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  María Magdalena  (Mary Magdalene)
  Dirigida por Garth Davis
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Adaptación cinematográfica de uno de los personajes históricos sobre los que más se ha escrito.


El nacimiento de una película
La historia de Jesucristo ha inspirado a generaciones de cineastas, desde Pier Paolo Pasolini y El evangelio según San Mateo, pasando por Martin Scorsese y La última tentación de Cristo, hasta Mel Gibson y La pasión de Cristo. Se ha contado de muchas forma diferentes y ha levantado pasiones en el arte y en la cultura, en el ámbito histórico y la investigación, así como en el cine. Es una historia de enorme riqueza que se presta a diferentes interpretaciones, por lo que no sorprende que a los productores Iain Canning y Emile Sherman, mientras reflexionaban sobre cómo enfocar de una forma innovadora una historia tan conocida, se les ocurriera volver a contarla desde una perspectiva diferente. Todo surgió a partir de un descubrimiento arqueológico.

"Es obvio que muchos cineastas ya han contado la historia de Jesús", dice Iain Canning. "Pero el descubrimiento de fragmentos de escritos en Egipto y en Grecia que decían ser el evangelio de María Magdalena nos hizo pensar que sería interesante contar la historia de una mujer dentro del relato bíblico".

"Cada generación vuelve a contar a su manera o a reimaginar ciertas historias de acuerdo con el momento en que vive", sigue diciendo. "Para hacer una película, es necesaria una conexión con el momento actual o nadie irá a verla. Pensamos que había espacio para contar la vida de María Magdalena, que la historia de la vida y muerte de Jesucristo desde el punto de vista de una mujer era un enfoque nuevo que podría arrojar luz sobre ciertos temas de actualidad".

"Ahora bien, contar una historia tan importante como esta siempre implica una responsabilidad", explica el productor. "Pero hay que confiar en el guion, en el realizador y en los actores porque ellos sabrán aportar algo nuevo, algo innovador. Nos pareció que debíamos contar la historia de la mejor manera posible porque es muy importante para muchísima gente".

El primer guion fue escrito por la aclamada dramaturga Helen Edmundson, que integró todos los textos relevantes en la narración. Ianin Canning dice: "Posteriormente, Philippa Goslett trabajó en el guion para darle un giro cinematográfico y más dinamismo en la relación entre los discípulos y la propia María Magdalena".

La guionista Philippa Goslett se sintió atraída por la idea de enmendar un error de hace siglos: "Siempre me ha interesado mucho la historia de Jesús y me ha parecido que al personaje de María Magdalena no se le trataba como se merecía. Por fin teníamos la oportunidad de dar voz a una persona que había sido silenciada desde hacía muchísimo, de pensar en que los momentos clave podían haber sido diferentes y que el mensaje de Jesús podía ser leído de otra forma, desde el punto de vista de una mujer".

"María Magdalena ha sido marginada durante siglos y queríamos situarla en el lugar que le pertenece dentro de la historia de Jesús, como una apóstol de importancia", dice el productor Emile Sherman. "En realidad, la historia que contamos llega al corazón de cualquier religión; más aún, de la humanidad. María se da cuenta de que el 'reino' o la utopía que anhelamos debe empezar dentro de cada uno de nosotros. Nuestro espíritu está dentro de nosotros, en el mismo lugar que el amor y la bondad. El mensaje de María es tan revolucionario hoy en día como lo fue entonces, y esperamos que resuene con fuerza".

Philippa Goslett empezó a documentarse y descubrió que la historia bíblica complicaba aún más el relato, pero que también apoyaba el argumento central de la película. "Hablamos con rabinos, sacerdotes, historiadores judíos, eruditos bíblicos y arqueólogos, pero ninguno coincidía", recuerda. "Todos tenían una perspectiva diferente del movimiento de Jesús y de lo que significó; era fascinante. Pero lo más fascinante es que todos estaban de acuerdo en que María, la de Magdala, debía ser considerada como discípula y apóstol".

"El guion y la película son el resultado de la lectura de numerosos textos teológicos e históricos", dice la productora Liz Watts. "Asimismo, contamos con la ayuda de varios asesores bíblicos e históricos, judíos, griegos ortodoxos y católicos. Todos eran maravillosos, pero cada uno tenía un punto de vista diferente, desde la idea judía del siglo I a los escritos cristianos de ese mismo siglo, desde el Evangelio de Marcos al Evangelio de María Magdalena".

"No pretendemos que esta película se tome como un texto teológico o histórico", sigue diciendo. "La historia puede interpretarse, y nosotros contamos una historia, pero ante todo queremos respetar la fe de cada uno".

La guionista Philippa Goslett explica el significado del Evangelio de María Magdalena, uno de los textos clave consultados por los cineastas. "Presenta a María Magdalena como una figura de suma importancia en el movimiento de Jesús", dice. "Se describe un debate entre María Magdalena y los discípulos que revela que estaba muy cerca de Jesús, que había profundizado en sus enseñanzas y que quería compartirlas con sus compañeros. El hecho de que fuera una mujer y de que tuviera conocimientos privilegiados no gustaba a algunos de los discípulos, sobre todo a Pedro, lo que creó una dinámica fascinante entre ellos".

