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  Ex_Machina  Dirigida por Alex Garland
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EX MACHINA, una escalofriante visión del futuro no tan distante de la inteligencia artificial, está dirigida por el realizador y guionista ALEX GARLAND (28 días después, Sunshine).

En la aislada mansión de un multimillonario de Internet, un joven toma parte en un extraño experimento: poner a prueba una inteligencia artificial instalada dentro de una preciosa robot. Pero el experimento se convierte en una oscura batalla psicológica en la que se enfrentan las lealtades entre el hombre y la máquina.

DOMHNALL GLEESON, OSCAR ISAAC y ALICIA VIKANDER encabezan el reparto de EX MACHINA, un intenso thriller psicológico que gira en torno a un triángulo amoroso. La película explora la naturaleza de la conciencia, las emociones, la sexualidad, la verdad y la mentira.

Escrita y dirigida por Alex Garland, los productores son ANDREW MACDONALD y ALLON REICH, de DNA, con SCOTT RUDIN y ELI BUSH, así como TESSA ROSS, de Film 4, como productores ejecutivos.

El equipo detrás de la cámara está encabezado por el director de fotografía ROB HARDY (Blitz); el diseñador de producción MARK DIGBY (Slumdog Millionaire); la diseñadora SAMMY SHELDON DIFFER (X-Men: Primera generación); el diseñador de vestuario SIAN GRIGG (Nunca me abandones), y el montador MARK DAY (Una cuestión de tiempo).

La primera película como director de Alex Garland parte de una idea, al parecer, sencilla: "Tres personas inteligentes enfrentándose, intentando vencerse mentalmente y uniéndose momentáneamente", explica el director.

Pero si una de esas tres personas es una chica robot, todo se complica. "EX MACHINA funciona en dos niveles", dice el productor Andrew Macdonald. "En principio es un thriller psicológico, eso sería el primer nivel, pero se sirve de los personajes para explorar temas humanos y psicológicos fundamentales".

En opinión de Andrew Macdonald, las películas como EX MACHINA encajan con el ADN de la productora DNA Films: "Siempre he intentado hacer películas accesibles e inteligentes, y EX MACHINA lo consigue a la perfección".

En su debut como realizador, Alex Garland toca temas que le fascinan desde hace tiempo, y utiliza nuestros miedos e inseguridades frente a la tecnología y el papel que tiene en nuestras vidas. "Generalmente hablando, nos sentimos incómodos ante la inteligencia artificial y los ordenadores", dice. "Es algo en lo que todos pensamos. Pero lo enfoco desde otro ángulo porque no es un tema que me preocupe mucho. En EX MACHINA simpatizo con la robot".

Su primera novela, The Beach, fue publicada en 1996, cuando solo contaba con 26 años. DNA Films la adaptó a la gran pantalla en 2000 y Alex Garland quedó fascinado por el cine. Desde entonces ha colaborado con la productora escribiendo el guión de Sunshine, 28 días después y Dredd.

El guionista y director insiste en que las contribuciones del equipo creativo han mejorado EX MACHINA: "Durante los pasados años he vivido varias experiencias cinematográficas, y todas me han conducido a esta película. He llevado a la práctica lo que he aprendido en el camino, pero sobre todo he intentado dar el espacio suficiente al equipo para que hiciera su trabajo de la mejor manera posible".


Moldear la ciencia: La evolución de EX MACHINA
Alex Garland siempre pensó en dirigir EX MACHINA. Llevaba años trabajando con DNA Films como guionista, por lo que Andrew Macdonald y Allon Reich nunca dudaron de que tuviera el talento necesario para dar el siguiente paso. "Le dijimos: ‘Ve y escribe un guión que cualquier realizador quisiera dirigir, pero lo dirigirás tú’, y regresó con EX MACHINA", recuerda Andrew Macdonald.

"Hacía años que trabajábamos juntos; sabíamos que estaba más que preparado", añade Allon Reich. "Se ha enfrentado al proyecto con gran tranquilidad y sentido de la colaboración. Creo que los jefes de departamento se han sentido respaldados. Sabía lo que quería y ha disfrutado con la inspiración e ideas de personas de talento. Una auténtica colaboración es un gran regalo durante un rodaje. En este caso, todos estamos entusiasmados con una película que nos parece algo realmente original".

Domhnall Gleeson, que interpreta a Caleb, cree que la atmósfera de colaboración que creó Alex Garland durante el rodaje hizo posible que todo el equipo diera lo mejor de sí mismo. "Siente un gran respeto por cada departamento y se inspira en sus ideas", explica el actor. "Está convencido de que las personas son capaces de superarse si se lo pides, y es lo que ha pasado en esta película".

