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  Últimos días en el desierto  (Last days in the desert)
  Dirigida por Rodrigo García
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El director: Rodrigo García
El director colombiano Rodrigo García Barcha (Bogotá, 1959) debutó en el año 2000 con Cosas que diría con solo mirarla, ganadora de Un Certain Regard en el Festival de Cannes. Desde entonces ha dirigido ocho películas, como la multipremiada Nueva vidas (2005), Passengers (2008), con Anne Hathaway y Patrick Wilson, o Albert Nobbs (2011), nominada a tres Oscar de la Academia y con Glenn Close como protagonista.

En Madres e hijas (2009), dirigió a Annette Bening, Naomi Watts y Samuel L. Jackson y fue producido por Cha Cha Cha, la firma de los "tres amigos" (Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón).

Rodrigo García también ha trabajado prolíficamente en televisión. Fue showrunner y productor ejecutivo de la primera temporada de la serie de HBO En terapia, que recibió el premio Writers Guild en la categoría de Nuevas Series. Ha dirigido capítulos para Los Soprano, A dos metros bajo tierra, Carnivale y Big Love, por la que fue nominado a un Emmy a la dirección.


Memoria del director
"No soy una persona devota, por lo que empecé Últimos días en el desierto a ciegas, viéndome arrastrado a escribir sobre este episodio. La historia vino a mí de repente: tras volver de su meditación en el desierto, Jesús se ve envuelto en la vida de una familia en soledad. En la niebla de un viaje espiritual encuentra a un padre, una madre y un hijo extraños los unos para los otros. El planteamiento se desarrolla en el clásico enfrentamiento entre la llamada divina del alma y el deseo individual de realización personal.

Mi interés principal fueron las relaciones entre padres e hijos y las cosas que suelen ocurrirle a un joven que se convierte en hombre. Jesús, quizás el hijo más famoso de todos los tiempos, tiene que tomar la difícil decisión de entrar en el conflicto particular entre un padre y su hijo. La tarea es difícil, y el Diablo aparece para confundirlo y atormentarlo en su camino.

Tuve que aceptar el hecho de que cualquier historia sobre Jesús de Nazaret, incluso cuando ésta se toma grandes libertades con la trama, inevitablemente se convierte en una invitación al público para considerarlo como un hombre y sus circunstancias, independientemente de creencias personales"
.


Sobre la producción
Temática (Yeshua a sí mismo: "La acción pesa más que las palabras. Siempre.")

En su estudio del personaje, el escritor y director Rodrigo García imagina varios días en la vida de Jesús mientras vaga por la naturaleza y encuentra a una familia normal, cuyos problemas trata como propios. "He tomado la figura de Jesús y explorado la dimensión humana de su vida" explica García. "No podía saber cómo era el lado divino, por lo que decidí tratar las predicaciones y problemas de Jesús de la misma forma que los de una persona normal".

Últimos días en el desierto es un cambio radical en la filmografía de Rodrigo García: "La mayoría de las películas que he escrito tratan sobre la mujer de clase media y sus problemas, por lo que esta película era un reto para mí".

La película transcurre en plena naturaleza, en el desierto, a las afueras de Jerusalén, pero por temas presupuestarios no se rodó en Israel si no en el sur de California (en el Parque Estatal y Desierto de Anza-Borrego, a un par de horas al sur de San Diego).

Aunque García nunca había hecho una película de época, el encuentro ficcionado entre Jesús y una familia en crisis fue algo que tenía en mente desde siempre: "Crecí en un mundo católico y estoy muy familiarizado con la historia de Jesús". En la película, Jesús vuelve de su meditación de 40 días y 40 noches en el desierto, y en su camino de vuelta a Galilea se encuentra con una familia y se ve envuelto en sus dramas, compartiéndolos con ellos: la madre, moribunda, es testimonio del conflicto entre el padre y el hijo, que quiere abandonar la vida en el desierto y trasladarse a la ciudad.

Mientras García trata las dinámicas familiares en el corazón de la película, decide añadir un personaje adicional: el Diablo. "En la Biblia se dice que el Diablo tentó a Jesús en el desierto", dice Rodrigo García. "Yo he elegido que se le aparezca a Jesús con su propia apariencia. El Diablo cuestiona a Jesús si podrá resolver el problema de la familia satisfaciendo a todo el mundo".

