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  Goodbye Berlín  (Tschick)
  Dirigida por Fatih Akin
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Una película de Fatih Akin. Adaptación de la novela homónima de Wolfgan Herndorf.


Acerca de la novela
"Leí la novela y me quedé enganchado", así es como Fatih Akin (Contra la pared, Soul Kitchen) describe la novela superventas Tschick (Alemania, 2010), de Wolfgang Herrndorf , que ha apasionado a más de dos millones de lectores y ganado un sinfín de premios, publicada en España en 2013 con el título Goodbye Berlín.

El editor Michael Töteberg dice que empezaron a recibir peticiones para comprar los derechos de la novela en cuanto se publicó en Alemania, pero el autor tenía muy claro que "odiaba las comedias alemanas y no tenía la menor intención de que Goodbye Berlín fuera masacrada para convertirse en una más". A través de un correo electrónico le dijo al editor: "Me daría igual vender los derechos por mil euros si supiera que el realizador es bueno". Solo impuso una condición para el guion: "Mi amigo Lars Hubrich podría escribirlo. Le conozco, confío en él". Michael Töteberg sigue diciendo que la elección del guionista era justificada: "Escribió un guion que va más allá de una mera recreación de la novela. Y la película de Fatih Akin no es una simple adaptación, ni tampoco un proyecto comercial. El resultado es una interpretación cinematográfica de la novela, un recorrido literario".


Un inicio poco ortodoxo (Cómo empezó la película GOODBYE BERLÍN)
"Lo primero es el olor a sangre y a café". Así empieza la segunda novela de Wolfgang Herrndorf. La historia, que cuenta la inesperada amistad entre un berlinés de catorce años al que sus compañeros de clase marginan y un emigrante ruso de la misma edad que deciden hacer el viaje de su vida en un Lada robado, se convirtió en un éxito inmediato cuando se publicó en 2010. Desde entonces se han vendido dos millones doscientos mil ejemplares de Goodbye Berlín, se ha publicado en 25 países y ha ganado numerosos premios. Al año de su publicación, se estrenó una adaptación teatral escrita por Robert Koall que obtuvo un éxito inmediato y se convirtió en la obra más interpretada en los escenarios alemanes en la temporada 2014-15.

Uno de los primeros lectores de la novela, Marco Mehlitz, de la productora berlinesa Lago Film, que ha sido coproductor de películas como Los renegados del diablo (2005), de Rob Zombie, y Un método peligroso (2011), de David Cronenberg, dice: "Mi librero me avisó de que acababa de publicarse una novela genial. La compré y me quedé alucinado con el idioma, las experiencias y los recuerdos que me traía. Le pasa lo mismo a cualquier persona que la lee. Supe inmediatamente que quería desarrollar el material".

Muchos productores y directores se interesaron por la novela, pero el autor no acababa de decidir a quién vender los derechos. Todo se complicó aún más cuando le diagnosticaron un tumor cerebral en febrero de 2010. "Quería que la novela se adaptara al cine, pero estaba demasiado enfermo para ocuparse del guion", explica Marco Mehlitz. "Después de su fallecimiento, volví a interesarme por los derechos y le sugerí a Lars Hubrich que se ocupara del guion. En ese momento no tenía ni idea que que Wolfgang Herrndorf ya había dicho a la editorial que su amigo debía ser el guionista".
Wolfgang Herrndorf y Lars Hubrich se conocieron cuando ambos trabajaban como guionistas del portal de Internet Die höflichen Pararazzi. Solían quedar después del trabajo para tomar una copa o ir al cine. "No le iban las películas intelectuales de arte y ensayo", dice el guionista. "Prefería a los hermanos Coen o a Lars von Trier".

Lars Hubrich y Marco Mehlitz se reunieron y empezaron a trabajar. "Reconozco que no fuimos nada ortodoxos. Primero escribimos el guion con la idea de que si gustaba a los herederos nos concederían los derechos", explica el productor. "Desde un punto de vista económico, es una locura. ¿A quién se le ocurre gastar miles de euros en un guion sin haber comprado los derechos del libro? Pero teníamos muy claro cómo sería la película. Haciendo esto, tampoco presionábamos a los herederos; podían pararnos si no les gustaba la dirección que tomaba el guion. El editor tomó la decisión final, pero sé que la viuda de Herrndorf había aprobado el guion antes. Es verdad que era un riesgo, pero también ayudó a los herederos a seguir el desarrollo paso a paso".


