París, 1930. Paul es un niño que siempre ha tenido el mismo horizonte: los altos muros del orfanato, un sombrío edificio en los suburbios de la ciudad. Pero un día le acoge una dama alegre de la campiña, Célestine, y su marido, Borel, un severo guarda de caza de una gran finca de Sologne. Paul, un niño de ciudad, descubre entonces lo que es un nuevo mundo para él, misterioso y salvaje. El inmenso bosque, los estanques brumosos, los páramos, los campos... todo allí pertenece al Conde de la Fresnaye, un viudo taciturno que vive solo en su mansión. El Conde tolera a los cazadores furtivos en su propiedad, pero Borel los acecha implacablemente y se esfuerza por lograr cazar el más astuto y huidizo de todos, Totoche ( François Cluzet), con quién el niño entabla una gran amistad. Con Totoche, Paul aprenderá a sobrevivir en la naturaleza pero también conocerá un secreto que nadie quería revelar.