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  Cita a ciegas con la vida  (Mein Blind Date mit dem Leben)
  Dirigida por Marc Rothemund
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Cita a ciegas con la vida lleva a la gran pantalla la auténtica y alentadora historia de Saliya (Kostja Ullmann), un estudiante prometedor que siendo adolescente casi pierde totalmente la vista. Pese a que todos le dicen que debe ser realista y aceptae las limitaciones que su nueva condición impone en su vida, Sali, persiste en lograr su sueño de trabajar en un hotel de lujo. Sin decir a nadie que no puede ver, increíblemente logra entrar como aprendiz en el hotel más prestigioso de Múnich. Con férrea determinación y una resistencia impresionante, sobrepasa toda expectativa y logra salir adelante con ayuda de su mejor amigo, el vivaz y sarcástico Max (Jacob Matschenz). Pero cuando Saliya se enamora de Laura (Anna Maria Mühe), el elaborado engaño que tan cuidosamente ha tramado comienza a desmoronarse.


Sinopsis larga
Ajetreo en la cocina de un hotel. Se prepara comida de gourmet para clientes exigentes bajo la atenta y curiosa mirada del joven Saliya Kahawatte (Kostja Ullmann). Es su último día como aprendiz antes de regresar a la escuela, el joven está completamente seguro de que su futuro está en el negocio hotelero.

Pero entonces, la realidad le golpea duramente. En la escuela, mientras está haciendo una presentación en clase, súbitamente Sali (como le llaman amigos y familiares) ya no es capaz de leer sus notas. Hay una gran mancha gris en medio de los ojos que no permite ver. La familia le lleva de inmediato a un oftalmólogo, quien no puede dar peor diagnóstico: ha tenido un desprendimiento de retina irreparable.

Sali, queda en estado de shock, pero trabaja hasta la extenuación y logra el bachillerato. Lo que para él es un gran triunfo, para su padre carece completamente de sentido. Ambos dejan de hablarse.

Mientras tanto, Sali no ha abandonado sus proyectos. Quiere entrar en el negocio hotelero. Tras lo que parece una interminable serie de rechazos, acaba en una agencia de empleo. "Sr. Kahawatte, ¡debe dejar de soñar y ser realista!" Una frase que ya no soporta; Rápidamente, borra la sección referida a su incapacidad visual en su solicitud de empleo y la envía a uno de los mejores hoteles de Alemania, el Bayerischer Hof de Múnich, tras lo que resulta llamado para una entrevista.

Sali, la madre y la hermana se dirigen a Múnich para el encuentro. Mientras ellas le esperan fuera, el Sr. Fried (Alexander Held), jefe de recursos humanos, comienza el periplo por el hotel en el suntuoso hall. Súbitamente, se les añade otro aspirante: Max Schröder (Jacob Matschenz). Se suponía que la entrevista con éste hubiera debido tener lugar una hora antes, y Sali habría aceptado sin mayor problema la inconsistente excusa a no ser por el fuerte olor a tabaco de las prendas de Max así como por su aliento a alcohol. También le resulta muy revelador a Sali el desinterés que muestra Max. Pero a su vez, éste se da cuenta de que hay algo raro en aquél, pues no deja de equivocarse de dirección, tropieza, y no le mira a los ojos del todo. Cuando a Max se le pregunta algo difícil, Sali le echa una mano. El petulante jefe de recursos humanos no se da cuenta de nada y para cuando Sali y Max acaban la entrevista, ambos tienen trabajo... y un nuevo amigo.

El primer paso de su aprendizaje en el Bayerischer Hof consiste en los quehaceres domésticos. Hacer camas y limpiar espejos va a ser del todo difícil para Sali. Max, el aburrido vástago de un restaurador, se ve condenado a este aprendizaje, pero enseña a Sali a limpiar un espejo sin dejar manchas. A cambio, éste guarda silencio cada vez que sorprende a Max en el baño de una de las suites con una huésped.

