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  Ciudades de papel  (Paper towns)
  Dirigida por Jake Schreier
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Una ciudad de papel
Ciudades de papel, tercera novela de John Green, fue publicada por Dutton Books. Fue un éxito inmediato, estrenándose en el número cinco de la lista de los más vendidos del The New York Times en la categoría de ficción para jóvenes.

El libro atrajo a admiradores de todo el mundo; en especial, de EE. UU., Europa, América del Sur y partes de Asia.

Los lectores sintonizaron con sus personajes y se sintieron intrigados por el título. La expresión "ciudad de papel" fue creada cuando los cartógrafos Earnest G. Alpers y Otto Lindberg, de General Drafting Company, inventaron la ciudad de Agloe (Nueva York) colocando la ficticia urbe en un mapa, en la intersección de dos caminos de tierra en la zona sur de la montañas Catskills.

Lo hicieron para proteger el derecho de reproducción. Si su ciudad inventada aparecía alguna vez en otro mapa, podrían argumentar que su obra había sido plagiada.

Pero lo más atrayente de la historia eran sus personajes y la amistad entre ellos. "Es el relato de la búsqueda de Margo por parte de Quentin y sus amigos que, durante el transcurso de la misma, acaba convirtiéndose en un épica peregrinación", dice John Green. "Gira realmente en torno a la forma de hallar un significado más profundo de la amistad, y sobre aprender a imaginar que los demás son más complicados de lo que nos indica la primera impresión".

Esos temas tienen eco entre los jóvenes, prosigue Green. "Cada adolescente sabe lo que representa ser encasillado en una categoría; que le vean como una sola cosa cuando, en realidad, es muchas. Creo, por tanto, que eso es lo primero con lo que la gente conectará y que lo mismo hará el público con las historias de amor de la película. Y luego, para mí, lo más importante es que sea una película muy divertida sobre la verdadera amistad, y sobre cómo ésta puede sustentarnos. El amor romántico no es el único tipo de amor valioso".


Poblando las ciudaddes de papel – El reparto y los realizadores
Para el productor Wyck Godfrey, que ya ejerció esa función en Bajo la misma estrella, la decisión de incorporarse a otra adaptación de John Green fue irresistible. "Mi socia, Marty Bowen, y yo habíamos leído Ciudades de papel incluso antes de haber leído Bajo la misma estrella", asegura. "De modo que cuando estábamos realizando Bajo la misma estrella empezamos a hablar con John sobre otro proyecto. Le preguntamos por Ciudades de papel. Lo que me gusta del relato es que es un misterio, una aventura y una comedia, y que transmite una sensación muy cinematográfica".

John Green asegura que su experiencia en el rodaje de Bajo la misma estrella fue un factor clave a la hora de confiar este relato al mismo equipo de productores. "Yo había tenido en Wyck Godfrey, Isaac Klausner y Marty Bowen unos productores extraordinarios que, una vez más, me recibieron con los brazos abiertos cada día en el rodaje y me convirtieron en parte de las dos películas, aun cuando nada de eso figuraba en ningún contrato", dice el autor. "Fue una experiencia de ensueño. CIUDADES DE PAPEL es una oportunidad de tomar una historia muy distinta [a la de Bajo la misma estrella], pero utilizando el mismo modelo de realización y compartiéndolo con la gente".

Para escribir el guión, Godfrey recurrió a los guionistas Scott Neustadter y Michael H. Weber, que habían adaptado Bajo la misma estrella. Neustatdter asegura que se alegraron de volver a fichar por el "Equipo Green". "Es fantástico haber reunido a toda la banda, y para nosotros fue una experiencia muy gratificante ser nuevamente invitados".

Weber no era menos entusiasta, observando que "John Green es un escritor extraordinario que nos facilita mucho nuestro trabajo. Sus libros tienen una trama muy buena, las ideas y los personajes son francamente sólidos, y el diálogo simplemente sale volando de la página. Por desgracia, no podemos conservar todo lo que está en el libro. Decidir qué conservamos y qué eliminamos es lo más difícil del proceso".

