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  La modista  (The dressmaker)
  Dirigida por Jocelyn Moorhouse
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Cómo se cosió el guión: del libro a la pantalla
Cuando en el año 2000 se publicó la novela The Dressmaker, a la productora, SUE MASLIN, el nombre de su autora, ROSALIE HAM, le resultó familiar. "Fui al colegio con una tal Rosalie Ham, que resultó ser la escritora", explica. "Las dos crecimos en un pueblecito llamado Jerilderie, en la parte sur de Riverina, en Nueva Gales del Sur, y fuimos juntas a un internado en Melbourne. De pequeñas teníamos que coger un autobús que tardaba cinco horas y media en llegar a Jerilderie y que nos dejaba allí en medio de la noche para que nos recogieran nuestros padres".

Sue leyó la novela y enseguida se enamoró de ella, porque reflejaba, sin nostalgias ni sentimentalismos, algo puro, sincero, divertido y trágico sobre lo que supone crecer en un pueblo pequeño, "la clase de lugar donde todos conocen todos los chismes de los demás y donde se toleran las peores maldades y excesos siempre y cuando no te consideren un forastero".

The Dressmaker, la primera novela de Rosalie Ham
Rosalie Ham cuenta que fue "a un taller de escritura creativa donde te decían: 'Vais a escribir como ejercicio una novela, que probablemente no veréis publicada porque casi nadie consigue que le publiquen la primera novela que escribe'. Así que pensé, muy bien, meteré de todo en la novela y 'todo' terminó siendo todos los grandes temas: la muerte, el matrimonio, la traición".

Así es como nacieron Tilly Dunnage, su madre Molly y el pueblo ficticio de Dungatar. El personaje de Tilly está inspirado, al menos en parte, en la madre de Rosalie. "Mi madre vivía en Jerilderie. Se divorció y eso generó un cierto escándalo en torno a ella. A partir de ese momento tuvo que ganarse la vida como costurera. Vi el contraste entre ella, costurera, y las señoras acomodadas del pueblo, que lo único que querían era que mi madre les hiciera trajes maravillosos. Lo que pretendía en la novela era contrastar a Tilly, como alguien aparentemente inferior, pero en realidad increíblemente hermosa y superior, con los habitantes del pueblo", cuenta Rosalie. "Me encantaba la idea de que pudiera volver al pueblo después de muchos años y fuera como esa piedra que lanzas al agua y genera alrededor de ella unas ondas que se van alejando cada vez más. Era una idea que captaba algo con lo que me identificaba", añade.

Conseguir los derechos de la película, sin embargo, resultó un poco más difícil. Sue recuerda que se puso en contacto con Rosalie, "porque estaba deseando saber si había alguna forma de que pudiera hacerme con los derechos de la película, pero, desgraciadamente, ya se lo habían asignado a otra productora. De todas formas, quedamos y volvimos a retomar la relación de nuestra infancia. Por aquel entonces, no hablamos de cómo convertir el libro en una película, porque ya tenía los derechos otra productora, pero empezamos a jugar al golf. Las dos jugábamos muy mal, pero no hay nada mejor que estar en un curso de golf con una novelista hablando de la vida, de la muerte y del universo. Un día Rosalie, dando vueltas a mi alrededor, me dijo: 'Los derechos de The Dressmaker salen a la venta, ¿te interesarían?' y yo le conteste algo así como: '¡¡¡SÍ!!!".

Rosalie Ham tuvo que enfrentarse al miedo natural de todos los novelistas al 'ceder' su trabajo. Sin embargo, la renovada amistad y el entendimiento mutuo con Sue Maslin lo hicieron más fácil. "Cuando alguien viene y te dice que quiere convertir tu libro en una película, te parece fantástico, pero también sientes miedo de que lo cambien", explica Rosalie. "Sin embargo, Sue entendía perfectamente de qué iba el libro. Había visto Road To Nhill (que Sue Maslin produjo en 1997) y me encantó, porque reflejaba las relaciones entre los personajes de una pequeña comunidad, y también la naturaleza humana. Así que cuando venció la opción de compra de los derechos y Sue me preguntó si quería hacer la película, se convirtió un hecho consumado".

¿Cómo aparece en escena JOCELYN MOORHOUSE, la directora?
"Necesitaba a alguien capaz de captar la delgada línea que separa la comedia de la tragedia -explica Sue-, ya que es algo esencial en la historia, y la persona a la que recurrí fue Jocelyn Moorhouse, sobre todo teniendo en cuenta su fantástica película La prueba, una obra divertida y triste al mismo tiempo que ponía de manifiesto la extraordinaria directora que es. Fui a Los Ángeles para verla y tuvimos una larga conversación sobre la película, pero me dijo que no estaba preparada para hacerla en ese momento".

La perseverancia fue fundamental. Jocelyn Moorhouse recuerda que "le sugerí otros directores a los que podía recurrir, pero Sue no admitía un no por respuesta. Cada dos meses me preguntaba: '¿Sigues ocupada todavía?', así que terminé por leerme el libro y enseguida me enamoré de él. Empecé a obsesionarme entonces con llevarlo a la pantalla".

Jocelyn se unió al proyecto no solo como directora, sino también como guionista. La autora, Rosalie, confiesa que "sabía que cuando cediera los derechos, tendría que dejar marchar al libro, que dejaría de ser mi proyecto. Cuando Sue mencionó que le gustaría que Jocelyn escribiera el guion, sabía que haría un buen trabajo porque conocía La prueba. Es una película que no se me olvidará nunca".

Los temores naturales seguían existiendo, pero Sue y Rosalie fueron a Warragul a ver a Jocelyn, que estaba en casa de sus padres. Rosalie sacó un montón de libros que le habían servido de referencia para escribir The Dressmaker. El entusiasmo que mostró Jocelyn al hojear los libros y decir: "¡Dios mío! Mira ese vestido" o "Es maravilloso, es un twill, así es como lo hacen" llevó a Rosalie a comprender que estaba convencida y que sus ideas sobre los colores, los diseños o la historia seguían el espíritu del libro.

"Cuando volvimos en coche a Melbourne desde Warragul", hace memoria Rosalie, "recuerdo que pensé 'Todo va a salir bien, será estupendo'". Sue Maslin asegura que "Rosalie ha sido nuestra piedra de toque. Le contó a Jocelyn lo que pensaba sobre los personajes, pero como una sugerencia, nunca fue algo forzado o impuesto en absoluto, confiaba plenamente en lo que estábamos haciendo".

Jocelyn Moorhouse comenta que hubo muchas cosas que le llevaron a adaptar el libro. "La historia es en sí misma irresistible. Me encanta la venganza, la idea de lo que hace que una persona desee castigar a los malhechores por lo que han hecho en el pasado. Me encantaba el personaje de Tilly. Es una mujer fuerte que tiene un misterio en torno a ella y un pasado trágico. También me encantaba la relación madre-hija y la posibilidad de reunir a dos extraordinarias actrices en un duelo interpretativo fantástico. La historia de amor es muy hermosa y también triste y divertida, y tiene un carácter heroico en el plano emocional. Quería crear, tanto en el guion como en la pantalla, un ambiente de película del Oeste, un paisaje arquetípico, desolado e inhóspito en el que tenían que sobrevivir estas personas, pero al mismo tiempo hay mucho humor en todo esto y una cierta elegancia. Pretendía que tuviera los ingredientes de una fábula: un malvado pueblecito con un secreto intenta protegerse del ángel vengador que desciende sobre ellos".

Cuando empezó la fase de elaboración del guion, a Sue Maslin le encantó el enfoque de Jocelyn, "tenía muy claro que si nos decantábamos únicamente por la comedia, podríamos caer fácilmente en la caricatura. Siempre que te enfrentas a una comedia, tienes que buscar un equilibrio del "pathos" para poder valorar cuáles son las emociones que mueven en todo momento a los personajes. Y Jocelyn entendía todo esto perfectamente. El nivel de detalle del guion es extraordinario, en muchos, muchos niveles.

