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  El taller de escritura  (L'atelier)
  Dirigida por Laurent Cantet
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Los orígenes del proyecto
Todo empezó con un reportaje realizado en 1999 para France 3 en el que había colaborado Robin Campillo, mi coguionista, cuando era montador para televisión. Una novelista inglesa dirigía un taller de escritura en La Ciotat. Era una idea de "Mission Locale" para que una decena de jóvenes escribieran juntos una novela con la única condición de que transcurriera en la ciudad.

Pensamos en la película entonces. La Ciotat aún no se había repuesto de lo que significó el cierre del astillero, oficialmente en 1987-88, aunque muchos obreros lo ocuparon durante años para impedir su cierre definitivo. En el documental, los jóvenes tenían una relación algo nostálgica, pero viva, con la cultura obrera de la ciudad. Se consideraban los herederos de recuerdos que se convirtieron en el tema del libro.

Abandonamos el proyecto. Decidí desempolvarlo diecisiete años después, convencido de que esta historia obrera equivalía a la prehistoria para los jóvenes actuales. Han oído hablar de la lucha de sus padres, desde luego. Viven cerca del astillero, de lo que queda de él, después de ser reconvertido para la reparación de yates. Pero desde que la ciudad decidió transformarse en un complejo turístico costero, ha vuelto la espalda al astillero. No es más que un decorado grandioso que nadie se molesta en mirar.

La película plasma la mutación radical de una sociedad, de una cultura que, empujada por crisis económicas y políticas, ya no se acuerda del mundo tal como era y tal como les gustaría seguir viéndolo a "los viejos". Los jóvenes del taller de escritura dejan claro que no quieren pertenecer a una historia que ya no puede ser la suya. Se enfrentan a problemas totalmente diferentes. Deben encontrar un lugar en un mundo que no les tiene en cuenta, sienten que no controlan lo que pasa a su alrededor, ni siquiera su vida. Están frente a una sociedad violenta, desgarrada por apuestas sociales y políticas de lo más inquietante: precariedad, terrorismo, ascenso de la extrema derecha.


Trabajar con actores jóvenes
Al acabar la primera versión del guion, hicimos un casting "a lo bruto" en centros deportivos, de teatro, salida de institutos, bares... Conocí a varios cientos de jóvenes de la zona entre los que seleccioné a los actores. Posteriormente organicé un "taller" de dos semanas con la idea de alimentar la película con sus experiencias y personalidades. Las escenas se enriquecieron progresivamente. En otras palabras, nunca memorizaron su papel, se metieron en él. Los intercambios que surgieron en ese momento preparatorio modificaron la escritura.

En mis películas siempre intento dar bastante espacio a los personajes para que vayan más allá de lo que se les ha asignado. Como cineasta, y como espectador, solo puedo sentirme cerca de un personaje si es lo suficientemente autónomo como para salirse de la mera necesidad del guion. Por eso me empeño en rodar todas las escenas con varias cámaras de principio a fin, sin interrupciones. Solo así surgen cosas, de vez en cuando, que no estaban previstas.

Por ejemplo, la discusión entre Boubacar y Antoine no formaba parte del guion, pero Matthieu Lucci (Antoine) sintió que en esa situación, su personaje debía explotar. Todos nos quedamos de piedra cuando se levantó de un salto, dispuesto a atacar a Boubacar. La cámara no le siguió y hubo que volver a empezar. Otro "incidente" generado por este método: Matthieu, después de leer el texto de despedida, dice: "Ya está, adiós". Tampoco estaba escrito, pero en ese momento sintió que debía hacer un gesto teatral. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Estas cosas no ocurren si se trabaja con plano y contraplano, cada uno con su diálogo y movimientos estudiados. Es un método que ofrece autonomía a los actores, les facilita estar en la lógica de la escena, del personaje, y no solo en la lógica de la película.


