Película ganadora en el Festival de Sundance del premio a mejor dirección, y en el Festival de Cine de Sitges del premio a mejor película del certamen y mejor actor.
SWISS ARMY MAN es una comedia de colegas estrafalarios que marca el debut cinematográfico de los directores de videos musicales Daniel Scheinert y Daniel Kwan (conocidos colectivamente como DANIELS, y responsables del vídeo "Turn Down For What", entre muchos otros). SWISS ARMY MAN es una película rebosante que va de lo absurdo a lo emocional y a lo extravagante y vuelta a empezar.
Sobre la producción
Entre reposiciones veraniegas, secuelas y películas de superhéroes que pagan las facturas, SWISS ARMY MAN es un mejunje original y descarado rebosante de imaginación y fantasía que cuenta con las impresionantes interpretaciones de Paul Dano y Daniel Radcliffe, dos de los actores jóvenes más brillantes de su generación. Escrita y dirigida por el dúo de realizadores conocido como los Daniels -Daniel Scheinert y Dan Kwan- SWISS ARMY MAN cuenta la conmovedora historia de una inolvidable amistad forjada en la mente de estos dos amigos. El estreno del vídeo musical y del cortometraje se convirtió en la comidilla del Festival de Sundance de 2016. SWISS ARMY MAN ganó el Premio a la Dirección, catapultando a los Daniels al olimpo de jóvenes cineastas a los que les gusta superar los límites de lo posible en el cine.
Ambientado en un mundo de fantasía que hace magia con unos recursos limitados y con una estética heterogénea que sitúa a sus creadores en el club de figuras tan señaladas como Spike Jonze, Michel Gondry y Benh Zeitlin (BESTIAS DEL SUR SALVAJES), SWISS ARMY MAN se basa en el estilo cinematográfico de cortos como "Interesting Ball" y el popularísmo clip nominado al Grammy, "Turn Down For What" de DJ Snake & Lil Jon, que emplea efectos físicos, marionetas y baile para contar la contagiosa historia de pulsaciones de un cuerpo fuera de control dentro de un bloque de apartamentos destartalados.
SWISS ARMY MAN es una extensión natural del estilo extravagante y visionario desarrollado por Daniels en sus cortos, que causaron sensación en las redes sociales y YouTube en una época en la que muchos de nosotros nos quedamos colgados durante horas de los teléfonos móviles. De hecho, el tema de la conexión y la amistad ocupa un lugar destacado en muchos proyectos de Daniels, incluyendo SWISS ARMY MAN, la historia de un joven desahuciado que recupera las ganas de vivir gracias al cadáver flatulento que llega a la isla remota donde él está varado. En una de las imágenes más indelebles y poderosas de la película, se sube a horcajadas en el cadáver flatulento como si fuera una moto de agua.
Empieza con una sola imagen
Al igual que la inolvidable imagen central de "Turn Down For What" en la que la entrepierna de Dan Kwan adquiere vida propia y se tira a todo lo que se mueve, SWISS ARMY MAN está asociada a una imagen igualmente surrealista que surgió en un avión con destino a la Alabama natal de Scheinert, a donde el dúo se dirigía para seguir un retiro de escritura hace algunos años. Una empresa había encargado un corto a estos prometedores directores ofreciéndoles unos pocos miles de dólares por su trabajo. "En esa época estábamos centrados en el formato corto y además disponíamos de pocos recursos, así que se nos ocurrió la idea de un hombre que tropieza con un cadáver que no deja de tirarse pedos", explica Kwan. En un momento hermoso y catártico, impulsado por la flatulencia del cadáver, el hombre vivo decide subirse al cadáver y adentrarse en el mar. "Ambos estuvimos de acuerdo en que no tenía sentido hacer un corto porque no tenía suficiente sustancia", continúa diciendo Scheinert. "Decidimos que la única forma de dar sentido a la imagen era hacerlo en una película en la que pudiéramos aportar esa sustancia".
