Stephen Frears, Meryl Streep y Hugh Grant trabajan juntos por primera vez en Florence Foster Jenkins, una comedia inspiradora, conmovedora y cálida sobre el amor, la música y la lucha por los sueños.
Fue el glorioso abismo entre la noción que Florence Foster Jenkins tiene de sí misma y sus asombrosos fracasos como cantante lo que atrajo inmediatamente al escritor Nicholas Martin. "Oí una canción en YouTube", dice el escritor. "Me impresionó la sinceridad de su voz y me conmovió, me resultó muy gracioso y muy triste. La escuché una y otra vez y quise saber más acerca de su vida. Fue entonces cuando me di cuenta de que la historia de su recorrido para actuar en el Carnegie Hall daría lugar a una película musical emocionante".
Investigando la vida de Jenkins, Martin quedó sorprendido por la increíble fuerza de la personalidad de Florence - "Era como el sol con todos los demás planetas en órbita a su alrededor", y por su relación con su "marido", St. Clair Bayfield, cuyos diarios revelaron su profundo amor por Florence, a pesar de vivir con otra mujer. Con el acompañamiento de Cosme McMoon, el trío se convierte en el centro de la sociedad artística de Nueva York, primero con sus excéntricos Tableaux Vivants, que siempre tenían a Florence como la principal musa artística, y después con sus infames recitales musicales.
"Florence era un personaje importante en la escena artística y musical en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial y dio mucho dinero para apoyar las artes, incluyendo la compra de instrumentos musicales para niños pobres" explica Martin. "También introdujo a muchas personas acaudaladas al mundo de la música y les persuadió para que donasen para apoyar la música en la ciudad. Dio 1000 entradas para su concierto en el Carnegie Hall a veteranos de guerra y muchos de ellos se lo pasaron en grande. Parece que casi se murieron de la risa, de lo brillante y extraña que fue la velada. Pero, ¿Florence era consciente cómo sonaba en realidad? Eso lo tendrá que decidir el público".
Seis meses después de empezar su investigación, Martin tenía un guión. "Un amigo me dijo que el productor Michael Kuhn sabía mucho de música, así que fuimos a verle. Le gustó y Stephen (Frears) no tardó en seguirle. Dije que sólo una persona podía interpretar a Florence y esa persona era Meryl Streep, si no apaga y vámonos. Sabía que le encantaba la música y sabía que le gustaban personajes icónicos y tuve la corazonada de que se sumaría. Cuando Michael me llamó y dijo enhorabuena, tienes tu película, supe lo que quiso decir inmediatamente. ¡Fue un momento milagroso en mi vida! Tuvimos que esperar a que estuviera disponible, pero eso nos dio tiempo para trabajar en el guión y eso hizo que mejorara muchísimo".
Michael Kuhn se sintió inmediatamente atraído por el guión de Martin. "Cuando lees un guión buscas algo que sea diferente y emocionalmente satisfactorio, y pensé que este guión tenía una mezcla de elementos cómicos y conmovedores", explica el productor. "No podía imaginar a nadie que no fuera Meryl Streep en el papel de Florence, así que lo siguiente fue ver cómo podíamos conseguir a Meryl. Teníamos que contar con alguien con quien fuera probable que trabajase y Stephen da la talla, habiendo trabajando con muchas de las grandes damas del cine, como Judi Dench y Helen Mirren, y pensé que si decía que sí, tendríamos una probabilidad razonable".
Lo que más admiro de Stephen es que nunca se repite, así que cada película que hace es una aventura nueva, siempre estriba hacia delante para hacer algo diferente y es muy admirable. Enseguida dijo que lo haría si Meryl aceptaba. Así que le mandamos el guión a su agente y nos respondió rápidamente y dijo que sí. Suele pasar, cuando el material es bueno, que la película se empieza a poner en marcha rápidamente".
"Leí el guión de Nicholas Martin y pensé, esto es divertido", dice Frears. "Era muy ingenioso, entretenido e interesante. Era una buena historia; tenía buenas relaciones y buenos chistes, ¿qué más se puede pedir? Hay una grabación famosa de ella y, según me han contado, en los 60 la gente la ponía en sus fiestas particulares. Escuché el metraje real de ella cantando en YouTube y te dejaba patidifuso, simplemente empecé a reír. La grabación es tan graciosa y horrible, pero también conmovedora y emocional".