Marina Foïs es Olivia: El otro mundo
Primero pensé en recurrir a una actriz extranjera, como la novelista que dirigió el primer taller hace años. Lo interesante de esa opción era magnificar la distancia entre dos mundos que se miran. Pero renuncié porque el personaje de la escritora debía hablar muy bien francés para poder responder a los comentarios de los jóvenes. Escogí a Marina Foïs porque estaba convencido de que sabría hacerse cargo de la separación, que tenía la elocuencia necesaria para imponerse y que era capaz de hacer todo eso con ligereza, sin gravedad, algo que me parecía indispensable. Es la única actriz profesional entre los personajes principales. Se sumió totalmente en el papel durante el rodaje; aprovechaba las pausas para pedir a los jóvenes que le hablaran de sus experiencias, para preguntarles qué pensaban sobre ciertos temas, pero también contestaba a todas las preguntas que le hacían. Los jóvenes tenían hacia ella un doble sentimiento: la cercanía que se crea en un rodaje debido a la proximidad, pero también un cierto respeto porque la conocían como actriz y porque representa un cine que les gusta. El hecho de ser una actriz conocida se convirtió en un elemento importante de la puesta en escena haciendo eco en el personaje de Olivia, una novelista conocida que ejerce atracción y crea cierta distancia con los jóvenes del taller de escritura.


Matthieu Lucci es Antoine
Es un chico alucinante. Un día me confesó lo mucho que odiaba al personaje de Antoine, pero que también lo quería, y eso le dolía. Estaba dispuesto a todo, incluso a atreverse con mis propuestas más difíciles, empezando por las agresiones racistas hacia Malika. Matthieu es capaz de enfrentarse a cinco o seis personas con una convicción total, hasta el punto de que si en ese momento había alguien que no le conocía, se sentía obligado a decir: "No, pero estaba interpretando".


Un taller de escritura
Con este taller, no solo deseaba mostrar el recorrido hacia la escritura, sino sobre todo el difícil esfuerzo que representa pensar conjuntamente y ponerse de acuerdo. Es decir, una dinámica de trabajo con tensiones, callejones sin salida, compromisos y soluciones intermedias.

Me interesa mucho ver que la educación siempre acaba siendo una especie de formateo, de orientación que lleva a los que se forman a interesarse por cosas que no les conciernen directamente. No digo que no sea tan inevitable como eficaz, pero me parece importante que las personas encargadas de la educación sean conscientes de lo que pasa. De hecho, es lo que Antoine, el personaje central de la película, le reprocha a Olivia: ha venido de París con una idea preconcebida de lo que deben escribir.


Filmar la palabra
Si creemos que los jóvenes ya no saben hablar, es porque no les damos la oportunidad de expresarse. Para mí, esta era la apuesta de hacer una película con ellos. Durante los ensayos, me quedé atónito ante la densidad de los intercambios, la capacidad de encontrar palabras para defender sus ideas y también el placer que sentían al jugar con los diferentes niveles del idioma. Por eso, Olivia se atreve a transgredir códigos que ellos respetan cuando emplea expresiones como "se te pone dura", algo inadmisible para Antoine, que pierde los estribos a pesar de estar dispuesto a escucharla.

El taller de escritura no es un drama en torno a la fragilidad lingüística. El fallo reside más bien en la ideología. Cuando Antoine intenta explicar alguna cosa, se contradice, es confuso. Olivia también se contradice, pero lo hace con brillantez porque va mejor armada ideológicamente. Hay una violencia que genera ganas de plantar cara. No cabe duda de que es una de las preguntas a las que urge contestar: ¿cómo encontrar un terreno de juego común?


El predicador de extrema derecha
Está basado en todas las webs de la esfera facha a las que recurren muchos jóvenes. El discurso en torno a la "inmunidad" tiene cabida aquí. En realidad, es un "collage" de todo lo que dicen los representantes de la extrema derecha, una mezcla de xenofobia y de populismo en un discurso antipolítico, antimundialista, antisistema... Un discurso que tendemos a calificar de caricaturesco por ser tan previsible, pero que no deja de ser eficaz, como bien sabemos.

Me interesaba explorar la confusión de Antoine, su indecisión, a través de este discurso. Antoine carece de un ideal y de una ideología que le guíen. Solo espera que ocurra algo que dé cierta consistencia y sentido a su vida. Lo dice en el texto de despedida: "Habría podido disparar a alguien con tal de que ocurriera algo".


Las contradicciones de Antoine
Antoine no se siente cómodo en ningún sitio. Su primo no le convence completamente; si sigue a la banda en sus excursiones nocturnas, es más por diversión que por convencimiento. En el taller pasa lo mismo; puede que se entregue más que cualquier otro participante, pero tampoco llega a integrarse, como lo demuestran sus provocaciones y contradicciones.

