Clint Eastwood dirigió la película a partir de un guion de Todd Komarnicki, basado a su vez en el libro Highest Duty, escrito por Chesley Sully Sullenberger y Jeffrey Zaslow. Eastwood, Frank Marshall, Allyn Stewart y Tim Moore produjeron el largometraje, y Kipp Nelson y Bruce Berman se encargaron de la producción ejecutiva.
El rodaje reunió a Eastwood con algunos de sus colaboradores habituales, que ya trabajaron con el director en el éxito mundial El Francotirador: el director de fotografía Tom Stern y el diseñador de producción James J. Murakami, ambos nominados al Oscar por su trabajo en Al Final de la Escalera; la diseñadora de vestuario Deborah Hopper y el nuevo editor Blu Murray. Christian Jacob y el grupo The Tierney Sutton Band se han encargado de la banda sonora.
SULLY
Nadie nos avisó. Nadie nos dijo que Íbamos a perder los dos motores
A una altitud más baja que la de cualquier avión en la historia.
"¡Prepárense, prepárense, prepárense... Bajen la cabeza, permanezcan sentados!"
Minutos después de despegar del aeropuerto LaGuardia de Nueva York, una bandada de pájaros chocó contra el avión 1549 de US Airways, lo que provocó el fallo de ambos motores a tan solo 850 metros de altura y un aterrizaje forzoso en el agua. Como pronto veremos, fue una situación sin precedentes. "Nadie se prepara para un incidente así", explica Tom Hanks, que da vida al capitán Chesley Sullenberger en la película del director y productor Clint Eastwood.
La película, que cuenta los hechos que sucedieron ese frío día de enero de 2009, también narra las secuelas reales. A bordo del avión viajaban 150 pasajeros y cinco tripulantes, y ninguno de ellos perdió la vida ni en el aire ni en el agua. Sin embargo, tal y como cuenta Sully, durante los días posteriores a lo que empezó a conocerse como el Milagro del Hudson el piloto, con un historial inmejorable, amplia experiencia y muchísima sangre fría ante una posible catástrofe, tuvo que defender en repetidas ocasiones sus decisiones frente al Consejo Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) de Estados Unidos.
Fue esta parte de la historia, la que el público desconoce, lo que llevó a Eastwood a encargarse del proyecto. "Cualquier persona que mantiene la calma cuando algo va mal, que puede resolver los problemas sin entrar en pánico, tiene un carácter superior y resulta interesante verla en una película. Aun así, yo creo que el conflicto real vino después, cuando el consejo de investigación cuestionó sus decisiones aunque hubiese salvado tantas vidas".
"Yo no soy piloto", afirma Hanks, "pero sé que no todo el mundo podría hacer un aterrizaje así. Se trata de un hombre muy pragmático que entendía la realidad de lo que había hecho y lo que eso significaba. Él nunca dirá que es un héroe, pero el hecho de saber con certeza que podría hacer ese aterrizaje fue algo heroico, y pagó el precio".
Pagó el precio durante el día, cuando el consejo de investigación los interrogaba a él y a su copiloto, Jeff Skiles, y durante la noche, cuando las pesadillas atormentaban a Sully con lo que podría haber pasado, con toda seguridad, si hubiese buscado un aeródromo. La película, basada en el libro Highest Duty de Sullenberger y el escritor Jeffrey Zaslow, también se centra en historia que no se contó, en los detalles que no aparecen en esas páginas.
"En el momento en que Sully empezó a relatarnos los detalles de lo que le había pasado después del suceso, me di cuenta de que esa era la verdadera base de la película", comenta el productor Allyn Stewart sobre sus conversaciones iniciales con Sullenberger. "Encontramos a un gran guionista, Todd Komarnicki, para adaptar el libro. Se le da muy bien meterse en la piel de un hombre normal, y esa es la esencia de Sully: él es el primero en decir que es una persona normal que hizo muy bien su trabajo".
"Sully es un hombre que trabajó durante toda su vida para hacer esta maniobra imposible para la que no sabía que se estaba preparando", opina Komarnicki. "Pero cuando lo conoces, después de pasar diez minutos con él lo entiendes. Piensas que claro que pudo hacerlo, y que nadie más habría podido. Sin embargo, la belleza de la película reside en que finalmente estamos contando la historia completa. ¿Una historia real que nadie conoce pero que todo el mundo cree conocer? Es un gran misterio que resolver en pantalla".
