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  Mi amigo el gigante  (The BFG)
  Dirigida por Steven Spielberg
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Película de aventuras y fantasía Mi amigo el gigante, la primera adaptación cinematográfica de este cuento infantil de Roald Dahl, acerca de la magia de los sueños y la extraordinaria amistad entre una niña y un gran gigante amigable. Dirigida por el tres veces nominado al Premio de la Academia Steven Spielberg, la película vuelve a juntar al director con su colaboradora de E.T. El extraterrestre, también nominada al Oscar, Melissa Mathison, que adaptó esta aventura atemporal para la gran pantalla. Mi amigo el gigante está producida por Spielberg, Frank Marshall y Sam Mercer, y cuenta con Kathleen Kennedy, John Madden, Kristie Macosko Krieger y Michael Siegel como productores ejecutivos.

La película está protagonizada por el actor ganador de tres Premios Tony, dos Premios Olivier y el Oscar, Mark Rylance, como el amigable gigante; Ruby Barnhill como Sofía, la huérfana que se convierte en su amiga y entra en un mundo de irascibles gigantes; Penelope Wilton como la Reina de Inglaterra; Jemaine Clement como Zampamofletes, el gigante más fiero del País de los Gigantes; Rebecca Hall como Mary, la doncella de la Reina de Inglaterra; Rafe Spall como el señor Tibbs, el mayordomo de la Reina, y Bill Hader como Bebesangres, otro feroz gigante del País de los Gigantes.

El equipo creativo está compuesto por algunos de los colaboradores de toda la vida de Steven Spielberg, entre ellos encontramos al director de fotografía ganador de dos Oscars Janusz Kaminski, el diseñador de producción ganador de dos Oscars Rick Carter, el editor ganador de tres Oscars Michael Kahn, ACE y la diseñadora de vestuario nominada al Oscar Joanna Johnston. Además de la colaboración del legendario compositor ganador de cinco Oscars John Williams que, con esta película, suma 24 partituras para películas dirigidas por Spielberg.

Junto a ellos están el ganador de dos Oscars Robert Stromberg como diseñador de producción y el ganador de cuatro Oscars Joe Letteri de Weta Digital, la compañía de efectos visuales fundada por Peter Jackson, como supervisor jefe de efectos visuales.


Comienza la aventura
Durante más de 40 años, Steven Spielberg ha compartido sus historias con públicos en todo el mundo, introduciendo un gran abanico de personajes extraordinarios a la cultura y llevando a generaciones a mundos que son a la vez fascinantes, aterradores, encantadores y reales. El cuento de Roald Dahl sobre la amistad entre una niña y un misterioso gigante parecía estar en perfecta sintonía con la obra del director y, aunque Sofía y su amigo el gigante parecían destinados a encontrar su camino hacia el mundo de Spielberg, pasarían décadas entre la publicación del libro y el comienzo de esta aventura.

El Gran Gigante Bonachón se publicó por primera vez en 1982, el mismo año que la historia de Spielberg sobre una amistad inusual y transformadora, E.T. El extraterrestre, capturó los corazones y la imaginación de niños y adultos. El autor británico es uno de los narradores más creativos, traviesos y exitosos del mundo, es alguien que entiende la vida interior de los niños y tiene talento para crear personajes con los que se pueden identificar los niños e historias que les enganchan.

Su habilidad para combinar lo fantástico con lo aterrador y situar a los niños como héroes en sus innovadoras historias y a los adultos como villanos no tiene parangón en el mundo literario. Mientras que las historias de Dahl aceptan que la vida puede ser difícil y a veces aterradora, que hay cosas buenas y malas, nunca es condescendiente con sus lectores.

El productor Frank Marshall (Jurassic World y las películas de la franquicia Bourne) comenta: "las historias de Dahl nos son fantasías edulcoradas. Tienen mucho humor, pero también tienen un lado oscuro. Anda en el límite. Dan un poco de miedo, y creo que eso es lo que atrae a la gente".

Spielberg está de acuerdo, afirma: "era muy valiente por su parte introducir esa combinación de oscuridad y luz". El poder dar un poco de miedo y esperanza al mismo tiempo, y enseñar una lección, una lección duradera, a todos es una cosa maravillosa que ha logrado Dahl, y fue una de las cosas que me atrajeron para dirigir este libro de Dahl".

El gran gigante bonachón es la historia de dos almas solitarias que, al encontrarse, crean su propio hogar en el mundo, algo que es muy común en la obra de Spielberg. "Steven siempre se ha sentido atraído por historias sobre familias, y esa es una de las razones por las que sus películas han movido a tantas personas", dice la productora ejecutiva Kathleen Kennedy (Star Wars: El despertar de la fuerza y la saga de Indiana Jones).