Necesita al colectivo, pero nunca lo sigue completamente porque no está a la altura o porque nota los límites del grupo. De hecho, es una constante en mis películas: la contradicción entre el deseo de encontrar un lugar en el grupo y la imposibilidad de encajar totalmente; entre las ganas de colectividad y la necesidad de independencia. Puede que sea una contradicción mía que reflejo película tras película. Mi conclusión no tiene nada de original; todos somos, como Antoine, sociópatas muy sociales. Olivia lo descubre: "No es fácil ayudarte". Lo que solo aumenta su interés por el adolescente. Debe reconocer su propia impotencia: la de una "militante de izquierdas" que ya no sabe cómo actuar ante aquellos que se sienten ignorados por ser jóvenes, pobres, parados, y a la que le duele en el alma ver cómo algunos se agarran a las soluciones milagrosas de la extrema derecha.

Al igual que muchos otros, Antoine se ve como un representante antisistema con quien cualquier charla parece condenada al fracaso. Lo que Olivia diga solo servirá para reforzar su estatus de miembro del sistema: "La gente como usted". La película intenta mostrar esta fractura entre dos personajes trabados por su impotencia.

Pero lo más inquietante de Antoine, al menos para mí, es su dificultad en diferenciar entre la violencia literaria, a la que se puede dar rienda suelta en una novela negra, y la violencia real, de la que no duda en defender la legitimidad o, al menos, la posibilidad. "Se pasa el día escribiendo historias de asesinatos, ¿e intenta decirme que nunca ha tenido ganas de matar a alguien?", le pregunta a Olivia, que se queda atónita.


La turbación entre Olivia y Antoine
No quería que fuese una apuesta, más bien una posibilidad. Es una sensación subyacente cuando Antoine sigue a Olivia y a su editor o cuando, sin camisa, mira fotos de Olivia en el ordenador. También cuando Olivia ve el perfil de Antoine en Internet, o cuando entra en su cuarto y él está medio desnudo. Lo que realmente me interesaba es que cada uno encarnara otro mundo. Olivia es una mujer refinada, sabe hablar, sale en la tele. Antoine es un joven que se ha ejercitado para tener un cuerpo esculpido, como muchos jóvenes hoy en día, entregándose a un narcisismo que parece ser ideal y permitirle mantenerse en pie.


Una mirada a la juventud actual
Quizá suene un poco banal, pero creo que el aburrimiento es la fuente de muchos de los problemas de esta generación, sobre todo si se asocia con la ausencia de perspectivas. Tengo la sensación de que cada vez hay más jóvenes convencidos de que su destino está escrito y no coincide con sus esperanzas. Además, ¿cómo puede uno conservar el entusiasmo, la energía necesaria para controlar su vida? Es más, ¿para qué intentarlo si se les repite todo el santo día que, pase lo que pase, no saldremos de esta?

Cuando empezamos a escribir el guion, la gran noticia era que las cifras de alistamiento en el ejército crecían de día en día. El clip que mira Antoine (auténtico clip producido por el ejército francés) utiliza el código de los videojuegos; saben a quién se dirigen y ofrecen una aventura, quizá la única disponible para muchos. Algunos jóvenes de La clase ya lo pensaban e ingresaron en el ejército o en la policía. Es casi la única salida para muchos jóvenes; una forma de demostrar su fidelidad y de ser buenos franceses.


De la novela negra a la película negra
Al igual que en El empleo del tiempo o Foxfire quise dar un toque de "thriller" a la película. Es mi manera de despistar, de alejarme de lo programático que pueda ser un film. Los códigos del thriller permiten subir de nivel preguntas importantes: las ganas de vivir en otro mundo, la frustración, la violencia contenida... Pero también suscita emociones violentas: quería que se pasara miedo tanto por ella como por él.


Imágenes a diferentes niveles: Videojuegos en pantalla de ordenador en formato Scope
La mezcla me atraía mucho: películas de aficionados de botaduras en la gran época de los astilleros, Skype, páginas de Facebook, un antiguo documental sobre La Ciotat obrera y un clip actual del ejército francés... Pero también quería añadir imágenes de videojuegos que ocupan un lugar central en la vida de los personajes. El caballero errante con el que empieza la película es el protagonista del juego "The Witcher". Conseguimos el permiso para mostrar unos minutos: me permitía dibujar al personaje de Antoine, su necesidad de evasión. Para Antoine, el videojuego colma una auténtica necesidad de libertad, de vagabundeo.

