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  El guardián invisible  Dirigida por Fernando González Molina
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El guardián invisible es un thriller dirigido por Fernando González Molina ("Palmeras en la nieve") que cuenta con un reparto encabezado por Marta Etura ("Celda 211" y "El hombre de las mil caras"), Elvira Mínguez ("El desconocido" y "Truman"), Carlos Librado "Nene", Francesc Orella ("Lasa y Zabala", "Stella Cadente"), Itziar Aizpuru ("Loreak"), Benn Northover ("Harry Potter y las Reliquias de la Muerte"), Patricia López, Mikel Losada, Miquel Fernández ("Cien años de perdón", "Vulcania"), Quique Gago con Pedro Casablanc ("B", "Truman"), Paco Tous ("Somos gente honrada", "23-F: La película"), Ramón Barea ("La corona partida", "Negociador"), Manolo Solo ("B", "La isla mínima"), Colin McFarlane ("Batman Begins, "El Caballero Oscuro") y Susi Sánchez ("Julieta", "Truman").

Este thriller es la adaptación cinematográfica de El guardián invisible, primera entrega del fenómeno literario la "Trilogía del Baztán" (Ediciones Destino) de la escritora Dolores Redondo que cuenta con más de 1.000.000 lectores en España y la pasada primavera se publicó en Estados Unidos. Aclamada por crítica y público, y publicada en todo el mundo en más de 30 lenguas, la novela El guardián invisible transporta al lector a un mundo hipnótico y brutal, al que viaja de la mano de Amaia Salazar (Marta Etura), inspectora jefe de Homicidios en la Policía Foral de Navarra. Una mujer dura, valiente, intuitiva, estricta, con una capacidad innata para advertir la maldad humana y, marcada por un trauma de la niñez que guarda en silencio...

El rodaje se desarrolló durante 9 semanas entre el Valle del Baztán, en localidades como Lesaka y Elizondo, lugar en el que transcurre la novela en la que está basada la película, y Madrid.

Luiso Berdejo ("Rec", "Insensibles") ha sido el encargado de adaptar El guardián invisible a la gran pantalla.


Notas de producción
La novela de Dolores Redondo siempre tuvo un atractivo especial para su adaptación al cine. Antes incluso de ser publicada por Ediciones Destino, Peter Nadermann, a través de la productora alemana Nadcon, especializada en adaptaciones de novelas noir en toda Europa, opcionó los derechos de la novela cuando sólo era un manuscrito. Vio el potencial que tenía la historia de Amaia Salazar y pensó que era un personaje ideal para una estrella de Hollywood, por lo que su intención era hacer directamente un largometraje internacional de habla inglesa. Al poco de publicarse la novela en España, Nostromo Pictures y Atresmedia Cine cerraron un acuerdo de coproducción con Nadcom para poder realizar la película y se decidió que precisamente para preservar la verosimilitud y autenticidad, lo mejor era apostar por hacerla en español pero con un gran nivel de producción que permitiera que la película pudiera estrenarse en todo el mundo. Así nació la adaptación de EL GUARDIÁN INVISIBLE, respetando rigurosamente el aspecto local que tan especial hacía la novela, con un Valle del Baztán, lleno de paisajes únicos, rodeados de una atmósfera opresiva donde la lluvia y la humedad rodean todo y se desarrollan costumbres profundamente arraigadas donde el folklore y las tradiciones rigen la vida de muchos de sus habitantes.

Fernando González Molina leyó la novela entusiasmado y enseguida llamó a los productores de la película que estaba rodando, Palmeras en la Nieve, para hablarles de la novela, descubriendo que casualmente estos habían adquirido recientemente el proyecto y se disponían a desarrollarlo. Los productores enseguida dieron las riendas del proyecto a Fernando y contrataron a Luiso Berdejo (guionista de la exitosa trilogía REC). Fernando, aportó una visión muy clara de cómo trasladar las palabras de Dolores Redondo a la gran pantalla y Luiso trabajó en el guión junto con Fernando en su residencia en Los Ángeles. Asimismo, también se empezaron a buscar las localizaciones en el Valle del Baztán, para poder incorporarlos al guión y dar así mayor riqueza visual a la película.

En paralelo a las revisiones finales del guión, se comenzó la búsqueda de Amaia Salazar y sus hermanas. Eva Leira y Yolanda Serrano se encargaron del casting y junto a Fernando y tras unas pruebas iniciales, tuvieron muy claro que no había nadie mejor para interpretar a Amaia que Marta Etura, que era capaz de transmitir perfectamente las dos caras de Amaia, su dureza y, al mismo tiempo, la inseguridad y miedo que anidan en su interior.