Un momento clave (La desesperada búsqueda de un director)
El desarrollo siguió su curso durante un año y medio. Entonces, otro realizador iba a encargarse de la película, pero nueve semanas antes del comienzo del rodaje, se dio cuenta de que no estaría libre para las fechas previstas. La película transcurre en pleno verano y era imposible retrasar el rodaje. El primer director se retiró, dejando a los productores en un grave aprieto, como dice Susa Kusche: "De golpe, a poco más de dos meses del comienzo del rodaje, nos encontramos sin director y con un equipo contratado".

No era fácil encontrar a un director que estuviera libre, fuera perfecto para la película y capaz de lanzarse de cabeza a un proyecto en tan poco tiempo. Hacía falta más que un gran profesional, también debía ser atrevido, decidido y con una gran capacidad de reacción. Todos coincidían en que Fatih Akin era el candidato idóneo. Cuando el director ganó el Oso de Oro en Berlín por la película Contra la pared, la entonces presidenta del jurado Frances McDormand dijo: "Esta película es puro rock 'n' roll". GOODBYE BERLÍN necesitaba a alguien como él, y por suerte, estaba libre.

"Llamé a Fatih; por casualidad estaba en Berlín y nos reunimos esa misma tarde", recuerda Marco Mehlitz. "Iba a empezar a rodar en otoño, pero tuvo que aplazarlo. Me dijo que todo dependía del guion. Lo llevaba conmigo y se lo di, añadiendo que aún podíamos cambiar ciertas cosas, e incluso el reparto". La situación era novedosa para un director que llevaba años produciendo y escribiendo sus propias películas.

"Volvimos a hablar por teléfono el domingo, y el lunes Fatih estaba de vuelta en Berlín dispuesto a trabajar", sigue diciendo el productor. "Era un riesgo para ambos porque apenas nos conocíamos, pero el tren ya había salido de la estación. Fatih consiguió imprimir su sello a la película a pesar de la falta de tiempo. Creo que para él fue una especie de reto". Y Fatih Akin dice: "Aceptar la película en aquel momento es la decisión más importante que he tomado nunca. Era exactamente lo que necesitaba. La película me salvó, se mire como se mire".

La productora Susa Kusche añade: "Recuerdo la mañana en que Fatih entró en la oficina y se presentó al equipo: 'Soy el nuevo director. Ahora nos toca tirarnos al vacío juntos'. Lo dijo con total candidez, no se me olvidará nunca. Conquistó a todo el equipo en ese preciso momento".


Manos a la obra (Fatih Akin se apropia de la película)
Lo primero que hizo Fatih Akin fue acercarse aún más a la novela escogiendo a dos jóvenes actores de 14 años. "Quería dos rostros nuevos que no pegaran detrás de un volante", dice. "El espectador debe creerse que tienen miedo de que les pillen". También contrató a su amigo y mentor Hark Bohm como asesor creativo y coguionista, y director de dos películas sobre adolescentes en los años setenta, Nordsee ist Mordsee (1976) y Moritz, lieber Moritz (1978), ahora consideradas como clásicas, pero que levantaron ampollas en la época.
Después de leer la novela, Fatih Akin se puso a trabajar con Lars Hubrich y Hark Bohm para retocar el guion. "Acordamos que no sería una versión cinematográfica de la novela, sino una obra basada en el novela que se sostuviera en pie sola", dice Marco Mehlitz. "Era importante aportar un toque espontáneo y ligero al guion".

Fatih Akin también le pidió a Rainer Klausmann, su director de fotografía favorito, que se uniera al proyecto. "Siempre trabajo con el mismo equipo técnico, es casi un matrimonio para mí", dice el realizador. "Ellos colaboran con otros directores, pero yo nunca había intentado trabajar con otras personas. Fue revitalizante".


Grandes amigos (Los jóvenes protagonistas de GOODBYE BERLÍN)
El rodaje empezó el 14 de septiembre y acabó el 13 de noviembre, con localizaciones en Berlín, Leipzig y alrededores. Fueron necesarios cinco Lada remodelados especialmente, más uno que se utilizó únicamente para piezas de recambio.

Anand Batbileg debuta en el cine encarnando a Tschick. Su padre vio el anuncio de la prueba, lo imprimió y lo dejó en la habitación de Anand, que no lo vio inmediatamente, pero se presentó a tiempo. Hablando de Tschick, dice: "Al principio es un poco misterioso, incluso puede creerse que no llegará muy lejos en la vida, pero acaba siendo muy simpático y muy inteligente". Y sobre el director, comenta que "Fatih es muy divertido, un poco como un niño grande, me parece".

