MORGAN, producida por Ridley Scott y dirigida por Luke Scott, lleva a las salas de cine una experiencia emocionante, visceral e intensa.
Renombrado director de anuncios que también ha trabajado en diversos puestos en varias de las épicas y aclamadas películas de su padre, Ridley, Luke debuta como director de largometrajes en MORGAN. Los temas del relato hallan un claro eco en el joven realizador, cuyo cortometraje, Loom, filmado en 4K 3D, fue una especie de precursor de MORGAN. Protagonizado por Giovanni Ribisi, el corto giraba en torno a un hombre que ocultaba a un ser artificial en un taller genético.
Algunas de las ideas examinadas en Loom fueron desarrolladas en el guión original que el guionista Seth Owen escribió para MORGAN, y que pasó a formar parte de la prestigiosa "Lista Negra" de 2014 de la industria cinematográfica, recopilada anualmente entre las sugerencias de más de 250 ejecutivos del sector, que aportan los nombres de sus guiones favoritos escritos en el año de que se trate.
Scott se sintió intrigado por el inusitado enfoque de Owens sobre algunas de las grandes cuestiones científicas de nuestro tiempo: Si la inteligencia artificial llega a ser tan perspicaz, si no más, que la de los humanos, ¿qué tendremos entonces que ofrecer? ¿Serían los seres artificiales, como Morgan, el siguiente salto de nuestra evolución?
De forma incluso más expresiva, Scott se preguntaba: "¿Qué es lo que nos mueve a producir o reproducir sintéticamente a un ser humano? Éstas son cuestiones que abarcan la fe, la moralidad, la ciencia y la tecnología".
Para explorar y sumergirse más en esta investigación de vanguardia, Scott visitó los laboratorios de microbiología de la Universidad de Queens. Allí, supo que las investigaciones en este campo, aunque omnipresentes entre la comunidad científica, seguían siendo tabú más allá de los salones académicos y los laboratorios, y que los avances en este campo estaban produciéndose a una velocidad asombrosa. "Todo ello es francamente notable", afirma Scott, cuyas agudas preguntas a veces cogían por sorpresa a los docentes de los laboratorios.
Encontrar a Morgan
El mayor reto que se planteó a Scott y a su departamento de reparto fue encontrar a su Morgan, el ser artificial aunque orgánico que representaría el concepto de Scott del siguiente paso de la evolución humana.
La actriz tendría que interpretar a un personaje que está física, mental e intelectualmente amplificado. Tendría que equilibrar estos atributos intensificados con una interpretación emotiva del mundo de ella/ello, y de las personas imperfectas con las que se relaciona cada día. "Ésta es una de las numerosas ironías de Morgan", dice Scott. "Morgan es imperfecta como humana, pero de otras formas es absolutamente perfecta".
Encontrar a una actriz que pudiera transmitir esos rasgos enfrentados no fue tarea fácil. "Necesitábamos a alguien que pudiera cumplir los requisitos físicos del papel y que tuviera la habilidad de proyectar a alguien que, en muchos sentidos, era ingenua", dice Scott.
Antes de dar fin a la elaboración del reparto, Scott y sus equipos tuvieron que lidiar con cómo caracterizar a Morgan. ¿Ella? ¿Ello? ¿Ser humano
algo distinto? "Yo llegué a identificar a Morgan como un ello porque soy esencialmente el científico que la creó", dice Scott riéndose. "Pero siempre tuvimos la intención de que Morgan estuviera un tanto feminizada porque la forma femenina tiene fuerza inherente".
No obstante su designación como "ello", Scott asegura que, al menos en cuanto a presencia, Morgan no es un monstruo. Las habilidades mejoradas del personaje estarían ocultas bajo un cuerpo corriente y moliente y de aspecto inocente. "Creamos algo que nos resultaba familiar y reconocible. Mi razonamiento era que si yo fuera un científico que diseñara esta clase de ser, me esforzaría al máximo para crear algo que no pudiera distinguirse de un ser humano".
Después de una larga búsqueda, Scott eligió a Anya Taylor-Joy para que encarnase a Morgan. Había quedado impresionado por su actuación en el galardonado primer largometraje del director Robert Egger La bruja: Una leyenda de Nueva Inglaterra. "En esa película vi que Anya tenía una delicadeza singular y un acceso a su paisaje emotivo que es de fundamental importancia para el personaje de Morgan", afirma Scott.
A diferencia de su director, Taylor-Joy se abstuvo de investigar el campo de la vida sintética, optando en vez de ello por discutir con Scott en numerosas ocasiones. "No discutimos escenas específicas", asegura la actriz. "Más bien tratamos de los puntos de vista de Morgan sobre determinadas cosas y acontecimientos".
