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  Passengers  Dirigida por Morten Tyldum
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Una película de Morten Tyldum. Protagonizada por Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen, Laurence Fishburne y Andy García. Dirigida por Morten Tyldum. Producida por Neal H. Moritz, Stephen Hamel, Michael Maher y Ori Marmur. Escrita por Jon Spaihts. Producción Ejecutiva de David Householter, Ben Browning, Jon Spaihts, Bruce Berman, Greg Basser, Ben Waisbren y Lynwood Spinks. Dirección de Fotografía de Rodrigo Prieto, A.S.C, A.M.C. Diseño de Producción de Guy Hendrix Dyas. Edición de Maryann Brandon, A.C.E. Diseño de Vestuario de Jany Temime. Música de Thomas Newman. Créditos no definitivos.

"Passengers cuenta la historia de dos personas que debían estar en el viaje de su vida –un viaje de 120 años a un nuevo planeta– cuando se despiertan 90 años antes de lo previsto", cuenta Chris Pratt, protagonista del filme junto a Jennifer Lawrence. "Sin embargo, al parecer hay una razón por la que se han despertado antes. Tienen que resolver el misterio de la avería y arreglar una nave que falla precipitadamente si quieren sobrevivir y salvar las vidas de los pasajeros en la mayor migración en masa en la historia de la humanidad".

"Trata de personajes que enfrentan situaciones extremas y deben tomar decisiones extremas y eso siempre me ha fascinado. ¿Qué habrías hecho tú?", dice Morten Tyldum, director de la película en su primera cinta tras el éxito de la nominada al Oscar® The Imitation Game (Descifrando Enigma).

En contraste con la historia de acción de alto riesgo, los cineastas plasman una historia sensible de dos pasajeros que se encuentran en este momento de peligro. Es una historia que ha atraído a Hollywood durante muchos años; el guion del escritor Jon Spaihts aterrizó en la "Black List" (lista negra) de los mejores guiones no producidos de la industria. "Una de las cosas que me atrajo de este guion fue la manera en que Jon construye una historia íntima en un escenario tan grande", afirma el productor Neal H. Moritz. "Es una película de acción con un espectáculo grandioso, pero todo depende de estos dos increíbles personajes a los que Jen y Chris dan vida".

El personaje de Pratt, Jim, decide dejar su vida en la Tierra por razones muy prácticas. "Es un poco de la vieja escuela", asegura Pratt, "más bien un tipo de la clase obrera. Su profesión, ingeniero mecánico, se considera un oficio beneficioso porque ayudará a iniciar una civilización. Si algo se estropea, él lo arreglará".

Cuando Jim y Aurora se despiertan 90 años antes de llegar a su destino, aquellas habilidades entran rápidamente en acción. "Su oficio es resolver problemas, así que intenta averiguar cómo volver a dormir o contactar a alguien que lo ayude. Y entonces, resulta que algo muy malo le ocurre a la nave".

"Chris es muy diferente a Jim", comenta Lawrence, que interpreta a Aurora, su compañera de viaje que también ha despertado antes de tiempo. "Jim se comporta como si nunca hubiese tenido novia y, en realidad, no sabe cómo comportarse con las mujeres; es encantador y dulce, pero no se parece en nada a Chris, que está casado y es muy divertido. Fue interesante verle pasar de ser Chris Pratt a una persona tímida, romántica e insegura".

En oposición al héroe de la clase obrera que representa Jim, Aurora forma parte de un círculo social muy diferente. Es una escritora neoyorquina con un gran encargo –hace el viaje de 120 años a Homestead II, y después hacer el viaje de vuelta a casa durante otros 120 años. Será la primera persona en la historia de la humanidad en hacer el viaje de ida y vuelta. "Es una decisión de envergadura", explica Lawrence. "Es un viaje de 120 años –cuando llegas, todos tus conocidos estarán muertos. Tienes que empezar una nueva vida en un nuevo planeta donde nunca has estado. No puedo imaginar despedirme de todas las personas a las que conozco y quiero –Entiendo sus ganas de más, pero no creo que yo sería capaz de tomar una decisión así de permanente".

"Cuando Aurora se despierta, creo que su primera reacción es que siente una gran empatía hacia Jim", afirma Lawrence. "Ella lleva afrontando este problema únicamente durante unos días y él ha estado solo, cual animal atrapado, durante más de un año. Ver cómo Jim reacciona ante otro ser humano hace que sienta lástima por él".

