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  Malas madres  (Bad moms)
  Dirigida por Jon Lucas, Scott Moore
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Delgaducha, apegada, tigresa; siempre hay una madre que se ajusta a uno de esos perfiles. ¿Es demasiado pedir que convivamos en paz? Estamos saturados de información: apps muy modernas, blogs esclarecedores, consejos expertos, comentarios lúcidos… Pero nada de eso ha solucionado El Gran Problema al que se enfrentan todas las madres: cómo lograr que en las miserables 24 horas de un día nuestra familia sobreviva, se alimente y funcione, y todo eso sin perder la sonrisa. ¿Hay alguna app o hashtag que tengan la clave? ¿Podemos culpar a las pobres madres que se vuelven locas? #No #NoSePuede

MALAS MADRES, la comedia escrita y dirigida por JON LUCAS y SCOTT MOORE (Resacón en Las Vegas), se desarrolla en un barrio exclusivo de Chicago, donde la supermadre chic Gwendolyn James (Applegate) hace de poli del comportamiento adecuado.

El resto de madres saben que no tienen que meterse con ella, y Amy Mitchell desde luego no tenía esa intención: la vida ya era suficientemente dura. Pero cuando ocurre se declara la guerra entre el bien y el mal, con el campo de batalla de la elección de presidente de la Asociación de Padres de Alumnos en la idílica Escuela William McKinley. Sí, hay bajas… Pero es el precio del progreso. Y es parte del complicado día de una mamá.

Suzanne Todd (Alice a través del espejo) y Bill Block (Corazones de acero) producen Malas Madres para STX Entertainment, con Mark Kamine (La gran estafa americana) como Productor Ejecutivo. Jim Denault, ASC (Trumbo: la lista negra de Hollywood) es el Director de Fotografía; Marcia Hinds (Con derecho a roce) la Productora Ejecutiva; James Thomas y Emma E. Hickox, ACE montadores; y Julia Caston (The Middle) Diseñadora de Vestuario.

¿Cómo demonios se les ocurrió a los guionistas de la peli de tíos, Resacón en Las Vegas, ponerse a hacer un homenaje de chicas al poder, a la genialidad de las madres? Y por supuesto, no apta para todos los públicos.

"Si te lees el guión seguro que piensas que lo escribió una mujer, pero cuando hablas con Jon y con Scott te das cuenta de que es un homenaje a sus mujeres", dice la actriz Mila Kunis, madre también en la vida real. De hecho, las seis actrices principales de la película son madres, así como la productora Suzanne Todd.

"Yo les dije que me gustaría interpretar cualquiera de esos papeles", recuerda Kunis. "Quería hacer algo en lo que me viese reflejada. La idea de grupo también me atraía: no quería estar sola, y quería hacer algo gracioso".

Kunis interpreta a la protagonista, Amy Mitchell, una madre trabajadora con miles de obligaciones que no le dejan tiempo para hacer amigos, y mucho menos para divertirse. La pobre Amy está demasiado ocupada como para darse cuenta de lo que se está perdiendo.

"En cuanto te conviertes en madre se te olvida que eres una chica y que necesitas a tus amigas", dice Kristen Bell, también madre en la vida real. "Parte de la belleza de esta película es que trata de estas madres que redescubren la amistad".

Los directores de Malas Madres, Jon Lucas y Scott Moore, llevan colaborando juntos y siendo amigos más de 15 años. En todo ese tiempo, también se han convertido en padres, y en directores.

"Escribimos desde casa, en nuestros ordenadores, así que vemos a nuestras mujeres romperse el lomo cada día", dice Moore. "Siempre van corriendo, recogiendo a los niños, cocinando, resolviendo problemas. Ahí hay mucho drama… y a la vez es terreno fértil para la comedia".

Lucas explica: "Como padres, somos apéndices-de-mamá. Es parecido, pero en el mundo de las madres hay mucha presión que no existe en el de los padres. Queríamos sumergirnos en esas aguas turbulentas".

