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  Victor Frankenstein  Dirigida por Paul McGuigan
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Producción protagonizada por Daniel Radcliffe y James McAvoy, en la que también aparecen Jessica Brown Findlay, Andrew Scott y Charles Dance. La película está dirigida por Paul McGuigan y producida por John Davis, P. G. A. La historia y el guión son de Max Landis. Los productores ejecutivos son Ira Shuman y Derek Dauchy, el director de fotografía es Fabian Wagner, BSC, y la diseñadora de producción es Eve Stweart. El editor de la película es Charlie Phillips, la coproductora es Mairi Bett, la música es de Craig Armstrong y la diseñadora de vestuario es Jany Temime.

VICTOR FRANKENSTEIN es una película sobre “Frankenstein” como ninguna otra. Aunque está inspirada en la clásica novela de Mary Shelley y las incontables interpretaciones de esa historia, la reinterpretación del guionista Max Landis se centra en la relación entre Víctor y su mejor amigo y ayudante, Igor. De hecho, se trata de la primera historia que se cuenta principalmente desde el punto de vista de Igor. "En realidad, es una historia de amor entre estos dos hombres", apunta el director Paul McGuigan. " Igor y Víctor se necesitaban el uno al otro; de hecho, probablemente Víctor necesite más a Igor en su vida que Igor a Víctor".

Es más, la película, aunque está ambientada en 1860, en los inicios de la Revolución Industrial, tiene rasgos contemporáneos. "No pienso en ella como una película de época, sino como algo completamente moderno", explica Daniel Radcliffe. Víctor e Igor tienen ideas vanguardistas; son la punta de la lanza. Ven la ciencia como algo que va más allá de la simple observación. Creen que podría ser creativa y que podría transformar el mundo.

"Me gusta el tono irreverente de la película y la manera en la que evita ser de la época victoriana y reservada", continúa Radcliffe. "Tanto Víctor como Igor están adelantados a su época".

McGuigan añade: "Estos dos jóvenes están cambiando el mundo".

VICTOR FRANKENSTEIN es también, según James McAvoy, una carta de amor a las innumerables películas que tratan estos personajes y temas. "Esta película tiene muchos de los elementos conocidos que uno espera ver en una película de Frankenstein, pero le añade dimensiones inesperadas a los personajes, relaciones y al entretenimiento".

"Max Landis no ha hecho más que capturar el espíritu del tiempo de todas las películas de Frankenstein que ha visto", asegura McGuigan. "Ha elegido sus ideas a mano y ha creado a su propio 'monstruo', por decirlo de alguna manera".

A McGuigan le atraía especialmente la decisión de Landis de contar la historia a través de los ojos de Igor. Esa noción destaca una idea equivocada que se tiene sobre el personaje y su papel popular en Frankenstein. Igor no era un personaje del libro de Mary Shelley y tampoco apareció en la mayoría de las películas posteriores. El jorobado ayudante de laboratorio interpretado por el actor Dwight Frye en la película de James Whale Frankenstein (1931) es la principal fuente de la imagen pública de Igor, aunque su personaje en realidad se llamaba Fritz. La mayor parte del público conoce el personaje gracias a la actuación de Marty Feldman en la comedia de Mel Brooks El jovencito Frankenstein, aunque el personaje insiste en que le llamen "Eye-gore".

Otra mezcla de nombres acompaña también a Víctor. Muchas personas atribuyen ese nombre al monstruo en vez de a su creador: el bueno del doctor. "Así que le devolvemos el nombre de Frankenstein al científico: a Víctor Frankenstein", explica McGuigan.

McAvoy relata que "cuando alguien me preguntaba qué estaba haciendo en ese momento [durante la producción de VICTOR FRANKENSTEIN], yo les decía que estaba haciendo de Frankenstein y ellos me respondían: 'Eres un poco bajito para hacer de monstruo'. Y yo les corregía y les decía: 'No, no, es el doctor'. Así que sí, le hemos devuelto el nombre al Dr. Víctor".

