El 15 de julio de 2013, el ex-tesorero del Partido Popular en España, Luis Bárcenas, es trasladado desde la prisión para declarar en la Audiencia Nacional. Hasta ese día, había negado toda relación con los llamados "papeles de Bárcenas", pero después de 18 días en prisión ha decidido cambiar su declaración.
Esta película retrata lo que ocurrió en esa sala aquel día.
Sinopsis larga
Bárcenas comienza admitiendo que todo lo que había declarado durante meses en esta causa sobre sus papeles era mentira y que ahora, iba a contar la verdad. ¿Miente o dice ahora la verdad? Bárcenas viene bien pertrechado de documentos y un pendrive que entrega al juez Ruz. Se declara (ahora) autor de los papeles que han aparecido en la prensa y aporta los originales de esa contabilidad B. Además lleva una carpeta llena de recibos manuscritos que evidencian entregas de dinero en efectivo. Tras recibir esa documentación, el juez se centra en todos los pagos que aparecen en los documentos desde el año 1990. Bárcenas va explicando con rotundidad lo que para él fue el día a día de su labor como tesorero. Explica que era rutina pagar determinadas cantidades a secretarios generales, presidentes y otros cargos como un salario complementario. También explica que muchos gastos de las campañas electorales se pagaban a través de esta caja B.
Bárcenas desgrana ante el juez Ruz los nombres y las empresas de quienes han sido donantes durante 18 años de dinero negro. En su mayoría constructores de empresas como Azvi, Sacyr u OHL, pero también Mercadona o incluso el showman Jose Luis Moreno. En total, Bárcenas da 56 nombres de presuntos corruptores. ¿Cuál era la finalidad de toda esta trama? Pues conseguir adjudicaciones de contratos, generalmente, de obra pública. Pero aquí Bárcenas no es tan claro como en el resto de su declaración. Niega que el dinero tuviera relación causa-efecto en casos concretos de adjudicar una obra por un soborno. Pero, curiosamente, señala una excepción: la de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha.
Después de detallar este caso, el Juez Ruz se centra en analizar los sobresueldos. Bárcenas va señalando a quienes aparecen en sus papeles con iniciales. F.TR- Federico Trillo, PAC Francisco Alvarez Cascos, MR Mariano Rajoy... y JM.
Tras esta incógnita, Ruz concluye su interrogatorio y da paso a las acusaciones. El primero en tomar la palabra es Enrique Santiago, un abogado rocoso que ha presentado la querella criminal en nombre de Izquierda Unida y otras asociaciones como Ecologistas en Acción. Santiago tiene un largo interrogatorio preparado para Bárcenas, a quien no ha podido preguntar hasta hoy porque anteriormente se negó a contestar. Hoy, sin embargo, parece que Bárcenas está dispuesto a todo.
Bárcenas empieza a no estar nada cómodo con Santiago. El abogado le aprieta. Pregunta por el saldo habitual de la caja B, que queda claro que siempre era holgado, consigue que Bárcenas admita que los empresarios donantes sí pedían hablar o reunirse con determinados cargos tras las donaciones y le pregunta repetidamente por la posibilidad de un acuerdo de defensa conjunta entre Bárcenas y el Partido Popular. En ese momento, Bárcenas cuenta un episodio en el que se muestra como un amenazado. Un abogado le visitó en la cárcel de manera no habitual, no en la pecera de visitas, sino en una habitación cedida por el director de la prisión.
Bárcenas acaba este interrogatorio con signos de cansancio, el juez lo nota y le ofrece un descanso pero él prefiere seguir. Interroga Gonzalo Boye, por otra querella acusadora. Insiste en ese posible acuerdo que le habrían ofrecido a Bárcenas, incluyendo la cabeza de Gallardón y la nulidad del proceso judicial.
Y por último, la acusación de Manos Limpias consigue sacar a la luz de donde partió la idea de la caja B y cuando comenzó a aplicarse.
Son las cuatro de la tarde y el interrogatorio ha comenzado a las once. Hace calor en una sala minúscula, no apta para las 20 personas que la llenan entre abogados, fiscal, secretarios juez, acusados y policías. A Bárcenas solo le queda defenderse con las preguntas de su abogado, Javier Gómez de Liaño. El tono de Bárcenas ya es emocional, desesperado.
Dicho esto, el juez Ruz da por concluido el interrogatorio. La policía le dice que tiene que quitarse la corbata por el protocolo anti-suicidios. Bárcenas vuelve a la cárcel.