Kennedy y Marshall estaban familiarizados con otros libros de Dahl como Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante y Matilda, que han vendido más de 200 millones de copias en todo el mundo, pero ninguno había leído El gran gigante bonachón. No fue hasta que por un encuentro casual en el set de Un regalo para papá en 1993 que Kennedy leyó la historia y se dio cuenta de que Spielberg, su amigo, colega y colaborador desde hacía años, era la persona ideal para apreciar lo lúdico y creativo del libro de Dahl.

Spielberg ha sido fan de Dahl durante años y, de hecho, había leído el libro a sus hijos cuando eran más pequeños. "Es una historia sobre la amistad, es una historia sobre la lealtad y proteger a tus amigos, y es una historia que demuestra que incluso una niña pequeña puede ayudar a un gran gigante a solucionar sus problemas", dice.

Dahl creaba historias para contarlas a sus hijos y nietos, pero siempre se resistía a escribirlas, algo que el director podía entender. "Cuando les contaba historias a mis hijos que les gustaban especialmente, me suplicaban que hiciese una película de ellas", dice Spielberg. "Afortunadamente Dahl acabó compartiendo sus historias con el mundo, algo que nos ha beneficiado a todos".

El gran gigante bonachón es enormemente popular en todo el mundo, y hasta la fecha se ha publicado en 41 idiomas. También era la favorita de Dahl de todas sus historias. Cuando el autor falleció en 1990 con 74 años, los productores establecieron una relación con su viuda y mantuvieron muchas conversaciones sobre lo importante que ese libro fue para Dahl y si hacer una película era una idea realista. "Hablamos mucho sobre si sería mejor una película de animación o una de imagen real, porque en esa época la tecnología de la que estamos hablando ahora ni siquiera existía", explica Kennedy.

Pero primero, los productores necesitaban un guionista para convertir este libro deliciosamente sencillo de Dahl en un guión para un largometraje, alguien con una habilidad especial e instinto para historias infantiles, y por eso recurrieron a su amiga y colega Melissa Mathison (El corcel negro, La llave mágica). "Melissa fue la primera y única guionista en la que pensamos", dice Kennedy. "Sus dones como escritora y su particular sensibilidad fueron esenciales para dar vida a la visionaria historia de Dahl".

Cuando leyó el libro de Dahl, la guionista se fijó en la conexión entre Sofía y el gigante. "Es una relación muy dulce", dice. "Pero realmente empieza de manera tormentosa y el uno sospecha del otro e incluso tienen sus pequeñas luchas de poder. Pero desde el momento en que tienen un plan y avanzan como socios, hay tanto amor entre ellos. Es una pequeña historia de amor maravillosa".

Mathison visitó Gipsy House, la casa de Dahl en Buckinghamshire (Reino Unido), en varias ocasiones, y tuvo acceso a la biblioteca y estudio del autor. Ahí, exploró la vida y la obra de este extraordinario escritor y navegó su propio camino hacia el paisaje salvaje, gracioso y rico de su imaginación, lo cual le dio la base para capturar el espíritu de la aventura de Dahl, y así perfeccionar el ambiente de un lugar y capturar la relación en su esencia de manera que honrara El gran gigante bonachón.

De suma importancia para los cineastas fue mantenerse fieles a la voz de Dahl, ser consistentes con el ritmo y lenguaje del autor, así como la interacción entre los personajes, que eran absolutamente suyos. "Intenté usar la máxima cantidad de diálogo original como fuera posible", dice Mathison. "No queríamos jugar con el tono".

La guionista se encontró con muchos retos, sin embargo, "de una manera extraña, no ocurre mucho en el libro porque realmente va sobre su relación", dice Mathison. "No hay un motor dramático. Su decisión de intentar deshacerse de los gigantes ocurre con bastante facilidad y rapidez, y los personajes tenían una cualidad épica. Los acontecimientos no dirigían la historia, así que necesitamos crear una narrativa".

Tal y como anticiparon los cineastas, Mathison tuvo una aproximación personal al material, manteniendo la relación entre la huérfana y el gigante en su gran aventura. "Mi imaginación se implicó con ambos", dice. "Todo se tenía que centrar en su relación".

"Melissa cogió el libro de Dahl e hizo la traducción más extraordinaria y fiel, con una magia que sólo tiene Melissa", dice Spielberg.

Una vez que el guión estaba completado, Mathison seguiría trabajando en la película a lo largo del rodaje. Spielberg de vez en cuando necesitaba hacer cambios en el guión mientras rodaba y quería que la voz de la escritora estuviera ahí para dar vida a los personajes. "Melissa estuvo ahí en el set de E.T. todos los días, y estuvo ahí todos los días en el set de Mi amigo el gigante", dice Spielberg. "Así que he tenido mucha suerte de estrechar nuestra amistad con dos historias que vinieron de su corazón".

Añade, "No he podido completar mi duelo por Melissa, porque ha sido tan vibrante y auténtica conmigo, durante la edición, la composición musical, en el estudio de sonido; siempre ha estado ahí conmigo, así que por eso va a ser muy difícil cuando tenga que dejar que siga su camino Mi amigo el gigante, porque en ese momento también tendré que dejar que se vaya Melissa".