La primera opción para interpretar a Flora fue siempre Elvira Mínguez y tras verla en una prueba junto a Marta Etura, quedó claro que estaban destinadas a ser hermanas para siempre en la trilogía del Baztán. Para la búsqueda del resto de personajes se realizaron audiciones en Bilbao, el valle del Baztán, San Sebastián, Pamplona y Madrid. De esta manera se pudo configurar un reparto principal dónde se mezclaban actores de gran prestigio como Francesc Orella, Pedro Casablanc, Ramón Barea, Paco Tous, Manolo Solo o Susi Sánchez, con actores no profesionales. Para varios nombres del reparto supone incluso su primer trabajo en la gran pantalla, como es el caso de Carlos Librado "Nene", Patricia López o la joven Idurre Puertas, entre otros.

Hay dos personajes americanos en la novela que supusieron también un gran reto para el cásting: James, el marido de Amaia, y Aloisius Dupree. Apostamos por buscar esos actores fuera de España y conseguir también para esos papeles dos rostros frescos y nada comunes en nuestro cine que a la vez le dieran esa internacionalidad que respira el proyecto. Se realizó una búsqueda tanto en Estados Unidos como en Inglaterra hasta encontrar a Benn Northover para James o al prestigioso Colin McFarlane, con una extensa filmografía que incluye Batman Begins o Dark Knight, como Dupree.

Uno de los grandes desafíos de producción de la película fue la necesidad de trabajar en localizaciones reales. La historia nos traslada a un valle único y misterioso, dónde el suspense y lo mitológico se entremezclan. Hallar esas localizaciones fue fruto de una búsqueda intensa y exhaustiva durante más de 5 meses bajo la batuta del director de arte Antón Laguna que repetía de nuevo junto a Fernando González Molina tras haber ganado el Goya por su brillante trabajo en Palmeras en la Nieve. Para capturar la naturaleza y atmósfera necesaria, se hizo patente la necesidad de buscar localizaciones remotas, lejos de la actividad humana. Rodar en esas localizaciones tan únicas supuso un gran esfuerzo físico y todo un reto logístico, desplazar un equipo de más de cien personas y una docena de camiones con material a lugares muy alejados, con acceso complicado y donde las comunicaciones llegaban con dificultad. Además de rodar en lugares impracticables como ríos, bordas aisladas y otros parajes de difícil acceso, se sumaba el hecho de que la película requería en rodaje de un gran despliegue de material y efectos prácticos que ayudaran a reforzar la atmósfera del lugar como efecto lluvia, nieblas…; y las inclemencias meteorológicas de la zona, que dificultaban y ralentizaban mucho el trabajo. A veces caía una gran tormenta con tanta fuerza que rompía las claquetas, otras la humedad de la zona se colaba en los aparatos de rodaje paralizándonos completamente o las zonas de rodaje se encharcaban de manera que no podía accederse. Esas condiciones tan duras llevó al equipo técnico y artístico al límite, dónde cada jornada se convertía en una carrera de obstáculos. Sin embargo, esas adversidades y la dureza del valle también permitieron conseguir capturar la atmósfera y llevarla con más verdad a la gran pantalla.

Era esencial contar con un equipo técnico de primer nivel y conseguir una factura excelente que no tuviera nada que envidiar a los thrillers internacionales de éxito. Para ello, se contó de nuevo con referencias nacionales para los jefes de equipo; que ya habían participado en Palmeras en la Nieve como el mencionado Antón Laguna, en la dirección de arte, Loles García Galeán en el vestuario, Toni Novella en la dirección de producción o James Muñoz en el diseño de sonido, entre otros. Cabe destacar también, las incorporaciones de Flavio Labiano como director de fotografía que, tras haber estado rodando fuera de España durante más de una década grandes producciones de Hollywood (Infierno Azul, Sin Escalas), vuelve a su tierra natal para fotografiar EL GUARDIÁN INVISIBLE; o del compositor Fernando Velázquez (Lo Imposible, MAMÁ) que, más allá de incorporar en la música instrumentos y elementos locales, apostó también por grabar la música en Navarra con el orfeón Pamplonés y la orquesta sinfónica de Navarra).

La película se rodó a lo largo de 9 semanas en el Valle del Baztán y en Madrid. La postproducción, realizada entre Madrid y Barcelona, ha sido también un laborioso trabajo a lo largo de 7 meses. EL GUARDIÁN INVISIBLE cuenta con más de 250 planos digitales imperceptibles que ayudan a reforzar la magia del valle con más lluvia, nieblas, etc. Cabe mencionar la armonía total que se ha conseguido entre los efectos prácticos y digitales para lograr la atmósfera única de la película, donde llueve copiosamente durante el 70% del metraje.

El Guardián Invisible es un proyecto 360º, ambicioso, sustentado por un fenómeno editorial de Grupo Planeta, en el que han colaborado más de 2000 personas en los distintos departamentos del proyecto.


