Abel vive con su madre en un pequeño pueblo periférico a las afueras de Barcelona. Toda su vida transcurre entre el pequeño negocio familiar, la casa de su madre, la cama de su novia, el quiosco de la esquina, los bares del barrio. Siempre los mismos problemas, las mismas caras, las mismas conversaciones. Sin embargo, bajo una apariencia de hombre tranquilo y afable, se abre un abismo. Un abismo que no encuentra explicación, pero que se repite irremediablemente.
Una tarde de jueves, Abel vuelve a matar.