CALL ME BY YOUR NAME es un cuento sensual y trascendental sobre el primer amor. Está basada en la aclamada novela de André Aciman.
Manifiesto del director
Me gusta pensar que CALL ME BY YOUR NAME cierra una trilogía de películas basadas en el deseo, junto a Yo Soy el Amor y Cegados Por el Sol.
Mientras en las anteriores el deseo conducía a la posesión, el remordimiento, el desprecio o la necesidad de liberación, en CALL ME BY YOUR NAME queríamos explorar un idilio de juventud. Elio, Oliver y Marzia se ven enredados en una preciosa confusión que Truman Capote una vez describiría diciendo: "El amor, al no entender de geografía, no conoce fronteras".
CALL ME BY YOUR NAME es también un homenaje a los padres de mi vida, el de sangre y los cinematográficos: Renoir, Rivette, Rohmer, Bertolucci…
Sobre la producción
CALL ME BY YOUR NAME es una película cuya intención es que la audiencia se sienta como bañada por la luz del sol. Evoca vívidamente la sensación de un verano italiano, lleno de vueltas en bicicleta, baños de medianoche, música y arte, exquisitas comidas bajo el sol y el excitante despertar pasional de un chico de 17 años. Cuando Elio (Timothée Chamalet) se enamora perdidamente de Oliver (Armie Hammer), el carismático posgraduado que se está quedando en la villa de sus padres en el norte de Italia, desencadena una experiencia que unirá a los dos para siempre. "No quería que CALL ME BY YOUR NAME se percibiese como una obra hiperintelectualizada" dice el director Luca Guadagnino, "sino más bien como una tierna historia de amor que inspire a la audiencia. Quiero que sea como una caja de chocolates".
La película está basada en la aclamada primera novela de André Aciman, que escribió en tres vertiginosos meses. "No he escrito más rápido en mi vida", dice Aciman. "Era como si estuviese enamorado. La escritura me llevó a sitios a los que nunca me hubiese atrevido a ir. Hay partes del libro que digo ‘¡No me creo que haya escrito esto!’ Pero lo hice. De alguna forma es como si me lo dictasen".
Cuando el libro se publicó en 2007, fue rápidamente proclamado como un clásico moderno de la literatura sobre el primer amor, y alabado por su erotismo (la crítica del New York Times abrió diciendo "Es una novela caliente") y por el gran impacto emocional que tuvo en los lectores. Los productores Peter Spears y Howard Rosenman leyeron la novela de forma independiente, y en 2008 unieron fuerzas para producirla. "Creo que la novela evoca de una manera que muy pocos libros han conseguido la sensualidad, sexualidad, erotismo y ansiedad que causan el primer amor" dice Rosenman. La novela fue rápidamente acogida por la comunidad LGTB y se ha convertido en un clásico de la literatura homosexual, aunque también ha trascendido fronteras. "Toca la fibra sensible de casi cualquiera que la haya leído por su planteamiento del primer amor, la obsesión y el dolor, sin importar su género u orientación sexual" dice Spears.
Spears contactó con su viejo amigo, el guionista, director y productor Luca Guadagnino, aunque este estaba ocupado con otros proyectos y sólo pudo comprometerse a colaborar como productor a través de su compañía Frenesy Films. Pasaron los años y Spears y Rosenman intentaron llevar a cabo el proyecto con varios directores y distintos repartos.
En 2014 se sumó el legendario guionista y director James Ivory (Regreso a Howards End) para escribir un nuevo guion y colaborar como productor adicional. Uno de los cambios que Ivory hizo respecto a la novela fue pulir la profesión del padre. "Era un investigador clásico, pero no puedes grabar a alguien que simplemente está pensando o escribiendo" dice Ivory. "Así que pasó a ser un historiador de arte o arqueólogo". La novela es una pieza basada en el recuerdo (Aciman es un célebre conocedor de Proust), contada desde el punto de vista de Elio, pero en la adaptación quisieron ambientarla en la actualidad. "Queríamos reflejar la esencia del libro, pero eso no significa que tuviese que ser literal" dice Guadagnino. "Tuvimos que cambiar algunas cosas". Mientras que en el guion original de Ivory había alguna narración, todas se acabaron eliminando en la versión final de la película.