"Después de todo lo que sabía la gente sobre Sully y el aterrizaje, lo que le ocurrió tras volverse famoso es fascinante", cuenta el productor Frank Marshall. El planteamiento de Todd en cuanto al guion fue coger una historia que todo el mundo había escuchado, simplemente los elementos principales de ese día, y convertirla en una que nadie conocía, lo que le da al público la sensación real de haber estado allí".
Otra historia que poca gente conoce (una que el propio director puede haber olvidado hace mucho, pero que le conecta de forma increíble con el tema) salió a la luz cuando estaban trabajando en Sully. A los 21 años, cuando estaba en el ejército, Eastwood voló en un avión de la Marina, "un viaje gratis desde Seattle a Alameda", cuenta. "Había tormenta y empezamos a caer en Punta Reyes (California), en mitad del Pacífico, y de repente estaba en el agua, nadando unos cuantos kilómetros hacia la costa, pensando que con 21 años era muy joven para morir".
"Lo destacable es que Clint recuerda exactamente cómo fue el amerizaje, que la cola empezó a descender y tuvieron que salir rápido porque creyeron que se iba a hundir inmediatamente, así que empezaron a nadar", cuenta Tim Moore, productor y director de producción de Eastwood desde hace tiempo. "Aunque creo que no fue un factor decisivo a la hora de escoger esta película, sí me parece que las coincidencias le trajeron muchos recuerdos. Es interesante que este proyecto acabase llegando a él".
Aunque no compara su experiencia con la que vivieron los pasajeros y la tripulación del vuelo 1549, sí que le dio cierta perspectiva para preparar la dirección de la historia de Sully. "Supongo que si hubiera estado en una situación similar", opina Eastwood, "como piloto me habría arriesgado a hacer un amerizaje antes que ir a otro lugar en el que no hay pista de aterrizaje".
"Sully conocía esa zona", comenta el director. "Sabía dónde aterrizaban los helicópteros y dónde estaban los ferris, así que escogió el lugar exacto a donde podría llegar rápido la ayuda. No era como amerizar en mitad del océano; sabía que alguien los vería".
"Era la opción menos mala", afirma el propio capitán Sullenberger. Tras perder la propulsión de ambos motores del A320, se dio cuenta inmediatamente de que el río Hudson, que discurre entre Nueva Jersey y el lado oeste de Manhattan, era la mejor opción. "No había ningún otro sitio en el área metropolitana de Nueva York lo suficientemente largo, ancho o plano como para aterrizar un avión de pasajeros".
"Parte del contexto emocional de esta historia es que ocurrió en un momento en el que había una preocupación global por diversos motivos: los atentados del 11-S, las tropas en Oriente Medio, la crisis económica de 2008... La gente estaba asustada", cuenta volviendo la vista atrás, a su experiencia de hace solo siete años y medio, y poniendo las cosas en perspectiva. "Creo que el hecho de que esto pasase en Manhattan y que todos sobreviviésemos le dio esperanza a la gente, incluso a aquellas personas que no estaban relacionadas con el vuelo".
Los cineastas no solo intentaron acercarse al entorno real en el que sucedió rodando lo máximo posible en Nueva York, sino que también buscaron incluir en la película a un buen número de ciudadanos que estuvieron presentes aquel día. Esto significó, además de contactar con ellos por motivos de investigación para averiguar lo que recordaban, reunir a muchos de los que formaron parte del rescate para que recreasen sus esfuerzos delante de las cámaras. Rescatadores aéreos y marítimos, así como miembros de la Cruz Roja y voluntarios, volvieron a la "escena" para recrear sus propias heroicidades y reafirmaron lo que el propio Sullenberger manifestó en numerosas ocasiones: el resultado no fue positivo gracias a las acciones rápidas y firmes de una persona, sino a la fortaleza de muchas.
SULLY
¿Y si lo he hecho mal? ¿Qué pasa si
he puesto en peligro la vida de todos los pasajeros?
