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  Amante por un día  (L'amant d'un jour)
  Dirigida por Philippe Garrel
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AMANTE POR UN DÍA es una película del francés Philippe Garrel. Filmada en blanco y negro, ilustra la exploración poética de Garrel por la relaciones, el amor, la fidelidad y el deseo.


Críticas
"Por encima de todo lo que has visto últimamente" - Cahiers du Cinéma

"Obra maestra" - Le Monde

"Fascinante" - The Hollywood Reporter

"Una tragicomedia romántica, atractiva y elegante" - Variety

"Palabras mayores. Deslumbrante" - Fotogramas

"Una película hermosa" - Cinemanía

"Emoción pura" - Positif

"Una pequeña gran joya sobre las dificultades de las relaciones románticas" - OTROS CINES


Philippe Garrel (Bio)
Cinéfilo temprano (dirigió su primer cortometraje con 16 años), Philippe Garrel es una fgura clave del cine francés de las últimas décadas. Descendiente directo de la Nouvelle Vague, Bresson o Jean Eustache, sus películas, de formas depuradas, han inspirado a directores como Gus Van Sant, Olivier Assayas o José Luis Guerin. Destacan en su extensa flmografía títulos como Le révélateur (1968), La cicatrice intérieure (1972), L'enfant secret (1979) o Les amants réguliers (2004). El Festival de San Sebastián le dedicó en 2007 una retrospectiva.


Nota del director
Cuando se hubo atrevido a tomarla en sus brazos, cuando se hubieron derramado sobre una cama improvisada entre extraños, en la universidad, ajenos a su presencia. Cuando la hubo penetrado castamente mientras sonreía y se acurrucaba más cerca, moviendo lentamente su cuerpo mientras su piel se fundía suavemente con su piel; entonces se dio cuenta de que sí, se habían rendido al amor; un amor que había estallado en sus vidas, inesperado e imposible de rechazar. Tenía veinte años y estaba llena de juventud y él tenía fácilmente cincuenta aunque no quisiera darse cuenta. Veinte también era la edad de su querida hija, pensó mientras se vestía. ¿Cómo reaccionaría ella? Ahora que había encontrado de nuevo el amor.


Entrevista con Philippe Garrel
* Extracto de una entrevista publicada en mayo en Les Cahiers du Cinéma

P: Tras La Jalouise y A la sombra de las mujeres, Amante por un día cierra una
trilogía.

R: Sí, ya había filmado antes una trilogía, con La cicatriz interior, Athanor y Le Berceau de cristal, que debían proyectarse de una sola vez, durante 2 horas y 45 minutos, en el Palais de Chaillot. Me preguntaron para una retrospectiva qué regalo podían hacerme, así que pedí dos proyecciones gratuitas -de La cicatriz interior y Marie pour mémoire- y una del conjunto de esa trilogía, sin que se encendiesen los focos entre cada una de las películas. Antes de esto, un crítico había atacado Athanor diciendo que yo estaba dándome golpes contra un muro y no entendía la obviedad de que el cine es movimiento. La cicatriz interior era música y planos de seguimiento. Athanor era silencio y planos fjos. Con Le Berceau de cristal regresé a la música de Ash Ra Tempel, así que Athanor funcionaba como un interludio entre dos partes de un concierto. En esta ocasión, en cambio, sí que es una verdadera trilogía, ya que las películas no están concebidas para ser proyectadas juntas.


P: ¿Cuándo percibiste que tus tres últimas películas formaban esta trilogía?

R: Durante la preproducción de la segunda. Ya había hecho La Jalouise y comprobado que el prototipo funcionaba. La película tenía 75 minutos, y 15 minutos menos signifcan 15 minutos menos de producción. Hay muchísimos ejemplos de películas breves en la historia del cine, ¡nadie recuerda que El Acorazado Potemkin solo tiene 65 minutos! Así que produje tres iteraciones de ese prototipo, una película de 75 minutos, flmada en 21 días, en CinemaScope y en blanco y negro.


P: Más allá de consideraciones económicas, ¿Las raíces de la trilogía tienen su motivo en los temas?

R: Como espectador, me gustan otras manifestaciones artísticas tanto como el cine. Soy tan apasionado del cine como lo soy de la pintura, pero si hay alguna cosa que he hecho a lo largo de mi vida es leer a Freud. Creo que empecé en 1975. Desde hace ya años, he hecho leer a mis estudiantes en clase El caso Dora y El sueño del hombre lobo. Cuando hago una película -y es esto por lo que amo a Bergman tanto como a Godard-, me impongo un encargo freudiano. En La Jaluoise, mi tema era la neurosis femenina; en In the shadow of women, la líbido femenina; y en Amante por un día, el inconsciente femenino. En Amante por un día quería abordar el complejo de Electra, la contraparte femenina al complejo de Edipo, aunque ambos no sean exactamente simétricos. Electra conspira para asesinar a su madre, Clitemnestra, porque esta vuelve a casarse. La película cuenta la historia de una amistad consciente entre una mujer joven y su madrastra, que tiene su misma edad, y cómo el inconsciente de la joven la empuja a deshacerse de la rival por el amor de su padre. Y aunque no es fundamental comprender esto, es así como construí la película.