La película empezó a tomar forma a una gran velocidad, tal y como comenta Frears: "Nicholas debía estar alucinado ya que todos aparecíamos y decíamos que sí, yo, los productores, Meryl y Hugh. No suele ser tan rápido. Pero su guión es reposado, maduro. Nicholas escribió con la intención de que la gente pasara un buen rato, así que siempre fue consciente de que quería entretener al público según escribía".
Del mismo modo, en cuanto Cameron McCracken leyó el guión en Pathe, decidió sumarse para financiar y distribuir la película. Ésta marca su quinta colaboración con Stephen Frears y su productor Tracey Seaward, su tercera colaboración con Meryl Streep y la segunda con Michael Kuhn. "En muchos aspectos, la producción parecía como una reunión familiar y cuando Christine Langan se unió con BBC Films, la familia estaba al completo".
A Stephen Frears el personaje de Florence le pareció un personaje absorbente: "Florence era una mujer rica, una mujer de sociedad, que hizo mucho por la música durante la guerra, apoyó al conocido director Toscanini y era una filántropa. Siempre me recordó a Margaret Dumont, la actriz y comediante (a la que Groucho Marx solía perseguir en sus películas), horrible y enternecedora a partes iguales. Había grupos de personas en Nueva York que necesitaban cultura durante los duros tiempos de la guerra y ella supo mantener el ánimo de la gente montando estas veladas amateur. Ve actuar a Lily Pons, una cantante francesa con una voz increíble, y se siente inspirada, así que decide cantar de nuevo y acudir a clases, es ahí cuando emerge el horror. Los personajes principales, Florence y Bayfield son ridículos, enternecedores y horribles al mismo tiempo, pero funcionan bien juntos. Bayfield era un actor fracasado cuando se conocieron e inmediatamente conectaron, él encontró una manera de vivir y ella encontró un hombre que la amaba y cuidaba a pesar de que fuera un poco mujeriego, ¿qué más podría querer ella? Los personajes principales, Florence y Bayfield son ridículos, enternecedores y terribles al mismo tiempo, pero funcionan bien juntos".
Por su parte, Meryl Streep estaba familiarizada con Florence Foster Jenkins, pero la idea de trabajar con Stephen Frears fue lo que más le atrajo: "Tengo un vago recuerde durante mi primer año de escuela dramática de gente de la escuela pasándose una grabación de Florence cantando. Recuerdo una especie de grito que todos repetíamos por ahí. Stephen me llamó y dijo Tengo un papel para ti, es la peor cantante de ópera del mundo y me emocioné. Dije que sí antes de leer el guión porque siempre he querido trabajar con Stephen. Tiene una gran reputación entre actores de ser alguien con quien realmente quieres trabajar".
Dejando a un lado el cantar desastroso, la historia para Meryl Streep tenía un corazón muy tierno. "Trata de una relación larga y feliz entre dos personas cuyos intereses personales se vieron satisfechos en la relación y por lo honesto de los sentimientos y afectos que tenían el uno por la otra. La historia tiene tanta emoción real".
"La Florence Foster Jenkins real fue la auténtica mujer de club", comenta Streep. "Ese era un tiempo en el que las profesiones no estaban al alcance de las mujeres, así que había mujeres con recursos que se mantenían ocupadas y hacían obras caritativas. Florence fue una gran patrona de las artes en Nueva York y así fue como escaló socialmente. Mantuvo viva la vida musical de la ciudad, ella financió conciertos en el Carnegie Hall y repartió el dinero que había heredado".
Sin embargo, más que una filántropa, Jenkins también era una mujer determinada a cumplir su sueño verdadero. "Florence es alguien que mantuvo algo que todos tenemos cuando somos niños, cuando realmente no puedes hacer nada tan bien, pero te empeñas en imaginarte haciendo cosas y disfrutándolo", dice Streep. "Es el sentido más puro de la palabra amateur. Sólo cantaba para sus amigos y un público selecto, con la única excepción de la actuación en el Carnegie Hall, porque no cantaba tan bien pero le encantaba y estaba enamorada de la música y hay algo de ese disfrute en nuestro guión".