El capitán Chesley Sully Sullenberger que todo el mundo conoce empezó a volar con 14 años, "en cuanto fue lo suficientemente alto como para ver desde la cabina del avión", cuenta Tom Hanks. El joven piloto asistió luego a la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y pilotó aviones de combate durante cinco años, lo que le otorgó el rango de capitán, antes de ponerse a los mandos de un avión comercial. "La vida de un piloto profesional", continúa el actor. "Si las contase, creo que le saldrían unas 20.000 horas como persona a cargo del avión. Eso son muchos despegues y aterrizajes, muchas comprobaciones en los paneles para ver si falla algo y unos cuantos momentos peliagudos de vez en cuando durante toda tu carrera".
Eso sí, ninguno como aquellos 208 segundos que más tarde representarían la culminación de todas sus experiencias. Los pilotos trabajan mucho para prepararse para cualquier situación a la que se puedan enfrentar en el aire, y de repente Sully tuvo que enfrentarse al mayor reto de su carrera. "Una bandada de gansos se metió en los motores y ¡bum!, de repente estaba pilotando un avión sin fuerza con 155 pasajeros a bordo, él incluido. Por suerte contaba con esas 20.000 horas de experiencia", opina Hanks.
El papel de Sully fue algo que el siempre demandado Hanks no pudo rechazar, a pesar de que tuvo que posponer un bien merecido descanso. "A veces lees algo muy conmovedor y a la vez muy simple, una mezcla perfecta de comportamiento y proceder", confiesa. "Ahora bien, yo soy tan competitivo como cualquier otro actor, así que tuve claro que quería al menos tener la oportunidad, aunque llevo casi seis años trabajando sin parar. Estaba muy cansado, pero fue como un chute de adrenalina: este papel, Sully, el gran Clint Eastwood... Todo vino junto. Pensé que no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar en esta gran cita doble al final de una larga temporada".
Aunque nunca antes habían trabajado juntos, "Tom fue uno de los primeros actores en los que pensamos para el papel", afirma Eastwood. "Pero en ese momento estaba acabando de rodar una película y pensábamos que no podríamos contar con él. Aun así, leyó el guion y le gustó, así que sacó disponibilidad y fue increíble, es un gran profesional. Fue muy fácil trabajar con él".
"Sully tiene ese aspecto de ciudadano de a pie que creo que a Clint le recordó a Jimmy Stewart, y una vez tuvimos eso en mente pensamos que no había nadie así aparte de Tom Hanks", cuenta Stewart.
Los cineastas también valoraron lo que Hanks aportó al rodaje cuando las cámaras no estaban grabando. "Tiene un gran sentido del humor, así que lo hace divertido", afirma Eastwood. "A veces no estaba más que de pie esperando, empapándose por la lluvia, y aun así hacía reír al equipo".
A pesar del ambiente distendido en plató, Hanks admite que interpretar a una persona real "siempre intimida. Te dices a ti mismo que nunca vas a sonar como él ni te vas a parecer a él, pero que sí puedes imitar ciertos aspectos, captar parte de su personalidad, sus características, su seriedad, su encanto, sea quien sea. Luego te pones a trabajar".
El Sully real no tenía ninguna duda sobre la capacidad de Hanks. "Aparte de que estaban haciendo una película, dirigida por un narrador tan portentoso como Clint Eastwood, el hecho de que Tom Hanks me interpretase a mí... es el equipo perfecto", opina Sullenberger. "Sé que Tom es un actor que puede transformarse, pero la primera vez que vi una escena larga suya con el traje y con el pelo teñido fue alucinante".
De hecho, antes de comenzar el rodaje, la mujer de Sullenberger, Lorrie, estaba muy emocionada con la idea de verlos juntos. "La primera vez que vi a Tom fue muy raro. Luego, cuando a veces me quedaba mirando a mi marido, pensaba que tenía el pelo igual que Tom, y después me daba cuenta de que era Tom el que se parecía a Sully", comenta entre risas.
Además de parecerse físicamente a él, Hanks también tenía que recrear los momentos más complicados de la vida de Sully, no solo físicamente sino también internamente. El actor tenía que transmitir el vertiginoso proceso mental que le llevó a poder controlar la aparentemente incontrolable situación a la que se enfrentó, a pesar de que nunca se había formado para este suceso en particular aparte de en los debates teóricos de clase.
