantes, y cuáles las difíciles, embarazosas y divertidas?"

Levy describe la relación entre Nick y Larry como "rica, dinámica y capaz de hacer que nos identifiquemos con ella. La primera Noche en el Museo era, a la vez, una relación padre-hijo y una espectacular aventura. La finalidad de esta película consiste en volver a ello, con una relación padre-hijo como columna vertebral, pero logrando, sin duda, el mayor espectáculo que jamás hayamos realizado. Esta película gira en torno a la dificultad de aceptar el cambio y dejar partir a aquéllos a los que amamos. Así, para Larry, esto afecta a su hijo adolescente, que puede alejarse de él rumbo a la universidad o al ancho mundo; es aplicable a las criaturas del museo, que corren riesgos y pueden perder su magia; y se aplica, posiblemente, al trabajo que ha definido a Larry Daley durante todos estos años. Hay una unidad temática en esta película, en la que el concepto de permitir el alejamiento se expone a través de diferentes escenarios".

Ben Stiller recuerda su reacción cuando leyó el guión de la primera Noche en el Museo. "Atraía al niño que hay en mí", explica. "¿Qué ocurre cuando el museo cierra por la noche? ¿Qué sucedería si todo cobrara vida? Pensé que las respuestas darían lugar a una película verdaderamente fenomenal". En lo referente a la decisión de rodar una tercera película, dice que "la gente tiene una relación con los personajes, y cuando surgió la idea del posible final de todo ello, y de la existencia de un periodo de tiempo limitado en el que estas criaturas pueden volver a la vida, y la forma como el público afrontaría esa decisión, tuve la sensación de un argumento que uno no esperaría, precisamente, ver. La idea me gustó realmente".

"Me encanta el tema de estas películas", prosigue Stiller. "Se han convertido en parte de nuestra cultura. Han influido en la forma como el público acude a un museo o contempla las piezas de exposición. Es verdaderamente divertido ir a un museo y ver que tienen un programa nocturno. Muchas personas –adultos– me dicen: ‘Estuve por la noche en el museo con mis hijos’. Y yo contesto: ‘¡Fantástico! ¿Hubo algo que cobrara vida?’"

Ese sentido de lo maravilloso y lo divertido se extendió a la producción de NOCHE EN EL MUSEO 3: EL SECRETO DEL FARAÓN, que fue el país de las maravillas de la realización, la fantasía y el relato a la antigua, en el que pueden oírse las cosas más extrañas como "Devolvamos las llamas", o "Traed la cabeza del triceratops" e incluso "¡Se está cayendo una de las orejas del Neanderthal!"

Mientras que las dos primeras películas estaban ambientadas en EE. UU., este nuevo episodio lleva al equipo al Reino Unido. "Es interesante aventurarse, por fin, fuera de Estados Unidos", dice Levy. "Nos relaciona con el mundo de más allá de nuestras fronteras, nos permite examinar algunos aspectos divertidos del choque de culturas y contiene también una idea más grande: el secreto ha sido desvelado. La película se llama EL SECRETO DEL FARAÓN, y, por una parte, se refiere a cómo arreglar la Tablilla, a cuál es el secreto que guarda la tumba de Ahkmenrah que puede salvar la tablilla y el museo. El otro secreto, naturalmente, es que este museo vuelve a la vida cada noche y que en esta película, más que en las otras dos, las criaturas y la magia se dispersan más allá de las puertas del museo y por el mundo en general".

Fundado en Londres en 1753, el Museo Británico fue la primera galería nacional del mundo abierta al público. Hoy en día, la visitan alrededor de seis millones de personas cada año para admirar sus colecciones de asombrosos elementos procedentes de todo el mundo, incluidas la Piedra Rosetta y las esculturas del Partenón. La producción rodó en Londres durante varios días, captando exteriores y rodando en el Gran Patio del Museo, la plaza pública cubierta mayor de Europa.


Ben Stiller es Larry Daley… y Laaa
Levy observa que Ben Stiller aporta gran parte del sentimiento de la serie cinematográfica. "Ben no es sólo un artesano y artista de extraordinaria dedicación, que siempre busca lo mejor posible en todo, sino que además, su estilo interpretativo tiene un naturalismo firmemente asentado. Ben ha dado a estas películas un sólido sentido de tono e identidad".