A diferencia de otras historias recientes basadas en la fe, Últimos días en el desierto no pretende dar un mensaje religioso específico. El personaje es Jesús, pero esta no es una película estricta sobre el evangelio y su mensaje, si no acerca de las relaciones entre padres e hijos. Jesucristo y su travesía por el desierto son elegidos como contexto para explorar a un sujeto universal y su historia de crecimiento personal: un joven convirtiéndose en hombre, con el permiso de su padre o sin él.

La película trata un segundo tema, en este caso vinculado a la idea de la creación: El mundo es una historia que Dios nos ha contado, pero que reescribimos una y otra vez generación tras generación. Podría incluso argumentarse que, en esta película, Jesús está intentando reescribir la historia de su propia familia.


Casting
Aunque García quería elegir a un actor en la treintena para interpretar a Jesús (Yeshua en hebreo, tal y como se pronuncia en la película), sus productores le persuadieron para enviar el guión al actor escocés Ewan McGregor (Trainspotting, Moulin Rouge, Big Fish).

"Ewan tenía casi 45 años cuando planeábamos el rodaje, pero cuando volví a ver sus películas me di cuenta de lo jovial de su físico y, por supuesto, que era un actor increíble y que proyectaba muchísima pasión", afirma García.

McGregor respondió inmediatamente y empezaron a trabajar el papel. Para preparar la condición física de un hombre que ha estado hambriento durante casi 40 días por el desierto, McGregor perdió mucho peso antes de comenzar a rodar. Pero quizás fue mayor el reto de crear la vida interior de una de las figuras históricas más importantes e influyentes de la historia. "Fue toda una preocupación interpretar a Jesús", dice el actor. "Leí muchos libros sobre él porque quería interiorizar quién era realmente." McGregor y García han construido su versión de Jesús en la tierra a través de múltiples detalles, como por ejemplo la aparición en escena de un colibrí, un elemento terrenal placentero y por ello una tentación enorme en ese momento en el viaje de Jesús. García confiere ese instante un halo mágico y poético, un halo de verdad dentro de la experiencia humana. Detalles como este no están sacados de la Biblia, pero sí la manera en la que el director imagina esos días.

Últimos días en el desierto también impone para McGregor el reto de interpretar al Diablo. El actor ya había hecho de doble de sí mismo en La Isla, y fue él mismo quien propuso al especialista Nash Edgerton (doble suyo en Moulin Rouge y Star Wars) para las escenas entre Jesús y el Diablo, donde la Bestia se refleja en su propio físico como símbolo de sus tentaciones más personales.


Colaboraciones
Rodrigo García afirma que la película tomó vida gracias a sus increíbles colaboradores, incluidos:

• Jeannine Oppewall (L.A. Confidential, Los Puentes de Madison, Seabiscuit), Directora de Arte cuatro veces nominada al Oscar(r), quien decidió construir las tiendas según la estética de los viejos refugios beduinos. • Judianna Makovsky (Los juegos del hambre), tres veces nominada al Oscar(r) por su Diseño de Vestuario y a quien García conoció por Grandes Esperanzas (1998), de Alfonso Cuarón. • Los compositores Danny Bensi y Saunder Jurrians (Martha Marcy May Marlene). • El técnico de sonido Peter Devlin, cuatro veces nominado al Oscar por Pearl Harbour (2001), Transformers (2007), Star Trek (2009) y Transformers 3 (2011). • Y, por supuesto, Emmanuel Lubezki, el director de fotografía mexicano ganador de tres Oscar(r) consecutivos por Gravity, Birdman y El renacido. Lubezki dota a la película de una exposición simbólica y pausada, componiendo un espectáculo cromático mediante los colores del amanecer y del atardecer: a través de los tonos áridos del desierto transmite la desolación en el ser humano, mientras que con los azules resalta las tentaciones que le asaltan.


Han dicho
"Inteligente y bella meditación sobre padres e hijos" - The Guardian

"Cautivadora y hermosa" - Variety

"Profundamente enternecedora" - Indiewire

"Atractivo retrato del lado humano de Jesús" - The New York Times

"Admirable película" - The Playlist