Aaron Eckhart acompañó en cabina a Hanks en el papel del copiloto Jeff Skiles. Eckhart afirma que el guion de Sully le afectó mucho. "Tenía una estructura increíble, porque el periodo entre el despegue y el choque contra los pájaros era de tan solo tres minutos y medio. ¿Cómo haces una película a partir de eso? Pero fue muy emotivo y consiguieron mantener la tensión a lo largo de la historia, demostrándole a la audiencia lo que pasaron estos dos hombres a los que el mundo consideró héroes. Creo que es una historia heroica que nos puede enseñar mucho".
Para preparar esas escenas que muestran los momentos críticos en el aire, Sullenberger les explicó su propio proceso de aquel momento. Sus primeros tres pensamientos, en apenas unos segundos, fueron de incredulidad, negación y comprensión. Les contó que esos pensamientos llevaron a tres acciones claras: se obligó a calmarse, estableció las prioridades y gestionó la carga de trabajo, no intentando hacer mucho sino haciendo lo que podían para resolver los problemas, uno por uno, en el poco tiempo que tenían. Hanks y Eckhart tenían que interiorizar los elementos intelectuales de esa progresión y luego mostrar exactamente cómo, tras aceptar lo que les estaba pasando, Sully y Skiles fueron capaces de aterrizar el avión.
Lo que quizá mucha gente no sepa, al igual que los actores antes del proyecto, es que Sully y Skiles, que trabajaron juntos como una máquina perfectamente engrasada, se conocieron unos días antes del vuelo, algo normal teniendo en cuenta que miles de pilotos cruzan el mundo en el mismo momento. Afortunadamente, su formación les permite comunicarse fácilmente y ayudar al otro cuando no hay tiempo para detalles.
Antes de empezar el rodaje, Eckhart también se puso en contacto con Skiles. "Hablamos durante un par de horas y me hizo muchas preguntas sobre mi profesión, no solo que por qué quería ser piloto sino también porque continué haciéndolo después de ese día", recuerda Skiles de la conversación.
"Jeff me dijo, en primer lugar y ante todo, que siempre tuvieron el control del avión; creyeron que podían hacer un buen aterrizaje, un aterrizaje controlado, en el Hudson", explica Eckhart. "También me habló de las secuelas que les dejó un momento tan traumático: estrés, insomnio, falta de apetito, nervios, todas esas cosas. Duraron dos o tres meses y recibieron terapia, y él todavía sigue pilotando a día de hoy; ahora es capitán".
Al igual que Hanks, Eckhart también fue capaz de imitar perfectamente a su personaje tanto físicamente como en su actitud. "Teníamos a dos tíos muy interesantes en la cabina cuando ocurrió todo", cuenta Marshall, que considera que tuvieron mucha suerte. "Sully es un hombre más reservado, calmado, y Jeff Skiles es muy divertido. Aaron le dio algo de alegría a lo que en la película vemos como una situación dramática. Es genial ver la dinámica entre los dos hombres a los que interpretan tan bien Tom y Aaron".
"Tom es un actor extraordinario", añade Eckhart. Tiene tanta experiencia que parece que le sale solo. Quiero pensar que trabajar con él tuvo un efecto positivo en mí; me encantaría aprender algunas de sus tácticas".
Para prepararse, ambos actores pasaron tiempo en simuladores de vuelo antes de rodar. "Practicamos tanto con el capitán Sullenberger como con el señor Eastwood", cuenta Eckhart, que explica que los actores finalmente le cogieron el tranquillo para rodar las escenas. "Los pilotos parecían muy relajados; ahí dentro se sienten como en casa, así que teníamos la responsabilidad de hacerlo bien. Practicamos mucho".
"Invitamos a Sully a participar siempre que estaba disponible", cuenta Eastwood. "No tuvo ningún problema en organizar los simuladores y a los pilotos para enseñar a Tom y a Aaron cómo funcionaría exactamente. Tuvieron que tragarse un buen curso, pero lo hicieron genial".
Aunque interpretar a una persona tan conocida en los medios de comunicación formaba parte del reto de Hanks, su verdadera preocupación era "demostrar el nivel de experiencia y conocimiento de Sully en cabina", reconoce. Las advertencias de Sullenberger no se pueden comparar con lo que Hanks sintió cuando tomó los mandos del simulador. "Él no paraba de decirme que ya vería cómo es pilotar cuando entrase en el simulador, y he de decir que fue una experiencia muy realista. Te sientes igual que si estuvieses en un avión, no hace falta tener imaginación porque la física (la inclinación, el movimiento) es increíble.
