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  Saw VIII  Dirigida por Michael Spierig, Peter Spierig
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Producida por Oren Koules, Mark Burg y Gregg Hoffman -el equipo detrás de la saga Saw-, Saw VIII está dirigida por los hermanos Spierig (Peter y Michael). El guion se ha basado en los personajes creados por James Wan y Leigh Whannell y ha sido escrito por Josh Stolberg y Pete Goldfinger. Daniel Jason Heffner, Peter Block, Jason Constantine, James Wan, Leigh Whannell y Stacey Testro han participado en el proyecto como productores ejecutivos.

Los hermanos Spierigs han trabajado con un equipo de profesionales entre ellos el director de fotografía Ben Nott, ACS (TK), el diseñador de producción Anthony Cowley (TK), el montador Kevin Greutert (TK), el compositor Charlie Clouser (TK), todo un clásico en las películas de la saga Saw, el diseñador de vestuario Steven Wright (TK), y la directora del departamento de maquillaje Rose-Mary Holosko (TK).

El reparto lo componen Matt Passmore, Callum Keith Rennie, Clé Bennett, Hannah Emily Anderson, Laura Vandervoort, Mandela Van Peebles, Paul Braunstein, Brittany Allen, Josiah Black y Tobin Bell en el papel de 'Jigsaw'.


Un juego nuevo
A la hora de plantear Saw VIII, los productores Oren Koules y Mark Burg, que han colaborado en todas las películas de la saga hasta la fecha, quisieron mantener la esencia de la primera entrega, con la que consiguieron un éxito bastante inesperado. De ahí que plantearan este filme como una complicada trama, sazonada con sustos tremendos y emociones fuertes. Para ello decidieron tomarse las cosas con calma y echaron el freno al ritmo habitual de estrenar una película Saw por año, tras encadenar siete filmes en siete años consecutivos, todo un récord en la era del cine moderno. Han pasado varios años desde el estreno de Saw 3D porque, como comenta Koules, "No teníamos prisa". Decidieron dar el paso tras reunirse con los guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger, con quienes han trabajado para crear un guion que lleva el suspense y el sadismo a límites insospechados. "Hemos tenido la suerte de desarrollar un gran guion, de contar con dos directores brillantes y un director de fotografía de primer orden, entre otros grandes profesionales. Creo que los espectadores lo van a pasar en grande".

Una de las principales claves de la saga Saw es el director. Al fin y al cabo, la primera entrega convirtió a James Wan en uno de los más importantes realizadores de películas de terror de Hollywood. Para Saw VIII, los productores han recurrido a los directores Michael y Peter Spierig (Daybreakers, Predestination), dos hermanos con un impresionante currículo en el género del suspense psicológico y el terror alienígena, quienes han aportado un toque diferente a una serie que ya cuenta con siete exitosas entregas a sus espaldas.

"Cuando se trata de una saga tan innovadora y memorable como Saw, tienes que asegurarte de que el talento de detrás de la cámara está al mismo nivel que el guion para crear una experiencia nueva para los espectadores", comenta el productor Mark Burg. "Sabíamos que podíamos confiar en Michael y Peter, quienes han dado la talla".

"Tienen un estilo muy personal", comenta Koules. "Por un lado querían sumergirse en el mundo de Saw, pero por otro querían crear una película que fuera muy suya".

Peter Spierig comenta que el mayor atractivo a la hora de enfrentarse a una nueva entrega de una serie bien conocida era centrarse en los elementos que llevaban años funcionando, pero desde una perspectiva diferente. "Hemos querido volver a los aspectos de thriller de la saga. Cuando mejor funciona Saw es cuando ahonda en el thriller, cuando utiliza el suspense y la emoción de descubrir al asesino. Esas son las cosas que nos encantan".

Michael Spierig añade que también tenían muy claro que querían rendir tributo al retorcido legado de John Kramer, ese asesino que plantea una elección a sus víctimas. "Podría decirse que crea una especie de confesionario para que reparen el daño de sus pecados", comenta Michael. "Ha sido muy divertido jugar con esta dinámica tan potente. Estas películas plantean unos dilemas morales muy interesantes".