Recibí el guion y me senté a leerlo en mi mesita del salón", recuerda Rosalie. "Lo cogía de vez en cuando y lo hojeaba para asegurarme de que las escenas clave que quería que se mantuvieran estuvieran en el guion. Sue Maslin me telefoneó al día siguiente y me dijo: 'Me estoy poniendo mala, no he tenido noticias tuyas desde ayer. ¿Qué te parece? Le dije: 'Es maravilloso, así que ¡adelante, haz la película!', pero no le confesé a Sue que no había leído el guion. Ya no era mío, era su proyecto y quería que me sorprendieran. No me agobiaba que pudieran hacer lo que consideraran necesario. Me preocupaba que siguieran estando los grandes temas y cuando supe que estaban, me puse muy contenta".

Para Sue Maslin estaba claro desde el principio que no iba a ser una película de bajo presupuesto. Los decorados y el vestuario iban a ser de la época y no solo eso, sino diseños de alta costura de la época. "A esto se unía el hecho de que la película iba a ambientarse en el campo, cuidando de mil y un detalles, lo que suponía que iba a ser una de las películas australianas con un presupuesto muy alto".

Kate Winslet, 'Tilly Dunnage' desde el primer momento
Para poder disponer de ese presupuesto, el reparto era fundamental. Sue y Jocelyn empezaron a pensar desde el principio en actrices de suficiente talla y tirón en la taquilla, y que tuvieran el talento y la variedad de registros que se necesitaban para interpretar a Tilly. Como la propia Jocelyn declara: "Desde que la vi en Criaturas celestiales, siempre he adorado a KATE WINSLET y he deseado trabajar con ella. Cuando estaba escribiendo el guion y pensaba en quién podría interpretar a Tilly, Kate era mi preferida, por su fuerza, su belleza, su sensualidad y también por el hecho de que pudiera convertirse en un personaje tan complejo".

Cuando Sue Maslin le envió el guion a Kate Winslet, Jocelyn recuerda que le dijo a Sue: "¿Cuál es el problema? ¿Que diga no? Pero también puede decirte que sí. En ese momento no éramos muy conscientes del tiempo que pueden tardar estas cosas, pero no nos importaba esperar y no le ofrecimos el papel a nadie más. Nos seguíamos preguntando si no deberíamos darnos por vencidas, pero no podía dejar de pensar en Kate Winslet interpretando el papel de Tilly, así que sugerí que siguiéramos esperando y, por fin, un día recibí un correo electrónico de Kate precioso y de lo más emotivo en el que me decía: 'Me encanta este personaje y sé cómo interpretarlo. Siento que la conozco. ¡Sí, voy a hacer el papel!"

Kate Winslet recuerda: "la primera vez que leí el guion, lo que más me llamó la atención fue lo diferente que me parecía esta mujer de todo lo que había leído desde hacía un tiempo. Hay en ella una fuerza que es inquebrantable y casi agresiva en algunos momentos, porque tuvo que vencer muchas dificultes para poder seguir siendo fuerte y la persona que es. Además, es australiana y me encanta interpretar personajes que vienen de otros países. Lo que más me llamó la atención fueron los dungatarianos, que es como terminamos llamado a los habitantes del pueblo durante el rodaje. Su historia se desarrolla con un telón de fondo tan cómico, que la ironía de todo eso me impactó. Es una historia valiente, divertida, cómica, misteriosa y, en algunas ocasiones, extraña, con una intensa relación madre-hija en el centro de todo. En fin, que la combinación de todas esas cosas me enganchó".

Al igual que Sue Maslin, Rosalie Ham y Jocelyn Moorhouse, DON MCALPINE, nominado al Óscar como mejor director de fotografía, creció en la Australia rural. Para Don, comprender el guion y dar forma a la realización visual de la película fue un proceso de absorción que comenzó años antes del primer día de rodaje.

"Yo sabía que Jocelyn estaba escribiendo el guion dos o tres años antes de que comenzara la fase de producción", comenta Don. "Con la mayoría de las películas, llego tres semanas antes de que empiece el rodaje, pero no fue este el caso. Me encanta la forma de hacer cine de Jocelyn y P. J. Hogan, (marido de Jocelyn y director cinematográfico). He llegado a un punto de mi carrera en el que escojo los trabajos que pienso que me van a reportar algo a cambio y este es uno de ellos".

La primera tarea de Don, y algo que encarecería aún más el presupuesto de la película, fue encontrar Dungatar...


En busca del pueblo de Dungatar
Dungatar no es un pueblo real, es el compendio de la maldad, podría estar en cualquier país del mundo y, a pesar de su imagen fantástica y habitantes excéntricos, surge de las profundas verdades sobre el comportamiento humano. "Es la clase de pueblo al que nunca desearías volver, lleno de personas malvadas y secretos horribles. Todo el mundo sabe algo de los demás y eso los mantiene a raya", asegura Jocelyn Moorhouse.

Es un pueblo que surgió de la fértil imaginación de Rosalie Ham y que el equipo creativo tenía que recrear. Cuando se pusieron en marcha camino de Victoria y Nueva Gales del Sur para encontrar un Dungatar ya construido, no imaginaban lo difícil que iba a resultar. Sue Maslin recuerda: "El primer viaje lo hicimos solo Rosalie y yo. Nos subimos al coche y salimos de Melbourne con dirección al oeste, a los campos de Victoria. Llegamos hasta lo que llamamos Mallee y Wimmera, dos regiones en las que predominan las llanuras abiertas. Fuimos allí en primer lugar porque es el tipo de paisaje en el que crecimos".

Había muchos pueblos con posibilidades, pero siempre había algo que hacía que no fueran perfectos para Dungatar. Cuando Jocelyn entró a formar parte del equipo, concretó: Dungatar tenía que ser un pueblecito en medio de la nada rodeado de un cinturón de campos de trigo, pero con una sola montaña tras él; esto era algo esencial para la historia. Sin embargo, era algo casi imposible de encontrar, porque el paisaje de estas regiones consiste en kilómetros y kilómetros de llanura y, si hay una montaña, hay otras muchas alrededor.

Sue continúa: "Jocelyn y yo estuvimos buscando casi tres años. En esos viajes nos llevamos a Don McAlpine y a Roger Ford, el director de producción". Don McAlpine recuerda: "Viajé durante unas dos semanas con Jocelyn y P.J. Hogan en la parte de atrás de mi coche por toda Nueva Gales del Sur, fijándonos en todos los pueblecitos y confiando en que lo encontraríamos". En algunos de los viajes, se les unió el director de producción ROGER FORD, que conocía a Jocelyn por haber trabajado juntos en la película de P. J. Hogan Peter Pan: La gran aventura, "seguro que encontraríamos un pueblecito todo lleno de ladrillo que no nos serviría, así que empecé a pensar que deberíamos construir el pueblo, que era la única forma de conseguirlo", comenta. "Al final decidimos que construiríamos el pueblo. Así que, evidentemente, lo próximo era encontrar una localización cerca de un lugar donde hubiera servicios. Me llevaron a ver tres localizaciones y después a otras dos más, pero las rechacé personalmente. Les dije que la montaña era demasiado escarpada; había algo no funcionaba".

Y de pronto, Sue recibió una llamada del departamento de localización de Film Victoria, la agencia estatal de Victoria, para preguntarle si los localizadores de exteriores habían ido a los You Yangs, una zona de montañas bajas a unos 80 km al sur de Melbourne. "No, iremos y echaremos un vistazo" -contestó-, y fue increíble. Detrás de los You Yangs está el Centro de Biodiversidad Mt. Rothwell. Desde allí puedes subir a una elevación y de repente a tus pies se extiende una vasta llanura que se pierde en el horizonte. Es un escenario donde estaban la montaña y las llanuras, y lo más importante, nos proporcionó esos farallones de granito increíbles y esos árboles muertos y nudosos. Así que dijimos: 'Aquí es donde debería haberse construido Dungatar'. Lo malo es que yo había presupuestado que encontraríamos un pueblo, no que tendríamos que construirlo", declara Sue. "Así pues, supuso muchas conversaciones con Roger Ford, que tenía unas ideas geniales sobre cómo podríamos construir el pueblo, y después, por supuesto, salir a buscar el dinero para hacerlo".