Asegura Tyldum que fue evidente desde un principio que Lawrence y Pratt serían los actores perfectos para encarnar a los personajes de Aurora y Jim. "Es estupendo que sean las mayores estrellas del mundo, pero para empezar quería asegurarme de que fueran los actores idóneos para estos papeles". Prosigue el director: "Tenía que saber que iban a encajar, que tendrían química. Nuestras reuniones duraron horas. Estuvimos cuatro horas de cena Jen y yo en una ocasión, y desde el minuto cero supe que serían perfectos. Se trata de persona muy inteligentes que entendían perfectamente lo que querían hacer con el personaje. Comprendían sus decisiones, motivaciones, la vida que les toca vivir a sus personajes. Eso me confirmó que sabían lo que hacían".

El productor Stephen Hamel fue el primero en formar equipo junto al escritor Jon Spaihts en el desarrollo del concepto. "Estoy sumamente interesado en contenido original, en voces originales", afirma. "Había algo bastante divertido en el estilo de escribir de Jon que me encantó –se tomó el tiempo de permitir a los personajes ser humanos, tener debilidades. La originalidad de la historia parecía muy adecuada".

Ori Marmur, que trabaja junto a Moritz en Original Film, opina lo mismo. "El guion es un mensaje cálido y positivo ante la vida; habla de la condición humana", asegura Marmur. "Y como estadounidense de la primera generación de una familia inmigrante, la idea de dos personas que abandonan la Tierra y viajan una gran distancia en busca de una oportunidad en otro lugar me llegó a nivel personal; mis padres recorrieron una gran distancia para llegar a este país de oportunidades –no conocían a nadie y lograron salir adelante".

El contraste de los diferentes roles de Aurora y Jim se pone de manifiesto mediante su hogar: la nave. "El Avalon es por una parte una nave espacial impresionante y, por otra, un crucero de lujo", afirma Pratt. "Te despiertan tres o cuatro meses antes de llegar a tu destino para que puedas ir de fiesta, nadar en la piscina o gastar mucho dinero apostando en el casino o comprando en comercios de lujo".

"La nave es sumamente lujosa, casi como un transatlántico", comenta Lawrence. "Hay una cubierta de observación, un cine, un gran vestíbulo y habitaciones sorprendentes –bueno, lo son para mi personaje. Tenía un aspecto muy diferente; todo era hermoso e interesante. Era un ambiente distinto para una película".

"Los sets de rodaje eran descomunales", señala Pratt. "Tuvimos que derribar un muro en los estudios. Miraba alrededor y era como si estuviese viendo una nave de verdad. Los sets de Guy Hendrix Dyas hicieron que la película tuviese una dimensión enorme y la historia fuese tan impactante como debe ser. Contamos con un gran equipo de efectos especiales que construyó decorados, artefactos, coches y pantallas espectaculares en todas partes. Fue realmente genial".

El compañero de Jim y Aurora es Arthur, el camarero a bordo de la nave. Un androide con una sorprendente mitad superior humana, se mueve con gracia, eficiencia y pericia, y responde a las preocupaciones y ansiedades de los pasajeros con una respuesta amable y calidez –incluso con cierta ingenuidad. "Arthur es un elemento importante para el estado mental de los personajes porque es la cosa más parecida a un humano que tienen además de sí mismos", comenta Lawrence.

"Está programado para ser el mejor camarero de la historia", afirma Michael Sheen, que interpreta a Arthur. "Es empático, sabe escuchar y prepara un Martini fantástico. Sin embargo, hay un límite respecto a cuánto ha interactuado con seres humanos: normalmente ha tratado con miles de personas en interacciones muy cortas, sin embargo, con Jim está en un nuevo territorio, interactuando con una sola persona durante un período de tiempo muy largo".

Así que, puesto que Arthur no es precisamente humano, Sheen y Tyldum debatieron cómo matizar sutilmente su actuación. "Los camareros son los confidentes por excelencia y, cuando Jim me conoce, soy alguien con quien puede hablar", explica Sheen. "El desafío fue que tuve que encontrar el equilibrio de cuán robot y cuán humano Arthur debería ser".

