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  Misericordia (Los casos del Departamento Q)  (Kvinden i buret)
  Dirigida por Mikkel Nørgaard
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Basada en el Best-seller mundial de Jussi Adler-Olsen "Los Casos del Departamento Q".

Del Guionista de MILLENNIUM.


Declaración de intenciones del director.
Esta película trata sobre el lado oscuro de la vida. ¿Qué pasa si no puedes dejar de lado el pasado, si te come por dentro?. Es, en apariencia, la historia de una mujer que desapareció hace cinco años y la de un hombre que quiere aclarar lo que realmente sucedió. Pero más profundamente, habla de cómo nos enfrentamos a los terribles acontecimientos que afectan a nuestras vidas y nuestra capacidad para seguir adelante o no. Explora nuestro miedo, nuestra culpa, nuestra vergüenza, y la forma de superarlos todos.

En Dinamarca, el movimiento Dogma 95 (movimiento de cine lanzado en 1995 por Lars von Trier y Thomas Vinterberg) ha tenido una gran influencia en nuestra forma de contar historias promoviendo una expresión realista casi al estilo documental. Con esta película, quiero controlar las imágenes, ya que son la herramienta más poderosa para crear un universo. Quiero guiar al público a través de las dimensiones más oscuras de la historia y de nuevo hacia la luz, y todo gracias a la cámara, el sonido y la música. Pero quiero hacerlo de manera europea. Mostrar claridad en el enfoque cinematográfico dentro de la historia.

Es un viaje a través de la humanidad. La película utiliza una historia aterradora como un espejo de nuestras propias vidas.




Entrevista con el director

P: ¿Cómo nace este extraordinario proyecto?

R: Cuando empezamos con este proyecto, el jefe de Zentropa, productora de la película, había adquirido los derechos de los cuatro libros, con la intención de realizar toda la saga. Eso es lo que nos atrajo a Nikolaj Arcel (guionista) y a mí, la idea de realizar no una, sino varias películas. Sin embargo, no había ninguna garantía de que las hiciéramos todas, de hecho, en principio se habló de hacer la primera nada más. Pero era necesario desarrollar un universo visual coherente para todas ellas. Así que aunque el proyecto fue concebido como un todo con una misma lógica, cada película debía tener su propia identidad y poder ser vista de forma independiente.


P: ¿Has querido ser fiel a los libros?

R: Es el dilema habitual cunado afrontas una novela que ha tenido un gran éxito y preparas la adaptación para el cine. Y, por supuesto, no podemos ponerlo en práctica en su totalidad. Al principio nos preguntábamos qué pensaría el público y que le gustaría ver en la pantalla.

Pero entonces nos dimos cuenta de que teníamos que hacer una película que nos representara: En la tradición de novela negra escandinava, existe una estrecha relación entre el trabajo y la vida privada. En consecuencia, vimos que lo que realmente nos interesaba era principalmente el mundo profesional de los personajes, como en los thrillers americanos de los años 70, donde finalmente no conocemos mucho de la vida privada de los protagonistas.

Así, recortamos algunos elementos que pertenecen a la esfera personal de los personajes, intentando preservar al mismo tiempo la identidad profunda de las novelas.

Para nosotros, el objetivo era mostrar respeto por los libros, pero al mismo tiempo, crear una obra singular que fuera tanto para aquellos que conocen la novela como para los que nunca la han leído.


P: ¿En qué te has inspirado?

R: Me encanta David Fincher y me parece que tanto Seven como Zodiac son dos obras maestras del género. Así que me inspiré en ellas para crear el clima de nuestras películas. Pero quería alejarme un poco de la novela negra escandinava, que en los últimos años, es a menudo muy fría: Yo quería un ambiente más animado, más orgánico, en los escenarios y los materiales - como la madera, en particular - para traer un poco de calor a una historia escalofriante.

Por otra parte, está claro que la saga Millenium marcó un hito en la historia de la novela negra escandinava, y conté con el guionista de la adaptación sueca del libro, Eric Kress. También me he inspirado en Dans ses yeux, que ganó el Oscar a la mejor película extranjera: se trata de un thriller y una historia de amor con esos tonos cálidos que yo buscaba. Y fuera del cine, me inspiré en un gran fotógrafo norteamericano, Gregory Crewdson: a veces tarda una semana en desarrollar su “puestas en escena” sofisticadas, y cada una de sus fotografías cuenta una historia desde el lado oscuro del sueño americano.


P: ¿En qué sentido cada película es única?

R: Para mí, la intriga es lo que prima sobre todo, y esto es lo que determina la puesta en escena. En Misericordia, la historia es muy claustrofóbica: una mujer encerrada en una jaula y dos hombres tratando de entender lo que le sucedió. Así que yo quería que la película se redujera a su expresión más simple: la fotografía es muy clásica y aparte de un par de tomas al hombro cerca del final, se utilizó la plataforma rodante para favorecer un enmarcado más riguroso y preciso.

Por el contrario, en Profanación se cuenta una historia más amplia, con múltiples intrigas secundarias y más emociones fuertes. Por lo tanto, quería “romper” los códigos visuales que había creado en el primer trabajo. Por ejemplo, para todo el rodaje con las jóvenes y en el internado, hubo mucha cámara en mano y trabajé con objetivos gran angular para acercarme a los actores. Al final, he tratado de hacer dos películas que pertenecen al mismo género, pero son muy distintas.

La pasión es el alma de estas dos películas.