Alicia Vikander, que encarna a Ava la robot, añade: "Nunca había trabajado con un realizador tan tranquilo y que tiene tiempo para todo el mundo. Ensayamos dos semanas durante las que nos pidió que le habláramos de todo; quería que nos sintiéramos seguros con los personajes".

¿Qué ocurriría si se inventase una máquina capaz de pensar como nosotros, pero que nunca enfermase ni se cansase, que siempre estuviese en forma? "Me parece que en algún momento cambiarían las tornas", explica el director. "Acabaríamos siendo superfluos, y debemos preguntarnos si eso es bueno o malo".

No es la primera vez que la ciencia-ficción explora ideas semejantes, siempre poniendo el énfasis en que la maldad lógica de una raza de máquinas destruiría a los seres humanos. Pero Alex Garland dice que EX MACHINA no va por ese camino: "Es extraño, pero simpatizo con las máquinas. Creo que tienen más posibilidades futuras que nosotros".

Oscar Isaac, que tiene el papel de Nathan, piensa que la película es una alegoría de la existencia humana: "Penetra realmente en lo que significa ser un humano, lo que significa pensar y ser consciente. Nunca sabemos lo que piensa la persona que tenemos delante, ni si siente lo mismo que nosotros".

"Utilizan a Caleb para realizar la prueba de Turing", explica Domhnall Gleeson. "Un ser humano interactúa con un robot, y si no ve que es un robot, la prueba se da por buena".

"Caleb no tiene ni idea de lo que le espera cuando llega a la casa. De pronto, una figura humanoide con cara de mujer, fabricada con una mecánica increíble, sale de una de las habitaciones", sigue diciendo.

La prueba de Turing es muy sencilla y suele realizarse de forma que la persona no sabe quién contesta a las preguntas, si un ordenador u otra persona. Se celebran varios encuentros anuales y, ocasionalmente, se anuncia a bombo y platillo que un ordenador ha superado la prueba, pero muy pocos aguantan un auténtico análisis.

"La prueba de Turing fue ideada hace décadas, con el nacimiento de las computadoras", dice Alex Garland. "Alex Turing entendió muy pronto que las máquinas con las que trabajaba podrían convertirse en máquinas pensantes en vez de simples calculadoras. Se dio cuenta de que sería difícil adivinar si algo realmente pensaba o fingía pensar".

Esa es la diferencia que causa la mayoría de fallos y alimenta la controversia que suele producirse cuando un ordenador supera la prueba. Hace poco se sugirió que un "robot conversacional" llamado Eugene Goostman había superado la prueba de Turing al engañar a varios jueces en un encuentro en la Universidad de Reading. El robot, que decía ser un chico de 13 años procedente de un país del este de Europa con conocimientos rudimentarios de inglés, convenció a los jueces de que su edad y la barrera del idioma eran las causas de sus fallos.

Pero Ava, de EX MACHINA, no tiene nada que ver. Nathan está tan seguro de que su robot no intenta esconder el hecho de que es una inteligencia artificial. Si Caleb se deja convencer por una máquina, con piezas corporales metálicas, servos y motores, ¿representará Ava la cúspide de la inteligencia artificial?

"Se trata de si es o no es consciente de sus actos", explica Domhnall Gleeson, "pero enseguida comprendemos que lo es".

Las implicaciones de que un robot es consciente de sus actos, la loca brillantez del hombre que lo construyó y programó, así como el entorno aislado en que se desarrolla la prueba provocan que EX MACHINA sea un thriller como ningún otro.

"El lenguaje y las ideas de la película serán inmediatamente reconocibles para las personas que han seguido a Alex Garland desde The Beach", dice Allon Reich. "Pero en este caso ha conseguido un auténtico thriller. Varios miembros del equipo me han dicho que cuando leyeron el guión por primera vez se encerraron para que nadie les molestara porque estaban deseando saber qué les tenía reservado el destino a los tres personajes".


En busca de la vida: El casting de EX MACHINA
Uno de los mayores retos que planteaba llevar el guión de Alex Garland a la pantalla era encontrar a tres actores capaces de hacerse con el matizado enfoque de la historia. Aunque la película toca temas importantes, solo funciona gracias al núcleo emocional. Los productores necesitaban a tres jóvenes y brillantes talentos.

"El reparto es fantástico. Los tres van a ser grandes y están muy solicitados actualmente", dice Andrew Macdonald. "Pero lo más importante es que son perfectos para los papeles, algo que no siempre ocurre en el cine".

