Dirigida por Gaby Dellal
Gaby Dellal empezó a darle vueltas a lo que se convertiría en su próxima película al poco de estrenar Angels Crest, su tercer largo, en el Festival de Cine de Tribeca en 2011. Tanto en Nueva York (durante el festival) como en Londres (al volver a casa), fue conociendo a personas que criaban a sus hijos en el contexto de la «familia moderna», es decir, una familia en la que uno de los padres, abuelos o hijos es homosexual o transgénero. Las historias que contaban sobre sus hijos adolescentes llevó a la directora a pensar en lo que supone criar a los jóvenes en la actualidad, al ver que las actitudes están cambiando radicalmente en cuanto a la forma de entender la identidad sexual, décadas después de la revolución sexual de finales de la década de 1960 y principios de la de 1970.
Fruto de estas cuestiones nace una historia sobre tres generaciones de una misma familia: una abuela lesbiana, una hija hetero y un adolescente que se siente chico aunque su sexo biológico es femenino. Todos ellos viven bajo el mismo techo en la ciudad de Nueva York. "Me parecía muy interesante meter a tres generaciones bajo el mismo techo y plantear que uno de los miembros de la familia no se identificaba con su sexo de nacimiento", comenta Dellal. "Tenía claro que la abuela sería feliz y llevaría años con su pareja, si bien había tenido que ocultar su verdadera orientación sexual durante años puesto que salir del armario era impensable cuando era joven. Su nieta, sin embargo, ya vive como un chico transgénero y quiere comenzar el proceso de transición física. Algo que a la abuela le está costando mucho aceptar. Para cerrar el círculo tenemos a una mujer heterosexual que intenta criar a su hijo transgénero como madre soltera".
La directora también vio el potencial cómico de un drama sobre el desconcierto de una familia que se enfrenta a una situación totalmente inesperada. La cirugía de reasignación sexual sería el catalizador de la historia, pero no el eje principal de la misma. "Quería rodar un filme entretenido y accesible sobre la dinámica familiar y sobre los problemas que surgen al criar a un hijo en un núcleo familiar tan cerrado", explica Dellal.
Le planteó la idea a Dorothy Berwin, productora de On a Clear Day, película con la que Dellal se alzó con un premio BAFTA. Berwin llevaba varios años alejada del mundo del cine y no tenía mucha intención de volver a meterse en estos berenjenales, pero cambió de opinión al hablar con Dellal. "Me quedé prendada de la historia. Me pareció tan divertida, inteligente y tierna que me dije Tengo que participar. No me lo pensé dos veces", recuerda Berwin. "La idea de Gaby me pareció muy actual en el sentido de que trata un asunto social muy serio del que se habla mucho hoy en día, y lo hace de una forma muy respetuosa y meditada, con lo que lo convierte en un tema muy accesible".
Antes de poder avanzar con el proyecto necesitaban un guion. Dellal y Berwin se pusieron en contacto con varios guionistas en Nueva York y Londres: necesitaban dar con alguien que supiera encontrar el equilibrio perfecto entre comedia y drama. En la obra de Nikole Beckwith, una autora teatral de Brooklyn que había sido miembro del Grupo de autores emergentes del The Public Theater, encontraron todos los ingredientes que buscaban. Beckwith escribe comedias frenéticas sobre temas trágicos: la muerte de un familiar, el abandono, la ausencia. "Mis obras teatrales son farsas sobre los miedos del ser humano. Me ayudan a procesar el dolor", dice riéndose. "Me gusta convertir los sentimientos incómodos y las experiencias difíciles en algo positivo y conseguir que los espectadores se rían. Todo el mundo se quiere identificar con la comedia. Es la mejor forma de meterte en una historia".