El legado de Jigsaw
Según el productor Oren Koules, el personaje de Jigsaw resulta memorable porque "no es un asesino al uso. No va por ahí escondiéndose en los bosques o acuchillando a una chica en la ducha. Es un gran pensador. Es un ingeniero. Cuando pensamos en Jigsaw, en John Kramer, ¿se le consideraría el protagonista? ¿El antagonista? ¿Es el héroe o el villano? James Wan y Leigh Whannell crearon un personaje icónico porque es un villano con cabeza, un villano que piensa".

A lo largo de los años, la serie se ha destacado por no caer en los errores tan típicos de las sagas de largo recorrido, que acaban descuidando la calidad con tal de seguir sacando títulos. Está firmemente anclada en los misterios de Jigsaw, un hombre que inculca a sus víctimas el valor de la vida y la importancia de disfrutar de cada momento, pero que a la vez utiliza el miedo y el terror como monedas de cambio.

El propio James Wan nos regaló la mejor definición de este hombre al decir que "Las intenciones de Jigsaw son buenas, pero sus métodos no lo son tanto".

Las películas de Saw también destacan por la forma en la que el mal, que toma cuerpo a través de la interpretación de Bell, ha existido tanto como una persona de carne y hueso, como a través de una presencia que existe fuera de plano y a la que conocemos por su macabra voz, sus juegos y sus complicadas trampas, que son obras de arte en sí mismas. La muerte de Kramer en Saw III no puso fin a los asesinatos, puesto que no tardaron en salir cómplices y discípulos, y ha conseguido que el asesino de la saga todavía se sienta como una amenaza. Saw VIII sigue los mismos pasos: el legado de Kramer está presente en cada una de las escenas, creando una mezcla de asombro, confusión y terror.


Las piezas de Saw VIII
Matt Passmore interpreta a Logan, un examinador médico con un pasado militar que fue prisionero de guerra y que ahora se enfrente a otra serie de asesinatos, y tiene muy claro que para participar en una película de la saga Saw es importante ser fiel su legado. Según el actor, "Queríamos rendir homenaje a las películas anteriores", comenta Passmore. "Pero también queríamos crear algo totalmente nuevo. Hay que tener en cuenta la cronología de la historia de John Kramer al plantear la pregunta de si está muerto. Conocemos el pasado de John Kramer, pero esta película se alimenta de las películas Saw anteriores".

Aunque la investigación la dirige el detective Halloran (Callum Keith Rennie), Logan y su ayudante Eleanor (Hannah Emily Anderson) se ponen manos a la obra, para evitar que el juego se cobre la vida de más víctimas. Passmore opina que la tensión que se crea en Saw VIII (tan característica de toda la saga) es lo que hace única a estas películas dentro del género del terror. "Saw maneja muy bien la anticipación", comenta Passmore. "Todo el mundo se enfrenta a su propia cuenta atrás. Logan, Eleanor y Halloran tienen que pensar contrarreloj. ¿Conseguirán su objetivo? ¿Descubrirán al asesino? ¿Saldrán con vida? En mi opinión las mejores películas de terror se centran en la supervivencia, no en la muerte".

Laura Vandervoort interpreta a Anna, una joven madre que se encuentra en una situación terrible. Comenta que cuando le ofrecieron el papel en Saw VIII se sintió como una fan que tiene la oportunidad de trabajar en una de sus películas favoritas. "Siempre me han gustado los filmes de terror y los thriller", apunta Vandervoort. "Quedo con mis amigas para ver pelis de miedo, de Hitchcock y todas las relacionadas con ese género. Esta es una de mis sagas favoritas, así que cuando me enteré de que iban a rodar Saw VIII, estaba como loca por participar".