Eso fue un reto increíble, para el que Sheen demostró estar a la altura con una interpretación plenamente creíble además de creativa y que entrañaba su dificultad técnica. "Michael tenía que aportarle su lado humano y a la vez, comprender que bajo esa fachada es una máquina, sin hacer de ello un cliché" explica el director. "Su ingenuidad y sabiduría son dos caras de la misma moneda. Se hacen amigos, él se convierte en su confidente y además les da consejos. Pero es una interpretación que requiere de la máxima precisión. No podía en ningún momento y bajo ningún concepto mirarse las manos mientras trabaja, porque no lo haría una máquina. Prepara las copas con destreza, sin que le cueste gran esfuerzo, y su conversación tiene el punto justo de humor en el momento indicado. Eso es tremendamente difícil y él lo hace con la máxima naturalidad".

Parte de la interpretación de Sheen se consiguió mediante una transformación física, con la ayuda del equipo de efectos especiales presente en el set. El equipo diseñó una plataforma para moverle velozmente de un lado a otro detrás de la barra; con Sheen de rodillas sobre ella, el director podía controlar sus movimientos como los de un androide –después, quitaban la plataforma y las piernas de Sheen y diseñaban por ordenador un soporte robótico".

A pesar de todo el lujo de la nave y sus alrededores, Aurora y Jim pronto se dan cuenta de que algo terrible ha ocurrido.

"La nave se cae a pedazos", explica Pratt. "Los robots empiezan a fallar, las luces parpadean. Por último, nuestros personajes descubren que hay un motivo porque el que funciona mal y, de pronto, nos vemos en una situación desesperada, intentando arreglar un problema para salvar no solo nuestras propias vidas, sino también las de otros miles de pasajeros en la nave".

Sin embargo, no es hasta que Gus Mancuso, personaje interpretado por Laurence Fishburne, se despierta que Jim y Aurora comprenden la gravedad de la situación. "Es un astronauta –un hombre que se enamoró de las estrellas y del concepto de los viajes interplanetarios desde joven, y se ha pasado toda la vida viajando al espacio", explica Fishburne. "Por suerte, es un capitán de la tripulación, así que tiene acceso a ciertas cosas a las que ellos no podrían haber accedido como pasajeros y les ayuda a averiguar qué problema tiene la nave".

Uno de los problemas a bordo de la nave es que falla la gravedad. Repentinamente, Jim y Aurora se encuentran ingrávidos. "Había cuerdas elevándome, pero tenía que aparentar que la gravedad no hacía caer mis manos y pies. Para lograrlo, tienes que ponerte en plancha en el aire. ¡Fue uno de los mejores ejercicios de abdominales que he hecho nunca! Fue muy difícil y Morten era muy exigente –quería que se viese perfecto. No se movió hasta que el ángulo fue perfecto para toda la toma".

Para crear la apariencia de ingravidez de Jim, Garrett Warren, coordinador de especialistas, creó un aro giratorio utilizando una extensión de una tubería y un contrapeso en el otro extremo. Chris Pratt podía moverse libremente y después el equipo de especialistas usaba manivelas para que volase de un lado a otro.

Aurora está en una piscina cuando falla la gravedad. "Aquella fue probablemente la escena más difícil que he rodado jamás", asegura la protagonista de Los juegos del hambre. "Pasar tanto tiempo en una piscina, con el agua en la nariz, en todas partes. Pero fue espectacular –cuando me enseñaron el ejemplo de efectos visuales de cómo se vería, estaba muy emocionada. Nunca había visto algo parecido en una película".

Incluso con estos elementos increíbles en el set de rodaje, los cineastas nunca perdieron de vista la película que estaban filmando, afirma el productor Neal H. Moritz. "Intentamos mantener estados emocionales consistentes en esta película, para que no se viera superada por los artefactos, decorados y el espacio", comenta. "Aunque es obvio que estos son aspectos importantes de la historia, no son el núcleo del filme. El núcleo de la película es la relación entre estos dos personajes".

En palabras de Pratt, "Passengers es épica en el sentido que lo tiene todo: aventura, romance, terror, es un thriller, pero es emocionalmente profunda. Hay grandes momentos de humor y espectáculo".


Diseño de producción
"Siempre es bueno tener la oportunidad de crear tu propio mundo", dice Tyldum, que crea una nueva visión del espacio en Passengers. "Soy gran fan de la ciencia ficción y además respeto enormemente el género por lo que quería probar algo nuevo, que no se hubiera hecho nunca".