Nota del director
El rodaje de El guardián invisible ha sido una de las experiencias más intensas y duras de mi vida profesional. Trasladar a imágenes la novela de Dolores Redondo ha supuesto un auténtico viaje al corazón oscuro y lluvioso de Valle de Baztán. Un viaje apasionante, pero también al límite, en condiciones extremas para todo el equipo, bajo la lluvia perenne y rodeados de bosque y de oscuridad. Y un viaje también al lugar donde germina la maldad, donde se crea el dolor, un viaje al pasado de Amaia, personaje que interpreta en la película Marta Etura, y cuya historia familiar relata la película.

Hace apenas tres días que terminó el rodaje de forma efectiva y se me hace muy complicado definir El guardián invisible. Es un thriller policíaco, sí, en su capa más superficial, pero también es un drama familiar, una película de mujeres, una historia de cine negro o el retrato de un lugar mágico: Elizondo y el Valle de Baztán. Nunca en mi carrera había sentido interrelacionarse de tal modo el rodaje de una película con la historia relatada. Algo del terrible viaje de nuestra protagonista ha penetrado en la energía misma de nuestro trabajo, de nuestro día a día, haciéndolo duro y complejo, pero también dotando al material filmado de una verdad mucho más allá de cualquier otra cosa que yo haya hecho antes. Era imposible tratar de contar esta historia de otro modo que no fuera este acercamiento profundamente emocional.

Siento que hemos rodado una película fiel a la novela de Dolores, a su espíritu y al carácter de su personaje protagonista. Esa superviviente herida y luchadora que es Amaia Salazar. Ahí radica la singularidad de nuestra historia, y lo que la hacía tan interesante para mí. Cómo convertía el thriller, el caso policial, en una excusa para retratar y revivir la historia de nuestra protagonista y de su familia, enlazando de manera cada vez más estrecha ambas líneas argumentales. La película se convierte así en un vehículo para retratar a Amaia, conocerla, bucear en su pasado. Y su personalidad, fuerte y adusta, acaba definiendo el carácter propio de la película: manejando lo que no se dice, lo que está por debajo, lo menos obvio. Manteniéndonos siempre en su punto de vista. Investigando con ella. Y también, recordando con ella.

El guardián invisible es una película profundamente local, que, como navarro, siento muy cercana, por la idiosincrasia de sus personajes y por los lugares que retrata. Pero también es una historia universal que entenderán en cualquier parte del mundo. Cine negro, de género. Eso es lo que la hace tan interesante para mí, y lo que me atrapó de una novela que ya ha viajado por medio mundo: esa dualidad que la hace a la vez singular y reconocible. Espero que el público disfrute de este viaje al corazón húmedo y oscuro del Valle de Baztán. Para nosotros, desde luego ha sido un auténtico reto rodarla.




Sobre el director, Fernando González Molina
1975, Pamplona, España

Fernando González Molina es el único director español que con cada una de sus cuatro primeras películas ha logrado superar el millón de espectadores sólo en cines.

En 2015 estrenó Palmeras en la nieve (2015), adaptación cinematográfica de la novela de Luz Gabás, que recaudó más de 16 millones de euros en España.

Su segundo trabajo para la gran pantalla, Tres metros sobre el cielo —producida por Zeta Audiovisual, Antena 3 Films y Globomedia—, fue igualmente un gran éxito comercial con más de un millón y medio de espectadores en España, convirtiéndose en la producción nacional más taquillera del año 2010, además de su primera nominación al Goya en la categoría de «Guión Adaptado».

A continuación llegaría el rodaje de Tengo ganas de ti, estrenada con éxito en junio de 2012 y que vieron en España más de dos millones de personas con 12 millones de euros de recaudación. Nominada de nuevo al Goya en la misma categoría de «Guión Adaptado», la película se convirtió en un fenómeno en países como Argentina, Chile, México o Rusia —donde fue la película en lengua extranjera más vista de su historia—.

Su primer largometraje, Fuga de cerebros, producido por Antena 3 Films y Cangrejo Films, se alzó con el «Premio del Público» en el Festival de Málaga. La película, interpretada por Amaia Salamanca y Mario Casas, alcanzó una taquilla cercana a los 7 millones de euros de recaudación.

En 2011 González Molina firma, también como co-productor, la segunda parte de su primera película, Fuga de cerebros 2.

En el ámbito televisivo ha trabajado en proyectos de Globomedia como Ciudad Sur, Investigación policial, la última etapa de Un paso adelante o Los hombres de Paco —serie de la que fue director durante seis temporadas—. Ha sido también director y productor ejecutivo de las series El barco y Luna, el misterio de Calenda, ambas para Antena 3. En 2014 estrena en Antena 3 la serie Bienvenidos al Lolita.

Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra y Dirección en la ECAM~Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid.