Cinemanía > Películas > Venom > Comentario
Destacado: Pedro Martín-Calero dirige 'El llanto' con Ester Expósito
  Venom  Dirigida por Ruben Fleischer
¿Qué te parece la película?
Gracias
Ver resultados

Dirigida por Ruben Fleischer. Producida por Avi Arad, Matt Tolmach y Amy Pascal. Guion de Jeff Pinkner & Scott Rosenberg y Kelly Marcel. Historia para la pantalla de Jeff Pinkner & Scott Rosenberg. Basada en los cómics de Marvel. David Householter, Stan Lee, Kelly Marcel, Tom Hardy, Edward Cheng y Howard Chen son los productores ejecutivos. Matthew Libatique, ASC, es el director de fotografía. Oliver Scholl es el diseñador de producción. Montaje de Maryann Brandon, ACE, y Alan Baumgarten, ACE. Paul Franklin es el supervisor de efectos visuales. Diseño de vestuario de Kelli Jones. Música de Ludwig Göransson. Supervisión musical de Gabe Hilfer.

VENOM ha recibido la calificación de edad de mayores de 13 años de la Motion Picture Association of America por sus intensas secuencias de acción y violencia de ciencia ficción, y por el lenguaje.


¡Nosotros... somos... Venom!
Todos tenemos algo dentro de nosotros que hace que nos hierva la sangre de rabia. Alguien (o algo) nos hace saltar y, ¿no sería estupendo poder dejarnos llevar? ¿No resultaría gratificante poder arrancarle la cabeza de cuajo a ese idiota? ¿No sería divertido poder mostrarle al mundo lo que acecha en tu interior?

Para Eddie Brock, ese monstruo, Venom, está a punto de desatarse, y con él también saldrá a la luz el lado oscuro de su propia personalidad... y va a ser un viaje movidito.

Hay una razón por la que Venom es uno de los personajes más populares de la historia de Marvel. Es peligroso, es aterrador, es impredecible, lo único que iguala a su oscuro ingenio es su predilección por la violencia... y todo ello viene envuelto en un exterior con enormes ojos blancos, una boca llena de dientes afiladísimos y una larga y retorcida lengua musculosa.

El eje central de VENOM lo constituyen no uno, sino dos antihéroes en un único cuerpo: Eddie, interpretado por Tom Hardy, el reportero obsesivo e impulsado por su ego, empeñado en desenmascarar a los corruptos y poderosos, y Venom, el escalofriante simbionte alienígena con superpoderes increíbles que se fusiona con Eddie. Juntos, son capaces de cualquier cosa, una perspectiva aterradora, dado que a Venom lo impulsa la cólera. En una relación verdaderamente simbiótica, se influirán mutuamente, para bien o para mal...

Según el productor Matt Tolmach, que cuenta entre sus producciones más recientes el gran éxito de taquilla de Sony Pictures, con casi mil millones de dólares recaudados en todo el mundo, "Jumanji: Bienvenidos a la jungla", Eddie Brock, un reportero impulsado por su ego que pasa por una mala racha, y la dualidad que ofrecía Venom -el poder de ver el potencial propio, física e indeleblemente- ofrecía algo cercano como concepto de antihéroe. "Eddie Brock es como muchos de nosotros", opina Tolmach. "Eddie era el protector de los inocentes, que defendía a los desamparados. Pero, por desgracia, se puso a sí mismo la zancadilla. Tomó atajos. Tiene mucho ego y mucho genio. Es impetuoso. Esta película trata sobre ser una versión mejor de cómo era antes, y lo único por lo que se vuelve mejor es porque se topa con Venom".

El productor Avi Arad considera que la complicada pero entretenida mezcla de tonos de VENOM ofrecía una oportunidad de hacer una película que volviera del revés las convenciones del género de superhéroes. "Eddie Brock y Venom son dos personas muy distintas que juntas cambian mutuamente sus vidas", aporta Arad. "Se trata de una historia pavorosa, intensa y divertidísima. Parece dura y oscura, pero ligera y optimista, y destaca entre la infinidad de películas de superhéroes por su original historia".

Arad prosigue: "Eddie influye en el lado bueno de Venom. Venom se vuelve como la conciencia de Eddie. Es necesario que el bueno y el malo influyan el uno en el otro para salvar al resto de nosotros".

Cuando el realizador Ruben Fleischer -que consiguió un gran éxito de culto con la producción de Sony Pictures "Bienvenidos a Zombieland"- asumió la dirección de VENOM, los productores supieron que contaban con alguien que entendía perfectamente cómo el personaje más alucinante de Marvel podía servir para obtener una película trepidante como ninguna otra. Pero el equipo responsable de VENOM también se dio cuenta de que haría falta un actor de gran talento para abarcar ambas personalidades de Venom y Eddie Brock.

Consiguieron más de lo que esperaban cuando el alabado actor Tom Hardy, responsable de algunos de los personajes más complejos del cine moderno, aceptó protagonizar la película.

Fleischer ve a Hardy como un hombre del momento, un actor de su tiempo. Fleischer explica: "Tom es uno de los mejores actores de todos los tiempos, con un enorme talento innato, que resulta cautivador en la gran pantalla. Es una auténtica estrella de cine, se encuentra en su mejor momento ahora mismo, funcionando a pleno rendimiento, y aporta mucho a cada mirada, cada momento, cada detalle, cada palabra".

Fleischer continúa: "Es toda una inspiración. Y creo que todos los miembros del equipo están completamente comprometidos con cómo ha decidido encarnar a Eddie Brock. Y encima de eso, Tom es desternillante, que es exactamente lo que necesitábamos para dar vida a Venom para los espectadores".

Hardy considera que la idea de la simbiosis, de necesitarse mutuamente para sobrevivir, forma parte inherente de los personajes de Eddie y Venom. "Había un registro muy amplio con el que jugar dentro de la dinámica psicológica de esta película de superhéroes", opina. "Y me pareció fascinante porque es una personalidad múltiple; una es un personaje humano y la otra es un alienígena. Interpreto frente a una criatura de más de dos metros de altura. Y Eddie Brock tiene que afrontar a esa cosa viviendo en su interior. Los dos están unidos en uno. 'Nosotros somos Venom' es su mantra".

Hardy estaba especialmente entusiasmado de interpretar a este personaje concreto. "Venom mola, tío, es una pasada. Mi hijo me contó todo tipo de cosas sobre él, le encanta Venom. Es un personaje estupendo para interpretar, porque Venom es implacable y, básicamente, no tiene reglas. Es muy complejo".

Los comienzos de Venom son de la clase con la que sueña todo creador de cómics: una llamativa presentación que desata una extensa vida propia, entusiasmando a cada paso a los fans. Desde su primera aparición completa hace 30 años en el número 300 de la colección "The Amazing Spider-Man", la imagen de supervillano de Venom se ha convertido en una de las más fascinantes y entretenidas para los entregados lectores de Marvel.

En un primer momento, Venom se presentó en los cómics de Spider-Man como un antagonista aterrador al que los lectores temieran, pero ocurrió justo lo contrario. Los fans se quedaron prendados de este antihéroe extravagante y sin pelos en la lengua, con enormes colmillos y actitud despiadada incluidos. Entre su fascinante aspecto, sus peculiares orígenes y sus temas de luz y oscuridad, los lectores se quedaron enganchados, y así nació su comunidad de fans, que impulsó la serie epónima del personaje hasta convertirlo en uno de los más populares de la historia de Marvel. Ahora, el personaje llega a la gran pantalla en su propia película.

Para interpretar a la némesis de Venom -el villano del antihéroe, el malo frente al malote- el director de la Fundación Vida, Carlton Drake, el equipo responsable de VENOM buscaba a un actor que pudiera hacerlo a la vez elegante y atrevido.

Encontraron a su villano inmoral pero sofisticado en el actor, rapero y activista británico ganador del Globo de Oro Riz Ahmed. A primera vista, Carlton Drake parece ser un científico, filántropo e inventor, que ha creado su Fundación Vida por el bien común de la humanidad. La realidad, sin embargo, es que este zalamero visionario no es más que un criminal complejo que empieza a creerse sus propias mentiras, a costa de la sangre de los demás.

Fleischer comenta: "Hace tiempo que soy un gran admirador de Riz y estaba deseando trabajar con él. Es uno de los actores más fascinantes que hay. Ya contábamos con Hardy, y creo que Riz está a su altura. Así que estaba entusiasmado de contar con él para interpretar al malo de la película, Carlton Drake. Es una especie de genio del mal que, en nuestra película, se siente sumamente frustrado por el próximo fin del mundo".

El productor Avi Arad considera a Carlton Drake un villano con el que resulta especialmente fácil conectar porque posee una fachada atractiva de inteligencia y privilegio. "Es novedoso, único y extremadamente peligroso, porque posee todos los medios y el mundo cree que es lo más porque no saben la verdad sobre él", observa Arad.

Con la elección de Ahmed, según el productor Matt Tolmach, el proyecto se encontró con un actor que podía ofrecer el amplio registro que necesitaba el personaje. "Carlton Drake parece que esté intentando salvar a la humanidad, pero a lo largo de la película se desvela su locura y pierde los estribos", explica Tolmach. "Riz puede abarcar tanto la cordura como la locura, y eso es lo que lo hace perfecto para este papel".

El propio actor ve en Carlton Drake una forma de explorar la actual fascinación de nuestro mundo por los visionarios de grandes ideas y bien financiados. "Carlton Drake es alguien que observa la realidad de la vida en la Tierra y lo que la sociedad humana le ha hecho al planeta", comenta Ahmed, "y dice que tenemos que encontrar un futuro de algún modo en este desastre. Para él, el futuro conlleva la exploración espacial. Conlleva tratar de acceder a tecnología alienígena y formas de vida alienígenas para que los humanos puedan encontrar un hogar en el espacio. Y, como ya sabemos, el espacio es algo en lo que ciertos emprendedores del mundo real están intentando aventurarse por motivos similares".

Ahmed prosigue: "Pero su viaje es muy complejo. Se siente muy frustrado al ver que Eddie Brock, un periodista que intentaba acabar con él, logra fusionarse con estas criaturas alienígenas casi divinas, conocidas como simbiontes. A su modo de ver, Eddie no es digno, Carlton opina que él debería haber sido el elegido para dar el siguiente paso en la evolución de los seres humanos como especie. Intenta encontrar un futuro para todos pero, como siempre, queda esa cuestión pendiente: ¿cuántos huevos estás dispuesto a romper para hacer una tortilla?".

Tan importante como asegurar a los actores adecuados para personificar las figuras antitéticas de la historia era encontrar a la mujer ideal para interpretar a la ex novia de Eddie, la abogada Anne Weying, que en muchos aspectos es la fuerza que se encuentra en el eje central de la historia. Por suerte, lograron fichar a la galardonada actriz Michelle Williams para encarnar a Anne, que, al principio de la historia, se ve movida a romper con Eddie por su forma picaresca de actuar.

En palabras de Williams: "Aunque ella le quiere, ya no puede seguir tolerando su terrible conducta. Pero lo cierto es que el amor no ha desaparecido, y eso es lo que los conecta a lo largo de la película".

En cuanto a trabajar con Tom Hardy, Williams estaba entusiasmada con la oportunidad y estimulada por el reto que suponía. Tal como cuenta la actriz: "No hay nada que Tom no pueda hacer. Tiene un talento irritantemente enorme, pero resulta emocionante trabajar con él porque es capaz de dar saltos que desafían a la lógica. Consigue dar saltos que, de pronto, hacen que te encuentres en un punto completamente distinto dentro de la escena del que jamás te podrías haber imaginado de manera lógica. Es muy divertido y también liberador. No sabes exactamente lo que va a hacer cuando acudes a trabajar, y eso es lo que lo hace emocionante".

Ese tira y afloja se refleja en la naturaleza de la relación entre Eddie y Anne, en la que Anne se encuentra luchando por sacar lo mejor de Eddie a la vez que se protege a sí misma. Como explica el productor Avi Arad: "Anne es el quid de la historia. No cede ni se rinde y hace lo que sea necesario. Desearía poder recuperar a un Eddie ileso y ve indicios de que eso es algo que puede suceder".

Tolmach se muestra de acuerdo, a la vez que confirma que Williams era la elección perfecta para dar vida al dilema de Anne: "Michelle no temía admitir las decisiones de Anne. Cuando conocemos inicialmente a Anne y Eddie, sus vidas son estupendas y perfectas. El viaje de Anne en esta película es de fuerza y compromiso. Es una fuerza por derecho propio".

Anne no es la única fuerza femenina de la película. Jenny Slate encarna a Dora Skirth, una científica de la Fundación Vida de Carlton Drake, que acaba convirtiéndose en informante sobre las prácticas inhumanas que se están llevando a cabo en el laboratorio.

El director Ruben Fleischer comenta: "Jenny interpreta a un personaje que se sale de lo habitual para ella en esta película, porque todo el mundo la ve como una cómica, pero en esta película interpreta un papel bastante dramático. Y lo estupendo de ella es que creo que, cuando ves a Jenny en la pantalla, conectas con ella, te preocupas por ella y empatizas, lo que es muy importante para su papel".

Sobre interpretar a Dora, Jenny Slate señala lo atractivo de un papel que no está escrito para quedar marginada: "Lo que me gusta de Dora es que no es una damisela en apuros, ni tampoco está indefensa", opina Slate. "Es la que tiene la información. Es la que tiene acceso. Y necesita a Eddie porque él es el periodista. Pero es algo distinto de la dinámica normal, en la que a menudo tienes eso tan aburrido de una mujer que pide ayuda a un hombre. En realidad, Dora es la que tiene todas las bazas".

Tolmach concuerda, y agrega: "Jenny asume riesgos en esta película, tanto ella misma como su personaje. Su personaje colabora con Eddie para desenmascarar a Carlton Drake y hacer lo correcto, a costa de jugarse la vida, y hay que tener agallas para eso".

En cuanto a su jefe en la pantalla, Carlton Drake, Jenny Slate explica por qué el personaje posee un magnetismo innegable, pese a su vileza. "Creo que el personaje de Carlton Drake resulta en cierto modo muy atractivo", aporta. "Quieres verlo, porque representa algo que casi cualquiera puede hacer, que es perfeccionar lo mejor de uno mismo. Pero es muy, muy peligroso que los humanos se engrandezcan por su poder personal. Es un hombre con un sueño que es pernicioso".

El contundente reparto de VENOM se completa con Reid Scott como la nueva pareja de Anne, el siempre perfecto Dr. Dan, que rápidamente advierte a Anne sobre sus sospechas acerca de su ex, así como con Scott Haze como Roland Treece, jefe de seguridad de la Fundación Vida, un hombre que no se detendrá ante nada para contener a Eddie, siguiendo las órdenes de Carlton Drake.


Los artistas de efectos visuales entran en acción
Fascinante, inquietante, enorme y desconcertante, Venom no se parece a ningún otro personaje del mundo del cómic. Mientras daban vida al personaje, sabían que conseguir el aspecto adecuado iba a ser tremendamente importante para muchos fans. Los dientes tenían que ser afilados, la mirada amenazadora y la lengua... tenía que resultar extremadamente espeluznante.

Ciertamente, Venom es un protagonista principal fuera de lo común, en el sentido de que es una combinación de humano y alienígena, hecho realidad mediante una mezcla similar del muy real y lleno de talento Tom Hardy y el igualmente real y lleno de talento departamento de efectos visuales, pero a través de un ordenador. Cuando está totalmente acabado, Venom está hecho de manera enteramente digital en la pantalla, así que dependía del supervisor de efectos visuales ganador de dos Óscar Paul Franklin crear un Venom que fuera lo suficientemente visceral para cautivar a los espectadores, y lo suficientemente alucinante para lograr que estuvieran de su parte. La interpretación de Tom Hardy impulsaría al equipo a crear al héroe enteramente digital definitivo.

Las conversaciones iniciales entre Franklin y el director Ruben Fleischer tenían como objetivo que los movimientos de Venom no pudieran trasladarse a un humano. Franklin explica: "Venom es totalmente diferente a ningún otro personaje que hayamos visto antes. Parece un poco como un hombre, pero puede hacer mucho más que eso. Puede tender tentáculos. Puede cambiar la forma de su cuerpo. Puede aguantar un castigo y una paliza increíble de sus enemigos. Es casi indestructible, pero no del todo. Todavía tiene cierta vulnerabilidad. Y posee es cualidad tan interesante de que a veces parezca ser enteramente líquido".

Franklin no solo tuvo que crear a Venom por completo, sino también crear el aspecto y el movimiento de un simbionte. "Un simbionte puede rezumar por los poros de la piel de una persona, puede ser absorbido por el cuerpo, atravesar la ropa", explica Franklin. "La primera vez que veamos al simbionte negro, dará la sensación de ser una especie de babosa negra amorfa, pero cuando se fusiona luego con Eddie, forma una piel sobre el cuerpo de Eddie, cuyo resultado final es Venom, una criatura resbaladiza con unos ojos blancos extraordinarios, casi como las manchas de una orca".

El hecho de que Venom pueda adoptar una forma líquida, y convertirse en zarcillos, telarañas y láminas, y hacer que le broten tentáculos del cuerpo, suponía que el departamento de efectos visuales iba a estar muy ocupado, ya que tenía algunas de las tareas más complicadas de todo el proyecto. Franklin comenta: "A efectos prácticos, puede cambiar de forma de manera continua y dinámica mientras lucha, así como cuando se enfrenta a Riot, que puede hacer algo similar, pero de una forma más extraordinaria. Ese personaje es muy afilado, como una cuchilla. Todo eso supone un reto considerable de animación de efectos visuales y de animación de personajes".

La característica boca de dientes afilados de Venom tiene una mandíbula que se abre 180 grados completos, para mostrar una lengua extraordinariamente larga y móvil, un rasgo distintivo del personaje. Franklin comenta: "Está un poco en el límite, dado que Venom es tanto un héroe como un antihéroe. Así que nunca podemos estar totalmente seguros de lo que piensa o de lo que va a hacer. En última instancia, el personaje tiene un giro a lo Jekyll y Hyde, de modo que esa cosa asume de vez en cuando el control de Eddie contra su voluntad. Pero, a medida que avanza la historia, van entrando en sintonía".

El equipo de efectos visuales contó durante el rodaje con doble de unos dos metros de altura, al que hacían aún más alto con un casco en el que se colocaba una esfera de referencia de efectos visuales. Esta bola de referencia de efectos visuales es donde los actores tenían que mirar cuando interactuaban con Venom, dado que indica dónde estarían los ojos en una criatura de 2,28 m de altura.

Franklin observa: "Se trata de una forma estupenda de trabajar, porque así sabemos cuál sería el volumen físico que Venom debería estar ocupando en el set. Y también lo saben todos los demás presentes, el cámara, los demás actores, el propio set, respectan ese volumen. Y luego cuando metemos la versión digital de Venom en el plano, encaja perfectamente".

Franklin disfrutó con el reto de crear una figura imponente tan rica en diseño e interpretación, por no hablar de su efecto en los espectadores: "Venom resulta bastante aterrador, con sus enormes dientes y el aspecto que tiene. Resulta casi demoníaco a veces, pero la película está imbuida de un gran sentido del humor, un toque de humor muy negro. Venom es un personaje muy agudo y sarcástico, que sigue la línea del propio Eddie. Así que los dos personajes, Eddie y Venom, se complementan para crear esa nueva criatura que vamos a ver en la película".

Además de crear a Venom, el equipo de efectos visuales también creó un total de cuatro simbiontes para la película, incluido Riot, que también es un personaje enteramente digital. Riot y Venom se enfrentan en el emocionante clímax de la película, una lucha hasta el final en el set de la torre de lanzamiento que combina a los dos actores principales del filme luchando como humanos y como alienígenas digitales.

Franklin afirma que crear a Riot no fue lo mismo que crear a Venom. "Desde un punto de vista de diseño, queremos dejar claro que la criatura de Riot es de la misma especie", aporta Franklin, "y procede del mismo lugar que Venom. Al mismo tiempo, queremos que resulten claramente distintas. Y también queremos asegurarnos de que no sea simplemente una pelea entre iguales. Queremos que quede muy claro que Venom y Riot poseen habilidades muy distintas, poderes muy distintos, lo que hace que resulte muy interesante cuando se enfrentan entre sí e intentas adivinar quién va a ganar".

