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  El doctor de la felicidad  (Knock)
  Dirigida por Lorraine Lévy
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Entrevista Lorraine Lévy (directora)

P: ¿POR QUÉ ADAPTAR KNOCK AL CINE ACTUAL?

R: Para hacer que se encuentre con nuestra época. Jules Romains escribió Knock en 1923, y tras la comedia se halla la angustia de un autor que siente una de las mayores amenazas de todos los tiempos: el ascenso del NSDAP (el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), un régimen totalitario y expansionista fundado por Hitler tres años atrás que defendía la supremacía de la raza aria. Para imponer al mundo estas teorías abyectas, los nazis le dicen a la ciencia lo que nunca ha dicho o pensado, y juegan con la credulidad de la gente y la fascinación ejercida por un tirano megalómano. Knock usará las mismas estrategias, dejando de lado la ciencia y la medicina

para imponer su ley a la población sumisa y tiranizada de Saint-Maurice. La obra es tan oscura que el gran actor y director Georges Pitoëff le dijo al actor Louis Jouvet que Knock es "una obra macabra que denuncia la espantosa tragedia de aquella época". Y Ionesco habló de ella como una de las "farsas trágicas del siglo XX", con esa visión pesimista de la humanidad. Pero yo quería hacer una película más luminosa, lúdica, con un héroe humano frágil y falible. La situé voluntariamente en los años 50 para alejarme de aquel monstruoso período de la historia. Y me acerqué a lo que me parece fundamental en la actualidad: el lugar de "Despacio, forastero".


P: ¿POR QUÉ LE HA INVENTADO UN PASADO A KNOCK?

R: Aunque conservo las situaciones consideradas de culto o las réplicas que ya conoce el público ("¿Te hace cosquillas o te rasca?"), intenté abrir mi adaptación a más situaciones rocambolescas, escenas de pura comedia, pero también a más emoción. Me pareció interesante darle al espectador las claves para entender a Knock y permitirle sufrir y reír con él. Darle un pasado hace que se pueda medir mejor el camino recorrido. Viene de la sanidad pública, ha vivido de pequeños trabajos precarios, pero desde el momento en que se embarca en esto para escapar de los que le amenazan, su destino da un vuelco. Y Knock se convierte en su propio jefe.


P: EL MARINO, ENFERMO DE TIFUS, LE IDOLATRA. ES EL AMERICANO QUE LE CURA LAS INSOLACIONES

R: Durante su travesía marítima, Knock aprende dos cosas. La primera es que el saber da un lugar preponderante a quien lo posee. La segunda es que cuando le dices a alguien lo que quiere escuchar, le dejas fascinado inmediatamente. Y él hará de esto su forma de vida.


P: NOS ALEJAMOS DEL PERSONAJE EXECRABLE DE LA OBRA...

R: Es cierto. El Knock de Jules Romains es cruel, megalómano, sin piedad alguna. Sus personajes secundarios son avaros, sectarios o idiotas. Jules Romains se ríe de todos ellos mientras castiga la estupidez humana.

La película, por el contrario, busca la redención de sus personajes. Se puede llegar a entender que Knock quiera vengarse de la sociedad. Entendemos por qué el que ha pasado hambre busca hacer fortuna: tiene que encontrar un lugar como sea. Pero si hace uso y abuso de su poder para hacerse el rey de este pequeño reino, si toma la autoridad a costa de las carencias de sus conciudadanos, a los que manipula con destreza, lo hará con una ternura graciosa, sin crueldad ni desprecio.


P: Y KNOCK, RECIÉN LLEGADO, EMPRENDE UNA VERDADERA CAMPAÑA DE MÁRKETING PARA ATRAER A LA CLIENTELA. COMO EN LA VERSIÓN DE ROMAINS

R: Se hace con el poder tal como lo haría un político. Da a conocer sus ideas, escucha atentamente a todo el mundo y termina por demostrar que es imprescindible: no hay mejor manera de hacerse imprescindible que crear la necesidad y luego proporcionaruna solución. Él aplica la famosa regla de oro que aprendió en el barco:"Dile al otro lo que necesita escuchar". Él despertará a este pueblo adormecido y generará entusiasmo.


P: KNOCK SE ENRIQUECE MUCHO Y SE OBSESIONA TANTO CON SU FORTUNA QUE NO PUEDE DEJAR DE ENGROSARLA

R: Y llega el momento en que cae en la megalomanía. Era necesario llegar tan lejos porque Knock sigue siendo un personaje ambiguo, preso de sus ambiciones desmesuradas. La gente le idolatra: nadie puede resistirse a sus encantos... y él, el que menos. Pero en la película, el vínculo amoroso que crea con Adèle le reconducirá hacia el camino de la sensibilidad.


P: USTED LE SALVA...

R: Es Adèle quien le salva. Al cuestionarle sobre sus valores profundos, ella consigue hacerle entender que su búsqueda es vacía: "El dinero, el poder, la notoriedad... eso te ha dado una posición, lo entiendo. Pero ahora ya no la necesitas". Y si Adèle salva a Knock, la actriz Ana Girardot salva a Adèle, quien habría podido ser una joven floja y apocada. Ana le dará su fuerza, su audacia, su personalidad e incluso su orgullo.


P: Y A PESAR DE TODOS SUS DEFECTOS, TODO EL PUEBLO QUIERE QUE KNOCK SE QUEDE

R: Porque a pesar de todo, Knock les ha hecho bien. Y como le dice Michalon, ha sido capaz de curarles las enfermedades, tanto las reales como las imaginarias. En el fondo, no ha engañado a nadie. Es interesante mostrar que aquella gente no es tan ingenua ni tan pasiva como se podría creer.