A medida que se acercaba el verano había cada vez más posibilidades de que se empezase la producción, pero de repente la agenda de algún actor o director cambiaba y los productores no tenían el lujo de poder posponerlo todo para el otoño o invierno. "Había solamente un momento del año en el que podíamos rodar, y si se pasaba el momento teníamos que esperar al año siguiente para poder arrancar" dice Spears. Finalmente, después de nueve años, Guadagnino rascó un par de meses antes de rodar Suspiria para poder dirigir la película él mismo en el verano de 2016.
Mientras que la novela está ambientada en Liguria, en la Riviera Italiana, Guadagnino movió la localización lejos de la costa a la ciudad de Crema en Lombardía, donde él vive. Al conocer de una forma tan íntima el paisaje y el estilo de vida, sintió que la esencia de la familia Perlman saldría beneficiada, siendo estos intelectuales que exponen a su hijo al mundo de la literatura, música y arte a lo largo de los veranos en un entorno idílico. "Los Perlman están realmente inmersos en la vida de campo, en el sentimiento de formar parte de la naturaleza" dice. "Son como la tierra, los árboles, las vacas, como la hierba y el agua que fluye. Son parte de un todo. Y ellos aman y respetan la tradición del ciclo de las estaciones" dice Amira Casar, que interpreta a Annella Perlman. "Lo que encuentro más cautivador de estos políglotas, es que aunque aman la tradición y el pasado, también son tremendamente modernos. Aunque le transmiten a Elio un marcado gusto por los clásicos en este Jardín del Edén, al mismo tiempo le animan a que salga y experimente y viva su vida. La mayoría de los padres tienden a poner riendas a sus hijos, en cambio ellos le dicen, '¡Sal ahí fuera! Vivir la vida es un regalo. Vive al máximo'. Creo que Annella y su marido son unos adelantados a su tiempo, extremadamente tolerantes y permisivos".
Rodar cerca de casa añadió confort e hizo todo el proceso de la producción más fácil, pero no sólo a él. "Quería ser indulgente y disfrutar del lujo de dormir en mi propia cama", pero para él y todo el equipo de producción. Casi todas las localizaciones de la película están en la inmediaciones de Crema, y las que no, están a hora y media en coche, como el Lago de Garda (el área arqueológica) o Bérgamo (donde Elio y Oliver van de viaje). La localización principal de la residencia de los Perlman es una casa familiar deshabitada de Moscazzano, a pocos minutos de Crema. Seis semanas antes de que comenzase la producción, el equipo, incluyendo al creador de decorados Violante Visconti (nieta de Luchino), fueron adaptando el lugar con todo tipo de muebles, objetos y la decoración que la familia Perlman podrían haber acumulado a lo largo de los años. Como ya viene siendo una constante en las películas de Guadagnino, la casa se acabó convirtiendo en un personaje igual de importante que el resto de los actores, desbordando la esencia de la vida real. "De vez en cuando aparecía algo de la propia casa de Luca" dice Spears. "Un plato o un cuenco, cualquier cosa que supiese que añadiría a la escena más verosimilitud". Un cambio con respecto a la novela fue la "piscina" de Elio y Oliver, un abrevadero para el ganado común de la zona.
A medida que se iba terminando de decorar la casa de los Perlman, los actores fueron llegando a Crema, donde alquilaron apartamentos, se conocieron y empezaron a ensayar sus papeles. Timothée Chamalet, el que tenía más trabajo de todos, llegó cinco semanas antes. "Tal cual aterricé empecé con las clases de italiano, piano y guitarra todos los días durante una hora y media cada una e iba al gimnasio tres días a la semana" dice Chalamet. Aunque el actor ya había estudiado piano durante seis años y guitarra durante uno, estuvo perfeccionando la técnica con el compositor Roberto Solci para alcanzar el nivel de virtuoso de Elio. Aunque el actor neoyorquino pasó los veranos de su infancia en la casa de su abuela en Le Chambon-sur-Lignon, Francia, y por tanto tenía una idea de cómo la vida en una ciudad pequeña europea sería, sabía que la versión italiana de los 80 sería distinta. Tuvo la oportunidad de entablar amistad con varios jóvenes de Crema que no sabían que era actor, y buscó consejo en Guadagnino sobre la época. Mientras que Chalamet habla francés con soltura y entiende algo de italiano, nunca había recibido clases de italiano antes de llegar a Crema. "Junto con el piano, hablar italiano era crucial para mí ya que era el primer idioma de Elio y quería acercarme los máximo posible a cómo era él" dice Chalamet.