Los dos actores descubrieron durante su entrenamiento que Skiles se había encargado del despegue ese día, ya que los copilotos tienen que sumar un número determinado de despegues para poder ascender a capitanes. Tal y como ocurre en la película, Sullenberger tomó los mandos tras el choque con los pájaros porque contaba con más experiencia.
Eastwood no solo observó las simulaciones, sino que grabó a los actores para que pudiesen verse y aprender de sus turnos. "Por suerte teníamos el plano del avión, sabíamos lo que teníamos que hacer y los botones que teníamos que pulsar, y trabajamos mucho en eso", explica Hanks. Fue un día divertido, pero también te quedas con esa experiencia de estar en una atmósfera real, y te das cuenta de que todo ocurrió en un periodo muy breve y de todas las decisiones y sentimientos que experimentaron Sully y Skiles. Al final, para encarnarlos bien, Aaron y yo estábamos decididos a hacer que pareciese que sabíamos lo que hacíamos".
SULLY
Quiero que sepas que lo he hecho lo mejor que he podido.
LORRIE
Claro que lo has hecho. Has salvado a todo el mundo.
Casi inmediatamente después de asegurarse de que cada uno de los pasajeros está a salvo, vemos que Sully saca el móvil para llamar a su mujer, que está en California. Ella todavía no se ha enterado del accidente, y se pone nerviosa aunque su marido le asegure que está bien. Enciende la televisión y ve una de las muchas noticias que hablarán de él a partir de ese momento.
Escogieron a Laura Linney para interpretar el papel clave de Lorrie Sullenberger incluso antes de que ella hubiese leído el guion. Linney ya había trabajado con Eastwood, primero cuando la dirigió en la película Poder Absoluto, en la que interpretaba a su hija, y luego en Mystic River, y le encantó volver a trabajar con él.
"Cuando una persona tan maravillosa como Clint Eastwood te pide formar parte de algo, ni te lo piensas", cuenta la actriz. "Sabes que va a ser una experiencia genial, un proyecto interesante, que vas a estar rodeada de gente fantástica y a trabajar con un equipo que está muy bien compenetrado y que se porta muy bien contigo cuando estás rodando. Clint crea, de forma tranquila y elegante, una atmósfera en la que es un placer trabajar, simplemente el paraíso. ¡Trabajaría como extra para él el resto de mi vida y estaría encantada!".
Lorrie Sullenberger no tenía más que buenas palabras para los actores. "Laura es una actriz muy profesional y me emocioné mucho cuando me lo contaron. Antes de saber que sería ella, Sully y yo jugábamos a imaginarnos quién nos interpretaría. Ahora creo que solo ella podría haberlo hecho".
A Linney le impresionó la capacidad de Lorrie para afrontar, a nivel emocional, todo lo que le estaba pasando a su marido a más de 4000 km de distancia y a la vez tratar con la horda de periodistas que se instaló en su jardín.
"Estaba en todas las noticias y sus vidas cambiaron de repente, aunque a ella también la mantuvieron apartada", opina Linney. "Solo podía comunicarse con él por teléfono, y es muy difícil de imaginar el hecho de saber que tu marido ha vivido una experiencia tan traumática y que no lo puedes ver durante varios días. Oye su voz y lo ve en la televisión, pero nada más".
En la película, el Consejo Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) acapara todo el tiempo de Sully tras el accidente. En la vida real, las audiencias con el NTSB no se realizaron hasta 18 meses después; los cineastas se tomaron algunas libertades para poder condensar los sucesos y presentar la historia completa en la película.
Fue una decisión con la que Hanks estuvo de acuerdo. "Creo que son los mejores momentos del personaje y de la película", cuenta el actor. "Fue lo que más me gustó interpretar, porque las expectativas eran muy altas durante el proceso".
Hanks también tuvo la suerte de contar con la perspectiva única de Sullenberger sobre lo diferentes que pueden ser las audiencias, ya que el capitán también estuvo a cargo de algunas investigaciones y, por tanto, ha estado en ambos lados del estrado. "El propio Sully me dijo que al otro lado de la mesa había buenas personas", recuerda Hanks. "Él sabe lo que están haciendo y que puede que no tengan toda la información, pero hay un avión muy caro en medio del río y necesitan saber exactamente lo que ha pasado".