Una vez que Meryl Streep se comprometió, Frears acudió a Hugh Grant. "Le dije que había encontrado algo que creía que le gustaría y a los tres días dijo que sí", cuenta. "Siempre he pensado que es un muy, muy buen actor y un cómico brillante y me gusta la gente que puede hacer comedias ligeras".
La película marca la segunda colaboración entre Grant y el productor Michael Kuhn, siendo la primera hace más de veinte años. "No he trabajado con Hugh desde que le conocí en Cuatro bodas y un funeral en 1994. No consigues tener éxito como la estrella de comedias ligeras durante tanto tiempo o a una escala tan grande sin tener una gran habilidad, tienes que ser bueno con dramas y con comedias, y era importante que Bayfield fuera conmovedor y gracioso ya que esa es la esencia de la película. Hugh es un maestro en ese sentido, es realmente impresionante".
"Conocía vagamente la figura de Florence Foster Jenkins", dice Grant. "Recuerdo que hace años mi primo me mando una cinta de la peor cantante del mundo y pensar que era una de las cosas más graciosas que había oído en mi vida. Pero no estaba actuando mucho porque estaba muy involucrado en la compaña "Hacked Off" para la transparencia en prensa. Otra de las personas involucradas es Stephen Frears, que solía venir a nuestros eventos y decía Deberíamos hacer una película juntos y yo le decía que ya no actuaba. Pero me mandó el guión de Nicholas Martin, que es realmente brillante, genuinamente gracioso y conmovedor. Meryl ya estaba fichada como Florence así que tenía que hacerla".
Grant interpreta al "marido" y manager de Florence Foster Jenkins. "Bayfield es un empresario pero también tiene un maravilloso sentido del absurdo", dice Frears. "Florence y Bayfield vivían en una burbuja y él siempre se preocupaba de protegerla y que la burbuja no estallara. Y ella necesitaba protección, pero lo cierto es que actuó en el Carnegie Hall y se salió con la suya".
"Estaba fascinado con Bayfield", dice Grant, "y me gustó ser él, algo que no me ocurre con todos los personajes que he interpretado. En la vida real y en la pantalla, Bayfield es el hijo ilegítimo de un conde, en cierto sentido es un fracasado. Deambuló por el mundo como actor fallido y acabó en Nueva York más bien arruinado. Y después conoce a Florence, una heredera que financia la vida musical de Nueva York, y conectaron inmediatamente. Creo que exageró sus raíces aristocráticas, así como su rollo de actor bohemio y eso la sedujo, pero él también estaba encandilado con ella y se convirtieron en un dúo, a pesar de que nunca se casaran realmente, su relación de pareja duró 30-40 años", cuenta Grant. "Él es un hombre hinchado con una falsa auto-estima basada en la posición, riqueza y fama de Florence, es un hombre poco sustancial, y eso me pareció divertido. Es muy obvio quien lleva los pantalones en la relación, Florence le necesita cuando actúa, pero al fin y al cabo ella es la que tiene dinero".
Él la apoya y protege cuando da sus conciertos, que no son malos, sino cómicamente malos. La clave estaba en "editar" al público de manera que sólo hubiera personas que la querían y aceptasen, se invitaba a gente de sus mismos círculos musicales y no al público general. De esa manera, ella nunca se enteraría de lo mala que es".
Según Grant, trabajar junto a Streep fue: "¡aterrador! No sólo es una estrella, sino que probablemente sea la mejor intérprete de cine en la historia del mundo. Es increíble verla, es como ver a Leonardo da Vinci dibujar; no hay nada que no pueda hacer y lo que más me impresionó fue que cada toma que hacía la hacía completamente diferente a la anterior. Nunca piensa Oh, no me acabó de salir, voy a hacerlo de nuevo, sino que lo reinventa cada vez y eso me marcó particularmente".