El casting para Mi amigo el gigante
Durante el primer día de rodaje de El puente de los espías, el dramático thriller de Spielberg ambientado en la guerra fría, el director se dio cuenta de que había encontrado su gigante. El reconocido actor de teatro Mark Ryalnce, cuyos méritos incluyen la serie de televisión Wolf Hall y las producciones para teatro críticamente aclamadas Noche de Reyes y Jerusalem, entre otras, estaba interpretando al espía soviético Rudolf Abel, un personaje muy distinto al dulce pero bobo gigante de Mi amigo el gigante. El director ya era consciente del grandísimo talento del actor y, de hecho, había estado siguiendo su carrera desde hace tiempo, pero ese día algo hizo click.

"Mark se transformaba completamente en su personaje cuando la cámara estaba rodando", dice Spielberg. "A pesar de era una de los mejores actores de teatro, fue lo que mostraba Mark entre tomas lo que realmente me conmovió. Fue entonces cuando supe que podría hacer cualquier cosa".

Spielberg añade: "podría haber hecho Mi amigo el gigante con actores en sets gigantes y medios digitales, pero quería que los gigantes parecieran más allá de humanos. La única manera en la que podía captar la magia con los gigantes era animándolos y hacer que la animación fuera súper-realista".

Midiendo más de 7 metros de altura, el gigante al que interpreta Rylance es el más pequeño de los gigantes en el País de los Gigantes (sus hermanos van de los 11 a los 16 metros), pero también es el más amable y caza sueños que comparte con niños cuando duermen. "Es un gigante vegetariano y pacífico", dijo la guionista Melissa Mathison. "A pesar de que detesta los pepinascos, los come, casi como una compensación porque sus compañeros gigantes comen niños".

Rylance se sintió inspirado al instante por el guión de Mathison y dice: "Melissa añadió algunos giros y hace que la historia original de Dahl sea mucho más dramática, de manera que te da más oportunidad de ver el desarrollo de la amistad".

"Simplemente no le entienden", comenta Rylance. "El gigante y Sofía son seres aislados, y encuentran un amigo que les entiende, quizá mejor de lo que se entienden a sí mismos, y esos son los mejores amigos. Eso es parte del gran amor y amistad que tienen".


Buscando a Sofía
El pulso central de la historia es la relación entre el gigante y Sofía. La novata Ruby Barnhill interpreta a Sofía, la curiosa y empática huérfana que es raptada de su cama y llevada al País de los Gigantes, pero encontrar a una joven actriz que interpretara un rol tan significativo era una tarea hercúlea.

El personaje de Sofía, nombrada así en honor a la primera nieta de Dahl, no se deja amedrentar. "Creo que es uno de los personajes femeninos más fuertes que he tenido en una de mis películas", dice Steven Spielberg. "Da tanta esperanza y motivación".

Durante 6 meses los cineastas vieron miles de chicas de distintas edades y distintos niveles de experiencia, pero cuando el director vio a Barnhill de 9 años, una estudiante de Knutsford en Cheshire (Reino Unido), se quedó de piedra. "Tenía algo", dice Spielberg. "Es fascinante y tiene un talento increíble, y perfecta para este papel".

Los cineastas prepararon un reunión con Barnhill y Mark Rylance en la que se pasaron hora y media improvisando, y supieron que habían encontrado a su Sofía. "Conectaron inmediatamente y tienen una química maravillosa juntos", dice la productora ejecutiva Kathleen Kennedy. "Jugarían al pimpón y baloncesto entre tomas y se hicieron inseparables".

Según Barnhill, "Hice unas cinco audiciones en Londres y Berlín donde fingía ser Sofía, así que fue increíble cuando me enteré de que me habían dado el papel. Casi no podía respirar".

A la joven actriz le gustó la relación entre su personaje y el amistoso gigante. Explica: "Su amigo gigante tiene el corazón roto, y está bastante triste la mayor parte del tiempo. Y, obviamente, sus hermanos se portan fatal con él y le vapulean todo el rato e insultan. Sofía se siente también sola en el mundo… ambos son huérfanos en cierto sentido".

El productor Frank Marshall está de acuerdo, dice: "El amigable gigante en el fondo no tiene a nadie y cree que no necesita a nadie, y Sofía se siente igual. Y no es hasta que se juntan que los dos se dan cuenta de que realmente necesitan a otras personas".

"Ruby es una joven con mucha imaginación y una actriz innata", dice Rylance. "Aprendí de ella, como pasa con toda la gente joven. Su habilidad para escuchar órdenes complejas de Steven y seguirlas de manera natural es milagrosa, impresionante".

El sentimiento era mutuo. "Trabajar con Mark fue maravilloso. Siempre tiene una sonrisa en la cara y es bueno conmigo todo el rato", dice Barnhill. "Y creo que tenemos una buena relación, casi como Sofía y su amigo gigante".

