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  Loving Vincent  Dirigida por Dorota Kobiela, Hugh Welchman
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Premio del Público Festival de Cine de Animación de Annecy 2017
Sección "Anima't" Festival de Cine de Sitges 2017


Introducción
"Loving Vincent" da vida a los cuadros de Vincent Van Gogh en la primera película pintada al oleo que se produce a nivel mundial. Cada uno de los 65.000 fotogramas de esta historia es un cuadro pintado a mano por un pintor profesional aterrizado en los Estudios Loving Vincent de Polonia y Grecia, desde cualquier rincón del mundo, para formar parte de esta producción. Tan sorprendente como sus cuadros fueron su enfermiza vida y su misteriosa muerte.

Ningún artista ha atraído más leyendas que Vincent Van Gogh. Acompañado de etiquetas como mártir, loco o genio, el auténtico Van Gogh se descubre a través de sus cartas y se sigue ocultando con el paso del tiempo en el mito en que se ha convertido su figura. Van Gogh dijo en su última carta: "no podemos expresarnos mejor que a través de nuestros cuadros". En esta película le tomamos la palabra y dejamos que sean ellos los que nos cuenten la verdadera historia de Vincent Van Gogh.

"Loving Vincent" fue rodada inicialmente con actores y, posteriormente, pintada a mano en lienzos fotograma a fotograma. El resultado final es la interacción de la interpretación de los actores representando famosos cuadros pintados por Van Gogh. La animación de estas representaciones pintadas hace que los personajes se integren perfectamente en el cuadro obteniendo un resultado final de una sorprendente belleza visual.

Entre los actores que dan vida a los cuadros de Van Gogh encontramos a Douglas Booth (Noé, de Darren Aronofsky; The Riot Club de Lone Scherfig; El Destino de Júpiter, de Lana y Lilly Wachowski), Eleanor Tomlinson (Jack el Cazagigantes, de Bryan Singer; Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton; El Ilusionista de Neil Burger), Jerome Flynn (Juego de Tronos), Saoirse Ronan (Brooklin, de John Crowley; Expiación, más allá de la pasión, de Joe Wright; The Lovely Bones, de Peter Jackson) y Chris O´Dowd (Thor, el Mundo Oscuro, de Alan Taylor; Calvary, de Jack Brennan; El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares, de Tim Burton).


Animación de los cuadros
Todos los personajes de la película están interpretados por actores que trabajaron en sets construidos con la apariencia real de los cuadros de Van Gogh o en cromas que recreaban después del rodaje los cuadros del pintor mediante técnicas de animación por ordenador. El rodaje real con los actores se hizo en estudios de Londres y de Polonia y sirvió de base para la posterior animación de la película.

El cine y la pintura son dos artes muy diferentes. La pintura plasma un momento concreto en el tiempo, sin embargo, el cine es fluido y se mueve en el espacio y el tiempo. Por tanto, antes y durante el rodaje con los actores, el equipo de diseño estuvo un año intentando imaginarse los cuadros de Van Gogh en medio de la película. En ella hay 94 cuadros con un aspecto muy cercano al original y otros 31 con una representación parcial de algunas de las pinturas.

Los cuadros de Van Gogh tienen distintas formas y tamaños así que los diseñadores tuvieron que pensar la mejor forma de insertarlos en los encuadres. Esto requería salirse un poco de los marcos establecidos en los originales pero manteniendo toda su esencia. También tuvieron que pensar en las denominadas "invasiones" que tenían lugar cuando un personaje pintado con un determinado estilo se movía para meterse en otro cuadro con un estilo diferente. En algunas ocasiones, porque la historia lo requería, tuvimos incluso que cambiar un cuadro que reflejaba una escena diurna a una representación nocturna, o de otoño e invierno a otras estaciones.

El equipo de diseñadores se especializó en crear retratos fieles a los actores de tal manera que mantenían en la pintura todas sus facciones y características a la misma vez que eran reconocibles en aspecto a los personajes en su forma pintada. Los animadores empezaron a trabajar con una base de 377 pinturas creadas por el equipo de diseñadores y pintaron el primer fotograma de cada toma en un lienzo. Después lo animaban hasta terminar el proceso en el último fotograma de la toma.


Entrevista con la directora Dorota Kobiela
Graduada en la Academia Artística de Varsovia, Dorota Kobiela descubrió la animación y el cine a través de amistades e inmediatamente se lanzó a aprender estas disciplinas en la Escuela de Cine de Varsovia. Ha dirigido un cortometraje de acción real titulado "The Hart in Hand" en 2006 y cinco cortos animados: "The Letter" (2004), "Mr Bear" (2005). "Chopin´s Drawings" (2011) y "Little Postman" (2011). Para su sexto corto animado "Loving Vincent", Dorota se propuso combinar su pasión por la pintura y por el cine e intentó pintar toda la película ella sola. Pero el proyecto se vio convertido en un largometraje por lo que la tarea de escribirlo y dirigirlo eran lo suficientemente complejos y tuvo que contentarse con dirigir a un equipo de 125 pintores. "Loving Vincent" es su debut en el largometraje.