P: CON ESTA CONCLUSIÓN, REGRESA AL VERDADERO SENTIDO DE LA OBRA DE JULES ROMAINS

R: Yo quería un final abierto sobre la posibilidad de vivir todos en concordia, aceptando y respetando las diferencias de cada uno. Es una propuesta. Mi propuesta. Se suele decir que adaptar es traicionar. Es verdad, yo he traicionado enormemente a Jules Romains.

Pero, paradójicamente, lo he hecho de tal manera que me he acabado reaproximando. Bueno, eso espero. Porque Jules Romains es un escritor con mayúsculas al que admiro y respeto. Su novela "Les Copains" es un gran libro, generoso, jugoso, que me ha acompañado durante mucho tiempo.


P: LO QUE SE DICE SOBRE LA MEDICINAES MÁS ACTUAL QUE NUNCA

R: Knock es médico, pero también habría podido ser un gran patrón, un comunicador o un político. Es el mismo proceso: conquistar, convencer y ganarse el favor de todos. Elegir el terreno de la medicina nos permite burlarnos de nosotros mismos y de nuestra hipocondría.


P: ¿POR QUÉ HA ELEGIDO A OMAR SY PARA EL PAPEL DE KNOCK?

R: Por su modernidad, en primer lugar, y después para romper con un pasado abrumador. ¿Quién puede darle ese aire virginal a Knock y llevarlo a una mayor humanidad? Solo uno: Omar. Su singular fuerza -sin excluir en ningún momento su fragilidad- y su luminosidad fuera de lo común hicieron que, naturalmente, le viera como el protagonista ideal. Tenía en mente a Omar desde la fase de escritura del guión.


P: ¿PODÍA REALMENTE UN HOMBRE NEGROSER MÉDICO EN LOS AÑOS 50 SIN SER RECHAZADO? ¿POR QUÉ NO SE HA TOCADO ESTE TEMA EN LA PELÍCULA?

R: Porque yo no quise. Y Omar tampoco. Ya existen muchas películas sobre racismo, y todas importantes. Yo tenía que ir más allá. En resumen: Vale, Knock es negro, ¿y qué? ¡A otra cosa! No es que haya ocultado su raza, sino que la he tratado de otro modo. Partimos de que todas las diferencias son válidas y que hay que dejar de jerarquizar para dividir. Hombre o mujer, joven o mayor, blanco o negro o amarillo, musulman o judío o cristiano, etc. Todas las diferencias son válidas, y su aportación es constitutiva de la diversidad de los seres humanos. Por eso, en la película, los vecinos del pueblo se cuestionan. Ven la diferencia de Knock como algo natural, y cada uno propone una diferencia que le remite a su propia historia. A mí me gustaría que un actor negro, o árabe o asiático pudiera interpretar al Don Juan de Molière, al Príncipe de Hamburgo de Kleist o al Cid de Corneille sin que sea sometido a más cuestión que la de su propio talento. Ya sería hora, ¿no?


P: HÁBLENOS DE SU TRABAJO CON OMAR SY

R: Hemos construido el personaje de Knock juntos, mano a mano. El propio Omar confiesa que es la primera vez que el personaje no le viene a él, sino fue él quien tuvo que buscar la aproximación a un personaje tan distinto de como es él. Omar tiene una musicalidad especial en sus movimientos. Primero avanzan sus hombros y luego le sigue el resto del cuerpo, con ese andar que le caracteriza, balanceándose, como bailando. Y Knock es más rígido, más seco, más misterioso. Visualizo a Omar andando de un extremo a otro del jardín donde ensayamos, buscando el gesto, el balanceo imperceptible, la forma correcta de sentarse, de desenvolverse... Y acto seguido trabajamos la figura de Knock, que debía tener un atractivo y una elegancia casi atemporales. Le pedí a Pierre-Jean Larroque, diseñador de vestuario, que reprodujera tres trajes de Cary Grant en SOSPECHA. Y encontró los patrones y consiguió aquella extraordinaria franela.

Nuestra única fantasía fue añadir corbatas en blanco y negro con diseños geométricos. A continuación, Omar y yo trabajamos el personaje propiamente dicho, comenzando por olvidar a Jouvet y los dos filmes en blanco y negro que ya se hicieron: mi KNOCK estaría lejos de aquello. Al comienzo del rodaje sentí que Omar estaba un poco desestabilizado por mi forma de trabajar o de poner las cámaras. Esto fortaleció nuestro diálogo. Y vi el momento en que se soltó y decidió confiar en mí. Le estoy infinitamente agradecida. Trabajó con pasión, obstinación, exigencia, rigor y humildad. De verdad. Y le encantó rodearse de grandes actores.

Le encantó esta idea de "compañía", tan importante también para mí. Me sorprendió muy gratamente. Ganó su apuesta, nuestra apuesta. Es un Knock impresionante.


P: HA AMPLIADO MUCHO EL ESPECTRO DE PERSONAJES QUE LE RODEAN

R: Yo quería una verdadera galería de perfiles alrededor de Knock, para rodar la película como una comedia social un tanto ambigua, una intención también compartida con Jules Romains. Estaba el peligro, encarnado por Lansky (¡qué alegría coincidir con él por tercera vez!) y por el Padre Lupus, cuya iglesia se

va vaciando a medida que se llena la consulta médica, lo cual le saca de quicio. También está la culpa, Adèle, de quien Knock se enamora. Y todos los vecinos de este pueblo galo, como el viejo Jules, el cartero, el alcalde, Michalon, el profesor, los de la cafetería, el farmacéutico y su esposa, la viuda Pons, la señora Cuq... Algunos personajes ya existían, y yo los transformé conservando algunas de sus características. Todos tienen una tipología particular: la Sra. Mousquet se ha vuelto erotómana, Michalon y el alcalde forman un dúo al estilo Dupond y Dupont... Buscaba esa truculencia, teniendo en mente algunos dibujos de Dubout.