No hay duda de que Levy y Stiller no se pusieron las cosas fáciles con la nueva película. Stiller no sólo repite su papel de Larry Daley, sino que también se da la réplica a sí mismo en el nuevo papel de Laaa, el doble Neanderthal de Larry. "Laaa tiene cierta inocencia", afirma Stiller. "Es como un niño pequeño que sólo quiere la atención y el amor de Larry, pero también bulle dentro de él un cavernícola muy visceral".

Levy observa que "Ben se entregó al personaje con inmensa devoción, del mismo modo que lo ha hecho con otros muchos tan memorables, ya sea en Zoolander (un descerebrado de moda), Cuestión de pelotas, Starsky y Hutch o Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra! Tiene la capacidad de aposentarse completamente en el interior de un personaje, donde simplemente crea algo distinto de él mismo y lo lleva como el que se pone otra ropa. Y eso es Laaa".

Stiller recuerda que "cuando surgió la idea de Laaa, me hizo reír porque pensé que podría ser un elemento divertido, y los cavernícolas, los Neanderthales y todo ese proceso evolutivo siempre me han hecho disfrutar", asegura, bromeando. "Cuando Shawn lanzó la idea pensé que podría resultar verdaderamente divertida y pregunté: '¡Bueno!... ¿Y a quién vas a dar el papel de Laaa?'".


Un panteón de estrellas de la comedia
El idolatrado actor y cómico Robin Williams, tristemente fallecido este mismo año, repite su papel del presidente Roosevelt.

Para Levy, trabajar con Williams en las tres películas de Noche en el Museo fue una experiencia imborrable. "Yo era un incondicional de Robin mucho antes de ser su director y también seré admirador suyo mucho tiempo después. En el proceso de realización de estas películas, tuve también el enorme privilegio de convertirme en su amigo. El corazón y el humor de Robin brillaron a través de su interpretación del presidente Roosevelt y, como tal, este personaje siempre ha ocupado un lugar fijo en el alma de esta franquicia, algo por lo que le estaré eternamente agradecido".

Mucho antes de que el Teddy Roosevelt de Williams se convirtiera en estatua de cera de un museo, Theodore Roosevelt fue el 26º presidente de Estados Unidos, renombrado por sus diversos intereses y logros, y firmemente convencido del poder inherente al hombre normal. Aquí, Teddy es un buen amigo de Larry que le transmite su sabiduría, a menudo valiosa y en ocasiones paternal, así como algunas impresiones muy buenas.

"El presidente Roosevelt fue un asombroso naturalista, botánico, ecologista y cazador", observó Williams. "Tenía un sentido de la naturaleza, de que el medio ambiente salvaje está allí donde uno se encuentra. Y parte de su legado fue la creación del Sistema de Parques Nacionales, ayudando a ponerlo en pie y en funcionamiento. Era, en verdad, un hombre apasionante". En las películas de Noche en el Museo, es también un auténtico romántico. Entre Teddy y la figura del museo de Sacajawea, la guía e intérprete de Lewis Clark, fluye una cierta corriente eléctrica. Tal y como Teddy bromea, "yo soy de cera y ella de poliuretano, pero de algún modo todo sale bien".

La relación de Teddy y Larry también es esencial en las películas. "Larry y Teddy mantienen a lo largo de todas las películas una especie de dinámica paterno-filial", añadió Williams. "Teddy siempre considera a Larry un hijo, dándole consejos sobre la vida aunque diciéndole al mismo tiempo: ‘no necesitas mi consejo, ya eres mayor y has hecho esto". Esta película contiene algunas manifestaciones sobre la crianza de los hijos, muy sutiles y, al mismo tiempo, de gran fuerza".

A medida que avanza la destrucción de la Tablilla, su efecto sobre las criaturas va haciéndose más físico. "Empezamos a ser cada vez más de cera y a quedarnos cada vez más inmóviles. Es un poco extraño", afirmó Williams.

A Williams se unen, como retornados clave a este mundo, Owen Wilson y Steve Coogan, encarnando al sorprendente dúo formado por el vaquero norteamericano Jedediah y el centurión romano Octavius, uno y otro, miniaturas de dioramas históricos. Son los personajes más pequeños pero se profesan la mayor amistad. Wilson afirma que "nuestra amistad ha sido una parte del argumento. Comenzamos como algo parecido a adversarios, y ahora hemos evolucionado convirtiéndonos más en un equipo. Somos prácticamente una comedia de amigos dentro de una divertida película familiar".