Resolviendo el problema de Morgan
Cuando la Morgan de Taylor-Joy ataca súbitamente a uno de sus cuidadores, la corporación que supervisa y financia el proyecto llama a una "asesora de gestión de riesgos" especial, Lee Weathers, para que investigue. Kate Mara, que acababa de salir de un actuación estelar en el taquillazo de Ridley Scott, candidato al Oscar, Marte (The Martian), interpreta a Lee. "Mi personaje es contratado para que visite el complejo y evalúe la viabilidad de Morgan, y si representa un riego constante", explica Mara. En pocas palabras, Lee tiene poder de vida y muerte sobre el objeto de su investigación.
Los otros científicos y el personal del complejo no tardan en comprender que Lee, a pesar de su puesto como una especie de gestora de crisis corporativas un "traje" es alguien al que no hay que tomar a la ligera; y que a la hora de enfrentarse con una amenaza creciente, cuenta con más de unas pocas sorpresas de su propia cosecha. "Lee es muy decidida, muy experta y ha sido muy bien entrenada", añade Mara.
Mara sintió aún más atracción hacia los elementos humanos del relato, así como hacia sus distintas facetas. "Sin duda alguna aquí hay drama, además de muchas emociones, acción y a veces, terror. Pero sobre todo, el relato gira en torno a lo que significa ser humano. Me gusta que esté tan estratificado".
Uno de los retos más enormes para Mara y Taylor-Joy fueron los violentos combates que libraban sus dos personajes. Diseñados y coreografiados por el coordinador de especialistas Paul Herbert y su equipo, los combates a muerte figuran entre los ejes de la película, revelando facetas inesperadas de quienes, aparentemente, eran un "traje" especializado en resolución de problemas corporativos y un "experimento" de aspecto inocente que ha salido mal.
"Kate y Anya estuvieron verdaderamente impresionantes", dice Scott. "Para estas escenas de lucha, se convirtieron en heroínas de acción".
El interrogador de Morgan
La Lee Weathers de Mara no es el único profesional enviado por la corporación para evaluar a Morgan. "Alan Shapiro es un psicólogo que ha sido enviado para determinar si ella/ello está funcionando mal", explica Paul Giamatti, que se encarga del papel. Pero Shapiro dista mucho de ser el típico profesional de la salud mental amable o delicado. Su interrogatorio de Morgan es tan despiadado como los combates físicos que lo siguen. "Shapiro no lo considera forzosamente así", prosigue Giamatti. "Para él, Morgan no es real, no es humano".
Los heterodoxos métodos de Shapiro no consiguen precisamente el resultado esperado. "Pues sí. Al fin y al cabo, se trata de una evaluación psicológica mal concebida", admite Giamatti. "Pero incluso para él, éste es territorio inexplorado, por lo que el resultado, aunque espeluznante en su violencia, no es del todo inesperado".
La familia de Morgan
Shapiro y Weather son unos intrusos que alteran la dinámica del unido equipo de científicos y cuidadores que se han convertido en la familia de facto de Morgan. Simon Ziegler (Toby Jones) es el principal científico del proyecto; la doctora Lui Cheng (Michelle Yeoh) es científica y analista; Amy (Rose Leslie) es psicoanalista; Kathy (Jennifer Jason Leigh) es psiquiatra conductual; Skip (Boyd Holbrook) es nutricionista y cocinero del proyecto; Brenda (Vinette Robinson) tiene experiencia en medicina militar; Ted Brenner (Michael Yare) es el director del proyecto; y Darren (Chris Sullivan) es técnico de laboratorio.
Durante los años inmediatamente anteriores, el desarrollo de Morgan ha puesto a este grupo a prueba de formas que nunca podrían haber imaginado. Pero cuando Morgan sufre un cambio violento, el equipo debe determinar si su creación es un éxito de los que cambian el mundo o una criatura peligrosamente inestable.
Como científico principal del proyecto y figura paterna, el Simon Ziegler que interpreta Toby Jones soporta gran parte de la carga del éxito o fracaso de Morgan. "Él está en el núcleo del proyecto y ha participado con pasión en el proceso de crecimiento de Morgan, por así decirlo", afirma Jones. "Como muchas personas brillantes, está obsesionado con su ocupación, en detrimento de todo lo demás que hay en su vida. En cierto sentido tiene todo lo demás abandonado porque está obnubilado por este experimento".
La psicoanalista Amy también mantiene un sólido vínculo con Morgan, aunque el amor que siente por ello/ella es "narcisista, pues Amy refleja en Morgan quién es ella", explica Rose Leslie, que encarna a Amy. "La forma como ama a Morgan es una espada de doble filo que da miedo, porque Amy se ve a sí misma en Morgan. Amy cree de verdad que está dotando de alma a Morgan. Para Amy, todo gira en torno a una actitud posesiva".
