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  Noche real  (A royal night out)
  Dirigida por Julian Jarrold
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Basada en hechos reales. Dirigida por Julian Jarrold ("La joven Jane Austen"). Protagonizada por Sarah Gadon ("Drácula. La leyenda jamás contada"), la dos veces nominada al Oscar Emily Watson ("La teoría del todo") y Rupert Everett ("La importancia de llamarse Ernesto").


Una explosión de luz y color
Noche Real es una película en torno a una velada gloriosa, perfecta, en la vida de dos auténticas princesas. Ellas son Isabel y Margarita Windsor; la noche es la del 8 de mayo de 1945, la noche del Día de la Victoria en Europa. Todo Londres está en las calles para celebrar el fin oficial de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Es conocido que las jóvenes princesas, de diecinueve y catorce años, se escaparon de Palacio para sumarse a la euforia común, y se fueron a bailar al Ritz. Al parecer, regresaron al Palacio de Buckingham pasada la medianoche. Dirigida por el reconocido director británico Julian Jarrold (La joven Jane Austen; Retorno a Brideshead), Noche Real es una afectuosa historia de supuestos en torno a las aventuras que Isabel y Margarita habrían podido tener en aquella noche feliz que hermanó todo Londres.

"Esa idea de dos princesas yendo por la ciudad de incógnito se hace tremendamente emocionante" -comenta Jarrold-. "Es una historia real por la que todos se sienten intrigados. Pero, exactamente, no sabemos qué ocurrió. Es una fantasía que se inspira en una historia auténtica. También es una comedia romántica acerca de una extraña pareja: Jack es un chico de clase trabajadora, e Isabel es una princesa. La fortuna les hace coincidir y afrontar su camino a través de Londres en esa increíble noche loca. Y ambos tienen secretos. La princesa, su identidad oculta, y Jack esconde algo que ella desconoce".

El guión original lo escribió el debutante Trevor de Silva, y Kevin Hood, con quien Jarrold había trabajado estrechamente en La joven Jane Austen. "Kevin y yo tuvimos una colaboración muy buena" -comenta Jarrold-. "Ha realizado una labor fantástica a la hora de describir la textura de los distintos mundos: el Palacio Real y las multitudes pululantes. También es muy bueno con el humor inteligente de los personajes".

Produce Noche Real, Robert Bernstein y Douglas Rae de Ecosse Films, el sello de producción británico que se ha hecho un nombre mezclando hábilmente figuras y hechos históricos con elementos de ficción en largos como Su Majestad, Mrs. Brown; Nowhere Boy; y La joven Jane Austen.

"La clave para hacer este tipo de realización estriba en integridad y sentido de lo divertido" -comenta Bernstein-. "Creas el mundo, dejas que la gente crea que los personajes están en ese mundo, y luego llevas a esos personajes a dar un paseo".

La Reina es increíblemente popular porque mantiene una conexión muy fuerte entre ella y la población. En la película, jugamos con la idea de cómo ello puede que se haya cimentado a través de su experiencia de aquella icónica noche".

Tras mucha investigación y hurgar en varias biografías de la juventud de la Reina, Jarrold se dio cuenta de que la resonancia visual y emocional de las celebraciones de la Victoria en Europa impactaron grandemente en la joven Isabel.

"Durante la guerra, toda la Gran Bretaña, incluido el Palacio, estaba protegida contra los bombardeos" –informa Jarrold--. "El racionamiento afectaba por doquier, y la princesa apenas había tenido nunca contacto con el mundo real. Las tropas regresaban a casa. Súbitamente, hubo un estallido de luz y color. Así que Noche Real viene a ser un cuento de hadas al revés. La princesa va de Palacio al mundo mágico de las masas".


Bastir el reparto de Noche Real
"¿Cómo demonios se encuentra a quiénes encarnen a Isabel y Margarita? Ése fue el inicio del proceso" –comenta Jarrold. El reto consistía en dar con actores capaces de habitar personajes tan conocidos de modo creíble. Había una cuestión de delicado equilibrio que demandaba actores capaces de existir en un entorno de fantasía intensa, recogida por el film, y al tiempo permanecer aferrados a la realidad.