Hammer llegó poco después de eso, y Chalamet fue una de las primeras personas que conoció. "Escuché a alguien tocar el piano. Me dijeron que era Timmy practicando y dije, ‘¡Quiero conocerle!’". Los dos actores se hicieron inseparables en las semanas antes del rodaje. "Montamos en bici, escuchamos música, hablamos, comimos y pasamos mucho tiempo en los mismos sitios en los que se nos ve en la película" dice Hammer. Después de comenzar a rodar, los dos ensayaban sus escenas todas las noches. La intimidad y la química que es tan evidente en la pantalla parte de la cercanía que desarrollaron en la vida real.
Una gran parte de la película se centra en la infinidad de avances y retrocesos en la relación entre Elio y Oliver hasta que finalmente se convierte en carnal. Esa anticipación estresante en el desarrollo es característico en las películas de Guadagnino. "Me gusta elaborar la trama poco a poco" explica Guadagnino. "Es un juego universal que todo el mundo entiende, el del gato y el ratón, ese ir y venir que ocurre con las personas que se sienten atraídas pero que recelan y están inseguras de si la otra persona se siente atraída de la misma forma. También tienen dudas por el momento y el lugar en el que se desarrolla todo, ya que no se ve con buenos ojos tener una relación íntima" dice Chalamet. Para el productor Spears, el ritmo medido de Guadagnino es la clave para involucrarse con todos los sentidos. "Hay una tendencia en Estados Unidos, ya sea en cine o televisión, de adelantar el desenlace. Pero Luca baja el ritmo para hacerte experimentarlo todo, el olor, el sonido, el tacto, el sabor. Cuando realmente conectas con todas esas cosas, vas a sentirlo de verdad y entonces seguro que no lo olvidas nunca".
Un buen ejemplo de esta aproximación de Guadagnino es la escena en la que Elio y Oliver paran a beber agua mientras dan una vuelta en bicicleta. Ya que no tiene ningún propósito narrativo, es el tipo de secuencia que otro director hubiese eliminado. "Esta es una de nuestras escenas favoritas" admite el director y viejo colaborador de Guadagnino Walter Fasano. "En primer lugar porque evoca el típico verano de los 80, fácil, tranquilo y perezoso. Y en segundo lugar porque nos recuerda a Novecento (1900) de Bertolucci, que fue rodada en la misma zona. Obviamente cuando estás tratando con estas cosas hay que tener mucho cuidado de no ser autoindulgente, porque puede ocurrir. Al mismo tiempo, cuando corres te pierdes cosas".
Todos los actores estuvieron viviendo en Crema y por tanto tuvieron la oportunidad de absorber sus encantos únicos y los ritmos de la vida en una ciudad lombarda pequeña. "Hay tal paz ahí que una persona que vive en una zona metropolitana como yo apenas experimenta nunca" dice Michael Stuhlbarg, quien interpreta al Sr. Perlman. "Es básicamente peatonal ya que no hay casi ningún coche en la ciudad. Te hechiza de una forma muy especial". Guadagnino a menudo invitaba al equipo a su casa, donde cocinaba platos elaborados y proyectaba películas. "Luca es un gran cocinero, y compartimos deliciosos banquetes" dice Casar. "Nos unió a todos. Los actores podemos tener miedo y aprehensión cuando se aproxima el momento de actuar, pero Luca creó una atmósfera de confianza y placer entre nosotros para que pudiésemos conectar realmente con esa intimidad, y dejar que los sentidos fluyesen cuando hiciésemos las escenas". Para Hammer "Luca fue capaz de introducir un elemento de La Dolce Vita que ya no existe en Italia. Poder participar en la película, estando con todas esas personas de las que honestamente me enamoré, fue para mí una analogía perfecta de la historia de la película. Cuando miro atrás lo recuerdo como un affaire con la película".