Al vincular sus historias a una imagen central absurda, los Daniels asumieron un reto creativo y también lo hace su público; de esa forma dotan de humanidad a unas imágenes que de otra manera sólo hubieran resultado chocantes o impactantes. Su video musical "Simple Math" para la banda de indie rock Manchester Orchestra, se centra en un accidente de coche en el bosque; se trata de una historia sencilla sobre la ley de causa y efecto y una especie de conexión humana innata con una explosión de sentimientos que raya en lo trascendente. "Nos gusta sorprender a nuestro público con cosas que no se esperan porque en la actualidad todo el mundo está tan saturado con las redes", explica Scheinert. "Se cuelan para construir muros y nosotros estamos ahí para derribar esos muros". Kwan añade: "En el fondo somos unos cuentacuentos muy serios. Disfrutamos muchísimo cuando vemos algo que nos rompe el corazón. Además, nos aterroriza toda esa porquería emocional, así que la enterramos en el absurdo y en las cosas que nos gustan".
Encontrar humanidad en una relación inesperada
SWISS ARMY MAN cuenta la historia de Hank (Dano), un náufrago varado en una playa desierta que está a punto de suicidarse. Encuentra compañía en Manny (Radcliffe), un cadáver hinchado que flota y que ofrece a Hank una esperanza por una vía totalmente insospechada. La profunda e inesperada conexión del dúo logra sobrevivir en medio de la nada y acaba convirtiéndose en algo parecido al amor. Acaban entrelazados simbióticamente, sosteniéndose y enriqueciéndose el uno al otro hasta que la civilización amenaza con poner fin a esta recién descubierta amistad. "Llegaba todos los días al plató preguntándome cómo los Daniels iban a materializar su increíble guión", reconoce Radcliffe. "Y cada día encontraban una forma sorprendente, a menudo aparentemente simple de hacer las cosas. Una de las grandes satisfacciones que me ha dado esta película era ver cómo mis co-directores daban vida a sus imágenes en el plató".
La película dota de humanidad a todo, incluso a las flatulencias. "Estábamos obsesionados con la idea de este cadáver flatulento, con la idea de explorar cosas que avergüenzan a los seres humanos", explica Scheinert. "Cogimos una pequeña semilla pervertida y acabamos con un esqueleto para sostenerla. Por el camino descubrimos algo personal y humano que no era tan pervertido, la noción de que todo el mundo se tira pedos y no pasa nada. Cuando haces algo que suele provocar el rechazo de la gente pero que también les atrae, se convierte en un canto a la vida".
Es una película de colegas en la que una mitad del dúo resulta ser un muerto. SWISS ARMY MAN consigue dotar de alegría la conexión entre dos seres humanos gracias a su energía creativa y excitante centrada en la conexión humana. "Es una película sobre el amor universal", insiste Scheinert. "Queríamos explorar algo amplio y sencillo sin necesidad de utilizar etiquetas para describirlo". Kwan añade: "Se trata de dos personajes que necesitan algo -o a alguien- y lo encuentran en medio de la nada. Espero que el público se cuestione sus propios gustos después de ver nuestra película".
Swiss Armymen: Colegas en la vida real
La conexión real entre Scheinert y Kwan también se produjo de forma impredecible. El dúo se conoció en una clase de animación a la que asistían en la universidad y conectaron desde el primer momento. Scheinert era extrovertido y testarudo mientras que Kwan era introvertido y reservado. "Éramos opuestos", insiste Kwan "y con una opinión muy clara el uno del otro". Pero después de dos semestres, la pareja consiguió respetar el enfoque diferente del otro a la hora de crear, de encontrar un terreno común a su pasión compartida por lo perverso y lo inesperado. Scheinert añade: "Fue como, 'Anda, tú también haces cosas pervertidas. ¡Genial!’".