"Todo daba miedo", dice entre risas Grant. "Trabajar con Meryl Streep era aterrador obviamente y también tenía un poco de miedo de Stephen, que tiene una reputación de hacer películas con clase y galardonadas, que no es realmente mi ámbito. Este papel involucraba cierta cantidad de trabajo dramático y eso me resultó extremadamente intimidante. Acabé preparándome durante un año aproximadamente, ya que teníamos que esperar a que Meryl estuviera disponible y ¡es lo más que me he preparado para una película!"
El tercer personaje en este trío único que da forma a la película es Cosme McMoon, el pianista acompañante de Florence. Simon Helberg, mejor conocido por la serie de televisión americana The Big Bang Theory, da vida al personaje.
"Desde el principio el compositor de Alexandre Desplat me dijo que no fichase a un actor que no pudiese tocar el piano de manera extraordinaria", dice Frears. "Mi director de casting en Nueva York dijo Quieres a Simon Helberg. Le conocí y me di cuenta de lo gracioso y brillante que es. Meryl y él se conocieron y ella le adoró inmediatamente. Puedes notar la calidad y afecto entre ellos".
Kuhn está de acuerdo, "Fue una genialidad del agente de casting de Nueva York conseguir a Simon Helberg, ya que no sólo es un gran actor cómico, sino que también es un gran pianista. Tuvimos muchísima suerte con él porque ver a alguien que finge tocar el piano es terrible".
Helberg se unió al proyecto sin saber nada de los personajes, pero el guión y la oportunidad de trabajar junto a Meryl Streep y Hugh Grant y con Stephen Frears hizo que no lo dudara. "Cuando leí el guión recorrí toda la gama de emociones. Me reí histéricamente, lloré, me pareció increíblemente profundo. Trata del amor por la música pero también del amor por la vida y cómo nuestra propia percepción de la vida acaba venciendo por mucho que las cosas se tuerzan. Hizo que me acordara de una frase de Bienvenido Mr. Chance, La vida es un estado mental. Florence tiene una especie de pureza, no hay nada cínico en ella, todo es por la música, es una soñadora. Y Meryl es una de las personas más encantadoras que jamás hayan existido, así que esa combinación es bastante irresistible".
Streep devuelve el cumplido. "No sabía mucho de él cuando nos conocimos pero nos llevamos bien inmediatamente. Es tan gracioso e inteligente. La película cobra vida cuando Simon sale en pantalla ya que su personaje está viendo la historia desde el punto de vista del público", dice. "Tenemos mucha suerte de tener a Simon, ya que es un cómico brillante, pero también puede tocar esas piezas de piano tan complicadas. Stephen tenía razón al decir que no podríamos haberlo hecho con un actor que no fuera un gran pianista. Tenía el trabajo más duro de todos al tener que tocar todas esas piezas tan difíciles además de reaccionar a lo que está ocurriendo en la sala. Es simplemente brillante. Está tan vivo y su talento al piano es impecable; nunca cometió un error, lo cual es extraordinario".
Hugh Grant añade: "El elegir a Simon fue una decisión magistral de casting. Era perfecto para el papel y ¡encima es un pianista! Espero que la gente se dé cuenta de que esas son sus manos tocando el piano".
Helberg estaba encantado con la excentricidad de todos los personajes de la película, especialmente con McMoon. "Hay estas extrañas flores que florecen cuando Florence entra en sus vidas. Saca sus mejores cualidades. McMoon es un pez fuera del agua y no tiene ni idea de en qué se está metiendo. Acaba de llegar. Es un buen pianista pero quizá no está al nivel de un concertista. Se da cuenta al instante de que ha entrado en un terreno extraño y no tiene ni idea de lo que está pasando. Comparte su amor por la música con Florence y no la juzga, ambos comparten cierta inocencia. Es divertido verles moverse e intentar que salga la actuación
él suda mucho y eso es algo que me sale natural".
Cuando llegó el momento de preparar el rodaje, Meryl Streep tenía que ser una maestra en el arte de cantar espantosamente. Streep entrenó como cantante y, como señala Stephen Frears, "para poder cantar mal primero tienes que poder cantar bien". Para la actriz fue un reto que le deleitó. "Pensé que sería sencillo ya que no canto tan bien, pero fue mucho más difícil", dice Streep. "En primer lugar, Florence se enfrentó a los arias más difíciles del canon de interpretaciones operísticas hace el aria "La Reina de la Noche" de La flauta mágica de Mozart y "El aria de las campanillas" de Lakmé de Delibes. Lo que hace que sea divierto es que lo mucho que se acerca, su voz es casi adecuada, así que es cuando se aleja llega a ser desternillante. Lo que me interesó es que casi llega y en su cabeza lo está logrando y eso es lo que hizo que siguiera".