El enorme despliegue de efectos visuales necesarios para la batalla culminante, que incluyen no solo la propia acción sino el entorno, era abrumador, recuerda Franklin: "Esto nos va a forzar al máximo absoluto, para llevarnos a terrenos que no habíamos explorado nunca, con técnicas nuevas e ideas nuevas. Es algo muy emocionante de lo que formar parte".

El set de la torre de lanzamiento, en el que tiene lugar la gloriosa pelea final de la película, obligó a suspender a los actores de cables, para ofrecer interpretaciones muy físicas. Aunque los actores estaban rodeados de croma azul, el propio set se construyó de manera práctica en una pendiente de 30 grados, para que los actores tuvieran algo con lo que interactuar, por lo que caer y rodar. Fleischer estaba especialmente entusiasmado con algunos de los momentos más grandes de la pelea. "Hay un par de minutos en los que se puede ver a Drake y a Eddie en mitad de todo el caos de la batalla final, ¡y va a ser genial!".

Se utilizó el mismo sistema de croma azul de ciertas dimensiones en escenas en las que participaba Eddie, a veces con Venom a la zaga, a veces no, en el puente Golden Gate y en el Puente de la Bahía, que obligaron a construir decorados físicos parciales de los pilones de ambos puentes.

Para ayudar a crear los dobles digitales requeridos para muchas de las secuencias de lucha -cuando las maniobras se vuelven imposibles incluso para el especialista más veterano- recurrieron a un aparejo de escaneado 3D. Se realizaron escaneados 3D de todo el reparto utilizando 130 cámaras DSLR que no tardan más que un instante. Encuentran todos los puntos en común entre las imágenes y crean una versión 3D de muchísima calidad de las mismas. De ese modo, todos los miembros del reparto se pueden recrear digitalmente y generar completamente en 3D.

Franklin y su equipo trabajaron incansablemente para aportar una sensación de realismo absoluto a todos los planos de efectos visuales creados para VENOM. El equipo creativo de efectos visuales también tuvo que encargarse de crear toda la fachada exterior del edificio de la Fundación Vida, un edificio hexagonal erigido en una ladera de Hawk Hill, en Marin County, en el Norte de California, que domina la bahía. En la distancia, más allá del edificio, se pueden ver el puente Golden Gate y la ciudad de San Francisco.

Franklin elogia la arquitectura exterior de la Fundación Vida, ideada por el diseñador de producción Oliver Scholl, con detalles como hierba que crece en la azotea y colectores de energía solar. Franklin comenta: "Este asombroso edificio que parece una colmena, con la forma hexagonal vista en el interior de la Fundación Vida, incluirá una plataforma de lanzamiento de cohetes desde la que se puede lanzar un transbordador espacial. Lo crearemos digitalmente, pero luego lo integraremos perfectamente con el entorno real".

Para conseguir el mayor realismo posible, el equipo de efectos visuales de Franklin se trasladó a Marin y fotografió el entorno con todo lujo de detalles. Realizaron mediciones completas de efectos visuales para poder recrear el terreno y además filmaron tomas aéreas desde helicópteros. Recopilar todas esas imágenes reales permitió al equipo recrearlas digitalmente y lograr que los fondos para los cromas azules empleados durante el rodaje cobraran vida de manera sumamente vívida.


El ruido y la furia
El mezclador de sonido de plató Michael Koff tuvo que afrontar un reto muy particular durante el rodaje de VENOM. Con más de 40 días de rodaje, y multitud de escenas en las que la voz de Venom mantiene un diálogo interior con Eddie, Koff y su equipo de sonido necesitaban crear una manera práctica de hacer que la voz de Venom cobrara vida durante el rodaje.

Koff recuerda: "Tom Hardy pasaba entre 20 y 30 minutos con nosotros cada mañana para repasar la escena de ese día, leer y grabar a Venom y a todos los personajes de esa escena. Entonces Tom pasaba por peluquería y maquillaje como preparativos para trabajar y luego el operador de reproducción creaba todas las líneas de diálogo que se reproducirían durante el rodaje para Tom".

Koff y su equipo crearon archivos individuales para los diálogos de Venom, añadiendo efectos especiales a la voz de Venom para que sonara escalofriante y escurridiza. A través de un pinganillo que llevaba Hardy en el oído, le reproducían los diálogos de Venom durante la escena.

Koff prosigue: "Para cuando Tom aparecía en el set listo para rodar, sentía que ya había ensayado con el personaje de Venom hablándole al oído". Creó una realidad efectiva en el rodaje, en el sentido de que se supone que Eddie es el único que oye a Venom. El pinganillo que llevaba Hardy en el oído suponía que ninguno de los demás actores que participaban en una escena determinada podía oír a Venom.

Este sistema fue justo lo que necesitaba Hardy para reforzar su interpretación del constantemente cambiante Eddie Brock. "Cada vez que estábamos en el set y Tom se ponía el pinganillo con los diálogos de Venom, una cierta confianza se apoderaba de Eddie Brock, y la interpretación de Eddie se veía impulsada por Venom", recuerda Koff. "Las líneas de diálogo de Venom llevan la escena en una cierta cierta dirección, y contar con la voz de Venom en vivo durante el rodaje ayudó mucho".


Visión fatal: Acerca de la producción

El aspecto y la fotografía
El aspecto era una parte fundamental del impacto que VENOM tendría en los espectadores, desde la dura realidad de Eddie a la aterradora naturaleza de Venom, que precisó de una estrecha colaboración entre Ruben Fleischer y el director de fotografía Matthew Libatique sobre la clase de mundo que querían crear en la película.

Fleischer explica: "Matty y yo hablamos mucho de diferentes películas en el proceso de preparar el aspecto de esta película, pero al final por lo que optamos fue por un aire de película de miedo de John Carpenter de los 80, crudo y hermoso, e inspirado en viñetas de cómic. Así que a cada oportunidad que surgiera intentamos centrarnos en hacer que tuviera un aspecto característico".

Para lograr ese tono, fue necesaria una estrecha colaboración entre todos los jefes de departamento. Fleischer reunió a un equipo principal compuesto por Matthew Libatique, el diseñador de producción Oliver Scholl y el supervisor de efectos visuales Paul Franklin. Fleischer observa: "Es una colaboración muy natural entre Oliver, nuestro diseñador de producción, y Matty, nuestro director de fotografía, para conseguir un aspecto tan impresionante".