"La visión de María Magdalena acerca del Reino y del mensaje de Jesús se basa en el perdón y la compasión cristiana", añade Liz Watts. "En la película, no todos los discípulos entienden el significado del Reino de Dios en la tierra del mismo modo, o mejor dicho, no coinciden en cómo empezará. ¿Cuándo y cómo traerá Jesús el Reino? En el transcurso del relato, María Magdalena se da cuenta de que el mensaje de Jesús es más sencillo de lo que parece: debemos cambiar por dentro si queremos cambiar el mundo que nos rodea. También hay una diferencia fundamental en el hecho de que permanece al lado de Jesús durante la crucifixión y no huye, como hacen los otros discípulos. Otra diferencia que la separa de Pedro es que su compresión del mensaje de Jesús se centra en el perdón. Después, cuando Jesús se aparece a los discípulos, todos los Evangelios están de acuerdo en que significa el perdón".

Chiwetel Ejiofor, que encarna a Pedro, cree que esa diferencia es de gran importancia: "El Evangelio de María Magdalena ofrece otra visión porque es muy diferente de los otros evangelios del Nuevo Testamento en cuanto a la lucha y la polémica que representa ser una discípula, y a los conflictos que crea la presencia de María Magdalena, así como la percepción diferente de lo que significa un nuevo comienzo, sobre todo en el periodo de Jerusalén y especialmente después de la crucifixión".

Los productores Iain Canning y Emile Sherman también debían tener en cuenta el aspecto comercial de la película. "En ningún momento hemos querido marginar al público cristiano", explica el primero, "creemos que el público cristiano será capaz de apreciar una película que defiende la igualdad y el feminismo. Por eso buscamos al director idóneo para contar la historia sin excluir a nadie".

Asimismo, eran muy conscientes de que la película podía crear controversia por la forma en que se presentaba la historia. "No contamos la historia cronológicamente, el tiempo está bastante comprimido y ofrecemos una motivación muy diferente de la habitual para Judas", dice Philippa Goslett, "pero puede que lo más sorprendente sea que la contamos desde el punto de vista de una mujer".

Garth Davis, el realizador de Lion, con Dev Patel y Nicole Kidman, nominada a seis Oscar y ganadora de dos BAFTA, reveló ser la persona idónea para dirigir la película.

"Garth es una persona muy especial, y la película necesitaba mucho cariño y cuidado por el tema que trataba", explica Iain Canning. "Aporta una dinámica y una perspectiva innovadoras a la historia. Su técnica con los actores, sus ideas en cuanto al potencial de la película, su empeño en recrear con la mayor exactitud posible la arquitectura de entonces, todos estos elementos ofrecen algo nuevo al espectador".

Tal vez resulte sorprendente lo que motivó a Garth Davis a encabezar la película. "Para mí, una de las grandes inspiraciones para esta película fue Malala Yousafzai", dice. "Hay algo en su historia que refleja la de María Magdalena. Los talibanes le dispararon en la cara solo porque quería ir al colegio. Posteriormente ganó el Premio Nobel de la Paz y perdonó a sus atacantes en el discurso que pronunció. Para mí, este hecho es el núcleo de la película. El guion me recordó lo mucho que me había conmovido su gesto de perdón y de amor, y comprendí que la historia de María Magdalena formaba parte de ella. Puedo conectar con ese tipo de espiritualidad, de amor. Me llegó al corazón que el guion fuera tan humano y tan relevante".

Garth Davis también quería enfocar la película desde un punto de vista diferente. "Ante todo, no me apetecía repetir algo que ya se había hecho", dice. "La mayoría de las películas bíblicas se ruedan en el desierto y se les cuelga una etiqueta. Esta película debía ser más cercana, relevante y contemporánea. Quería evitar cualquier tipo de estereotipo".

La productora Liz Watts cree que haber escogido a Garth Davis para dirigir la película tenía muchísimo sentido considerando el tipo de guion. "Garth es un gran cineasta inmersivo, cuenta historias emocionales con mucha inteligencia", explica. "Esta historia incorpora un gran número de elementos históricos muy complicados, pero todo gira en torno al desarrollo espiritual. Garth es brillante desarrollando un guion y dirigiendo a los actores. Se enfrentaba a una película difícil porque se trataba de una vieja historia que debía contarse desde una perspectiva totalmente diferente".

"Es la historia de una mujer que sigue su fe, pero a esto debemos añadir mucha historia y mucha teología", sigue diciendo. "Sin embargo, acaba siendo muy entretenida al presentar a Jesús de un modo diferente. No sabía mucho acerca de María Magdalena y su historia me intrigó. Pensé que también podría atraer a los espectadores. En realidad, se trata de la historia de una mujer muy fuerte cuya posición está muy alejada de lo que la sociedad cree conveniente para ella".