Su asociación creativa se materializó al año siguiente. Ambos Daniels realizaron sus propios proyectos. Kwan tiene una formación en diseño y animación mientras que Scheinert proviene del mundo de la comedia, la improvisación y el teatro. Pero descubrieron que la magia surgía cuando trabajaban juntos. "Se convirtió en un proceso orgánico en el que colaborábamos cada vez más a menudo hasta que alguien nos pagó y tuvimos que encontrar la forma de dividir el trabajo y el dinero", explica Scheinert. "Antes de que hiciéramos nuestro primer video musical pagado, hicimos ocho pequeñas cosas que él dirigía y yo rodaba, o que yo editaba o viceversa".
En poco tiempo, el dúo estaba dirigiendo vídeos musicales para grupos como Joywave, Passion Pit, Battles, Foster the People, Tenacious D, The Shins y Manchester Orchestra, cuyo clip "Simple Math" obtuvo varias nominaciones a los MTV Video Music Awards (dos de los miembros de Manchester Orchestra, el cantante y compositor Andy Hull y el primer guitarrista Robert McDowell, acabarían componiendo la música de SWISS ARMY MAN). "Los vídeos musicales eran nuestra escuela de cine y aprendimos más trabajando en ellos que en cualquier clase", dice Kwan. "Además aprendimos mucho uno del otro porque nuestras habilidades eran tremendamente diferentes". Afortunadamente, el clip "Simple Math" dio a conocer al dúo relativamente desconocido hasta entonces.
De 'Turn down for what' a 'Swiss army man'
Los Daniels estaban en los Screenwriting Labs de Sundance de 2014 cuando presentaron el clip "Turn Down for What" que hizo que sus carreras despegaran definitivamente con 400 millones de visitas en YouTube, un premio MTV VMA, una nominación al Grammy y tweets de Katy Perry elogiándoles. Esa propuesta se convirtió en una respuesta directa a la experiencia surrealista de trabajar en una versión incipiente de SWISS ARMY MAN en Utah con nada menos que Quentin Tarantino, uno de los tutores del taller. "Nuestro propuesta consistía en que el cerebro dejase de pensar y dejar que el id freudiano tomara el relevo", explica Kwan. "Para nosotros ponerlo sobre el papel fue una experiencia catártica durante un período creativo loco".
El video se convirtió en uno de los clips más virales de la era de los medios sociales y dio a Daniels reconocimiento internacional. "En el vídeo actuábamos nosotros y nuestros amigos y la filmación duró un par de días de los que Daniel (Kwan) salió muy escaldado", explica Scheinert. Kwan añade: "Estábamos bastante seguros de que iba a ser lo último que íbamos a hacer porque era muy estúpido". En última instancia, el vídeo sirvió para hacer SWISS ARMY MAN. "Fue un golpe de suerte conseguir el sello de aprobación de los Sundance Labs y estrenar un vídeo musical tan pervertido y con tanto éxito", explica Scheinert. "Al final nos atrevimos a preguntarles: '¿Serían tan amables de financiar nuestra muy pervertida película?'".
Lo raro triunfa: El casting de Hank y Manny
Después de acabar el guión, los Daniels empezaron a buscar a los actores adecuados para que interpretaran los papeles del inverosímil dúo protagonista de SWISS ARMY MAN. Buscaban almas gemelas en el plano creativo y las encontraron en la extraña combinación de Paul Dano y Daniel Radcliffe, que se había distanciado de sus papeles de Harry Potter para internarse en películas indie poco convencionales y también en musicales de Broadway. "La clave estaba en encontrar personas que pudieran cantar, con las que resultara agradable trabajar y que, en nuestra opinión, tuvieran talento", explica Scheinert.
Dano fue el primero en la lista. Dano ya era un veterano que había encarnado personajes memorables en PEQUEÑA MISS SUNSHINE, POZOS DE AMBICIÓN y LOVE & MERCY y estaba acostumbrado a papeles atrevidos, aventureros y desequilibrados. "Hank no era un tipo de papel convencional pero a Paul le pareció que el personaje era un giro interesante en su carrera", explica Kwan. "Era genial que la película contara con este magnífico actor dramático en medio de nuestro disparate". Scheinert añade: "Paul se convirtió en un buen amigo porque en el fondo también es un bicho raro. En SWISS ARMY MAN, los tres actores -incluyendo a Daniel Radcliffe y Mary Elizabeth Winstead- tuvieron mucho valor para aguantar nuestro estrafalario proceso creativo".