Y explica Tyldum que los realizadores lo consiguieron "mirando tanto hacia adelante como hacia atrás". Mirando hacia el futuro, crearon una nave espacial con un diseño trabajado que emplea la fuerza centrífuga de las aspas giratorias para crear la gravedad, poblado de robots, hologramas y otra tecnología que nos depara el futuro. A ello se le une el matrimonio lo que denomina un "diseño nostálgico" inspirado por el Art Deco, el Hollywood clásico, y los uniformes de la segunda guerra mundial. "El pasado nos acompaña, nos inspira, y quería que el pasado estuviera muy presente en la película. Pero también contiene robots, una nave inteligente, pantallas, inteligencia artificial. Al combinar ambas, a nivel puramente estético, visual, creo que el resultado es único. El estilo es muy ciencia ficción, pero también es muy terrenal, pertenece a nuestro mundo".

Para hacer realidad esta visión, Tyldum fichó a Guy Hendrix Dyas, nominado al Óscar® y ganador de un BAFTA por su trabajo junto a Christopher Nolan en Origen, y diseñador de películas tan variadas como Elizabeth: La edad de oro, Steve Jobs e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, siente que nació para diseñar Passengers; de hecho, fue el único diseñador al que Morten Tyldum entrevistó para el puesto.

Desde su niñez, Dyas había soñado con construir una nave espacial por dentro y por fuera y Passengers hizo aquel sueño realidad. El resultado fue una serie de memorables sets enormes y gigantescos que trajeron al Avalon a la vida.

"Queríamos construir el máximo posible, porque los personajes son los que llevan el peso de la película, no es una cinta conducida por los efectos especiales", dice Tyldum. "Claro que hay escenas espectaculares y algún que otro efecto increíble, pero el motor son los personajes y sus interpretaciones. Para conseguirlas no quería que Jen y Chris tuvieran que trabajar frente pantallas verdes, quería construir lo máximo posible para que pudieran sentir el ambiente y comprender el espacio que los rodea. Creo que al final merece la pena porque se siente más real".

El productor Ori Marmur recuerda, "nadie implicado en esta película había visto jamás algo parecido a estos sets. Alguien entró y dijo 'la gente va a creer que vuestro set está hecho por ordenador'; no se van a creer que habéis construido esto de verdad".

Desde el principio, Tyldum y Dyas mantuvieron intensas y profundas conversaciones sobre cómo lograr la apariencia para Passengers que Tyldum tenía en mente. La idea no era una visión fría y distante de las películas antiguas de ciencia ficción, ni que tampoco tuviese un diseño práctico y basado en la realidad. En lugar de eso, se inspiraron en los cruceros de lujo: el Avalon ofrecería cualquier comodidad posible de imaginar, con diversos aspectos inspirados en los diseños clásicos.

"Fue un desafío intentar diseñar una película de ciencia ficción que tiene un alma y un argumento que gira en torno a un diseño interior estético, y cómo sería aquella estética dentro de 400 años en el futuro", explica Dyas.

Antes de la producción, Dyas supervisó durante meses la construcción del set de rodaje –y durante diez semanas antes del comienzo de la producción, Dyas y Tyldum colaboraron en el diseño del mundo del Avalon.

Comenzaron con el exterior del Avalon, afirma Dyas. "La escala, la figura y la ciencia del exterior darían la esencia al interior", explica. Los cineastas se basarían en la idea de una embarcación rotante para crear la gravedad, pero en lugar de crear una rueda, como en otras películas, Dyas creó un artefacto íntegramente original. "Tomé el concepto de una rueda giratoria y lo estiré hasta darle una forma alargada, lo que naturalmente nos condujo a estas maravillosas aspas retorcidas. Cuando miras la nave espacial desde delante, tiene el aspecto de una clásica rueda giratoria –sin embargo, cuando te giras, se convierte en un objeto tridimensional de una longitud extraordinaria".

Con aquel diseño listo, Dyas pudo dedicarse a los interiores: cada una de las tres aspas representaría un aspecto diferente de la vida en la nave. Explica: "un aspa es el área de hibernación, donde duermen 5000 pasajeros. Otra, es la zona de ocio, donde tienes el gran vestíbulo. La tercer aspa es un contenedor gigante, para llevar provisiones al planeta lejano".

Cada una de las aspas requería un aspecto diferente. "Primero, están las áreas donde residen los pasajeros", señala Dyas. "El set principal, el gran vestíbulo, se parece mucho a un centro comercial de alta tecnología. Después, están las áreas donde acuden el personal y la tripulación, y ese es un segundo entorno que posee un ambiente completamente distinto –el color es menos importante, hay más información y gráficos en las paredes. Y después, está una tercer área fuera de los límites de casi todo el mundo: la habitación que controla el reactor, la esclusa, el exterior de la nave".