P: LA SRA PONS Y LA SRA CUQ -"LA DAMA DE MORADO" Y "LA DAMA DE NEGRO" EN LA OBRA- TAMBIÉN HAN EVOLUCIONADO, IGUAL QUE LA SRA RÉMY

R: Sí, tienen una existencia más precisa. A Hélène Vincent le dije: "La Pons sería la Madamme Bovary que nunca habría conocido a Rodolphe. Knock la despierta y da sentido a su existencia. Ella conserva su color principal, el aburrimiento, pero en la película es más dulce. Para la señora Cuq (Sabine Azéma), guardé la característica que le dio Jules Romains, la avaricia, pero yo le di otra, el egoísmo, que Cuq cultiva con refinamiento. Y me divertí transformando a la señora Rémy (Andréa Ferréol) en una mandona castradora. Lo que realmente deslumbra de actrices como Hélène Vincent, Sabine Azéma o Andréa Ferréol es que se empaparon de esta fantasía que les propuse ¡y me la devolvieron multiplicada por cien! Además, EL DOCTOR DE LA FELICIDAD es sobre todo una película de actores. Y esa era mi oportunidad. Cuando trabajas con virtuosos como Sy, Hecq, Vuillermoz, Vincent, Azéma, Ferréol, Girardot, Dana, Lutz, Elbé, Rufus, Marié, Castro, Murillo y los demás, uno sabe que puede atreverse con todo, probarlo todo, porque cualquier desliz estará siempre bajo control.


P: ¿HA TRABAJADO DE FORMA TAN PRECISA CON CADA UNO DE ELLOS?

R: Siempre me alimento del universo de un actor para componer con él su personaje. Nunca habría tenido la idea, por ejemplo, de la historia del cartero que lee todas las cartas que distribuye con la bendición de los aldeanos, con el pretexto de que él es responsable de las noticias que trae. Fue la poesía que emana de Christian Hecq lo que me permitió imaginar aquello.


P: EL CURA, INTERPRETADO POR ALEX LUTZ, ES MUY IMPORTANTE EN LA TRAMA

R: Es un personaje clave porque es ambivalente. Tanto en lo verdadero como en lo astuto. Por un lado, entendió que Knock es un manipulador y que sus intenciones no son claras. Por el otro, la envidia le corroe: él, que era el rey de este pueblo, se ha visto destronado. Es violento.

La partición era compleja. Hay un lado Louis de Funès en lo burlesco de ciertas situaciones, y otro más realista, más de primer grado, que debe permitirnos entender el problema. Alex es un virtuoso. Pasa de la locura más absoluta a la razón en una fracción de segundo. Y siempre dentro de la verdad y la sinceridad de su personaje. A veces se me olvidaba gritar "¡corten!" porque al verlo actuar dejaba de ser directora y me convertía en una espectadora.


P: HA HABLADO DE LOUIS DE FUNÈS. ¿TIENEALGÚN DIRECTOR DE REFERENCIA CUANDO ESTÁ RODANDO?

R: Sé de quién he aprendido mucho. Gérard Oury, por ejemplo: hay que tener agallas para rodar LA GRAN JUERGA y conseguir, en 1966, hacer reír a toda Francia con el tema de los resistentes y los cobardes. Su genio es la generosidad con la que nos hace amar a todos sus personajes, incluidos los cabrones, incluidos los idiotas. Simplemente porque estos cabrones e idiotas también son parte de nosotros mismos. No pretendo ser como él, pero me inspira. Como me inspira Jacques Tati con su universo visual y su poesía burlesca. O Capra y Lubitsch, con su infinita humanidad.


P: QUE TE GUSTE Y GUSTAR: DESDE LA PRIMERA VEZ, CON 20AÑOS, HASTA AHORA CON EL DOCTOR DE LA FELICIDAD, ES UNA CUESTIÓN QUE REAPARECE CONSTANTEMENTE

R: En drama o en comedia, esto es lo que me interesa. La reconciliación con uno mismo, y luego con los demás. Un amplio cometido.


P: ESCRIBIÓ EL GUIÓN DE EL DOCTOR DE LA FELICIDAD USTED SOLA. ¿HA SIDO UN PROYECTO DIFÍCIL DE ERIGIR?

R: Me llevó ocho años y trabajé sin red durante mucho tiempo. No tenía productor ni los medios para comprar los derechos de la obra, que todavía no son de dominio público. Cuando tuve lista una primera versión del guión, fui a ver a Frédérique Massart, la responsable audiovisual de Gallimard, y le dije: "Me gustaría que esta película fuera una realidad y poder trabajar con calma para eso. Lee mi guión y si te convence, acepta una suma simbólica como una opción para bloquearme los derechos. Si el guión no te convence, tu opinión me ayudará a olvidar el proyecto". Massart creyó en él y convenció al poseedor de los derechos de Jules Romains. Le estoy enormemente agradecida.


P: ¿LOS PRODUCTORES SE MOSTRARON PRUDENTES?