Ese proceso implicó un rodaje de varias semanas en los bosques de secoya del norte de California, lo que exigió un esfuerzo físico considerable por parte de Dano y Radcliffe. "Ha sido con toda seguridad la experiencia más física que he vivido como actor y no sólo por llevar a cuestas a Daniel por el bosque", insiste Dano. "Fue la mezcla del terreno, la acción, el humor y las emociones. Los Daniels aportaron tantas fantásticas ideas a la película. Más que escenas eran números de baile".
Dano y Radcliffe no se conocían mucho antes de hacer SWISS ARMY MAN, pero cuando leyeron el guión comprendieron que exigía una relación íntima tanto dentro como fuera de la cámara. "Por suerte nos llevamos muy bien fuera de la pantalla", explica Dano. "Los dos nos preguntamos cómo los Daniels iban a enfrentarse a un proyecto tan extravagante cuando nos reunimos por primera vez en Nueva York. Fue parte de la emoción de hacer la película". En el plató, Dano y Radcliffe se apoyaron uno en el otro con total naturalidad y tuvieron una gran proximidad física -prácticamente entrelazados- durante periodos de tiempo prolongados. "Como sólo había dos personas en la mayor parte de la película, teníamos que depender el uno del otro constantemente. Había un montón de espacio para el juego y la amistad, para pelearnos y para divertirnos juntos".
Radcliffe tuvo que acostumbrarse a encarnar a un cadáver al que arrastran durante gran parte de la historia. Esta circunstancia exigió que se elaborara un molde de su cuerpo para fabricar maniquíes de dobles. Pero apenas se utilizaron dobles durante el rodaje ya que Dano prefería llevar el verdadero peso de Radcliffe y Radcliffe quería realizar sus propias escenas de especialista. Cuando pensaron en el mundialmente famoso actor para interpretar a Manny, a los directores les preocupaba que Radcliffe no aceptara debido a la exigencia física del papel. "Pero la primera pregunta que nos hizo Daniel es si podría hacer sus propias escenas de especialista", reconoce Scheinert. "En las películas de Harry Potter le dejaron hacer muchas escenas de acción y lo echaba de menos".
Otro reto para Radcliffe fue evitar que su personaje se pareciera a un muerto viviente. "Cuando piensas en un cadáver que habla y se mueve, lo primero que te viene a la mente es un zombi", explica Radcliffe. "Pero Manny no tiene nada que ver con eso. ‘Hombre muerto mágico' es la descripción que se me ocurrió, lo que hizo que el personaje se sintiera más libre". Después de devorar el guión, Radcliffe estudió la forma de encarnar la rebosante humanidad de su personaje muerto. "Es un extraño ángel que viene a rescatar al personaje perdido de Paul", explica Radcliffe. "Manny es la encarnación de la bondad y la curiosidad; empieza teniendo una mente infantil y envejece de forma rápida al conocer el mundo que le rodea en el transcurso de la película. Sufre una crisis humana muy reconocible ya que no encuentra sentido a nada. Una de las cosas bellas y trágicas de esta película es ver cómo la inocencia de Manny va destruyéndose poco a poco".