Michael Kuhn vio esto como lo clave en la brillante interpretación que hace Streep de la esencia del personaje. "Meryl dijo que no se trataba de lo horrible que era Florence como cantante, se trataba de cuanto se podría acercar a ser una buena cantante. Eso era muy interesante y creo que es verdad. Si fuera tan mala que no pudieras soportar oírla no tendría nada de éxito, así que es el conseguir que casi esté bien lo que mantiene el interés y eso es lo que Meryl logró. Eso es mucho más interesante que simplemente ser mala".
Streep entrenó con el profesor de voz Arthur Levy, empezó cantando lo mejor que podía. "Después nos aventuramos en el terreno de los errores", dice. "No sé cómo Florence Foster Jenkins habría cantado esas arias, pensé en cómo mi Florence se enfrentaría a ellas. Recuerdo a Irving Berlin tocar su música y cantaba a la vez y ¡desafinaba un montón! Eso me hizo pensar que quizá pueda haber una desconexión incluso en músicos muy logrados".
Para Streep fue lo sobrecogedor del deseo de Jenkins lo que le emocionó: "Lo que te rompe el corazón, y te hace gracia al mismo tiempo, es la ambición. Puedes oír como inspira, sólo un poquito tarde para llegar a la nota, pero puedes oír la ambición, el deseo, el amor por la música y cuanto se acerca, eso es lo que es tan genial".
Lo sorprendente fue lo mucho que Streep consiguió parecerse a la Florence real. "El primer momento extraordinario fue cuando Meryl empezó a trabajar en su voz para buscar el personaje de Florence a través de la voz y una tarde mandó una grabación en la que cantaba como Florence y no podía creer cómo había capturado la tragedia y lo cómico de Florence y pensé ya lo tenemos, perfecto, esto va a ser genial", dice Nicholas Martin.
"A pesar de haber recibido lecciones toda su vida, Florence tenía una técnica horrible y hace lo que hacen todos los malos cantantes, que es forzar su voz", dice Martin. "Tenía una presión sub-glotal - algo que describimos como un desafío a la ciencia médica en la película - con la que sus cuerdas vocales no fonaban libremente y estaban tensas todo el tiempo. Ocasionalmente daba una nota alta así que había una mezcla de canto bastante agradable con sonidos totalmente horribles. Cantaba en ruso, alemán, francés e italiano a pesar de que no podía pronunciar ninguna de las palabras, así que luchaba su camino con total confianza y sinceridad absoluta".
Hugh Grant, por su parte, confiaba que Street podría hacerlo de maravilla. "Sabía que Meryl sería brillante, al igual que nunca ha sido menos que brillante, pero pensé en lo difícil que sería reproducir lo mal que cantaba, que no sólo cantaba mal, sino que desternillantemente mal, como si fuera fácil exagerarlo y buscar risas", dice. "Lo que hace que la Florence real sea graciosa es que realmente decía todo en serio. La primera vez que oí a Meryl haciéndolo fue en la lectura y fue absolutamente genial, lo dio todo, se lo creía, le encantaba y pero era indescriptiblemente terrible".
Para Simon Helberg, que interpreta al pianista Cosem McMoon, las escenas en las que toca el piano acabaron siendo un reto, ya que tenía que encontrar un complejo equilibrio entre su interpretación del papel y interpretación al piano.
"Florence no tiene sentido del ritmo, ni para afinar, así que Meryl se tropezaría intencionadamente todo el rato y yo tenía que seguirla, era como escalar en tándem, como un ejercicio de imitación. Su trabajo era increíblemente duro, ser casi aceptable pero lo suficientemente mala que hace que te dé reparo".
El proceso para conseguir este balance tan delicado resultó más fácil porque Stephen Frears estaba al mando.