El éxito de la película dependía en gran parte de la actriz que encarnase a María Magdalena. Tanto Garth Davis como los productores sabían que necesitaban a una mujer de una gran inteligencia emocional y una interpretación sutil para sacar a la superficie la complejidad y espiritualidad del personaje. Pero Garth Davis no tuvo que buscar mucho para encontrar a la Magdalena.

"Acababa de trabajar con Rooney en Lion, y me había parecido una actriz notable", dice el realizador. "Cuando surgió este proyecto, todos pensamos en ella porque posee una cualidad muy especial, como si fuese de otro mundo. Tiene una conexión con algo único, especial, y para mí representaba perfectamente a María Magdalena. La Magdalena no tiene que aprender quién es, ya brilla una luz en su interior, tiene una conexión con Dios, pero aún no sabe cómo expresarla. Rooney Mara siempre da la impresión de estar conectada con algo más allá de su entorno, y además es muy fuerte y compasiva. Me pareció que podría enlazar con muchos temas de la película".

"Rooney aporta tranquilidad y elegancia al personaje de María Magdalena", añade Iain Canning. "Al principio de la película no tiene mucho diálogo porque a su personaje no se le permite expresarse, pero hace un gran trabajo y da la sensación de que lleva un fuego dentro a punto de estallar, quiere vivir. Rooney hace muchísimo con muy poco. También es un papel bastante físico y en muchas ocasiones lleva todo el peso de la historia. Aparte de la tranquilidad y la elegancia, está ese fuego latente. Exactamente lo que necesitaba el personaje de María Magdalena".

La actriz también era perfecta para el papel gracias a su gran fuerza de carácter. "Rooney sabe mostrar convicción y resolución, su fuerza traspasa la pantalla", añade la productora Liz Watts. "Además, tiene algo de otro mundo, como si siempre estuviera buscando. Era exactamente lo que Garth quería para dar vida al personaje. También tiene mucho humor, pero sobre todo apreciábamos su fuerza. María Magdalena debía ser una mujer muy fuerte para hacer lo que hizo".

Rooney Mara reconoce que la película le ofreció otra visión de la religión, que fue una parte importante de su infancia. "Me eduqué en un colegio católico y me inculcaron muchas nociones preconcebidas sobre esta historia y la religión en general", dice. "La primera vez que leí el guion, adopté una postura bastante cínica. Pero al hablar con Garth supe qué tipo de película quería, vi la historia de otra forma cuando volví a leer el guion. Entonces entendí la oportunidad que representaba y la belleza que contenía. Era una posibilidad única para presentar una versión que no se había visto antes".

"La mayoría de películas sobre Jesús cuentan su historia, pero esta vez nos centramos en María Magdalena", sigue diciendo. "Vemos todo lo habitual de las películas bíblicas, pero lo hacemos a través de sus ojos, lo que nos obliga a mirar a través de otro prisma. Siempre se ha dicho que María Magdalena era una prostituta, pero no es así. Ahora por fin descubrimos de dónde viene y quién es realmente".

Tal como se la presenta en la película, incluso antes de conocer a Jesús, demuestra ser una mujer fuerte, independiente y, en ciertos aspectos, moderna. A pesar de haber cumplido veinte años, sigue sin casarse y trabaja con sus hermanos pescadores. "Conocemos a María cuando vive en Magdala con su familia", explica Rooney Mara. "Es muy diferente del resto de su familia, que la presiona para que se case y tenga hijos porque se la considera 'vieja' y es lo que debe hacer una mujer. Pero ella se resiste. Creo que le gusta trabajar pescando y también creo que siente una conexión con Dios, pero no sabe explicarlo, quiere descubrir más. Siempre ha pensado que es diferente de los demás y que nadie la escucha. Cuando conoce a Jesús, él es la primera persona que entiende lo que siente. Demuestra tener mucho valor al dejar a su familia para seguirle".

Rooney Mara no pudo resistir la tentación de volver a trabajar con Garth Davis, un realizador cuyo método de trabajo le había gustado mucho. "Me encantó trabajar con Garth la primera vez. Tiene un método tan interesante como único, no había visto nada igual. Es muy intuitivo escogiendo el reparto, los decorados y también rodando; se deja guiar por la intuición durante todo el proceso. Eso le permite elevar la película a un nivel poco habitual. Por ejemplo, en este caso, el reparto es perfecto y todo se hace mucho más fácil a partir de ahí".

El hecho de que el realizador y la protagonista principal se llevasen tan bien fue fundamental para el rodaje. "El plan de rodaje era muy estricto, no podíamos perder tiempo", explica el productor Iain Canning. "Que el director y la protagonista se entendieran, estuvieran en la misma onda y confiaran el uno en el otro fue fantástico y una gran ayuda para que todo fluyera".

Incluso comparten la misma perspectiva en cuanto a la historia. "Garth no estaba interesado en hacer una película religiosa, sino espiritual", dice Rooney Mara. "Obviamente, el aspecto feminista era el más importante para él ya que contaba la historia de una mujer. María Magdalena fue testigo de Cristo; estaba a su lado cuando murió y estaba allí cuando resucitó. Fue una parte intrínseca de la historia, pero se la relegó tachándola de prostituta, y Pedro, que negó a Cristo en tres ocasiones, que no entendió a Jesús y tergiversó su mensaje, tiene iglesias dedicadas por todo el mundo. Ella es una prostituta y él es un santo, me parece increíble".