Uno de los momentos clave para Víctor e Igor es una de las primeras escenas en la que Víctor endereza la joroba de Igor, lo que según McGuigan es "una metáfora de toda la película". Después de rescatar a Igor de un circo de Londres, Víctor lo lleva a su apartamento y en unos minutos lanza a Igor contra la pared y elabora una jeringa gigante con la que realiza un veloz procedimiento médico sobre su nuevo "paciente". Momentos después, la joroba de Igor se ha corregido. "Si creías que conocías a Víctor, los primeros minutos de la película te demostrarán que no", asegura McGuigan. "Es peligroso y divertido de ver".

Divertido y peligroso, sí, pero también es brillante, obsesionado… y un sociópata. Como Víctor dibuja una fina línea entre la luz y la oscuridad y entre la vida y la muerte, sólo Igor le puede salvar de una locura de la que no hay retorno.

Y eso no es una tarea sencilla, ya que Víctor e Igor buscan respuestas a preguntas fundamentales como: ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos cuando morimos?

¿Podemos evitar –o regresar de– la muerte?

"Víctor e Igor están a la vanguardia de la investigación médica y científica", apunta McAvoy. "Pero ¿sólo porque puedan burlar a la muerte, deberían hacerlo?

"Creo que las intenciones de Víctor son buenas", continúa. "Está buscando mejorar la condición humana, que es muy frágil. Víctor intenta hacerla más robusta e, idealmente, eliminar la muerte, que ha sido una obsesión de los humanos desde hace siglos".

Para McAvoy, un personaje con ese tipo de ambición para cambiar el mundo no debería ser una rata de laboratorio que da cursos en pizarras. Como poco tendría que ser una fuerza de la naturaleza. "Víctor no deja de moverse. Es un creador de máquinas y de un hombre, y además es un habilidoso ingeniero y un consumado cirujano".

Su amistad con Igor es de igual a igual. El conocimiento de Igor sobre anatomía deja impresionado desde el primer momento al científico, que acoge a Igor bajo su ala. Aunque Igor sea, en muchos sentidos, la primera creación de Víctor, éste aprende mucho de su amigo y ayudante.

Radcliffe apunta: "Igor tiene una vida intelectual muy rica y, si bien no es académicamente igual que Víctor, desde luego es socio de sus creaciones".

Igor llevaba toda su vida en el circo, trabajando como payaso. Aunque el dueño y sus compañeros de actuación le maltrataban e incluso abusaban de él, Igor se convirtió en un talentoso cirujano, curando a los artistas y animales. Los libros y la medicina son su refugio entre tantas circunstancias complicadas, si no espeluznantes.

En una visita al circo en busca de partes de cuerpos de animales, Víctor rescata a Igor después de presenciar cómo realiza un procedimiento de emergencia en un compañero herido.

"Víctor rescata a Igor de esas terribles condiciones, lo que establece una dinámica interesante en su relación, afirma Radcliffe. "Ha creado una nueva vida para Igor. En este viaje en el que se embarcan Igor y Víctor juntos, Víctor empieza a perder la cabeza, e Igor intenta alejarlo del borde de la locura. ¿Pero cómo haces frente a alguien después de que te lo ha dado todo? Por eso, existe un desequilibrio y una tensión en su relación que me parece fascinante".

Al igual que Víctor, Igor es un hombre de acción. "Igor complementa bastante bien a Víctor en cuanto a la cualidad física", explica Radcliffe. Eso se traduce en lo que Radcliffe llama "desenvolverse el uno con el otro", como, por ejemplo, el ya mencionado procedimiento de eliminación de joroba.

"Cada vez que Daniel y yo teníamos una escena juntos, nos preguntábamos el uno al otro '¿Cómo de físico y peligroso podemos hacer que se vea esto? ¡Vamos, hombre!'", recuerda McAvoy. "Somos parecidos en cuanto a niveles de energía y capacidad física, así que simplemente interactuábamos entre nosotros 12 horas al día". Radcliffe añade: "James es un actor valiente y se desenvuelve de una manera fascinante. Eso nos permitió tomar algunas decisiones juntos".

La única amiga de Igor es Lorelei, una hermosa trapecista con la que había estrechado lazos en el circo. De hecho, la caída de Lorelei del trapecio y el tratamiento de Igor de sus heridas es lo que impresiona a Víctor.

