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  Land of mine. Bajo la arena  (Under sandet)
  Dirigida por Martin Zandvliet
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LAND OF MINE. BAJO LA ARENA, inspirada en hechos reales, descubre una historia muy poco conocida y polémica de uno de los momentos más trágicos durante la Segunda Guerra Mundial en Dinamarca. Martin Zandvliet, es el guionista y director de una película narrada con conmovedora tensión, y con algunas escenas que la prensa especializada compara con "En Tierra Hostil".

LAND OF MINE. BAJO LA ARENA tuvo su presentación mundial en el Festival de Toronto y continuó su periplo de festivales por Londres, Roma, Dubái, Tokio (Premio al Mejor Actor para Roland Møller y Louis Hofmann) y Sundance. En el prestigioso Festival de Rotterdam ganó el Premio del Jurado Joven y el Premio del Público y en nuestro país se presentó en el Festival de Gijón donde ganó el Premio del Público a la Mejor Película de la Sección Oficial.

En Dinamarca el film logró 6 PREMIOS ROBERT (los galardones equivalentes a los Premios Goya): Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Fotografía, Mejor Montaje y el Premio del Público.


La investigación detrás del film
La Convención de Ginebra de 1929 prohibía que los prisioneros de guerra desempeñaran trabajos forzados o de naturaleza peligrosa. Sin embargo, existen evidencias de que mandos británicos o daneses cambiaron deliberadamente la expresión del texto “prisioneros de guerra” por la de “personal enemigo rendido voluntariamente” con miras a soslayar las normas de la convención. Muchos de los soldados alemanes a los que se les ordenó desactivar más de dos millones de minas repartidas por toda la costa danesa eran meros muchachos entre quince y dieciocho años de edad.

Hasta hoy, los hechos relativos a la desactivación y retirada de minas en las playas danesas se considera un tabú en la historia de Dinamarca. Aquel proceso, que duró cinco meses, significó la pérdida de más vidas que en toda la ocupación alemana del país.

La idea de usar prisioneros de guerra alemanes para desempañar aquella peligrosa labor provino del mando británico, pero fue llevada a término sin objeción alguna por la administración danesa. La Brigada Danesa se encargó de supervisar y administrar la operación.

Hechos históricos:

· De 1942 a 1944, la Alemania nazi levantó el llamado Muro Atlántico en previsión de una invasión aliada desde Gran Bretaña, un extenso sistema de defensa y fortificaciones costeras a lo largo de las costas de la Europa continental y Escandinavia. Se plantaron minas terrestres a lo largo de una gran franja de la costa occidental de Dinamarca.

· Tras la capitulación de la Alemania nazi, las fuerzas de liberación británicas ofrecieron al gobierno danés la oportunidad de reclutar a los prisioneros de guerra alemanes para la desactivación de las minas a lo largo de la línea de costa occidental danesa.

· Los prisioneros de guerra alemanes no recibieron ni instrucción ni equipo para esa labor, y muchos pertenecían a la llamada Volkssturm, una milicia nacional creada por Hitler hacia el final de la guerra para reclutar a aquéllos que todavía no servían en las filas del ejército alemán. Muchos eran muy jóvenes o ya viejos. Los más jóvenes tenían trece años.

· Obligar a los alemanes prisioneros de guerra a desactivar minas era una violación de la Convención de 1929 en lo concerniente al Trato de los Prisioneros de Guerra, antes de los Convenios de Ginebra de 1949. Al denominar a los prisioneros de guerra alemanes “personal enemigo rendido voluntariamente”, los mandos británico y danés soslayaron las normas de la Convención.

· El trabajo comenzó el sábado, 5 de mayo de 1945, y se terminó el jueves, 4 de octubre de aquel mismo año.

· De acuerdo con el historiador Thomas Tram Pedersen, la cantidad exacta de fallecidos no se sabrá nunca debido al caos de los primeros meses de paz. Existen discrepancias entre los registros daneses y alemanes.

· Se estima que se obligó a trabajar a unos 2.600 hombres.

· La mitad de ellos murieron o resultaron heridos.

· Se quitaron 1.402.000 minas desde el 11 de mayo al 4 de octubre de 1945, de acuerdo con documentos militares.

· La relación entre los prisioneros de guerra alemanes y la población local era mala, el precio por cinco años de ocupación bajo yugo nazi. No había alojamientos adecuados y el alimento era permanentemente escaso.