Jada Pinkett Smith, que interpreta a Stacy, la dura secuaz del inolvidable séquito de Gwendolyn, describe esa división entre madres y padres: "Ellos no se mojan tanto como las mujeres. Pueden sentarse y abstraerse contemplando las escenitas desde otro punto de vista. Nosotras sólo podemos ver lo que tenemos delante, mientras que ellos pueden mirar y decir: ¡qué divertido!".

Lucas y Moore se hicieron expertos en el asunto. Como parte de su investigación organizaron cenas con muchas madres, mucho vino y muchas historias desde las trincheras. "Las madres reales no hablan como sale siempre en la típica peli para madres", dice Lucas. "Es mucho más interesante y divertido, y más picante. A veces hasta X. Y sí, ¡hay conflicto!".

Y luego está esa fachada que las madres tienen que mantener. "De eso va la película", dice Lucas. "Muchas madres piensan que tienen que fingir que todo va bien, todo es sencillo y son felices. Pero es muy complicado. A veces con un vaso de Chardonnay sale todo a flote… y empezamos a escribir".

Los guionistas también se dieron cuenta de que las madres se necesitan las unas a las otras. Como Lucas observó, "Una dirá: yo pensaba que mi hijo, o mi jefe, era el único que hacía eso. Hay mucha gente que pasa por lo mismo, pero no hablan de ello. Afortunadamente esta película romperá algunos tabúes".

La productora Suzanne Todd, madre de tres hijos, está de acuerdo. "Mi propia experiencia lo confirma. Hay cinco escenas en el guión que yo he vivido tal cual. Pero tal cual, cada detalle del diálogo y cada cosa que pasa; porque es una experiencia colectiva el hecho de intentar ser una buena madre, y lo duras que somos con nosotras mismas porque pensamos que no hacemos suficiente".

Annie Mumolo interpreta a Vicky Latrobe, miembro del grupete de mamás altivas. Fue nominada a los Óscar como coguionista de la comedia de gran éxito La boda de mi mejor amiga. "Jon y Scott tocan temas profundos", dice Mumolo. "Escribir sobre madres y sobre ser madre, la línea es muy delgada. Es una de las primeras cosas que he leído con verdadera repercusión emocional y con personajes con los que te identificas. Es atrevido y divertido, y a la vez irreverente, lo que te mantiene en vilo".

La actriz ganadora del Emmy Christina Applegate aprecia especialmente la rara oportunidad que Malas Madres ofrece a las actrices. "El guión me atrajo porque es auténtico: una versión de la realidad más valiente y desnuda. Y respecto al personaje de Carla, creo que es uno de los mejores diálogos que he visto interpretar a una mujer en el cine".

Las mujeres de Lucas y de Moore fueron las primeras en leer el guión. "Todo lo que se nota que es auténtico es porque lo escribimos a partir de sus historias reales", dice Moore. "Nos dieron notas y nos sugirieron bromas, y a veces nos dijeron que una madre real no diría esto o aquello. Cuando tuvimos al reparto, también las escuchamos a ellas".

Kathryn Hahn interpreta a Carla, una solterona tremenda, y su primera reacción cuando leyó el guión fue sentir admiración por la mujer de Moore. "Scott es uno de los padres de la escuela de mis hijos. Cuando leí el guión, de pronto vi a su mujer Mary de otra manera. Es maravillosa. Y me encanta eso de nuestros directores: les fascinamos". Los guionistas y directores no pusieron la condición de que las actrices principales fueran madres, pero finalmente resultó ser así.

"Cuando hablamos con las actrices sobre el guión, en seguida nos dimos cuenta de que las que eran madres conectaban con el material de una manera totalmente diferente", dice Moore. "Ponían las cartas sobre la mesa. Si alguien decía: '¿Metemos esto raro que le pasó a mi hijo?', nosotros respondíamos: 'Cuanto más raro mejor'. También escuchamos: '¡Tenéis que apretar más las tuercas! ¡Nosotras nos volvemos muchísimo más locas que ésas!'".