R: Tenía en mente un proyecto muy concreto que, no nos engañemos, no entusiasmaba a muchos. Una película con vestuario, con un gran texto de nuestro legado literario... ¿interesará al público? Está Omar Sy, sí, genial, pero sin tratar su condición de negro... uy, cuidado ahí... especialmente en un papel tan propio de un blanco. No fue hasta que conocí a Marc Missonier y a Olivier Delbosc que me pude establecer. Estábamos los tres en la misma onda. Creyeron en el proyecto y lo llevaron entusiasmo. Su lectura de las primeras versiones del guión me abrió las puertas y me ayudó a desprenderme del texto original para avanzar hacia una mayor libertad y fantasía.


P: ¿QUÉ QUIERE DECIR?

R: Les conté la historia desde el punto de vista de Jules Romains, de quien di su verdadero nombre: Louis Farigoule. Farigoule, por lo tanto, se enteró de la muerte de Knock y recibió sus cuadernos como herencia. "Es mi historia. Haz lo que quieras con ella". La forma, lo que hace que el creador y su criatura se encuentren, era demasiado literaria y abrumaba la estructura general de la historia, impidiendo que Knock estuviera en el primer plano de la película. Sin el análisis y los inspirados resultados de Marc y Olivier, habría tropezado de lleno con este obstáculo. No creo que me hubiese atrevido a liberarme tanto de Jules Romains.


P: HABLEMOS DEL RODAJE: ¿CÓMO REALIZA USTED SUS PELÍCULAS?

R: Yo tengo un punto de vista, sé a dónde quiero ir y trato de ser precisa. Concretamente en esta película tuve poco tiempo: ocho semanas y tres días de rodaje, que es muy poco para una película de época y con tanta gente rodando.

Ni siquiera teniendo dos cámaras. Por tanto, el trabajo preparatorio es básico. Trabajo con anticipación al lado de mis jefes de grupo. El director de fotografía, el de decorado, el diseñador de vestuario... defino con ellos el color de la película, cómo quedará. Sus trabajos deben ser una fusión, no una suma. Con Emmanuel Soyer, mi director de fotografía, hago un primer corte, que luego vuelvo a trabajar yo sola. Emmanuel y yo hacemos unos pequeños bocetos que después muestro a mi primer ayudante y al cámara. Mientras se pone a punto la parte técnica, yo ensayo con los actores. Toda esta preparación previa me da después más libertad.


P: COMO EN SUS ANTERIORES LARGOS, HA CONTADO CON EL DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA EMMANUEL SOYER

R: Él ha hecho mis cuatro películas. ¡Me da la sensación que hemos crecido juntos! Me gusta su aspecto, su sensibilidad, su exigencia. Con Emmanuel, todo es fluido. Tenemos las mismas referencias. Le explico lo que tengo en mente a través de pinturas, del universo de los pintores, de escenas de películas... Para la secuencia de la cena del alcalde, le dije: "Hazme un claroscuro como Caravaggio". Y claro, él se burla de mí y tiene razón porque abuso un poco de él, pero lo acaba entendiendo. ¡Y llega a donde yo quería llegar! A veces me cuestiona, y yo es algo que le agradezco: incluso si alguna vez discutimos, siempre lo hacemos por el bien de la película, y confiamos el uno en el otro.


P: HÁBLENOS DE LA MÚSICA DE CYRILLE AUFORT

R: Nunca he llegado a un a un plató sin tener los temas musicales principales. Cyrille compuso el tema de EL DOCTOR DE LA FELICIDAD, con sus dos arcos narrativos, durante la preparación de la película. Quería acompañar la gran aventura de Knock con una música orquestal muy romántica, sinuosa, amplia y que se moviera entre MEMORIAS DE ÁFRICA y EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA. El tema compuesto para Knock contrasta en gran medida con el de Adèle, para quien pedí una melodía íntima, recatada, con sonoridad de caja de música. Cyril me brindó una pequeña joya tocada con celesta. Cuando rodamos la secuencia en la que Knock, tímido, invita a Adèle a bailar en medio del macizo de Vercors, instalamos altavoces en el set y pusimos la música en alto, lo que le dio alas a Ana y Omar.


P: ¿HA RESULTADO DIFÍCIL, EL MONTAJE?

R: Tenía mucho material: la primera versión duraba 2h25. Sylvie Gadmer, con quien he trabajado durante mucho tiempo, me da mucha calma. Sylvie se incorporó al proyecto muy al principio, desde el rodaje. Visionaba las pruebas de cámara y me daba sus opiniones. A veces veía fallos y me los señalaba. Otras veces, era yo quien le transmitía una duda y le pedía que editara rápidamente una escena para ver si podía funcionar. Nos llamábamos cada noche tras el rodaje para valorar la jornada.


P: PARECE QUE TIENE UNA PASIÓN POR LA "COMPAÑÍA" QUE SE CONTAGIA A ACTORES Y TÉCNICOS

R: Es que vengo del teatro, me encanta su espíritu y, sí, soy muy de "compañía". Es una zona de confort acogedora, alegre y fraternal de la que saco mucha energía. Y en EL DOCTOR DE LA FELICIDAD, se puede decir que me han cuidado especialmente.


Entrevista Omar Sy

P: ¿CUÁL FUE SU REACCIÓN CUANDO LORRAINE LE HABLÓ DE SU PROYECTO?

R: Yo no conocía el personaje ni la obra de Romains. De hecho, no lo estudié en la escuela, y esto creo que le gustó. No sabía nada sobre el Dr. Knock, de modo que todo era posible. Ella me explicó cómo se imaginaba el personaje y por qué quería que lo interpretara Estuvimos horas en una cafetería hablándolo. Luego me explicó cómo imaginaba la adaptación. ¡Y al instante empecé a interesarme en Knock!


P: ¿HA VISTO SUS PELÍCULAS?

