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  Una razón para vivir  (Breathe)
  Dirigida por Andy Serkis
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Andy Serkis (War for the Planet of the Apes Star Wars: The Force Awakens) hace su debut con UNA RAZÓN PARA VIVIR. Basada en el guión del escritor que ha sido nominado al premio de la Academia dos veces, William Nicholson (Everest, Les Misérables y Gladiator), UNA RAZÓN PARA VIVIR es una verdadera e inspiradora historia de amor sin límites.

La película está producida por Jonathan Cavendish (Bridget Jones's Diary) para The Imaginarium y financiada por Silver Reel, BBC Films y el BFI, negociada a través de Embankment Films.

En 1957, Robin Cavendish, un joven inglés, elegante y carismático, conoce a una hermosa mujer llamada Diana Blacker y rápidamente decide casarse con ella. Lleva a su nueva esposa a Kenia, donde trabaja como corredor de té. Sin embargo, en cuestión de meses es golpeado por una poliomielitis que lo deja completamente paralizado desde el cuello hacia abajo y dependiente de un respirador artificial.

Robin quiere vivir en el mundo exterior antes que en una cama de hospital, y Diana decide ayudarlo a cumplir su deseo. Contra todos los consejos médicos, Robin abandona el hospital y se moviliza en una notable silla de ruedas con un respirador incorporado, desarrollada por su amigo, el profesor Teddy Hall.

Con este acto de desafío, Robin ya es un pionero, pero incluso va más allá, emprende una cruzada para que otras personas gravemente discapacitadas puedan acceder al tipo de movilidad que él logró conseguir para sí mismo. Confundiendo a los médicos expertos simplemente por el hecho de sobrevivir, lucha incansablemente por los derechos de los discapacitados, con su amada Diana siempre a su lado.

Una razón para vivir es una tierna historia de amor acerca de dos personas fuertes e ingeniosas cuya existencia es sacudida por un revés devastador, pero que juntos optan por luchar y vivir una vida llena de amor, risas y alegría.


La producción: El origen
Jonathan Cavendish siempre creyó que la historia de vida de su padre sería un material impactante para una película cautivante. Robin Cavendish había sido un pionero, una figura notable y exuberante. Cerca de los 30 años, le diagnosticaron polio y quedó paralizado desde el cuello hacia abajo. Totalmente dependiente de un respirador artificial, le esperaba una vida confinada a una cama de hospital. Sin embargo, se negó a aceptar aquel destino y, con la ayuda de su esposa Diana y de sus ingeniosos amigos, encontró una manera de vivir su vida en el mundo exterior, fuera del hospital.

Con la ayuda del inconformista profesor de Oxford Teddy Hall, diseñó una silla de ruedas revolucionaria con un respirador incorporado. Con el apoyo extraordinario de su esposa Diana, Robin se convirtió en un célebre activista por los discapacitados, y dedicó su vida a luchar por la calidad de vida de las personas paralizadas.

El plan de Jonathan de hacer una película sobre sus padres tomó forma concreta cuando fue al cine a ver Shadowlands, de William Nicholson. "Me pareció una obra muy buena y, a su vez, tenía una voz y un tono que me resultó familiar, y que iría perfectamente con una película sobre mis padres y su vida. Resumía la subestimación y la complejidad emocional británica".


El director
Andy Serkis tenía sus razones personales para querer dirigir Una razón para vivir: "En mi vida he estado muy vinculado al mundo de las personas con discapacidad", observa. "Mi madre cuando era joven enseñaba a niños discapacitados. Jonathan había visto la película Sex & Drugs & Rock & Roll, en la que yo interpreté al cantante Ian Dury que, por supuesto era sabido que padecía polio, y le había encantado. Además, mi hermana padece de esclerosis múltiple. Está en silla de ruedas, y ya hace 10 años que está en ese estado. Mi papá era médico, así que crecí rodeado de muchas cuestiones médicas. A raíz de las alumnas mi madre yo sabía mucho de la polio, la espina bífida, la talidomida, todas esas enfermedades más antiguas".

Le dije a Jonathan, "Lo extraordinario del guión, además de ser la historia de amor más increíble, es que es real y graciosa". También me conmovió el hecho de que Robin y Diana fueran pioneros.

Pensé en ello de esta manera: para mi hermana, incluso ahora, le es difícil trasladarse en una silla de ruedas. Pero en 1960, optar por salir del hospital, donde el riesgo de supervivencia era prácticamente cero, inventar una vida e inventar tecnología que te permitiera sobrevivir –elegir estar a dos minutos de la muerte en todo momento es, en realidad, como una escalada épica.

Yo también soy alpinista y me comparo con lo que Robin hizo con la idea de escalar el monte Everest en su jardín. Y luego las personas que lo imitaron, que abandonaron los hospitales, pero también con esas máquinas, llegaron a ser llamados 'respondedores'. Me encantó esa idea, de que Robin y Diana fueran continuamente innovando.

Jonathan observa, "Cuando Andy y yo empezamos con The Imaginarium, sabía que se convertiría en un gran director. Estaba totalmente convencido de que lo tenía en él. Y cuando me preguntó si lo consideraría como director de la película, coincidimos en que se trataba de una historia sobre el poder del amor para superar todas las dificultades que enfrentaron Robin y Diana. Pero Andy también la consideró una historia sobre gente que hace cosas que nadie había hecho antes, y que las hace a su manera. Aunque yo obviamente había vivido todo eso, no me había dado cuenta de la naturaleza vanguardista de la vida de mis padres".