Lo que realmente me interesa, es la transición de la pasión a la obsesión: ¿qué pasará cuando la pasión que lleva inicialmente la belleza y el amor, se convierte en el mal?. En Profanación, una mujer joven, un poco perturbada, conoce a un chico y por primera vez, se siente amada y protegida y, a través de él, encuentra un grupo con el que identificarse. Por desgracia, esta comunidad se basa en algún tipo de violencia y es en esta misma violencia en la que se encuentran y realizan. Pero cuando la traiciona, la pasión se convierte en obsesión y la atmósfera de la película se vuelve más oscura. Lo mismo se aplica a Carl: es un tipo apasionado por su trabajo, que no tiene otra cosa en la vida, y en un momento, su pasión se transforma de nuevo en obsesión: debe a toda costa salvar a Kimmie. Se olvida que es a la vez víctima y verdugo. Cree que puede salvarla contra su voluntad, aunque sea imposible.


P: ¿El rodaje de estas dos películas ha sido particularmente difícil?

R: Para Dinamarca son dos proyectos de gran envergadura. Aunque teníamos un presupuesto que nos daba comodidad en comparación con la mayoría de las películas danesas, tuvimos que tomar decisiones complejas acerca de nuestros gastos. Desde el principio yo quería, a nivel visual, que las dos películas no estuvieran demasiado encuadradas en un contexto escandinavo, que pudieran llegar a un público internacional. Fue probablemente el mayor reto de este proyecto, pero estuve bien secundado por un gran director de fotografía y un diseñador de producción muy creativo.


P: ¿Cómo descubriste a los actores principales?

Fue una elección importante encontrar a mis dos protagonistas, ya que no era una, sino cuatro películas. Ellos pusieron una energía extraordinaria y se metieron totalmente en el proyecto. Muy pronto, me di cuenta de que Fares Fares sería un gran Assad. Le había visto en películas suecas y americanas, haciendo un trabajo impecable, pero nunca habíamos trabajado juntos. ¡Me costó casi seis meses conseguir que se uniera! Pero no me arrepiento en absoluto, ya que ha contribuido en gran medida al resultado final.

Yo tenía más problemas con Carl. De hecho, en el libro, es diez años mayor que en la película, por lo que al principio yo estaba buscando un actor mayor. Sin embargo, esto no me satisfacía del todo, y después de dos o tres meses, me di cuenta que tenía que rejuvenecer al personaje. De hecho, se trata de un hombre que ha sufrido mucho y que está bastante desencantado: Me dije a mí mismo que si fuera mayor, se podría entender fácilmente, pero estando en la cuarentena podrías esperar que luchara para salir adelante. Me pareció mucho más difícil, pero también más estimulante. Desde el momento en que tomé esta decisión, Nikolaj Lie Kaas me pareció la mejor opción: solo mirando su cara, piensas que ha pasado por un montón de cosas, y sus ojos son maravillosamente expresivos.


P: ¿Y cómo elegiste a los jóvenes actores de Profanación?

R: Fue muy difícil porque son dos papeles especialmente complejos y desafiantes: la historia de los dos adolescentes es una reminiscencia de Romeo y Julieta. En el casting participaron muchos actores hasta que encontramos a estos dos jóvenes intérpretes muy abiertos y receptivos a todas nuestras observaciones, especialmente en lo que debían hacer frente a escenas de gran violencia y otras, de una sexualidad muy cruda. Les dije que tenían que superar cualquier posible prejuicio, y creo que han hecho una trabajo estupendo.


P: ¿Supuso algún problema representar escenas violentas?

R: Generalmente evito la violencia en la pantalla, pero era consciente de que con estas dos películas tenía que mostrarla para comprender a cada personaje. Sin embargo, tuve que superar mis propias dudas: Invertí un montón de tiempo en analizar e identificar la dinámica de la violencia que debían enseñar las historias. En segundo lugar, he tratado de distinguir los diferentes registros de violencia para que contribuyan a iluminar la trama que explicamos.


P: ¿Cómo seleccionaste los lugares donde transcurre todo?

R: Estuve trabajando con mi diseñador de producción, Rasmus Thjellesen, y nos entendimos muy bien. Tuvimos casi ocho meses para desarrollar la atmósfera visual de la película, para evocar los colores y la decoración. En realidad, yo quería crear un universo aparte, sin que los lugares donde rodábamos fueran particularmente reconocibles. Así que para mí, las películas tienen lugar en un ambiente de resonancia universal, si bien estas intrigas se llevan a cabo en Dinamarca y en un contexto escandinavo, podrían ocurrir en cualquier lugar. Por consiguiente, era necesario encontrar decoraciones simbólicas más que funcionales. A veces, cuando estaba hablando con mi director de fotografía, le decía: “No me importa si la escena es de día o de noche, lo que importa es encontrar el ambiente adecuado.” Esta forma de pensar es la que ha guiado nuestros senderos por Dinamarca y Alemania, donde rodamos. Una vez identificados los lugares, volvimos a trabajarlos, vestirlos y estilizarlos. Esta fue una de nuestras partidas presupuestarias más importantes.


P: ¿Y la música?

R: Trabajé con Johan Söderqvist, un gran compositor sueco. Lo que realmente me gusta, sobre todo en Profanación, es que ha logrado escribir una partitura con una bella escala melodramática que acompaña a las jóvenes en todas las escenas que transcurren en el internado. Mi editor habitual, Morten Egholm, con quien trabajo desde hace mucho tiempo, también contribuyó a la música y colaboró con Johan.


P: ¿Cuánto tiempo llevó el montaje?

R: Montamos las dos películas en 36 semanas, con dos editores, aparte de Morten. Siempre tengo la sensación de que en el montaje, descubro una nueva narrativa que no necesariamente está incluida en el guión: nos hacemos preguntas acerca de las escenas que rodamos, y de alguna manera la película se reescribe ante tus ojos.