Mónica (Mónica García) es bailarina en Buenos Aires. Recibe una llamada de su hermana Elena (Ana Fernández): su padre está muy enfermo. El regreso a la casa familiar de un pueblo de Burgos reabre antiguas heridas y permite sanar otras. Mónica vive de nuevo con su madre (Concha Canal) después de años distanciada, juntas tendrán que vender la casa y Elena, que desde Barcelona mantuvo los lazos familiares todo este tiempo, se ve relegada. Mónica se refugia en lo que mejor conoce, la danza, para reconciliarse con una vida y un espacio que dejó atrás. La complicidad de Berta (Elena Martín), la más joven de la familia, ayudará a renovar los vínculos entre estas cuatro mujeres.