R: Sí, alguna. Y fue muy estimulante. Durante aquella primera reunión, también aprecié la determinación de Lorraine. En aquel momento yo tenía muchos proyectos en marcha, no tenía ni un solo hueco en la agenda desde hacía mucho, lo cual alargó los plazos de su película. Pero en lugar de desanimarse como lo habrían hecho la mayoría de los directores, ella estaba dispuesta a esperar a que yo estuviera disponible.


P: AUN ASÍ, USTED LE PIDIÓ UN TIEMPO PARA PENSÁRSELO ANTES DE ACEPTAR. ¿POR QUÉ?

R: Me preguntaba si tenía derecho a interpretar a este personaje y si era capaz de hacerlo. Antes que yo Knock fue interpretado por grandes actores: Louis Jouvet en la obra, luego en la película que rodó en 1951, Fabrice Luchini, más recientemente, en el teatro... ¿No es como para preguntártelo?


P: ¿QUÉ LE SUGIRIÓ LA INTERPRETACIÓN DE LOUIS JOUVET ?

R: ¡Me dio miedo! ¡Me aterrorizó! Porque es magnífica, fría, punzante, escalofriante. Yo, me sentí incapaz de interpretar un papel tan oscuro. Afortunadamente, ya había leído el guión de Lorraine y sabía que nuestro Knock sería más suave, más enfocado en el lado positivo que en el oscuro, y que sería más humano. Ya vi que iba a jugar en un terreno distinto.


P: ¿TUVO ALGÚN OTRO TEMOR?

R: Por supuesto. Nos enfrentábamos a un clásico. Y un clásico... ¡es sagrado! Nos arriesgábamos a ser criticados por tomarnos las libertades que se tomaba el guión. En mi cabeza se repetía la pregunta una y otra vez: ¿se puede modificar un texto de repertorio, cambiarlo de época, desviarlo? Ahora, sin embargo, siento que esta era la única forma de abordarlo de una manera contemporánea.


P: ¿QUÉ QUIERE DECIR?

R: Por ejemplo, situar la película en los años 50 es sorprendente, pero fue una forma de respetar la obra de Jules Romains. No nos salimos de contexto por completo. Y colocar a un médico negro en una aldea francesa durante esos años, y sin hacer que su color de piel sea un "problema", eso es algo muy atrevido.


P: EN EFECTO, EL PERSONAJE DE JULES ROMAINS ES BLANCO...

R: ...Y ya ves que no afecta a la película. Negro o blanco, sigue siendo el Knock de Jules Romains. Lorraine habría podido ir a lo fácil y jugar con esta diferencia, pero no: Lorraine se va al lado totalmente opuesto. Ella nunca habla de esto, en ningún momento saca el tema: sus ojos no ven que este médico sea negro. Lo que le interesa es la sensación de los vecinos del pueblo frente a este extraño que desembarca en sus casas.


P: ÉL ES DIFERENTE, EXTRAORDINARIO, A VECES HASTA ABRUMADOR, PERO...

R: ¡...pero no precisamente no por su color de piel! A muchos inversores les habría gustado ver a Lorraine lidiar con el racismo. Pero ella valientemente los dejó de lado para hacer la película que quería. Una decisión íntegra. Ella nunca cedió ni aceptó ningún compromiso de este tipo. Nos estuvimos enfrentando a estas dificultades al comienzo de la aventura, lo cual no hizo más que fortalecer nuestra relación.

Yo sabía que podía confiar en ella, que se comprometería. Y eso es lo que hizo.


P: SU INTERPRETACIÓN DE KNOCK ES MUY DISTINTA DE LA DE JOUVET, SIN DEJAR DE SER FIEL AL PERSONAJE: TAMBIÉN MANIPULA A LOS VECINOS A LA VEZ QUE SE VE DEVORADO POR LA MISMA AMBICIÓN.

R: El éxito se le sube a la cabeza. Paradójicamente, creo que aquí es donde mejor se refleja su humanidad. Él no es solo un manipulador, pero se mete en una carrera que ya no controla. No sabe por qué está corriendo ni detrás de quién; simplemente no puede parar y va demasiado lejos. Se ve superado por la vida y por lo que realmente importa en la vida, aunque se trate de un recuerdo que sale a la superficie. Esta humanidad y este alivio dicen mucho para mí. Y eso es lo que eché en falta en la versión de KNOCK O EL TRIUNFO DE LA MEDICINA de Louis Jouvet.


P: COMO KNOCK, ¿ HA VIVIDO ALGÚN MOMENTO DE SU VIDA CON LA SENSACIÓN DE NO TENER NADA CONTROLADO? ¿CUANDO HIZO 'INTOCABLE', QUIZÁ?

R: Sin duda. Todos pasamos por esa fase en que vamos en una dirección y perdemos de vista el objetivo. No nos damos cuenta. Forma parte de la condición humana y, no lo olvidemos, se puede corregir.


P: HÁBLENOS DEL CAMINO QUE RECORRE SU PERSONAJE ANTES DE ACABAR SUSTITUYENDO AL DOCTOR PARPALAID EN SAINT-MAURICE

R: En la versión de Lorraine, es muy importante que Knock no aparezca de la nada. Sabemos de dónde viene, entendemos sus aspiraciones de encontrar un lugar bajo el sol y el trabajo que le costó lograrlo. No se trata de un charlatán. De hecho, no sueña con ningún lugar privilegiado, sino con un lugar, sin más. En el camino se da cuenta de eso y termina encontrándolo.


P: SU MANERA DE PRACTICAR EL CLIENTELISMO EVOCA MUCHO A LA POLÍTICA ACTUAL

R: Es cierto, y resulta divertido ponerlas en paralelo. Yo admiro mucho el trabajo de Lorraine, fino, sutil, elegante. Es una autora y una directora excepcional. Me encanta todo lo que dice y cómo lo dice.