Garth Davis también estaba convencido de que la armonía creativa con la actriz era perfecta. "No puede decirse que Rooney y yo seamos personas religiosas, lo que era una dificultad añadida porque la película se etiquetaría como religiosa", explica. "Pero ambos conectamos con el mensaje espiritual. En cierto modo, es el mensaje que se perdió por el camino. En esta película conducimos al espectador al mensaje básico de Jesús diciendo que la fuerza está en nuestro interior, no fuera esperándonos. No se trata de la ideología, de las reglas o del compromiso, sino de escuchar lo que llevamos dentro y de conectar con eso. Es una idea que me convenció, y creo que a Rooney le pasó lo mismo".

"Una de las escenas más difíciles para Rooney Mara fue la del exorcismo. Antes de irse de Magdala para seguir a Jesús, la familia de María la obliga a someterse a un exorcismo. Lo hacen por amor, al menos eso creen", explica el cineasta. "No pueden entender la personalidad de María ni su elección, solo piensan en el demonio. Lo trágico de todo esto es que su familia quiere curarla a través del exorcismo, pero solo consiguen alejarla aún más. Podría haber sido una escena muy oscura y dramática, pero en vez de eso optamos por la complejidad".

"Es una escena realmente brutal por la forma en que Garth decidió retratar a la familia", añade la actriz. "Creó un ambiente y una familia cariñosa, todos se quieren profundamente y desean ayudarse. Así que, cuando llega el momento del exorcismo, es desgarrador. No se trata de la típica versión de los buenos y los malos. La quieren con todo su corazón y están convencidos de que es lo mejor para ella".

Durante el rodaje de la escena, el equipo artístico y técnico vivió una experiencia tan extraña como inesperada. "Todos teníamos una copia de unos textos antiguos mientras nos preparábamos para rodar", recuerda Garth Davis. "En el momento en que nos metimos en el agua, el viento se detuvo completamente. No se movía nada. Y de pronto, el cielo se llenó de rayos. Estábamos aterrados. Fue un momento interesante en el que la vida reflejó el arte".

María Magdalena, Jesús y Pedro forman el complejo triángulo que ocupa el centro de la película, y muchos aspectos dependían de los actores que interpretarían estos dos papeles.

Joaquin Phoenix aceptó el tremendo reto que representaba dar vida a Jesús. "Estaba empeñado en que el papel de Jesús fuera realista", explica el director. "Quería que se viera a una persona enérgica. Pensé inmediatamente en Joaquin porque además de poseer una gran sensibilidad, es muy espiritual y afectuoso. No se me ocurría nadie más. Para mí, él era Jesús, y si no podía ser él, no sabía cómo iba a hacer la película".

"Joaquin es uno de los actores más valientes del momento y por eso era perfecto para el papel", añade Liz Watts. "Aporta una cualidad humanista al personaje. Hablamos mucho acerca de encontrar a un actor capaz de encarnar a una figura religiosa con emoción y profundidad. Joaquin tenía todo esto y más".

La tercera parte del triángulo es Pedro, al que da vida Chiwetel Ejiofor. "Pedro fue una figura clave de la cristiandad", explica el actor. "Estaba muy cerca de Jesús durante el último viaje a Jerusalén, y al igual que los otros discípulos, su relación con María Magdalena era complicada. El trato entre ambos es muy interesante. Acaba sintiendo un gran respeto y afecto por ella".

Chiwetel Ejiofor reconoce que el papel le atrajo porque la película es ambiciosa y consigue dar la vuelta a todo lo que se ha creído hasta ahora. "Me intrigó descubrir lo que podía hacerse en un contexto y en un género semejantes", dice. "Me pareció interesante seguir la historia de Jesús a través de los ojos de María Magdalena, pero no estaba convencido de que resultase especialmente revelador. El leer el guion, al entender su recorrido y su relación con Jesús, me di cuenta de lo que podría significar para muchas ideas contemporáneas, como la relación entre hombres y mujeres y la erradicación de la misoginia. Es un tema central de la narración. Nuestra perspectiva de María Magdalena está claramente conectada a una visión masculina de la historia, sobre todo de la historia bíblica".

Chiwetel Ejiofor reconoce que también le gustó el enfoque realista del guion: "La película se esfuerza en interpretar una historia muy conocida desde un lugar sólido y realista. Me pareció muy interesante, era algo nuevo para mí. No sé lo que significa viajar con un grupo así, ignoro cuál sería la experiencia diaria y nunca he sido testigo de un milagro. Por eso me apetecía mucho ver qué podía sentir ese grupo de hombres. Mis primeras conversaciones con Garth giraron en torno a cómo extirpar la narración de un mundo bíblico y etéreo para incorporarla con la mayor honradez posible a un mundo físico y real".

