Una película de Richard Linklater (Slacker, Dazed and Confused, Antes del amanecer y Boyhood) llena música y nostalgia, en la que el paso del tiempo vuelve a ser protagonista.
Everybody wants some!!
En septiembre de 1980 el mundo estaba en plena transición. El actor convertido en gobernador de California, Ronald Reagan, estaba desafiando al actual presidente Jimmy Carter. En Europa del Este los trabajadores comenzaban a organizarse en sindicatos, debilitando el opresivo Régimen Soviético. Al sureste, en la Universidad Estatal de Texas, Jake Bradford (Blake Jenner), estudiante de primer año, daba sus primeros y torpes pasos hacia la edad adulta.
"Es bastante autobiográfica", confiesa el director, guionista y productor nominado por la Academia de Hollywood, Richard Linklater. "Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que estar en la universidad fue un momento divertido, no solo en lo personal, también fue un momento cultural interesante. Todavía era el final de los años 70. Lo que conocemos como los "años 80" realmente no empiezan hasta el 82 o el 83.
En cuanto Jake llega a "las casas de beisbol", la fraternidad donde viven los jugadores del equipo universitario, no recibe precisamente una amistosa bienvenida por parte del veterano Glenn McReynolds (Tuler Hoechlin) ni de su compañero de habitación Roper (Ryan Guzman).
"McReynolds y Roper ven como su responsabilidad curtir a los chicos nuevos", dice Hoechlin, explicando la hostilidad de su personaje hacia sus compañeros.
"En el instituto, Jake era una estrella del deporte," dice Jenner. "Está acostumbrado a cierto nivel de respeto, pero pronto aprende que eso no significa nada aquí."
Además, Jake juega como "pitcher", posición que McReynolds ve como "un mal necesario". Una opinión seguramente formada por los lanzadores del equipo integrado por Willoughby (Wyatt Russell), un místico fumador de marihuana y entusiasta del Cosmos, Jay Niles (Juston Street) que cree ser el sucesor de Nolan Ryan, Nesbit (Austin Amelio) un jugador irremediablemente compulsivo, y el mascador de tabaco Billy Autry (Will Brittain), a quien sus compañeros le asignaron el apodo de "Beuter Perkins".
Si los furiosos McReynolds y Roper representaran el Ying, el carismático y hablador Finnegan sería el Yang "Ellos les desaniman, pero Finn les ayuda a continuar" dice Powell. Él hace novatadas pero sin llegar a excederse. Es un rito de iniciación. En un momento dado dice "Todos nos turnamos para vacilar. Solo tienes que aceptar tu vacile y pasarlo al siguiente"
Finn protege a los novatos, convirtiéndose en su guía en ese nuevo mundo sin toques de queda, lo que le permite al mismo tiempo dárselas de sabio filósofo. "Finn tiene dos grandes amores", dice Powell, "El beisbol y el sexo. Si está jugando al beisbol, piensa en el sexo. Si está practicando sexo, piensa en el beisbol".
El tour comienza con una excursión a la residencia de las chicas, donde la descarada forma de ligar de Finn es rechazada de inmediato. Pero Jake llama la atención de Beverly (Zoey Deutch), una estudiante de primer año, aspirante a actriz.
"Beverly es todo lo que Jake no es", dice Deutch. "Ella es una artista que no sabe nada del mundo del deporte; Jake no sabe nada sobre teatro. Sin embargo, existe una atracción y tienen todo el fin de semana para explorarla antes de que empiecen las clases y todo el mundo se asiente en sus rutinas".
Loking for love in all the wrong places
Con el reloj marcando la cuenta atrás para el primer día de clase, los chicos se lanzan a lo mejor que 1980 tiene que ofrecerles. La primera noche, el equipo sale de fiesta con sus vaqueros más ajustados y sus camisas de poliéster, para bailar toda la noche en la discoteca local; continúan su segunda noche de fiesta en el bar más country de la ciudad bailando el Cotton Eye Joe. Antes de que el fin de semana haya terminado, Jake y sus amigos han bailado al ritmo de Van Halen y Cheap Trick y sobrevivido a su primer "pogo" en un concierto punk.
"En 1980, los chicos iban con regularidad a lugares donde ponían música que no les gustaba, siempre y cuando supieran que habría mujeres allí", dice Guzman. "Creo que eso no ha cambiado."