P: KNOCK SE ENFRENTA A UNA GALERÍA DE PERSONAJES, A CUÁL MÁS MARCADO. CUQ Y SU AVARICIA, PONS Y SU NEURASTENIA, MADAMME MOUSQUET Y SU EROTOMANÍA...

R: Yo nunca he hecho teatro. La única vez que subí a un escenario fue para interpretar los sketches que escribí junto a Fred Testot. Y pensé: "Yo no estoy hecho para esto, no lo volveré a hacer". Pero aquí me encontré de repente ante unos actores que en su mayoría provenían del teatro, con unos personajes muy potentes y claramente dibujados. Era como bailar un vals diferente con cada personaje.

Fue una experiencia muy fuerte, muy afortunada. Aquí me vinieron ganas de hacer teatro. Creo que ya no puedo decir que no estoy hecho para esto.


P: ¿LA EXPERIENCIA TEATRAL DE SUS COMPAÑEROS HA MODIFICADO SU PROPIA MANERA DE ACTUAR?

R: Sí, claro. Tienen otra forma de escuchar, otro ritmo y otra técnica. El intercambio con ellos es diferente, casi orgánico. Yo, que actúo por instinto, tuve que aprender a manejar sus herramientas. Su técnica me fascinó, su forma de ser también. En el teatro, la jerarquía es menos marcada que en el cine, especialmente entre los actores. Como si todos pusieran su grano de arena para erigir un monumento. Me gustó mucho.


P: ¿CÓMO PREPARÓ SU PERSONAJE?

R: Hicimos una búsqueda conjunta con Lorraine. Físicamente, quisimos marcar una diferencia entre el Knock del principio y el que llega a la estación, que ya va trajeado. Trabajamos en sus andares y aprendí a ir más erguido, como si estuviera aprendiendo un paso de baile. También tuve que trabajar mi dicción: era impensable que comiera palabras o que hablara con la velocidad que yo hablo. Me encantó este trabajo. Sentí que me iba a hacer progresar, que me daría nuevas herramientas y me llevaría a un universo distinto.


P: ES LA PRIMERA VEZ QUE RUEDA CON UNA CINEASTA MUJER

R: Y fue una experiencia magnífica. Un verdadero flechazo en lo humano y en lo profesional. Lorraine no me eligió por un impulso, sino por razones que realmente justifica. Vio cosas en mí que otros no habían visto, ni siquiera yo mismo. Probablemente nunca me habrían permitido hacerlo, ni siquiera pensar en un papel de ese tipo si ella no hubiera venido a mí. Lorraine logró expandir mi rango de posibilidades.


P: ¿CÓMO ES TRABAJAR CON ELLA?

R: Lo primero que hay que hacer es escuchar, porque sus opiniones son apasionantes. A continuación, buscamos con ella, ensayamos, intercambiamos puntos de vista... es un trabajo realmente colectivo, muy agradable. Al rodar, en seguida sabemos si una toma es buena o no. Y si no lo es, Lorraine alcanza sus objetivos con tanta determinación como dulzura. Me he encontrado con directores de cine exigentes que te contagiaban su ira y sus turbulencias. Pero con ella nunca ha sido así. Y es sin duda porque proviene del teatro. Sabe cómo hacer equipo.


P: ¿ESTARÍA DISPUESTO A INTERPRETAR UNMOLIÈRE, COMO ELLA HA DICHO?

R: Todo se puede hablar. Todo lo que me proponga, lo escucharé, porque sé que será interesante. Volvería a trabajar con ella encantado, para volver a sentir la belleza y la felicidad que sentí durante aquel rodaje.


P: EL ESTRENO DE EL DOCTOR DE LA FELICIDAD LLEGA EN UN TIEMPO DE FUTURO DESESPERANZADOR PARA EL INMIGRANTE

R: Desgraciadamente, me pregunto si el tema de la inmigración no es un problema enquistado para siempre. Estaba presente cuando Romains escribió la obra y siempre lo ha estado.


P: KNOCK SE ALEJA DE LOS PAPELES QUE USTED HA HECHO HASTA AHORA

R: Odiaría hacer siempre la misma película, y me gusta el contacto con la gente que tenga historias que me conmuevan; historias de la vida, de humanidad, de luz, de esperanza. Reivindico mi fe en el ser humano porque estoy convencido de que tiene bondad. Si el cine puede proporcionar un momento agradable, algo brillante, abrir una puerta a un mundo mejor y más positivo, ¡compro!


P: LOS FILMES QUE RUEDA EN FRANCIA CUMPLEN CON ESTE PERFIL. ¿POR QUÉ IRSE A EEUU A HACER DE MALO?

R: Un actor francés en Estados unidos no puede hacer de otra cosa que de malo de la película, es lo que hay. Pero lo encuentro divertido. A mí me gusta actuar, y hacer de malo en una producción supertaquillera también me puede llegar a gustar. En Francia tengo la suerte de poder elegir, y me aprovecho de ello mientras pueda.


P: EL PÚBLICO QUE LE SIGUE ÉS MUY AMPLIO. ¿CREE QUE CON EL DOCTOR DE LA FELICIDAD ESTA MASA PUEDE CRECER?

R: Es el objetivo final: reunir en una sala a los que ya conocen el clásico y los que lo tienen por descubrir, a aquellos que han leído y disfrutado a Knock y a aquellos que están acostumbrados a seguirme en películas de otros géneros.