La amistad es tanto más inesperada cuanto que los personajes proceden de eras y orígenes culturales muy distintos. "Jedediah tiene mucho desparpajo", explica Wilson, "lo que choca con el refinamiento que Octavius representa y lo solivianta". Octavius, la misma imagen de la urbanidad, es un jefe militar de la Roma clásica. Él y Jedediah se enfrentan a su mayor peligro hasta la fecha cuando vuelan a través de un conducto de aire del museo y se encuentran en un diorama de Pompeya con el Vesubio a punto de entrar en erupción.

Como son distintos en estatura a otros personajes de la película, la mayoría de las escenas de Jedediah y Octavius fueron rodadas sin la presencia en el plató de otros miembros del reparto; y muchas de ellas fueron filmadas usando la pantalla verde como telón de fondo. Coogan explica que "Shawn nos mostraba en pantalla fragmentos, maquetas creadas por ordenador de una escena de modo que pudiéramos ver físicamente cómo resultaba la acción. O bien nos mostraba lo que ya había sido rodado con quienquiera que estuviéramos hablando, para que pudiéramos formarnos un juicio a partir de ello y actuar en consecuencia. Uno puede acostumbrarse a todo eso e imaginarlo alrededor de uno mismo. En cierta forma era como transformarse en niño. Aun cuando hemos de concentrarnos y el trabajo es exigente, es como jugar. Y eso es lo mejor del trabajo; algunas veces, uno consigue una licencia para no crecer".

Otro veterano del Museo, el cómico y actor británico Ricky Gervais, ganador del Globo de Oro® y el Emmy®, regresa en el papel de McPhee, director del Museo y jefe de Larry. Difícil, excéntrico y totalmente feliz en su ignorancia, McPhee no se da cuenta de que la magia es lo que da vida a las criaturas del museo. Además, se enorgullece de un sentido del humor del que realmente carece. McPhee quiere llevarse el mérito del trabajo de Larry, pero el plan fracasa estrepitosamente cuando una gala que exhibe todas las piezas "vivas" sale espantosamente mal. Gervais lo explica: "McPhee cree que todo eso de que las piezas cobren vida son efectos especiales. Cuando sale mal, se queda horrorizado y le echa la culpa a Larry. Pero como McPhee ya ha intentado atribuirse el mérito de todo, es él quien es despedido".

Cuando Larry y la banda se ven acorralados en la "Exposición de la Historia y los Mitos de la Edad Media" por un feroz esqueleto de triceratops, un caballero de brillante armadura interviene para deshacerse fácilmente de la bestia. Dan Stevens, que cautivó al público televisivo en el papel de Matthew en la aclamada serie británica "Downton Abbey", interpreta a Sir Lancelot, la personificación de la caballerosidad, el valor y el coraje. Legendario caballero de la Tabla Redonda, a Sir Lancelot le encantan las búsquedas y una vez que comprende la importancia de la Tablilla, siente deseos de ayudar a garantizar su reparación… ¿o no es así? A diferencia de todas las demás criaturas del museo, Sir Lancelot ha cobrado vida por primera vez y no se da cuenta de que él es parte de la colección del Museo Británico… ni de que es un mito. Ello plantea un enorme problema a Larry y al resto del grupo.

"Sir Lancelot ve que Larry y los demás andan buscando algo; a él le apasionan las búsquedas, por lo que se une a ellos", explica Stevens. "Sir Lancelot es un hombre con una misión: probablemente con tantas misiones como es capaz de afrontar. Pertenece hasta la médula a la vieja escuela de los que van en busca de algo, que consiste, esencialmente, en hablar muy alto, tener mucho desparpajo y pensar que una gran espada puede resolver cualquier problema. Está acostumbrado a matar dragones".

Para una de las más grandes escenas de la película, la producción cerró la Plaza de Trafalgar de Londres en una lluviosa noche de febrero. "En la primera semana del rodaje en Londres llovió todas las noches, pero en medio de todo ello, tuve que cabalgar a medio galope por la Plaza de Trafalgar llevando una armadura completa", dice Stevens. "Sólo cerrar la Plaza de Trafalgar es, en sí mismo, una hazaña, pero hacer que un caballo la atraviese corriendo fue un tanto sobrecogedor".