Neustadter añade que "primero, abordamos los libros de John como admiradores. Consideramos cuál es la mejor forma de compendiar lo que dice el libro de la manera más cinematográfica a nuestro alcance. Uno de los pocos retos que plantea la adaptación de los libros de John es hallar la mejor forma de expresar los pensamientos íntimos de los personajes, ya sea mediante diálogo, acción o interrelación de personajes".

El otro veterano clave de Bajo la misma estrella es Nat Wolff, que interpretó a Isaac en el gran éxito de 2014. Estando en el plató de Bajo la misma estrella, el productor ejecutivo Isaac Klausner se dirigió a Nat sugiriendo la posibilidad de interpretar al protagonista de CIUDADES DE PAPEL. "Cuando estábamos rodando, Isaac me dijo, con una maliciosa mirada en sus ojos, que yo debería leer Ciudades de papel", recuerda el joven actor. "Se convirtió en mi obra favorita de entre las de John e inmediatamente reaccioné al personaje de Q. Unos seis meses más tarde, Wyck Godfrey me ofreció el papel y yo acepté sin dejarle acabar la frase".

Wolff asegura que lo que le atrajo fueron los elementos del final de la adolescencia que tiene la historia. "Q es un personaje que va sobre seguro, es inteligente y nada desvía su atención", explica. "Hace muchos planes, aunque más allá de su amistad con Radar y Ben, sus mejores compinches, evita al resto del mundo. Pero a través de su relación con Margo y su peregrinación para encontrarla, aprende a correr riesgos y rompe su cascarón".

La segunda aparición de Wolff en una película basada en una novela de John Green fue una excelente noticia para el autor. "Nat es una persona rara, muy rara", dice Green. "Como actor tiene un talento descomunal, pero como persona es igual de desmesuradamente amable y generoso".

La selección de Wolff con tanto adelanto fue también un extra para Neustadter y Weber. "CIUDADES DE PAPEL fue la primera ocasión en que supimos quién iba a ser nuestro primer actor antes de comenzar a escribir el guión", explica Weber. "Nos facilitó el trabajo porque sabíamos que Nat podía con cualquier cosa que le encargáramos e incluso era capaz de mejorarla".

Para la dirección, los productores se dirigieron a Jake Schreier, cuyo trabajo en el drama Un amigo para Frank había captado su atención. Klausner define esa película como "extraordinariamente especial" y como una "que consigue hacer tantas cosas a la vez. Es una historia extraordinariamente conmovedora sobre cómo hacer frente al Alzheimer, un drama de hondo sentimiento, una comedia de amigos pícara y juguetona, y una película de atracos".

Klausner ve paralelismos entre la película de Schreier y los relatos de Green. "Como los libros de John, Un amigo para Frank tiene un gran corazón y es generosa con el público", explica. "Jake fue el primer director al que enviamos la novela y el guión. Su entusiasmo con CIUDADES DE PAPEL nos dejó anonadados. Por propia iniciativa, Jake viajó a Orlando en busca de exteriores y dio con todos los que inspiraron a John para escribir la novela. Jake también tomó estupendas fotografías y nos ayudó de verdad a representarnos mentalmente la película que esperábamos ver, pero también mucho más".

"Jake montó una extraordinaria presentación de su concepto de la película", añade Godfrey. "Comprendió a Q y su odisea. Jake capta ese sentimiento de acabar la secundaria y pasar a vivir el resto de tu vida, pero siempre hay algo de última hora que te levanta del asiento".

Schreier se considera miembro de la legión de admiradores del libro. "Es un misterio cautivador, entre otras muchas cosas", dice. "Además, conecté enseguida con su descripción de los estudiantes de secundaria y sus experiencias. Contiene un mensaje interesantísimo sobre la forma como proyectamos nuestras imágenes sobre otras personas, y sobre lo difícil que es estar a la altura de esas imágenes".