Jocelyn Moorhouse ensambló algunos moodboards y empezó a hablar con Roger Ford sobre cómo se vería el pueblo en la pantalla, y terminó simplificándolo de tal forma que recordaba a los cuadros de Russell Drysdale. Tenían que imaginar cómo se integraría en el paisaje o cómo sería la calle principal. Jocelyn se sentía segura: "Roger Ford es capaz de mirar a un lienzo vacío e imaginar todas las posibilidades que hay".

Sue Maslin subraya: "No es un lugar corriente, proviene de una fábula y tiene que parecerse a las fábulas. Es un pueblo que ha conocido mejores días y está bastante deteriorado. Aquí es donde empezaba el trabajo del departamento artístico, porque todo estaba recién construido y tendríamos que envejecerlo para que pareciera decrépito y azotado por el viento".

Cuando vio el pueblo terminado por primera vez, Rosalie Ham recuerda: "Fue muy emocionante. Me bajé del autobús en Dungatar. Era un día de mucho viento, frío y deprimente y allí estaban las casas, el pueblo entero, era algo real. Me emocioné. Me asomé al porche de Molly y miré hacia la montaña y al resto del pueblo. Era perfecto. Recuerdo que me volví y señalando con la mano, dije: '¡Mira, Dungatar!'"

La creación de Dungatar: spaghetti westerns como referencia
Reflexiones del diseñador de producción Roger Ford:

"En primer lugar, tengo que decir que tenía referencias fantásticas de Jocelyn, la mayor parte de ellas sacadas de otras películas, de westerns como Conspiración de silencio y Sin perdón, y de los spaghetti westerns de Sergio Leone.

Jocelyn quería que el público sintiera que Tilly Dunnage vuelve con un profundo deseo de venganza, como esos pistoleros que vuelven al pueblo. Quería que la película tuviera un toque de western, así que el pueblo tenía que ser sucio, feo y algo peligroso. Los colores tenían que ser apagados y tenía que haber por todas partes hierros oxidados y madera, una madera desgastada. No podía haber asfalto en la calle, una calle de gravilla áspera y sucia; así pues, el tener que construirla nos dio esa posibilidad.

Conseguimos esa gravilla de color anaranjado, la esparcimos por la calle y el pueblo empezó a parecer un pueblecito mugriento de verdad.

La época en la que nos basamos no fue la década de los 50, sino que retrocedimos un poco más en el tiempo, porque queríamos lograr el impacto de la llegada de Tilly de Europa con sus fantásticos trajes de los años 50 y el tremendo contraste con ese pueblo cochambroso. Por eso, conservamos los colores apagados y unas construcciones muy simples".

Y para acentuar ese aspecto estilístico, el director de fotografía utilizó el gran angular de forma exagerada.


La elección del resto del reparto
Una vez asegurada la participación de Kate Winslet, y con el pueblo de Dungatar surgiendo de la nada, la directora de reparto, CHRISTINE KING, trabajó en estrecha colaboración con Jocelyn y Sue para reunir un increíble elenco de actores australianos que darían vida a los perversos habitantes del pueblo de Dungatar.

El papel de Molly Dunnage, la madre de Tilly, era esencial, y ya se había decidido la actriz que lo interpretaría desde el principio. "Pensamos desde el primer borrador del guion que, trabajara quien trabajara en la película, JUDY DAVIS interpretaría a Molly, pero no podíamos pedírselo hasta que no estuviera terminado el guion y pudiéramos decirle qué actriz iba a interpretar a Tilly -explica Sue-. Al final, tuvimos el inmenso placer de poder decirle que Kate Winslet haría el papel de Tilly y Judy dijo que, por supuesto, sería Molly.

"Judy Davis es una actriz brillante, una de las mejores a nivel internacional. En Maridos y mujeres de Woody Allen, estaba tan graciosa que pensé que clavaría a Molly. Pero no tenía que ser solo graciosa. Era perfecta para el papel de esta mujer que ha tenido que soportar mucho dolor en la vida, pero sigue teniendo un extraordinario sentido del humor", asegura Jocelyn Moorhouse.

El registro interpretativo, la seriedad, el ingenio y la acidez de Judy Davis serían el contrapunto perfecto de Kate Winslet. En palabras de Sue: "Desde la perspectiva de Jocelyn y la mía, no podíamos pedir más: trabajar con dos de las mejores actrices del mundo, Judy Davis y Kate Winslet, juntarlas en una película y presenciar la magia. Elegir al actor para interpretar a Teddy fue probablemente la decisión más difícil. Tenía que ser un actor que transmitiera el encanto y la masculinidad del papel. Queríamos que fuera un actor australiano, pero que tuviera credibilidad entre el público internacional. LIAM HEMSWORTH desde luego reunía las características físicas del papel y también la sensibilidad".

Para el resto del reparto de la película, recurrimos a los mejores actores australianos de proyección local e internacional: HUGO WEAVING, CAROLINE GOODALL, SHANE BOURNE, REBECCA GIBNEY, SACHA HORLER, SHANE JACOBSON, ALISON WHYTE, GENEVIEVE LEMON, BARRY OTTO, SARAH SNOOK, AMANDA WOODHAMS, HAYLEY MAGNUS, GYTON GRANTLEY, JAMES MACKAY, JULIA BLAKE KERRY FOX y MARK LEONARD WINTER.

Judy Davis habla de cómo fue el trabajo a partir del guion adaptado: "He trabajado en algunas películas en las que me hacía con el libro y subrayaba algunas cosas. En este caso, decidí que me ceñiría exclusivamente al guion de rodaje y eso fue lo que hice. Durante los ensayos, probablemente ser la única persona de la sala que no había leído el libro supuso una ventaja porque si no entendía algo, probablemente alguien me habría dicho: 'Sí, claro, pero está en el libro, ¿sabes?', a lo que habría contestado: 'No me lo he leído y esto no tiene sentido.' Es una gran ventaja tener a alguien en la sala que trabaja solo a partir del guion".

Uno de los actores extra de la película es Rosalie Ham. Sue explica: "Rosalie dijo en broma que me daba la oportunidad de contar con ella como extra en la película, y acepté la propuesta. Se embarca en la aventura de experimentar la transformación de Tilly, así que aparece en un segundo plano con otras muchas mujeres de Dungatar a las que esos maravillosos trajes han transformado". Dice Rosalie que no se "imaginaba que estaría tan cerca de los demás actores y de las cámaras. Vi el lado físico y técnico de la película, las cámaras, la forma de encajarlo todo... Es un poco parecido a la forma en que se escribe un libro. Me tocaba ser la entrometida. Fue fantástico".


El vestuario: La moda de los 50'
La directora Jocelyn Moorhouse comenta: "Una amiga mía diseñadora me dijo en una ocasión que la alta costura es un arma, y se me quedó grabado. Me gusta la idea de que una mujer sea capaz de usar sus dotes para diseñar una ropa que transforma a la gente que la lleva puesta y utilizar eso como un arma contra esas personas".

El vestuario es un elemento esencial en La modista; es fundamental en cualquier película, pero aquí adquiere más importancia todavía. Rosalie Ham tenía los trajes en mente cuando escribió el libro en el que se basó la película: "La idea de la ropa como disfraz, como algo que sirve para tapar los defectos del cuerpo, era algo que quería explorar, pero, en este caso, acentúa los defectos de la gente, sentimientos como la vanidad o los celos; así que todo nace de ahí".

La moda en La modista tiene que ver con los disfraces. Tilly Dunnage se aprovecha de las mujeres del pueblo y apela a su sentimiento de competencia y de vanidad. Las mujeres de Dungatar llevan mucho tiempo sin sentirse bien o guapas, por eso, es una forma de seducirlas y darles un falso sentimiento de esperanza. Tilly simplemente les da cuerda -o cinta- suficiente para ahorcarse. Les "descose las costuras", siguiendo el juego de palabras de Rosalie.

Hugo Weaving, que interpreta al sargento Farrat, un entusiasta admirador de las dotes de Tilly, comenta: "Lo difícil en la película es dar con el tono adecuado. Todo debía basarse en la realidad y en la verdad, pero, al mismo tiempo, la realidad está aumentada, por lo que es un poco surrealista. Los personajes están sacados de la vida real, reflejan tipos concretos, pero muchos de ellos están más allá de la vida real y los trajes tenían que reflejarlo de alguna manera".