El material técnico de la producción incluyó las mejores herramientas disponibles, desde la cámara Alexa al uso de dispositivos de Steadicam y MoVi, y metraje grabado con dron, concretamente con un dron X8 Heavy Lifter de Gryphon Dynamics. Un equipo de tres hombres, compuesto por un técnico, un operador de cámara aérea y un piloto se encargaron de manejar este aparato de 25 kg, que sobrevolaba los edificios del centro de Atlanta para captar la acción callejera nocturna.

El apartamento de Eddie
El rodaje de VENOM empezó a lo grande en Blackhall Studios en Atlanta, Georgia. Lo primero que se filmó fueron unas escenas en el set del apartamento de Eddie, cuando nuestro protagonista ya en poder del simbionte empieza a transformarse en Venom. Eddie no tiene ni idea de lo que le está pasando y no es consciente de la fuerza de sus recién adquiridos poderes.

La escena acaba con un enfrentamiento entre Eddie y un grupo de mercenarios, cuyas amenazas conducen a una secuencia de lucha cuerpo a cuerpo a puñetazos dentro del apartamento que sirve a la vez como acción emocionante y como introducción dinámica al nuevo Eddie reforzado por el simbionte, aunque el propio personaje se vea incapaz de explicar su conducta.

El director Ruben Fleischer cuenta: "Siempre describo esa escena como si Eddie se viera manejado como un títere, como si fuera una simple marioneta. Venom es el titiritero y Eddie es como un peón al que utiliza para luchar con los malos. Aunque eso resulte fácil de describir, fue mucho más difícil decidir cómo hacerlo realidad. De Tom dependía resolver cómo encontrarse en mitad de una secuencia de acción y reaccionar, mientras su brazo lanza puñetazos sin que él tenga ni idea de qué está sucediendo ni de por qué se mueve su mano".

Dado que esta escena era la primera vez que Venom salía de Eddie, el coordinador de especialistas Chris O'Hara y el coordinador de lucha Tim Connolly sabían que esta secuencia de acción tenía que estar a la altura de lo que cabría esperar de ella. Tan importante como la coreografía de lucha era el diálogo interior sutilmente cómico entre Eddie y Venom que servía para establecer la historia y sumergir a los espectadores en el dilema de Eddie. Chris O'Hara comenta: "Ese diálogo interior influía en el desarrollo de la acción y nos obligó a estar coreografiando en todo momento dos caras de cada pelea, la de Eddie por un lado y la de Venom por otro".

Tim Connolly agrega que la pelea, filmada a lo largo de dos semanas, se diseñó minuciosamente: "Le dimos matices y tratamos de marcar un ritmo similar a un baile coreografiado. Va cada vez más in crescendo, ya que al principio Eddie no es consciente de lo que le está pasando a su cuerpo. Luego, cuando sale disparado hacia los mercenarios el primer tentáculo de Venom, tanto Eddie como los espectadores quedarán igualmente sorprendidos".

Sin embargo, una pelea cercana y personal como esta nunca podría conseguirse sin un protagonista principal como Tom Hardy, que estaba a la altura de las exigencias, dispuesto a asumir riesgos a la vez que ofrecía una interpretación complicada. Meses antes de empezar a rodar, en su casa de Londres, Hardy empezó un estricto régimen de ejercicios de artes marciales mixtas a fin de estar completamente preparado.

O'Hara explica: "La experiencia de Tom en artes marciales mixtas es dando patadas, puñetazos, utilizando almohadillas... y entrenando como loco. Todo ese esfuerzo realizado en Gran Bretaña sin duda mereció la pena para la película. Además, su decisión y control, cuando no hay efectos digitales y no es más que uno contra uno, son muy, muy buenos".

O'Hara aclara: "La mayor parte de los momentos de acción movimientos son de dos contra uno, es ligeramente distinto a una pelea normal, ya que siempre tenemos que tener en cuenta cómo quedará Venom en la versión final. Tom es un hombre muy hombre y le gusta ensuciarse las manos y hacer las cosas personalmente. Cuenta con un doble excelente, Jacob Tomuri, pero aun así quiere hacer él todo lo posible".

La pelea en el apartamento de Eddie deriva en una intensa secuencia de persecución por las calles, con Eddie/Venom montando en una Ducati y viéndose perseguido por los mercenarios en potentes Jeep Cherokees, mientras avanzan por las empinadas e impredecibles calles de San Francisco.

El broche de oro al final de toda esta acción, apunta el supervisor de efectos visuales Paul Franklin, es conocer a Venom en todo su esplendor por primera vez. "Esta era una parte muy emocionante de filmar, al ver a todos los actores reaccionar a imaginar que están viendo a Venom presente en el set de rodaje porque, naturalmente, Venom es enteramente digital", recuerda Franklin. "Pero siempre estamos poniendo algo real ante la cámara. Nunca estamos inventándonos las cosas sin más en el ordenador. Todo está movido principalmente por las escenas de acción, las interpretaciones, los asombrosos efectos especiales, los efectos físicos, las localizaciones y los sets".

El equipo de la segunda unidad, dirigido por Spiro Razatos, en colaboración con el coordinador de especialistas Andy Gill, se ocupó de meterse en los pormenores de la acción con los coches y la motocicleta. Razatos y Gill llevan ya más de 20 años trabajando juntos en secuencias de acción memorablemente intensas y asombrosas, lo que incluye la franquicia de Fast & Furious y la de Capitán América.

El especialista Jimmy Roberts, que hace que las maniobras extremas con la moto parezcan fáciles, se ocupó de hacer cabriolas sobre la Ducati Scrambler a gran velocidad por las calles de Atlanta y San Francisco. Roberts recuerda: "En VENOM, me subí por encima de coches, me explotaron bombas en la cara, tuve coches derrapando a mi alrededor, chocando de frente con camiones de combustible, chocando con otros coches. Hice de todo. Me lanzaron en un trinquete por los aires alrededor de farolas. Hice el grueso de las escenas peligrosas de la segunda unidad, fue básicamente un decatlón de especialistas".

En San Francisco, el especialista de motos de fama mundial Robbie Maddison, en su primera producción de Hollywood, se encargó de saltar desde las cimas de las colinas y descender por las calles con pendientes de 30 grados de la ciudad sin pestañear. Uno de los saltos más grandes tuvo lugar en la "colina Bullitt" de San Francisco, que recibe su nombre y su fama de la legendaria persecución de coches de la película de Steve McQueen "Bullitt". Nueve cámaras de cine grabaron las expertas maniobras de Maddison, mientras saltaba por los aires en la Ducati Scrambler como muy pocas personas más podrían hacerlo.

Maddison comenta: "Solo intento hacer que Eddie quede lo más alucinante posible. Pero, bueno, mi trabajo es hacer que el plano quede bien. Así que hago aquello con lo que me siento cómodo. Si me dicen: 'Queremos que quede más alto, te queremos por encima de los edificios', yo respondo: 'Vamos a elevarnos'". Pero también es consciente de que hay una interpretación a tener en cuenta, que Eddie también está asustado de lo que le está pasando. "Venom se está haciendo con el control. ¡Y Eddie se queda de paquete!".