La antigua estrella de Downton Abbey Jessica Brown Findlay interpreta a Lorelei, quien, a pesar de su belleza, no encaja en el mundo del circo y que, según Findlay, "encontró un amigo verdadero en Igor".

La relación entre Igor y Lorelei es fuerte y profunda, aunque evita lo esperado al no convertirse en un romance tradicional. Su dinámica con Víctor supone una complejidad añadida a su relación con Lorelei. "Lorelei está emocionada con las nuevas oportunidades de Igor, pero cuando ve el alcance de los experimentos que persigue Víctor, su inteligencia emocional se activa y empieza a sentir miedo por Igor", explica Findlay.

A Víctor tampoco le agrada Lorelei, de la que piensa que es una distracción innecesaria para Igor. Según McAvoy: "Víctor percibe a todo el mundo, salvo Igor, como un obstáculo y, especialmente, Lorelei es una gran amenaza a los ojos de Víctor, así que trata de debilitarla a cada momento".

Otra espina clavada en Víctor es el inspector Turpin, de Scotland Yard, que está investigando las moralmente cuestionables, si no ilegales, actividades de Víctor. Andrew Scott, más conocido por su papel del malévolo Moriarty en la producción de BBC-PBS Sherlock, interpreta el papel, que es un inconveniente para Víctor, ya que Turpin es un hombre de fe y Víctor es un hombre de ciencia.

"Turpin no puede aceptar de ninguna manera lo que hace Víctor, que es devolverle la vida a los muertos", señala Scott.

Pero en realidad se parecen más de lo que ninguno podría admitir. Los dos están obsesionados… y heridos. Víctor está obsesionado con devolverle la vida a los muertos y Turpin con la religión y la fe. Víctor es capaz de llegar a cualquier extremo para conseguir sus sueños y Turpin está igual de decidido a pararle los pies cueste lo que cueste. Los dos se adhieren a sus respectivas creencias. La religión de Víctor es la ciencia, mientras que Turpin cree que poner la creación en tus propias manos es pecar contra Dios.

Según McGuigan, Turpin es un "personaje antiguo que aborda preguntas de fe, pero al mismo tiempo, no dejan de ser ideas modernas, ya que hoy en día seguimos hablando de esos asuntos. Turpin es la brújula y la conciencia moral ya que, en realidad, es el que hace las preguntas adecuadas".

Si hay maldad verdadera en VICTOR FRANKENSTEIN, está personificada en el personaje de Finnegan, un rico estudiante de medicina y compañero de clase de Víctor en el Royal College of Medicine. Finnegan, interpretado por Freddie Fox, financia los experimentos de Víctor para sus propios perversos objetivos. Es un psicópata y, como muchos de su tipo, Finnegan es capaz de identificar las debilidades de los demás. Es tan ambicioso como Víctor, pero no posee su talento en medicina, así que invierte sus cualidades y ambiciones en manipular a Víctor", explica Fox.

Aun así, Fox insiste en que Finnegan no es más malvado que cualquiera de los demás personajes. "Todos los personajes de la película están comprometidos, ya que son seres humanos con sus propios deseos", concluye.


Acerca de la producción
La grabación de VICTOR FRANKENSTEIN tuvo lugar en el Reino Unido durante 60 días. Durante la producción, el Reino Unido sufrió unas de las peores tormentas registradas, lo que hizo que algunas tomas exteriores de noche se convirtieran en un desafío extremo para el reparto y el equipo.

La producción hizo un uso creativo de las tormentas para una de las escenas más simbólicas de la película: la creación del monstruo, con uno de los escenarios más impresionantes, el interior del castillo y el laboratorio, donde Víctor da vida a su "experimento".

El escenario cilíndrico de 18 metros de alto, que tenía un techo abierto, se construyó en un periodo de cuatro meses en los estudios Longcross Studios, en Surrey. (Las escenas exteriores se grabaron en el castillo de Dunnottar, una espectacular fortaleza derruida en lo alto de un acantilado con vistas al mar, en Aberdeenshire, Escocia).