Conectan las aspas un ascensor de gravedad cero. "Cuando llevas un ascensor a través de un objeto giratorio y golpeas aquel punto neurálgico en el espacio, desde luego, estás en gravedad cero. Más te vale estar atado –vas a experimentar un descenso en la gravedad y después un aumento de esta al llegar al otro lado".

En el cénit de producción, los sets dinámicos de Passengers ocuparon siete escenarios en Pinewood Studios, Atlanta, y un escenario de alrededor de 3700 metros cuadrados en las instalaciones de EUE Screen Gems, también en Atlanta. Tan pronto como el rodaje terminaba en cada set, este se destruía y se montaba un set nuevo en aquel espacio. Cada set era más memorable que el anterior, con construcciones como la bahía de hibernación, la cubierta de observación delantera, la enfermería, la suite Viena, la cafetería, la cabina de Aurora, la cabina de Jim, el taller de Jim, la piscina, los pasillos, el puente, el gran vestíbulo y el bar del gran vestíbulo.


El gran vestíbulo
El plató del Gran Vestíbulo se construyó en los estudios de EUE Screen Gems. Para alojar este gran edificio, los realizadores unieron dos escenarios en un mismo espacio de unos 3700 m2.
El Gran Vestíbulo es una especie de centro comercial futurista dentro de Avalon y cuenta con escaparates, instalaciones deportivas, restaurantes de toda clase incluyendo cocina japonesa, mejicana y francesa, así como un bar de temática art deco que hace un guiño al pasado.

Este plató también albergó el ascensor Zero G, una cancha de baloncesto, una máquina de baile, una piscina y un centro de comunicaciones desde donde los pasajeros pueden enviar mensajes a la Tierra.

El equipo de efectos especiales transformó el enorme plató en un espacio aún mayor, con escaparates de comercios de un kilómetro de largo y cinco pisos de altura y un techo de cristal que ofrece a los compradores unas espectaculares vistas al espacio.


El bar del gran vestíbulo
El bar es el espacio clave del Gran Vestíbulo, es único incluso comparado con los impresionantes decorados de la película. Con un diseño y una gama de color completamente diferente al resto de la nave, adentrarse en el bar es como retroceder en el tiempo.

Según Dyas: "El bar es una imagen de lo que la gente dentro de quinientos años pensará de la época del Art deco". "Seguramente haya errores en el diseño. Históricamente tendrá cosas mal, dando una impresión exagerada de lo que fue el Art Deco".

Todo en el bar se hizo a medida para el plató, incluyendo las molduras, las esculturas, los cuadros, los acabados, las alfombras e incluso los sofás de plástico dorados. La entrada del bar tiene un mosaico hecho a mano, inspirado en Frank Lloyd Wright que simula la silueta de la parte frontal del exterior del Avalon. En la pared se erige una escultura de época representando al Avalon partiendo a un planeta nuevo. La barra del bar es interactiva, la idea es que cuando un cliente termina su copa y la posa sobre la barra, Arthur, el camarero androide, percibe que la copa está vacía y procede a rellenarla.

"Era importante asegurarse de que el bar fuese un lugar muy seductor, cálido, y atractivo. No tiene puertas, la idea es que Jim entre en el bar cada vez que pasa por delante", dice Dyas. "La luz dorada y resplandeciente que reflejaban los arcos le arrastrarían hasta allí indefectiblemente, no solo para tomarse algo sino para disfrutar de una dosis de humanidad (aunque esta sea artificial) de la mano de Arthur".


Creando a Arthur
Michael Sheen encara a Arthur, y el equipo de efectos especiales y visuales se encargaron de robotizar el personaje. (Los efectos especiales son estructuras físicas que crean efectos en el plató, delante de la cámara; los efectos visuales son diseñados en post-producción por gráficos a ordenador).

El equipo de efectos especiales, liderado por Daniel Sucick, diseñó una plataforma en forma de silla con un refuerzo en las patas para permitirle a Sheen desplazarse rápidamente de un lado a otro tras la barra. Sheen se arrodillaba en la plataforma con raíles, lo que le permitía deslizarse de un lado a otro detrás de la barra a cualquier velocidad.

"La plataforma controlada por ordenador tenía que moverse lenta y rápidamente", dice Sucick. "Grabábamos un movimiento sincronizado con la cámara, a la misma velocidad, para ser capaz de reproducirlo con precisión tantas veces como quisiéramos". Fueron necesarias ocho semanas para que el equipo de Sudick construyera la plataforma de Arthur y otras tres para probarla y asegurarse de que todo funcionara correctamente y de forma coordinada.