El viaje en busca de emociones que viven los chicos, recoge la ecléctica gama de música popular en un momento en que el rock, la música disco, el funk, el punk y el country competían por la supremacía.
"Tengo una conexión personal con todas las canciones de la película", explica Linklater. "Quería compartir la sensación de lo que era escuchar estas canciones sonando en la radio, bailando con ellas en las discotecas o bares country, en casa o en el coche. La música disco todavía estaba presente (moriría como un año después), el country de pronto era algo guay en lugares donde no había llegado (gracias a la película Urban Cowboy), el metal era tremendo, el punk y el New Wave eran las nuevas y excitantes alternativas, y los primeros ejemplos de lo que finalmente hemos conocido como el hip-hop fueron apareciendo. Fue un momento interesante musicalmente, con tantos artistas en la cima de su carrera y tantos géneros compartiendo escenario".
Una canción que en particular encarna por completo el espíritu que Linklater quería para la película. "Everybody wants some" de Van Halen es una canción que captura a la perfección el humor y el descaro de cuando se tienen dieciocho años. Cuando uno es joven y apasionado, quiere tenerlo todo, se asume como un derecho natural.
Let the good times roll
En 1993, Richard Linklater creó la instantánea por excelencia de la vida de instituto en los años setenta con el film Dazed and Confused (Movida del 76). Después de construir una diversa filmografía de exitosas películas arthouse y films de estudio, incluyendo la aclamada Boyhood (2014) grabada en diferentes momentos a lo largo de doce años, Linklater estaba emocionado con la idea de volver a sus raíces.
"Lo siento como una película que habría hecho hace mucho tiempo", dice Linklater. "Me siento bien usando esta parte de mi cerebro de nuevo, pero con mucha más experiencia."
Como lo había hecho anteriormente en Dazed and Confused, Linklater reunió a un elenco de actores jóvenes y relativamente desconocidos para rodar la película. "Es muy divertido trabajar con un conjunto grande y una nueva generación de actores con talento," explica Linklater. "En ambas películas elegí a quien yo sentía que era el mejor actor para el papel, sin importar la experiencia ni lo conocidos que eran."
Si bien pueden verse algunas caras conocidas en el equipo de Todos queremos algo, para gran parte del elenco se trata de su primera película. Temple Baker, quien interpreta de forma brillante al novato Tyrone Plummer, no había actuado desde una representación de Romeo y Julieta en quinto curso.
"Me enteré de los castings por unos amigos. Pensaron, a Temple le gusta el cine. Temple solía jugar al beisbol. Debería intentarlo. Sería muy divertido", recuerda Baker.
En ese momento, Baker estudiaba a tiempo completo en la Universidad de Vanderbilt. "Cuando me dieron el papel, tuve que reunirme con un grupo de decanos para ver si podía dejar la universidad para hacer la película, sin abandonar mis estudios, me quedaban unas 25 horas para graduarme. Toda la experiencia fue tan surrealista que estoy seguro que pensaron que se trataba de una broma".
"Rick dice que su mayor talento es la selección de actores", relata Powell. "Recuerdo que durante las audiciones para el papel de Plummer nos encontramos con algunos nombres bastantes conocidos, pero Temple aportaba algo único. Rick lo vio".
Al igual que sus personajes, que comenzaban la universidad en otoño, el elenco de actores se reunió en Austin en septiembre de 2014 para comenzar los ensayos, un mes antes del inicio del rodaje. Durante las tres semanas siguientes, el reparto recrearía la experiencia de la universidad, haciendo pellas en el rancho de 50 acres de Linklater en Bastrop, Texas, jugando al beisbol, ensayando y construyendo un espíritu de compañerismo que conformaría las relaciones de sus personajes.
"Para obtener los mejores resultados, quería que todos se sintieran cómodos entre ellos y que realmente llegaran a conocerse unos a otros," explica Linklater. "No lo veo como un ambiente de trabajo; también son personas creativas, y yo quería darles espacio para jugar con el material, rozar los límites y averiguar quiénes eran sus personajes".
"En los tres primeros días de formar parte de un equipo, aprendes todo lo que necesitas saber acerca de la gente con la que estás" dice Wyatt Russell. "Creas estos vínculos en un lapso de tiempo muy corto, ya que estáis trabajando hacia un objetivo común."
"Sabiendo que todo el mundo está tratando de hacer la mejor producción posible, nunca lo sentías como un trabajo," dice Ryan Guzman. "Unos a otros nos conducíamos hacia un nuevo nivel de interpretación y hacerlo fue realmente divertido".