"Ruby es fantástica", añade Kennedy, "Pero ese siempre ha sido uno de los dones de Steven: su habilidad para encontrar a niños actores y reconocer las cualidades que el público encuentra cautivadoras".

El director crea una atmósfera segura y cómoda para los niños. El director cuenta: "No les hablo como si fuera el director de su colegio o un padre estricto, básicamente conversamos. Simplemente hablamos, no sobre el trabajo, sino sobre cómo se sienten o qué estaban haciendo. Les hace sentir que están en un lugar familiar. Y esa es la mejor manera de sacar autenticidad de un niño actor".


Los guisantes humanos
La primera y única persona que Steven veía como la Reina de Inglaterra era la actriz Penelope Wilton (El exótico Hotel Marigold, Orgullo y prejuicio). Estaba entusiasmado con su interpretación de Isobel Crawly en la serie de enorme éxito de la PBS Downton Abbey y sabía que sería perfecta.

Wilton se sintió honrada por haber sido considerada para el papel. "Estaba un poco asombrada porque no sabía que Steven Spielberg sabía que existía", ríe Wilton. "Pero me encantaría trabajar con él en cualquier momento. Steven te dejar sola para que hagas tu trabajo… no te dice qué hacer, crea el clima para que hagas lo que haces. Te da un empujoncito cuando haces algo que le gusta y si estás haciendo algo demasiado, te da otro empujoncito".

La Reina es un componente esencial en el plan de Sofía, que quiere contar con su apoyo para deshacerse permanentemente de los gigantes malos. Wilton estaba especialmente impresionada con el guión de Mathison y comenta: "el contenido emocional entre los personajes es tan real. Y es increíblemente ingenioso".

La actriz Rebecca Hall (El regalo, Iron Man 3), quien interpreta a Mary, la doncella, está de acuerdo: "me encantó cómo Melissa consiguió ser absolutamente fiel al espíritu de El Gran Gigante Bonachón y a la vez añadir muchos pequeños detalles personales".

Hall tiene una conexión muy fuerte con el libro de Roald Dahl. "De niña fue el primer libro que pude leer yo sola. Al mismo tiempo también hice un programa de televisión en Londres donde interpretaba un personaje llamada Sofía, y a pesar de que no tuviera nada que ver con el libro tengo recuerdos de fantasear con ser la Sofía del libro".

Para el rol del señor Tibbs, el mayordomo, los cineastas ficharon al actor británico Rafe Spall (La gran apuesta). El señor Tibbs, que está casado con la doncella de la reina, Mary, hace que el gigante se sienta como en su casa en el Palacio de Buckingham, creando una silla para él hecha de relojes, un piano y una mesa de pimpón. Curiosamente, el actor ya había trabajado con Wilton y Hall en el pasado en dos proyectos separados, lo cual hizo que hubiera un ambiente cómodo en el set. Además, las escenas del Palacio de Buckingham se rodaron hacia el final del rodaje, así que los tres actores estaban trabajando con un equipo establecido.

Spall explica: "Ha sido muy agradable sumarme hacia el final de la producción. Hay una energía realmente maravillosa en el set y funciona de manera extraordinariamente eficiente, eso también se debe al hecho de que los jefes de departamento en el equipo de Steven trabajan mucho con él".


Los gigantes
Desde la cueva del gigante en el País de los Gigantes, Sofía ve por primera vez a los nueve gigantes feroces. Este grupo de bestias míticas que rondan el mundo zampándose guisantes humanos dieron todo tipo de oportunidades para la invención, creatividad y diversión terrorífica a Steven Spielberg, sus actores y su equipo creativo.

De todos los gigantes malvados que habitan el País de los Gigantes, los nueve hermanos del nuevo amigo de Sofía, son los peores. Sustancialmente más grandes, tratan a su hermano con crueldad y desdén pero, al puro estilo Roal Dahl, también están ahí para hacernos reír. El mismo Dahl era algo gigante en la vida real, ya que medía casi dos metros de altura.

Zampamofletes, interpretado por el actor, comediante y artista musical Jemaine Clement (Los Conchords), mide casi 16 metros, tiene un ego gigante y una cabeza muy pequeña. Aunque es el líder, el macho alfa, en verdad es un abusón y un cobarde y no es el más listo del lugar. "Mi personaje es una montaña de músculos sin más", dice Clement.

El actor y cómico Bill Hader (Y de repente tú, Del revés) es Bebesangres, el cerebro de la pandilla. Mide 13 metros, tiene una barba enorme y siempre le encontramos junto a Zamapamofletes diciéndole qué hacer. "Realmente, Bebesangres no quiere saber nada de los otros gigantes… quiere que le dejen en paz", dice Hader.

El actor británico Adam Godley (Charlie y la fábrica de chocolate) es Machucahombres, el gigante más lento y flaco. Es el que menos hace y el que más piensa en sí mismo.