Entrevista la compañía

ALEX LUTZ - EL PADRE LUPUS
Al leer el guión de Lorraine pensé: "Ok, ha hecho un Knock amable". Y luego pensé que, en realidad, todo lo que ella hace es así, me encanta su universo, todo está sutilmente matizado. Consigue ponerle ambición, una loca ambición que a veces despista. Hasta el final, Knock sigue siendo un personaje problemático que no sabemos si morderá. Hasta el final, donde el amor lo abre a un sentimiento más grande Pero lo que más me gusta de la película es la humanidad, en el sentido más noble de la palabra, que dicta, casi a pesar de ellos mismos, la conducta de cada uno de los personajes. Lorraine hace que gane la esperanza, la felicidad y, sobre todo, que esta se mantenga. Me parece genial la promesa que Adèle le pide a Knock: "Prométeme que intentarás ser feliz", le dijo. Porque la felicidad no cae del cielo: para mantenerla tienes que poner de tu parte. Y los demás también. Cuando Lorraine me propuso el papel de Padre Lupus, ella había creado un destino para él, así como para los demás personajes. Un destino con la fuerte convicción de que todos son responsables de ello, y que nuestros destinos individuales se convierten en nuestros destinos comunes. Lupus es un hombre sincero, un joven sacerdote con una sonrisa deslumbrante, que cuida mucho su vestimenta y que eligió una vida discreta, pero a pesar de ello no le falta ambición eclesiástica. Debe reunir las almas de los aldeanos y logra más bien poco. Con la llegada de Knock, se ve a sí mismo perdiendo a sus parroquianos y esto lo vuelve loco. Hay momentos en que se plantea tirar la toalla.

Sin embargo, cuando Knock quiere irse, es él quien decide exhortar a sus feligreses diciéndoles: "Si estamos juntos, no será perfecto, pero al menos estaremos juntos". Estas parábolas que enseñamos a nuestros hijos cuando son pequeños me conmueven: incluso si es difícil estar juntos, siempre será mejor. La energía común gana, y eso es lo que enseña la película. La palabra tonto se ha asociado a la gente buena, aunque yo creo que es una gran virtud. No podemos soportar esta época de cinismo total. En la película de Lorraine, cada plano cuenta algo: te une a una situación pero a la vez te aporta un simbolismo: como un viejo tren que se cruza con un coche nuevo a toda velocidad, ilustrando el pasado y el futuro, la idea de avanzar o de estancarse en un lugar. Lorraine posee el sentido del cine. Es una gran realizadora.

ANA GIRARDOT - ADÈLE
Adèle, mi personaje, es la única que no visita a Knock, a pesar de ser la única que está realmente enferma. Dulce y discreta en apariencia, trabaja duro para la señora Cuq, nunca se queja y siempre se guarda de mostrar su fuerte personalidad. Knock se siente atraído por su honestidad y autenticidad, y a ella le descoloca la amabilidad que él le dedica. Adèle tendrá éxito en transmitirle un valor que no tiene precio: el de ser feliz.

Lorraine Lévy le ha dado al Knock de Jules Romains la frescura y la espontaneidad propias de una comedia de mi generación. Nos fue fácil adentrarnos en el proyecto sin referirnos al original.

SABINE AZÉMA - SEÑORA CUQ
He trabajado cinco días en la película, y ha sido como bailar un breve vals. Y fue increíble conocer a todos estos actores a quienes admiraba sin haberlos conocido; unos actores que nos sentíamos realmente elegidos por Lorraine Lévy. Sentíamos el amor que nos transmitía. Lorraine es una directora muy delicada, muy respetuosa: es extremadamente clara cuando habla ante los actores, tan culta, y a la vez tan receptiva a las propuestas que le hacen. Me ha encantado investigar e inventar con ella esta señora Cuq. Me encantaría volver a trabajar con ella.

PASCAL ELBÉ - LANSKY
Hacía tiempo que quería hacer un personaje malo, y esto ha sido un bonito regalo que me ha hecho Lorraine Lévy. Lansky no existe en el texto de Jules Romains. Él se integra bien en el universo de personajes y contribuye a ver a Knock de un modo distinto, además de suponer un obstáculo en su camino. Lorraine Lévy, en quien tengo plena confianza, ha adoptado una posición real de adaptación: se pueden perder muchos elementos cuando uno adapta un trabajo demasiado literalmente. Al revisar la obra por completo, ella permanece fiel en tanto que la abre a los temas actuales. ¿Su genialidad? Trasladarlos a los años cincuenta, y hacerlo con Omar Sy, un actor que aporta al instante un aire de modernidad. Es impotente y frágil, él completa el camino de los que se quieren curar -se acerca al prójimo-, mientras que el Knock de Louis Jouvet no es más que cinismo y abuso. El Knock de Jouvet me hacía reír, pero este es un personaje distinto. En 2017 quizá habría sido difícil identificarse con él. Lorraine, además, no habría logrado implicar al espectador en la misma medida en semejante aventura. Su Knock se parece a ella. Durante la grabación, ella quería que fuéramos sinceros, pero al mismo tiempo quería una dimensión un tanto burlesca para la película. No fue difícil encontrar esta coherencia, dada su experiencia en el teatro: tiene una forma muy propia de ocupar el espacio.

AUDREY DANA - Sra MOUSQUET
Al rodar esta adaptación de Lorraine Lévy, no tuvimos la sensación de actuar con fantasmas, sino de inventar. Los actores de esta película venimos de escuelas muy diferentes, y este crisol contribuye a dar modernidad a la película, así como la apariencia de Lorraine en sus personajes. Una mirada libre y nueva.