El equipo del NTSB en la película está formado por Mike O'Malley como el investigador principal, Charles Porter; Jamey Sheridan como Ben Edwards y Anna Gunn como Elizabeth Davis. De parte de Sully y Skiles están Holt McCallany, que interpreta al representante sindical Mike Cleary, y Chris Bauer en el papel de Larry Rooney, de US Airways.
Las actrices Jane Gabbert, Ann Cusack y Molly Hagan interpretan a las azafatas que viajaban ese día en el avión (Shiela Dail, Donna Dent y Doreen Welsh, respectivamente). Por último, Patch Darragh da vida a Patrick Harten, el controlador aéreo que recibió la llamada de socorro de Sully e intentó encontrar una pista cercana en la que pudiese aterrizar el avión.
Sully no solo nos muestra los aterradores momentos que pasaron todos los que iban en el avión, sino también las tareas de rescate que se llevaron a cabo de inmediato para sacar a los pasajeros de las gélidas aguas. De hecho, el equipo de Eastwood intentó que el máximo número posible de personas que ayudaron ese día participasen en la película. Entre ellos se encontraba el capitán Vincent Peter Lombardi, que dirigió el ferri Thomas Jefferson y se interpreta a sí mismo llevando de nuevo el barco hacia el avión hundido.
El oficial Michael Delaney y el detective Robert Rodriguez, ambos miembros de la Unidad de Rescate Aérea y Marítima SCUBA de Floyd Bennet Field (Brooklyn), parte de la Policía de Nueva York, también participaron en la película. Delaney, a quien interpreta el actor Jerry Ferrara, colaboró con el trabajo de los dobles, al igual que Rodriguez. Durante la producción, estos valientes buzos recalcaron que, aunque saltan de helicópteros como parte de su trabajo, hacerlo en una película sin la adrenalina que provoca una emergencia real les pareció una locura. Además, de todos los miembros y voluntarios de la Cruz Roja que estuvieron ese día distribuyendo mantas y ropa seca (lo más demandado eran calcetines), unos doce representaron sus tareas en la película, incluido Chris Mercado, el director local de la sección Greater New York Chapter.
Algunos reporteros de la zona de Nueva York, como Randall Pinkston, Bobby Cuza y Kristine Johnson, también hacen de sí mismos en la película, y el capitán Larry Guthrie, las capitanas Lucy Young y Lori Cline y el primer oficial Jon Witten, todos ellos pilotos en la vida real, aparecen como los operadores del simulador de vuelo.
CHARLES PORTER
Nuestro trabajo es investigar cómo ha acabado
un avión en el río Hudson.
JEFF SKILES
Sobre el Hudson.
Los exteriores de Sully se rodaron principalmente en la ciudad de Nueva York. ¿Qué mejor sitio para recrear los sucesos de ese día que al lado del Hudson y en los muelles de alrededor, que tanto ayudaron a la gente en ese momento?
Para llevar la película del guion a la pantalla, Eastwood trabajó con sus colaboradores creativos habituales: el director de fotografía Tom Stern, el diseñador de producción James J. Murakami, la diseñadora de vestuario Deborah Hopper y el editor Blu Murray. Utilizando las cámaras ARRI ALEXA 65 de IMAX adaptadas siempre que era posible y cámaras RED para la segunda unidad y el trabajo aéreo, el rodaje comenzó a principios de otoño de 2015 en un hangar de Kearny (Nueva Jersey), en el que los buzos de la Policía de Nueva York de la película saltan al interior de un helicóptero tras recibir una llamada de emergencia.
Los siguientes días se grabaron las reacciones de la gente al aterrizaje imaginario en el puente George Washington del Upper West Side, en el Time Warner Center y en Columbus Circle. El muelle 81, cercano al buque Intrepid, fue la base de operaciones para el trabajo del ferry, y la producción utilizó ferris Waterway de Nueva York iguales a los que acudieron aquel día.
Una escena en la que Sully cruza el aeropuerto para coger el desafortunado vuelo se rodó en la terminal de US Airways del aeropuerto LaGuardia, y otra en la que él y Skiles pasean por la ciudad se grabó en la Quinta Avenida, entre las calles 55 y 57. El último día de rodaje en Nueva York llevó al equipo de producción por toda la ciudad mientras Sully intenta despejar su mente haciendo footing, empezando en East River y acabando en Times Square a las 2:00 a.m.
