Notas de producción
En los últimos años, la paternidad (hablamos de paternidad y maternidad, claro) ha cambiado mucho. Algunos dicen que es por la aparición de nuevas familias que ya no son tan nuevas (divorcios, separaciones, hermanos de distintos padres y segundas y terceras vueltas que acaban en 'arrejuntamientos' de todo tipo…). Otros culpan al teléfono móvil: padres cada vez más distraídos y más adolescentes de hijos que pasan mucho tiempo solos y más tiempo aún conectados. Y luego están los que alegan que lo que ha cambiado es la sociedad, que antes los hijos intentaban contentar a los padres y que ahora son éstos los que se desviven por complacer a sus hijos, por caerles bien, por seducirles…
Sin embargo, hay un par de cosas que no cambian.
La primera, que los padres saben más por viejos que por padres y no pueden evitar soltarles a sus hijos esa frase que todos hemos odiado y todos hemos dicho: "¡Te lo dije…! Te dije que pasaría esto, pero como no escuchas…".
La segunda que no hay nada como la relación entre un padre y un hijo. Nada que un padre (o una madre) no esté dispuesto a hacer por sus hijos. Eso y que todo se vive mejor con humor.
Ésta es una película llena de humor, de ironía y de ternura; una película familiar y con unos valores sociales muy importantes: es el viaje de un hombre del egoísmo a la solidaridad y la integridad; y es, también, el encuentro definitivo de un padre y un hijo que se quieren y se apoyan desde el humor y la ternura.
Además, el tono de comedia inteligente permite que todos estos mensajes se fijen sin recurrir a la moralina ni a la tesis.
La historia
Curro fue padre pasados los 45. Casado con Daniela, tiene una vida normal, de clase media apurada. Los dos trabajan: Daniela en una fábrica de artesanía (la fábrica no es boyante, pero Daniela es buena en lo que hace); Curro en lo que puede hasta que consigue, con sus dotes de persuasión, convertirse en un gran vendedor a domicilio (siempre y cuando sea un domicilio conocido).
Cuando a Curro le van bien las cosas lo gasta todo en su familia. Una televisión mejor, la última vídeoconsola… Hasta el aspirador lo cambia. Pero su familia no quiere eso. Quiere verlo, estar con él, tenerlo cerca. Cansada de tantos gastos y de tanta obsesión por lo material, agobiada por las noticias de venta que acechan a su empresa, Daniela no puede soportar que Curro haya comprado todo eso a crédito, un crédito que ahora vienen a cobrarles.
Daniela se va a casa de sus padres con Nico y le pide a Curro que se separen. Ella no quiere hacerle cambiar, pero tampoco puede seguir así. Curro no es todavía consciente de lo que pierde, quiere a Daniela, adora a su familia, pero se convence de que con dinero volverá a conseguirlo todo. Se niega a que Nico visite el cuchitril en el que se ha visto obligado a vivir y le promete, en pura patada hacia delante, compensarle pasando unas largas vacaciones juntos en un lugar maravilloso siempre y cuando mejore sus ya buenas notas.
Nico adora a su padre y se vuelca en los estudios. "¿Pero de verdad no le ha afectado la separación de sus padres? ¿No estará usted intentando compensar ese sufrimiento con todas estas matrículas?". Los intentos de Curro por convencer a la tutora de su hijo de que le rebaje la calificación son inútiles y se ve obligado a cumplir la promesa. Para eso tendrá que vender, durante el viaje, muchos robots de cocina, y ya no le quedan parientes más que en el pueblo.
Curro y un Nico ignorante de ese problema económico, emprenden el viaje. Durante toda la aventura, Curro —como el protagonista de 'La vida es bella'— intentará ocultar a su hijo la gravedad de sus problemas económicos (las insistentes llamadas de sus acreedores y de su jefe, la necesidad desesperada —muy de vez en cuando- de marcarse un "simpa"…).
La primera parada es el pueblo familiar. Curro esperaba encontrar parientes a los que vender su robot de cocina, pero se enfrenta a la depresión de alguno y la tacañería de otros. Además en el pueblo ya no quedan niños y Curro se ve obligado a pedir ayuda a Daniela para que Nico tenga unas buenas vacaciones: "que se vaya con mi amiga y su familia". Curro acepta, con más dolor del que demuestra, pero Nico no le abandona y se encaminan hacia un lugar más proclive a los robots de cocina.