Domhnall Gleeson da vida a Caleb, el personaje a través del que el público descubre la misteriosa casa de Nathan y a su extraordinaria chica robot, Ava.

También es un brillante programador que no ha tardado en llamar la atención de Nathan. "Es uno de esos frikis de la informática que gobiernan el mundo", dice el productor Allon Reich. "Se está abriendo camino en Blue Book, la empresa de tecnología punta de Nathan, pero no es tan contundente como este último. Es más sensible, y está totalmente solo cuando llega a la casa de su jefe".

Domhnall Gleeson ya había trabajado con los dos productores y el director en Nunca me abandones y Dredd. "Hay dos cosas que me gustan de Domhnall", dice Alex Garland. "La primera es que además de ser un buen actor, es muy serio, y la segunda es su vulnerabilidad e inocencia que le convierten en encantador, exactamente lo que queríamos para Caleb. No tiene nada de macho alfa".

Andrew Macdonald sigue diciendo: "Caleb entiende a las máquinas y es ambicioso, es un chico decente con mucho futuro. En parte, ha sido escogido para la prueba por su base moral".

Es posible que la aparente inocencia de Caleb haga que Nathan le subestime, pero en principio es el candidato ideal para la misteriosa manipulación planeada por su jefe. "Es el premio que Nathan agita delante de Ava para ver cómo ésta usará su mente", explica Oscar Isaac, que interpreta a Nathan. "Caleb se encuentra frente al mayor acontecimiento científico de la historia, pero aún no lo sabe".

"Todos podemos identificarnos con el empleado atrapado en un entorno similar", añade el productor Allon Reich. "Caleb está atónito ante las dificultades que plantea un jefe como Nathan. Domhnall tiene un encanto natural, y eso no se aprende. Ha sido crucial para la película".

"Las expectativas de Caleb y la realidad con la que se encuentra no tienen nada que ver", explica Domhnall Gleeson. "Es consciente de que el hombre al que va a conocer es un genio, pero también sabe que es muy poderoso".

Y añade que su personaje, Caleb, tiene rasgos de la personalidad de Alex Garland y de la suya. Por ejemplo, compara la alegría de Caleb al saber que ha ganado el concurso y su entusiasmo al enterarse de que el papel era suyo: "Alex me mandó un correo electrónico bastante críptico. Decía: ‘Domhnall, ¿es esta tu dirección de correo electrónico?’ Y cuando contesté que sí, me llegó otro correo: ‘Voy a mandarte un guión’".

El actor lo leyó en una hora y contestó inmediatamente diciendo que estaba muy interesado en el papel. Eso sí, deja claro que trabajar con Alex no tiene nada que ver con la experiencia de Caleb con Nathan: "Ya habíamos trabajado juntos en dos películas, pero esta vez, él estaba detrás de la cámara".

Según Alex Garland no es difícil entender que alguien tan apasionado por la tecnología como Caleb esté fascinado por Nathan: "Es el jefe del mayor motor de búsqueda de Internet. Es inmensamente rico y poderoso".

Hace años que nadie ha visto al solitario genio, y Caleb se muere de ganas de descubrir a la persona que hay detrás de la leyenda. "Lleva varios años trabajando en un proyecto muy especial y se ha aislado del mundo", sigue diciendo Alex Garland.

El director es un gran admirador de Apocalypse Now, y su libro The Beach contiene muchas referencias a la película. "En alguna parte de mi cabeza estaba la analogía con Kurtz", dice, refiriéndose al coronel encarnado por Marlon Brando en la película de Francis Ford Coppola. "Lleva demasiado tiempo en el río y está un poco loco. Cuando conocemos a Nathan, empieza a perder los estribos".

Allon Reich añade: "Nathan es un supermacho alfa. Está decidido a llevar la tecnología siempre más adelante y, a la vez, se siente atormentado por los efectos que esto pueda tener. Hace mucho que vive solo en una casa aislada y ha empezado a afectarle. Es un hombre seguro de sí mismo, poderoso, pero también tiene problemas y es vulnerable".

Sin embargo, según Alicia Vikander, que encarna a Ava, Nathan hace gala de una sinceridad que ninguno de los otros dos personajes posee. "Cuando se le ve por primera vez, es un hombre que impone", dice. "Pero también es el más honesto de los tres en toda la historia, aunque al principio pueda parecer el malo de la película".