"Nueva York en realidad es un conjunto de pequeñas ciudades, así que a medida que vas caminando pasas de una a otra", explica Hanks. "Parecía que todo el mundo sabía que estábamos haciendo esta película que es, en muchos sentidos, una historia neoyorkina por excelencia. Sin duda había un ambiente de buena voluntad, y como yo llevaba el pelo blanco no te imaginas cuántas personas me saludaban con un '¡Hola, Sully!', ¡Así se hace! y 'El hombre del Milagro del Hudson. Todo el mundo sintió que formaba parte de esto y es muy gratificante".
Aparte de los neoyorkinos, contar con la cooperación de algunas entidades necesarias no fue siempre fácil. "NY Waterways era imprescindible para nosotros porque tuvieron unos nueve ferris alrededor del avión en 2009", cuenta Tim Moore. "Pero con su negocio, el hecho de que estuviésemos allí en la época más ajetreada del año, que el Papa estuviese en Nueva York y que las Naciones Unidas se reuniesen con los dignatarios extranjeros de prácticamente todos los países del mundo... Desde el punto de vista logístico fue bastante difícil, pero por suerte vinieron y nos ayudaron mucho".
El tiempo no cooperó tanto durante su estancia en la ciudad. Sin embargo, la parte positiva es que, según explica Moore, "nos dio el aspecto que buscaba Clint".
Ya fuera de Nueva York, varias escenas se rodaron en diferentes puntos de Atlanta (Georgia, EE.UU.). El edificio Healy y el JW Marriott - Buckhead sirvieron para las escenas exteriores e interiores del hotel Alex en el que se quedaron Sully y Skiles; el Atlanta Center for Medical Research se utilizó para representar el hospital St. Luke y el pub Meehan's Public House sustituyó al Landmark Tavern, donde Sully para a tomar algo.
También se rodaron escenas en la habitación de hotel de Sully en el Courtyard Atlanta en Norcross, en una casa privada en Alpharetta que representó la casa de Sully y Lorrie, en el aeródromo Peach State Aerodome en Williamson para recrear las escenas en una pista de aterrizaje de un aeródromo de Texas, y una zona del Gwinnett Technical College de Lawrenceville para crear diferentes interiores, incluida la habitación y la oficina de control aéreo y la sala de audiencias del NTSB.
El equipo viajó desde el sur del país hasta el sur de California, en particular a los estudios de Warner Bros. y de Universal.
La cabina del avión A320 se recreó en el plató 19 de Warner Bros. y el escenario se apoyó en un mecanismo de suspensión, pero como no hay muchos tanques de agua disponibles en Hollywood en los que quepa un avión de 42 metros, los cineastas acudieron al vecino Falls Lake en Universal Studios. No solo había espacio para el Airbus, sino que además pudieron construir un par de estructuras para que los ferris coincidiesen con las escenas rodadas en Nueva York, a las que luego añadiría el avión el supervisor de efectos visuales Michael Owens.
El avión estuvo inclinado durante el tiempo en que estuvo en la superficie del Hudson, con la parte trasera de la cabina medio sumergida. Para inclinar el avión hacia delante, hacia atrás y a los lados el equipo utilizó un mecanismo de suspensión de 350 toneladas, mucho mayor que el que utilizaron solo para la cabina. Este mecanismo también les permitió subir y bajar el avión para reproducir el lento hundimiento a medida que los pasajeros abandonan la cabina. Cuando los primeros pasajeros llegan a las alas están relativamente secas; en el momento en que los rescatan, el agua les llega ya a las rodillas.
Después del suceso, American Airlines adquirió US Airways. La compañía, en palabras de Stewart, "nos ayudó mucho a la hora de reunir todas las partes que necesitábamos. Les gustó participar en la película porque es un recuerdo increíble para cualquier persona de ese mundo. Este fue un suceso extraordinario, y positivo, en la historia de la aviación".