La Fundación Vida
Para el diseñador de producción Oliver Scholl, un gran fan de Venom que también aportó su considerable talento a la película de Sony Pictures "Spider-Man: Homecoming", la oportunidad de trabajar en VENOM fue un sueño hecho realidad. Tal vez la tarea más laboriosa del proyecto, por su parte, fue hacer realidad la sede central de Carlton Drake, que se convertiría en el moderno, verde e imponente set de la Fundación Vida.

Para el laboratorio de la Fundación Vida, donde se realizan pruebas sumamente inmorales, horripilantes y mortales con humanos para descubrir si son compatibles con simbiontes, Scholl creó una atmósfera clínica de tono similar al ambiente perturbador que podría encontrarse en una película de Stanley Kubrick que se pusiera al día.

Superficies reflectantes y cristal hicieron que el espacio resultara desconcertante y a la vez retraído. Receptáculos de forma hexagonal albergaban a los pacientes con los que se estaba experimentando. Entretanto, el patrón hexagonal - un tipo de símbolo molecular- se repetía por todo este espacio estéril, austero y laberíntico. Cientos de monitores de ordenador mostraban sofisticados gráficos de ensayos médicos, mientras que el escalofriante espacio estaba atestado de instrumental médico, especímenes y líquidos embotellados indeterminados.

El director Ruben Fleischer afirma: "Por si no ha quedado claro, Oliver es un verdadero genio y todo lo que hace va más allá de lo que yo jamás podría imaginar. Este set de la Fundación Vida es probablemente el sumun de su obra. Lo que era verdaderamente importante para mí era contar con esas celdas de forma hexagonal, ya que el logotipo de la Fundación Vida es un hexágono. Me parecía guay poder contar con esos receptáculos, como una especie de panal. Y su forma de hacerlo realidad fue mucho más alucinante de lo que yo jamás me podría haber imaginado".

Scholl agrega: "Hicimos el entorno científico creíble, convincente y real, para que realzara el lado divertido del elemento fantástico. El quirófano principal, con un espécimen supurante de simbionte abierto de par en par, daba el toque final para recalcar lo inquietante que resultaba el laboratorio".

Scholl y su equipo no contaron más que con dos escasos meses de preparación para dar vida al laboratorio de la fundación, por lo que tuvieron que trabajar de sol a sol para conseguirlo. El laboratorio tiene dos modos, el modo fuera del horario de oficina, que se ve muy oscuro, y el modo de horario de oficina, que estaba bien iluminado. Scholl comenta: "El espacio del laboratorio es muy confuso. Para mí, se volvió como la película alemana de terror de cine mudo de la década de 1920 'El gabinete del doctor Caligari'. La clase de lugar en el que cualquier cosa era posible, y dentro de un laberinto en el que podías perderte".

Fleischer recuerda sobre los retos de iluminar el set: "Matty y Oliver trabajaron incansablemente para decidir cómo iluminar el set de la Fundación Vida con todas esas tiras de luz verticales. Y entonces tenemos las distintas temperaturas de color entre el tungsteno más cálido y las luces más azules. Crea un equilibrio fantástico entre las luces. Y a eso unimos una lente anamórfica. Y los efectos de destello que podemos conseguir con algunas de esas luces más grandes, como la que hay detrás, resultan sumamente dramáticos".

Durante las pruebas que Carlton Drake realiza a los simbiontes dentro del laboratorio de la fundación uno de ellos consigue por desgracia escapar: el negro, o sea, Venom. Cuando la científica e informante Dora Skirth cuela a Eddie Brock en la fundación, Venom se apodera de él.

Otra faceta del set de la Fundación Vida era el plató del centro de control, que se construyó dentro de un almacén industrial de 37 000 metros cuadrados en Peachtree City, Georgia.

"El centro de control es la escena culminante con Carlton Drake", cuenta Ruben Fleischer. "Es la escena del final de la película, cuando Drake ya está completamente desquiciado. La escala de la misma ayuda a vender la idea de la Fundación Vida".

Las conversaciones del director con Oliver Scholl sobre el set del centro de control se vieron fuertemente influidas por la visita que el propio Fleischer realizó a las instalaciones de lanzamiento del fabricante de cohetes SpaceX en California. Fleischer veía el set del centro de control de la Fundación Vida como algo contemporáneo, moderno y sencillo. "Creo que la verdad es que impresiona más que el centro de control de SpaceX", bromea Fleischer. "Oliver se superó una vez más".

El centro de control de la Fundación Vida contaba con cerca de un centenar de monitores de ordenador en escritorios, con una enorme pantalla de retroproyección de casi 10 m con proyectores de 30 000 lúmenes apilados detrás de tres en tres, mostrando los sucesos en tiempo real a Carlton Drake.

Había una parte de la Fundación Vida que precisaba una localización real: el vestíbulo, donde Carlton Drake ofrece una visita guiada a unos niños sobre todo tipo de cuestiones científicas, desde el lanzamiento orbital a la química interestelar. Esta escena se filmó en el edificio de la American Cancer Society de Atlanta, que fue diseñado por el conocido arquitecto neofuturista John Portman. Oliver Scholl recuerda: "El vestíbulo de este edificio posee una geometría asombrosa, con transiciones curvas, que era perfecto para el ambiente de nuestra Fundación Vida".

La aldea malasia
Un momento clave de VENOM se produce cuando los simbiontes escapan, lo que conduce a una carnicería en una pequeña aldea malasia. Construir el decorado de la aldea en mitad de Georgia resultó todo un reto para el diseñador de producción Oliver Scholl y su equipo del departamento artístico. Este set era la antítesis del moderno y escueto set de la Fundación Vida, puesto que el objetivo era crear una escena nocturna de mercado al aire libre, con todo su bullicio y ajetreo.

Para conseguirlo, el decorador Larry Dias y su equipo cargaron 25 camiones con material de decoración y lo transportaron a una parcela de tierra que se encontraba junto a un puente en Rex, Georgia. El Departamento de Energía de Georgia fue tan amable de apagar todo el alumbrado público, y luego el equipo de Dias trajo cientos de faroles tradicionales nocturnos para iluminar el lugar.

Antes del rodaje, se compró pescado fresco durante semanas y se almacenó en tres enormes congeladores industriales, de los que se sacó para exponerlo en los distintos puestos del mercado el día del rodaje. Junto con el pesado había productos locales, mercancías a la venta y cocina malasia, preparada y expuesta de manera auténtica entre los aldeanos que vagaban por el lugar. También había cabras y gallinas deambulando libremente por la aldea improvisada para darle un toque extra de verosimilitud.

Esta aldea artificial construida desde cero se completó de manera realista con bicicletas y ciclomotores debidamente envejecidos. Aunque había una carretera pavimentada que llevaba hasta la parcela de tierra, el departamento artístico la cubrió de tierra para ayudar a reforzar la ilusión.