Está claro que esa actitud de madre les daba ventaja a las actrices. "Lo primero que cualquier madre real te va a contar nunca va de darle un abrazo a su niño", dice Lucas. "Te contarán: mi hijo se ha cargado mi casa hoy. Una madre real tiene un cierto tono y mordacidad que en seguida reconoces. Las que no son madres tienen una idea más dulce de lo que es la maternidad, y hablan más tiernamente de los niños". Hahn admiró la honestidad: "Vivimos en una cultura muy niño-céntrica, así que es difícil no sentir que estás fallando todo el rato. O pensar que vas a sobrevivir a todos los libros y blogs que has leído, y al consejo de las demás madres". Bell está de acuerdo: "Decimos cosas que normalmente sólo piensas, pero nunca dices".

David Walton, que interpreta al marido de Amy que abusa de su webcam, es más empático en la vida real. "En general existe mucha confusión y falta de apoyo respecto a la lucha de las madres modernas", dice. "Esta película va de eso. Es una comedia picante sobre la familia… con algunas mujeres guapísimas".

La escuela pública ficticia de Malas Madres presume de un diverso cuerpo de estudiantes, así como de un diverso grupo de madres. Como los chavales, las madres de la Escuela William

McKinley se dividen en pandillas, desde el de las madres tigresas hasta el de las madres apegadas, pasando por las madres obsesionadas con la comida orgánica y las madres perfectas.

Y como a los niños, a algunas madres les hacen novatadas. Jada Pinkett Smith dibuja la típica escena de cuando las madres dejan a los niños en el cole por la mañana: "Mi personaje, Stacy, es de las pseudoperfeccionistas. En su mente son la crème de la crème del cole, de la Asociación de Padres y de cualquier cosa que tenga que ver con su estatus de madre y esposa. Nuestra pandilla simplemente está ahí metiéndose con cualquier madre que se acerque. Establece el tono de la película, y en seguida sabes quiénes son las malas".

Algunas madres no tienen pandilla. Nadie invita a un café a la solitaria y casera Kiki, con sus crocs y sus hijos conflictivos. El escote, los cigarrillos, y el apetito desenfrenado de la madre soltera Carla la convierten también en una paria. Y Amy, la exhausta madre trabajadora, es tolerable a ojos de sus pares, pero la relación es ya muy tensa con todas ellas. Kunis se compadece de Amy: "Tuvo un bebé a los 19 y otro a los 20, y desde entonces se las ha visto canutas para sacar la familia adelante", explica. "Todos nos sentimos identificados de alguna manera. Te matas para que todo sea perfecto y te olvidas de los conflictos que es lo que hacen que la vida ocurra".

En cuanto se declaran "malas madres", Amy, Kiki y Carla pierden el miedo a ser encasilladas. Por supuesto que a Carla eso nunca le importó, y eso le confiere una importancia vital en la pandilla. "Es el pegamento que nos mantiene unidas", dice Kunis. "Mi personaje no sabe bien cuál es su lugar en el mundo. Kiki es tranquila y tímida… y ver cómo Kristen Bell, que es fuerte y luchadora, interpreta a una sumisa, resulta muy cómico. ¿Pero Carla? Es ruidosa y sorprendente y coge la vida por las pelotas".

Kiki y Carla son personajes abiertamente cómicos, y los directores escogieron a actrices de mucho talento para dar vida a esos personajes. Amy es también muy cómica, pero su historia es más compleja.

"Interpretar el término medio de la película es complicado", dice Lucas. "Amy tiene que ser divertida, pero también ser la línea conductora emocionalmente hablando para el público. Nos gustaba Mila para el papel porque puede llevar ese peso emocional, como vimos en Cisne Negro, y también es genial en comedia. Es una actriz de peso, pero a la vez ligera, con una presencia muy natural y real". Moore añade: "Simplemente parece una madre normal".