"Stephen te da mucho margen en cuanto a tu interpretación", dice Streep. "Pero si no estaba contento te pedía que repitieses, simplemente no te decía cómo hacerlo. Tenía la confianza que tienen todos los grandes directores con los que he trabajado, no se preocupa de si ha tomado la decisión correcta, lo saben cuando lo ven. Esa confianza da a los actores la confianza de sentirse bien para darlo todo y exponerse emocionalmente porque confías que están ahí y que tienen buen ojo. Me encantó trabajar con él".
La actitud aparentemente relajada de Frears también caló en el equipo. "Stephen es extraordinariamente poco impositivo para un director, lo cual es bastante agradable", dice Hugh Grant. "No quiere hablar sobre las historias de fondo o motivaciones; simplemente deja que hagas tu trabajo".
Para Simon Helberg, fue el ritmo de trabajo de Frears lo que impresionó. "Stephen trabaja increíblemente rápido, así que es casi como si la película fuera un ser vivo", cuenta. "Al principio da miedo pero hace sea divertido y se mantenga vivo. Stephen es totalmente colaborativo pero totalmente visionario; no está confundido con qué debería hacer, pero a veces te pregunta qué piensas de una escena y eso crea un ambiente especial, con todo el mundo intentando hacer la mejor película posible. Realmente entiende cómo dirigir; no te marea, dirige una máquina bien engrasada. Es autocrítico; consigue un equilibrio entre ser serio con lo que haces, pero no tomarte a ti mismo demasiado en serio".
El rodaje tuvo lugar en el Reino Unido, con Liverpool haciendo las veces de Nueva York. Los dos conciertos principales se filmaron en Londres, el del Carnegie Hall se rodó en el teatro Hammersmith Apollo y el del Ritz Carlton en el Park Lane Hotel. Según explica Frears, "No podrías hacerlo en Nueva York ahora, ya que no se parece al Nueva York de los años 40".
Para el diseñador de producción Alan Macdonald, la película fue un placer visual. "¡El Nueva York de los años 40 para un diseñador es como la Navidad y todos tus cumpleaños a la vez!"
Macdonald se inspiró para sus diseños en los eclécticos interiores del apartamento de Florence Foster Jenkins en Nueva York. "Su gusto era totalmente ecléctico, iba desde antigüedades impagables hasta baratijas", explica. "Era una compradora llamativamente impulsiva de muebles y cuadros, eso hizo que cayera en la cuenta de que las habitaciones tenían que estar llenas de información. Elegimos mucho del atrezo de una manera totalmente aleatoria para reflejar su excentricidad y absurdidad, para que en general todo tuviera un aspecto divertido y convincente. Meryl Streep visitó el set justo antes de que empezáramos a rodar e hizo algunos comentarios, que tenían todo el sentido del mundo. Lo llevé un poco más lejos y añadí alguna otra pieza excéntrica y fotografías de compositores y cantantes de ópera". Macdonald recreó los famosos interiores del Carnegie Hall de Nueva York en el Hammersmith Apollo de Londres. "Tuvimos que tapar por completo lo que había ahí, ya que tenía que ser una representación fiel del Carnegie Hall".
Macdonald también tuvo que recrear el Commodore Hotel donde tenían lugar los tableaux vivants de Florence. "El primero que vemos está ambientado en el profundo sur con el ángel de la inspiración descendiendo sobre Florence Foster Jenkins bajando del techo llevando un par de alas, lo cual tenía cierta sofisticación mezclada con una cualidad dramática de aficionado, bastante absurdo", dice Macdonald.
Para las actuaciones de Florence en público en el Ritz Carlton, Macdonald optó por un impresionante salón de baile art decó en el Park Lane Hotel de Londres. "Añadimos un efecto de joyero hortera para cuando se abren las cortinas", dice Macdonald, "que contrastaba con la preciosa habitación que lo rodea. Pudimos filmar ahí antes de que empezaran las renovaciones, así que pudimos hacer lo que quisimos más o menos".