Otro miembro del equipo, Kathy, es la primera que experimenta la ira de Morgan. Según Jennifer Jason Leigh, que interpreta a Kathy, las violentas tendencias de Morgan, recién salidas a la luz, son comprensibles, dadas las circunstancias. "Había alegría en el corazón de Morgan hasta que la devolvieron a empujones a su jaula", explica Leigh refiriéndose al cuarto o celda de Morgan en un búnker subterráneo. "Kathy concibe el ataque de Morgan contra ella como una pataleta de niño, una especie de proceso que forma parte de su desarrollo. Pero resulta que este niño es muy rápido, muy fuerte y muy poderoso".
La opinión de todos los miembros del equipo se ha visto afectada no sólo por su compromiso con el experimento, sino también por su aislamiento del mundo exterior. "Todos ellos llevan cinco años en esta burbuja, de modo que su sentido de la realidad ha disminuido", afirma Leslie. "Pasan prácticamente todo el tiempo vigilando a Morgan, como si ella estuviera en un exótica pecera".
El hogar de Morgan
MORGAN fue rodada en la antigua factoría de Britvic en Belfast, y en el bosque de Tollymore, en Bryansford. La casa en la que residen los personajes se localizó en Galgorm, Ballymena, en las afueras de Belfast. El interior de la casa, originariamente una residencia privada, fue convertido en una gran casa de campo norteamericana con varios dormitorios grandes, dotados de cuarto de baño; una enorme cocina industrial y varios estudios u oficinas. Grandes ventanales que dan a un huerto y al bosque que lo rodea, dan al complejo una sensación abierta, natural y sin amenazas, proporcionando un enorme contraste con el experimento que se desarrolla en su interior.
El Diseñador de Producción, Tom McCullagh, que elaboró cada cuarto para que fuera un reflejo de su ocupante, explica que "éste es un grupo de siete personas que viven juntas y que han trasladado sus propias identidades a sus respectivos espacios. Así, tenemos la habitación de Kathy, que refleja su desorden y excentricidad. Mientas que tuvimos la idea de que la de Cheng estaría muy ordenada y pulcra. En la oficina de Ziegler, digamos que puede verse cómo se introduce sigilosamente en ella un poco de locura".
La cocina, diáfana y brillantemente iluminada, toda ella de acero pulido y diseño industrial, modelada para incorporar varios requisitos dietéticos de Morgan, aloja un enorme frigorífico de puertas de vidrio repleto de alimentos sólidos y líquidos etiquetados, suplementos y medicinas. Una parrilla y un horno profesionales y en pleno funcionamiento se sitúan en el centro de la sala, cubiertos con una enorme campana extractora de humos. Minúsculos detalles relativos a ingredientes, productos orgánicos y suplementos nutricionales, fueron concienzudamente incorporados a los productos especialmente envasados y embotellados, a fin de permitir a los actores interactuar con ellos como si fueran su segunda naturaleza.
En marcado contraste, el laboratorio está situado en la poco iluminada parte subterránea del complejo, junto con el alojamiento de Morgan, en una celda muy controlada y reforzada.
Observa Scott: "Situamos el complejo bajo tierra porque uno no quiere a gente que haga preguntas y, además, está Google Earth vigilando desde arriba y todas esas cosas. Pero, en segundo lugar, desde un punto de vista narrativo, lo soterramos porque tuvimos la excelente idea de que Morgan surgiera de la tierra; de que ella estuviera inherentemente unida a Gaia, la Madre Tierra. También recuerda a una especie de seno materno".
Además, la yuxtaposición del búnker y la pureza de los paradisiacos ríos y bosques de los alrededores era un símbolo totémico del "nacimiento" de Morgan al mundo natural partiendo de una génesis sintética.
El propio laboratorio estaba lleno de máquinas auténticas que fueron investigadas, compradas o alquiladas a fin de reproducir con precisión lo que un equipo científico necesitaría para seguir la pista y supervisar el crecimiento de un complejo mecanismo orgánico como Morgan "La única máquina que nosotros construimos fue una máquina de ADN basada en modelos reales", explica McCullagh. "Hay máquinas que crean ADN sintético aunque en pequeñas cantidades. Esto le ha abierto a la ciencia todo un mundo nuevo".
Fuera del complejo y rodeándolo hay un entorno forestal, que indica tanto la naturaleza remota de su ubicación como también la terapia utilizada por Amy, el personaje de Rose Leslie, para que Morgan se asimile lentamente al mundo exterior al complejo.
Esta "Terapia de Interfaz Natural", tal y como la apodó Scott, es un proceso ficticio pero parece plausible en su teoría y en su puesta en práctica. "Está diseñada para ayudar a un organismo, como Morgan, a desarrollar un cierto sentido de alma", dice el director.
Pero el equipo de este remoto complejo nunca previó las consecuencias de que su experimento adquiriese este rasgo tan humano.