Dellal y Beckwith se reunieron por primera vez para hablar del guion y de los temas centrales de la película en otoño de 2012. Ambas son heterosexuales, por lo que eran conscientes de que tendrían que estudiar muy bien el tema y recurrir a asesoramiento profesional para contar la historia de una familia con un hijo transgénero de modo que retratara fielmente la realidad de estos jóvenes y sus familias. Hablaron tanto con personas transgénero como con asociaciones relacionadas y se documentaron tirando de material documental y, por supuesto, también de los videoblog y demás material disponible online creado por y para la comunidad transgénero.
Su objetivo era conseguir que su historia plasmara cómo son las familias en la actualidad. La familia protagonista la componen Dolly y su pareja Frances; Maggie, la hija de Dolly, y la hija trans de Maggie, que se ha cambiado el nombre de Ramona a Ray. "Todos los aspectos de esa familia (crecer con dos madres, ser madre soltera y los problemas a los que se enfrenta Ray) reflejan nuestro mundo actual", comenta Beckwith. "Tengo amigos y familiares LGBT, por lo que me he esforzado por representar los momentos de su vida que han compartido conmigo. Básicamente quería desmitificar un tema que no suele tener cabida en el cine más comercial, retratándolo a través de la típica familia estadounidense. En el fondo, es una historia sobre la familia, la identidad, el amor y la aceptación. Trata cuestiones que afectan a todas las familias y a todas las personas".
Beckwith escribió el primer guion en primavera de 2013 y fue puliendo los borradores vía teleconferencia con Dellal y la participación de Berwin. "Ha sido una colaboración muy estrecha. Nunca he trabajado un guion de forma tan intensa y nunca me lo había pasado tan bien con un proyecto", comenta la productora. "La clave fue encontrar un equilibrio entre comedia, drama e ingenio. Al pasar de uno a otro tan fácilmente, la película se convierte en una historia muy accesible".
Los productores Peter Saraf y Marc Turtletaub y el equipo de Big Beach quedaron tan impresionados con la calidad y la singularidad del guion que se embarcaron en el proyecto. "Nos encantó la historia y cómo hablaba de la familia en unas circunstancias muy particulares", cuenta Saraf. "Los personajes son geniales y tienen una dinámica estupenda. Si a eso le añades que es un filme dramático con cabida para el humor, tienes los ingredientes para una gran película".
El público conoce a Ray cuando ya lleva tiempo viviendo como un chico y esto ayuda a que empaticen con las circunstancias emocionales de la película. "Nada más empezar el filme ya nos encontramos con que se ha tomado una decisión que ha puesto en marcha un proceso", añade Saraf. "Llegamos a la historia en el momento en el que hay que dar un paso. Y para darlo, no solo Ray, sino toda la familia debe enfrentarse a sus problemas. Al presentar así la historia, conseguimos que el público se plantee qué harían de encontrarse en esta misma situación. No me refiero únicamente a una familia con un hijo transgénero. Es aplicable también a cualquier familia que haya tenido que enfrentarse a un problema serio: ¿Qué haría yo dado el caso?".
El proceso de casting fue como la seda. "Nunca había trabajado con un guion que gustara tanto. Los actores enseguida nos decían que querían participar. Esta vez todo ha ido a la velocidad de la luz", comenta Dellal encantada. Naomi Watts fue la primera en unirse al reparto para dar vida a Maggie, seguida de Susan Sarandon que se metería en la piel de Dolly, la madre de Maggie y abuela de Ray. Posteriormente se unieron Elle Fanning como Ray; Linda Emond como Frances, la pareja de Dolly; Tate Donovan como Craig, exnovio de Maggie y padre de Ray; y Sam Trammell como Matthew, el hermano de Craig.
A Fanning el guion le resultó tan especial como inesperado. "Me alegró mucho ver que la película no se centra en la problemática de ser transgénero, sino que en realidad trata el tema de la familia", comenta. "Hay una escena muy tierna y divertida que ocurre cuando Ray se mete en una pelea. Las mujeres de su familia nunca habían tenido que lidiar con este tipo de problemas, que son más de chico, así que deben adaptarse a esta nueva realidad".