Chiwetel Ejiofor describe a Pedro como "un hombre normal", un personaje con el que el espectador puede identificarse. "Asistimos a su recorrido con María Magdalena y lo que descubre con ella. Nos preguntarnos por qué toma ciertas decisiones posteriormente. Me pareció un papel realmente interesante, una parte vital de la historia, y me entusiasmó interpretarlo".

La oportunidad de trabajar con dos actores de la talla de Rooney Mara y Joaquin Phoenix también fue un plus. "Soy un fan de los dos", reconoce. "Tienen una cualidad etérea, dan la impresión de poder cambiar de forma, son como camaleones, además de tener una impresionante ligereza y una tremenda intensidad".

"Veo a Pedro como si no tuviera una conexión espiritual", dice Garth Davis. "Es un ser humano cariñoso, sensible, quiere que el mundo sea un lugar mejor, pero no tiene conexión. No consigue entregarse a la sencillez de lo que le cuenta María Magdalena después de la muerte de Cristo, y carece del valor necesario para confiar en algo tan simple como llevar el Reino dentro de cada uno de nosotros. Anhela lo mismo que María Magdalena, pero el dolor por haber perdido a Jesús hace que no lo pueda aceptar. Duda, está dividido. Una parte de él quiere creer a toda costa, pero es incapaz porque su espiritualidad está contaminada por la envidia".

"Todo esto tiene mucho que ver con lo que ocurre hoy en día cuando se habla de qué debemos hacer para estar más cerca de Dios", sigue diciendo el realizador. "Y efectivamente, quizá sea más sencillo y María Magdalena tenga razón. De eso va la película: no nos dejemos llevar por las discusiones y los debates, el odio y la venganza, acordémonos de lo que realmente cuenta y regresemos a lo básico".

La película se centra en el enfrentamiento entre María Magdalena y Pedro, que no acepta sus explicaciones; en la relación de esta con Jesús y en su papel en el grupo. Pedro está convencido de que Jesús les llevará a un nuevo orden mundial, María cree en la espiritualidad personal, está convencida de que si se consigue cambiar por dentro, el mundo también cambiará.

"Pedro es la mano derecha de Jesús, además de un discípulo entregado y fiel", explica Chiwetel Ejiofor. "Queda claro que Pedro encabeza el grupo de discípulos. Cree que conseguirán hacer una revolución, que crearán un cambio sísmico en la organización del mundo tal como lo conocen, en las relaciones entre seres humanos, en todo. Le preocupa que les acompañe una mujer, sobre todo una mujer joven, no por ninguna connotación sexual, sino porque no quiere que la gente piense que se llevan a las jóvenes de los pueblos".

Además, la actitud de Pedro hacia María Magdalena es aún más complicada al mezclarse los celos y el orgullo herido. "Lo más interesante de esos personajes es que la naturaleza del conflicto evoluciona", sigue diciendo el actor. "Lo que empieza como un debate pragmático para no levantar sospechas en los pueblos que atraviesan acaba convirtiéndose en algo mucho más profundo, concretamente en la idea que Pedro tiene acerca del papel de una mujer en el grupo. Le cuesta mucho aceptar la relación emocional, intelectual y espiritual de María Magdalena con Jesús".

"Jesús ve que María Magdalena es diferente", dice Rooney Mara. "Conecta con ella de otra forma que con los demás, y Pedro se siente amenazado. La percepción de Pedro es totalmente diferente de la de María Magdalena. Es un hombre pragmático que cree en las estructuras, mientras que ella se basa en la empatía y la intuición. Pedro está acostumbrado a ser el primero, y para colmo se trata de una mujer, lo que complica aún más la situación. Su punto de vista difiere. María se preocupa sobre todo por los sentimientos de Jesús y por cómo le afectan las diversas situaciones. Siempre es la primera en ir hacia él para asegurarse de que está bien, pero los otros discípulos mantienen las distancias, les da un poco de miedo. Ella, sin embargo, se dirige a él como a otro ser humano y eso le atrae".

Jesús envía a Pedro y a María Magdalena al desierto para darles la oportunidad de resolver el conflicto. "Efectivamente, no les queda más remedio que intentar entenderse, es una oportunidad para resolver el conflicto", dice Chiwetel Ejiofor. "Pedro empieza a verla como a una persona individual, algo fundamental a la hora de aceptar a alguien y de suma importancia para el camino que recorrerán juntos. Acaba dándose cuenta de que tener a una mujer en el grupo no dañará el mensaje de Jesús y de que se equivoca pensando que solo la violencia conseguirá algún cambio. Lo que ofrece María Magdalena puede cambiar el mundo de forma mucho más profunda".

Pero su retiro en el desierto no solo es provechosa para Pedro. "Tanto Pedro como María aprenden el uno del otro", dice Rooney Mara. "Los dos pueden enseñar algo al otro. María le enseña la compasión a Pedro, y él le enseña a no ceder, a no echarse atrás. María le desafía, convencida de que su camino es el verdadero, y Pedro comprende por fin qué significa ser compasivo".

