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  Una pastelería en Tokio  (An)
  Dirigida por Naomi Kawase
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Sección Un certain regard del Festival de Cannes 2015, película de inauguración.

Protagonizada por Kirin Kiki, Miyoko Asada, Etsuko Ichihara, Miki Mizuno, Masatoshi Nagase, Kyara Uchida.


Notas de la directora (Sobre 'Una pastelería en Tokio')
Los cerezos en flor nos recuerdan a la muerte. No conozco ningún otro árbol cuya floración sea tan espectacular, pero lo curioso es que sus pétalos se desprenden muy repentinamente. Puede que por esa razón la floración de los cerezos nos resulta tan fascinante. Es posible que el proceso sea un reflejo de nuestra propia vida.

Sentaro, Tokue y Wakana se conocen cuando los cerezos están en el momento álgido de floración. Las trayectorias vitales de los tres personajes son muy diferentes. Pero sus almas se entrecruzan y acaban conociéndose en circunstancias muy peculiares.

Nuestra sociedad no siempre está dispuesta a dejar que nuestros sueños se conviertan en realidad. A veces acaba con nuestras esperanzas.

Después de saber que Tokue tiene lepra, la historia nos lleva a buscar cuál es la esencia que nos hace humanos. En mi calidad de directora, tengo el honor y el placer de poder explorar vidas diferentes a través del cine, como es el caso de esta película.

Al revelar el complejo funcionamiento de esta sociedad, espero comprender mejor la esencia de la existencia.

UNA PASTELERÍA EN TOKIO es el encuentro de dos almas que se unen para hacer frente a las dificultades de la vida. ¿Cuántas veces tenemos que caer antes de alcanzar el paraíso?

A veces, un silencio impenetrable se apodera de nosotros. Pero la alegría que proporciona el compromiso y la conexión con el mundo nos permite apreciar mejor sus cambios y su evolución. Con esta película quiero poner de manifiesto la felicidad que sentimos en esos momentos tan especiales.

A lo largo de nuestra vida, hay momentos en los que nos invade la pena y la desesperación y estamos a punto de rendirnos. A pesar de ello -o quizás debido a ello- nos aferramos a nuestras esperanzas y seguimos confiando en un futuro mejor.




Naomi Kawase (Biografía)
Tras graduarse en 1989 en la escuela de fotografía de Osaka, Naomi Kawase dedicó sus primeros años de carrera a la dirección de cortometrajes documentales, entre los que se encuentran Ni tsutsumarete (su primer cortometraje) o Ten, mitake. Su primer largometraje también fue un documental, Hi wa katabuki, en 1996. En 1997, se convirtió en la ganadora más joven de la Caméra d’Or, el premio al mejor director novel en el festival de Cannes por su primera película de ficción, Moe no suzaku.

Tras esta victoria, Naomi Kawase se convertiría en una de las caras fijas del Festival de Cannes. Volvió a participar hasta cuatro veces en la Sección Oficial a Concurso con Shara en 2003, El bosque del luto en 2007 (Gran Premio del Jurado), Hanezu en 2011 y Aguas Tranquilas en 2014.

Con Una pastelería en Tokio, Naomi Kawase participó en el Festival de Cannes de 2015 como película de inauguración de la sección Un Certain Regard.

Filmografía seleccionada de Naomi Kawase
2015 UNA PASTELERÍA EN TOKIO
Festival de cine de Cannes, Un certain regard
Película de inauguración

2014 AGUAS TRANQUILAS
Festival de Cine de Cannes, en Competición

2011 HANEZU
Festival de Cine de Cannes, en Competición

2008 NANAYOMACHI

2007 EL BOSQUE DEL LUTO
Festival de Cine de Cannes - Gran Premio del jurado

2003 SHARA
Festival de Cine de Cannes, en Competición

2000 HOTARU
Festival de cine de Locarno – Premio CICAE
& Premio FIPRESCI

1997 SUZAKU
Festival de Cine de Cannes - Cámara de Oro


Entrevista con Naomi Kawase (dirección, guión)

P: ¿Cómo se le ocurrió la idea de adaptar el libro “An” de Durian Sukegawa, que se publicó en Japón en el año 2013?