"En una película así, se hace importante que la psicología sea rigurosa desde el punto de vista de los realizadores" –opina Bernstein--. "Es nuestra visión de la historia. No buscamos crear una apariencia robot porque los actores tienen la apariencia que tienen y las princesas tenían la que tenían. Se trata de capturar la esencia de Isabel y Margarita desde nuestro punto de vista, y de ser muy respetuosos para con la noche y las dos princesas en aquella noche".

Noche Real presenta a tres extraordinarias estrellas emergentes: Sarah Gadon (Isabel), en cuyo haber hallamos un gran éxito: Belle, de Amma Asante; la sensación de Cannes, Map to the Stars, de David Cronenberg; el blockbuster internacional, The Amazing Spider-Man 2 (El poder de Electro); Drácula, la leyenda jamás contada; y Reina Cristina, la mujer que fue rey. Jack Reynor (Jack), cuyo papel catapultador fue en What Richard Did, ha seguido protagonizando desde entonces la megafranquicia Transformers: La era de la extinción; y, con Michael Fassbender, Macbeth, de Justin Kurzel. Y Bel Powley (Margarita), célebre por la serie infantil de la BBC, M.I. High, y por la comedia de Hollywood, The Diary Of A Teenage Girl, junto a Adam Sandler y Kirsten Wiig.

El papel de Isabel fue particularmente difícil de hallar. "Se hizo muy arduo dar con alguien que al tiempo destilara el mundo de 1945 y pudiera ser una princesa de aquel momento, y que aparentara tener entre diecinueve y veinte años" -comenta Jarrold-. "Muchas parecían un poco demasiado modernas. Pero Sarah posee algo del sentido del deber, resolución y sensatez de la joven Isabel. También se mostraba encantada de investigar y trabajar duro para hacerlo bien".

De hecho, Gadon, originaria de Toronto, estuvo tan impresionante en la audición que Jarrold no supo que era canadiense hasta haberle ya ofrecido el papel. "Leí mucho" -comenta Gadon acerca de cómo se preparó para el papel-. "Leí un gran libro de Kate Williams titulado Young Elizabeth: The Making Of Our Queen. El libro se centraba sobre Margarita y las dinámicas familiares. También me informé acerca de la iconografía de la familia. Para la Familia Real es muy importante cultivar una apariencia de sí mismos muy concreta. Entender y deconstruir eso me fue de gran ayuda. Mucho de lo que estaba haciendo rompía esquemas sobre el icono para dar vida a la chica que había tras la princesa".

Mucho de las imágenes y de las señales tonales de la película se han tomado prestadas de los filmes screwball de la década de los cuarenta. Gadon invirtió mucho tiempo viendo Breve encuentro, las cintas de Katharine Hepburn y, por supuesto, Vacaciones en Roma. Para lograr el acento y el tono de la voz de la joven Isabel, estudió los pocos clips de la princesa con aquella edad, incluso uno en el que está dirigiéndose a una muchedumbre en Sudáfrica. La actriz también tomó lecciones de etiqueta y trabajó con un asesor histórico.

Bel Powley, quien da vida a Margarita, es un rostro muy conocido en los dramáticos televisivos de la televisión del Reino Unido así como una consumada actriz de teatro. "Bel posee un increíble sentido del timing y la comedia" -comenta Jarrold-. "Sabe muy bien cómo trabajar una escena y un guión. Margarita es un papel arriesgado; es sencillo hacer de ella una especie de caricatura. Pero Bel convierte a Margarita en una persona muy centrada, que es divertida e inteligente, aunque por la que también sentir compasión".

La actualmente finada Princesa Margarita, cuya juventud no está tan bien documentada como la de Isabel, fascinó a Powley. "Tuve que hurgar en las biografías de Isabel para dar con los fragmentos en que se habla de su hermana, a quien se denomina ‘P2’" -explica Powley.