Stevens se lanzó a través de la Plaza de Trafalgar con su armadura completa y blandiendo un sable. "Lo del sable es un reto con todas las de la ley", dice, "pero muy divertido, aunque después me sentí un poco dolorido, ¡especialmente metido en la armadura! La primera vez que la probé fue para mí como un sueño hecho realidad. Pero después de cuatro meses de rodaje, me parece que soy un par de pulgadas más bajo que cuando empecé. La armadura pesaba unos 25 kilos y hacía que todo resultara aproximadamente un 30% más difícil de hacer. Era toda una sesión de gimnasia".

Otra cara nueva es Tilly, la vigilante nocturna del Museo Británico. Tilly se sienta fuera del museo, en una caseta de guarda, charlando por teléfono y echándose ocasionalmente un sueñecito. Echa en falta compañía y desea estar armada con algo más intimidatorio que un simple martillo. La noche en que Larry y Laaa visitan el Museo Británico, Tilly se tropieza con más aventuras de las que jamás había soñado, además de con un sorprendente e inesperado giro romántico. La sensación de la comedia australiana Rebel Wilson, más conocida por La boda de mi mejor amiga y Dando la nota, se incorpora al elenco del Museo en el papel de la indomable Tilly.

Wilson afirma que "Tilly lleva tres años sentada en su caseta sin recibir a muchos clientes en su puerta. Pero en esa noche en especial, se encuentra con mogollón de acción. Cuando Tilly ve a Larry, siente algo parecido a ‘¡Dios mío! ¡Otro guarda de seguridad!’ y quiere darle palique. Pero cuando se siente engañada por él, Tilly pasa al ataque con un martillo".

Levy asegura que "Rebel es una de las actrices más divertidas que circulan por el mundo. Ella vio una oportunidad de llegar y arrasar pero, en una especie de giro sorpresa, interpreta una línea argumental romántica distinta de cuanto hemos visto hacer a Rebel, y eso resulta extraño. Pero esa rareza no hace que sea menos absorbente".

Ben Kingsley, ganador del Premio de la Academia, tiene un papel destacado como Merenkahre, el padre de Ahkmenrah y faraón del Nilo. Merenkahre hizo crear la Tablilla para mantener unida a su familia para siempre, pero cuando una expedición arqueológica conjunta anglo-norteamericana descubrió en los años treinta del siglo pasado su enterramiento en Egipto, Merenkahre y su esposa fueron enviados al Museo Británico mientras que Ahkmenrah fue expedido a Nueva York. Merenkahre ha guardado el secreto de la Tumba durante 4.000 años y sólo su conocimiento puede conservar vivas a la Tablilla y a las criaturas del museo.

"Ya que esta película trata de una búsqueda para llegar a Merenkahre y conocer el secreto del faraón, sabíamos que era necesario que éste fuera formidable, de una extraordinaria presencia en pantalla", dice Levy. "Ben Kingsley la tiene por arrobas".

Kingsley disfrutó trabajando con Levy y dando la réplica a Ben Stiller. "La mayoría de los actores que son famosos por sus comedias son, habitualmente, consumados intérpretes", explica el aclamado actor. "Quien puede hacer comedia puede hacer cualquier cosa y yo disfruté de veras trabajando con Ben. Es muy generoso, un gran primer actor, y creo que es una señal de confianza en la franquicia que reciban con gentileza a los que son nuevos en el rodaje. Éste es un plató muy brillante para estar en él. Pero nadie se duerme nunca en los laureles, pues no es posible hacerlo en la comedia".

Una cosa es que Larry se enfrente a un antiguo faraón. Otra muy distinta es discutir con su hijo adolescente. Nick Daley, de diecisiete años, alumno de último curso de secundaria, al que encarna Skyler Gisondo, no se entiende con Larry. Mientras que su padre quiere que vaya a la universidad, Nick quiere ser independiente y perseguir su sueño de ser un disc-jockey en escenarios lejanos y exóticos. Larry quiere tener agarrado al chico que conoce y ama, y ve su aventura en Londres como una oportunidad de establecer vínculos, pero Nick preferiría estar en cualquier otro sitio.