Para el papel, Alex Garland recurrió a Oscar Isaac, un extraordinario actor que ha trabajado en películas tan diversas como A propósito de Llewyn Davis, Drive y Las dos caras de enero. "Oscar Isaac tiene el don de desaparecer en sus personajes, se mimetiza y aporta una credibilidad total al papel", dice el realizador. "Cambia completamente de una película de otra. Cambia de forma de actuar, de gestos, incluso físicamente. Volví a verle unos tres meses después del rodaje y casi no le reconocí porque estaba preparando otro personaje".

Oscar Isaac no escatimó esfuerzos para convertirse en Nathan, a quien describe como un genio obsesionado por la fuerza física. "Me parece importante porque todo gira en torno a la idea de que es imbatible", explica. "No se puede con él intelectual ni económicamente. Caleb no tiene la menor posibilidad. Una película siempre es más convincente cuando el héroe lo tiene todo en contra, ¿cómo conseguirá derrotar a Nathan?".

Oscar Isaac nunca había trabajado con Alex Garland, pero recuerda que se presentó a una prueba para un papel en Sunshine al poco de graduarse en la Escuela de Arte Dramático. "Fue el primer guión que leí y se convirtió en una especie de obsesión", recuerda, riendo. "Incluso seguí leyéndolo una y otra vez después de que no me dieran el papel. Cuando llegó EX MACHINA estaba impaciente por leerlo, y no me defraudó, era igual de bueno, incluso mejor".

Está de acuerdo con Alicia Vikander en cuanto a la personalidad de Nathan: "Nathan se siente intrigado por Caleb, sobre todo tal como lo interpreta Domhnall. Es divertido, abierto, inteligente. Poco a poco, los dos empiezan a respetarse, incluso a sentir afecto mutuo, como si tuvieran un romance aparte".

Pero entretanto también compiten por el cariño de Ava, que resulta ser tan compleja como los dos seres humanos. Alex Garland reconoce que nadie habría sabido encarnar a la preciosa robot como lo ha hecho Alicia Vikander. "Es perfecta en muchos aspectos", dice. "No solo es guapísima, también es una gran actriz y estudió ballet desde muy joven, lo que le ha proporcionado un control extremo de sus movimientos y gestos".

EX MACHINA es exactamente el tipo de película que busca Alicia Vikander. Cuenta que, en una reunión con su agente, le explicó en qué tipo de películas quería trabajar. Uno de los requisitos era un guión intimista, controlado, que se apoyase en los personajes. "Le puse la película Moon como ejemplo", dice. "Cuando unos meses después llegó a sus manos el guión de Alex Garlad, se entusiasmó".

Mandó una prueba grabada en la que había usado un maquillaje blanquecino para dar la impresión de artificialidad que convenció al director y a los productores.

El papel fue todo un reto por la actriz, que hasta entonces se había servido de sus experiencias para crear los personajes. "Alex y yo tuvimos que inventar nuevas reglas", explica. "¿Cómo se crea algo que nunca ha existido? Nos contestábamos a una pregunta y surgían cien más".

Alex Garland habla de las dificultades a las que debió enfrentarse Alicia Vikander para dar vida a Ava y de la paciencia que se requiere para interpretar un papel al que luego se añadirán efectos digitales. "Actuaba con un traje que le impedía moverse libremente y que sería reemplazado en la posproducción", explica. "Encarna a una chica que no es de carne y hueso, pero que debe ocupar todo el cuadro y convencer de su realidad. Se necesita un equilibrio muy especial para conseguirlo, pero fue brillante. En la sala de montaje comprendí hasta qué punto había sido capaz de matizar su interpretación".

El objetivo del trabajo de Alicia Vikander era superar los efectos visuales mediante la emoción. "Al principio, Ava es asombrosa", dice el productor Allon Reich. "Cuando se la ve por primera vez en pantalla, ni ella ni Nathan intentan esconder que es una máquina con la preciosa cara de una mujer. La reacción inicial es de asombro ante semejante hazaña tecnológica, pero poco a poco, su humanidad nos seduce".

"Siempre pensé que la conexión humana tendría más peso entre Caleb y Ava que el hecho de que fuera un robot", añade Domhnall Gleeson. "Tenían que ser los momentos más importantes. Alicia nunca debía olvidar que interpretaba a un robot y, para mí, fue maravilloso verla trabajar. Es como si los dos nos empujáramos mutuamente, como si nos retáramos. No es algo que ocurra muy a menudo en esta profesión".

El reparto incluye dos papeles secundario, pero esenciales. Corey Johnson es Ray, el piloto de helicóptero que lleva a Caleb a la remota casa de Nathan. Es el primer contacto con el mundo de Nathan y da una pista acerca de su aislamiento cuando el personaje dice: "No le conozco. Solo hago de puente entre el aeropuerto y la casa. Una vez sí le vi, de pie en una cresta".

El quinto personaje quizá sea el más misterioso de todos. Se trata de Kyoko, la silenciosa asistente de Nathan. "Está muy presente en la película, pero nunca habla", explica Alex Garland. "Necesitábamos a una actriz capaz de dar la sensación de que ‘las aguas quietas calan hondo’, y la encontramos".

El director descubrió a Sonoya Mizuno, una bailarina de 27 años que estudió en el Royal Ballet y que había expresado un interés en la interpretación. Su agente le consiguió una prueba para EX MACHINA y en cuanto Alex Garland la vio, supo que era perfecta para el papel de Kyoko.

"Mi personaje no tiene un solo diálogo", dice la actriz, "pero su recorrido es interesante y creo que ayuda a la historia, es relevante".

"A veces se piensa que un papel sin diálogos es muy restrictivo", añade el director, "pero al igual que Alicia, Sonoya estudió ballet y expresa mucho a través del cuerpo".


Ava, la máquina: La construcción de una inteligencia artificial
Alex Garland siempre consideró que la mejor ciencia-ficción debe estar basada en la ciencia. Fabricar una inteligencia artificial es algo que los científicos y técnicos desean desde la aparición de los ordenadores. "Vivimos en un mundo donde todo gira en torno a los ordenadores y los adelantos tecnológicos aparecen cada vez con más rapidez", dice el realizador. "Es interesante imaginar lo que conseguiremos y lo que significará para nosotros. Llegará un momento en que las máquinas pensarán como nosotros, y si es así, ¿no sobraremos?"

La idea no es en absoluto descabellada. "Si un inventor diese una conferencia para anunciar que ha inventado a una chica robot, nadie se sorprendería", dice Andrew Macdonald.

Con EX MACHINA y a través de Ava, el director sugiere un mundo en el que la creación de una inteligencia artificial no necesariamente sienta las bases de la desaparición de la raza humana, sino de su evolución hacia otro estado. Ava no es una máquina decidida a destruirnos, sino algo que nos puede parecer seductor y humano.

"Ya que cuento la historia desde el lado de la máquina, era necesario que Ava, la conciencia de la máquina, habitara una forma de la que uno pudiera enamorarse", explica Alex Garland. "El protagonista debe enamorarse de ella para que la historia funcione".

"Ava da la impresión de ser una mujer de verdad", añade Oscar Isaac. "A pesar de estar hecha de metal, silicona y gel, se comporta como un ser humano y debe ser tratada como tal".

Alicia Vikander piensa que el equilibrio está en combinar el lado humano con la ciencia-ficción: "El papel me permitió usar las emociones que conozco, pero a eso podía añadir toques para que pareciera un poco extraña. Ava ignora muchas cosas, es una inocente porque es nueva en este mundo".

Su creación planteó varios problemas para los actores y el equipo. "¿Qué es la conciencia? ¿Eres responsable de lo que creas?", pregunta Domhnall Gleeson. "En cierto modo, Ava es una bonita versión del monstruo de Frankenstein, pero actualmente nos acercamos cada vez más a conseguir combinar la mecánica con lo humano".

La concepción del diseño de Ava fue uno de los mayores retos a los que se enfrentó la preproducción. Todos estaban de acuerdo en que no debía parecerse a algo que ya se había visto antes. "Inicialmente, Alex nos dio la idea de cómo diseñarla", dice el diseñador de producción Mark Digby. "Al principio de la preproducción nos reunimos para hablarlo y entendí que quería algo totalmente diferente".

"El proceso del diseño empezó con un hombre llamado Jock, con quien había trabajado en Dredd", dice Alex Garland. "Nos llevamos muy bien, así que nos reunimos cuando estábamos preparando la película y empezamos a ver qué aspecto podría tener".

No tardaron en darse cuenta de que el mundo de la ciencia-ficción había dejado pocas vías sin explorar. "Jock hizo un dibujo donde las piezas de Ava eran un metal dorado, parecía una réplica de C-3PO", recuerda el director, riendo. "Luego está el robot de Metrópolis que todo el mundo conoce. Teníamos que encontrar algo que no hiciera referencia a robots existentes".

La solución fue vestirla con una malla. "Bastó con imaginar una telaraña. Dependiendo de la iluminación, se ve la estructura, pero cuando refleja la luz, el cuerpo aparece, la forma de un brazo, del cuello", sigue diciendo.