El personaje de Jack deviene un contraste rudo respecto de las dos princesas. Le vemos como alguien auténtico, obrero, muy realista y sólido. "Jack Reynor encarna perfectamente aquel mundo masculino de 1945" -comenta Jarrold-. "Al tiempo, es lúcido y le asiste el sentido del humor; y su persona destila vulnerabilidad también. Primero, creemos que Jack es duro y se ha endurecido contra la guerra. Pero luego percibimos que surgen en él inseguridades ante Isabel. Jack podía sacar eso adelante".

A los tres actores jóvenes se les unieron Rupert Everett y Emily Watson, un tándem con experiencia y talento que hacen las veces de Rey Jorge VI y de Reina Isabel I. "Emily y Rupert lo llevaron increíblemente bien y encarnaron un dúo fantástico" -comenta Jarrold, que ya trabajó con Emily en la serie Appropriate Adult-. "Emily interpretó el papel sin esfuerzo, y estuvo muy divertida. Con frecuencia, da vida a papeles muy serios, así que fue maravilloso verla hacer esto. Para su papel, Rupert se fundamentó en su porte grave y también en el afecto que su papel siente por sus hijas".

"Es una película sobre la familia" -comenta Everett-. "Sobre cuánto le importa a un padre su hija, y también su propio proceder. Todos sabemos que sufría tartamudez".

Gadon, que ya trabajó con Watson en Belle, estaba ansiosa por poder trabajar con ella de nuevo. "Emily es una actriz increíble de ver porque prueba toda suerte de cosas en una misma escena" -comenta Gadon-. "No tiene miedo, no teme decir ‘no, quiero otra toma, hagámoslo de este modo, quiero probar esto’. Siempre es revigorizante ver esto en tanto actriz joven, porque en ocasiones una se pone nerviosa ante el organigrama de rodaje y la lista de tomas. Te preguntas: ‘¿me puede permitir solicitar este tiempo extra?’ Emily manda en su espacio de modo bello, elegante".


Trabajar con el director Julian Jarrold
Las dos semanas de ensayos antes de iniciar el rodaje fue un tiempo crucial para que Jarrold pudiera trabajar con sus actores sobre el tono del film. Noche Real mantiene un equilibrio complejo" -opina el director-. "Bascula entre momentos de alta farsa y otros con escenas más serias y emotivas. Era muy importante que los ensayos unieran a los actores para lograr eso".

Trabajó cada escena con los actores, lo que éstos agradecieron dada la gran rapidez del rodaje. "Julian es un director increíble" -comenta Gadon-. "Nos exprimió totalmente con miras a que estuviéramos preparados. Cuando nos pusimos ante la cámara, me sentía plenamente preparada".

Jarrold trabajó duro para generar en el plató un gran ambiente colaborativo. "Es importante que los actores aporten algo de su propia personalidad porque en la película, con la celeridad con que se debe rodar, uno trata de dar con un sentido de unidad en el estilo de interpretar y en el tono" -explica.

El reparto respondió entusiastamente a este enfoque. "Le asiste a Julian una energía maravillosa" -comenta Gadon-. "Se mantuvo abierto a cualquier idea que tenía o a cualquier cosa que quise explorar. Eso es muy importante cuando estás haciendo una película porque se trata de una gran colaboración. La mejor gente con la que he trabajado es la más receptiva. Ello no significa que no se salgan con la suya o se muestren incapaces de gobernar un plató. Pero dejan abierto el espacio creativo para intentar cosas, donde manifestar el mejor trabajo... Eso es lo que hace Julian".

Rupert Everett, todo un veterano de muchos platós cinematográficos, está de acuerdo: "Julian es un hombre muy agradable, muy tranquilo, y muy muy tierno" -comenta-. "Escucha muchísimo a los actores. Creo que seguramente los adora, lo que es un gran plus".