Gisondo dice que "al principio de la película, Nick y Larry están en la misma situación en que se encuentran muchos alumnos de último curso de secundaria y sus padres, que es una coyuntura formidable. Larry tiene grandes deseos de que Nick vaya a la Universidad de Nueva York y tenga éxito en la vida. Nick quiere tomarse un tiempo libre para perseguir su sueño de ser un disc-jockey, que no es la cosa más práctica. Pero en el transcurso de la acción, Nick y Larry tratan de comprenderse mejor mutuamente y la aventura los ayuda a intimar más como padre e hijo".

Para Gisondo, que tenía diez años cuando se estrenó Noche en el Museo, trabajar en la nueva película fue una experiencia inolvidable. "Yo crecí con la franquicia, así que me parezco mucho a un niño en una pastelería, con todos estos personajes a los que he llegado a querer. Es divertidísimo y una experiencia muy mejorada".

Otro joven –éste del antiguo Egipto– da su nombre a la Tablilla mágica que devuelve la vida al Museo. Ése no es otro que el faraón Ahkmenrah, la joven momia egipcia cuya familia posee el secreto del faraón. Rami Malek repite papel como Ahkmenrah. Malek observa algo especialmente memorable al volver para la nueva película: "Ben Kingsley es un icono y alguien al que he admirado toda mi vida", explica. "Recuerdo que Shawn me decía: ‘Adivina quién va a interpretar a tu padre; es alguien muy especial’. Cuando me lo dijo me quedé atónito pero muy feliz; la oportunidad de trabajar con él fue un momento muy especial para mí".

Una de las de las piezas de exposición del museo más queridas –y más problemáticas– no es humana. El pequeño mono capuchino Dexter hace estragos que no guardan proporción con su tamaño; especialmente, cuando se presenta inesperadamente en Londres. Pero el travieso Dexter también es muy inteligente, está lleno de recursos y demuestra ser sorprendentemente útil en el Museo Británico.

La mona "Crystal", entrenada por Thomas Gunderson, da vida a Dexter. "La gente está obsesionada con Dexter", dice Levy. "En esta película le dimos a Crystal más argumento y, por tanto, muchas más cosas que hacer y siguió asombrándonos. Desde el momento en que la puse en el primera película, su personalidad y su encanto han sido una gran parte de nuestra franquicia y me alegra decir que la estamos aprovechando aún más en esta tercera aventura".

"Hay momentos emocionantes con Dexter", afirmó Robin Williams. "¡Pero que tenga suerte el que compita con un mono! Crystal, lisa y llanamente, ha mejorado. Sabe exactamente qué hacer en cualquier momento dado, y verdaderamente juega con mejores cartas en lo relativo a su condición física y a cuestiones muy sutiles. Es una auténtica mona de acción y le han puesto una marcha más".

Patrick Gallagher regresa como Atila, el adorable huno. El auténtico Atila, rey de los hunos, era un guerrero del siglo IV con muy mala uva y un personaje legendario por haber creado uno de los ejércitos más feroces y más temidos que el mundo, o cualquier pasillo de museo, haya conocido jamás. Pero conocer al Atila de nuestro Museo es amarlo, y si bien Atila es el tipo que nunca defrauda cuando hacen falta músculos, también es un enorme osito de peluche.

Por más que Gallagher encarne el aspecto del feroz guerrero, no le gustó especialmente volver a ponerse el traje. "Veinte kilos de pelo y cuero de yak", bromea. "Era como llevar un abrigo de invierno de 20 kilos todo el día, pero no hay duda de que era muy bonito".

Mizuo Peck vuelve a interpretar a Sacajawea, una de las mujeres legendarias del Oeste Norteamericano. Sacajawea era hija de un jefe Shoshone cuyas habilidades e inteligencia la permitieron servir de guía en la famosa expedición de Lewis y Clark, de principios del siglo XIX, desde Dakota del Norte al Océano Pacífico. Renombrada por su capacidad de guiar y rastrear, en esta película su pericia y sus consejos de madre resultan vitales para ayudar a Larry y a su banda en su misión de salvar la Tablilla.

"Me siento honrada y feliz de haber interpretado a alguien que tuvo una parte tan importante en la historia de Norteamérica", dice Peck. "Sacajawea es algo así como la madre y la pionera definitivas, y está llena de matices que sirven de inspiración. Ha estado muy bien darle vida en estas películas, pero en ésta realmente llega a brillar. Sacajawea es famosa por ser capaz de dirigir una expedición y su pericia es muy importante en esta película".