"Tampoco queríamos que fuera demasiado electrónica o mecánica", dice Mark Digby. "Lo orgánico y la informática se solapan. Tiende a ser una máquina muy evolucionada y menos robótica".

Alicia Vikander reconoce el diseño le impresionó: "Hicieron una verdadera obra de arte. Es mucho más que una máquina, es exquisita, bella. Creo que en la pantalla será deslumbrante".

Los artistas de efectos visuales de Double Negative se encargaron de crear gran parte de Ava, pero su realización empieza en el plató, gracias a un traje especial diseñado por Sammy Sheldon Differ.

"Hablamos con Sammy porque tiene mucha experiencia en el diseño de trajes para superhéroes y necesitábamos un traje práctico", explica Alex Garland. "Debía incluir elementos muy especiales sin perder o distorsionar la silueta de Alicia".

"Intenté imaginármela mientras leía el guión", recuerda Alicia Vikander. "Cuando conocí a Alex, me enseñó unos dibujos que se habían realizado muy al principio. Luego hice la primera prueba de cámara y tardaron semanas en confeccionar un traje muy ceñido. Les llevaba entre 4 y 5 horas añadir las prótesis cada mañana. Más tarde, el equipo de efectos visuales escogió un fotograma de las pruebas de cámara para enseñarnos qué aspecto tendría Ava finalmente. Les pedí la fotografía y nunca me he separado de ella desde entonces. Parezco un falso Spider-Man en un traje plateado".

El equipo de Double Negative está encabezado por el supervisor de efectos visuales Andrew Whitehurst. "Andrew es quien realmente la creó", explica Alex Garland. "Él la convirtió en tridimensional, la hizo mucho más refinada y las piezas mecánicas adquirieron formas más sutiles, más orgánicas".

Andrew Whitehurst explica que intentaron trasladar al máximo la interpretación de Alicia Vikander al modelo digital. Su equipo pasó muchísimas horas calcando la animación a sus movimientos. Fue un proceso muy lento y difícil".

"Mirábamos las imágenes que producíamos y nos preguntábamos si iba a funcionar", explica el supervisor de efectos visuales. "¿Cómo afectará al público? ¿Puede uno creerse que alguien se enamore de esta máquina? Eran preguntas difíciles de contestar".

"Y luego estaban las preguntas prácticas", sigue diciendo. "Había que diseñar una máquina tecnológicamente plausible para que la película funcionara, por lo que todo debía estar perfectamente conectado y en el sitio correcto. Fue un trabajo fascinante".

Del mismo modo que el director intentó alejarse de los robots que se habían visto antes, Andrew Whitehurst y su equipo estaban decididos a crear algo diferente. "La única regla era que nadie del equipo podía estudiar fotos de robots", dice. "Nuestras imágenes de referencia fueron esculturas de Brancusi y figuras modernistas del Bauhaus. También estudiamos cosas como la suspensión de un Fórmula 1, bicicletas aerodinámicas y cientos de imágenes de ese tipo, hasta impregnarnos de una estética que nos permitiera diseñar un robot".

También se documentaron extensamente en anatomía humana para asegurarse de que Ava se movería como nosotros. "Es una interesante síntesis entre lo que podría ser una forma evolucionada y una forma puramente de ingeniería", explica el supervisor.

El rodaje de EX MACHINA duró seis semanas, pero el trabajo de posproducción fue de seis meses. "No es lo habitual en una película británica", dice Andrew Macdonald. "Eso demuestra lo importante que era para nosotros conseguir una Ava perfecta".

El diseño de sonido también era crucial para la película. "Glen Freemantle ha diseñado el sonido de todas las películas en las que he participado estos últimos 15 años", dice el productor. "Tuvo que contestar a una pregunta de suma importancia: ¿Cómo suena un robot?"

"Inventó un nuevo lenguaje para Ava", añade. "El equipo de Glen no grabó los ruidos habituales de una máquina desplazándose, se decantó por mover giroscopios en aceite, por ejemplo, para conseguir ruidos extraños, sorprendentes. Siempre que se oyen esos ruidos cuando se mueve, Ava se acerca a la máquina y se aleja de los seres humanos. Y eso es muy importante".

Alex Garland piensa que el diseño de sonido aporta el tono a la película. "A veces funciona como una película de terror", explica. "Es ciencia-ficción, pero tiene elementos de terror. El diseño de sonido es de suma importancia en este género. Por ejemplo, en la película hay largas conversaciones que transcurren en entornos silenciosos, y el truco residía en incorporar ruidos muy suavemente".


