Corre el año 2000 y Joan Stanley vive felizmente su jubilación en un barrio residencial a las puertas del nuevo milenio. Su apacible vida da un giro repentino cuando es arrestada por el MI5 y acusada de haber proporcionado información a los servicios de inteligencia de la Rusia comunista.
Retrocedemos a 1938, cuando Joan es una estudiante de Física en Cambridge que se enamora de un joven comunista, Leo Galich, a través del cual comienza a ver el mundo con nuevos ojos.
Durante su trabajo en unas instalaciones de investigación nuclear de alto secreto durante la Segunda Guerra Mundial, Joan cae en la cuenta de que el mundo está al borde de la destrucción. Ante esta irresoluble pregunta -¿cuál es el precio que pagarías por la paz? -, Joan debe elegir entre traicionar a su país y sus seres queridos, o salvarlos.
Sinopsis larga
La Joan que da nombre al título original es una mujer mayor que vive una apacible vida en un barrio de las afueras cuando, de repente, es arrestada por el MI5 y acusada de traición.
Al ser interrogada, va trayendo a su memoria recuerdos de cuando era estudiante, que se nos muestran por medio de flashbacks. En 1938, en Cambridge, se introduce en un activo y dinámico grupo, que había formado una Sociedad Comunista estudiantil. Se siente especialmente atraída por un joven estudiante ruso, Leo Galich, que había nacido en Rusia y escapado de los pogromos para vivir en Alemania, y ahora ha huido del antisemitismo nazi para vivir en Inglaterra. A Joan se le hace difícil distinguir entre su romántica relación, y la inquietante sensación de que él la está preparando para introducirla en el Partido Comunista.
También se hace muy amiga de Sonya, una compañera que resulta ser la prima de Leo, con el que ha compartido muchas de sus terribles experiencias en el pasado.
Se declara la guerra con Alemania, por lo que los amigos 'alemanes' de Joan tienen que abandonar Inglaterra, pero ella obtiene su Licenciatura en Físicas con Mención de Honor (aunque en los años cuarenta las licenciaturas obtenidas por mujeres aún se consideran 'diplomaturas'). Sin saber muy bien cómo la han recomendado para la entrevista laboral, Joan consigue un puesto de trabajo en un proyecto de alto secreto que está desarrollándose en los famosos Laboratorios Cavendish de Cambridge.
Poco a poco Joan, que tiene impresionado al director del proyecto, el Profesor Max Davies, descubre el secreto. Están tratando de crear una bomba atómica.
De nuevo en la sala del interrogatorio, a la Joan anciana se le une su hijo Nick, que es abogado del Estado, y se ha propuesto limpiar el nombre de su madre. Se produce un intercambio de acusaciones y negaciones, hasta que Joan se viene abajo por la presión; pero empezamos a comprender que su colapso no se debe tanto a la extenuación, como a la creciente certeza de que las alegaciones que la acusan de haberse convertido en espía son ciertas.
La historia nos aclara que Joan se resistió a la persistente presión de sus jóvenes amigos comunistas de divulgar y traicionar los secretos del proyecto, de los cuales ella ya estaba completamente al tanto. Sin embargo, al igual que muchos de los científicos que trabajaron en el desarrollo de la bomba en Estados Unidos, en Canadá, y en el Reino Unido, Joan siente una incontenible vergüenza y culpa cuando se desata la destrucción masiva, primero en Hiroshima y, días más tarde, en Nagasaki.
¿Qué se debe hacer... para prevenir una incalculable destrucción masiva en el futuro? Dividida entre su innegable amor hacia el obsesivo Leo, y su creciente amor hacia su director de proyecto, Max, Joan debe decidir. Si revela los secretos (por medio de Sonya) al enemigo ruso de la Guerra Fría, traicionará a su país. Pero de este modo también podría, creando un equilibrio de fuerzas, salvar al mundo de cualquier posible uso futuro de esa terrible arma de destrucción masiva.