"La dedicación de Rick en cada persona es fantástica, independientemente del tamaño del papel", dice Forrest Vickery, que interpreta al aletargado Coma.
El estilo y actitud de Linklater también causaron impresión en J. Quinton Johnson, que interpreta a Dale Douglas, compañero de habitación de Finn y la voz de la razón como estudiante veterano. "Como director y guionista es único. Se necesita mucha humildad para coger ese gran guion lleno de matices, que él ha creado y meditado, para después pasárselo a doce chicos y decir, "trabajad con él."
"La vida real no siempre tiene eventos catastróficos", observa Powell. "Las películas de Rick están basadas en la vida real. Trata de captar la esencia de este momento y lugar. No está cargada de puntos de giro. Trata de estos chicos que viven en esta casa, y todo lo que tiene que ver con este fin de semana en concreto".
La película también resultó ser autobiográfica para el elenco. Tanner Kalina, que interpreta al estudiante de primer año altamente influenciable, Brumley, basó su personaje en una versión más joven de sí mismo. "Simplemente me estoy interpretando a mi mí mismo durante mi primer año de Universidad. Era una especie de bobo distante, tratando de averiguar dónde encajaba".
"El proceso de ensayo marcó una gran diferencia", recuerda Hoechlin. "Hemos sido capaces de ejecutar las escenas una y otra vez como si fuera un juego, y era porque nos animaban a ser creativos y hacerla nuestra, nunca fue algo manido".
Para evitar anacronismos en sus improvisaciones, Linklater mandó como tarea al joven reparto que investigaran sobre la época. En caso de duda, el mantra del elenco se convirtió en "pregunta a Rick."
"Su capacidad para recordar es bastante increíble", se maravilla Hoechlin. "Podríamos tirar de una idea y él hubiera dicho 'No creo que la gente dijera eso aun" o "Eso salió dos años antes, así que puede que no fuera algo tan guay" Es bueno tener a alguien allí que puede recordar esas cosas, hasta el mes y el año "."Es por eso que le llamamos Rickipedia", dice Guzman.
"Ni si quiera quería que se refirieran a algo relacionado con el futuro que pudiera parecer sagaz o irónico " dice Linklater. "Quería sentir como si simplemente hubiéramos dejado una cámara en 1980, grabando lo que estaba pasando en la vida de estas chicos"
Para recrear esta específica ventana en el tiempo, Linklater contó con el frecuente colaborador Bruce Curtis como diseñador de producción.
"Cuando estás haciendo una película de época, te esfuerzas por tener todo exactamente como era. Las pequeñas cosas llegan a ser importantes ", dice Curtis. "Tras cinco películas con Rick, me ha enseñado a prestar atención a lo banal: los muebles, el suelo y el revestimiento de madera en la pared, todo entra en juego para provocar la sensación precisa. Él tiene una excelente memoria, y trabajamos juntos para dar cuerpo a lo que tiene en exactamente en mente".
El jefe de utilería Leilal Dallal tuvo la tarea de localizarlo todo, desde los equipos de música apropiados con la época hasta los guantes de beisbol. "1980 es un año extraño. Hay muchas cosas que uno pensaría que existían que no salieron hasta el 81 o el 82, especialmente en tecnología. Lo mejor es pensar en finales de los 70, porque siendo realistas, no todo el mundo va a tener lo último".
A pesar de que las tiendas de segunda mano a menudo están llenas de reliquias de la época, el reto de Dallal era encontrar accesorios que parecieran nuevos o sólo ligeramente usados. "Terminamos usando guantes reales que habían sido restaurados y tuvimos la suerte de encontrar radios, auriculares y altavoces Pioneer en perfecto estado."
Dado el dinamismo de algunas escenas, cada accesorio vintage utilizado frente a las cámaras requería al menos una copia de repuesto. "Las cosas se rompen," explica Dallal, "y tenemos que estar preparados para cualquier cosa."
Shake your groove thing
Antes de empezar con la práctica de beisbol y el trabajo de guion, cada día de ensayo comenzaba con unas horas de baile. La tarea de enseñar al joven reparto a bailar como en los 80 pre-Reagan cayó sobre la coreógrafa Andrea Ariel.
"1980 es una fecha específica, por lo que mi trabajo debía mantenerse ante todo fiel a la época. Todo el elenco trabajó muy duro en el aprendizaje de los movimientos. La clave era ayudarles a encontrar ese movimiento que les resultara natural, pero que no se viera fuera de lugar".