· En 64 países de todo el mundo, se estima que todavía hay unos 110 millones de minas terrestres localizadas en el terreno sin detonar.

· Desde 1975, las minas terrestres han matado o mutilado a más de un millón de personas.

· De promedio, diez personas mueren a diario debido al estallido de minas terrestres.

· Incluso con preparación, los expertos en eliminación de minas calculan que por cada cinco mil minas eliminadas, un experto morirá y dos más resultarán heridos por estallidos fortuitos.

· El único modo de desactivar una mina terrestre pasa por la extracción individual con un coste por mina entre 300 y 1000 dólares, según las Naciones Unidas.


Acerca de la producción
"Nos centramos en dos vías prácticas a lo largo del desarrollo de todo el armazón de la producción. Queríamos asegurarnos de que la película se pudiera realizar de un modo creíble pero al tiempo evitando la mayoría de los aspectos engorrosos de las producciones de films de época. Esto fue algo a lo que dimos mucha importancia desde un principio. Nuestro modo de abordarlo fue usando el mínimo de localizaciones posible, así evitábamos grandes retos en lo que concierne al marco histórico" –explica el productor Mikael Rieks.

Los productores trabajaron con el campo Oksbøl (OTAN), bajo mando de las fuerzas armadas danesas, donde tuvieron lugar los hechos históricamente. “Todos estuvieron de acuerdo y con actitud positiva acerca del proyecto. Desde el principio, no tuvimos sino un magnífico respaldo para el relato” –comenta Mikael Rieks acerca de su colaboración con el Real Ejército Danés. En la exhaustiva investigación de la historia de la costa occidental de Dinamarca, los encargados de las localizaciones sólo dieron con una pocas posibles en una zona con muy pocas casas de veraneo y sin reservas naturales. A este reto se sumaba el hecho de que las playas de la costa oeste están infestadas de viejos y ruinosos búnkeres y fortines alemanes, la mayoría colapsados o medio sumergidos.

Por otro lado, los productores hablaron con varios sellos europeos dedicados a la eliminación de minas. Recientemente, se ha llevado a cabo en la península de Skallingen un completo barrido de minas a cargo de una compañía danesa, la cual ha resultado ser de gran ayuda en la creación de réplicas de minas así como en el suministro de mucho equipo técnico y militar de la época como dragaminas, camiones militares, y jeeps.

Los efectos visuales han sido una combinación de efectos especiales y de imágenes generadas por ordenador, lo que ha exigido mucha preparación, también en las localizaciones: las explosiones y las escenas peligrosas fueron visualizadas totalmente en storyboards para asegurar que el equipo tomaba las decisiones correctas. El hecho de que la producción estuviera trabajando a partir del campo de Oksbøl era una ventaja a este respecto. Gracias a tener acceso a expertos militares en explosivos y minas, junto con los logros del equipo de efectos visuales, los coordinadores de especialistas, y los asesores de imágenes generadas por ordenador, Land of Mine. Bajo la Arena transmite una sensación natural y auténtica.

El idioma es el alemán durante una buena parte del film. Esto era un extremo complicado en relación con muchas facetas de la producción. Sonido y montaje eran dos de esas facetas. El director Martin Zandvliet tomó lecciones de alemán todas las semanas durante la preproducción. Un instructor de voz supervisó el diálogo en alemán, pero también los dialectos de los muchachos. “Era importante para la historia que esos jóvenes no provinieran de la misma región alemana. Era particularmente importante las diferencias dialectales de Sebastian y Helmut, quienes por cierto provenían de Hamburgo pero hablaban de modo muy distinto, ya que uno era de familia rica y el otro de clase obrera” –explica el productor alemán Malte Grunert.

La película se rodó en seis semanas. Para la mayoría del rodaje, la historia se captó cámara al hombro con estabilizador óptico.


Declaraciones del director
Mi intención era relatar una historia basada en un tema histórico que resulta más bien vergonzoso para Dinamarca. Hasta ahora, la mayoría de los historiadores han evitado la cuestión, quizá comprensiblemente.

No culpo ni señalo a nadie; simplemente se hacía interesante realizar una película que no siempre mirara a los alemanes como si fueran monstruos. Es la historia de un camión militar cargado de jóvenes alemanes que se sacrificaron en el contexto de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, finalmente, es tan sólo una película sobre humanos. Te lleva de viaje desde el odio al perdón. Quería crear una historia relevante y dejar que el público experimentase el poder del miedo, la esperanza, los sueños, la amistad y la lucha por la supervivencia a través de este puñado de personajes.