Respecto al reparto, Suzanne Todd comenta: "Buscábamos a seis arquetipos diferentes que funcionasen juntas de manera cómica, y que a la vez fuesen interesantes como chicas que se están conociendo. Creo que especialmente que era importante que Mila y Kathryn Hahn y Kristen Bell se sintieran que venían de sitios distintos, pero que podían encontrarse durante la película y hacerse amigas".

Siempre mirando por encima del hombro a las malas madres está la eterna presidenta del AMPA, Gwendolyn James. Su carácter de hierro le es familiar a todo el equipo de la película. "Yo he sido una Gwendolyn", bromea Mumolo.

"En cualquier escuela, en cualquier cultura y de cualquier trasfondo socioeconómico hay una Gwendolyn", dice Lucas. "Imaginamos ésta como alguien que trabajó en Wall Street o algún otro trabajo de alto rendimiento, que de pronto lo dejó y dedicó toda esa energía en la maternidad".

Moore defiende la motivación de Gwendolyn, aunque no sus métodos: "Desde su punto de vista, ella lo hace todo por los niños. Lo que ocurre es que hace un mil por ciento más de lo necesario, convirtiéndolo en una competición a ver quién es la mejor madre". A Christina Applegate, que interpreta a la madre más temida para McKinley, esta mujer la impresionó mucho. "No es que nunca haya conocido a alguien tan horrible", se estremece. "Al contrario, me he cruzado con varias Gwendolyns en mis años como madre de niños en edad escolar. Gwendolyn hará todo lo que pueda para conseguir lo que quiere. No está acostumbrada a que las ovejas le desafíen, y le mata cuando ve que las madres sólo quieren que las acepten aunque NO sean perfectas".

Las opciones no son muy buenas cuando se trata de que Amy se ponga algo sexy para salir, pero la ocasión da pie para risas y confidencias. Bell recuerda: "Como adolescentes, vamos a su casa y sacamos cosas del armario, casi nada ponible. Pero tratamos de arreglarla y finalmente logramos que se quite su sujetador horrible color carne de maternidad".

Esa escena es de las favoritas de Kunis. "Es la escena con la que más nos reímos, porque hablamos de cómo sería acostarse con un hombre no circuncidado", dice. "Mi personaje nunca ha visto a uno porque sólo ha estado con su marido".

La visita de Amy y de Mike a la Dra. Karl, su consejera matrimonial, interpretada por Wanda Sykes, vuelve a hacer estallar la risa a los actores. "Wanda es una de esas personas que todo lo que diga te hace reír", dice Walton. "Mila y yo no podíamos evitarlo. Lloraba de la risa y me sentía como un principiante".

Sykes, cómica monologuista y guionista ganadora de un Emmy, desvía el cumplido. "Eso es lo mejor, cuando nos desternillamos los unos de los otros", dice. "Ahí es cuando sabes que hay algo bueno. Mila y David son muy graciosos juntos". En cuanto a la perfección, Sykes, a modo de Dra. Karl, dice que nos olvidemos. "Te volverás loca y volverás a tu hijo aún más loco".

Tras echar de casa a Mike, a Amy le gustaría encontrar a un nuevo compañero, circuncidado o no. Entre los candidatos de su entorno está Jessie Harkness (JAY HERNÁNDEZ), un padre que lleva a sus hijos al mismo colegio y que es viudo. Las madres del McKinley le adoran.

Hernández entiende al personaje. "En las pelis de tíos siempre está esa chica a la que le gusta el fútbol, es inteligente, divertida y bebe cerveza. Yo soy la versión masculina de esa fantasía para mujeres".

Y vaya si lo es. Como afirma Kunis, "Jessie es el polo opuesto de Mike… una buena persona. La primera vez que aparece le comenta a Amy lo buena madre que es. Para mí, es el mejor cumplido que me pueden hacer".

¿Acaso una madre puede ser una madre increíble? Kunis cree que sí. "Una mala madre, según los parámetros de la película, daría a su hijo comida procesada", dice. "Su hijo no vestiría ropa orgánica y quizá no se ducharía a diario. El hijo de una mala madre vería una hora más de tele al día y no hablaría tres idiomas. Y a veces tendría que esperar en el cole a que su madre fuera a recogerle. Y os digo con mucho orgullo que mi madre hizo todo eso y sigo viva. Y además la quiero mucho. Así que, claramente, no pasa nada".