Para los exteriores de Nueva York, el equipo usó localizaciones en Liverpool. "Todo a nivel de calle en Nueva York es tan diferente ahora que es casi imposible recrear el Nueva York de los cuarenta", dice Macdonald. Curiosamente, todos los cruceros salían de Liverpool hacia Nueva York, así que hubo un cruce de ideas arquitectónicas".
Consolata Boyle fue la diseñadora de vestuario. "Consolata es brillante", dice Frears. "A penas tengo que hablar con ella porque sabes que lo que hace es impresionante. He trabajado con ella durante 25 años y tengo mucha suerte".
"Estaba fascinado y entusiasmado por el personaje de Florence", dice Boyle. "La película trata de algo que me parece realmente importante, una historia de amor entre tres personas que se quieren a modo particular, pero también del efecto transformador de la música. La sencillez de esa idea fue en lo que me centré y todo lo demás se basó en eso".
Boyle se acerco a la época a través de los personajes. "Es como empezar de cero incluso si has trabajado esa época antes", explica. "Las extraordinarias excentricidades de Florence y su grupito eran muy particulares, vivía y brillaba en un mundo muy cerrado. Se vestía igual que cuando era una niña antes de las terribles tragedias y oscuridad que vivió, así que conservó un elemento infantil. Todo lo que la rodeaba era de color más bien infantil, era un mundo muy protegido".
"Era una intérprete suprema, así que la ropa con la que actuaba era absolutamente estrafalaria y la extravagancia de sus interpretaciones también se correspondía con su ropa de diario. Sus vestidos eran horteras pero con cierta suavidad, así que atraía a la gente a pesar de lo rimbombante de su aspecto. No tenía sentido del ridículo en cuanto a su apariencia, así que la gente tampoco lo cuestionaba".
Boyle había creado varios trajes corporales para Streep para que tuviera un aspecto más pesado y más cercano a la Florence Foster Jenkins real. "Hablamos mucho al principio sobre cómo íbamos a expresar su emociones internas en su atuendo. Trabajé estrechamente con Meryl cada paso del camino. También trabajé estrechamente con Alan Macdonald, de manera que cada traje funcionase en el ambiente físico".
Los esfuerzos de Boyle dieron resultado. "A Florence le encantaba la ropa rara y parecía que su creatividad no tenía fin", dice Martin. "Vi a Meryl vestida como Florence por primera vez con un montón de joyas, una tiara y batas relucientes y tenía un aspecto magnífico y extraordinario y ¡no podía creer que eso fuera resultado de algo que yo había escrito!"
Michael Kuhn cuenta "Stephen Frears tiene la norma de que simplemente se contrata a los mejores y no te interpones en su camino y yo me sumo a eso. Teníamos a una de las mejores diseñadoras de vestuario del mundo, Consolata Boyle, y un diseñador de producción, Alan Macdonald y su equipo, y un operador de cámara genial, Danny Cohen, así que intentas no molestarles y que trabajen".
Otro miembro clave del equipo tras la cámara fue el compositor Alexandre Desplat. Florence Foster Jenkins es su cuarta colaboración con Stephen Frears. Era un tema que Desplat no podía resistir. "Para un compositor el tema de lo bien o mal que cantas es muy excitante", dice. "Sabía que el equilibrio entre emoción y drama sería especial".
Desplat tuvo que crear una partitura que complementase y funcionase con la música original en la película, un reto al que se enfrentó con gusto. "Hay mucha música existente en la película y es una cuestión de trabajar con ella de manera que la partitura no interfiera. Con frecuencia intento no escribir una partitura que sea fiel a la música de la época de la historia, pero con esta película la música era muy importante para la historia. Me dio la oportunidad de encontrar otra visión que no interfiriese con las grabaciones clásicas de Florence Foster Jenkins, así que compuse una partitura con una mezcla de jazz de los cuarenta con una textura orquestal que podía combinarse con la música existente. Quería reflejar la historia de amor entre Bayfield y Florence, el amor de Florence por la vida y la música, y lo cómico y me llevó un tiempo encontrar estos tres elementos".