La oferta de los británicos para que los prisioneros alemanes eliminaran las minas dejó al gobierno danés en un dilema político. Declinar la oferta habría sido una decisión del todo impopular tanto a los ojos de la ciudadanía danesa como a los de las naciones aliadas circundantes. Dinamarca como nación todavía tenía en cierto modo mala reputación tras la contienda. Y los británicos eran los héroes inmaculados, los liberadores de Dinamarca. Sin embargo, consentir en obligar a los prisioneros alemanes a eliminar minas la costa del país podría considerarse un crimen de guerra cometido por Dinamarca.

Quería que este drama realista se enmarcara en un universo turbado por esos rudos búnkeres de hormigón y las detonaciones diarias de las minas. El verano, la arena, las dunas, el tiempo tibio, y el agua eran un recuerdo constante de la vida idílica que una vez hubo, y de la vida que una vez más surgía de las cenizas. Esos elementos, junto con los millares de minas, las explosiones, la muerte y la tristeza, nos tienen atrapados en las consecuencias de la guerra.

Mi esposa, la directora de fotografía Camilla Hjelm Knudsen, que rodó la película, y yo nos dejamos influir considerablemente por el aspecto de las películas de los años sesenta. Se trataba de crear la mezcla idónea de poesía y oscuridad. El marco debía ser tan bello como fuera posible para hacer frente al horror que al tiempo vemos desplegarse en la pantalla.

La mayoría de la película tiene lugar a la luz del día en contraste con la oscuridad que se muestra a través de nuestros personajes. Me inspiro en gente como David y Albert Maysles. El modo en que los hermanos Maysles ruedan sus temas resulta tan vulnerable y sensual que se hace inevitable sentir la presencia de sus personajes. Que ocurra eso es bello y raro. El análisis intelectual nunca se nota. Eso sólo tiene lugar cuando estás del todo compenetrado con los seres humanos que estás viendo y con la sensación de la escena.

La idea estaba en crear una sensación de vida. No se trataba de que quisiera que la cámara llamara la atención sobre sí misma, quería que el público pudiera seguir a los actores constantemente. Los personajes siempre me han interesado más que el argumento.

Fuimos lo suficientemente afortunados como para disponer de unos directores de reparto maravillosos que nos ayudaron a evitar el ‘look del actor'. Hicimos el reparto de todos los chicos para todos los papeles. Nadie sabía qué papel tenía ni para qué se le había seleccionado. Elegí los que me parecieron más naturales para los papeles. Estos chicos eran actores noveles, amateurs si se quiere. Lo mejor de esto es que los puedes modelar y moldear para lo que necesitas, crear sus interpretaciones acorde con lo que buscas. Ése fue incluso el caso para el papel protagonista masculino, pues era el primer papel como tal de Roland en un largo.

Hay el acuerdo tácito entre los realizadores de que la gente debe ser bella, en el sentido de una belleza sin defectos. Pero siempre he creído que cada ser humano es extraordinariamente interesante una vez que puedes conocer su historia. Está bien conocer el desasosiego de alguien, ver sus cicatrices y sentir sus demonios. No buscaba simplemente desplegar un montón de fealdad, pero pienso que la fealdad nos habla más acerca de quiénes somos como humanos que cualquier otra cosa.

Es una película muy humana que no sólo explora la belleza de la oscuridad sino que también trata de desvelar quiénes eran esos jóvenes alemanes. Compartimos sus esperanzas y rogamos por que continúen vivos a través de la pesadilla. Debemos creer que una vez más pueden ser seres humanos aunque desaprobemos el régimen violento del que ellos eran parte. En cierto sentido, formulamos la pregunta “¿Llega a ser posible mostrar simpatía por individuos que representan el horror del régimen nazi?”

Se dice que un gran drama depende mucho de la magnitud del tipo malo. En lo que a mí respecta, por tanto, el auténtico responsable de la película y del odio es el hombre que les llevó a sus muertes. Junto a los chicos, por tanto, seguimos a su guardián, el sargento Carl. Para Carl, los monstruos se transforman en seres humanos.

Para mí, Land of Mine. Bajo la Arena narra una historia importante, humana, una mayoritariamente desconocida para la mayoría de daneses. Ha sido ocultada, convenientemente olvidada, reprimida. Es una película sobre venganza y perdón, acerca de un grupo de muchachos obligados a pagar en nombre de toda una nación.