Ariel utilizaba Soul Train como un punto de referencia para ayudar a los actores a aprender algunos bailes. "Viendo vídeos de esa época, ves como la gente era mucho más libre moviendo sus pelvis y encontrado su ritmo de una forma que no se ve hoy en día. Fue una revolución sexual y cultural, y el baile se entendía como una celebración".
Durante las semanas previas al rodaje, Ariel trabajó intensamente con los actores haciendo que se sintieran lo suficientemente cómodos para sentir como propios los movimientos. "Rick era genial dándoles tiempo para aprender los pasos, y al mismo tiempo, la propia experiencia les unía".
"Soy un bailarín horrible", dice Baker. "Me gusta, pero no tengo mucho talento". Baker reconoce el mérito de Ariel ayudándole a desarrollar sus habilidades. "Andrea es una de las personas más agradables y enérgicas que he conocido. Es mucho más difícil de lo que pensé que sería, pero creo que ya domino esto del baile. Ella lo hacía divertido".
Mientras que para algunos de los actores la coreografía suponía una oportunidad para ampliar sus habilidades, otros ya estaban en su zona de confort.
"Soy estudiante de teatro musical, por lo que esto fue algo más fácil para mí", dice Johnson. "En cambio yo nunca he jugado al beisbol al nivel al que juegan algunos de estos chicos. Podía consultarles en temas de beisbol; ellos podían consultarme en lo referente al baile. Había un buen toma y daca."Después de semanas de ensayo solo con los chicos, era el momento de que se uniesen las chicas.
"La cosa se puso seria", dice Jenner. "Estábamos alardeando un poco. Tras unas horas metiéndonos en el ambiente de la época, la cosa se desmadró bastante. Todos estábamos sudorosos, y creo que nuestro almizcle dio al escenario algo de autenticidad."
"Estaban muy entregados", recuerda Aries, "y todo empezó a funcionar en el momento en que las chicas entraron en la habitación. Al final del día aquello parecía un verdadero disco club de 1980." La ausencia de mujeres había tenido un efecto notable entre los chicos del reparto.
"No nos dimos cuenta hasta que estuvimos con las chicas, pero todo ese tiempo sólo con tíos y toda esa testosterona alrededor, empezábamos a estar en la misma onda" explica Powell. "Habíamos perdido todo concepto de lo correcto y lo incorrecto, o lo que es apropiado decir delante de la gente. El caballero que mi madre hizo de mí... se fue totalmente por la borda en esta película".
Algunos días, Deutch era la única actriz en el set. "Tenía que aclimatarme", recuerda. "Tenía que evocar tantos chistes verdes como podía y beber mucha cerveza Lone Star. Suena a cliché, pero es cierto. Después de eso, era un tío más".
Fuera del set, el equipo llamaba la atención. "Fuimos a comer todos juntos, y mientras esperábamos una mesa, la camarera se percató de nuestros bigotes a lo Burt Reynolds", cuenta Powell. "Nos preguntó si pertenecíamos a alguna especie de club. Le dije que no andaba muy lejos". "Claramente hay un sentimiento de fraternidad", dice Jenner. "No existe una fraternidad literal en la película, pero en definitiva se ha formado un vínculo, dentro y fuera de la cámara."
Críticas
Es nostalgia, pura y dura, sin destilar. (.) un panegírico casi costumbrista pero con un delicioso tono de autoparodia (.) pequeña maravilla.
(Toni García - El Mundo)
Infinitamente encantadora e inteligente: "Everybody wants some!!" personifica la capacidad única de Linklater de magnificar el comportamiento humano con ligereza.
(Eric Kohn - Indiwire)
Pocos cineastas han reflejado tan plenamente el agridulce disfrute de vivir el momento; uno que resulta mucho más glorioso porque se desvanece muy pronto.
(Justing Chang - Variety)
Es tan honesta y perspicaz sobre el pasado como su predecesora, otra más en una filmografía de gemas impredecibles.
(John DeFore - The Hollywood Reporter)
(Tiene) una contagiosa cualidad de camaradería, construida sobre un elenco maduro y con química, y con la capacidad de enseñarnos el oído único que Linklater posee para los diálogos.
(Charlie Schmidlin - The Playlist)
Guión sutilmente incisivo de Linklater.
(Nigel M. Smith - The Guardian)