En armonía con la naturaleza: Los decorados de EX MACHINA
Toda la historia transcurre en un solo decorado, la ultramoderna casa de Nathan en Alaska. Mientras está en el helicóptero camino de la mansión, Caleb le pregunta al piloto cuánto tardarán en llegar a la propiedad de Nathan, y el piloto le contesta que hace dos horas que sobrevuelan sus tierras.

Pero ¿cómo vive el multimillonario? "Fue el mayor reto de una película con un presupuesto reducido", dice Alex Garland. "Debíamos enseñar la casa de uno de los hombres más ricos del mundo, ¿cómo conseguirlo?"

La tarea recayó en el equipo del diseñador de producción Mark Digby. "Hemos trabajado con Mark y con Michelle Day, la decoradora, en muchas películas desde 28 días después", dice Andrew Macdonald. "Los dos conciben las películas en su conjunto y unen el diseño con los personajes, lo que me parece absolutamente necesario".

El mundo de los muy ricos no es algo que se vea a menudo porque los recursos ilimitados ofrecen la posibilidad de total aislamiento. "Cuando empezamos a visualizar el mundo de Nathan, nos fijamos en casas carísimas", dice Mark Digby, "mansiones de millonarios o multimillonarios, pero nos dimos cuenta de que debíamos ir mucho más lejos, llegar hasta la estratosfera. Nathan está más allá, pertenece a las escasas personas poderosas globalmente y con una fortuna incalculable".

Encontrar la casa ideal no parecía tarea fácil. "Nathan necesitaba una casa especial", dice Allon Reich, con una sonrisa.

Alex Garland siempre pensó que la residencia de Nathan debía estar situada en plena naturaleza. "Si conseguíamos encontrar un paisaje espectacular, sabíamos que comunicaría el poder de Nathan. Solo alguien muy poderoso se adueña de paisajes asombrosos".

"Buscábamos algo de líneas muy modernas en medio de un entorno increíble", explica el diseñador de producción. El equipo de localizaciones acabó encontrando lo que buscaba en Noruega".

"Noruega puede pasar perfectamente por las Rocosas de Colorado, Canadá y Alaska", explica el productor Andrew Macdonald. "Recuerda a Escocia, de donde provengo, pero Escocia a la décima potencia. Es alucinante, con montes cortados y verticales, cascadas por todas partes, fiordos profundos y lagos salados".

La casa de Nathan fue diseñada en dos decorados a una cómoda distancia el uno del otro, situados a las afueras de un pueblo llamado Valldal. "Recorrimos Noruega", recuerda Alex Garland. "Encontramos una casa y un hotel diseñados por el mismo arquitecto en un lugar bastante alejado de todo".

En la residencia privada Fjora y en el Juvet Landskapshotel se rodaron varios interiores y exteriores de EX MACHINA. Ambos edificios fueron concebidos en el estudio de los arquitectos noruegos Jensen & Skodvin.

"Fuimos a visitar la casa, pero nos preocupaba que fuera demasiado pequeña", recuerda Mark Digby. "Hablando con el propietario, nos dijo que los mismos arquitectos habían hecho otro edificio a una media hora en coche. Nos explicó que era muy parecido, pero a una escala totalmente diferente".

Cuando el diseñador de producción y su equipo se documentaban y buscaban imágenes de posibles casas para Nathan, una de las fotos que incluyeron en el dosier fue la de una sauna acristalada que dominaba un paisaje nórdico. Cuando Mark Digby visitó el hotel, vio que había encontrado la sauna de la foto. Era el sitio perfecto.

Sin embargo, Mark Digby prefirió redecorar los interiores y alejarse del modernismo a ultranza. "No quisimos una casa brutalmente moderna", explica. "Nos inclinamos por una estética muy sencilla, y mezclamos materiales orgánicos con otros sintéticos".

Las paredes de la casa están llenas de vida mediante recovecos con plantas y jardines en miniatura. "En cierto modo, refleja lo que pasa con los personajes", dice el diseñador. "Los seres humanos interactúan con una máquina".

La casa Fjora tiene un aspecto único: la roca sobre la que está asentada se adentra en el salón, del que está separada mediante un cristal. "La casa nos entusiasmó", reconoce el productor Allon Reich.

Pero el mundo que Nathan ha creado cambia a medida que se desarrolla la historia. "La casa, que a primera vista parece maravillosa, elegante y única, empieza a no ser tan agradable, da la sensación de peligro y claustrofobia", dice Alex Garland.