Tristan Göbel, que ya tiene experiencia como actor, expresa su opinión sobre Tschick y Maik: "Son totalmente diferentes, pero les unen varias cosas. Los dos son marginados y no pueden contar con sus padres". Lo que más recuerda fueron las escenas en el pantano; era noviembre y el agua estaba bastante fría, pero Fatih Akin les obligó a repetirlas una y otra vez, aunque también acabó tirándose al agua como gesto solidario. "Se volvía loco cuando algo nos salía bien, pero también se volvía loco si lo hacíamos mal", dice del temperamental director.

Los dos chicos no se conocían antes del rodaje. "Nos hicimos amigos enseguida y acabamos siendo muy buenos amigos al final", dice Tristan Göbel.


El corazón de la novela (Y fin de la película)
Con tan poco tiempo para la preparación, la posproducción fue muy intensa. Los cineastas quisieron que la familia de Wolfgang Herrndorf viera cómo progresaba el proyecto. "Les invitamos a la sala de montaje. Los chicos les cautivaron. Están de acuerdo en que Fatih ha plasmado el corazón de la novela en la película", dice Marco Mehlitz.

Marcus Gärtner, uno de los ejecutivos de la editorial Rowohlt Verlag, dice: "Si a uno le gusta una novela, siempre le asusta un poco que se lleve al cine. Pero fue todo un alivio ver GOODBYE BERLÍN; es increíble lo fieles que han sido el guionista Lars Hubrich y el director Fatih Akin a la novela, sin por eso dejar de crear algo nuevo, maravilloso y totalmente personal, lo que también es muy importante".

"Es una película que sienta bien, alegre, divertida, con algunos momentos duros, otros melancólicos. Hace reflexionar. Creo que nunca pierde la cabeza ni la frescura. Da fuerzas, como un concentrado de vitamina B12. Por lo tanto, su mensaje puede resumirse con "No pienses tanto, actúa, actúa".


De esta agua no beberé (Una charla con Fatih Akin)

P: ¿Cómo encontró el libro Goodbye Berlín?

R: Fue en la Feria del Libro de Francfort en 2011, cuando presenté mi libro Im Clinch, en el stand de la editorial Rowohlt. Les pedí que me recomendaran una buena novela y me dieron la edición de bolsillo de Goodbye Berlín. Mientras la leía, pensaba que me gustaría mucho convertirla en una película. Para mí, uno de los momentos clave es cuando Tschick y Maik miran el cielo nocturno y se dan cuenta de lo diminutos que son.


P: ¿Le ocurre a menudo?

R: La verdad, no. La última vez ha sido con Der goldene Handschuh, de Heinz Strunk. A veces cuando leo a Stephen King. Después de leerla, fui a ver a Michael Töteberg, de Rowohlt, para conseguir los derechos.


P: ¿Y funcionó?

R: No. Yo era uno de muchos, y había nombres muy conocidos. Wolfgang Herrndorf ya estaba enfermo y no podía participar en la adaptación. Tardaron en decidirse, y yo ya estaba trabajando en El padre. La financiación había llegado antes de lo esperado y no podía dejar pasar la oportunidad. Luego me enteré de que otro director estaba trabajando en la adaptación cinematográfica de la novela. Y curiosamente, el proyecto regresó porque el otro director tenía problemas de planificación. Por entonces seguía pensando que podría dirigirla Hark Bohm y yo producirla, sobre todo porque la historia tenía muchos puntos en común con su película Nordsee ist Mordsee. Además, Wolfgang Herrndorf había mencionado la película en numerosas ocasiones en su blog "Arbeit und Struktur".


P: ¿Así que llegó a tiempo para apagar el fuego?

R: Mi productora se llama "Bombero", por algo será.


P: Suele producir sus películas. ¿Esta situación supuso algún cambio en su forma de trabajar?

R: No creo. Marco Mehlitz y Susa Kusche, los productores, confiaban en mí y me dieron carta blanca. No hubo un solo desacuerdo, y no siempre ha sido el caso en el pasado con otros productores. El mayor cambio para mí fue no trabajar con mi equipo habitual.


P: Pero esto solo es parte del proceso de preproducción. Gran parte de la película tiene que ver con sus ideas. Por ejemplo, los protagonistas. ¿Cómo los encontró?