Sin embargo, siguen interpretando la fe de forma diferente. "María no se toma el mensaje al pie de la letra", explica la actriz. "Los discípulos esperan que el Reino llegue literal y físicamente. Toda su fe está puesta en Jesús y creen que bastará una sola persona para cambiar el mundo, 'Él lo hará'. María Magdalena no lo ve así. Entiende que el Reino está en nosotros y que debemos cambiar para cambiar el mundo. Debemos ser bondadosos para que el mundo lo sea. Mucha gente espera que aparezca alguien a quien seguir, pero me parece muy peligroso. Cuando se hace algo en nombre de otro, siempre cabe la posibilidad de equivocarse de dirección. María Magdalena cree que basta con hacer el bien por el bien, no por una persona, sino para la colectividad".

Tahar Rahim encarna a Judas. Los productores y el director querían alejarse de las habituales caricaturas y prefirieron retratarle con compasión, como a un ser humano. Y ese fue el mayor atractivo para el actor. "Nunca he visto a Judas retratado así", reconoce. "Siempre se enseña a Judas como a un traidor, el hombre que traicionó a Jesús, pero aquí es un ser humano. Cualquiera habría podido hacer lo que hizo porque, al fin y al cabo, es un padre de familia que adora a su maestro y espera el cambio con impaciencia. Me hizo pensar en la obra del escritor Amos Oz, que describe a Judas de forma casi idéntica a la película. El guion me pareció brillante porque está escrito desde la perspectiva de María Magdalena y no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver. No es una prostituta, es una discípula".

Una vez decidido el reparto, todo el equipo se trasladó a Sicilia, donde se rodaría la mayor parte de la película. Pero antes de empezar a filmar, Garth Davis hizo pasar a los actores por un intenso periodo de ensayos. "Garth utiliza una técnica muy particular basada en su experiencia artística. Da la posibilidad a los actores de explorar sus papeles mediante un ensayo sorprendente", explica el productor Iain Canning. "En vez de repetir las escenas una y otra vez, Garth las enfoca desde un punto de vista emocional. Obliga a los actores a entrar en zonas incómodas, lo que a su vez les permite acceder a algo mucho más interesante".

"Garth se documenta mucho", añade la productora Liz Watts. "Busca documentación y se la da a los actores, habla del personaje con ellos. Tratándose de una película de semejante envergadura histórica, esto puede ser un poco apabullante para los intérpretes. Pero Garth trabajó muchísimo con Rooney, con Joaquin y con el resto del reparto para que todos permanecieran anclados en un naturalismo centrado en las motivaciones de los personajes y en la razón por la que contar esta historia".

Garth Davis considera que los ensayos son clave para una película. "Posiblemente sea con lo que más disfruto", reconoce. "Lo primero es conseguir que los actores se acostumbren a la época. Para eso tuvieron acceso al vestuario y al atrezo. También les pedí que prepararan una comida con los ingredientes que habrían tenido a mano entonces y que la comieran juntos. Pasamos algún tiempo en los decorados, en la casa, vimos cómo se repartirían el espacio a la hora de acostarse. En otras palabras, les dimos tiempo para que se hicieran con ese mundo, lo descubrieran y cobrara vida. Eso es lo mejor para un actor".

El cineasta también llevó a los intérpretes a dar largos paseos por las colinas con el fin de que se acostumbraran al paisaje, así como a la ropa y al calzado de la época. "Una de las preguntas fue cómo dormirían con esa ropa", sigue diciendo. "Es muy probable que no tuvieran otra. Les planteé problemas prácticos de ese tipo".

"Pero nunca ensayo las escenas", acaba diciendo."Trabajo las relaciones entre los personajes usando ejercicios. Por ejemplo, pido a dos actores que van a trabajar juntos que se dibujen mutuamente en una hoja de papel de buen tamaño. Hacer eso les ayuda a tener una relación más profunda, y lo que dibujan o pintan dice mucho. Disfrutan con el proceso".


El diseño y los decorados
Garth Davis y los productores Iain Canning y Emile Sherman escogieron un equipo técnico compuesto por colaboradores habituales y nuevos miembros. El director de fotografía fue Greig Fraser; el equipo de diseño de producción estaba encabezado por Fiona Crombie, y Alexander de Franceschi se encargó del montaje. Los tres habían trabajando con el realizador en Lion y en la serie "Top of the Lake". Entre los jefes de departamento que colaboraban por primera vez con el cineasta estaban la diseñadora de vestuario Jacqueline Durran y a la diseñadora de maquillaje Marese Langan.

En palabras de Iain Canning, la película La vida de Brian, de los Monty Python, se convirtió en una fuente de inspiración totalmente inesperada: "Es una comedia, desde luego, pero está muy cuidada. El vestuario y el diseño son fantásticos, nada fáciles de superar. En las primeras reuniones con los jefes de departamentos hablamos de cómo conseguir una diferencia con otras películas sobre Jesucristo. En lo que se refiere al vestuario, escogimos telas muy especiales, y en cuanto al diseño de producción, intentamos que fuera sencillo y realista. Nos alejamos conscientemente de los estereotipos y conservamos una perspectiva más histórica; no intentamos seguir lo que suele pensarse como correcto para la época".