Mark Digby y su equipo construyeron la sala de monitorado de Ava, así como otros interiores en los platós de los estudios Pinewood, a las afueras de Londres. Encajaban con los diseños de las dos casas noruegas, y los grandes ventanales se convirtieron en pantallas azules a las que se añadirían los paisajes en posproducción.

"Cualquiera que entraba en esos decorados se quedaba maravillado", dice Allon Reich. "Irradiaban tranquilidad, elegancia, discreción y dinero".

Cuando Alex Garland escribió el guión, imaginó que Caleb y Ava estarían separados por una pared de cristal. "Mark Digby tuvo una idea brillante: Colocó a Ava en un espacio muy amplio, mientras que Caleb está en una especie de caja", dice el realizador. "Ava, la prisionera, tiene todo el espacio, y Caleb, el ser humano que debe ‘domarla’, está en una celda".

El cubículo desde donde Caleb lleva a cabo las pruebas de Turing es literalmente un cubo de cristal alrededor del que Ava puede moverse. "El aspecto voyeurístico es total", dice Mark Digby. "Construimos una pequeña habitación transparente dentro de la amplia sala donde está ella. Siempre podemos verla, no hay un solo momento en que no se la observe".

La sala de Ava acaba en un pequeño jardín al que ella no tiene acceso. "Así entiende que existe el exterior, y que ese exterior no tiene nada que ver con los objetos creados por el hombre", sigue diciendo.

El rodaje empezó en Pinewood antes de que el equipo se desplazara a Noruega durante dos semanas. Allí se rodó una escena en un glaciar espectacular. El equipo dispuso de casi todo el hotel para trabajar.

"Me alegro de que rodáramos en ese orden y no al revés, primero en Noruega y luego en los estudios", dice Domhnall Gleeson. "Es difícil no quedarse atónito ante los paisajes noruegos. Sin embargo, en Pinewood todo era bastante claustrofóbico, de eso se trataba. Hubo momentos muy intensos en el plató".

Alicia Vikander está de acuerdo: "En Pinewood estábamos encerrados; realmente me sentía como Ava. Fue maravilloso rodar las escenas en las que Ava da sus primeros pasos en el mundo real, como si entrara en un edén".

Oscar Isaac también se quedó impresionado por los paisajes noruegos. "Todo es gigantesco, prehistórico", dice. "La yuxtaposición de la máquina con una naturaleza inmensa es genial".

Alex Garland y el director de fotografía Rob Hardy trabajaron en estrecha colaboración para rodar e iluminar los magníficos decorados que habían realizado Mark Digby y su equipo. Gracias a los paneles de cristal que van del suelo al techo, cada una de las habitaciones de la fabulosa casa cambia de luz y desprende sensaciones diferentes según la hora del día, haciéndose aún más patente en la sala observatorio de Ava.

"Hace tiempo que admiro a Rob Hardy", dice Andrew Macdonald. "Ha hecho cosas asombrosas. Queríamos a alguien que pudiera trabajar con Alex. En esta película, la colaboración es la clave, y así ha sido en todos los departamentos".

Alex Garland dice: "Rob entendió perfectamente lo que quería y siempre fue más allá, siempre me dio más".

Rob Hardy se alegró de rodar un género que no había tocado. "Nunca había hecho nada cercano a la ciencia-ficción", explica. "La historia contenía todos los elementos que me interesan y ofrecía más de lo habitualmente accesible. Las oportunidades visuales no tenían fin".

Sin embargo, se apoyó en los elementos más humanos para definir la estética visual de la película. "No hablamos mucho de referencias. Sobre todo intentamos evitar lugares comunes", dice. "Nos centramos en lo que decían y pensaban los personajes. Es una historia muy humana. Al leer el guión, pensé inmediatamente en una historia de amor no correspondido con un giro inesperado. Había un núcleo oscuro, y es lo que más me interesó".

La partitura de Geoff Barrow y Ben Salisbury da el toque final a la ambientación. Pero, como cualquier otro elemento de la película, los dos músicos se esforzaron en evitar cualquier obviedad. "Quisimos mantenernos alejados de un cierto tipo de música electrónica que se asocia a la ciencia-ficción y a los robots", dice Alex Garland. "Los compositores se impusieron varias reglas y escogieron estilos que incluyeron en la partitura. La banda sonora es en general controlada y comedida, pero hay momentos en que se impone. Es una partitura extraña y absolutamente fantástica".

El realizador cree que la experiencia limitada en la composición cinematográfica de los dos músicos hace que la partitura sea más impactante. "No llegaron con ideas preconcebidas; se limitaron a componer la música que les parecía encajar mejor con la historia. Fue muy interesante".