El siguiente paso pasa por la cocina. El ambiente es agitado y el trabajo duro, pero Sali no tarda en confiar en Hamid (Kida Khodr Ramadan), el lavaplatos afgano. Cierta noche, mientras sacaba la basura una vez más, Sali oye a una joven cantar. Le fascina su bella voz y, como confiesa a Max al día siguiente, se ha enamorado inmediatamente.

La bella muchacha resulta ser Laura (Anna Maria Mühe), de la granja de productos ecológicos que distribuye comestibles al lujoso hotel cada día. Max encuentra un modo de alejar al mozo de almacén del lugar de carga para que Sali pueda conocer a Laura. Las chispas que saltan entre ambos son evidentes.

Pero más tarde, tiene lugar un accidente con consecuencias importantes. Mientras Sali usa la cortadora de carne por vez primera se causa un corte profundo en un pulgar. El chef Krohn (Michael Grimm) recela y llama a Sali a su oficina aquella noche para reprenderle severamente. La tapadera de Sali queda oficialmente al descubierto y cree que ha perdido el aprendizaje. Para su mayor sorpresa, Krohn le da una nueva oportunidad. Ambos van a desmontar juntos la cortadora de carne para remontarla de nuevo hasta que Sali pueda hacerlo con los ojos cerrados. Sin embargo, la alegría de éste es agridulce: Max ha investigado a Laura y ha descubierto que ésta tiene novio. Sali se sumerge de nuevo en el trabajo.

El siguiente paso es uno en el que Sali puede brillar: la recepción. Atiende a los clientes con una actitud educada y acogedora, con una elocuencia sorprendente, y recuerda detalles personales de los clientes que repiten. Queda claro que ha hallado aquello para lo que ha nacido en el Bayerischer Hof. Ha hecho amigos que le ayudan y tiene un trabajo que le realiza.

El cuarto epaso de aprendidaje es en el bar del hotel, regido por el muy temido (y con razón) Sr. Kleinschmidt (Johann von Bülow), que no soporta los errores y tiene una estricta política de tres avisos para cada aprendiz.

Mientras, Sali sigue ayudando a Hamid a navegar entre la burocracia alemana. Cuando Laura se entera de ello, comienza a sentir mayor afecto por él. La siguiente vez que hablan, ella le confiesa que ha roto con el novio. Sali hace acopio de valentía y le pide cenar juntos.

Pero las cosas no van como una seda en el Falk's Bar del Bayerischer Hof. Sali no parece capaz de poner en práctica las palabras del Sr. Kleinschmidt. No puede distinguir las botellas para las bebidas y tarda lo indecible en adivinar los números de mesa. Kleinschmidt no tarda en clavar la mirada en él; todo apunta al desastre. Va a depender de Max nuevamente: de noche, se lo lleva a uno de los restaurantes de su padre, en donde practican los cócteles. Pese a que al final, ya bastante agotados, las habilidades de Sali como barman han mejorado considerablemente. Sin embargo, el Sr. Kleinschmidt se mantiene escéptico. Pasa algo con ese Saliya Kahawatte, a quien despectivamente se refiere como "Krawatte".

La primera cita de Sali y Laura va mejor que las cosas en el bar. Es inocultable la atracción entre ambos; quedan en encontrarse por el río Isar el fin de semana. El hecho de que su nuevo amor quiera presentarle a su hijo resulta prometedor.

Pero el optimismo mengua pronto. Cierta noche, Sali ha de cerrar el bar y lavar todos los vasos, con Kleinschmidt supervisando su trabajo inmisericorde. Sali se ve obligado a lavar y relavar los sofisticados vasos hasta que pierde la calma y se rebela. ¡Primer aviso! Poco después, mantiene una fuerte discusión con Laura al haber extraviado al hijo de ella en el parque infantil. El niño aparece intacto, pero Sali tiene que confesarle a Laura la verdad. Furiosa y destrozada, lo abandona.

A Sali le embarga la desesperación, y se adentra en la vida nocturna de Múnich. Pese a lo lejos que ha llegado, está a punto de tirarlo todo por la borda. Todo parece perdido...