La escena precisaba que un personaje femenino de una sanitaria llegara cojeando al bullicioso mercado nocturno, ensangrentada tras sobrevivir a un accidente en ambulancia. Pero, al llevar un simbionte dentro, agarra una anguila viva de uno de los puestos del mercado y le arranca la cabeza de un mordisco.

El director Ruben Fleischer asegura: "Creo que la aldea malasia va a ser una de esas escenas emblemáticas, porque el entorno está muy elaborado, y hay mucha atmósfera que Matthew Libatique y yo podemos utilizar para crear ambiente y tono. Ofrece un primer vistazo al poder del simbionte y es una verdadera escena de miedo. Y podemos apoyarnos hacer hincapié visualmente en ello y hacerla tan dinámica y visualmente interesante como nos sea posible".

Justo antes de la aldea, uno de los cohetes de Carlton Drake se estrella en Malasia, lo que permite a uno de los simbiontes escapar de su contenedor. El set del impacto de la nave espacial se construyó en mitad del bosque. La propia cápsula espacial de tamaño real se construyó, esculpió, envejeció, abrasó y agrietó en un plató durante dos meses, antes de montarla en el bosque.

El departamento de jardinería, por su parte, trajo troncos y raíces de árboles para hacer que el lugar del impacto resultara creíble. El toque final de este set humeante eran unas luces aisladas de drones para iluminar los sets y darle al conjunto un aire escalofriante. También se creó fuselaje de la cápsula espacial, que se diseminó por todo el bosque.

Otros sets y atrezo
La sala de resonancia magnética del hospital en el que trabaja el Dr. Dan es donde los espectadores pueden ver confirmadas de forma vívida sus sospechas de que Eddie no es el de siempre: el estruendo de la máquina provoca una reacción adversa en Eddie -al igual que en los simbiontes- y, en pleno ataque aparentemente esquizofrénico, llega incluso a atacar al Dr. Dan.

Para el set de la sala de resonancia magnética, el diseñador de producción Oliver Scholl quería algo que no resultara soso, así que instaló una enorme pantalla led que proyectaba imágenes calmantes de paisajes y agua, todo lo contrario de lo que sucede en las dos perturbadoras escenas distintas de resonancia magnética.

En lo referente a la escena de la resonancia magnética, Michelle Williams aporta: "A estas alturas de la historia, Anne es plenamente consciente de quién es Venom. Pero lo que desconoce es que Venom está realmente devorando a Eddie, destruyéndolo desde dentro. Así que sabe qué hace falta separar a esos dos. Sin embargo, su novio, el Dr. Dan, no tiene ni idea de todo esto, así que va a llevarse el susto de su vida".

Reid Scott, que interpreta al Dr. Dan, considera que su personaje es un tipo práctico al que le echa para atrás la cosa que tiene Eddie dentro. "Es un momento algo dulce", opina Scott, "e intenté interpretarlo como si fuera un niño que ve a Papá Noel, pero resulta que Papá Noel es verdaderamente horrendo y podría desgarrarte la garganta en cualquier momento".

Entre los restantes sets también figura el interior del apartamento de Anne, que se construyó en Blackhall Studios, y la tienda de comestibles de la Sra. Chen, del barrio de Eddie, que se creó en el centro de Atlanta con la ayuda del departamento artístico, que colocó carteles y señalizaciones para ayudar a que la zona pareciera Chinatown. Ziggy, el vecino de al lado de Eddie, tenía un apartamento con un aspecto que parecía sacado directamente de la era Haight-Ashbury, con pósteres psicodélicos y setas alucinógenas cultivándose en el alfeizar de la ventana incluidos.

Para contar con exteriores que transmitieran visualmente la sensación de encontrarse en San Francisco, la unidad principal y la segunda unidad se trasladaron ambas a la ciudad de la bahía, y cada una de ellas pasó una semana filmando todo tipo de planos, desde secuencias de acción a escenas de diálogo. Entre los lugares visitados figuran North Beach, Russian Hill, el barrio de Tenderloin, el distrito financiero y el Embarcadero.

En cuanto a los elementos de utilería que aportaran detalles esenciales a cada escena, el jefe de atrezo Josh Roth se ocupó de todo. Roth tenía la responsabilidad de crear de todo, desde el sofisticado equipo de laboratorio de la Fundación Vida a los asquerosos y pringosos simbiontes azul y amarillo muerto. Roth no solo trabajó en estos elementos de atrezo tan llamativos, sino que su equipo y él tuvieron que hacer que cada detalle insignificante cobrara vida en la película, desde las tarjetas de identificación de los empleados de la Fundación Vida a los chalecos de los mercenarios, o los gráficos de todas las tabletas que hay en la Fundación Vida.

Para los contenedores de los simbiontes vistos cuando los sacan de la cápsula estrellada, Roth se documentó sobre el verdadero material espacial y de la NASA, y lo modificó para adaptarlo a las necesidades del filme. Se crearon un total de cinco contenedores, desde uno sencillo que no se abre, a uno sofisticado que se abre y tiene tres velocidades. Todos los contenedores se envejecieron para la escena del impacto de la cápsula espacial y después se limpiaron para las escenas del laboratorio de la Fundación Vida.

Roth colaboró estrechamente con la diseñadora de vestuario Kelli Jones para diseñar el logotipo de la Fundación Vida y ponerlo en cualquier prenda y vehículo que se utilizara como atrezo. El equipo se siente especialmente orgulloso del aire escalofriante conseguido con la silla inmovilizadora empleada en la Fundación Vida, cuando Eddie es capturado por Carlton Drake. Sobre la mesa de operaciones, el departamento de atrezo diseñó el resultado de la autopsia del simbionte amarillo muerto, rajado por la mitad de modo que se ven sus tripas, así como el simbionte azul, que queda tirado en el suelo después de destruir otra vida humana más.

Vestuario
Uno de los temas centrales del trabajo de la diseñadora de vestuario Kelli Jones en VENOM fue crear una clara distinción entre los dos mundos de Eddie Brock: aquel en el que es un periodista de éxito con una relación sentimental, y aquel en el que la vida de Eddie se desmorona.

Jones explica: "Eddie lleva un montón de tejidos naturales neutrales y de algodón. Le di una chaqueta de cuero marrón desgastada para mostrar que es un tipo llano, sin mucho estilo. La combinación de los vaqueros descuidados de Eddie con sus zapatillas de boxeo funcionaba. Las zapatillas le daban un toque extravagante y extraño. Son unos botines blancos, con toques negros y rojos".

Para Riz Ahmed como Carlton Drake, un acaudalado visionario de las nuevas tecnologías, Jones se documentá ampliamente y llegó a la siguiente conclusión: "Drake es un multimillonario, así que tuvimos que fijarnos en los multimillonarios actuales, y nos dimos cuenta de que todos tienen básicamente un mismo aspecto: pulcro y elegante, ya sea con un jersey de cuello vuelto y una chaqueta blazer o con camisa y corbata".