"También me encantaron las posibilidades visuales del relato", prosigue Schreier. "El misterio añade un elemento propulsor que me ayudó a enlazar los componentes visuales y a llevar a los personajes a la historia".

Trabajar con Green fue otro de los platos fuertes para el director. "Lo primero que se me ocurrió sobre John y sobre contar con él como productor ejecutivo era que él sólo quería realizar una gran película aprovechando el alma de su libro. Estaba verdaderamente emocionado por participar".

Nat Wolff, que se ha hecho íntimo amigo de Green, se extiende sobre la presencia del autor en el plató. "Es divertido porque John dice bromeando que, en el lugar del rodaje, se limita a pasear y a devorar lo que el oficio le ofrece. Pero en realidad es él quien marca la pauta del rodaje por su gran sentido del humor y por lo mucho que anima a los actores. A John le apasiona el proceso de convertir sus libros en películas. Es fácil imaginarse a un novelista en el rodaje, y que ello sea para él o ella la peor experiencia del mundo: ‘¡Están destrozando mi libro!’ o algo parecido. Pero John siempre nos apoya. Confía en nosotros".

Con Wolff y Schreier ya a bordo, el siguiente punto del orden del día era asignar el fundamental papel de Margo Roth Spiegelman. John Green habla de la creación del personaje basándose en experiencias sacadas de la vida real. "Yo conocía a un muchacho que cuando estaba haciéndose mayor era como Margo", recuerda. "Una vez ganó una apuesta de 100 dólares subiéndose a un tren de mercancías y viajando de Alabama a Tennessee. Luego tuvo que pagar bastante más de 100 dólares para coger el autobús de vuelta. Era uno de ésos que pierden dinero con tal de ganar una apuesta".

Margo es el polo opuesto de Q. "Q piensa que lo tiene todo solucionado", dice Schreier. "Él tiene sus estudios, sus amigos y un plan para ir a la universidad y estudiar medicina. Margo no tiene ningún plan en absoluto, más allá de la próxima semana o quincena. Y cuando, una noche, se reencuentran, ella le inspira para que corra más riesgos. Le obliga a salir de su zona de seguridad".

Como Green explica, la percepción que Q tiene de Margo es un elemento clave del relato. "Siempre hay una falta de conexión entre la forma como imaginamos algo y la forma como realmente lo experimentamos", observa. "Creo que la forma como Q mira a Margo es muy distinta de la verdadera naturaleza de Margo. El apellido de Margo es Spiegelman, que en alemán significa ‘fabricante de espejos’. Lo que la gente ve en Margo es un reflejo de ellos y no dice realmente mucho sobre ella. A Margo, eso la enfurece. Es verdaderamente difícil vivir así".

"He aquí a una joven que ha imaginado erróneamente su vida entera", prosigue Green. "En la secundaria siempre hay chicas como ésa, que son tan guapas y están tan en la onda que parecen andar a cámara lenta. Margo Roth Spiegelman se ha pasado toda su vida siendo esa chica en público y –al igual que todas esas mujeres–, me parece que lamentando la incomprensión de su complejidad. Y, ¿quién sabe eso mejor que Carla Delevingne? ¿Quién tiene una idea más exacta de lo que es ser la persona de detrás del espejo que esta joven actriz de maravilloso talento, que además es una supermodelo fenomenalmente famosa?"

El proceso que llevó a la elección de Delevinge no fue sencillo. "Sabíamos que Margo tenía que ser una chica inalcanzablemente perfecta", dice Godfrey. "Ella es por la que todos suspiran pero nadie puede conseguir. También sabíamos que el papel exigía a una actriz con una expresividad descomunal y una naturaleza salvaje a la que ella pudiera recurrir, a la vez que poseyera vulnerabilidad emocional y la condición de alguien que se ha visto defraudado".