Seres legendarios de la interpretación como Dick Van Dyke, el difunto Mickey Rooney y Bill Cobbs repiten los papeles de los vigilantes nocturnos originales que ellos mismos crearon en Noche en el Museo.

Asegura Levy que "Dick, Bill y Mickey aportaron a la primera película un enorme encanto colectivo y yo quise volver a aprovecharlo en esta entrega".

Cuando la Tablilla empieza a deteriorarse, afectando a las adoradas piezas de exposición del Museo, Larry busca a Cecil, el antiguo guarda de seguridad, que puede tener información que ayude a resolver el problema

El bien plantado Cecil, interpretado por Dick Van Dyke, está jubilado pero no ha bajado el ritmo. Cecil, que vive ahora en una comunidad de jubilados, da lecciones de baile y enseña zumba a las señoras de la residencia. Hijo de un arqueólogo de fama, Cecil tiene una larga historia con la Tablilla; por eso trabajaba en el Museo.

"La Tablilla está perdiendo su fuerza y energía, haciendo que las piezas expuestas en el museo se comporten de forma algo extraña, por lo que Cecil debe explicar su increíble mitología", afirma el legendario actor. Un joven intérprete, Percy Hynes White, encarna a Cecil a la edad de 12 años, el cual, en una expedición arqueológica con su padre en los años treinta, descubre la Tablilla por accidente al caerse dentro de un agujero. "Ahora Cecil tiene su pizca de historia", dice Van Dyke.

Cuando Larry visita el hogar de jubilados para ver a Cecil, también se encuentra con Reginald, interpretado por Bill Cobbs, y con Gus, encarnado por Mickey Rooney. Está claro que Gus le guarda rencor a Larry, su gran enemigo, y le cubre de insultos.

Poco después de haber dado fin a la que fue su última aparición en pantalla, el inimitable Rooney falleció a la edad de 93 años. Levy recuerda cómo "Mickey siempre llegaba al rodaje preparado, feliz y lleno de energía. Trabajar con Mickey era para todos nosotros un recordatorio de que ganarse la vida haciendo algo creativo que te gusta es un don de los que dan sentido a la vida. Por tristísimo que resulte saber que éste fue el último papel de Mickey, nos enorgullece que Mickey y su personaje, Gus, sean una parte clave de la película. Fue un honor trabajar junto a Mickey y le echaremos de menos".


Dándole vida al museo
Si todas las criaturas de un museo pueden recobrar la vida por arte de magia, entonces, casi cualquier otra cosa es posible. En hacer posible lo imposible consiste el mundo de los efectos visuales, y casi la mitad de NOCHE EN EL MUSEO 3: EL SECRETO DEL FARAÓN exigió brujería digital.

Una de las escenas más deslumbrantes de la película tiene lugar dentro de una litografía del renombrado artista gráfico holandés M.C. Escher, famoso por sus xilografías, litografías y grabados a media tinta, frecuentemente inspirados en las matemáticas, que exhiben increíbles construcciones y exploraciones del infinito. Si bien esta escena se basaba en una sorprendente cantidad de efectos visuales, gran parte de ella fue realmente a puerta cerrada y exigió la pericia de un equipo de realización interdisciplinario.

Levy y los guionistas quisieron tomar algunos de los cánones de las películas anteriores y elevarlos a otro nivel, así que crearon una escena en la que Larry, Teddy y Sir Lancelot caen en una de las litografías de Escher, "Relatividad", dando lugar a la que puede ser la más singular escena de persecución de la historia del cine. Es una carrera a través de un mundo imposible, de múltiples planos, tres niveles de gravedad e infinitas posibilidades.

"Escher", explica Levy, "creó litografías, dibujos y material gráfico que toman nuestra comprensión de la gravedad y la dimensión, y hacen volar por los aires esas ideas. ‘Relatividad’, que es probablemente su obra más famosa, toma tres planos distintos de gravedad y los une en un universo dinámico que se rige por sus propias leyes y normas, las cuales nada tienen que ver con nuestra realidad".