El aspecto de Noche Real
El equipo de producción se esforzó grandemente en replicar con autenticidad cuanto se conoce sobre la vida y la noche del Día de la Victoria en Europa de 1945, tanto en el interior del Palacio de Buckingham como fuera, por todo Londres. Para investigar aquella época, se recurrió a fotografías, bobinas de película, archivos de diarios, y la memoria oral.

"Hay tantas imágenes icónicas de la multitud entusiasta de Trafalgar Square que era importante que replicáramos todo dentro de las limitaciones de nuestro presupuesto, y así ofrecer al público una recreación de aquella noche" -comenta Bernstein-. "Es una cuestión muy importante de nuestro film para que el público pudiera mirar atrás y fuera informado, y para que aquellos que puede que lo vivieran alcanzaran a emocionarse de nuevo".

Dado que la mayoría del material fotográfico y cinematográfico es en blanco y negro, con sólo una pequeña porción pintada, los equipos de diseño y vestuario tuvieron que tomar algunas decisiones acerca de los colores de la ropa de la Familia Real. "Comencé con la imaginería de las princesas de cuento de hadas, y equilibré ello con la realidad de las restricciones del tiempo de guerra. La Familia Real se adhirió plenamente a ello en lo referente a la cantidad de tela que pusieron en sus vestidos" -explica la diseñadora de vestuario Claire Anderson-. "Por ejemplo, el vestido de boda de la Princesa Isabel, aunque la celebración tuvo lugar muchos años más tarde, todavía se vio afectado por el racionamiento de tela".

Anderson y su equipo también recibieron influencia de las célebres fotografías en blanco y negro que Cecil Beaton hizo a la Familia Real, que, aunque hechas públicas en abril de 1946, se entiende se captaron en abril de 1945. "El brillo y los destellos, la malla de fino tul, la tela de esos vestidos, todo, también influyó" -explica.

Otra influencia bien conocida acerca de lo que las princesas llevaban era su propia madre, la entonces Reina Isabel I. "Ella y sus hijas se habían apartado verdaderamente de la apariencia Wallis Simpson, que era muy austera, oscura y distinguida" -comenta Anderson-. "En su lugar, creo que la Reina de entonces buscaba dar una imagen más suave y holgada; lucía colores pasteles para que así se la pudiera ver en una muchedumbre, particularmente durante la Guerra en el East End de Londres. Pretendía poder ser identificada en medio de una gran concentración de gente en original y brillante azul claro y rosa tenue".

Pero por crucial que fuera, la ropa de la Familia Real era una pequeña parte dado que el film se enmarca en el curso de una única noche. Sin embargo, Anderson estuvo ocupada por el ingente número de extras que tenía que vestir, lo que se configuraba como una fantástica oportunidad visual.

"Había una variedad de extras distintos increíble" -explica-. "Tuvimos gente aristocrática y adinerada en el Ritz, y socialistas en el Curzon Club. Luego, tuvimos gente obrera y gente corriente en Trafalgar Square; todos celebran la efeméride junto a los militares que no están de servicio. Se trata de un pedazo de vida, y de una impresionante muestra de la sociedad digna de observar. La gente no tenía ropa nueva. Parecían cansados, agotados, y los elásticos eran algo difícil de encontrar. Todo ello informa de cómo llevaba la gente la ropa. Vestían prendas muy gastadas. Remendaban la ropa y se las arreglaban como podían con eso".


Rodar Noche Real
Noche Real comenzó a rodarse en abril de 2014 con un plan de rodaje de seis semanas en localizaciones auténticas. Uno de los retos más importantes de los cineastas estribaba en realizar un concepto muy ambicioso con los recursos de un pequeño film independiente británico. Dado que Londres es una ciudad muy cara para rodar tantos exteriores en un momento concreto de la Historia, el equipo de producción recreó el Londres de 1940 en Hull, ciudad inglesa al norte de la capital.

"De todas las ciudades que estuvo mirando el equipo, Hull era la única que nos daba tanto la grandeur de una calle estilo Piccadilly como un laberinto de calles adyacentes con disposición medieval y que podían pasar por el Soho" -comenta Tom Howard, jefe de localizaciones-. "Y ambos entornos estaban al alcance uno de otro caminando".