R: Tenían trece años cuando rodamos la película. Quería a dos jóvenes que dieran la impresión de que no debían estar detrás de un volante y de tener miedo a que les pillaran. No hay muchos profesionales entre los que escoger tratándose de niños o adolescentes. Tristan Göbel ya había trabajado en cine, en la película Winnetous Sohn. Al principio le habían escogido para ser un figurante en el instituto de Maik, pero cuando las cosas no fueron bien con la persona que iba a encarnar a este personaje, le pedí que hiciera el papel. En cuanto a Anand Batbileg, que da vida a Tschick, se presentó a una prueba el primer día que me uní al proyecto. Había traído un vídeo de la escena en que confiesa que es gay. Me quedé alucinado y pedí que le llamaran. Cuando empezamos a rodar, Anand era bastante más alto que Tristan. Por eso rodé la película en 1.85:1, porque una parte de la cara de uno de los dos siempre habría desaparecido.


P: Trabajar con actores tan jóvenes supone un horario mucho más estricto...

R: Solo pueden trabajar delante de la cámara durante tres horas diarias y estar un máximo de cinco horas en el plató. Había alguien que nos controlaba constantemente. Era la primera vez que rodaba con dos o tres cámaras digitales a la vez, fue una experiencia liberadora. Con el negativo, los chicos habrían tenido que esperar diez minutos cada vez que se recargaba la cámara. Esta forma de trabajar les permitió trabajar sin repetir todo el diálogo si se equivocaban. Fue fantástico. No pienso volver a rodar en 35 mm.


P: Está acostumbrado a filmar guiones que ha escrito. ¿Qué significó hacer una película basada en una novela?

R: Desde que existen las adaptaciones cinematográficas de obras literarias, hay pros y contras. Personalmente creo que El nombre de la rosa y El resplandor son magníficas, a pesar de alejarse bastante del original. La novela Goodbye Berlín es muy cinematográfica. Bastaba con leer el blog de Herrndorf, "Arbeit und Struktur", para darse cuenta de que le gustaba el cine. Cada uno tiene una parte favorita en la novela. Para algunos es cuando Maik dice: "La gente es mala. Puede que sea verdad y que el 99 por cien de la gente sea mala, pero lo extraño es que en nuestro viaje, Tschick y yo solo conocimos a personas del uno por cien bueno". Muchos dan una gran importancia a esa frase, es muy del estilo de Waldorf y de Montessori. Personalmente no lo veo así. Lo que más me interesó fue un chico colado por una chica de su clase que no le hace caso, pero vive una gran aventura y cuando vuelve, ella se fija en él. Para entonces, a él le da totalmente igual. Lo sé porque lo he vivido.


P: ¿Tuvo la sensación de que podía hacer lo que quería con la novela?

R: Nunca noté a la policía literaria a mis espaldas. Además, mientras trabajaba en el proyecto, recuperé las mismas sensaciones que había tenido leyendo la novela. Quería usar muchos elementos del libro y trasladarlos a la vida real.


P: Algunas de las localizaciones ya estaban decididas, pero buscó otras personalmente. Parece que recorrió bastante camino.

R: Casi 20.000 kilómetros en Alemania del Este. Gasolineras, autopistas, zonas boscosas, caminos en el campo, el pantano. No es la típica película berlinesa. Rodando en Marzahn no se ve la torre de televisión de Alexanderplatz. Es una clásica road movie del Este. Muchas de las cosas que hacen los protagonistas las hice de adolescente, sabía de qué iba. Puede que haya sido la película más difícil que he rodado hasta la fecha.


P: Hark Bohm trabajó en el guion y también es asesor creativo, ¿cómo se unió al equipo?

R: Estábamos trabajando en otro guion, Aus dem Nichts, mi próxima película. La posibilidad de rodar GOODBYE BERLÍN me apartó de lo que hacíamos, pero con tantas caras nuevas alrededor, era importante contar con alguien de mi confianza. Además, tiene mucha experiencia con películas que tratan de adolescentes.


P: Como siempre, recurrió a su director de fotografía habitual, Rainer Klausmann. ¿La película debía iluminarse de una forma específica?

R: Tenía que ser auténtica y digna. Debíamos estar al mismo nivel que los protagonistas. Nada de rodarlos desde nuestra altura y burlarnos de ellos. Pero también debían ser guapos. Hay muchos directores de fotografía muy buenos en este país, pero pocos son capaces de filmar a los actores para enseñar su mejor cara. A Rainer se le da de maravilla. Una película no sobresale por la espectacularidad de las escenas, ni por usar drones o trucos digitales. Todo eso es muy superficial. Hay mucha fuerza en las cosas pequeñas. Hace falta una buena historia, personajes interesantes y una gran fotografía. Basta con eso para sobresalir. Los hermanos Coen no se vuelven locos con los efectos ópticos, pero siguen haciendo el mejor cine.