Con algo menos de 12 metros de altura, Tragamollejas es el más bajito de estos 9 gigantes. Interpretado por Chris Gibbs (Reign), es el que mantiene las cosas apacibles en el grupo e idolatra a Zampamofletes.

Michael David Adamthwaite (Destino final 5) interpreta a Revientahuesos, es el más joven del grupo y siempre causa problemas, con frecuencia poniendo a los demás en peligro.

Picacarnes, interpretado por el actor canadiense Paul Moniz de Sa (The Flash), es el bromista de la pandilla y le encanta cazar niños.

Jonathan Holmes (Los descendientes) interpreta a Estrujaniños, el mejor amigo de Picacarnes. Es el más apuesto del grupo, y por eso siempre está preocupado por su apariencia.

El actor islandés Ólafur Ólafsson (El último cazador de brujas) es Aplastadamas, el más estiloso del grupo. A pesar de ser muy masculino en sus gestos y apariencia, también está en contacto con su lado femenino.

El Pequeño Carnicero, interpretado por Daniel Bacon (Ultimátum a la Tierra), es cojo como resultado de una pelea con Picacarnes, que le dejó parcialmente paralizado. Le encantaría algún día ser el jefe pero sabe que eso nunca ocurrirá, y siente algo de rencor por ello.

Para intentar hacer de los nueve actores una tribu cohesionada, la producción contó con Terry Notary, que anteriormente había trabajado con Cirque du Soleil, como el coreógrafo de movimiento. Como gigantes enormes, se mueven de manera distinta, y Notary usó una combinación de pesos y cuerdas para construir la fuerza y flexibilidad de los actores y ayudarles a que se sintieran pesados, como si se movieran a través de algo espeso, para crear una sensación de escala en sus interpretaciones.

"El proceso que uso da a los actores la libertad para que puedan dar la personalidad que quieran a sus personajes y afinar así sus interpretaciones", explica Notary. Las interpretaciones de los actores se filmaron con tecnología de captura de movimiento para que pudieran ser creadas digitalmente después en posproducción.

Según los actores iban trabajando en los aspectos físicos de sus personajes, las personalidades de los gigantes y la dinámica de grupo surgió de manera orgánica. "Todos hablamos sobre cómo asegurarnos de que todos los gigantes fueran graciosos, pero al mismo tiempo tenían que ser terroríficos y amenazantes", dice Hader. "Trabajamos duro para encontrar ese equilibrio, desarrollando nuestros personajes para que cada uno fuera distinto y tras semanas de entrenamiento cada actor había encontrado sus andares, gestos particulares y su propio modo de moverse".

Al mismo tiempo, la diseñadora de vestuario Joanna Johnston (Lincoln, Caballo de batalla) trabajó con maquetas de más de dos metros modelados como los gigantes, vistiéndoles para hacerse una idea de cómo se deberían construir los trajes y cómo responderían. A pesar de que los gigantes se fueran a crear digitalmente, Johnston diseñó trajes para cada uno. Estos trajes acabarían inspirando y guiando a los actores y ofreciendo un modelo detallado en la vida real a los animadores que los iban a dar vida.

"Joanna hizo un trabajo excelente con los trajes para los gigantes", dice Steven Spielberg. "Eran tan creativos y tan bonitos".

Además de dar forma a la imagen de los personajes virtuales, la creatividad y el detallismo de Johnston ayudó a que los actores pudieran tener una fundación para mejorar sus interpretaciones. "Los trajes de Joanna ayudaron enormemente", explica Hall. "Realmente es una de las diseñadoras de vestuario más detalladas y brillantes con las que he trabajado. Tiene tal precisión, con todo, hasta la ropa interior".

Spall está de acuerdo, "La primera vez que me puse el traje de Joanna, inmediatamente supe lo que iba a hacer porque el traje estaba hecho a la perfección… podías sentir tu rol".

"Lo que me pareció interesante es que empecé a andar como la Reina de Inglaterra una vez que me puse mi traje", añade Wilton

A la hora de diseñar el vestuario de Wilton, Johnston buscó pequeños detalles que ayudasen a articular la línea sutil entre una fantasía infantil y el palacio real. Wilton dice: "Como estos personajes existen en otro mundo, mi personaje lleva collares, pendientes y diademas que son algo más grandes que los que se usarían en la vida real".

La diseñadora de vestuario le puso una peluca a Wilton que era una réplica exacta de la que usa la actual Reina de Inglaterra y los guantes fueron hechos por la misma persona que hace las de la reina y el bolso igual. "Los detalles fueron extraordinarios", cuenta emocionada Wilton.

"Todas estas cosas fueron muy importantes para nosotros", dice el productor Frank Marshall, "ya que nos ayudaron a crear una sensación de realidad que contrastaba con el mundo de fantasía".