Para ayudar a fijar la secuencia, el diseñador de producción Martin Whist construyó un modelo tridimensional que reprodujo la geometría y la arquitectura del grabado. Levy y sus jefes de departamento celebraron una docena de sesiones de intercambio de ideas a lo largo de varios meses para calcular la dinámica y, luego, el equipo de previsualización animó un esbozo del aspecto que podría tener en la película. Levy lo recuerda: "Pasamos por al menos media docena de versiones antes de lograr una ecuación toma a toma, una especie de lenguaje que contaría la historia de forma que resultase dinámica y a la última, pero no tan peliaguda que el público se perdiera. En una escena tan densamente técnica, uno de los retos es el de no perder de vista que lo que está en juego es la propia escena".

Concebir, crear y rodar la escena fue parecido a montar y resolver un complejo rompecabezas. "Cada imagen tiene múltiples capas y numerosos planos de gravedad y se hicieron 60 tomas", dice Levy. "Sesenta tomas multiplicadas por tres capas. Hubo que tomar y captar por separado muchos elementos para combinarlos en algo perfecto y unificado. La secuencia exigió un tiempo, una concentración mental y una dedicación extraordinarios, pero creo que los resultados habrán merecido todo ese esfuerzo y que el público realizará un viaje en una atracción de feria como nunca antes han experimentado".

Candidato a tres Premios de la Academia (Yo, robot, Acero puro, Iron Man 3), el supervisor de efectos visuales Erik Nash ha trabajado en una amplia lista de grandes películas, pero asegura que "nunca he visto nada como esto. La primera vez que leí el guión, la escena de Escher sobresalía realmente por sus grandes posibilidades de ser algo que el público no hubiera experimentado antes".


Los lugares de rodaje
Aunque se construyeron enormes platós y el rodaje tuvo lugar en estudios de sonido de Vancouver (Columbia Británica), NOCHE EN EL MUSEO 3: EL SECRETO DEL FARAÓN también fue filmada en Londres y en Nueva York.

En esta película, más escenas fueron rodadas en los auténticos museos que en las dos producciones anteriores. Varias fueron fotografiadas en el Museo Británico, incluidos el Gran Patio, el espacio cubierto más grande de toda Europa, y la Galería de la Ilustración, una de las partes más antiguas del museo. "Trajimos a nuestros personajes al Museo Británico porque cuanto más irreales sean las circunstancias, tanto más importante resulta que una parte tan grande de la película como sea posible esté anclada en la realidad", explica Levy. "Eso significa rodar con personas reales que hacen cosas reales en lugares reales, y cuyas interpretaciones no pierdan naturalidad y respondan a situaciones tales que nos permitan identificarnos con ellas".

Después de algún trabajo de localización de exteriores en el lluvioso Londres, el equipo de la película se trasladó al interior del Museo Británico. "Tuvimos acceso a este extraordinario lugar, en el que nunca se presentaría la posibilidad de recorrerlo en solitario", dice Stiller. "Íbamos a una marca, dábamos comienzo a la escena en la Piedra Rosetta y la finalizábamos en la Era de la Ilustración. No hay nada parecido a estar en el lugar auténtico, a la sensación que transmiten las salas ni a estar allí de noche".

Si bien gran parte de la acción de NOCHE EN EL MUSEO 3: EL SECRETO DEL FARAÓN se desarrolla en el Museo Británico, todo comienza –como siempre– en el Museo de Historia Natural de Nueva York. La producción reconstruyó el plató de la Sala Principal y construyó otros nuevos para el interior y como parte de la entrada delantera exterior del Planetario del Rose Center. Mientras que la entrada delantera es muy semejante a su homóloga auténtica, el interior del Planetario es una reinterpretación del que se halla en el Museo. El diseñador de producción Martin Whist dice que su concepto era que "uno pudiese entrar directamente desde el nivel de la calle y encontrar tres lados que se abren a la ciudad de Nueva York". Y aunque el Rose Center forma parte del Museo de Historia Natural, el Planetario no está conectado a la Sala Principal de la forma como aparece en la película.

El espacio escénico de los acertadamente llamados Mammoth (Colosales) Studios de Burnaby, cerca de Vancouver, equivale a la extensión de más de cuatro campos de fútbol, y los platós construidos para NOCHE EN EL MUSEO 3: EL SECRETO DEL FARAÓN ocuparon casi toda la superficie. Para Whist los retos creativos fueron innumerables. "Estábamos tratando con una institución conocida y había normas que dictaban lo que podíamos y lo que no podíamos hacer", asegura.