Malas Madres es la segunda película que Jon Lucas y de Scott Moore han dirigido juntos, y el primer papel de Kunis en el cine desde el nacimiento de su hija. "Jon y Scott son mantequilla de cacahuete y gelatina, juntos van muy bien", dice la actriz. "Scott quiere que cada escena sea muy real y Jon quiere hacerla cómica. Encajan como piezas de un puzle". Y hay algo más que le gusta: "Les gustan los niños. Todos llevábamos a nuestros hijos al set de rodaje. Me siento tan afortunada de haber podido formar parte de esta película y haber tenido la oportunidad de rodar con estas cinco mujeres brillantes y divertidas".

Hubo un gran vínculo emotivo desde el día uno. "Con seis mujeres, hay gente que quiere saber si pasó algo malo", dice Applegate. "La respuesta es no. En toda mi vida jamás había rodado con unas mujeres que tuvieran tanto los pies en la tierra. Todas somos madres, así que nos vemos reflejadas las unas en las otras. Nos apoyamos las unas en las otras".

Lilly Singh, una bloguera, cómica monologuista y actriz de reparto, también se sintió parte de la gran familia. "No voy a mentir", dice Singh. "Me sentía algo intimidada porque yo vengo del mundo virtual. Pero en cuanto entré en maquillaje y peluquería, Christina era encantadora y Mila dijo que había visto mis vídeos. Sentí mucho cariño femenino". Y masculino también.

Suzanne Todd añade: "Scott y Jon hicieron una película como carta de amor a sus mujeres. Cada uno tiene dos hijos, así que también han vivido el otro lado de la experiencia. Es genial trabajar con ellos, pero realmente genial. Tienen un gran talento y están locos y son muy divertidos, y a la vez son buena gente, lo cual no es tan frecuente en Hollywood. Así que realmente me gustó mucho trabajar con ellos. Todos los días tenía muchísimas ganas de ir a trabajar".

"Había mucho estrógeno en el ambiente y aun así Jon y Scott fueron muy pacientes", asegura Hahn. Jay Hernández añade: "Podrían haber sido los dos gallos del gallinero, pero en vez de eso fue una relación muy simbiótica".

"Jon y Scott empezaron algo grande con Resacón en Las Vegas", continúa Hernández, "y ahora le dan la vuelta. ¿Mujeres hermosas y graciosas? ¡No hay nada mejor que eso!".

Cualquier miedo encubierto de que a los directores se les "escaparan" cosas fue disuadido por la presencia de la productora Suzanne Todd. Hahn explica: "Para mí, saber que ella estaba por ahí detrás de la cámara con Scott y con Jon me relajaba, como cuando mamá está cerca. Sabes que está cuidando de nosotras y que se dará cuenta de aquello que seguramente no sepas si no eres mujer".

Los actores que interpretan a los hijos de Amy tienen 13 años y su propia opinión sobre las madres. "Creo que una madre perfecta es la que apoya a su hijo si quiere ser médico o actor", dice Oona Laurence, que interpreta a Jane. "Y les da siempre a sus hijos la comida más sana y más rica, como hacen mi madre y también Amy".Emjay Anthony, que interpreta a Dylan, también hace hincapié en la comida: "La madre perfecta comprará toneladas de helado, dulces y chuletas para sus hijos", bromea.

También saben identificar a una mala madre en cuanto la ven: "Las malas madres dejan que sus hijos hagan todo lo que les apetezca", dice Oona. "Hasta cierto punto es bueno, pero también está bien que te guíen".

Emjay también opina que la sabiduría está en el término medio: "Si te esfuerzas demasiado como madre, necesitas relajarte. Si consientes demasiado a tus hijos, no sabrán hacer nada por sí mismos y cuando cumplan 18 años dependerán de todo el mundo".