La diseñadora de vestuario Jacqueline Durran se documentó a fondo: "Pensé que era importante tener una serie de reglas para crear el mundo de la película, por lo que estudiamos la historia del vestuario judío y palestino, y de lo que suele llamarse ropa bíblica. Nuestro objetivo era reducirlo a los elementos más básicos. A partir de ahí empezar a construir nuestro mundo sabiendo que en parte se basaría en hechos y en parte en la imaginación, aunque siempre con el mayor respeto hacia una cultura cuyas palabras y forma de vida sigue repercutiendo en el mundo de hoy".

Mientras se documentaban, la diseñadora y su equipo encontraron al colaborador idóneo. "Durante la creación o recreación del vestuario, intentamos usar algodón, lana y cáñamo tejidos a mano", explica la diseñadora. "Cualquier bordado también debía estar hecho a mano. Tuvimos la enorme suerte de encontrar una empresa, SEP, donde trabajan bordadoras palestinas que se basan en dibujos muy antiguos". SEP es una empresa social compuesta por unas trescientas artistas, cuyo objetivo es conseguir que los refugiados no vivan en la más absoluta pobreza. Se pidió a las bordadoras que no usaran un patrón, sino que trabajaran desde la imaginación para recrear los motivos bíblicos.

"Todos los trajes están compuestos por los mismos elementos; túnica, una prenda debajo de la túnica, faja, chal y sandalias. Cada actor, después de leer acerca de su personaje y de ensayar, decidió cómo llevaría ese atuendo", dice Jacqueline Durran. "Al diseñar cada traje con extrema sencillez y lo más parecido posible a la realidad, esperamos aportar vida y realismo a un mundo que se ha convertido en trillado y familiar".

El rodaje duró ocho semanas y transcurrió íntegramente en Italia, concretamente en la ciudad de Matera, en los paisajes de Puglia, que hicieron las veces de Cana y Jerusalén, y en Sicilia, donde se filmaron las escenas de Galilea.

Durante la preproducción, el director y los productores se trasladaron a Israel para visitar los lugares históricos y hablar con expertos locales. "No nos limitamos a mirar la arquitectura y los paisajes, queríamos entender la dinámica social de la época, de qué se alimentaban, qué utensilios usaban, cómo eran las casas, de qué recursos disponían", explica Iain Canning. "No podíamos rodar en Israel, pero cuando fuimos a Matera, en Italia, descubrimos que tenía exactamente la misma atmósfera que Jerusalén, los parecidos eran increíbles. Queríamos que el espectador pudiera sumergirse en la historia de entonces, y en vez de recrear esa época en la Jerusalén actual, que no tiene nada que ver, preferimos trasladarnos a otro decorado. Las localizaciones italianas y sicilianas ofrecían una dinámica geográfica totalmente diferente que nos llevó desde el lago de Galilea directamente a Jerusalén".

La diseñadora de vestuario Fiona Crombie trabajó con Jacqueline Durran para asegurarse de que ambas usaban los mismos colores y tonos. "Escogimos las telas juntas y hablamos de la paleta de colores antes de empezar", dice. "Las dos coincidimos en que para el arranque de la película, la paleta debía de ser monocromática, acorde con los paisajes polvorientos, cálidos y ocres de Sicilia. En cuanto María se va de Magdala, pasamos por paisajes muy diferentes. Al avanzar por los capítulos de la narración decidimos, tanto deliberadamente como instintivamente, que cada capítulo tendría una paleta de colores diferente. Pasamos de los monocromos de Magdala a Cana, con su arquitectura distintiva y con vestuarios sobre todo negros y violetas. Sin embargo, el grupo de discípulos, con sus túnicas color arena y tierra, siempre resalta contra los paisajes, como una hormiga que avanza penosa y lentamente".

Garth Davis, gracias a su experiencia en bellas artes, fue muy específico con la diseñadora de producción. "Garth me dijo claramente que no tuviera miedo al minimalismo", recuerda Fiona Crombie. "No quería nada exagerado, todo debía ser sencillo. Debido a sus conocimientos artísticos, es muy capaz de componer un decorado. Intenté evitar, dentro de lo posible, los eternos carros y vasijas de cerámica, y mantener una sencillez que dejara al espectador centrarse en las personas".

Matera, en la región de Basilicata, al sur de Italia, es conocida como la Ciudad de los Túneles por sus numerosas viviendas trogloditas cavadas en la roca caliza. Posiblemente sea una de las ciudades del planeta que más tiempo lleve habitada, ya que estuvo ocupada en el paleolítico. Hizo las veces de Jerusalén y Cana, y la espléndida situación fue una gran inspiración para la diseñadora. "La paleta de colores de Matera es tan extraordinaria como consistente", dice. "Los reflejos dorados de las piedras y la configuración del lugar es de lo más interesante. Las carreteras se abren camino por un paisaje rocoso y revelan la ciudad de forma gradual. Desde luego, las moradas subterráneas son de otro mundo".