Kate Winslet comenta: "Tilly se ha formado como modista de alta costura en Francia, con Balenciaga, Dior y Madame Vionnet. Los habitantes de Dungatar no entienden del todo lo mágicas y hermosas que son sus creaciones, creen que son simplemente trajes elegantes. Es una especie de regalo que ella les hace, que lleva consigo pequeñas dosis de venganza al mismo tiempo. Pasan de tener un aspecto pálido y teñido con tonos té a parecer que desfilan por una alfombra roja. Es realmente espectacular".

Christian Dior VS Vionnet y Balenciaga
En los años de posguerra de la década de los 50 la moda se dividió en dos movimientos contrapuestos; por un lado, en 1947, Christian Dior creó el "new look", que devolvió a las mujeres en cierto modo al corsé y a la cintura de avispa. Por otro lado, Madame Vionnet y Balenciaga eran modistos que no utilizaban el artificio; usaban lo que había y la forma en que la tela cubría el cuerpo para resaltar las virtudes y ocultar los defectos. En palabras de Rosalie: "Quería que quedara clara la distinción entre esas dos cosas en The Dressmaker. Puedes ser femenina y hermosa y no tienes por qué llevar un corsé ni cambiarte de arriba abajo para poder conseguirlo.

Fue también en esa época cuando los diseñadores franceses empezaron a influir en las cadenas de tiendas y en la cultura de los jóvenes y a sacar partido del aumento en la producción de materiales. Jocelyn Moorhouse explica que "la moda de los años 50 fue fascinante porque venía de un ambiente de mucho sacrificio. Todo el mundo se había visto obligado a ser austero, y entonces llegó Christian Dior y lo cambió todo. Y Balenciaga. Cambiaron los cortes y utilizaron una cantidad de tela ridícula para crear algo que eran verdaderas obras de arte, no solo trajes".

Para un diseñador de vestuario para cine, la película plantea un reto extraordinario: no solo es necesario confeccionar trajes individuales, sino tener presente también la paleta a la que deben ajustarse esos individuos en las escenas de grupo.

MARION BOYCE, conocida por su reciente trabajo en la serie de televisión de época Miss Fisher's Murder Mysteries, fue la encargada de confeccionar más de 350 trajes para la totalidad del reparto de la película, salvo en un caso. Para diferenciar el personaje de Tilly, encargaron a MARGOT WILSON, que ya había trabajado con Sue Maslin en dos películas, y con Kate Winslet en otra, el diseño de los trajes de la protagonista principal.

Jocelyn subraya: "Me parecía importante que utilizáramos como fuente de inspiración el trabajo de diseñadores europeos famosos de esa época, para que las creaciones de Tilly destinadas a las señoras del pueblo fueran fieles a ellos, y añadir, al mismo tiempo, un toque de pensamiento futurista. Los trajes de Tilly tenían que ser muy elegantes y chic, pero no demasiado llamativos. Las diseñadoras suelen hacer los trajes más llamativos para sus clientes y ellas se visten con un estilo más chic y comedido".

Cuando Jocelyn Moorhouse habló con Marion y Margot sobre las combinaciones de colores de los trajes, coincidieron desde el principio de la película, que Dungatar, como otros muchos pueblos de Australia, tenía que estar anticuado. La gente vestiría con trajes de los años 30 o 40. Entonces, llegaría Tilly y les traería un gusto europeo, muy moderno. Los colores de estas nuevas creaciones tenían que ser muy vivos: rojos oscuros, amarillos mostaza y verdes esmeralda. Querían colores fuertes para que destacaran sobre la atmósfera polvorienta del pueblo.

Buena parte se debió al trabajo de Jocelyn y Roger Ford en cuanto al diseño de producción. Roger recuerda: "Tuvimos largas conversaciones sobre el tema y me propuse mantener los colores muy apagados y las formas prácticamente sin ningún atractivo para que los diseños y las formas de los trajes destacaran aún más". Sue añade: "El diseño del vestuario es en muchos aspectos el motor de la narrativa visual de la película. Los habitantes de Dungatar casi desaparecen entre los tonos suaves de este pueblecito que se ha quedado atrás en el tiempo. Y entonces aparece Tilly con su máquina de coser Singer debajo del brazo, lo cual causa más efecto".

En opinión de Jocelyn: "Gertrude Pratt (SARAH SNOOK) es la que al final lleva los mejores trajes. Tilly adopta con ella el papel de Pigmalión. Al comienzo de la película Gertrude es un personaje anodino que viste unos trajes que parecen sacos de patatas. Suplica a Tilly que la ayude y el cambio es fabuloso. La convierte en una diosa".

La propia Tilly lleva unos trajes primorosamente hechos a la medida. El cuidado de los detalles, incluso de elementos que no iban a aparecer en pantalla, como la ropa interior de época, por ejemplo, era algo esencial para el equipo.

Algunos trajes procedían de las colecciones privadas de algunos coleccionistas obsesivos, y venían de todas partes del mundo. Marion Boyce comenta: "El número total de trajes era abrumador. Para empezar, eso suponía un montón de presión y, de hecho, tuve que dejar de pensar en la presión para disfrutar con el trabajo y seguir adelante".

Marion estudió en profundidad el trabajo de los modistos de París, leyendo infinidad de cosas sobre los tejidos que se inventaron en aquella época y descubriendo a los diseñadores más interesantes de aquel tiempo. No consistía en saber solo de dónde venían los nuevos cortes, sino el porqué de esos cortes, y cuáles eran las costumbres sociales de la época. "Los primeros años de la década de los 50 fueron unos años apasionantes. La alegría volvió de nuevo a la ropa. Los trajes eran más sueltos y hacían que te apeteciera bailar otra vez".

Marion sabía cómo hacer unos trajes que favorecieran a los actores, pero ¿cómo hacer unos trajes que les sentaran mal? Esta necesidad surgió por la presencia de Una Pleasance (SACHA HORLER), la modista que llega al pueblo para competir con Tilly. "Hacer trajes que quedaran mal supuso todo un reto para mis patronistas, cortadoras y costureras, porque son muy buenas en su trabajo", dice Marion. "Cuando estábamos confeccionando el vestido de boda de Gertrude, que había diseñado Una Pleasance, me dijeron: 'Pero si es de color crema y debería ser blanco', y yo les contesté: 'Ahí está la gracia'. Tuve que convencerlas para que superpusieran una capa sobre otra para crear ese espantoso merengue. Gertrude tenía que salir gateando por las ventanas, correr por el pueblo y caerse por la montaña con esa maravillosa "tarta". A las costureras y a las cortadoras les duele hacer algo intencionadamente espantoso, pero al final ver a Gertrude vestida con ese traje que le sobra por todos lados y lo cómico que resulta es francamente genial".

Margot Wilson también tuvo que enfrentarse a la presión extra sobre el departamento de vestuario dada la naturaleza del guion. "Raras veces trabajas en una película que trata sobre trajes frente a otros temas. Lo que caracteriza al personaje de Tilly es su pasión por diseñar ropa, así que sentí más presión al hacer mi trabajo que en ninguna otra película de las que había hecho antes, aunque, por supuesto, siempre intentas dar lo mejor de ti en cada película".

Para Margot Wilson, resultaba esencial hacer un estudio preciso para diseñar los trajes de Tilly, pero: "Podía recrear el "new look" que introdujo Dior y después darle el toque de Tilly. Kate tenía un tipo estupendo para trabajar, perfecto para los años 50. Crear trajes que podía modelar sobre la figura de Kate era como un sueño hecho realidad".

De los resultados finales, y de su propio personaje, que evita la transformación, comenta Judy Davis: "Creo que los trajes son absolutamente maravillosos. Dadas las dimensiones de la película, y la limitación de tiempo, Marion Boyce hizo un trabajo extraordinario. El vestuario de Molly no es muy amplio, gracias a Dios, así que fue muy sencillo".

Reflexiones de Marion Boyce, diseñadora de vestuario
"La verdad es que una de mis costureras me envió la novela La modista hace unos años y me dijo: 'Marion, tienes que hacer esta película y yo quiero trabajar en el equipo'. Y aquí está, en este equipo y en esta película.