En cuanto a los padres, a Oona le gustó la elección de David Walton: "No tenía ni idea de que iba a interpretar a nuestro padre hasta que apareció un día en el set de rodaje. Me quedé como: espera, ¿en serio? ¿El de New Girl? ¡Me mola un montón!".

Pero su personaje, no tanto. "Nunca ayuda a Amy", dice Oona. "Un padre tiene que apechugar, porque las madres tienen demasiado trabajo que hacer".

El 11 de enero comenzó el rodaje de Malas Madres en Nueva Orleans, con las desenfadadas escenas de Amy el primer día que se libera de sus tareas de buena madre. Durante los siguientes dos meses, el equipo de Malas Madres rodó su transición de madre infravalorada a madre desatada en localizaciones por Crescent City. La historia ocurre en primavera, en un barrio de Chicago de cielos azules, verdes prados y árboles floridos. "Queríamos unas localizaciones que resultasen muy americanas", dice Lucas.

Pero necesitaban buen tiempo, o al menos que existiera esa posibilidad, y ya que rodaban en invierno, así que tras Chicago trasladaron el rodaje a Nueva Orleans. El productor ejecutivo Mark Kamine describe la transformación: "Teníamos que evitar las palmeras y la arquitectura típica de Nueva Orleans, pero no fue difícil encontrar sitios con el estilo del Medio Oeste que Jon y Scott querían. Excepto por un par de tormentas, el tiempo se portó bien".

Lucas y Moore también querían que la estética de la película fuera un reflejo del reparto de la misma. "Las películas cómicas a menudo se ruedan muy planas y con lentes abiertas", explica Kamine. "Ya sabes: sin preocuparse por ángulos o fondos. Pero Scott y Jon no querían eso: querían planos interesantes".

El director de fotografía, Jim Denault, que ha participado en películas como Dando la nota: aún más alto o Boys Don’t Cry, fue el elegido. "Jim ha fotografiado a muchísimas mujeres. Eso atrajo a nuestros técnicos y al reparto", dice Kamine. Las aptitudes de Denault también gustaron a la diseñadora de producción Marcia Hinds. "Jim es el dire de foto que me enseñó que por muy pequeño que sea un espacio, siempre puede contener una imagen hermosa", comenta.

Y eso era muy importante porque Malas Madres no se rodaba en inmensos platós, donde podemos quitar paredes o levantar techos para colocar las cámaras. Todas las escenas se rodaron en localizaciones reales, lo cual no supuso ningún problema para Hinds y para Denault. "Estoy acostumbrado a mirar un espacio e instantáneamente añadir dos metros alrededor para colocar las cámaras", dice Hinds. "Pero la flexibilidad de Jim hizo que eso no fuera necesario. Las cámaras no tenían por qué estar donde siempre: él y su equipo solucionaron el tema del espacio".

Pero el equipo tuvo un amplísimo espacio para rodar la secuencia inicial de la película, donde las seis protagonistas, junto a cientos de otras, dejan a los niños en su típica escuela de ladrillo amarillo.

"Debía ser la escuela a la que todo el mundo quiere ir, y encontramos justo lo que necesitábamos: una localización preciosa y dos días soleados", dice la productora ejecutiva, Kamine.

El resto de ambientaciones de la película incluyen la casa de Amy, su oficina y la Cooperativa de Café, la casa de Gwendolyn y el supermercado en el que las malas madres se desatan en su primera noche de liberación.

La Cooperativa de Café es la moderna zona de libre comercio donde Amy trabaja para un Directivo de 24 años. Producción escogió el moderno entorno del Centro de Arte Contemporáneo de Nueva Orleans que está en el Distrito de las Artes, para las escenas desternillantes de Amy con sus frustrantes colegas.