P: ¿Cómo surgió la idea de hacer "Loving Vincent"?
R: Decidí que quería unir mis dos pasiones, la pintura y el cine, y hacer una película que estuviera pintada. Tenía 30 años cuando pensé en "Loving Vincent" por primera vez, la misma edad que tenía Van Gogh cuando empezó a pintar. Más que sus cuadros, que me encantan, fue el tipo de vida que tuvo lo que verdaderamente me inspiró. He luchado contra la depresión toda mi vida así que me inspiraba la fortaleza de Van Gogh para recuperarse de situaciones similares en su vida con tan solo veinte años y encontrando, a través de la pintura, una forma de traer belleza al mundo. Sus cartas me ayudaron mucho en un momento bajo de mi vida y me animaron a hacer esta película.

P: ¿Por qué decidiste hacer una película en lugar del corto originalmente planeado?
R: Cuando Hugh Welchman tuvo que hacer una cola de más de tres horas para entrar en una exposición de Van Gogh me convenció de que, al menos, deberíamos echar un vistazo a la idea de que la película funcionara como largometraje. Decidí que sería posible si hiciéramos una serie de entrevistas sobre los cuadros de Van Gogh junto con transiciones animadas que hubiéramos pintado basadas en los cuadros de paisajes del pintor. Así que empecé a escribir el guion en esa dirección y creé una especie de trailer de lo que tenía en mente. La reacción que obtuve de ese trailer me dio confianza para pensar que funcionaria con el público.

P: ¿Qué dificultades encontraste haciendo la película?
R: Lo más difícil fue reescribir el guión como largometraje. Me veía como directora pero no como guionista. Sentía que mi proyecto tenía más en común con las películas documentales así que vi tantas como me fue posible. Escribí el primer borrador en polaco así que después teníamos que traducirlo. Eso fue un proceso costoso que se alargó mucho así que viendo que íbamos a rodar la película en inglés decidí que los siguientes borradores los escribiría directamente en ese idioma. En este punto fue cuando empecé a escribir junto con Hugh que aceptó ser mi co-guionista.

P: ¿Cómo elegiste la parte de la vida de Van Gogh en la que te centrarías?
R: Escribí muchas historias: algunas basadas en su vida, otras partiendo de cuadros concretos, historias de su época en Holanda y de cuando vivió en los barrios bohemios de París. Pero el primer guion real que surgió se centraba en los últimos días de su vida. Además los cuadros de aquella época me gustaban especialmente y el hecho de que pintara a gente con la que tenía un contacto regular al final de su vida también me atraía: el doctor Gachet, su misteriosa hija Marguerite Gachet, a la que pintó tres veces, y la hija del dueño de la posada en la que Van Gogh murió, Adeline Ravoux.

P: ¿Por qué decidiste incluir las escenas de flashback en blanco y negro?
R: Había dos razones principales. En primer lugar pensamos que sería demasiado para el espectador tener en pantalla el color intenso característico de las pinturas de Van Gogh a lo largo de 90 minutos. El hecho de estructurar la película con muchos flashbacks significaba que podíamos introducir estilos muy diferentes en cada una de las secciones. En segundo lugar, no queríamos introducir cuadros de Van Gogh que realmente no existían. La mayor parte de los flashbacks se refieren a momentos de su propia vida que no pintó por lo que si lo hacíamos en el mismo estilo estaríamos haciendo un ejercicio de imaginación de cómo sería si él hubiese pintado esas escenas, lo que creíamos que era alejarnos mucho de su trabajo. La razón por la que elegimos blanco y negro fue porque muchas de nuestras investigaciones nos llevaron a fuentes en blanco y negro como por ejemplo fotografías de la época, y toda esta documentación nos inspiró para los flashbacks.

P: ¿Por qué el título "Loving Vincent"?
R: Varias razones. Este proyecto se ha hecho por puro amor. He trabajado en él 7 años a tiempo completo. Mi amor al trabajo de Van Gogh, a sus cartas y mi respeto a su lucha en la vida me ha sacado adelante estos 7 años. Y no era solo yo la que tenía que amar a Vincent Van Gogh. Nuestro equipo de artistas tenían que pintar los más de 65.000 fotogramas al oleo, tardando hasta 10 días en pintar un segundo de la película. Esto requiere mucho compromiso y mucho respeto por su trabajo. En tercer lugar es una referencia a la forma de firmar las cartas que escribía a su hermano (siempre se despedía como "Your Loving Vincent"). Y lo más importante quizás: la cantidad de gente que hay en todo el mundo que verdaderamente aman a Vincent Van Gogh fue el motivo principal para arriesgarnos a hacer la primera película de la historia completamente pintada. Espero que esta película anime a la gente a descubrir más sobre este pintor, a leer sus cartas y ver sus cuadros en vivo. Espero también que de alguna manera sirva para dar a conocer a Van Gogh a más gente. Creo que se lo merecía. Y, sobre todo, me encantaría que todo el mundo pudiera ser capaz de amar a Van Gogh.