Evidentemente, por exigencias del papel Sheen tenía que estar preparado para moverse sobre una plataforma que arrancaba y paraba de repente, sin tensar ni hacer fuerza con su cuerpo y sin revelar incomodidad alguna en su rostro. "Cuando acepté el papel, no sabía en lo que me estaba metiendo" dice Sheen. "La plataforma de efectos especiales se movía a toda velocidad pero fue una gran creación práctica al dotar de más realismo a la interpretación".

"El papel requería un actor con fondo físico que fuese capaz de realizar este movimiento sumamente rápido!", dice Erik Nordby, el supervisor de efecto visuales de la cinta. Según Norby, sin esta fortaleza física muy posiblemente habría sido necesario sustituir al actor por una creación enteramente virtual. "Por suerte, Michael Sheen es un auténtico profesional. Le dio al personaje un aspecto increíble, y casi sin esfuerzo superó los retos que entrañaba la plataforma. Ensayaba una, dos o quizás tres veces y ya ni percibías el ligero vaivén de su cuerpo. Morten quería que pareciese que tenía rígida la columna".

Tras la producción, el departamento de efectos visuales reemplazó la plataforma y las extremidades inferiores de Sheen por un diseño robótico que controla los movimientos del camarero. "Casi parece la mecánica interior de un reloj desmontado que sustituye el tren inferior de su cuerpo", explica Dyas. "Bajo su cadera, dispone de un singular soporte que le une a la plataforma que le desplaza horizontalmente".

El resultado –la interpretación de Sheen unida a efectos increíbles— crean un personaje que forma parte del mundo de la película, según Tyldum. "No dudas ni por un instante de su condición de androide. Estás convencido del hecho de que no es humano precisamente porque Michael interpreta igual de bien la parte no humana. Pero no puedes evitar encariñarte porque es entrañable. Es una interpretación magnífica".


Módulos de hibernación
La bahía de hibernación, dónde se suponía que Jim y Aurora iban a hibernar durante 120 años, es un plató enorme, de 36 metros de ancho por 58 metros de largo que llevó diez semanas de construcción.

"A la hora de diseñar suelo acudir a la arquitectura clásica y a la naturaleza", dice Dyas. "Para mí, la disposición del descanso es circular en torno a lo que yo llamo el árbol capsular, que consta de ocho a diez individuos conectados a un único cordón umbilical que da mantenimiento a estos cuerpos colectivamente".

La principal característica de cada árbol capsular es el enorme disco de luz hecho a mano, de unos 4 metros de diámetro. La idea es que cada luz provea de fuerza vital y nutrientes a los pasajeros y permita mantenerlos con vida.

Lo que Tyldum y Dyas no esperaban pero que resultó ser una coincidencia con final feliz, es que las luces brillantes de los árboles centrales crearon una sensación de confusión en el oscuro habitáculo de hibernación, alimentando el estado de ánimo de Jim. "Habíamos creado un laberinto subliminal sin poner una sola pared", dice. "El ambiente se vuelve confuso y el público se sentirá desconcertado".

Para el rodaje, el equipo de Dyas construyó 32 cápsulas de hibernación, algunas más detalladas que otras. Las que el público verá cerradas en pantalla, cuando Jim y Aurora se despiertan, fueron diseñadas con mecanismos hidráulicos, por lo que pueden abrirse y levantarse verticalmente. Las cápsulas son de fibra de vidrio y madera y fueron decoradas por el departamento gráfico. A continuación fueron recubiertas con pantallas electrónicas para dar la sensación de tecnología futurista. Estos gráficos y pantallas digitales dieron vida al plató.

El rodaje en el plató de la sala de hibernación contó con treinta extras para ocupar las cápsulas que aparecen en segundo plano. Las rellenaron con papel burbuja para asegurar la comodidad de los actores. Todos los extras hicieron un gran trabajo, incluso hubo alguno que se quedó dormido y se despertó para la hora de la comida. La vida imita al arte.

En postproducción, el departamento de efectos especiales amplió el gran plató a un tamaño gigante, poblándola de cientos de cápsulas.


La suite Viena
La suite Viena es la estancia más lujosa de la nave; Jim y Aurora no tardarán mucho tiempo en sentirse como en casa rodeados de tanto lujo.

"El plató tiene su punto de fantasía", explica Dyas. "Morten y yo debatimos cómo sería el habitáculo más extravagante y sorprendente. Un lujoso apartamento en Nueva York de dos plantas llevado al futuro es el resultado al que llegamos. Morten quería una gama de color que transmitiese calidez y sensualidad".