El desmadre del supermercado se rodó en el barrio de Gretna, en un supermercado de la cadena local Breaux Mart. La secuencia fue todo un lujo para las actrices, que dieron rienda suelta a la comedia física y a las payasadas de Carla."Ya había rodado antes en supermercados y no es nada fácil", comenta Kamine. "No les gusta cerrar el supermercado, pero nosotros necesitábamos disponer de un día entero. Nuestros personajes derraman productos y los tiran de las estanterías, y hay una escena peligrosa con un guarda de seguridad. Tuvimos que poner a trabajar en ello a productores de localización durante las vacaciones de Navidad, pero mereció la pena. Jon y Scott quedaron muy contentos con el resultado".

El diseñador de producción, Hinds, también quedó encantado. "No había una pared en el Breaux Mart que no tuviera marcas nuestras, y lo han dejado todo tal cual".

La mansión de Gwendolyn era el escenario de una sofisticada velada en pleno momento álgido de la campaña de elecciones de la AMPA. "Al buscar la casa de Gwendolyn", comenta Hinds, "lógicamente queríamos una grande y opulenta. Tenían que caber 80 personas en una habitación para la fiesta".

Suzanne Todd tenia las mismas ganas que Hinds de que todo saliera perfecto. "Yo quería que Suzanne viniera pronto para asegurarme de que le parecía bien", recuerda Hinds. "Y ella no sólo se pasó por allí. También me ayudó con las flores".

Amy ofrece una fiesta para conseguir el voto la misma noche que Gwendolyn, pero lo que ella ofrece es pizza, chupitos y musicaza.

Lo mejor de la fiesta de Amy fue que los invitados se lo pasaron en grande. Y lo mismo hicieron los actores, incluidas las 80 artistas locales que interpretaron a las madres del AMPA. La secuencia se rodó durante dos noches en un salón más bien pequeño, comedor, cocina y jardín trasero en una casa por la parte alta de la ciudad, que fue la base de operaciones del equipo de la película durante siete días.

Hahn recuerda las noches de fiesta: "Había mucha gente y llovía, y no había dónde ir entre las tomas, así que se convirtió en una fiesta real. O al menos eso parecía. El baile fue lo mejor, las chicas se lo pasaron en grande. No había jerarquías, la escena era desternillante. Hasta se ve a Kiki haciendo el robot, es fantástico".

Hahn también disfrutó del tiempo en la caravana de maquillaje: "Kristen estaba dando de mamar, el bebé de Mila correteaba por todas partes y todo el mundo estaba enseñando fotos de bebés. Era un ambiente maravilloso. Los chicos lo tienen más fácil, pero las mujeres son maravillosas".

La diseñadora de vestuario Julia Caston sabía bien lo que quería en cuanto a la indumentaria de Gwendolyn. "Cuando vas al cole de los niños y ves a la típica madre con su peinado perfecto todos los días, eso irrita", dice. "Nos pusimos a pensar en cómo podría vestir Gwendolyn de forma que al resto de las mujeres les fastidiase un poco. Yo también soy madre", continúa la diseñadora, "y sé que si me pongo algo de un color claro mi hijo lo arruinará. Así que vestimos a Gwendolyn con colores claros para que estuviese radiante y angelical, y también rica, suntuosa y glamurosa. Christina colaboró mucho, tenía muchas ganas de pasarlo bien".

Gwendolyn no es práctica, ni tampoco sus amigas Stacy y Vicky: son ricas. Por otro lado, Amy se viste como una madre trabajadora estresada que trata de dar lo mejor de sí misma. Carla, espíritu libre donde los haya, se pondrá cualquier cosa que tenga escote. "Se necesita todo un ejército para conseguir un canalillo semejante", se aventura Hahn.

Kiki, la madre casera, con cuatro hijos incluidos unos bebés gemelos, le da poca importancia a la ropa. Viste cómoda con una inofensiva indumentaria holgada color pastel, sobre todo verde menta. Su adorado collar en el que pone "Mamá" le pertenece realmente a la actriz, ya que se lo hizo su propia hija poco antes de comenzar a rodar la película. "Kiki no viste a la moda", dice Bell, "y es una de las razones por las que las madres del AMPA la juzgan y desprecian. Pero a ella no le molesta. Respecto a su sudadera bordada, no la odio. He logrado hacerme con ella".