"En la película, Jerusalén es un punto de intercambio y está muy poblada", sigue diciendo Fiona Crombie. "Es la antítesis del punto donde empieza la historia en Galilea, un lugar maravilloso y especial. Queríamos que se notara que el pueblo estaba construido piedra a piedra, a mano, que la familia había levantado su casa".

Garth Davis es un acérrimo defensor medioambiental y se esforzó en que la película comunicara una sensación de naturalismo. "Garth nos explicó que el espectador debía sentir las paredes de la casa alrededor de María", recuerda la diseñadora. "Nos aseguramos de que se notara la sensación de quietud, de silencio, y que el entorno penetrara en el interior de la casa. Otros elementos a tener en cuenta eran los cambios de luz a oscuridad. Se pasa de una a otra constantemente. La casa familiar de Magdala es muy oscura, pero la luz natural de fuera es muy potente. Los contrastes entre interiores oscuros y exteriores luminosos interesaban mucho a Garth".

Uno de los decorados era el Segundo Templo, en el Monte del Templo de Jerusalén, donde transcurre una de las escenas clave de la película, cuando Jesús echa a los mercaderes y usureros, dice ser el hijo de Dios y profetiza la llegada de la destrucción. En numerosas películas sobre la vida de Cristo, el templo se convierte en una especie de plaza de mercado cuando, realmente, era una estructura enorme que, según Garth Davis: "Ocupaba una superficie equivalente a unos dieciséis campos de fútbol. Estaba empeñado en ser verídico; quería que se viera a Jesús en medio del Templo y enseñar la tremenda escala del lugar".

Las escenas de la llegada de Jesús al Templo se rodaron en Nápoles, concretamente en la Piazza del Plebiscito por ofrecer la grandeza y la amplitud requeridas para que pudiera filmarse desde cualquier ángulo. Garth Davis también quería recrear las escenas de la Pascua judía con el mayor realismo posible. "Supongo que las celebraciones debían de ser muy largas, maravillosas y algo caóticas", dice. "Oraciones, himnos, tambores, todas esas cosas. Trabajamos con unos 400 extras, la mayoría contratados en la calle y muchos de ellos músicos. Casi parece un festival sudamericano. A la hora de filmar, no pedimos a los figurantes que se movieran; creamos un entorno y colocamos al reparto principal en medio, como si hubiéramos vuelto a dar vida al pasado".

No cabe duda de que todos los participantes en la película se sintieron inspirados por los decorados naturales. "Tuve la ocasión de viajar a Israel antes de empezar a rodar y ver con mis ojos los lugares donde tuvieron lugar realmente muchos de los acontecimientos. Los decorados en Italia eran maravillosos, estaban llenos de energía y parecen totalmente auténticos".

Los productores y el director esperan que MARÍA MAGDALENA atraiga a un público muy variado por el mensaje que contiene. "Ojalá, después de ver esta película, pudieran bajar un poco la velocidad y escuchar lo que llevan en su interior", dice el realizador. "Dios está en los silencios. Basta ya de ideologías, argumentos y conversaciones. Debemos situarnos en el amor y escuchar".

El director confía en que tanto los cristianos como otros públicos responderán a este mensaje. "Espero que los temas de familia, no rendirse ante la tragedia, la dinámica social del grupo y el modo de vida atraiga y conmueva a un público no cristiano, y aquí entran muchos tipos diferentes de fe. Sería una tremenda decepción y sentiría que he fracasado si hubiéramos hecho una película únicamente para los cristianos. Hemos querido poner al alcance de todos una historia increíble".

Chiwetel Ejiofor y Rooney Mara están de acuerdo. "La película es un relato fascinante situado en el contexto de un potente deseo político para cambiar las cosas", dice el actor. "Se ve a personas que quieren cambiar y mejorar el mundo, y los problemas a los que se enfrentan. No me parece que importe si el público es o no es religioso. La película cuenta la extraordinaria historia de un pequeño grupo de personas que creyeron que podían cambiarlo todo".

"Muy al principio le dije a Garth que no quería trabajar en una película religiosa", recuerda Rooney Mara. "Pero él tampoco estaba interesado en rodar algo así, quería que fuera una película espiritual. Sinceramente, me gustaría que no llegase solo a un público religioso. Del mismo modo que Pedro y María Magdalena no entendieron las lecciones de Jesús del mismo modo, espero que los dos tipos de público puedan encontrar cosas diferentes en esta historia. Si somos capaces de poner de lado nuestras ideas preconcebidas acerca de la religión, todos veremos que hay algo maravilloso en lo que dijo Jesús, y no me refiero a la figura religiosa, sino a la del hombre, el sanador. Tenía mucho en común con personajes como Gandhi y Martin Luther King.


Según los Evangelios cristianos, María de Magdala fue testigo directo de la muerte de Jesús y de su sepelio, y también la primera en ver a Jesús resucitado.

En 591, el Papa Gregorio declaró que María Magdalena era una prostituta, una idea equivocada que ha pervivido hasta nuestros días.

En 2016, el Vaticano reconoció formalmente a María de Magdala como una Apóstol de los Apóstoles, es decir, igual a los doce discípulos, y como la primera mensajera de Jesús resucitado.