Cuando los actores y el equipo estaban en el interior, las paredes ofrecían algo de protección de la incesante lluvia, pero la falta de techo (para facilitar la iluminación del rayo que traería al monstruo a la vida) hacía que el escenario estuviera muy mojado.

A medida que avanzaba el rodaje, el escenario era destruido constantemente por explosiones, llamaradas y agua, que se colaban dentro noche tras noche.

Este y todos los demás escenarios fueron creación de la diseñadora de producción Eve Stewart (tres veces nominada al Óscar® por su trabajo en El discurso del Rey, Los miserables y Topsy Turvy), de quien Daniel Radcliffe dice que es nada menos que "una fuerza de la naturaleza, brillante en el trabajo que hace. Su trabajo siempre tiene el 'factor guau', en plan '¡madre mía, este escenario es enorme y realmente impresionante!' Pero los detalles también son increíbles, como los papeles que Eve repartió por todo el laboratorio de Víctor".

Stewart concibió el apartamento/taller/laboratorio de Víctor como algo inmenso que reflejara la Revolución Industrial, donde las máquinas a veces tenían el tamaño de los edificios. Se grabaron tres escenas en la estación de bombeo de Crossness, en Londres, que fue construida en 1865 como parte de la necesidad imperiosa del Londres victoriano de un sistema de alcantarillado.

Uno suele pensar en la Revolución Industrial como una época marcada por hollín y más hollín, pero Stewart afirma que había "cantidades inmensas de color bajo las fábricas que emitían ese hollín".

Stewart diseñó el escenario del circo, donde conocemos a Igor, a semejanza de los circos victorianos. Por fuera, el circo, según ella "tiene un aspecto alegre y maravilloso y colorido, pero, en realidad, el pobre Igor está condenado a una terrible vida de servidumbre, de la que es rescatado por Víctor".


Monstruos
El monstruo de la historia se llama, de manera acertada, Prometeo, por el personaje histórico que intentó robar fuego de los dioses, que es lo que, a su manera, está intentando hacer Víctor: robar de Dios el poder de dar la vida.

La versión final del personaje fue encarnada por el actor de 2,08 m Guillaume Delaunay, que vistió un traje protésico diseñado por Rob Mayor, de Millennium FX, uno de los principales distribuidores de efectos de maquillajes especiales de Europa. Para capturar la sensación del monstruo de una vida perdida y recuperada, Delaunay estudió con un entrenador de movimientos. "Prometeo es un recién nacido, recuerda cómo moverse a un nivel instintivo", explica McGuigan.

En realidad, Prometeo es la versión 2.0 del trabajo de Víctor. Un intento previo de crear vida a partir de la muerte se llama Gordon y tiene un aspecto aún más terrorífico que Prometeo. Gordon es un revoltijo de partes de animales, como la pata de una hiena, la cabeza de un mono y la pata de un perro. "No es agradable", asegura McGuigan con una afirmación dramática, "pero ésa es la idea de todo. Aunque el público no pueda verlo, hay una razón detrás de cada elección de extremidades y tejido. Todo está basado en la ciencia".

Trabajando con sus equipos para concebir el diseño de Gordon, McGuigan se compara a sí mismo con uno de los personajes de la película. "Fue increíblemente fascinante conseguir ese diseño. Te conviertes un poco en Víctor Frankenstein, porque piensas 'cogeré un poco de este animal, lo cruzaré con este otro…'".

Aun así, no se trata sólo de ciencia; da miedo. "En los ojos de Gordon se vislumbra pena y tristeza", afirma Rob Mayor.

Durante la mayor parte del tiempo de Gordon en escena, era controlado por cables operados por titiriteros. "Es bastante real", comenta el productor ejecutivo, Derek Dauchy. "El público no se va a creer que hayamos construido esta cosa, pensarán que está hecho a ordenador".

Prometeo y Gordon muestran uno de los elementos clave de VICTOR FRANKENSTEIN: invención y creación. Pero la creación más importante de la película es su forma de contar la historia de Igor y Víctor, que ofrece una versión única de la clásica historia.