1952, Eva Perón, la mujer más amada y odiada de la Argentina, muere a los 33 años de edad. Un anatomista experto la embalsama sin quitarle la más mínima partícula de piel, como si apenas durmiera. Pero las Fuerzas Armadas toman el poder, y se proponen borrar completamente a Evita de la memoria popular. Su cuerpo desaparece durante 25 años. Durante ese cuarto de siglo, Evita, aun muerta y desaparecida, es la figura política más poderosa del país.