El diseñador de producción Lawrence Dorman fue quien se encargó de los detalles que transformaron las calles en el Londres de 1945. "Lawrence fue capaz de incluir todos los vehículos y los sacos terrenos, y todos los elementos de diseño que te transportan a aquella época" -expresa Jarrold-. "Le encantaban los detalles sutiles de los interiores, en pubs y hogares. Dio con el equilibrio entre investigación y realismo, y las cosas absolutamente extraordinarias que acontecieron aquella noche del Día de la Victoria en Europa: generó una esencia del todo mágica. Su trabajo fue fantástico".

Las autoridades locales, para las que un rodaje de cine y el trastorno que comporta es un acontecimiento emocionante, acogieron la producción de buen grado. "El ayuntamiento se mostró muy atento con nosotros: cerró calles. Y los habitantes estuvieron encantados de hacer de extras" -comenta Jarrold-. "Aportaron verdadera vida al film".

Más de 300 extras se enfundaron en ropa de la época en una gran carpa en cada una de las localizaciones de Hull. "Eso es una gran cantidad de ropa que lavar y muchos zapatos que pulir" -sonríe la diseñadora de vestuario Claire Anderson.

Noche Real transcurre básicamente a lo largo de una única noche, que se tradujo en tres semanas de rodaje nocturno. El director de fotografía belga, Christophe Beaucarne, era la persona idónea para iluminar la oscuridad.

"Por casualidad, vi la demo con muestra de trabajos de Christophe mientras estábamos en preproducción, y pensé que sería muy interesante tener una visión cinematográfica extranjera de una noche tan británica como aquélla" -opina Jarrold de Beaucarne, entre cuya labor consta Las vidas posibles de Mr. Nobody y Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel. "Me pareció que su trabajo era impresionante, y que podría adaptarse a nuestro plan de rodaje. Trabajamos estrechamente en el uso de reflectores, resplandores y hogueras con que crear una gran atmósfera para la muchedumbre".

La escena fundamental que transcurre en dos autobuses, con Isabel y Jack en uno, y con Margarita en otro, fue difícil de rodar. "En determinado momento, los autobuses se separan y percibimos que Isabel pierde de vista a Margarita" -explica Jarrold-. "Estuvimos hablando cómo realizar eso, y si afrontarlo con efectos especiales. Finalmente, logramos dos conductores muy buenos y lo afrontamos de verdad, yendo dos grandes calles de Hull abajo, lo que logísticamente tuvo su complejidad. Afortunadamente, aquellos dos excepcionales conductores estuvieron magníficos."

El rodaje en Hull causó gran impresión tanto entre el reparto como en el equipo técnico. "Julian decidió afrontar toda la cuestión de los autobuses de una vez, sacárselo de encima en una sola noche" -informa Gadon-. "Todo el mundo estaba muy nervioso porque se trataba de toda una noche en un autobús atestado y caluroso, yendo por todo Hull. Aunque en realidad fue realmente divertido. Todos los extras eran de Hull, y muchos de ellos era la primera vez que actuaban en un film, e incluso que habían estado en un plató cinematográfico. A todos les acompañaba gran excitación y energía, lo que inyectó a aquella escena de autobuses el tipo de vigor que realmente necesitábamos. Todo cuanto hicimos en Hull fue como eso, pues se entregaron hasta el fondo en toda la realización de la película. Cuando todo el mundo desea estar allí y se muestra apasionado con el proyecto, eso siempre contribuye al ambiente".

Tras las tres semanas en Hull, la producción se trasladó a Chatsworth House, en Derbyshire, y al Castillo de Belvoir, en Leicestershire, para filmar los interiores del Palacio de Buckingham. El duque y la duquesa de Devonshire, así como el duque y la duquesa de Rutland son, respectivamente, los propietarios privados de esas residencias.