Cuando me propusieron trabajar en LA MODISTA, me puse muy nerviosa. Pero, también pensé: '¡Caray, eso supone tener que confeccionar un montón de vestidos!' Era apasionante, pero también un reto enorme, un montón de personajes y un montón de jornadas de trabajo.

Suelo hacer muchas películas de época. Tengo una amplia colección de libros y estudios y Jocelyn y yo pasamos mucho tiempo consultándolos. No pasábamos horas, mirando y leyendo detenidamente y decidiendo qué dirección íbamos a tomar. Pensamos en las historias de los personajes, en dónde empezarían, hacia dónde se dirigirían y dónde terminarían.

El contraste es enorme entre los trajes campesinos de algodón, los monos de trabajo o la ropa funcional y los vestidos confeccionados con telas de una extraordinaria textura, capas de 40 metros de organza de seda blanda plisada (la idea de unos trajes de organza de seda blanca en ese ambiente es absurda, pero es lo que hace que resulte tan cómica). Vestidos increíblemente entallados con unos zapatos de tacón alto entre el polvo: había algo ridículamente fantástico en todo esto".

Reflexiones de Margot Wilson, diseñadora de vestuario de Tilly
"Kate y yo hablamos de los trajes y de las telas y de qué clase de persona era Tilly. Hablamos de los cortes, del uso de colores vivos y colores dobles, como el rojo y el mostaza, el morado y el verde, y el negro, que estaban muy lejos de lo que la gente del pueblo llevaba.

Hice muchos dibujos de Kate con los trajes, los diseños y los contornos; se los enseñé y empezamos a retocarlos.

Al diseñar un vestido, tienes que pensar en lo que se dice en pantalla, en el diálogo, en la acción, en lo que se describe en la escena como acción.

Es fantástico trabajar con Kate, porque puedes hablar del personaje con ella y explorar ideas. Es una persona con los pies en la tierra y tiene una paciencia increíble cuando diseñas un vestido y le haces pruebas para ver cómo se transforma en el personaje según hablas con ella. Tenía muy claro cómo era el personaje.

La forma en que me planteo los trajes es la siguiente: '¿Puedo ver al personaje con esa ropa y se ajustan?' Normalmente, ves si hay algo que sobresale que no debería estar ahí. Así que, cuando miro a la percha y veo que todo combina perfectamente, que es un todo, pienso que he hecho un buen trabajo".

El traje rojo
Una escena fundamental de la película, poco después de que Tilly haya vuelto a Dungatar, refleja perfectamente el poder de sus creaciones y cómo conducen la narración en la película, además del cuidado por parte del departamento de vestuario a la hora de crear magia.

Por el pueblo han circulado rumores de que Tilly Dunnage, la supuesta asesina, ha vuelto, pero nadie lo sabe seguro. Y entonces...

"Tilly decide dejarlos a todos boquiabiertos", comenta Kate Winslet. "Se presenta en un partido de fútbol local, empujando la silla de ruedas de Molly 'la loca', su madre, y vistiendo un traje rojo ceñido, espectacular, además de unos maravillosos zapatos rojos de tacón alto. Cigarrillo, boquilla, gafas oscuras, en una palabra, todos los complementos. Así es como hace su aparición".

Jocelyn añade: "El traje rojo tenía que ser espectacular porque era su manera de decir: 'He vuelto y os vais a fijar en mí'. Tenía que ser rojo porque están jugando un partido de fútbol salvaje y tenía que ser algo que lo parara en seco. Es como la sirena de La Odisea, cuando Ulises dice: 'no las miréis, no miréis a las sirenas, atadme al mástil'. Jugamos con eso y Tilly se las arregla para hacer que el partido de la primera división se pare por completo a causa del vestido.

Margot Wilson entendió perfectamente que el traje tenía que impactar enseguida, pero que tenía que ser elegante y fino, que no podía ser chabacano o descarado. Prosigue Kate: "Margot me dijo: 'Mira, tengo esta tela que compré hace 20 años en Milán, sabiendo que algún día la utilizaría para algo especial, aunque no tenía ni idea de para qué'". "Rebusqué entre mis cajones esa tela -dice Margot-, una tela de seda muaré para la que llevaba tiempo buscando una película donde usarla y, al final, resulta que esta era esa película".

Kate admite que para ella "fue un honor que quisiera hacer el traje rojo de Tilly con esa tela tan maravillosa. Es extraordinario trabajar con una diseñadora de vestuario que se preocupa tanto por un personaje que está incluso dispuesta a sacrificar parte de su maravilloso arsenal de telas, de su pasado. Me sentí privilegiada al poder conocer parte de su historia".


Los personajes

TILLY DUNNAGE - Kate Winslet
Kate Winslet dice de Tilly: "Lo que más me llamó la atención fue lo diferente que me parecía esta mujer de todo lo que había leído desde hacía un tiempo. Hay una fuerza en ella que es inquebrantable, casi agresiva en algunos momentos, porque tuvo que vencer muchas dificultades en su vida para poder seguir siendo la persona que es. Tilly es única y tiene un talento extraordinario para su trabajo, tiene un sentido de la elegancia y del estilo del que carecen en el pueblo. Admiraba su extraordinaria autoestima. Es vulnerable, pero lo oculta muy bien".

Tilly Dunnage y su madre, Dolly, han sido siempre unas apestadas en Dungatar, con las que se han cebado sus avariciosos y despreciables habitantes. La trágica muerte de un niño, Stewart, el hijo de los Pettyman, cuando Tilly tenía 10 años y de la que fue acusada, supuso su expulsión del pueblo. Ahora, a sus treinta años, el misterio sin resolver de la muerte de ese niño la atormenta. Tilly vuelve para cerrar esa herida: en primer lugar, aclarando lo que sucedió y en segundo lugar, vengándose de algunos de ellos. Su fuerza, su talento extraordinario y su necesidad de amor resultan evidentes.

Sue Maslin, la productora, lo explica así: "El tema central de LA MODISTA es la venganza, la venganza concebida como algo desternillante, pero también la venganza como necesidad. En el caso de Tilly, es necesaria porque necesita comprender no solo por qué la consideraron culpable cuando era una niña y la expulsaron, y por qué han castigado a su madre desde que ella se fue del pueblo, sino que hay algo más importante: necesita conocer la verdad de lo que sucedió para reconciliarse consigo misma. Necesita perdonarse y no puede hacerlo sola".

En cuanto a su caracterización en la novela, Rosalie Ham dice: "Tilly Dunnage es reservada y distante, una espectadora. Tiene intuición, conoce a la gente y apela a lo bueno y lo malo que hay en ellos con su talento. Es una persona herida y algo vengativa, pero no hasta el punto de hacer algo terrible de forma directa. Lo que hace es preparar algunas cosas estratégicamente para que aquellos que lo merecen se arruinen solos. Es su personalidad en determinadas circunstancias lo que origina el caos, o la felicidad".

MOLLY DUNNAGE - Judy Davis
Molly Dunnage, o "Molly la loca" como se la conoce informalmente, es la ácida, impredecible y no tan insensata como parece madre de Tilly. Molly dice cosas hirientes, especialmente a su hija, a veces con intención y otras sin ella. Molly es aguda y directa como su hija y les dice a los habitantes de Dungatar lo que piensa. Sin embargo, y en palabras de la propia Jocelyn Moorhouse: "Molly se niega durante muchos años a aceptar que es la madre de esta mujer y eso le hace mucho daño a Tilly".

Sue Maslin habla de la importancia de Molly para la estructura de la película: "Algo que me ayudó realmente desde el principio de la película fue lo que dijo Jocelyn: 'Bueno, todo eso le pasa a Tilly, y sí hay una historia de amor (con Teddy McSwiney), pero la verdadera historia de amor es la relación entre madre e hija'. Y pensé que tenía razón, la relación entre Tilly y Molly es el sentimiento en el que se basa todo lo demás que pasa en la película".

Judy Davis admite: "Es un papel muy interesante porque abarca la comedia, o lo que yo denominaría alta comedia, y otros elementos de mucha densidad emotiva. El papel exigía ambas cosas y encontré que era una mezcla fascinante. Es estimulante, porque es como si fueras un malabarista lanzando al aire las bolas y, de repente, piensas si no te habrás pasado y si lo aceptará el público".