Por el camino se encontrarán a una Laura a la que Curro habla como habla siempre: con simpatía y naturalidad. La niña le contesta y lo que a Curro le parece normal a la madre, Zoe, le resulta milagroso. Invitados y tratados a cuerpo de rey, Curro y Nico permanecen unos días en la ecoaldea que regenta Zoe. Luego le toca visitar a su madre, la abuela de Laura, e insiste en que las acompañen (no quiere que Laura retroceda). Curro duda. Él necesita dinero. Pero su hijo necesita vacaciones.
Allí, en una mansión de las de dinero de toda la vida, Curro entiende quién es Laura (una rica heredera) y se ve tentado por los tiburones que llevan los negocios de la familia. Lo que ellos no saben es que uno de esos negocios (precisamente el que están pensando en sacrificar) es la fábrica de Daniela.
Mientras Zoe confía cada vez más en la naturalidad y la campechanía de Curro, los tiburones planean un golpe que anule la capacidad de veto de Zoe. Y Curro es básico. Le hacen una de esas ofertas irrechazables. Curro acepta, claro, hasta que…
Hasta que se da cuenta de que hay algo mucho más valioso que el dinero. La honestidad, la familia y el amor.
Curro y Nico conducen de vuelta a su ciudad. Curro quiere, como sea, recuperar a Daniela y Nico, ya muy consciente de la situación de su padre, le ayuda en todo lo que puede. Pero Daniela tiene buena memoria…
Los temas
Se trata de una película que aborda los grandes temas de la sociedad actual: el individualismo vs el compromiso, el egoísmo vs la familia, lo intangible vs lo material, la honestidad de quién soy vs las apariencias, la educación de los hijos (desde el ejemplo, desde el respeto, desde el amor, desde la verdad, desde el la protección…), la asunción de responsabilidades, el amor verdadero (decir y demostrar que quieres aunque te digan que no). Por ejemplo:
- Las nuevas familias son familias. Los niños son resilientes por naturaleza (y por edad), pero es responsabilidad de los padres el actuar como adultos y conseguir que la separación (sus motivos, sus desencuentros, sus rencores) no afecten a unos menores que tienen derecho a toda la felicidad del mundo, a crecer arropados por el amor de un padre y una madre, a sentirse queridos e impulsados, capaces de cualquier cosa. La relación de Curro y Daniela tiene algo maravilloso: Nico siempre está al margen de sus discrepancias y se siente infinitamente querido.
- ¿El dinero da la felicidad? ¿Soy lo que soy o lo que tengo? La respuesta es clarísima en la teoría, pero más complicada en la práctica cuando un padre de familia, ya mayor, descubre que no puede dar a su familia lo que se merecen. La inseguridad que le provoca esta carencia le mete en una espiral de medias verdades que pronto se convierten en auténticas mentiras. Al otro lado, la tristeza de su mujer y el amor incondicional de su hijo.
- La tentación y el cortoplacismo: vivimos todos conectados, enganchados a la inmediatez. No me acuerdo del nombre de un actor y google me lo sopla para quedar bien; pongo mi mejor cara, añado siete filtros y, al colgar la foto en instagram, tengo todos los likes que buscaba… Cada vez es más difícil pensar a medio y largo plazo: quién soy, quién quiero ser, con quién quiero estar. Estar de verdad; no por whatsapp. Cuando Curro consiga el dinero fácil y rápido que ha estado persiguiendo toda su vida es cuando se va a dar cuenta de que eso no es lo que quiere, no lo ha sido nunca.
- La teoría del doble error: solo hay algo peor que equivocarse y es, por orgullo, por ceguera, empecinarse en el error y no rectificar. Curro, orgulloso como todos los inseguros, pierde a Daniela y a su familia creyendo que sólo necesitan una vida confortable. Pero el viaje con su hijo (un hijo que le educa) y la tentación del dinero fácil le harán darse cuenta de lo que de verdad quiere (a ellos) y de lo que de verdad quieren Nico y Daniela: a él. Le cueste lo que le cueste, dispuesto incluso a fracasar, Curro nos enseña a rectificar y a perseguir lo que queremos de verdad.