Fasano está convencido de que mover la producción cerca de la casa de Guadagnino fue algo vital para que la película saliese así. "Montó un entorno en el que estaba muy cómodo, de ese modo pudo dedicar todo su tiempo a los actores y a hacer movimientos simples de cámara" dice Fasano. "Gracias a eso creo que se abrió un abanico de sentimientos y declaraciones de amor que evolucionaron como una expresión muy madura en la película".
Guadagnino considera CALL ME BY YOUR NAME como la última parte de una trilogía que comenzó con Yo Soy el Amor y Cegados Por el Sol. "Lo que une a estas tres producciones es el descubrimiento del deseo" aclara. "Ya sea un estallido de deseo por otra persona y el descubrimiento de que eres el objeto de deseo de otra persona. En esta película, Elio se da cuenta de que hay algo dentro de él algo que no sabe como manejar pero que quiere descubrir de alguna forma". Mientras que la búsqueda del deseo en las otras cintas desencadena inesperadamente en acontecimientos oscuros, en esta se dan otros de esperanza y profundidad. "CALL ME BY YOUR NAME es el precioso descubrimiento de cómo cambias cuando amas a alguien de forma positiva" explica Guadagnino. "Elio no necesariamente acaba más feliz, pues hay mucho dolor involucrado. Pero no obstante es más sabio y mucho mejor tras haber pasado por ello" dice Chalamet. Spears piensa que "hay una profunda conexión entre estás dos personas que dará color a sus vidas para siempre. Igual es por eso que esta historia resuena con más profundidad. La gente se da cuenta de que hay una conexión que va más allá de un amor de verano, los dos están obsesionados por el recuerdo del otro".
Las tres películas de Guadagnino están ambientas unos años antes de que se hiciesen. Yo Soy el Amor se rodó en 2008 pero se desarrolla en 2001. Cegados Por el Amor se hizo en 2016 y se ambienta en 1983. "Nunca he hecho una película histórica, pero me gusta la idea de tomar un poco de distancia en el tiempo para dar perspectiva" dice Guadagnino. "En este caso, trata sobre un momento en la vida italiana del que tengo grandes recuerdos". "El hecho de que sabes que todo ocurre en 1983 le da a la cinta un toque melancólico. Introducir el elemento espaciotemporal es fundamental en la esencia de la película pues sientes que lo que estás viendo puede que nunca se repita pero que puede que tenga consecuencias de por vida".
Guadagnino y el director de fotografía, Sayombhu Mukdeeprom (Tío Boonmee Recuerda sus Vidas Pasadas), rodaron CALL ME BY YOUR NAME en película y con una sola lente de 35mm. "Me gustan los límites" admite Guadagnino. "Creo que es importante saber con qué límites trabajas y encontrar un lenguaje con esos límites. Me impuse el límite específico de trabajar con una lente porque no quería que la tecnología interfiriese con el flujo emocional de la película. Quería que estuviésemos concentrados en la historia, en los personajes y en el fluir de la vida". Guadagnino había trabajado antes con Mukdeeprom como productor de la cinta de Ferdinando Cito Filomarino Antonia. "Sayombhu tiene una sensibilidad especial con la naturaleza y al mismo tiempo es un escultor de la luz" dice Guadagnino. "También admiro su forma de ser. Es una persona que trae una calma y espiritualidad increíble al rodaje".
Mientas que la composición de los actores en la escena fue intencionadamente simple, siempre fue considerada con cuidado. "Queríamos plasmar los movimientos del corazón de los personajes, no sólo a través de sus caras, sino también por la forma en que sus cuerpos se desplazan por el espacio" aclara Guadagnino. Para Casar "Luca tiene una idea muy precisa de la coreografía, pero dentro de esa estructura deja a los actores una libertad inmensa". Una vez la cámara está en su sitio Guadagnino deja a los actores improvisar. "Tim resultó ser maravillosamente impredecible" recuerda Stuhlbarg. "Era muy distinto cada vez que hacía algo. Nunca sabías que iba a pasar y eso es algo muy divertido de ver". Un buen ejemplo de esto es la impactante última escena. "Hay tres tomas de esto radicalmente distintas" dice Chamalet. "Estoy muy contento con la que Luca eligió ya que me parece la más honesta con lo que Elio está pasando en ese momento".