La señora Mousquet, esposa de un farmacéutico, es sin duda la que tiene menos riesgo de enfermar: está llena de vida, siempre lista para la aventura. Es una mujer que espera algo sin saber muy bien qué, y lucha por controlar sus impulsos, por fingir. A ella, así como al resto de vecinos, Knock les alegra la vida.

MICHEL VUILLERMOZ DE LA COMÉDIE FRANÇAISE - Sr MOUSQUET
Cuando vemos los excesos de la actualidad, incluso del mundo médico -el déficit abismal de la Seguridad Social, un masivo número de farmacias, la autoridad de los laboratorios farmacéuticos- solo podemos dar la bienvenida a la modernidad de la obra de Jules Romains y al trabajo de Lorraine Lévy. La empatía que nosotros, los personajes y los espectadores sentimos por Omar Sy en el papel de Knock es tan fuerte que refuerza la profundidad de la trama. Omar convence con su humanidad y su sonrisa, al contrario que Louis Jouvet, que era más inquietante. En cuanto a Mousquet, mi personaje está más fascinado por el viaje que hizo Knock que por él en sí: y es que Knock lo saca a relucir, lo empuja fuera de su crisálida y, lo más importante, le ayuda a recuperar el amor de su esposa.

CHRISTIAN HECQ DE LA COMÉDIE FRANÇAISE - EL CARTERO
Todos tenemos en mente las réplicas de Knock: la idea de una adaptación primero me hizo temblar, tuve la sensación de enfrentarme a un monstruo sagrado. Pero cuando Lorraine explicó su proyecto, lo encontré emocionante e incluso necesario.

Me conquistó ese guión que defendía los valores universales, por haber elegido a Omar Sy para dar vida a Knock. Omar Sy: el polo opuesto de Louis Jouvet. Vi lo que emanaba de este Knock: una mirada llena de esperanza, una bomba de humanidad. Como la humanidad que Lorraine lleva consigo.

Los directores rara vez tienen la paciencia de esperar hasta que pueda librarme de mis obligaciones en la Comédie-Française. Ella, por el contrario, la tuvo, lo cual me llegó al alma.

El cartero que yo interpreto, que lee las cartas de todos los vecinos porque, según él, se siente responsable de las noticias que distribuye, no está muy alejado de la realidad de cierta época: entre los extras de la película había un antiguo cartero. Me dijo que a veces tenía que llevar cartas a casas muy apartadas. La gente a menudo era analfabeta, y él les leía las cartas y les ayudaba a escribir las respuestas. A veces incluso dormía en el lugar y no se iba hasta el día siguiente.

HÉLÈNE VINCENT - LA VIUDA PONS
Al dar este gran paso de distanciarse de la obra de Jules Romains y confiarle el papel de Knock a Omar Sy, Lorraine Levy eliminó la mezquindad y la acidez: ya hay algún que otro personaje realmente malo. Su Knock es tierno, alegre, generoso, brillante. Se podría comparar la campaña de promoción que emprende Knock en el pueblo con la de un político -en esto es muy moderno. Pero, más que las ganas de recibir tratamiento, encuentro que despierta en sus pacientes las ganas de reunirse. Todas estas personas sufren soledad. Al darles un oído comprensivo, Knock se está ocupando de sus problemas imaginarios. ¿Qué más se le puede pedir a un médico cuando sabemos que la mente puede generar verdaderas enfermedades? La viuda Pons, esa cosita frágil y pomposa que no padece nada más que aburrimiento, y que queda bastante alejada de la Dama de Morado en la que se inspira, encuentra un gran consuelo y alegría al ser escuchada por este doctor, que por encima de todo es atento.

ANDREA FERRÉOL - Sra RÉMY
En la obra de Jules Romains, el papel de la señora Rémy es minúsculo. Lorraine Lévy lo ha hinchado, de la misma forma que ha hinchado e incluso inventado distintos roles que componen un pueblo real -un pueblo al estilo Chabrol- escribiéndolos para cada uno con gran precisión física y psicológica, hasta para el personaje más secundario. Lorraine adora el espíritu de "compañía". A pesar de tener caminos diferentes, ningún actor destaca sobre otro, sin duda, porque la mayoría de nosotros venimos del teatro. Es como si hubiere organizado una compañía alrededor de Omar Sy. Fue atrevido y emocionante que le eligiera para interpretar a Knock. El mundo ha cambiado, Louis Jouvet pertenece al pasado, Omar Sy al presente. Hay un personaje en la película -la señora Parpalaid- que se atreve a evocar el color de piel de Knock sin poderlo siquiera nombrar. Al resto les trae sin cuidado. Su diferencia recae en otro aspecto. ¿Es un médico? ¿Qué poder tiene? Esta es la diferencia que impulsará a la gente del pueblo a idolatrarlo y a suplicarle que no se vaya. Me parece hermoso. Respetando el texto de Jules Romains, Lorraine Lévy ha sabido tomarse libertades. Ha hecho una película moderna.

RUFUS - EL VIEJO JULES
Lorraine Lévy tenía varias ideas geniales. Una de ellas era convertir los comentarios cínicos de Jules Romains en una propuesta generosa. "Él tiene un nosequé que nosotros no tenemos", dice mi personaje acerca de Knock. Esta réplica es genial porque todos se preguntan qué es ese nosequé. Yo descubrí que Lorraine Lévy, Omar Sy, Audrey Dana y Christian Hecq tenían ese mismo nosequé: y es gracias a aquello que la película va mucho más allá del texto de Jules Romains.

Eso es lo más sagrado de la película. ¿Mi convicción poética? ¡Una sola proyección del bacilo de Knock puede reemplazar las once vacunas obligatorias en Francia!.