"Fue una decisión de reparto inmensamente difícil", confirma Schreier. "Teníamos que respetar la energía de Margo y encontrar a la chica que te haría saltar por la ventana cuando se presentase allí a medianoche y, luego, cuando desapareciese, te llevara a conducir 1.200 millas con tal de encontrarla".

"Tuvimos la suerte de hallar a Cara", prosigue Godfrey. "Irradia un afecto, una amabilidad y un sentido de la diversión que realmente se transmite en la pantalla. Lo que más me emocionó de Cara fue su capacidad de adentrarse en la forma como Margo creó un personaje a cuya altura ella tiene la sensación de que ha de estar. Ésa no es la verdadera Margo, por lo que decide que el único camino hacia su autodescubrimiento es salir de la ciudad. Cara aprovechó verdaderamente esa característica".

Para interpretar a una alumna estadounidense de secundaria, la joven británica prácticamente perdió cualquier rastro de su acento y habló inglés norteamericano durante la mayor parte de la producción, delante y detrás de la cámara. Había visto la adaptación cinematográfica de Bajo la misma estrella y leído Ciudades de papel, y pensó que tenía que formar parte de este proyecto. "Empecé leyendo la novela y observé las semejanzas entre Margo y yo", dice Delevingne. "Recuerdo que cuando fui a mi primera prueba para el papel de Margo, me dije: ‘Yo solía ser como ella’. Creo que eso explica en parte el motivo por el que conseguí el papel: porque yo era capaz de examinarlo en mí misma".

El núcleo de CIUDADES DE PAPEL se halla en sus descripciones de la amistad y en las aventuras y misterios que las acompañan, e incluso en los follones que unen a los jóvenes en un momento importante de sus vidas. Q, Ben y Radar son excelentes amigos. El círculo de sus amistades crece con la desaparición de Margo. Tal y como Green explica, "Q, Ben y Radar están extremadamente unidos pero a medida que sus años de secundaria llegan a su fin, tienen que lidiar con el hecho de que su amistad pronto será diferente".

"Existe una verdadera conexión entre estos amigos y, por tanto, el humor que hay entre ellos da la sensación de ser sentido y real", añade Schreier.

"Ben es un niño ganso que quiere desesperadamente echarse novia pero que no tiene ni idea de cómo conseguir una", dice Austin Abrams, que se encarga del papel. "Como les ocurre a los demás personajes, sus ideas sobre las chicas sufren grandes cambios y se da cuenta de que una chica por la que hace mucho que está colado, Lacey, no sólo es guapa sino además muy dulce y muy a la última".

Para el papel de Radar, el realizador eligió al novato Justice Smith. "Radar es un chico verdaderamente encantador que toca el saxofón en la banda del colegio", dice Smith. "Le asusta un poco llevar a casa a su novia Angela, porque sus padres tienen la mayor colección del mundo de Santa Claus negros. Se siente muy violento de que en su casa haya, ¿sabes?, unos 4.200 Santa Claus negros".

Green utiliza ese elemento del relato como espejo de la opinión superficial que al principio Q se forma sobre Margo. "Es absurda la forma monolítica como imaginamos a Santa Claus", observa. "Y hay un momento en el relato cuando Angela, al enterarse de la existencia de tan singular colección, dice: ‘Me parece fantástico que tus padres estén contribuyendo a convertir a Santa Claus en algo más complejo’".

De redondear el reparto se ocupan Halston Sage en el papel de Lacey, y Jaz Sinclair en el de Angela. John Green explica los especiales puntos fuertes de los personajes. "Lacey Pemberton es rubia y llena de vida, y la gente imagina muchas cosas de ella. En realidad, Lacey es bastante compleja y la joven que la interpreta, Halston Sage, es muy parecida al personaje. Al encontrarse con Halston uno piensa: ‘¡Bueno! Yo sé mucho de esas rubias de California’. Luego, a medida que uno va conociéndola, ella desmonta lentamente cada una de esas suposiciones".