Como Ray es menor, necesita el consentimiento escrito de sus padres para poder someterse al tratamiento hormonal. Fanning tiene 16 años, igual que Ray, y ha podido empatizar mucho con su personaje. "La adolescencia siempre es difícil. Es complicado ser joven y entender quién eres y cuáles son tus valores. Para Ray la cosa tiene el añadido de que no se identifica con su sexo de nacimiento: se siente chico. Está harto de todo y de todos y siente que ya es hora de que poner en marcha el proceso para cambiar las cosas".
Fanning se documentó muy bien para retratar fielmente a su personaje. "Quería hacerlo muy bien porque estamos representando a toda una comunidad", reconoce. "Gaby y yo hemos hablado con un montón de jóvenes trans. Les planteamos todo tipo de preguntas, por ejemplo, ¿Cómo te sentiste la primera vez que saliste del armario como trans? ¿Cómo se lo tomaron tus padres?. Fueron muy abiertos. Los adultos muchas veces les dicen a los adolescentes que son demasiado jóvenes, que todavía no saben lo que quieren y les preguntan cómo pueden estar tan seguros como para tomar ya una decisión como esta. Pero estos chavales tienen las cosas muy claras".
Ray no tiene ninguna duda y sabe bien lo que quiere. Sin embargo Maggie, su madre, no las tiene todas consigo. Según Watts, "Maggie se ha dedicado en cuerpo y alma a criar a Ray y ha pasado de puntillas por su propia vida. Es lista y tenaz, pero tiene la sensación de que se enfrenta a un reto que supera cualquier otro problema que se le haya planteado. Ha tomado una decisión y hará lo que haga falta para ayudar a Ray a sentirse a gusto consigo mismo y ser feliz. Maggie también intenta que su madre respete su autoridad y no menosprecie sus decisiones. Ray admira mucho a su abuela, Dolly, que ha llevado la carrera de un montón de músicos de jazz y ha recibido a varias leyendas musicales en casa".
Sarandon interpreta a Dolly como una mujer chic y sofisticada, la matriarca de la familia. Según la intérprete, "Dolly es la cabeza de familia y no tiene pelos en la lengua a la hora de expresar su opinión. Es creativa, curiosa, cariñosa y narcisista".
Ray no se espera la reacción de su abuela, puesto que imaginaba que, siendo una mujer lesbiana progresista, estaría de su parte. "Ser lesbiana no significa que estés de acuerdo con cambiar de sexo. Ser gay tiene que ver con la orientación sexual, mientras que ser transgénero está relacionado con la identidad. Creo que Dolly habla en nombre de todos los que se preocupan por los efectos de los tratamientos hormonales y las consecuencias médicas de la reasignación sexual en personas jóvenes", apunta Sarandon.
Frances, la pareja de Dolly, apoya la decisión de Ray, pero decide no participar en el debate. Según Emond, la reacción de Frances es consecuente con su papel dentro de la familia. "Todos sabemos qué lugar ocupamos en nuestra familia para conseguir que la dinámica familiar funcione y avance", comenta. "Esta familia se quiere mucho y se apoya un montón. A Frances le resulta más fácil ser objetiva por el hecho de no tener un vínculo biológico con los demás miembros de la familia. Podría decirse que es el timón de la familia. Ella los guía y les da un empujón cuando lo necesitan".
El empeño de Ray por empezar el tratamiento hormonal desencadena un encuentro entre Maggie, su exnovio Craig y Matthew, el hermano de Craig. Donovan y Dellal se conocen desde la universidad y el actor se enteró de la existencia de la película durante una cena en casa de la directora en Londres. Volvieron a hablar del tema unos meses después, cuando Dellal viajó a Nueva York, pero Donovan no tenía ni idea de que participaría en el filme. Un día le llamaron para un casting y resultó ser para la nueva película de Gaby Dellal.