A Radcliffe le fascinó trabajar con Dano y los Daniels, cuyo reducido equipo estaba compuesto en su mayoría de colaboradores habituales del mundo de los vídeos musicales y de amigos con los que el dúo había trabajado y que se remontaban a la universidad. SWISS ARMY MAN no tenía nada que ver con el tamaño y la envergadura de las películas de HARRY POTTER que lanzaron la carrera de Radcliffe, pero en ambos platós había esa sensación de ser una familia. "En mi carrera he tenido la suerte de trabajar con directores que colaboraban muchísimo", reconoce Radcliffe, "Pero los Daniels llegan mucho más lejos, así que ha sido uno de los trabajos más divertidos que he hecho en mi vida". Lo que más atrajo al actor fue la falta de jerarquía que había en el plató, además del genial departamento de arte de la película, compuesto por el diseñador de producción Jason Kisvarday, el director de arte David Duarte y la decoradora de Kelsi Ephraim. "Es uno de los equipos más impresionantes con los que he trabajado. Me alucina lo que hicieron, en el tiempo que lo hicieron y además con recursos limitados", reconoce Radcliffe. "La mayoría de nuestros platós se construyeron en el bosque. Todo lo que ves en la película se fabricó con materiales que los Daniels y su equipo encontraron en el bosque".
Un reto sónico para Manchester Orchestra
La insólita banda sonora de la película, compuesta por Andy Hull y Robert McDowell Central del grupo Manchester Orchestra, es fundamental para SWISS ARMY MAN. Su objetivo es resonar en la mente (y la boca) de Hank que está perdido en medio de la nada y se ve obligado a construir su realidad con palos, basura y un cadáver flatulento. Antes de la producción, los Daniels se entrevistaron con los músicos con sede en Atlanta para que pusieran música a su primer largometraje. El grupo presentó canciones que concordaban con el espíritu del guión lo que encantó a Scheinert y Kwan, quienes a su vez plantearon a sus amigos musicales el mismo tipo de desafío creativo que se imponen a sí mismos durante la elaboración de sus propios trabajos. Hull y McDowell tenían que regirse por la filosofía de los "recursos limitados" así que les encargaron que compusieran una banda sonora desprovista de instrumentos musicales, utilizando sólo sonidos que puede producir el cuerpo o que existen en un entorno natural como un bosque. Hasta las escenas finales de la película -que tiene una orquestación tradicional- la banda sonora es casi exclusivamente minimalista y a capela. "La premisa de la película siempre fue ese hombre en el bosque así que nosotros sólo podíamos utilizar lo que había en ese lugar", explica Scheinert.
Kwan había sido fan de Manchester Orchestra desde la universidad y sabía que Hull y McDowell eran perfectos para poner música a SWISS ARMY MAN. "Andy es muy bueno con las melodías y armonías vocales; controla muy bien su voz", insiste Kwan. "La película sólo podía tener armonías vocales, y Robert dominaba esa técnica. Los dos formaron un equipo musical de gran talento y eficacia". Hull y McDowell asumieron el reto de crear grabaciones de campo con recursos tan escasos. "Sabíamos cómo hacer música con instrumentos, pero nos apetecía mucho componer una música que sonara orquestal sólo con nuestras voces", reconoce Hull. McDowell añade: "Fue muy interesante aprender a complementar otra pieza de arte con algo que está en segundo plano. Pero los Daniels querían que fuéramos a por todas y dejar que la música se apoderara de las escenas clave. Dar con la tecla adecuada para componer esos grandiosos momentos musicales fue un auténtico reto artístico".
De hecho, ese espíritu de colaboración, de superación y de conexión es lo que define a SWISS ARMY MAN en todos los niveles de su producción, desde la concepción inicial de Daniels del cadáver flatulento al vínculo que desarrollaron Dano y Radcliffe en el plató, pasando por la memorable banda sonora "bucal" de Manchester Orchestra. Es una película que se deleita en los dúos y en la dualidad, que ha surgido como por arte de magia del saco de fantásticas astillas de madera de los Daniels. "En realidad no es una coincidencia que un dúo de directores haya hecho una película de colegas", observa Scheinert. "Cuando haces una película tan estrafalaria como ésta y hay gente a la que le gusta tanto como a ti, sientes algo muy especial. Este tipo de conexión es difícil de fingir, es algo mágico. Queríamos hacer una película llena de bichos raros porque en el fondo todo el mundo es un bicho raro".