Así como resultaba crucial que el avión y los hechos de aquel 15 de enero de 2009 pareciesen reales en la película, era igual de necesario que los actores y extras también lo pareciesen. La diseñadora de vestuario Deborah Hopper, que ha trabajado con Eastwood en más de 20 películas durante toda su carrera, sabe que el director busca el realismo en sus producciones, y se aseguró de mantenerse fiel a la realidad en el vestuario que vemos en la película. Como parte de la búsqueda necesaria en un proyecto como este, revisó numerosas noticias y todos los medios de comunicación que pudo encontrar para encontrar el aspecto del vestuario de los pasajeros y de los equipos de rescate.
"Naturalmente, los uniformes de Sully y Skiles son auténticos, exactamente los mismos que los que llevaban los pilotos de US Airlines en aquel momento", explica. "Después del aterrizaje ninguno de ellos tenía ropa seca, así que las autoridades a cargo de la investigación les dieron ropa de deporte para cambiarse, y nosotros la reprodujimos en la película".
Para momentos posteriores de la historia en los que se cuenta la investigación tras el suceso, Hopper hizo para Hanks un traje inspirado en su búsqueda. "Había visto imágenes de Sully cuando estuvo en Washington para las audiencias y llevaba un traje de raya diplomática azul marino, así que hicimos uno para Tom", recuerda.
Hubo un aspecto en particular relacionado con la inmersión en el agua de los actores que supuso todo un reto para Hopper y su equipo. "Teníamos que contar con muchas prendas diferentes para reflejar los cambios en el nivel de agua y mantener a la gente lo más cómoda posible a la vez que manteníamos el aspecto de la ropa. Para Tom teníamos al menos seis prendas de todo: seis camisas de uniforme, seis pantalones de uniforme, además de trajes de neopreno para que los llevase por debajo cuando trabajaba en el agua".
SULLY
Llevo 40 años volando, pero al final
me van a juzgar por 208 segundos.
Con temas como la esperanza, la valentía y la resiliencia intercalados en la historia de Sully, Eastwood quería que la banda sonora de la película reflejase lo que vivieron los pasajeros y la tripulación del vuelo 1549, además de hacer que el público siguiese sumergido en la experiencia cinematográfica cuando hubiese abandonado la sala. Con Christian Jacob y The Tierney Sutton Band componiendo la banda sonora, Eastwood escribió, junto con Tierney Sutton y J.B. Eckl, la canción "Flying Home (Theme from Sully)", interpretado por The Tierney Sutton Band. La canción es el acompañamiento adecuado para un colofón emocional en el que los Sully y Lorrie Sullenberger reales, así como más de 50 supervivientes, se reúnen en el Carolinas Aviation Museum de Charlotte (Carolina del Norte), en el que está expuesto el avión como símbolo de las heroicas tareas que se llevaron a cabo ese día.
"Si eres bombero, policía, soldado o piloto, se espera que seas un héroe en algún momento", opina Hanks. "Para mí, un héroe es alguien que piensa y actúa más allá de sí mismo para hacer lo correcto por otras personas. Sully sin duda lo fue, simplemente haciendo su trabajo, sabiendo que podía hacer ese aterrizaje. No tuvo tiempo para asustarse. Contó con apenas unos segundos para procesar una cantidad gigantesca de información, tanto teórica como de su propia experiencia, y demostró que estaba preparado para cualquier cosa".
El modesto hombre que estuvo a los mandos el 15 de enero de 2009 prefiere reconocer el esfuerzo de todos los que participaron en lugar de ser ovacionado, y se alegra de que ese reconocimiento se refleje en la película. "La gente se reunió por iniciativa propia e hizo su trabajo increíblemente bien, y eso es lo que nos salvó la vida", afirma el capitán Sullenberger. "Creo que por eso recordaremos siempre ese día y ese vuelo. Tenemos mucho que agradecer y mucho que celebrar".
"Por suerte esta película muestra el buen resultado que puede surgir de una mala situación", opina Eastwood. "Que cuando pasa algo, hay gente ahí como el capitán Sullenberger que lo arriesgará todo, su tiempo, su esfuerzo y hasta su vida, por otros. La película se llama Sully, pero en realidad trata sobre lo mejor que hay en cada uno de nosotros".
El 15 de enero de 2009,
más de 1200 miembros del personal de primera intervención
y 7 ferris con espacio para 130 viajeros
rescataron a los pasajeros y a la tripulación del vuelo 1549.
Lo mejor de Nueva York trabajó codo con codo.
Les llevó 24 minutos.