Los videojuegos también son colectivos. Cuando lucha contra el dragón, está en línea con otros con los que debe interactuar. Asocié estas imágenes al texto que lee Etienne, que también trata de la lucha colectiva, de solidaridad. Esta yuxtaposición no es una casualidad, pero espero que no se entienda como una nostalgia reaccionaria o un discurso moralizante tipo "se tiene el colectivo que uno se merece". Ojalá se note el placer que le produce el videojuego; para él es un camino hacia lo imaginario, una forma de construirse a sí mismo.

El scope permite filmar un rostro y, a la vez, el entorno de dicho rostro. También es una forma de alejarse de un código puramente naturalista porque, culturalmente, nos lleva a la idea del gran espectáculo, del paisaje inmenso. Y era importante para esta película. Antoine se mueve entre dos polos; el del taller de escritura y el de la cala. Quería mostrarle en el centro de la naturaleza, en ese lugar mineral, aplastado por la luz y el calor, con el único ruido de las olas. El scope era perfecto para eso.

Es verdad que conozco la región; vivía en Marsella cuando estalló el conflicto social en La Ciotat después del cierre del astillero. Los huelguistas se manifestaban en el puerto cada viernes por la mañana. Hacía tiempo que deseaba filmar en estas localizaciones, y no me refiero solo a lo que queda del astillero, sino al mar y a las calas. Y hablando de esto, mi agradecimiento a Sony, que inventó una cámara que permite rodar a 16.000 ASA. En la escena nocturna del final, es realmente la luz de la luna. Si el realismo parece extraño, es porque este tipo de luz es totalmente inédito, no corresponde a las noches que acostumbramos ver en cine. Estas escenas nacieron de mis recuerdos, cuando de joven paseaba por las calas las noches de luna llena. Por fin una cámara permite restituir la sensación de la piedra blanca, de la luz, de estar literalmente en la luna.


La película pertenece a una realidad muy actual
Empezamos a escribir el guion poco tiempo después del atentado en Charlie Hebdo, y nos lanzamos a una nueva versión pocos días después de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París. Estábamos en pleno ensayo cuando lo de Niza. Nos pasamos la mañana con Matthieu Lucci (Antoine) hablando del atentado, de ahí la necesidad de sacarlo en la película, era algo que les dolía realmente. En otras palabras, todo se hizo con la urgencia de pensar desde otras perspectivas, no limitarnos a lo que nos proponen o prometen: el nacionalismo, los deseos de guerra.


Un epílogo feliz
Pocas veces he sentido un bloqueo tan grande como hoy en día. Quizá por eso, y de forma paradójica, he querido que la película tuviera una salida más alentadora. Antoine podrá despegarse porque encontró en el taller un espacio donde pudo reflexionar un poco. De todos los participantes, probablemente sea el que más cambiado saldrá del taller. Ese es el sentido del epílogo, pero tardé mucho en convencerme de que fuera útil añadirlo. Al embarcar en un carguero, por fin decide controlar su vida, suelta amarras, tanto en el sentido propio como en el figurado.


Filmografía de Laurent Cantet
2017 - EL TALLER DE ESCRITURA
Festival de Cannes - Una Cierta Mirada
2014 - REGRESO A ÍTACA
Festival de Venecia - Premio Jornadas de los Autores
2012 - FOXFIRE
Festival de San Sebastián - Sección Oficial – Concha de Plata a la Mejor Actriz (Katie Coseni)
7 DÍAS EN LA HABANA (segmento “La fuente”)
Festival de Cannes - Una Cierta Mirada
2008 - LA CLASE
Festival de Cannes - Palma de Oro
César al Mejor Guion
Premios Espíritu Independiente - Mejor Película Extranjera
Nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera
2006 - HACIA EL SUR
Festival de Venecia - Sección Oficial a Concurso
2001 - EL EMPLEO DEL TIEMPO
Festival de Venecia - Premio Don Quijote
Festival Internacional del Nuevo Cine de Montreal – Loba de Oro
1999 - RECURSOS HUMANOS
César a la Mejor Ópera Prima
Festival de San Sebastián – Mejor Director Novel
1997 - LES SANGUINAIRES (Televisión)
1995 - JEUX DE PLAGES (Cortometraje)
1993 - TOUS À LA MANIF (Cortometraje)


Los actores del taller de escritura
- MARINA FOÏS (Olivia)- "El interés de este taller es poder escribir acerca de vuestra ciudad, de vuestro entorno más inmediato".