Era fundamental reflejar la diferencia entre la apurada existencia de Eddie y el poder del que disfruta Carlton Drake. "Eddie vive en un mundo contrario al de Carlton Drake", aporta Jones. "Cuando los ves juntos, se puede apreciar la marcada diferencia que hay entre ambos, lo que explica al instante muchas cosas".

Buena parte de la ropa de la película se creó desde cero, como es el caso del traje de vuelo de la escena del impacto de la cápsula espacial. Jones no quería alquilar sin más un traje de la NASA, aunque de todos modos las limitaciones de tiempo y de presupuesto descartaban esa opción. Así que creó 30 ilustraciones de posibles trajes para el director Ruben Fleischer. Fleischer luego escogió un diseño y Jones fabricó el traje en tres materiales diferentes, hasta que se optó por la versión definitiva.

También se crearon a propósito desde cero las batas de laboratorio de la Fundación Vida. Todas las batas se hicieron a medida, más ajustadas y con solapas ligeramente más marcadas. Los uniformes del personal de seguridad de la Fundación Vida tienen un cuello modificado con bordes que imitan el logotipo de la compañía. Jones comenta: "Todos los empleados que trabajan en la Fundación Vida tienen aspectos muy característicos creados expresamente para ellos. Se combinaron bien para crear un ambiente de trabajo estéril, inaccesible y algo intimidante. Todo era muy deliberado".

La escena más populosa a la que Jones tuvo que proporcionar vestuario fue la de la aldea malasia, para la que Jones y su equipo vistieron a más de 60 aldeanos, envejeciendo y decolorando la ropa de todo el mundo.

Coches de cine
VENOM contaba con un coordinador de coches de primera, Sean Ryan, que se encargó de supervisar y conseguir todos los vehículos que se ven en movimiento en el filme. Uno de los más grandes era el MRAP, que son las siglas en inglés de Mine-Resistant Ambush Protected (Resistente a Minas y Protegido contra Emboscadas). Este monstruo de vehículo se construyó para la guerra de Irak y no está disponible para su uso por personal no militar.

En VENOM, el MRAP negro mate con interiores grises permite transportar con seguridad a los simbiontes hasta la Fundación Vida. Ryan y su equipo modificaron el vehículo con carrocería y puertas falsas, y cambiaron el motor para que funcionara con aceite de cacahuete. La versión con carrocería de fibra de vidrio creada por Ryan y su equipo hacía que el MRAP fuera más fácil de maniobrar, dado que un MRAP de verdad pesa más de 10 toneladas.

También tienen un papel bastante destacado en VENOM los Dodge Jeep Cherokees SRT conducidos por los mercenarios de Carlton Drake. Normalmente, estos vehículos tienen una potencia de 480 caballos, pero Ryan y su equipo aumentaron la de los empleados en el filme hasta 707 caballos, para que pudieran aguantar las vertiginosas secuencias de persecución.

Se utilizó una docena de estos Jeeps negros mate en las persecuciones de la película y, para el final del rodaje, todos estaban destrozados. Sean recuerda: "Convertimos los Jeeps de tracción a todas las ruedas a tracción a dos ruedas y los probamos exhaustivamente para comprobar que fueran seguros y pudieran aguantar las escenas de acción que tenían por delante".

Otro vehículo que figura de manera prominente es la moto Ducati Icon Scrambler, el medio de transporte favorito de Eddie Brock. Ryan comenta: "La verdad, la Ducati Icon Scrambler es un poco como una moto deportiva, así que aguanta cierto castigo. Es ligera y ágil".

Se utilizaron seis motos a lo largo del rodaje, todas ellas decoradas con pintura mate. En cuanto a filmar con la Ducati en San Francisco, Ryan recuerda: "Habías varias escenas de acción que grabamos con la segunda unidad, con la Ducati corriendo de un lado a otro. La hemos hecho saltar por las colinas. A veces hemos hecho que se eleve 2 o 3 metros del suelo. En algunos planos se eleva más de 6 y hasta casi 8 metros del suelo. La moto aguantó estupendamente. Nunca nos dio ningún problema. Y eso lo agradecimos mucho".

Ryan quedó satisfecho con el hecho de que las escenas de acción clave de la Ducati se pudieran grabar en el lugar en el que verdaderamente se desarrolla la película. "Hicimos todo lo que pudimos en calles con mayor disponibilidad de ciudades como Atlanta, donde se realizó la mayor parte del rodaje. Pero las colinas, eso es algo que no se puede encontrar en ningún otro lugar que no sea San Francisco. No vas a tener ese fondo tan emblemático en ningún otro lugar salvo aquí".

Otros vehículos que Ryan tuvo que obtener y modificar para el rodaje fueron el Volvo 560 azul de Dora Skirth, una elección perfecta para un científico, el Toyota Prius que aparece cuando Eddie Brock se ve por primera vez reflejado en la ventanilla como Venom, y muchos de los vehículos que figuran en la secuencia de Malasia, desde la ambulancia a los ciclomotores o minicamiones, y muchos más.


¿Qué es un simbionte?
Los simbiontes son formas de vida sumamente inteligentes, no simples pegotes pringosos. Son alienígenas con una enorme capacidad de adaptación y pueden aguantar un amplio rango de temperaturas.

Cuando un simbionte se hace con el control de un anfitrión, es absorbido a través de la piel, licuándose y atravesando la membrana de la epidermis para meterse en el interior y fusionarse con el sistema nervioso central, distribuyéndose por la médula espinal y las principales sinapsis neuronales del cuerpo anfitrión. Después, vuelve a salir a través de la piel para formar una capa alrededor del cuerpo humano.

Cada simbionte únicamente tiene la capacidad de fusionarse con determinadas personas, de manera similar a las especificidades que determinan los trasplantes de órganos. Necesita encontrar a la pareja adecuada. En esta historia, Eddie y Venom son una de esas parejas perfectas.

Cuando un simbionte se fusiona con un humano, devora al humano desde dentro. Para que el anfitrión pueda sobrevivir, tarde o temprano será necesario acabar extrayendo al simbionte.

En VENOM, los simbiontes tienen sus propios planes, y se han dejado capturar y llevar a la Tierra para poder reconocer el terreno y ver si es un lugar adecuado para venir en masa, fusionarse con quien encuentren a su paso y perpetuar su especie.

En VENOM aparecen cuatro simbiontes: el simbionte negro de Venom, un simbionte azul, un simbionte amarillo y un simbionte plateado llamado Riot. El simbionte de Riot se apodera de Carlton Drake y, en el clímax de la película, Venom y Riot se enfrentan cara a cara en un combate que solo un simbionte podría aguantar.