Con el reparto seleccionado, los cineastas empezaron a centrarse en adaptar el libro a la gran pantalla, lo cual fue un reto tecnológico que estimuló la imaginación del director. En la superficie, el puzle logístico presentado por la historia es a penas perceptible. Pero El Gran Gigante Bonachón necesitó mucho más que nuevos mundos sintetizados en un ordenador. Esta singular historia de amistad entre dos personajes muy distintos, una pequeña y el otro muy grande, una real y otro fantástico, inspiraría la creación de una manera totalmente nueva de fusionar elementos de fantasía y elementos reales.


Mi amigo el gigante
Steven Spielberg lleva tiempo ocupando un lugar singular en la intersección entre contar historias y la tecnología. Ha sido conservador en cuanto a prácticas fílmicas tradicionales y, a la vez uno, de los principales motores tras las nuevas tecnologías fílmicas, dando forma y perfeccionando herramientas que han dado nueva vida a la imaginación narrativa de generaciones distintas de públicos.

Para llegar a la mejor manera de filmar acción real y elementos de captura de movimiento simultáneamente a lo largo de la película y tenerlos integrados a la perfección, los cineastas crearon una versión pre-visualizada de toda la película antes de que comenzara el rodaje.

Spielberg reunió a varios miembros de su equipo creativo y a un puñado de asistentes de producción en el garaje de su casa de verano y coreografió, bloqueó y filmó cada escena en el mundo digital. Usando una cámara pequeña, con asistentes en trajes de captura de movimiento y animación básica, el metraje de baja resolución se renderizó en 3D para que se pudiera desmontar y analizar una vez que estuviera completa.

"Se convirtió en mi prototipo para la película y me ayudó a crear la historia y determinar la mejor manera de contar la historia", cuenta Spielberg. "Fue uno de los ejercicios de ensayo más valiosos que he hecho jamás, y me ayudó a entender el alma más profunda de la historia".


Tecnología punta
La fotografía principal de Mi amigo el gigante comenzó en la primavera de 2015 en las afueras de Vancouver en un viejo almacén donde una serie de espacios enormes y oscuros se convirtieron en los escenarios en los que se construyeron los sets.

Con Mi amigo el gigante, los cineastas imaginaron una aproximación totalmente nueva a los horizontes narrativos, al crear un puente entre la vida de la acción real y las ilimitadas posibilidades de las tecnologías digitales contemporáneas. Fue un proceso que se guió exclusivamente por lo las necesidades de Spielberg a la hora contar la historia.

En vez de capturar los esqueletos de los intérpretres por separado y después mezclarlo con interpretaciones humanas y digitales en posproducción, decidieron contar con el apoyo de Joe Letteri de Weta Digital y su equipo de artistas para pensar un proceso completamente nuevo que fuera lo más cercano posible al rodaje de acción real.

Como resultado, la producción de Mi amigo el gigante fue un híbrido que usaba una mezcla de acción real y técnicas de captura de movimiento para dar vida a los fantásticos personajes de la historia, todo en sets reales que se construyeron específicamente para le película.

Según Letteri (Batman v. Superman: El amanecer de la justicia, Avatar), cuya relación con Spielberg se remonta a 1993 y Parque Jurásico, cuando trabajó como artista gráfico, "Queríamos que Steven pudiera trabajar como Steven, para usar todos los elementos que aporta al proceso: su equipo creativo, sets de rodaje, iluminación y vestuario, mientras crea un mundo virtual".

Añade: "Durante gran parte de la película, Sofía es una niña pequeña en este mundo de fantasía habitado por gigantes, pero le dimos a Steven la habilidad de rodar la película como si todo fuera acción real para salvar la distancia entre los mundos virtuales y los mundos digitales". Otras películas con tecnología de captura como Avatar o Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio se rodaron con un set muy austero donde los actores tenían que imaginar sus alrededores.

El director también se apoyó en Simulcam, una idea creada por el director James Cameron en Avatar. Simulcam es el proceso de combinar actores y sets del mundo real con actores y sets generados por ordenador. Letteri explica: "con Simulcam podemos pre-grabar una interpretación y después reproducirla a través del monitor de la cámara de manera que los operadores de cámara pueden ver la interpretación virtual en tiempo real según van fotografiando la escena de acción real. Al combinar las dos, pueden tomar decisiones y enmarcar y hasta dirigir las acciones basados en lo que está ocurriendo en el mundo virtual".

Este nuevo proceso le permitió al director tener la oportunidad de grabar a los actores en trajes de captura de movimiento actuando en el mismo set que los personajes humanos, y fue especialmente importante para Spielberg que Ruby Barnhill y Mark Rylance pudieran interactuar.


Estableciendo contacto humano entre los personajes reales y virtuales
A lo largo de su carrera, Steven Spielberg ha demostrado gran destreza a la hora de crear las condiciones necesarias para que florezcan las interpretaciones, incluso en medio de las circunstancias más difíciles. Preparar el escenario para la amistad entre un gigante de 7 metros de altura y una niña de menos de metro y medio necesitaba una visión clara y años de imaginación e innovación. "Los actores se necesitan para actuar juntos", dice el director. "Todo se reduce a si los actores son capaces de mirarse a los ojos".