Maggie y Craig han estado muchos años sin verse, y su primer encuentro no va demasiado bien. "La vuelta de Maggie pilla completamente a Craig fuera de juego. Prácticamente se le ha olvidado la existencia de esa familia y vive feliz en las afueras de la ciudad. Para él, esta situación surge de la nada y hace que se tambaleen los cimientos de su vida", comenta Donovan. "Supongo que alguno pensará que Craig es un mal padre, pero yo empaticé con él enseguida. Su relación con Maggie fue muy traumática y se portaron muy mal con él".
Donovan estudió a fondo el mundo de los jóvenes trans y buscó entrevistas de hijos y padres que hubieran pasado por esta situación. Le ayudó especialmente un documental radiofónico sobre la relación de los adolescentes transgénero con su familia. "Uno de los padres decía: Al principio me opuse al concepto en general. ¿Quién daría el visto bueno a que su hijo o hija cambiara de sexo a una edad muy temprana? Pero si ves que tu hijo es infeliz, que tiene tendencias suicidas, que no acepta su sexo de nacimiento, ¿entonces qué haces? Pues salvas a tu hijo, no te queda otra. Eso mismo le pasa a Craig. Empieza pensando que Ray es demasiado joven como para tomar una decisión así y acaba aceptándolo. La interpretación de Elle me ayudó un montón. Ha conseguido transmitir esa sensación de que no tiene sentido seguir viviendo así. Fue muy conmovedor".
Dellal contactó con varios adolescentes trans y sus familias durante la fase de desarrollo del proyecto. Los realizadores también pidieron asesoramiento a GLAAD (Alianza Gay y Lésbica Contra la Difamación) y The Center (centro social para la comunidad LGBT) en Nueva York. Antes de dar comienzo al rodaje, un asesor de GLADD dio una charla al equipo técnico y al reparto sobre la experiencia de ser trans, lo que significa ser transgénero y la diferente entre transgénero y orientación sexual. "Sabíamos que con cuanta más gente pudiéramos hablar, mejor retrataríamos el tema y también entenderíamos mejor qué habría que cambiar o qué no funcionaba desde el punto de vista de un adolescente trans. No queríamos simplificar ni dar una visión sesgada del tema, sino mostrarlo de la forma más realista y genuina que pudiéramos", explica Saraf.
"3 GENERACIONES" se rodó durante 25 días entre noviembre y diciembre de 2014 en la ciudad de Nueva York y el condado de Westchester.
El escenario principal de la película es un edificio del siglo XIX en Stuyvesant Street en el East Village neoyorquino. Una empinada escalera da acceso a las diferentes plantas. Como dato curioso, la casa tiene dos cocinas; Maggie utiliza la de la planta de arriba. Dolly y Frances viven en las dos primeras plantas, mientras que Maggie y Ray viven en las plantas superiores, que están en peor estado. "Quería que la cámara diera la sensación de que vivían en un espacio pequeño, casi agobiante. Afortunadamente dimos con la casa perfecta. El tamaño era justo el que buscábamos y no era demasiado lujosa, de hecho necesitaba algunas mejoras. La escalera principal es una metáfora de la vida de Maggie. Sube todas esas escaleras hasta llegar a su escondite en lo más alto de la casa", comenta Dellal.
El equipo de producción sacó todo lo que había en la vivienda y la redecoraron con otros muebles, cuadros y accesorios. El aspecto de cada uno de los dormitorios está ligado al personaje que lo ocupa. "Las plantas de Dolly y Frances están recién pintadas. Hemos utilizado un mobiliario minimalista porque Dolly tiene mucho estilo y muy buen gusto. Los cuadros son un reflejo de su relación con el mundo del jazz y de sus intereses. La casa va estando más descuidada a medida que vamos subiendo por las escaleras. Queríamos que diera la impresión de estar un tanto destartalada. Maggie nunca había tenido la intención de vivir ahí para siempre, así que no le había dedicado mucho tiempo a la casa", explica la diseñadora de producción Stephanie Carroll.