Liam Hemsworth señala el vínculo especial entre Teddy McSwiney y Molly: "Mucha gente de Dungatar habla por detrás de los demás, pero Molly, no. Es directa, les dice a la cara lo que se merecen y eso le gusta a Teddy. Tiene un gran espíritu de lucha"

TEDDY MCSWINEY - Liam Hemsworth
La historia de amor que surge entre Teddy y Tilly es muy tierna e inesperada, porque en muchas cosas son como el día y la noche. Tilly ha vivido en Europa, es una mujer de mundo, elegante, inteligente y con un pasado muy sensible. Teddy es un jugador de fútbol imperturbable, zafio, más joven que ella, que no se atrevería a salir de Dungatar, pero comparten la misma inteligencia y él se enamora de ella a primera vista.

Jocelyn Moorhouse comenta: "Teddy empieza a perseguir a Tilly, que se pasa mucho tiempo diciendo: 'No, no estoy aquí para enamorarme, no eres mi tipo y esto no puede funcionar'".

Teddy es aceptado en el pueblo por sus habilidades deportivas, pero los McSwiney viven a las afueras del pueblo, como gitanos, aunque no hayan viajado nunca. Son unos marginados, como Molly y Tilly. El hecho de que los McSwiney hayan cuidado de Molly de manera indirecta durante la ausencia de Tilly hace que Teddy se gane inicialmente el cariño de Tilly.

Liam Hemsworth dice que conectó con el personaje cuando leyó el guion "porque me recordaba a mucha gente con la que crecí, a mi abuelo en concreto, un australiano trabajador, alguien que se pone enseguida manos a la obra, muy positivo y peculiar, con un espíritu cariñoso y divertido.

Teddy es diferente de la mayoría de los habitantes de Dungatar porque tiene un poco más de ambición y quiere salir del pueblo y ver mundo. Sentía que lo conocía bastante bien y sabía exactamente cómo debía interpretarse".

Kate Winslet comenta: "Teddy es un hombre sincero, no tiene aires de superioridad, la mayoría de las veces parece un florero bien colocado, pero en muchos aspectos, es exactamente lo que Tilly necesita. Es lo que ella no ha experimentado nunca: alguien que la valora y que la ve tal como es. Es alguien sincero y puro. La relación que hay entre ellos es muy tierna y entrañable".

Liam Hemsworth añade: "Tilly es, como decirlo, tan distinta de la gente del pueblo y Teddy es tan distinto también que creo que él lo ve como una oportunidad para que puedan escapar de ese mundo".

En palabras de Rosalie: "Creo que lo más importante es que Teddy ayuda a Tilly a recobrar la fe en sí misma. Ella se siente maldita, piensa que ha hecho algo terrible y ha tenido que vivir con ello. El destino final de Teddy, que ha hecho que se sienta aceptada y querida y que ha sido amable, generoso y bueno con ella, le hace comprender a Tilly que no ha sido la culpable, que la gente es responsable de sus propias acciones. Puedes ser bueno y magnífico y tener un final miserable, y puedes ser malo y terrible y tener un final miserable también. No tiene que ver con Tilly, no fue culpa suya. Esa es la función que tiene Teddy para mí".


Los dungatarianos
Todos los personajes de Dungatar se dividen entre aquellos que ocultan o alimentan los trágicos sucesos del pasado que afectaron a Tilly y Molly.

Jocelyn Moorhouse comenta: "Algunos no son malos, pero todos han cometido actos bastante crueles que intentan olvidar. Cuando Tilly vuelve, se ven obligados a recordar. Los ciudadanos de Dungatar ven a Tilly como una amenaza de su status quo, de esa semipacífica existencia en la que se han instalado. La expulsaron cuando era pequeña, la acusaron de asesinato y el mero hecho de que haya vuelto significa que tendrán que enfrentarse a todas las maldades que le hicieron en el pasado". La forma en que tratan a Tilly y entre ellos determinará su destino final.

EL SARGENTO FARRAT - Hugo Weaving
El sargento Farrat es el representante de la ley en Dungatar. Es un buen hombre que, a pesar de los defectos de Dungatar, quiere al pueblo y el pueblo a su vez le quiere a él, pero tiene una pequeña pega, esconde un secreto: le gusta vestirse de mujer. Es más, le gusta muchísimo.

Hugo Weaving, el actor que interpreta el papel, explica que el sargento "está entusiasmado y ansioso con la llegada de Tilly, ansioso porque sabe algo del pasado de ella, y entusiasmado por sus dotes para la costura y... por las telas lujosas y trajes con estilo que ofrece al pueblo.

En cuanto a lo que LA MODISTA pone al descubierto, Hugo comenta: "El propósito fundamental de la película es desnudar a los pretenciosos y las mentiras ocultas. Por eso, las apariencias son muy importantes, la imagen de la gente es muy importante y también sus aspiraciones. Así pues, los trajes y los vestidos de mujer, incluso los vestidos de mujer ocasionales del sargento Farrat, dicen mucho de la persona".

El sargento es prisionero de su secreto, de la única persona que lo sabe (Evan Pettyman) y que lo utiliza para controlarle. Al final, sin embargo, y a diferencia de otros muchos habitantes del pueblo, la revelación de sus mentiras y secretos supone para él una liberación.

EVAN PETTYMAN - Shane Bourne
Al igual que sucede con otros personajes, el apellido Pettyman (insignificante, mezquino en inglés) resulta muy acertado. Evan Pettyman es el pomposo concejal de Dungatar, el "Gran Poobah", como le gusta llamarse a sí mismo, y un mal bicho. Si no es el villano más malvado de la película, es al menos el cabecilla.

Sus aventuras extramatrimoniales y su crueldad con su sufrida esposa, Marigold (Alison Whyte) y su nepotismo son rasgos que se suman para dar como resultado a este antipático personaje.

Shane Bourne, el actor que interpreta a este personae, comenta: "Se casa con Marigold, una mujer débil y frágil, cuyo padre fue el antiguo presidente del condado, para asegurarse el cargo. Creo que como concejal ha hecho un trabajo bastante bueno resolviendo las necesidades del pueblo, pero es ligeramente antisocial, le encanta el control y es capaz de hacer cualquier cosa para salirse con la suya".

Evan Pettyman se siente muy preocupado por la vuelta de Tilly y el porqué se va haciendo evidente poco a poco: su mundo y su status se ven amenazados desde el momento en que vuelve.

En cuanto a la cualidad que comparten Tilly y Evan, Shane comenta: "El talento de Tilly le permite manipular la situación tanto como el concejal Pettyman, pero ella lo hace de una forma más inteligente y creativa".

MARIGOLD PETTYMAN - Alison Whyte
Marigold Pettyman, la sufrida esposa de Evan, no sale con mucha frecuencia de su inmaculada casa. Perdió a su hijo, Stewart, hace veinticinco años y aunque todo el pueblo cree que Tilly asesinó al muchacho, ella piensa que se cayó de un árbol y se mató. A causa de ello, ha desarrollado una tendencia obsesivo-compulsiva, agorafobia y un trastorno de ansiedad generalizada.

A Evan le resulta muy conveniente que Marigold se mantenga sedada con calmantes y en esa especie de encierro que se ha impuesto a sí misma para poder dedicarse a sus asuntos, trayendo finalmente a Una Pleasance a su hogar, algo que siembra el caos y destruye el delicado equilibrio mental de Marigold. Sin embargo, es Tilly la que ofrece a Marigold la fuerza suficiente para liberarse de su vida anterior.

En palabras de Alison Whyte, la actriz que interpreta a esta mujer: "Tilly es la primera persona que ha escuchado a Marigold en mucho, mucho tiempo. Todo el mundo le dice que se calle, que deje de lamentarse. Tilly le cuenta la verdad y eso le da una cierta fuerza. Descubrir que su hijo probablemente no era el ángel que ella imaginaba en su mundo de fantasía le ayuda a recuperarse. Marigold expresa su dolor intentando controlar su casa, los bichos, la suciedad, la inmundicia. Cuando murió su hijo Stewart, perdió totalmente el control de su mundo. Marigold se ve obligada a enfrentarse a algunas verdades. Decide entonces no tomarse los calmantes, defenderse y salir al mundo".