Mark Rylance añade: "Es por el mismo motivo por el que miramos a los ojos a los demás cuando hablamos con ellos. Si hablas con alguien que no puedes ver, es mucho más difícil saber cómo poner en palabras o cómo expresarte".

En el centro del reto de la producción para hacer que los personajes pudieran actuar en el mismo ambiente, estaba el veterano diseñador de producción Rick Carter (Avatar, Forrest Gump). "El objetivo era crear un espacio tan íntimo como fuera posible donde Steven pudiera trabajar con los actores y que los actores pudieran entenderse, para que la tecnología no fuera un obstáculo a la dirección de Steven o restar autenticidad de las interpretaciones", dice.

Como resultado, Carter y su co-diseñador de producción Rob Stromberg (Alicia en el país de las maravillas, La brújula dorada) se esforzó enormemente para acomodar tres mundos diferentes para tres seres de tamaños diferentes, en algunos casos replicando los sets hasta tres veces. Había un set para los gigantes de más de 15 metros, uno para el gigante protagonista de 7 metros y un set enorme de dimensiones desproporcionadas para que Sofía aparentara ser pequeña.

Afortunadamente, Rylance tiene una gran fe en la historia y en Ruby Barnhill, una tremenda fe en su imaginación. "Entre la fe que Mark tenía en la historia y cómo interpretar la historia, y la creencia de Ruby en que todo es posible, ambos actores hicieron que este mundo de tecnología avanzada desapareciera para que pudieran darse las interpretaciones más auténticas".

Para escenas del set desproporcionado con Sofía y su amigo gigante en el mismo plano, los cineastas construyeron unos andamios de la altura de dos pisos en los que Rylance pudiera ponerse con una cámara flotando en frente de su cara para que hubiera contacto visual e intercambio real.

Incluso los sets de captura de movimiento se construyeron para acomodar la diferencia en tamaños entre el amable gigante y sus malvados hermanos, de manera que Jemaine Clement, Bill Hader y su pandilla de goliats se agacharon y comprimieron para entrar en el modelo de la cueva de su hermano, actuando junto a un gigante del tamaño de una muñeca mientras Rylance actuaba detrás de la cámara (o si lo permitía el espacio se agachaba y tenía contacto visual con sus compañeros de reparto).

Como resultado, Spielberg se movía constantemente entre set y set, equilibrando una variedad de técnicas fílmicas en escenarios diferentes en un espacio de más de 900 metros cuadrados. Entre el montaje de los sets, se metía en una de las dos pequeñas tiendas montadas en los escenarios donde se ubicaban una docena de pantallas. Ahí, el cineasta podía diseñar, construir y enmarcar sus planos usando la pequeña cámara en mano. La habilidad y entusiasmo del director no tardó en convertir esas dos tiendas en un núcleo de descubrimiento que salvó la distancia entre modos tradicionales y los procesos digitales del siglo XXI.


Los sets
Los ambientes creados en estos enormes escenarios en el almacén necesitaban mucho más que acomodar las diferentes escalas de los personajes. El diseñador de producción Rick Carter y su equipo trabajaron realmente duro para asegurarse de que los ambientes en los que tenían lugar las interpretaciones fueran tan hermosos, terroríficos y ricos como fuera posible. Joe Letteri explica: "Cuando Mark Rylance está en el set actuando, actúa en una versión del mundo real, en su cueva con su chimenea y mesa, su silla y su barco, en el que duerme".

Según la productora ejecutiva Kristie Macosko Krieger (Puente de los espías, Lincoln), "La cuestión más importante para Steven era que los actores creyesen donde estaban y que pudieran excluir de su visión periférica todo lo que pasaba a su alrededor".

Una de las funciones del diseño de producción es crear ambientes y lugares que evocan algo, no solo de la historia y los personajes, sino de los temas de la película también. Como tal, la producción creó mundos dentro de mundos donde Spielberg pudiera crear su visión para la historia de Dahl. "Steven empezó con un proceso íntimo, sólo un ordenador y unas pocas personas en una habitación", explica Carter, "y después llegamos a un gran espacio y lo expandimos mientras intentábamos mantenerlo tan íntimo como fuera posible".

Incluidos en los sets tradicionales y caros estaban los altos techos y los majestuosos tonos rojos y dorados del Palacio de Buckingham, el pintoresco hogar escandinavo donde Sofía y su amigo gigante viajan para repartir buenos sueños a un niño pequeño y su familia, el orfanato oscuro y olvidado en una calle empedrada de Londres, llena de tiendas pequeñas y luz de gas, y el interior solitario del dormitorio donde comienza la aventura de Sofía. Y estos sets estaban todos a unos pasos los unos de los otros. "Fue como tener acceso a tu propio Disneylandia", dice Macosko Krieger.