El diseñador de vestuario Arjun Bhasin visualizó el armario de los personajes con solo leer el guion. "Estaban tan bien definidos y eran tan reales que no tuve que darle muchas vueltas al diseño", recuerda. "La ropa de Maggie nos revela su estado de ánimo. Siempre va desarreglada, como si se hubiera puesto lo primero que ha pillado al abrir el armario. Dolly tiene muchísima clase. Lleva un look muy chic, casi vintage".
Ray siempre se mueve por la ciudad en monopatín por lo que el vestuario de Fanning refleja no solo la identidad masculina de su personaje, sino también su vínculo con la cultura del skate. "Ray quiere ser un chico y quiere encajar. Lleva pantalones anchos, camisetas anchas, sudaderas, camisas de leñador y las mismas botas amarillas día tras día. Así visten los chavales del East Village hoy en día", comenta Bhasin.
Emond comenta que durante el rodaje, el equipo técnico siempre estaba abierto a escuchar las sugerencias del reparto. "Nos dieron mucha libertad para opinar, como tiene que ser en cualquier entorno creativo. Así el resultado es mejor, más realista y evoluciona. Una noche, después de llevar muchas horas rodando, las cinco mujeres (Gaby incluida) estábamos dentro de un coche en una gasolinera en Pleasantville, Nueva York. Teníamos que grabar una escena, pero nos planteaba algunas dudas. Pasamos unos cinco o diez minutos enfurruñadas y de repente dimos con el problema y como resultado la escena quedó muchísimo mejor. El diálogo hace que todo fluya mejor. Ha sido una experiencia genial".
El mundo ha cambiado mucho desde que a Dellal se le ocurriera la idea de rodar una película sobre una familia con un adolescente transgénero. De hecho, las cosas han cambiado muchísimo desde que terminaran de rodar el filme en diciembre: el ejército de EE. UU. ha anunciado que permitirá a las personas transgénero servir en el ejército; The New York Times lanzó una sección de opinión sobre temas transgénero; Caitlyn Jenner se convirtió en noticia y fue muy aplaudida al presentarse al mundo como mujer; un hombre transgénero podría ser portada de Mens Health gracias al concurso Ultimate Guy que convoca anualmente la revista; y "Transparent" se alzó con el Globo de Oro a la mejor serie de televisión. "El debate sobre las personas transgénero ha cambiado radicalmente. Hace ocho o nueve meses a nadie se le hubiera pasado por la cabeza comentar unos temas que ahora están en boca de todos. Me resulta fascinante y me alegra muchísimo, puesto que con esta película añadimos nuestro grano de arena a este debate tan dinámico y apasionante", comenta Saraf.
Sarandon comparte su opinión. La intérprete lleva muchos años defendiendo activamente los derechos de la comunidad gay desde que apoyara su lucha contra el Sida en la década de 1980. Espera que mucha gente se sienta identificada con los sentimientos y la reacción de Dolly al expresar su consternación y desconcierto sobre la decisión de Ray. "Cuando Dolly se opone a la decisión de Ray, se convierte en la voz de los espectadores reticentes. Pero luego se da cuenta de que la persona no va a cambiar, solo va a cambiar su apariencia, y eso es muy importante. Somos mucho más que nuestro sexo, edad o el color de la piel".
Dellal espera que el público se sienta identificado con la historia de esta familia. "Criar a un hijo no es nada fácil, sea como sea tu familia. Esta familia se esfuerza por entender la identidad de género, pero otras estarán lidiando con otros temas. Ojalá la gente sienta que las emociones y la cercanía de esta familia refleja sus circunstancias personales. Espero que al salir del cine, la gente se sienta más unida a su familia".