Mientras sus películas son aclamadas por su erotismo, Guadagnino no usa la sexualidad de forma gratuita. "El sexo en la gran pantalla puede ser muy aburrido de ver" dice. "En general, me interesa si la forma de hacer el amor es una vía para investigar el comportamiento y cómo este comportamiento se refleja en los personajes. Pero si sólo es una representación de un acto entonces no me interesa". "Cuando se les ve a Elio y Oliver besarse por primera vez, o la primera vez que realmente hacen el amor, la secuencia dura un buen rato. Se puede sentir la torpeza y la tensión física de tal forma que si hubiese un millón de cortes se perdería" dice Chamalet. "Creo que muchas escenas de sexo se centran en averiguar que ángulo queda mejor. Pero en esta película lo que se ve es a dos personas explorando sus cuerpos con ansia. Y creo que parece muy natural, como la primera vez que tienes un encuentro sexual con alguien, hay incertidumbre, desconocimiento, todas esas cosas que vas descubriendo a medida que avanzas" dice Hammer.
La famosa escena del melocotón de la novela muestra cómo el erotismo es utilizado en la película para reflejar la vida interior de los personajes. "En esa escena, Elio experimenta la combinación del deseo por Oliver con el conocido fenómeno de no saber cómo canalizar ese excedente de energía sexual cuando tienes 16, 17 ó 18 años" dice Chamalet. "Pero cuando llega Oliver, el peso de verle marcharse lo que podría ser para siempre golpea a Elio por primera vez, sumado a la vergüenza de haber sido sorprendido en un acto casi salvaje. Creo que la combinación de esos dos sentimientos puede llegar a ser tremendamente sobrecogedor". Este torbellino de emociones acaban en conflicto entre los dos cuando Oliver jugando intenta comerse el melocotón. "Cuando Elio se pone emotivo es el momento en el que Oliver se da cuenta de que han cruzado una línea que no sabía que existía" aclara Hammer. "Entonces, en vez de ser dominante, es el momento de calmarse. Esto no va sólo sobre él, tiene que ser bueno para los dos, y se convierte en un momento muy tierno en el que los dos acaban entendiéndose".
La música es vital en las películas de Guadagnino, aunque normalmente no colabora con compositores, sino que hace una selección de temas ya existentes, como cuando utilizó el trabajo del compositor de música clásica americano John Adams para la banda sonora de Yo Soy el Amor. Mientras que la banda sonora de CALL ME BY YOUR NAME es una recopilación de canciones de varios artistas, Guadagnino decidió pedirle al cantante y compositor americano Sufjan Stevens que crease un tema específico para la película. "Sufjan es un artista que admiro profundamente. Su voz es angelical y fantástica, y sus letras ingeniosas y profundas y llenas de melancolía y belleza. Su música es muy evocadora. Todos estos elementos son los que había imaginado para la película". Aunque Guadagnino sabía que Stevens nunca antes había colaborado en una película, le contactó. Stevens leyó el libro, tuvieron una larga conversación, y el resultado es que escribió no sólo una canción para la película sino dos, "Mystery of Love" (que se oye en el autobús durante la excursión que que hacen Elio y Oliver a la cascada) y "Visions of Gideon" (la canción de los créditos). Cuando las canciones de Stevens llegaron unos días antes de que se empezase a rodar, Guadagnino invitó a Chamalet, Hammer y al editor Fasano a que las escuchasen en su casa. "Fue mágico" dice Fasano. "Un momento maravilloso". Stevens también adaptó una de sus canciones anteriores, "Futile Devices". "Creo que las canciones de Sufjan añaden un personaje más a la película" dice Guadagnino. "Son como una narración sin narrador".
La banda sonora de CALL ME BY YOUR NAME también incluye canciones de John Adams (secuencia de títulos y descubrimiento de la estatua), así como piezas de Ryuichi Sakamoto, Satie, Ravel y el "Capriccio Sopre la Lontananza de il Fratro Dilettissimo" de Bach, que Timothée Chamalet toca en directo en guitarra y piano. Como la película está ambientada en los 80, Guadagnino eligió muchas canciones pop italianas de la radio de ese periodo (como "Lay Lady Lay" de Giorgio Moroder), pero particularmente el himno "Love My Way" de Psychedelic Furs, con la que Oliver baila enérgicamente en la discoteca de Crema y más tarde suena en la radio de un coche en Bérgamo. "Me encanta Psychedelic Furs" dice Guadagnino. "Es algo autobiográfico, ya que recuerdo escuchar esa canción cuando tenía 17 años y que me causase una gran impresión. Quería rendir homenaje a mi yo de entonces".