R: Lo cierto es que Durian Sukegawa sale en una de mis películas, Hanezu (2012), en calidad de actor. Fuimos juntos a Cannes cuando la película fue seleccionada para la Competición y hablamos de la historia de An. Después, terminó el libro y me lo envió. Me preguntó si me interesaría hacer una película basada en el libro. Así que lo leí y me fascinó cómo describía la presencia de "lo que es invisible" en la vida. El cine es el medio en el que construimos la realidad con lo visible, pero al mismo tiempo, el cine también sabe recrear la presencia de lo que es invisible en la vida y ofrecérselo a nosotros, el público.


P: ¿Cuánto tiene de personal esta película? ¿Cómo adaptó la historia del libro al guión de la película?

R: Cuando estaba escribiendo el guión, me encerré en la biblioteca que está dentro de las instalaciones del National Tama Zenshoen, que es el sanatorio a las afueras de Tokio donde están recluidos los pacientes leprosos y los antiguos leprosos.

También paseé solo por el parque del sanatorio, experimentando la luz y el viento que hay en ese lugar. Además, hablé con antiguos pacientes que siguen residiendo en el sanatorio para dotar de mayor realismo a mi guión y hacer que el lenguaje literario fuera más cinematográfico.

En lo que se refiere a mi punto de vista personal, Tokue, una de los protagonistas, se parece a mi madre adoptiva, que falleció hace tres años.


P: Los tres protagonistas de la película son gente solitaria que por diversas razones no están integradas en la sociedad. ¿Cómo cambia su situación vital en la película? ¿Qué es lo que terminan comprendiendo?

R: En primer lugar, que nadie puede vivir completamente solo. Es lo que pienso de los seres humanos. También, que la mayoría de nosotros ha vivido fracasos en la vida. A veces, esos fracasos pueden cambiar drásticamente nuestra vida. Pero lo cierto es que todos nosotros tenemos capacidad para seguir viviendo a pesar de todo. Estoy convencido que esa cualidad forma parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, en algunas ocasiones, nuestras sociedades ponen en peligro esa capacidad y, en esta película vemos que a Tokue, la protagonista, le han arrebatado una gran parte de su vida. Sin embargo, aprende también muchas cosas de lo que le ha tocado en la vida. Gracias a la ayuda de Tokue, que ha experimentado y sufrido mucho más en la vida, los otros dos protagonistas, Sentaro y Wakana, aprenden a conocerse a sí mismos y dan un paso pequeño pero trascendental en sus vidas


P: ¿La sociedad tiene tanto poder de exclusión? ¿O cree que la gente crea sus propias barreras?

R: Me da la impresión de que en las sociedades actuales la gente crea sus propias barreras. En un ámbito más amplio, esas barreras podrían hacernos replantear la idea de deshacernos de "los demás”. A veces, una persona parece muy furiosa de lejos. Pero si nos acercamos lo suficiente, vemos que está llorando. Es posible que esa persona sólo busque la atención y el afecto de los demás.


P: En esta ocasión la acción discurre sobre todo en la ciudad, a diferencia de lo que ocurre en su anterior película Aguas tranquilas. Sin embargo, la naturaleza sigue mostrándose en todo su esplendor en UNA PASTELERÍA EN TOKIO. ¿Qué papel desempeña la naturaleza en esta película?

R: Lo cierto es que en esta película la naturaleza no se diferencia demasiado a lo que se ve en mis películas anteriores. La naturaleza es algo que vigila sigilosamente a los seres humanos. Los cerezos, por ejemplo, no pronuncian una sola palabra, pero comprenden y aceptan lo que somos y cómo somos. Florecen cada primavera, pase lo que pase, eso es maravilloso.


P: ¿Cómo escogió a los protagonistas?

R: En el caso de Tokue, hablé con Durian Sukegawa, el autor del libro, y decididos pedirle a la actriz Kiki Kirin que interpretara el papel. Leyó la historia originaL y aceptó nuestra oferta inmediatamente. Para Sentaro, llevo mucho tiempo queriendo rodar una película con él, y le encantó mi oferta. Fue más complicado elegir actriz para el papel de Wakana. Pero al final elegimos a la verdadera nieta de Kiki Kirin, que interpreta a Tokue.


P: ¿Cree que las cosas sencillas pueden cambiar la vida de la gente?

R: Sí, estoy convencido. Por ejemplo, a mí me encanta comer y no puedo resistirme a la buena comida. Comer bien me hace muy feliz. Además, creo que a nadie le disgusta comer cosas deliciosas.