Desplat en Meryl Streep encontró una colaboradora muy dispuesta y con mucho talento. "Sabemos que Meryl puede cantar pero nadie sabe que puede cantar como una cantante de ópera", dice. "Es una cantante fantástica con una gran versatilidad y entiende la música y tiene una gran intuición para ella. Y lo que resulta sorprendente es que puede cantar muy, muy bien, pero también puede cantar un poco desafinado, lo cual es muy difícil. Para fingir que cantas mal tienes que ser muy buen músico. Ella es muy precisa y ha hecho un trabajo impresionante".
Las escenas musicales de la película se grabaron en vivo.
"La música es muy inflexible", dice Frears con respecto a los retos con los que se encontró. "Puedes cambiar un diálogo. No puedes cambiar la música ya que tiene ciertos patrones y ritmos, así que siempre estás trabajando en la longitud de las secuencias".
Simon Helberg añade: "Grabamos el álbum en Abbey Road y después lo tiraron a la basura, era más bien una precaución y una oportunidad para practicar y nos destensó cuando grabamos en vivo, ya que había la sensación de que había back-up. Todo se grabó en vivo, fue un proceso bastante complejo, pero es importante captar la energía".
Con el rodaje terminado, el equipo tenía muchas esperanzas para la película. "Fue un sueño ver la película con un público por primera vez", dice Frears. "Se rieron de más cosas de las que me esperaba. Creo que todos los actores son maravillosos y tuve suerte de poder hacer esta película con este reparto y este equipo".
Michael Kuhn opina lo mismo: "Creo que una historia sobre alguien excéntrico no es suficiente para que sea una buena película. Necesitas algo más. La frase que pronunció Florence en su lecho de muerte, "la gente quizá diga que no podía cantar, pero no pueden decir que no canté", es un pensamiento muy profundo, si amas algo, debes hacerlo, incluso si no se te da bien. La película también trata sobre la bondad y cómo un hombre de capa caída tiene una vida gracias a esta excéntrica mujer y a cambio ella encontró a alguien que podía hacer sus sueños realidad. Y todos conectamos con alguien que está lleno de color cuando entran en nuestra vida e iluminan nuestro mundo".
Florence Foster Jenkins
Nació en Pennsylvania en 1868. Fue una niña prodigo tocando el piano, sus ambiciones musicales se vieron truncadas cuando su acaudalado padre se negó a pagar sus estudios en el extranjero. Se marchó de casa y, después de una carrera como profesora de piano, se estableció en Nueva York en 1900 y decidió convertirse en cantante. En 1909 tuvieron lugar dos acontecimientos que le ayudarían en su empeño: su padre fallece, dejándole una herencia considerable, y conoce a St. Clair Bayfield, el hijo ilegítimo de un conde inglés y un actor fracasado.
Florence fue a clases de canto y se metió de lleno en los círculos sociales y musicales de Nueva York. Fundó su propio club, The Verdi Club, y se unió a varios clubs de literatura e historia en la ciudad donde, como directora de música, produjo y protagonizó tableaux vivants populares para públicos selectos. No tardó en dar recitales de arias de Verdi, Mozart y Johann Strauss, así como lieder de Brahms, siempre acompañada por su pianista Cosme McMoon. A pesar de, o precisamente por, su falta de talento para cantar, atrajo a un séquito entusiasta y su fama se extendió más allá de los salones de la alta sociedad de la ciudad.
Su triunfo fue su actuación en el Carnegie Hall de Nueva York el 25 de octubre de 1944. Se agotaron las entradas en dos horas y el público incluía a celebridades como los compositores Cole Porter y Gian Carlo Menotti y la soprano Lily Pons. Florence falleció unos pocos meses después con 76 años.
-"La gente quizá diga que no puedo cantar, pero nadie jamás podrá decir que no canté", djjo.
-Uno de los programas más solicitados del Archivo del Carnegie Hall es el concierto de Florence Foster Jenkins.
-Los discos que hizo para Melotone se convirtieron en sus mayores éxitos.
-Uno de los 25 discos de vinilo favoritos de David Bowie era The Glory of the Human Voice de Florence Foster Jenkins.
-Depués de la muerte de Florence, Cosme McMoon se dedicó al culturismo y se convirtió en juez de competición hasta que falleció en 1980.
-St. Clair Bayfield fue patrón de la vida musical de la ciudad de Nueva York y vivió modestamente hasta que falleció en 1967.