Aunque conseguir un papel en una producción de la saga Saw es una gran oportunidad, la naturaleza de estas películas supone que el reparto no sabe a qué va a exponerse. (Hay tanto secretismo que se utilizan títulos falsos. Por ejemplo, en los primeros borradores de Saw VIII se leía únicamente "Party Invite".) Según el productor Oren Koules, "Cuando contactamos con los actores, no siempre les enviamos el guion completo. A veces solo ven las frases de su personaje. O las primeras ochenta páginas. Casi nunca enviamos el final. Ese tipo de sorpresas son las que llevan todo el peso de la película, si salieran a la luz, estropearían toda la experiencia de ir al cine. En ocasiones los actores nos preguntan si su personaje va a sobrevivir, si es bueno, o malo. Ahí está la gracia de estas películas".


Cómo mejorar la trampa
No sería una película de Saw sin escenarios agobiantes y terroríficos ni trampas que asombrarán y horripilarán a los espectadores a partes iguales. Saw VIII juega en la misma liga que las anteriores: desde una habitación aparentemente normal que no tarda en convertirse en un infierno hasta un establo reconvertido en un juego despiadado, pasando por un escalofriante mecanismo en forma de espiral. Los directores Peter y Michael Spierig, el director de fotografía Ben Nott y el diseñador de producción Tony Crowley sabían que no sería fácil dar cuerpo al terror que planteaban en la película.

"Siempre que podemos nos gusta hacer las cosas de forma práctica", comenta Michael Spierig. "Nos gusta trabajar con efectos y escenarios reales, sin tirar demasiado de efectos por ordenador. También queríamos mantener la tradición de las películas anteriores. Añade un plus de dificultad rodar así, pero cuando ves el resultado en la gran pantalla, impresiona. Lo hemos construido todo, y creo que a los fans les va a gustar".

"Los escenarios siempre son impresionantes en las películas de Saw", afirma el productor Mark Burg. El establo, con la zona de carga, el silo y la sala de ordeño, ya nos da una idea de que Saw VIII recoge el testigo de la saga, pero añade un toque nuevo. "Queríamos meter un toque rural, para alejarnos del rollo industrial que se había usado antes, pero tampoco queríamos que pareciera una copia de La matanza de Texas. Este no es un establo familiar, sino uno que se utilizó antaño y ahora se ha adaptado para darle un uso bien diferente".

"Lo más divertido fue diseñar la trampa con forma de espiral que es una especie de cono enorme hueco con una hoja curva inspirado en el aparato ese de cocina que sirve para hacer espaguetis de verduras", dice el diseñador de producción Anthony Crowley. "Está genial tener uno de esos para comer sano. Pero cuando te enfrentas a uno de más de 3,5 metros, la cosa ya no tiene tanta gracia", bromea Crowley.

Por una parte tenía que dar mucha impresión al verlo desde fuera, pero por otra tenía que ser lo suficientemente grande como para que cupiera un actor. Decidieron utilizar hojas rojas como guiño a los círculos concéntricos del muñeco de Billy de Jigsaw, pero al coger velocidad se encontraron con la complicación de evitar que parecieran una mancha roja. "Tuvimos que colaborar con un montón de departamentos, desde especialistas a efectos especiales, pasando por efectos visuales y de cámara", comenta Crowley. "Huelga decir que no es un jueguecito barato. Pero nos lo pasamos en grande. El equipo de efectos especiales se lo pasó genial diseñándolo. Ha sido divertidísimo porque hemos tenido que construirlo todo de cero".

"Cuando Saw VIII llegue a los cines, los fans se van a encontrar con todo lo que esperan de una película de Saw", comenta el productor Oren Koules. "De nuevos les brindamos la oportunidad de imaginarse en las situaciones más infernales, plantearse cómo las gestionarían y luego dejarse llevar por esa montaña rusa de emociones y terror hasta descubrir quién sobrevive a todas las sorpresas que se encontrarán por el camino. Cuando encajen la última pieza del puzle se darán cuenta de que no hay mejor giro que un giro de la saga Saw".

"La verdad es que hay sustos, hay lugares horribles y trampas que no le desearías ni a tu peor enemigo", comenta Koules. "Esta entrega no se parece a ninguna de las anteriores de Saw. Y eso es mucho decir, porque la propia saga Saw se ha convertido en un género en sí misma. A pesar de las diferencias, creo que hemos sido fieles a la esencia de estas películas".