"No hay lugar que se parezca por entero al Palacio de Buckingham, así que estábamos ante un caso de ir tomando de aquí y de allá de las diferentes casas" -dice Howard-. "Chatsworth y Belvoir nos daba la escala y el tamaño de las habitaciones que necesitábamos".

La grandeur de ambas localizaciones impresionó a los actores. "Chatsworth House es un lugar increíble" -exclama entusiasmado Powley-. "Basta estar en los jardines, en la casa, rodeado de todo el arte que hay en ambos. Alguien señaló un piano y dijo: ‘La Princesa Margarita solía venir y tocar ese piano’. Nos sentimos muy cerca de la historia que narrábamos".

Incluso Rupert Everett se afectó. "Una habitación real siempre es mejor que un plató" -comenta-. "Hay algo encantador en una auténtica estancia que tiene su propia vibración, pues transmite eso a través de las lentes, a la misma película".

Encontrar una localización que reemplazara el interior del Ritz resultó difícil. "En los hoteles de Londres es imposible rodar y se han modernizado demasiado" -explica Jarrold-. "Dimos con uno de categoría, muy bonito aunque deslucido, llamado Metropole, en medio de Bruselas. Pudimos hacernos con él y recrear la gran noche en el Ritz. Es uno de los aspectos más auténticos de la historia, como sabemos por dos testigos presenciales que estuvieron allá aquella noche. Así que se trataba de una parte del relato muy importante, y la queríamos dentro".


Rodar en el Mall y en Trafalgar Square
Los últimos días de rodaje, nos trasladamos a Londres para las escenas fuera del Palacio de Buckingham, el Mall y Trafalgar Square. Bernstein pidió permiso para rodar en el Mall a las autoridades de los Parques Reales de Londres, que asimismo pidieron ver el guión.

"La Familia Real fue muy generosa al dejarnos rodar en el Mall, lo que era esencial pues teníamos que recrear la muchedumbre que había alrededor del Palacio de Buckingham cuando la Familia Real salió al balcón" -explica Jarrold-. "Lo hicimos mediante una combinación de croma y efectos especiales, y usamos las verjas alrededor del Mall y de los Parques Reales en lugar de las verjas del propio Palacio de Buckingham".

"El momento que me impresionó de verdad fue cuando estábamos rodando en Trafalgar Square. Fue uno de esos auténticos momentos de cine estilo ‘¡Oh! ¡Dios mío! ¡No puedo creerme que esté en Trafalgar Square rodando una película sobre la noche del Día de la Victoria en Europa’" -confiesa Gadon-. "Era de verdad especial para mí, porque mi abuela estuvo en la Fuerza Auxiliar Femenina de la Fuerza Aérea, y mi abuelo navegó con la Armada Británica durante la Segunda Guerra Mundial. Ambos estuvieron en Trafalgar Square aquella noche celebrando la Victoria en Europa. Personalmente, fue un momento muy poderoso y también creativamente por lo que atañe al viaje del personaje. Fue especial de verdad".

Ese extraordinario momento también impresionó a Powley. "Rodamos toda la noche en Trafalgar Square recreando la noche del Día de la Victoria en Europa. Había trescientos extras, todos vestidos como en la década de los cuarenta, los soldados en sus uniformes, y Sarah y yo corríamos por ahí en nuestros vestidos de fiesta. Flotaba en el aire una atmósfera realmente mágica" -explica-. "Daba la sensación de estar de verdad en aquel entonces. Me pude permitir alzar el vestido y chapotear en las fuentes de Trafalgar Square, lo que nadie puede hacer pues la policía le sacaría inmediatamente. Pero lo hice; fue mi momento más pleno en el film. Fue emocionante".

Increíblemente, el rodaje tuvo lugar en el aniversario del Día de la Victoria en Europa. "Añadió algo de excitación a la velada" -ríe Jarrold, recordando los doscientos extras y el clamor del tráfico que pasaba al fondo-. "Fue fantástico rodar allí. Mirábamos a Palacio y nos preguntábamos si la Reina nos observaba. Claro que nunca lo sabremos".