Esta construcción diáfana de dos plantas cuenta con un salón, un recibidor, un comedor y un dormitorio. Las escalares son grandiosas y no tiene pasamanos. La ventana de esta suite tiene unas vistas increíbles del espacio y es la más amplia de todas las ventanas individuales de Avalon.

Dyas y Prieto quisieron decorar la suite con paredes luminiscentes, de modo que los ocupantes tuviesen la sensación de interactuar con el propio edificio. Los paneles luminosos emiten tonos dorados y amarillos que aportaban sensualidad al enorme espacio.

La parte más engañosamente compleja del decorado fue precisamente la cama flotante de la suite Viena. En su construcción participaron los departamentos de arte, construcción, utillaje, vestuario y efectos visuales.


Comparando las cabinas de Aurora y Jim
La cabina de Aurora, iluminado con tonos cálidos de color oro y ámbar, está ubicada en la habitación 424 de la cabina clase-oro de la nave. La cabina circular combina un limitado abanico de colores malvas y berenjenas, crema y decoración plateada. También luce distintos tonos metálicos desde oro blanco hasta aluminio y acero. Las amplias líneas imitan las del Gran Vestíbulo. "Fue acertada la decisión de nuestro decorador Gene Serdena de decorar los camarotes con elementos propios del planeta Tierra, tales como conchas o trozos de madera, a modo de establecer una conexión táctil con el planeta Tierra de donde provienes", dice Dyas.

En contraposición, la cabina de Jim, en la cubierta inferior, tienen un carácter más práctico. Su camarote es un espacio pequeño y oscuro con una tosca alfombra de goma, un baño estrecho y una cama abatible, mostrando así las diferentes clases de viaje disponibles en la nave.

Para conectar las cabinas hay una serie de pasillos que, según Dyas, lucen tonos cálidos que aportan belleza y tranquilidad, aunque le dan un toque amenazante. "No hay ventanas, es extremadamente claustrofóbico", comenta Dyas. Una vez Tydum vio el diseño de los pasillos de Dyas, empezó a rodar escenas allí, como la de Aurora recorriéndolos a toda velocidad para mostrar su frustración.

Como la nave fue diseñada para ser un buque de transporte comercial, los realizadores contrataron a tiempo completo a los diseñadores gráficos Trey Shaffer y Kevin Kalaba, para crear la marca corporativa de Avalon y una identidad corporativa para Homestead Industries, la compañía propietaria que dirige la nave.


Sobre los efectos visuales
El corazón de Passengers es una historia tremendamente humana y emocional, pero ambientada en el espacio, lo cual requiere muchos efectos visuales. Para el supervisor de efectos visuales Erik Nordby y el coproductor de efectos visuales Greg Baxter, requería un acercamiento limpio, de estar al servicio de y que en raras ocasiones ocupara el centro de atención. "Es extraordinario tener una película de esta talla en la que los efectos especiales jueguen un papel secundario", dice Nordby. "Yo lo disfruto, porque los efectos especiales siempre son mejores cuando están al servicio de algo más importante que sí mismos. La historia de Passengers es tierna y humana a todos los niveles, y creo que si en ningún momento te sientes sobrecogido por la grandiosidad de lo que ves, entonces lo hemos hecho bien".

Los efectos especiales se pueden clasificar en unas pocas categorías generales. La primera, naturalmente, son todas las escenas generadas por ordenador, el exterior de la nave espacial, las escenas de contextualización del principio de la película y los momentos clave que toman lugar en el exterior. Luego está el gran trabajo de croma, las escenas de acción realizadas fuera de la nave. La siguiente categoría serán las ampliaciones de los platós: aunque el departamento de arte de Guy Hendrix Dyas construyó varios decorados de gran tamaño, el Avalon es tan grande que requirió la expansión digital por parte de Nordby de algunas salas como la de hibernación y la cafetería. Finalmente, están los personajes generados por ordenador en la película, los robots que flotan por la nave y se ocupan del mantenimiento.

Uno de los retos más importantes que enfrentó Nordby fue el de crear la pasarela espacial de Jim que aparece al final de la película. "Queríamos que el público experimentara la misma sensación de vértigo que él siente, como si estuvieran a su lado", explica.