Para la productora ejecutiva Kathleen Kennedy, los sets daban una sensación atemporal, que sintonizaba a la perfección con la historia original de Roald Dahl. "Dahl contaba una historia universal, y una de las razones clave por las que construimos estos sets fue para dar a la película esa cualidad onírica", dice. Puede que reconozcas la esquina de una calle o un edificio o veas un estilo arquitectónico que parezca familiar, pero no puedes ubicarlo exactamente, y eso es lo que te permite escapar a este mundo de fantasía".

"Rick Carter hizo un trabajo asombroso", dice Spielberg. "Diseñó todo, desde las calles empedradas al estilo de la Inglaterra de Dickens hasta el gran salón de baile en el Palacio de Buckingham, que prácticamente construimos".

Penelope Wilton añade: "Es una réplica absoluta del salón de baile real, con la misma moqueta y pinturas que hay en el palacio mismo. Pero también diseñaron el dormitorio de la reina, que implicaba una labor de ebanistería y dorados en escayolas, y es absolutamente maravilloso".

Rylance también apreció el gran cuidado y detallismo con el que se elaboraron los sets, algunos de los cuales se crearon exclusivamente para dar a los actores y los cineastas una sensación táctil de los mundos que exploraban. "Mucho de lo que se creó nunca lo va a ver el público", comenta Rylance. "Simplemente estaba ahí para motivarnos a jugar, y para Steven también".

Igual de impresionante fueron todos los adornos mágicos e inventivos de cada set, algunos existían en dos y, a veces, tres tamaños diferentes. Cosas como un banco hecho de las alas de avión, una espada que se usa como una aguja, un tridente y una pala como tenedor y cuchara, una bañera como un bol, una manguera como un cinturón, una claraboya como una lupa, el mango de una escoba como una pluma, etc.

"Había tanto amor puesto en cada cosa", dice Spielberg, "todo se pensó tanto, en cosas tan sencillas como las bolsa del gigante, que Rick creó para que pareciese el maletín de un médico. Por supuesto la bolsa lleva sus sueños, pero los sueños son como medicina para los niños que los necesitan, y la bolsa se cosió a lo Frankenstein para que pareciese patchwork".

Junto con los sets tradicionales, sets que el público va a ver exactamente como se rodaron e iluminaron, estaban los sets parcialmente reales. Estos fueron los espacios que habita Sofía su amigo gigante, que luego se completarían y acentuarían en el proceso de posproducción. Estos incluían: la tierra mágica y nublada conocida como el País de los Sueños, donde Sofía y su amigo van a cazar sueños; una paisaje de monte con enormes raíces de árboles cubiertos de musgo, y el terrorífico y oscuro País de los Gigantes, desolado, yermo y lleno de los restos de los expolios de las incursiones letales de los gigantes en el mundo de los guisantes humanos.

"A pesar de que creamos un mundo virtual, hay una parte de acción real para todo lo que hacemos también", dice Joe Letteri. "Así que es genial poder trabajar con gente como Rick Carter que saben cómo diseñar un mundo fantástico y hacer que funcione en un sentido físico y también poder aplicarlo en un set virtual".


Los efectos mágicos de luz
Si los cineastas hubieran intentado hacer Mi amigo el gigante cuando salió el libro de Roald Dahl en 1982, hubiera sido una película completamente distinta. Pero con la tecnología de captura y fotografía digital actuales, el director ha sido capaz de crear una relación especial entre la joven huérfana Sofía y el gran amistoso gigante de la manera que se merecía.

Es, en parte, gracias a las extraordinarias contribuciones del director de fotografía Janusz Kaminski (El puente de los espías, Salvar al soldado Ryan) que la magia en la pantalla sea tan hermosa. Kaminski fue fundamental a la hora de iluminar todos los sets donde se rodaron las escenas de acción real y los sets virtuales para rodar las escenas de captura de movimiento, de manera que todo estaba perfectamente integrado.

"Trabajar con Janusz ha sido genial porque hay una gran riqueza en su fotografía, y realmente se refleja en lo que ves en pantalla", dice el productor Frank Marshall. "Ayudó a guiar mucho de lo que estábamos haciendo para crear este mundo y realmente unir todo para que se convirtiera en un único mundo según te movías fotográficamente entre los dos".

"Janusz es alguien que ve la luz de una manera diferente a cualquier persona que haya conocido, y de una manera que no acabo de entender", añade Joe Letteri. "En nuestras conversaciones acerca de qué aportar a esta película eran a niveles que le permiten ver más allá de la oscuridad, y después ver su relación con la luz y después encontrar las sutilezas entre los dos en cuanto a dónde la luz y las sombras interactúan realmente".

Añade: "Janusz pinta con la luz, y cuando todo el mundo vio los sets iluminados, fue realmente mágico. Eran mejor de lo que jamás nos hubiéramos imaginado".