El Museo Británico tiene un aspecto bien diferenciado pero el departamento artístico lo modificó. "Mantuvimos la sensación de un museo auténtico, de categoría y escala mundiales", manifiesta Whist. "El Museo Británico es uno de los museos más grandes del mundo, y era necesario que mantuviéramos la escala y el volumen, lo que realmente convence de que es una institución antigua y grande que millones de personas visitan cada año".

El primer trabajo de Whist fue "cerciorarse de que habíamos puesto la cruz en la casilla que dice ‘el más grande e impresionante museo del mundo’. Las herramientas para lograrlo eran, principalmente, la escala y el volumen. Luego, lo modificamos al servicio del guión y para que resultara más visualmente emocionante y cinematográfico".

Un ejército de escultores y pintores de talento trabajaron infatigablemente para crear la Tumba de Ahkmenrah. La mayoría de las enormes esculturas estaban hechas de espuma, mientras que los jeroglíficos de columnas y paredes fueron tallados en espuma de poliestireno. Después de mucho investigar, Whist eligió mucho azul para la Tumba porque "el azul claro era un color muy popular, utilizado en determinados templos. Era una señal auténtica de riqueza y dignidad y un color indicativo de alto rango porque el mineral para fabricarlo tenía que ser importado".

La producción también rodó en el desierto canadiense cerca de Kamloops (Columbia Británica), adonde se desplazaron más de 200 miembros del equipo técnico para rodar la escena inicial de la película, en la que se emplearon los dos últimos días de producción. En una ladera arenosa, se creó un lugar de excavaciones arqueológicas de los años treinta, que bullía con docenas de trabajadores, polvorientos coches clásicos, burros de malas pulgas e incluso unos pocos camellos.

La premiada diseñadora de vestuario Marlene Stewart también realizó aportaciones creativas clave. Asegura Marlene que trabajar en las películas de Noche en el Museo supuso "una oportunidad de crear una mezcla de personajes históricos, añadiendo luego el elemento fantástico".

Para el vestuario de Sir Lancelot, Stewart investigó armaduras medievales de un periodo de más de 300 años. Dice que "quien fuera a llevar una armadura históricamente precisa al cien por cien, probablemente no podría moverse. Así que se realizaron ciertas modificaciones; en especial, para facilitar la flexibilidad y el movimiento. Cada una de las muchas piezas que forman la armadura fue esculpida en arcilla y se hicieron moldes de aquéllas que luego se fabricarían de plástico. El cuerpo de Dan Stevens fue escaneado y la armadura fue creada de acuerdo con su talla exacta. Aun no siendo –ni aproximadamente– tan pesada como una de metal, la de plástico también distaba lo suyo de ser ligera".

Luego estaba la cota de malla (aunque era de caucho) encima de la armadura. Si bien la que llevaba Stevens era todo un reto con sus 25 kilos de peso, Stewart observa que si hubiera sido hecha de metal, habría pesado el doble, y que la cota de malla habría añadido otros cincuenta kilos. En total se hicieron siete armaduras, cada una con una finalidad distinta (¡y con un peso diferente!), algunas de la cuales eran más flexibles que las otras.

Stewart también tuvo que "vestir" a las distintas momias que aparecen en la película. Investigando el antiguo proceso de momificación, se enteró de que el lino utilizado se dejaba a veces remojar en aceites hasta seis meses, antes de que un cuerpo fuera envuelto y colocado en un sarcófago. "Tenían muchas capas", precisa. "Una dentro de otra; algo así como las muñecas rusas. A menudo, una momia se envuelve de diferentes formas, dependiendo de la capa de que se trate. Respetamos la investigación en lo relativo a diseño y puesta en práctica, pero nuestras momias tenían que andar… ¡y bailar!" Preparar el tejido para el vestuario de las momias fue un proceso complicado. Grandes sábanas de lino fueron sobreteñidas y cortadas en tiras; luego, envejecidas para que parecieran tener 3.000 años de edad.

Stewart y el departamento de vestuario fueron responsables de casi 4.000 vestidos, desde los propios de los prehistóricos neandertales, los de los antiguos egipcios, los romanos clásicos y las momias, hasta los de los neoyorquinos que asisten a una gala de etiqueta en el museo, pasando por los vaqueros del Salvaje Oeste, tribus africanas, arqueólogos de los años treinta, jubilados de hoy en día, soldados de la Guerra de Secesión y hechiceros de Fiyi.