Sobre el implacable castigo que al final le aplica a su marido en la pantalla, Alison dice: "Interpretar la venganza es siempre fantástico y él, desde luego, obtiene su merecido al final. ¡Nos reímos mucho cuando rodamos lo que le pasa a Evan Pettyman!"

GERTRUDE PRATT - Sarah Snook
Gertrude Pratt, que al principio de la película es una persona vulgar y maltratada, se convierte en el primer instrumento y el de más éxito dentro de la estrategia de revancha de Tilly. Tilly transforma a Gertrude como en el cuento del patito feo y la ayuda a atrapar al hombre de sus sueños. El éxito de la transformación hace que a Tilly le resulte más sencillo incitar a las otras para que le den la información que busca.

Sarah Snook, que interpreta a Gertrude, dice: "Mi personaje empieza la película como "Gert" y después se transforma en "Truddy", una mujer muy estirada y perteneciente a la flor y nata. Bueno, con ínfulas de pertenecer a la flor y nata". Su nuevo glamour y status son su perdición, y la convierten en un ser vanidoso y desagradable.

Tal vez, sintiendo una cierta empatía con esa vitalidad de Gertrude destruida por la petulancia, le lleva a Sarah a decir: "Mis trajes son preciosos y las modistas han trabajado sin descanso para que fueran perfectos, con montones de pruebas. Y luego solo me los pongo una vez. Así que, a veces, me siento como un maniquí de carne y hueso de los trajes, siento que ellos me llevan a mí en lugar de al revés".

Marion Boyce (diseño de vestuario) comenta sobre los trajes de Gert/Trudy: "Sarah Snook es muy, muy buena y un auténtico camaleón: puedes vestirla con los trajes más extraordinarios o sombreros increíbles; nada es capaz de eclipsarla, simplemente brilla".

A pesar de que tiene defectos, los trajes de Gertrude son extraordinarios. Como dice la propia Sarah: "Hay uno que es casi de origami, tiene unos pliegues preciosos y unos bolsillos con una forma muy original, es de escote alto, y la falda se mueve de muchas formas distintas. Realmente precioso".

UNA PLEASANCE - Sacha Horler
Una Pleasance llega a Dungatar hacia la mitad de la película. Es la modista rival, a quien han traído Evan Pettyman y Elsbeth Beaumont para que el decoro y los buenos modales vuelvan al pueblo gracias a sus modelos torpes y sosos después de que los diseños de Tilly hayan causado estragos y hayan vuelto engreídas a las mujeres del pueblo.

Sacha Horler, la actriz que interpreta a Una Pleasance, comenta: "Una está muy interesada en su propia vida. Es un personaje con una doble moral en lo que a ella se refiere; por un lado, es una mujer de clase alta, pero también tiene un poco de furcia. El caso es que no es tan buena como cree. La preparación del personaje surgió al ver cómo iban a ser los trajes, el pelo y el maquillaje, comprendí que Una es una forastera en el pueblo. Tenía fe en la directora, en que encontraríamos al personaje a medida que rodáramos. Hay mucho hecho cuando otros hacen el trabajo externo por ti; puedes simplemente entrar en escena y averiguar qué es lo que está pasando en ese instante entre el otro actor y tú".

Sobre la llegada de Una, Sacha dice: "Cuando llego al pueblo, llevo puesto un traje marrón y una camisa de color beis, y veo a una mujer de pie cambiando una bombilla y vestida con una bata transparente de color azul claro que parece una fantástica túnica griega; me doy la vuelta y veo a otra mujer que lleva un vestido de cóctel de satén negro muy entallado, con unas mangas enormes de color blanco en forma de acordeón. Me giro un poco más y veo a otra mujer con un traje de satén palabra de honor...todo es tan incongruente que explica por qué mi personaje se lleva un shock al llegar al pueblo".

BARNEY MCSWINEY - Gyton Grantley
Barney McSwiney es el hermano mayor de Teddy, con un papel decisivo cuando al final de la película se sacan a la superficie los secretos más ocultos.

Gyton Grantley, el actor que interpreta al personaje, explica: "No hay ninguna definición clara ni ningún diagnóstico de la enfermedad de Barney, pero es un "simple". Como él mismo dice en el libro: 'Mamá dice que me falta un hervor'. Así pues, es un hermano muy especial para Teddy, que le cuida, aunque Barney también cuida de Teddy en cierto modo".

Gyton habla de toda la familia: "Los McSwiney son como una banda desorganizada, viviendo apartados de Dungatar. Tienen encima toda la "mierda" de Dungatar, como les dice Molly en una escena. Se encargan de la basura y de desocupar y limpiar las letrinas: 'es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo'".

Barney es rechazado por los habitantes del pueblo, que tienen poco tiempo para alguien a quien le "falta un hervor", pero él está siempre en un importante segundo plano, vigilando, observando y absorbiéndolo todo.

Interpretar este tipo de personajes tiene siempre sus dificultades en cuanto al tono que hay que darle, especialmente en una película que tiene una base cómica y un cierto grado de surrealismo.

Gyton comenta: "Cuando interpretas a un discapacitado mental, quieres mostrar el máximo respeto con esa minusvalía. No saber exactamente qué tipo de minusvalía tiene Barney lo hizo más difícil, pero también más abierto para que pudiera darle el enfoque que quisiera. Tengo un amigo que trabaja con adultos con distintas discapacidades, así que fui un par de días a su trabajo y observé. Aquello me resultó bastante útil, pero en el fondo todo se reduce a que Barney es una persona llena de amor, que se siente feliz con su familia y con la vida que lleva".

ELSBETH BEAUMONT - Caroline Goodall
Si hay un personaje que puede rivalizar en cuanto a maldad con Evan Pettyman es Elsbeth Beaumont. Como señala Caroline Goodall, la actriz que interpreta este personaje: "Creo que probablemente soy la peor; una buena pieza. Soy una especie de mezcla entre Lucille Ball y Joan Crawford".

Elsbeth forma una perversa alianza con Evan Pettyman, pero al final los dos terminan yendo por separado en su desesperado intento por lograr el poder. Elsbeth Beaumont se considera de clase alta y vive en Windswept Crest. Cuando su hijo William se enamora de la antes rechoncha Gertrude Pratt, Elsbeth quiere arruinarles el matrimonio.

El arma secreta de Elsbeth es Una Pleasance. En cuanto a la relación entre la ropa y la gente del pueblo, Caroline dice: "Al llevar las creaciones de Tilly, las mujeres del pueblo descubren aspectos de ellas mismas que no sabían que existían. La realidad es que se convierte en algo muy peligroso también, porque perturba el orden establecido. Aquellos que intentan mantener el control, entre los que, sin duda se encuentra mi personaje, ven de repente que han perdido el control y los trajes lo acentúan".

WILLIAM BEAUMONT - James Mackay
William Beaumont, el hijo de Elsbeth, es el vástago de la familia lugarteniente de Dungatar, el autoproclamado "señor feudal". William ha estudiado fuera, en la facultad de Agronomía de Perth y vuelve al pueblo tras la muerte de su padre para encargarse de administrar las propiedades.

James Mackay, el actor que interpreta a William, declara: "La lucha con Elsbeth, la madre de William, es por su futuro. Ella tiene muy claro que él volverá al pueblo, se hará cargo de las propiedades, se casará con alguien de buena posición y gozarán de una situación económica estable. Cree que ahora que se ha mezclado con la alta sociedad, es un partido mucho mejor que el resto de solteros de Dungatar y que debería comportarse en consecuencia". El destino, sin embargo, hará que William ponga sus ojos en Gertrude, después de la espectacular transformación que Tilly logra.

BEULAH HARRIDIENE - Kerry Fox
Beulah Harridiene, la maestra de escuela del pueblo, tiene un sentido perversamente distorsionado del deber moral y de la responsabilidad, que la llevó, hace muchos años, a acusar a Tilly Dunnage del asesinato de Stewart Pettyman.