Es reseñable que, mientras CALL ME BY YOUR NAME es una adaptación literaria, en mucha parte de la película no se habla. Había escenas con mucho texto que se descartaron cuando Guadagnino sintió que eran innecesarias. "Creo que, en general," dice Stuhlbarg, "una de las cosas más bonitas de contar historias es que las palabras son parte de lo que ocurre, pero no necesariamente de lo que ocurre por detrás. Creo que esta película celebra el subtexto. Mucho puede ser deducido sólo con mirar. Puede incluso que nos cuente todo lo que necesitamos saber sobre una escena".
Incluso cuando Elio le declara su amor a Oliver utiliza lenguaje indirecto. "Quería que la confesión de Elio se mantuviese ambigua para que tuviese una excusa en caso de que le rechazasen" dice Aciman. "Me identifico con el conflicto que Elio sentía. ¿Cómo se puede hablar de esta manera y aún así mantener la dignidad intacta?" El dilema de Elio se sugiere anteriormente con la historia que Annella lee de El Heptamerón de Margarita de Angulema del s. XVI hablando del conflicto del caballero cuando dice "¿Es mejor hablar o morir?" "Creo que Elio está cansado de medir tanto sus palabras y prefiere ser sincero, aunque exponerse a alguien de esa forma sea de lo que más intimide. Creo que tanto en la vida real como en la película puedes encontrar argumentos para hacerlo o no" dice Chamalet. "No es necesariamente hablar o morir, es lo que ocurre el resto de tu vida después de ese momento en el que tenías la opción de hablar o morir. Creo que la muerte es claramente metafórica. Si no te impones y dices lo que sientes, lo que quieres y quién eres, entonces igual una parte dentro de ti muere" opina Hammer.
Uno de los momentos más bonitos del libro y de la película es la tierna conversación que el Sr. Perlman tiene con Elio cerca del final, donde le ofrece su amor y apoyo incondicional. "La mayoría de personas gais no tienen ese tipo de padre" dice el productor Howard Rosenman. "La idea de un hombre así, queriendo y abrazando a su hijo diciéndole que atesore el momento, es extraordinaria. Es casi como una fantasía, pero es potente y real por la forma en la que Michael Stuhlbarg lo interpreta". "Vi un ‘meme’ en algún sitio, ‘Sé la persona que necesitabas cuando eras más joven’. He mantenido eso conmigo y me da la impresión de que Luca y yo, de múltiples maneras desde el principio, hemos hecho la película que necesitábamos y no existía cuando éramos más jóvenes" confiesa Spears.
De hecho, el personaje de el Sr. Perlman está basado en el propio padre de Aciman. "Mi padre era una persona muy abierta que no tenía ninguna inhibición en temas de sexualidad" dice Aciman. "Era un hombre con el que siempre podías tener una conversación del tema que quisieses como el sexo. Así que no iba a escribir la típica charla como ‘todo el mundo pasa por esto’ o ‘deberías ir a ver a un psicólogo’, o la polémica actitud paterna rutinaria, más que nada porque ese no es el padre que conocí. Mi padre hubiese dicho exactamente lo que el padre dice en el libro y la película". "Lo que fue un momento catártico y revelador para mí en la escena con Michael fue la sensación de que el sufrimiento no es una cosa mala. De hecho el sufrimiento se tiene que alimentar y cuidar, y si lo ignoras o en palabras del Sr. Perlman, lo intentas desgarrar fuera de ti, entonces vas a arrancar todo lo bueno que venía con él. Obviamente va a haber desilusión y dolor, pero para poder alcanzar bienestar otra vez y reflexionar en lo bueno que ha pasado de una forma positiva, tienes que ser amable contigo mismo. No mates el dolor y todo lo bueno que venía con él" dice Chamalet.
"Si tienes la suerte de sentir algo profundo, aunque duela, no lo ignores" dice Stuhlbarg. "Menudo desperdicio sentir algo tan bonito y luego hacer como si no hubiese ocurrido".