P: El libro está escrito en primera persona. Una forma de llevarlo a la pantalla es con una voz en off, algo un poco pasado de moda. Sin embargo, la utiliza al principio, hacia la mitad y al final.

R: La idea era conseguir contar la historia sin voz en off, quería hacerlo visualmente. Pero no podía ilustrar la desesperación de Maik por no ir a la fiesta de Tatiana solo con imágenes. Me parecía que le faltaba fuerza. Hark Bohm estaba a favor de la voz en off, al menos para el principio. Acabamos recurriendo a ella también a la mitad de la película y al final para que no se olvide del todo. Además, no podía haber un final feliz porque sería mentir a los adolescentes que la vieran. No todo es feliz en la vida. Pero tampoco debía ser un final deprimente. Las cosas dependen de cómo se miren. Ahora, el vaso está medio lleno; sin la voz en off estaría medio vacío. Hark tuvo la idea de incluir la redacción de Maik sobre su madre alcohólica. Es un viejo zorro.


P: ¿Por qué era tan importante la redacción?

R: Mientras veía el copión cada noche, me preguntaba por qué Tatiana no invitaba a Maik a la fiesta. Es guapo, amable, simpático, fotogénico, tiene una voz bonita. Entonces, ¿por qué? Y por fin se me hizo la luz: a los ojos de sus compañeros, la redacción le convierte en un psicópata. En la novela no es así.


P: La novela puede describirse de muchas maneras: una "road" novela; de iniciación; habla de la amistad, de la homosexualidad. Pero cuando se rueda una película basada en un libro, no se puede incluir todo, ¿qué se dejó?

R: A muchos personajes. Como el viejo que dispara a los chicos o el hombre que da un vaso de agua a uno de ellos. La estructura episódica de un libro no funciona en una película, pero conservé muchísimos detalles.


P: Los personajes femeninos suelen tener mucha importancia en sus películas. En la vida de Maik está su madre, Tatiana e Isa, pero ninguna de las tres ocupa un lugar muy importante, y en cierto modo son inalcanzables. ¿Qué tienen que ver con él?

R: Para un adolescente que lo pasa mal, las mujeres siempre son inalcanzables. Me siento bastante orgulloso del personaje de la madre. Al escribir el guion de mis películas, tengo unos cuantos personajes femeninos a mis espaldas; algunos no tienen nada que ver conmigo, como las terroristas o Hanna Schygulla en Al otro lado, pero siempre busco una conexión personal. En este caso, me conmovió el alcoholismo de la madre. Conozco a muchos alcohólicos. Pero no quería ser fatalista ni moralista. Tenía que ser una mujer divertida y sexy. Maik no sufre directamente por la adicción de su madre, se llevan muy bien. Pero ¿cómo contarlo? Para eso bastaron unas pocas escenas con la madre. Además, Anja Schneider es una actriz notable. Creo que no será la última vez que trabajemos juntos.


P: Tatiana representa algo totalmente diferente.

R: Cometí un error en Im Juli que me sirvió para el personaje de Tatiana. No debía competir con Isa. El espectador debe creer que Maik está enamorado de ella, pero también debe entender lo que dice Tschick: "Tatiana da poca luz comparada a Isa". Aniya Wendel me recordó a Selena Gomez, en cierto modo. La parte de Isa es con la que más disfruté. En la novela, Isa sale de un armario en un basurero, pero no encajaba con el personaje. La ropa, el peinado y la actitud sí encajaban, pero tenía que añadir detalles que la hicieran más creíble a mis ojos. Los guionistas y yo habíamos leído la novela inacabada de Wolfgang Herrndorf Bilder deiner grossen Liebe, donde cuenta la vida de Isa. Nos basamos más en esta descripción. Abusaron sexualmente de ella, escapó de una clínica psiquiátrica y está en la frontera de un trastorno de personalidad, pero ante la inocencia de los dos chicos, recupera su propia inocencia.


P: En la novela, Maik fantasea con escaparse con Mona porque es una agente secreto y de pronto se pone a llorar. En la película, la fantasía se convierte en un asesinato.

R: La fantasía de la agente secreto era demasiada compleja para una película. Quería mantener la fantasía con Mona, pero cambiando el contenido. Según lo que describe Wolfgang Herrndorf, la fantasía nace porque Maik no soporta que su padre se pasee con ella por el jardín cogidos de la mano.