"Y el personaje de Angela es verdaderamente el que tiene los pies más firmes sobre la tierra de todos los de la película", prosigue Green. "Tampoco ella lo tiene todo resuelto pero en momentos críticos ella toma el control".

Superar las nociones preconcebidas que tenemos de las personas de nuestra vida era un tema que atrajo a Halston Sage al proyecto. "Me enamoré del retrato de Lacey que aparece en la novela: el de alguien que quiere que vean sus verdaderas cualidades", dice Halston. "Es muy inteligente y no le preocupa tanto ser popular. Lacey empieza a salir de su cascarón cuando se hace amiga de Q, Ben y Radar, a quienes no conoció bien durante la mayoría de sus años escolares. Eso hace que sea posible identificarse con ella y saber que tiene corazón".

Angela, interpretada por Jaz Sinclair, se une a Lacey y a los chicos en su expedición. La actriz asegura que el papel le viene como un guante, explicando que Angela "no encaja realmente en ningún estereotipo. Radar actúa como si tuviera miedo de ella durante la primera mitad de la película, y llegamos a pensar que Angela debe de ser un poco desagradable. Pero a medida que avanza el argumento, se revela como una novia de lo más, que ama verdaderamente a Radar y que está impaciente por embarcarse en cualquier aventura que el futuro le depare".

Sin que los realizadores lo supieran, Sinclair y Smith habían trabajado juntos anteriormente y se conocían francamente bien. "Conseguimos un extra de química en esa dinámica", dice Schreier.

Todos los personajes comparten el factor crítico de ser personas con las que es fácil identificarse, gracias a la singular capacidad narrativa y a la habilidad de John Green para crear protagonistas jóvenes que sean reales, afectuosos y multidimensionales. Nat Wolff dice que "CIUDADES DE PAPEL es divertida, romántica y –en efecto– real. Me recuerda mucho a mis amigos del colegio y a las chicas de las que estuve enamorado. Todo ello es tan parecido que da miedo".

Green atribuye el mérito del realismo de los personajes a la relación de los actores con éstos y con el resto del reparto. Estos seis jóvenes han llegado a ser auténticos grandes amigos. Creo que lo serán durante el resto de sus vidas. Se han convertido en el grupo muy unido que siempre esperé que fueran, y me encantan. Me hacen sentirme muy viejo pero también me llenan de alegría".

Como la historia es, en el fondo, un viaje por carretera, la producción necesitaba poder rodar a todos los personajes en una furgoneta viajando desde Orlando (Florida) a Agloe (Nueva York). Para conseguirlo, escogieron Charlotte (Carolina del Norte) como sede de la producción, cuya diversa geografía podía proporcionar el paisaje de todo el viaje en furgoneta en un solo lugar. Placas de efectos visuales e iluminación interactiva proporcionaron fondos adicionales.

Schreier y el reparto tuvieron que soportar algunas condiciones harto difíciles durante la producción. "Rodar en una furgoneta no es ni lo más fácil ni lo más divertido que puede hacerse", afirma. Para reforzar la dinámica entre los jóvenes actores, Schreier les dio libertad. "Hubo mucha improvisación y nos divertimos dejándolos a su aire".

La cámara fue con frecuencia un participante activo en las escenas, lo que, asegura Schreier, ayudó a "situar el punto de vista de Q y acentuar el misterio".

Para Schreier, la odisea de los personajes era reflejo de muchas de sus propias experiencias durante los años de secundaria. "CIUDADES DE PAPEL gira en torno a un momento especial del final de mis años de colegio que puedo recordar muy bien", explica. "Creo que para todos es un momento muy importante, porque es la última vez que uno ve a la mayoría de sus amigos y, lejos los unos de los otros, nos convertimos en individuos. Comienza como un idilio y con el transcurrir de la película se convierte en algo muy distinto. El argumento gira más en torno a la amistad y a la forma como nos relacionamos y nos percibimos mutuamente".