París, 1880.
Después de 40 años, Auguste Rodin recibe un encargo del estado que dará pie a algunas de las esculturas más relevantes de la historia.
Mientras tanto, comparte su vida con Rose, su amor de toda la vida, hasta que conoce a Camille Claudel, una destacada alumna que se convierte en su asistente y, más tarde, su maestra, con la que además iniciará una relación de amor y admiración mutua que marcará su vida y su carrera.
La obra de Rodin supuso el punto de partida de la escultura moderna, y su vida estuvo impregnada por la pasión y la lucha entre aquellos que supieron admirar su arte y quienes rechazaban la sensualidad de su escultura.