P: ¿Hasta qué punto tiene que ver esta película con novelas como Las aventuras de Tom Sawyer, Las aventuras de Huckleberry Finn y El guardián entre el centeno o con películas como Nordsee ist Mordsee?

R: Son hermanos, o mejor dicho, es su nieta. Hoy en día, las historias de adolescentes como protagonistas son bastante fantasiosas, como Transformes o Los juegos del hambre. Antes estaban más ancladas en la realidad; por ejemplo, Cuenta conmigo, de Rob Reiner, El club de los cinco, de John Hughes, y La ley de la calle, de Francis Ford Coppola. La película recoge esta tradición. La iniciación, el paso de la adolescencia a la madurez es uno de mis géneros favoritos. Me alegro de que ya existiera la novela porque no tuvimos que empezar desde cero.


P: La música de la película es bastante ecléctica. ¿Cuál fue su intención, dar más pistas acerca de los personajes, subrayar ciertos contrastes?

R: Aunque la novela cuenta la historia desde la percepción de Maik, no se sabe mucho de él, excepto que hace bumeranes. No sabemos lo que lee, qué cine le gusta, ni la ropa que lleva. Solo se menciona una vez la música que escucha. Cuando está en el jardín se oye a White Stripes. No le gusta Beyoncé, pero a Tatiana sí. Por eso se me ocurrió que le iba el rock alternativo. No quería incluir los grupos que me gustan, como Foo Fighters o Queens of the Stone Age, me incliné por algo más contemporáneo. Los noventa están volviendo a estar de moda, así que les dije a los miembros del equipo de vestuario y de maquillaje que Maik debía ser como un roquero grunge con un corte de pelo a lo Kurt Cobain. El rock clásico siempre ha sido la música de los marginados a los que no les van los deportes. Maik es mucho más pequeño que los otros chicos de su clase. Incluimos a Richard Clayderman y su "Balada para Adelina" porque nos pareció muy irónico. En la banda sonora también hay música compuesta especialmente para la película por Vince Pope. Le da un toque muy inglés.


P: ¿Qué es lo más importante que ha aprendido con esta octava película?

R: Que se puede preparar una película tan complicada como esta en siete semanas. Pero sin la experiencia de una road movie como Im Juli y sin haber trabajado con niños en Solino, no lo habría conseguido. He aprendido que puedo seguir el plan de rodaje sin salirme del presupuesto y aceptar el trabajo que otros han hecho antes llegar yo. Ahora no dudaría en trabajar en otro proyecto en el que no sea el productor. Antes era una idea bastante antipática para mí. Pero gracias a Marco y a Susa, de Lago Film, no volveré a decir "de esta agua no beberé".


Sobre Fatih Akin
Nació en Hamburgo en 1973 en el seno de una familia de inmigrantes turcos y estudió en la Universidad de Bellas Artes. Después de rodar dos cortometrajes, se dio a conocer en 1998 con su primer largo, Corto y con filo, al que siguió en 2000 la road movie Im Juli, con Moritz Bleibtreu y Christiane Paul, y en 2001 el documental Denk ich an Deutschland - Wir haben vergessen zurückzukehren, donde cuenta la historia de sus padres. Solino, rodada en 2002, de nuevo con Moritz Bleibtreu y con Barnaby Metschurat, gira en torno a una familia de inmigrantes italianos en Alemania. Saltó a la fama internacional con Contra la pared, ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín 2005. En el documental Cruzando el puente: los sonidos de Estambul, estrenado en 2005, muestra la diversidad musical de la capital del Bósforo. En 2007 ganó el Premio al Mejor Guion en el Festival de Cannes, donde nunca había participado previamente, por Al otro lado. Soul Kitchen, una oda cómica a su ciudad natal en la que volvió a trabajar Moritz Bleibtreu, fue invitada al Festival de Venecia en 2009. El documental Müll im Garten Eden, de 2012, habla de sus antepasados turcos. En 2014 concluyó su trilogía sobre el amor, la muerte y el diablo con la dramática epopeya El padre, invitada a concurso al Festival de Venecia. GOODBYE BERLÍN es su primera adaptación cinematográfica de una novela.


Ficha artística
Tristan Göbel - Maik Klingenberg
Anand Batbileg - Andrei "Tschick" Tschichatschow
Mercedes Müller - Isa
Anja Schneider - La madre de Maik
Uwe Bohm - El padre de Maik
Udo Samel - Sr. Wagenbach