Nordby sabía que los artistas podrían crear la inmensidad del espacio en torno a Pratt, el gran desafío era crear el efecto de los reflejos de la luz en su rostro mientras se precipitaba. "Buscábamos luminosidad y en eso nos enfocamos, la luz interactiva que penetra la piel de Chris a través del casco tenía que parecer real".

El equipo ideó una solución eficaz: Meter a Pratt, enfundado en su traje espacial, en una caja de luz con paneles de diminutas luces LED sumamente brillantes en tres de sus lados. Aunque la caja resultó un tanto desconcertante, Pratt se lo tomó con filosofía. "Fue una experiencia increíble ver a Chris con su traje espacial dentro de la caja, aguantando esos duros retos físicos", dice Nordby. "Dentro del casco había un sistema de micrófonos, uno de entrada y otro de salida para que pudiera comunicarse con Morten. Nadie, salvo ellos, escuchaba lo que se decían. Lo que demuestra la pasión que Morten y Chris pusieron en esta película y lo que exige y lo íntimo que puede llegar a ser si lo permites".

Para Pratt, más que la caja de luz, el reto fue enfundarse el traje en sí. Durante los ensayos se comentó que Pratt no parecía muy ligero que digamos con el traje. "Dije: qué va, yo peso un montón y este traje pesa lo menos unos 30 kilos; pero sienta muy bien, es precioso, el mejor traje de la película".


Montando la película
Como en toda película, la historia toma forma en la sala de montaje. En Passengers, Maryann Brandon nominada al Oscar® por su montaje en Star Wars: El despertar de la fuerza, se ocupó de la edición de la película. "Parte de mi trabajo como montadora es proteger la visión de Morten, Rodrigo, Guy y Erik", dice. "Intento que exista fluidez entre todos los departamentos. Quiero poder acudir a Erik y proponerle una idea y ver si es posible realizarla antes de planteársela a Morten. Necesito poder hablar con Rodrigo y preguntarle cómo quiere que sea la imagen y el sentir de una escena. Me gusta sentir que tenemos una misma meta, la de hacer una gran película".

Brandon estaba especialmente emocionada de unirse al proyecto por varias razones, entre ellas las ganas que tenía de trabajar con Morten Tyldum. "El guion y el reparto son increíbles y había visto dos películas anteriores de Morten, The Imitation Game (Descifrando enigmas) y Head Hunters, y me encantaron. Pensé que sería una buena oportunidad para trabajar con un súper talento. Significó volver a trabajar nada más terminar Star Wars, pero un pedazo de guión como éste no te lo ofrecen todos los días".

De aquellas primeras conversaciones con Tyldum se desprendía que, aunque el impresionante guion iba a seguir siendo el corazón de la película, el director pretendía dar a la historia una escala y un tamaño mayor. "Es una película mucho mayor de lo que se lee sobre el papel", comenta la montadora. "Básicamente, Passengers es una historia personal ambientada en una nave espacial. Tiene que ser real; no puedes cambiar el lenguaje o añadir criaturas virtuales o alienígenas. No es luz y oscuridad, sino personas".

La posibilidad de poder equilibrar las interpretaciones de los actores con las increíbles secuencias virtuales representó una oportunidad maravillosa. "Mi intención en una película con grandes efectos es que sea real y a la vez que permita a mi imaginación explorar nuevas posibilidades". "Es importante tener elementos reales en la escena, para dotar de realidad a las imágenes generadas por ordenador. En cierto sentido, es más difícil realizar una narrativa clara si tengo que crear la historia sin apoyarme en nada más y si no funciona bien la interpretación no podrá vender la acción".

Prosigue Brandom: "A Chris Pratt se le da muy bien caer bien, pero lo que más me sorprendió es lo mucho que profundizó en el personaje de Jim. Jennifer es tan fuerte como Aurora; ambos tienen una química increíble, no es que me sorprendiera, pero Jen hace que parezca muy fácil. Las imágenes generadas por ordenador mejoran Passengers, pero la esencia está en los decorados, son los interiores los que transmiten la intimidad de esta historia. Cada corte, cada una de mis decisiones, depende enteramente de las interpretaciones y de la historia".

En ocasiones el montador hace un primera versión del montaje de la película y presenta sus ideas al director. Sin embargo, Brandon y Tyldum trabajaron de otra manera, cultivando una relación estrecha que les permitió ser más prácticos. "Convencí a Morten de que en lugar de ver una primera edición de la película, se metiera de lleno para hacerlo juntos", dice Brandom. "Aprendí ese método de J.J. Abrams. Esto le permite al director participar en el proceso de montaje desde el principio".