Kerry Fox, la intérprete de Beulah, señala: "La relación entre Tilly y Beulah empieza por el odio y acaba por el desprecio y el veneno. Beulah es una cotilla y está obsesionada por enterarse de todo lo que pasa; detesta a Tilly y el hecho de que haya vuelto. Beulah se mete en los asuntos de los demás. No tiene ningún sentimiento bondadoso en su interior".

Ella tiene la clave del secreto que Tilly necesita averiguar. Cuando se revela ese secreto, Beulah se lleva su merecido. Sin embargo, la maldad de Beulah se expresa, en algunas ocasiones, dentro de un ambiente de comedia. Kerry dice: "No suelo tener muchas oportunidades de hacer comedia, pero me encanta. Me resulta sorprendente la reacción que consigo cuando hago algunas cosillas sin importancia, pero hace reír a la gente, y eso está bien".

En una película llena de trajes maravillosos, Beulah (y Kerry) quedan desdibujadas. "Yo llevo los peores trajes de la película, la verdad es que son realmente espantosos. No me he hecho fotos con nadie porque todo el mundo luce glamuroso y en cambio yo tengo un aspecto infame, de mala persona y de payasa. Cualquiera podría amargarse por eso pero como dicen: ¡Estas aquí para hacernos un favor a los demás!"

NANCY PICKETT - Amanda Woodhams
Nancy Pickett ha trabajado desde hace muchos años como ayudante del farmacéutico del pueblo, Percival Almanac; y desarrolla una relación con Tilly similar a la de un ave de rapiña con su presa, a través de los cotilleos y las mentiras.

En cuanto al contexto de su personaje, Amanda Woodhams señala: "Vivimos solo a unos metros la una de la otra y eso a lo largo de los años ha hecho que se nos vaya un poco la pinza".

Nancy es una de las mujeres a la que transforman los diseños de Tilly; Amanda explica el proceso: "A mí normalmente me gusta vestir como yo visto, pero en esta película tienes que rendirte ante los trajes. Las plumas, los corsés, todo estaba hecho a la medida de cada actor. Ese nivel de detalle es bastante raro".

Amanda dice de su compañera de intrigas: "Tengo una relación muy especial con mi amiguita de correos que vive al final de la calle, Prudence. Siempre que se encuentran nuestros ojos o nuestros labios, experimento un enorme placer".

PRUDENCE HARRIDIENE - Hayley Magnus
Prudence, la hermana de Beulah es una contrincante muy diferente, es una persona mucho más suelta y carece de ese extremismo religioso. Además, lo tiene todo, porque trabaja en la oficina de correos y como es también la operadora telefónica, conoce todas las rarezas de la gente del pueblo

Percival Almanac expía la vida de los otros revelando sus fotografías, Prudence escucha sus secretos. Esto la convierte en la máxima cotilla. Prudence siente intriga al principio por Tilly y aunque es desconfiada, quiere compartir los tesoros que Tilly tiene para ofrecer. Prudence y Nancy Pickett son compañeras de delito inseparables.

Hayley Magnus, la actriz que interpreta a Prudence, comenta de la pareja: "Prudence y Nancy se influyen muchísimo la una a la otra, y no siempre de forma positiva. Es lo que suele pasar con las parejas que se azuzan mutuamente. Hay cosas que tal vez no intentarían hacer solas, pero la una se apoya en la otra para llevarlas a cabo".

De la historia en su conjunto, lo que más llamó la atención de Hayley fue la sensación de aislamiento de Dungatar y de sus habitantes, "es algo que engendra la excentricidad; cuando llevas solo demasiado tiempo, todo se distorsiona y no tienes a nadie más con quien compararte, con lo cual las cosas se magnifican y se radicalizan".

PERCIVAL ALMANAC - Barry Otto
Percival Almanac es el farmacéutico del pueblo: un hombre mayor con una escoliosis paralizante que le deforma el cuerpo y también la mente, con un moralismo religioso fanático.

Percival apenas habla con su esposa, Inma, que está postrada en una silla de ruedas. Nancy Pickett y Prudence Harridene le proporcionan algo de ayuda, pero muchos de los habitantes de Dungatar le tienen respeto, y hay un buen motivo. Conoce los chismes de todo el mundo, en parte por el revelado de las fotos de los dungatarianos, cuya inmoralidad hace que el farmacéutico eche espuma por la boca.

El maravilloso actor Barry Otto, que interpreta a Percival, comenta: "Es muy religioso e intolerante, tremendamente cruel. Yo creo que su parálisis le ha venido de este comportamiento y de lo cruel que ha sido en la vida. Para comprenderle es necesario pensar que hay muchas cosas que no tienen respuesta en esta vida. He interpretado a algunos personajes odiosos, pero Percival es interesante porque no consigues sacarle mucha información, no habla mucho e intentar juntar toda la información e imaginar cómo ha sido a lo largo de los años es muy interesante. Se comporta de forma monstruosa con Tilly y Molly; no puede perdonarle a Molly su pasado, es como si tuviera algo que ver con él. Percival es una persona muy controladora. Sientes una enorme simpatía por su mujer, que tiene que aguantarle, y piensas que tal vez tendría que haberle envenenado antes".

ALVIN PRATT - Shane Jacobson
Alvin Pratt y su mujer Muriel son los dueños de la tienda de comestibles de Dungatar, que es la tienda donde compran todos los habitantes del pueblo. Alvin aspira a ganarse el respeto de los demás; tiene el dinero, pero no goza del prestigio de los Beaumont, que encima le deben dinero.

La forma en que trata y habla de su burro de carga e hija Gertrude es muy poco halagadora. Piensa que tiene muy pocas posibilidades de encontrar alguien decente en Dungatar para casarse. Sin embargo, está muy equivocado. Cuando la transformación de Gertrude favorece su compromiso con William Beaumont, la forma en que ve a su hija cambia.

Shane Jacobson, que interpreta a Alvin Pratt, comenta: "La transformación que experimenta mi hija Gertrude, que pasa de las gafas en el extremo de la nariz, y un aspecto desaliñado y soso a ser una mujer despampanante gracias al trabajo de Tilly, es increíble".

MURIEL PRATT - Rebecca Gibney
Muriel Pratt, que tiene una opinión de su hija muy poco mejor que la de su esposo Alvin, pone un gran empeño en empujar a Gert hacia el atractivo William Beaumont.

Rebecca Gibney dice de la mujer que interpreta: "Muriel no sabe estar callada. En cuanto sabe que William ha vuelto al pueblo, le insiste mucho a Elsbeth Beaumont para que dé su aprobación a Gertrude, porque está convencida de que es la esposa perfecta para William. Yo creo que una frase que le dice Alvin en un momento de la película: 'Nadie se va a casar con esa bolsa de agua caliente' es la que incita a Muriel a demostrarle que está equivocado. Creo que en lo más profundo de su corazón, se ve a sí misma como alguien con un poco de Doris Day combinado con un poquito de Marilyn y otro poco de Ava Gardner. Eso es lo que le gustaría ser. Al principio de la película, no lleva los vestidos o las batas glamurosas y, de repente, llega Tilly.

Muriel es una mujer segura de su sexualidad (uno de los muchos secretos del pueblo es su aventurilla con uno de los jugadores de fútbol local). Rebbeca dice sobre la aventura: "Soy un poco lanzada, por decirlo suavemente".

REGINALD BLOOD - Mark Leonard Winter
Reginald Blood, o su diminutivo Reggie, es el joven y amable dueño del bar del Hotel Station de Dungatar y uno de los jugadores del equipo de fútbol local, junto con Teddy McSwiney. La primera vez que vemos a Reggie es cuando se queda embobado mirando a Tilly con ESE vestido rojo, lo cual le provoca un desgarro de tendón.

Muriel Pratt se refiere al joven Reggie como el "Perry Como de Dungatar", y no solo por su voz melodiosa. De hecho, Muriel cree que Reginald Blood no solo canta mejor que Perry Como, sino que es más guapo, y como si quisiera probar que tiene razón, Muriel tiene una aventura con Reggie en las mismas narices de los dungatarianos. Percival Almanac tiene pruebas fotográficas de sus encuentros secretos y el descaro de su interés no pasa desapercibido para Alvin Pratt, el marido de Muriel, que se asegura de que Reggie tenga su merecido al final.