En MISTRESS AMERICA, Tracy (Lola Kirke) es una solitaria estudiante universitaria de primer año que vive en Nueva York y que no está teniendo la divertida experiencia universitaria ni el glamuroso estilo de vida cosmopolita que imaginaba. Sin embargo, cuando es acogida por la que pronto será su hermanastra, Brooke (Greta Gerwig), vecina de Times Square, una socialite aventurera, se siente rescatada de su frustración y seducida por las tentadoras locas ideas de Brooke.
Una estudiante novata de Nueva York recibe un curso intensivo en la vida de la ciudad cuando hace amistad con su seductora futura hermanastra en MISTRESS AMERICA, una alocada comedia de los cineastas Noah Baumbach y Greta Gerwig.
Para Tracy (Lola Kirke) su primer semestre universitario en Manhattan está siendo una gran decepción. Las clases son aburridas, su compañera de habitación se comporta de forma hostil con ella, y el chico por el que está colada, Tony (Matthew Shear), tiene una novia obsesivamente celosa, Nicolette (Jasmine Cephas-Jones). Rechazada por la sociedad literaria a la que anhela unirse, esta aspirante a escritora establece contacto con Brooke (Greta Gerwig), hija casi treintañera del novio de su madre, y todo cambia de un día para otro.
Brooke le presenta a Tracy un lado de Nueva York con el que ella ha venido soñando desde hace mucho tiempo. Embelesada por el pinturesco (aunque ilegal) apartamento de Brooke, mezcla de bistrot a punto de abrir, salón de belleza, centro comunitario y de un interminable discurrir de joviales sinsentidos, Tracy se ve arrastrada rápidamente a una sucesión de aventuras organizadas por la que pronto será su hermana.
Sin embargo, cuando uno de los principales sostenes del restaurante lo abandona, la vida de Brooks, supuestamente encantada, empieza a desenredarse. Con Tracy, Tony y Nicolette a remolque, Brooke empieza su camino para hacer frente a la persona que le debe más cosas que nadie: su antigua "amiga para siempre" Mamie Claire (Heather Lind), que le robó su mejor idea y también a su adinerado novio, (Michael Chernus), por no mencionar los dos gatos de Brooke. En la mansión de Connecticut de la pareja, un grotesco y, a la vez, conmovedor encuentro revela la improbable verdad de esta comedia de modernos ademanes y maneras.