Entrevista con el director Hugh Welchman
Sin conexión previa con el mundo del cine (trabajó como profesor de historia, vendedor de alfombras e incluso pescadero), Hugh Welchman decidió matricularse en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de Londres a raíz de pequeños trabajos en agencias relacionadas con empresas de cine. Su proyecto fin de carrera "Crowstone" ganó el premio Cinefoundation del Festival de Cannes y el premio Sam Mendes Shakespeare Prize. Su primera experiencia profesional en el mundo de la cinematografía fue produciendo cortos para los Monty Pyton. Fue entonces cuando surgió BreakThru Films. En 2008 ganó un Oscar por la primera producción impotante de BreakThru Films: "Peter and the Wolf". La película obtuvo otros premios importantes como la Rosa de Oro y de Cristal del Festival de cine de animación de Annecy. "Peter and the Wolf" fue presentada en el Royal Albert Hall, acompañada en directo por la orquesta Philarmónica de Berlín, en un pase con todas las entradas agotadas. Posteriormente se ha representado en más de 70 salas de conciertos de todo el mundo. Su siguiente película "Magic Piano & the Chopin Shorts" fue presentada en la Ciudad Prohibida de Pekín, junto al pianista Lang Lang, y posteriormente en más de 30 lugares de todo el planeta, siempre acompañada de un solo de piano. Pero Hugh Welchman se enamoró de la pintora y directora polaca Dorota Kobiela y también de su proyecto "Loving Vincent", con el que ha estado trabajando junto a ella desde el principio.

P: ¿Por qué una película sobre Van Gogh?
R: Su popularidad ha ido en aumento desde su muerte y su influencia es a día de hoy mayor que en ninguna otra época. Sus cuadros parecen estar hablando directamente a la gente, incluso a los que no les llama la atención la pintura. A los 28 años era una persona que había fracasado en muchos oficios y fue por esto por lo que empezó a pintar. Diez años después era un genio. En esos años se entregó a un duro trabajo para dejarnos un legado que ha emocionado y reconfortado a gente de todas las épocas. Nuestra sensación era que la historia de Van Gogh solamente se podía contar de una manera adecuada si estaba íntimamente conectada con sus pinturas y, en nuestro caso, usamos la pintura y sus cuadros para montar toda la estructura de la película.

P: ¿Cómo elegisteis qué cuadros representar?
R: Queríamos usar su estilo más maduro así que localizamos la película en Francia. Elegimos retratos de personas cercanas a él en momentos cruciales de aquella época: el cartero Roulin, el doctor Gachet, Margaret Gachet, Adeline Ravoux... junto a interiores y paisajes pertenecientes a esos lugares. Procuramos incluir el mayor número de sus cuadros y al final nos juntamos con 130.

P: ¿Cómo os preparasteis para hacer una película sobre Van Gogh?
R: Leímos más de 40 publicaciones distintas sobre él: biografías, ensayos académicos y trabajos de ficción. A lo largo de cuatro años visitamos 19 museos en 6 países en los que vimos alrededor de 400 de sus cuadros. También vimos las películas de ficción y documental más importantes sobre su vida y entrevistamos a expertos del Museo Van Gogh.

P: ¿Por qué decidisteis rodar con actores reales?
R: Por dos razones: una creativa y otra práctica. La razón creativa era que Van Gogh pintaba a personas reales en sus retratos y quería transmitir la emoción del personaje real. Por ese motivo queríamos tener personas de carne y hueso delante de nosotros y sentir sus emociones. Pero trabajar con personas reales siempre ha sido un gran reto para el mundo de la animación. Por ese motivo, la mayoría de los grandes films de animación son sobre personajes no humanos, o muy simplificados o infantiles. La razón práctica es que al rodar acción real con actores podíamos crear en pocos días un material que en animación nos llevaría meses obtener. Pero no estábamos del todo convencidos de que esta técnica funcionara hasta que no hicimos nuestro trailer inicial. Cuando vimos el resultado de la primera prueba tuvimos claro que teníamos algo.

P: ¿Cuáles fueron los grandes retos del proyecto?
R: Convencer a la gente de que era posible. No fue fácil encontrar colaboradores, la mayoría de los especialistas eran muy cautos para arriesgarse a formar parte de algo tan novedoso. Afortunadamente encontramos a gente valiente que creía en nosotros y que creía que podríamos pintar a mano 65.000 lienzos de 103cm por 60cm. Estábamos, sin lugar a dudas, trabajando en el método cinematográfico más lento jamás ideado por lo que puedo comprender por qué algunas personas tenían sus dudas de que fuéramos capaces de conseguirlo.