- MATTHIEU LUCCI (Antoine)- "¿Por qué vendría una escritora como usted a perder el tiempo con nosotros?".

- WARDA RAMMACH (Malika)- "Mi abuelo me contó muchas cosas. Por ejemplo, cuando decías que eras de La Ciotat, lo decías con orgullo".

- ISSAM TALBI (Fadi)- "¿Qué pasa, no te gusta esto? Venga, abre los ojos. Está el río, las calas; hay sitios preciosos".

- FLORIAN BEAUJEAN (Étienne)- "Ya escribía mucho antes del taller. Para mí es una gran oportunidad estar cerca de lo que quizá haga después".

- MAMADOU DOUMBIA (Boubacar)- "¿Escribir acerca del astillero? Me parece complicado, ni siquiera había nacido entonces".

- JULIEN SOUVE (Benjamin)- "Sabía que no escribiríamos un superventas, pero mejor esto que mezclar cemento o cablear".

- MÉLISSA GUILBERT (Lola)- "Escribir una novela... No imaginé que algún día lo haría".


Críticas francesas
aVoir-aLire.com *****
Un retrato radical y sutil de una generación perdida, ¡apasionante!

Femme Actuelle *****
Una película conmovedora y luminosa.

L'Express *****
Cantet, que no deja de lado lo novelesco, da en el blanco, no juzga, no elude nada y descodifica. La sociedad es responsable, pero también lo que hacemos con ella. Apasionante, aterradora.

L'Humanité *****
Taller o laboratorio, confinamiento de soledades u horizontes marítimos, pero siempre la feroz voluntad de un proyecto común.

Libération *****
Cantet sigue inventando un cine que va más allá de todo mensaje o tesis, y que no se deja atrapar en ninguna red ideológica. Es un cine alegremente político.

Marianne *****
Uno de los retratos más apasionantes de la Francia contemporánea que se haya visto recientemente en la gran pantalla.

Positif *****
El excepcional retrato de un grupo anclado en la realidad. Un cuadro inquietante, aunque luminoso, de una juventud enfrentada a un destino escrito carente de perspectivas.

Sud Ouest *****

Télérama *****
Una juventud a la que se debe escuchar sin juzgar, como hace Laurent Cantet.

Voici *****
Una mirada inteligente y sensible.

20 Minutes ****
Reconozcámoslo, Marina Foïs está perfecta.

Bande à part ****
Más que intensa. El sol mediterráneo abrasa. Las frustraciones pesan. El determinismo social planea. Laurent Cantet transforma este relato naturalista en una epopeya íntima y fulgurante.

Culturebox - France Télévisions ****
Una película de aprendizaje, de iniciación, que rivaliza con lo mejor del género.

Le Figaro ****
El realizador invita a la reflexión de forma inteligente y evita la trampa moralizadora.

Le Journal du Dimanche ****
Impresiona la forma única con que Laurent Cantet capta al público inmediatamente gracias a su fuerza narrativa y a su feroz voluntad de autenticidad.

Le Nouvel Observateur
Se reconoce el toque del coguionista Robin Campillo en una película de una gran perspicacia política.

Studio Ciné Live ****
Un espléndida película que jamás se hace grandilocuente. La juventud francesa tiene un portavoz.

Télé 2 semaines ****
Poderosa, conmovedora.

Télé 7 Jours ****
Una reflexión justa y apasionante en torno a la juventud francesa.


Críticas internacionales
VARIETY
El cautivador regreso de Laurent Cantet (...) El actor novel Matthieu Lucci es un descubrimiento asombroso.

THE HOLLYWOOD REPORTER
Una historia intensa y realista con penetrantes interpretaciones.

SCREEN
Un retrato de asombrosa veracidad de la juventud francesa actual.

THE GUARDIAN ****


Ficha artística
Marina Foïs - Olivia
Matthieu Lucci - Antoine
Warda Rammach - Malika
Issam Talbi - Fadi
Florian Beaujean - Etienne
Mamadou Doumbia - Boubacar
Julien Souve - Benjamin
Mélissa Guilbert - Lola
Olivier Thouret - Teddy
Lény Sellam - Boris